El ruido de la gente caminando, las tiendas del centro comercial con sus músicas, encontrarme en un simple banquillo ahí leyendo mi libro parecía traerme paz y era todo lo que necesitaba.
"Estrategias marítimas"
Una vida así de tranquila no era nada repudiable pero todo acababa por volverse aburrido, mi persona ha tenido una rutina tan simple que se vuelve totalmente repetitiva y no he hecho nada para cambiarlo, trabajar en una oficina, volver a dormir, levantarme, comer y repetir, simplemente no he conseguido nada.
Tuve sueños alguna vez pero estos quedaron totalmente enterrados cuando la vida te obliga a cambiar tus rumbos, esas tonterías de sueños y de que puedes esforzarte a lograrlos es una vil mentira y fantasías que solo suceden en programas de televisión. Una vez fui así de soñador, creí que podría alcanzar lo que siempre quise pero la realidad te acaba golpeando totalmente y ahora tengo un trabajo simple y aburrido.
Mi único confort actual es leer y habiendo pasado por todo tipo de literatura, últimamente me ha interesado las estrategias, leí a Sun Tzu, historias de guerra e incluso la historia del imperio romano, no puedo negar que idear la mejor forma de derrotar al enemigo, movilizar tropas y demás es interesante, la inteligencia humana se pone a prueba cuando hay un enemigo a derrotar, pero así como tenemos a los grandes generales que supieron mover a sus hombres, pienso que encargarse detrás en una cómoda sala no es la mejor forma, un verdadero general, un líder tiene que observar a sus hombres en el frente y dar las ordenes desde la mejor vista posible.
No quisiera presumir pero en el pasado fui bastante hábil en juegos de estrategia, el ajedrez y damas no representaron algún problema para mí, aunque no estoy al mismo nivel de jugadores profesionales, sí que en mis días de preparatoria pude derrotar a cuanto compañero tuviera en frente, es una de las pocas habilidades que tengo, pero que ahora sé que no sirven en mi vida actual.
Venir a este centro comercial, fijar mi mirada en el libro que poseo en mano mientras escucho familias pasear frente a mí es la visión de una persona solitaria, aunque mis padres quisieron obligarme a conseguir pareja, nunca tuve la vista fija en casarme con alguien, ahora estoy viviendo solo de mi trabajo y mi rutina diaria, que vida tan aburrida estoy teniendo ahora.
Yo mismo quise que este fuera mi rumbo y no puedo cambiarlo, tampoco es que pudiera ocurrir algo que fuera a cambiar las cosas.
- La alarma.
- ¡Salgan todos, un incendio se está propagando!
Eso llamó mi atención, de repente empecé a ver fuego, según el aviso, un corto circuito acabó por quemar varias tiendas y se empezó a propagar por todo el centro comercial, la gente empezó a entrar en pánico por el aviso y correr sin preocuparse por golpear a los demás.
- Maldición. – Quise moverme pero seguían empujándome, estar en un lugar tan estrecho era desventajoso. - ¿Por qué me pasa esto?
- ¡Cuidado! – Escuché de repente y entonces una explosión ocurrió, en una tienda cercana explotaron tanques de gas que empezaron a propagar más el fuego y yo seguía sin poder escapar de aquí, en ese momento me empujaron tan fuerte que caí al suelo.
- Mierda… - Me levanté, entonces me fijé que el libro que llevaba no estaba en ninguna parte. - ¿Dónde está?
Perder un libro tan bueno era un total desperdicio y sé que estoy siendo completamente idiota en querer buscarlo pero no deseaba irme sin él; al contrario de las otras personas, fui en la dirección contraria para buscarlo, el humo empezaba a nublar mi vista y no me dejaba respirar.
- Maldición… esto no es nada bueno… - La visión se hacía cada vez menor y no pensaba que lograría encontrar ese libro. – Mejor me voy de aquí…
En ese momento ocurrió, un trozo del techo acabó cediendo y cayó, levantando bastante polvo, entonces ahí estaba yo… la parte inferior de mi cuerpo aplastado por ese trozo, el fuego a mi alrededor, no había forma de que pudiera escapar.
- Por qué ocurrió esto… que hice para merecerlo…
Una vida común, simple y aburrida, solo tenía paz pero en realidad estaba vacío por dentro… ahora encontraré mi final aquí… por qué pasó esto, ahora solo puedo esperar que las llamas consuman mi cuerpo… si por algún motivo pudiera renacer en otro momento… quisiera tener una mejor vida que esta que tuve… rojo… rojo total que me consumió… y todo se puso negro…
- … Está abriendo los ojos.
- Felicidades, es una niña.
… ¿Eh? ¿Y esas voces?
- Está abriendo los ojos. – Escuchaba a personas hablando, decidí abrir los ojos, todo se veía tan brillante en ese momento, entonces me encontré con el rostro de una mujer.
- Mírala, es hermosa.
- Será nuestra hija. – Vi a alguien más, un hombre, los dos me vieron con rostros amables ¿Qué pasaba? Intenté estirar mi brazo, entonces me fijé, era pequeño. – Mira, quiere estar con su padre.
- Le vamos a dar bastante amor, eso es seguro cariño. – El hecho de estar en esta posición y además que esta pareja me vea de ese modo, no tenía duda alguna… había reencarnado…
Pasaron cuatro años desde que volví a nacer como una nueva persona en este mundo, renací como una niña llamada Jessica Kinney, fruto del amor de mis ahora nuevos padres Carlton y Flora Kinney, al verme en un espejo soy como una niña común, cabello castaño largo, ojos verdes y una contextura normal, no sé cómo, pero logré mantener los recuerdos de mi vida anterior, no sé como funciona todo esto pero de alguna forma pude conseguir un nuevo inicio… aunque esto es algo incomodo.
- No sé por qué nací de esta forma… - Estaba sentada leyendo libros, según pude observar, mi nuevo padre Carlton es un oficial del ejército de la marina, por las fotos que tenía colgada se veía con su uniforme y también poseía medallas, sale constantemente al trabajo ya que parece que eran sumamente importantes, lo bueno es que poseía una biblioteca bastante nutrida con historias de guerras y estrategias, eso llamó mi atención y no perdí el tiempo en leerlas, al principio sorprendí a mis padres cuando comencé a leerlas pero de algún modo Carlton se veía orgulloso de que tuviera interés.
- Jessica, es hora de almorzar. – Escuché a Flora llamarme, dejé el libro que estaba leyendo en ese momento y bajé las escaleras para ir al comedor, ahí vi a mi nueva madre, era una mujer hermosa, largo cabello castaño igual que yo y ojos verdes, parece que mi nueva apariencia la saqué totalmente de ella. – Hice tu favorito, macarrones.
- Gracias madre. – Respondí con educación para luego sentarme.
- Eres demasiado educada, deberías ser más relajada como otras niñas de tu edad y decirme mami. – Ella hizo un puchero, lo siento Flora, si fuera una niña normal lo haría… pero soy un adulto en el cuerpo de una niña, no tengo la edad mental para cumplir tus caprichos. – Leer de la biblioteca de tu papi te ha cambiado, eras más tierna de bebé.
- Es que me gusta leerlos. – Respondí, de algún modo mi madre se rindió en querer inculcarme gustos femeninos, al menos aceptaba llevar los vestidos que me ponía pero hasta ahí.
- Mira que eres mi linda bebé, pero deberías mejorar esa personalidad… y tu padre que tampoco ayuda a ello.
- Vamos a comer. – Empecé a comer, al menos de lo bueno que tenía Flora es que su comida es deliciosa y esto realmente tiene un sabor entrañable… no es tan malo volver a tener una madre y poder disfrutar de su comida, al poco tiempo escuché la puerta abrirse, le levanté para ir corriendo.
- Papi. – Fui a abrazarlo, si debo decir algo es que Carlton me agradaba mucho más, disfrutaba mucho las historias de su trabajo y lo que hacían en la marina, todo me era tan interesante que podía escucharlo por horas.
- ¡No es justo! Por qué a él si le dices papi y a mí no mami.
- Calma Flora, no estés celosa porque sea el consentido de nuestra pequeña. – Carlton sonrió de forma altanera, podía sentir los celos y molestia de Flora. – Como sea, hoy volví cansado del trabajo, organicé los entrenamientos de los marineros.
- Quiero escuchar. – Comenté con brillo en los ojos, Carlton empezó a reír.
- Claro mi pequeña, te contaré más de las aventuras de tu papi mientras como. – Fuimos a la mesa y empezó a contar, tal parecía que en este mundo el ejército tenía un nombre distinto, era una organización internacional llamada Azur Lane, conformada por grandes militares, estrategas y demás, como había explicado antes, el mundo está invadido por una raza alienígena llamada sirenas que atacan constantemente en los mares, como forma de defensa de la humanidad, se formó esta organización luego de que los dos bandos mundiales, siendo el Azur Lane original que lo conforma mayormente la Unión Águila donde vivo y el Royal Navy contra lo que fue el Crimson Axis, siendo estos Sangre de Hierro o Ironblood y el Imperio Sakura, anteriormente ambos bandos estuvieron en guerra pero ante la repentina amenaza de las sirenas, la guerra terminó y las cuatro naciones, más otras aliadas acordaron unirse para formar la gran organización que tenemos actualmente. Mi padre era un comandante importante de la Unión Águila y estuvo presente en tantos momentos que realmente me emocionaba escuchar.
- No sé como a Jessica le puede gustar eso. – Flora puso un puchero.
- Vamos Flora, se nota que es mi propia sangre, no dudo de que en el futuro desee alistarse a la academia militar para unirse al ejército marítimo. – La verdad, eso no sonaba como una mala opción, aunque esperaba ver si podría convertirme en algo más como una estratega, era mi mayor fuerte y que deseaba poner a prueba.
- Eso no, mi pequeña no se pondrá en peligro. – Flora me abrazó de repente… la verdad es que no le tenía algo en contra pero si era muy sobreprotectora. – Carlton, ya te pones en peligro totalmente combatiendo al frente contra las sirenas y eso me pone angustiada, no quisiera que le pase lo mismo a nuestra hija.
- Flora, es decisión de ella si quiere hacerlo o no, nuestro deber como padres es apoyar los sueños que ella, además no es que los soldados batallen de frente todo el tiempo, ya sabemos que están ellas.
De algún modo mi padre siempre se refería a "ellas" pero seguía sin saber de quienes se trataban, tampoco en los libros que tenía había información alguna.
- Eso lo sé… pero realmente me preocupa.
- Estará bien. – Respondí en ese momento. – Me esforzaré. – Levanté mis brazos hacia Flora, ella solo pudo sonreír y levantarme, quizás debería complacerla un poco. - … Mami.
- … Jeje, mi pequeña Jessica. – Ella me abrazó con fuerza, lo que tenía qué hacer.
- Por cierto, mañana tengo día libre, así que salgamos de paseo en familia. – Anunció Carlton, ya que realmente su trabajo lo mantenía tan ocupado, momentos como estos realmente nos hacían parecer una familia… me hizo recordar a mi pasado, no tengo recuerdo alguno de que en mi anterior familia saliéramos juntos, así que algo así podría ser bueno para mí.
- Quiero ir. – Señalé, eso hizo que ambos sonrieran.
- Iremos al acuario entonces, seguro disfrutarás de ver los peces. – El acuario… no estaría mal, deseaba tener nuevos recuerdos en esta segunda vida y eso me daría una oportunidad, buscaría disfrutar al máximo este regalo…
Ya salimos en familia, durante las veces que he recorrido esta ciudad de la Unión Águila, realmente parece que no cambia mucho respecto a lo que conozco como Estados Unidos, la ciudad donde estoy es prácticamente Oregón, las ciudades son totalmente homónimas a mi antiguo mundo. Actualmente ya estábamos en camino al acuario, viajando en el vehículo de nuestra familia que era uno sencillo, llegamos.
- Aquí estamos. – Señaló Carlton, así vi el gran edificio que era el acuario.
- Ven Jessica, hay mucho qué ver. – Flora sujetó mi mano mientras ya entramos al lugar. Todo era tan azul y se encontraban tantas vitrinas y peceras llenas con distintas criaturas marinas.
- Jeje, mírala, observando fijamente.
- Sí, parece que nuestra pequeña está disfrutando. – escuché a mis padres hablar por detrás, solo seguía observando las peceras, tampoco había demasiada diferencia, son peces normales que he visto pero tener este tipo de experiencia no era nada malo. Hago búsqueda en los recuerdos de mi vida anterior y no había alguno donde saliera con mis anteriores padres de este modo, siempre fui una persona solitaria incluso aunque tuve padres, al final no tenía ni un solo apego a mi anterior vida monótona, quizás deba disfrutar más de esta segunda oportunidad.
- Vamos a ver más. – Señalé, ambos me sonrieron y entonces continuamos viendo más en el acuario. Observar las distintas criaturas marinas, acudir a un espectáculo de delfines, no puedo negar que fue mucha más diversión de la que nunca antes tuve, siendo que solo había encontrado gozo en leer, un cambio como este no era nada malo.
- Eso fue divertido ¿no es así Jessica? – Me preguntó Flora, yo asentí.
- Puedo ir a comprarte un recuerdo ¿vamos a la tienda? – Con la pregunta de Carlton, fuimos a la tienda de recuerdos, actualmente soy una niña, quizás deba pedir algo femenino, en eso vi peluches tiernos de delfines y otros animales marinos, señalé a uno de ellos, mi padre asintió. – Entonces compremos un peluche y entonces…
En ese momento ocurrió algo, una explosión afuera que hizo temblar todo el sitio, eso mantuvo en alerta a Carlton.
- ¿Qué sucede querido?
- Parece un ataque… esto es malo, lo siento Flora, toma a nuestra pequeña, tengo que ir a ver como militar que soy.
- Ten cuidado. – Mi padre salió corriendo, otra explosión ocurrió cerca, Flora me sujetó. – Vámonos de aquí.
Salimos corriendo, no tenía idea de que estaba sucediendo, no podría ser que de repente y en un día que decidí crear recuerdos, esté pasando algo así ¿un ataque terrorista? Según leí, la guerra entre ambas facciones había terminado hace tiempo, entonces que podría ser.
- ¡Rápido, por aquí! – Una gran multitud buscaba correr hacia la salida pero era tanta que se hacía el montón y de ese modo Flora y yo estábamos atrapadas.
- No sueltes mi mano. – Me aseguró, pero toda la gente apretaba demasiado y al final su agarre cedió. - ¡Jessica!
La multitud nos separó, ahora estaba por mi cuenta en ese sitio, genial y además siendo una niña, había poco que pudiera hacer realmente.
- Esto es malo… tengo que buscar la salida. – Estando sola y en una situación así limitaba bastante mis opciones, tampoco podía quedarme quieta así que tenia que caminar, aunque sea a solas y sin orientarme bien, era mejor que estar ahí parada.
Empecé a caminar, no sabía la situación o quien era el enemigo detrás de todo eso, pero necesitaba escapar de ahí, nuevamente ocurrió otro temblor, casi me caigo pero pude sujetarme
- Eso no me detendrá. - Seguí avanzando para poder salir, a pesar de lo que pueda suceder, no tenía otra opción actualmente. Ya al revisar, fui recordando los sitios donde estuvimos pasando, estaba cerca de la salida. – Bien, ya llegaré.
- Ahí estás~ - Una voz apareció de repente, deteniéndome, no sé cómo, pero sentí peligrosidad en esa voz, causando que mi cuerpo se paralizara totalmente. – Jeje, pequeña, no huirás tan fácilmente de aquí.
- Que… eres… - Pregunté por debajo, quise voltear a ver pero mi cuerpo no reaccionaba para nada.
- Descuida pequeña, no habrá necesidad que observes, después de todo… vas a morir aquí…
- ¿Qué? – Solo alcancé a decir ¿acaso esa chica quería matarme? ¿Por qué? Solo soy una niña que lleva un alma reencarnada, no soy nadie como para que quieran ocuparse de mí.
- Seguro piensas porque quiero matarte, no es necesario que lo entiendas, pero tampoco podemos dejarte vivir por mucho, por el bien de nuestro experimento, ahora pequeña, es hora de que perezcas.
No puede ser, no puedo morir aquí, no después de haber reencarnado hace poco, mi segunda vida fue tan ínfima que no puede terminar así.
- Por favor… ayuda…
- ¡Jajajaja! Nadie te escuchará, ahora no perdamos más el tiempo, muere. – Es todo, se acabó, en serio pasé una segunda vida tan corta, no quiero que acabe así… por favor, que alguien me ayude.
- ¡Que rayos! – De repente algo pasó con mi atacante, parece que alguien la detuvo cuando escuché un impacto en la pared, de repente mi cuerpo podía moverse de vuelta.
- Ya puedo moverme…
- ¿Estás bien? – Una voz adicional se escuchó, volteé a ver y entonces la vi… una mujer hermosa de largo cabello gris estaba frente a mí, quedé tan maravillada que no pude reaccionar, esta me extendió la mano. – Puedes levantarte ¿no?
- … Sí… - Le extendí mi mano, ya entonces ella me ayudó, entonces me sonrió levemente.
- Es bueno saberlo… esa sirena estaba por matarte, pero ya estás a salvo, mientras estemos aquí, nadie morirá, ahora vuelve con tu familia.
- … Sí… - Fue todo lo que pude decir antes de ir corriendo, no sabía quien era esa mujer hermosa pero no podía sacarla de mi mente, corrí hasta llegar a la salida, ahí estaba toda la gente reunida y busqué a Flora, ya entonces la vi. – Mami.
- ¿Jessica? ¡Menos mal! – Ella corrió hacia mí para abrazarme. – Estaba muy preocupada cuando nos separamos.
- Estoy bien…
- Al menos estás a salvo, eso me tranquiliza.
- Flora, Jessica. – Carlton llegó en ese momento. – Me alegra que estén bien, parece que esto fue un ataque de las sirenas, estoy aliviado que se encuentren a salvo.
- Sirenas… - Había leído de ellas, entonces esa voz que escuché, era una de ellas, dijo que iba a matarme por el bien de su experimento, no sé por qué una niña como yo es tan importante para morir. – Una mujer hermosa me ayudó a volver. – Respondí, en eso mis padres me vieron.
- Una mujer… debe ser ella, es bueno que te ayudará Jessica. – Me comentó Carlton. – Son las defensoras que pelean contra las sirenas y el mayor orgullo de Azur Lane, las Kansen.
- Kansen… - Así que son ellas, realmente no podía quitarme de encima tal belleza, quería verla nuevamente, quiero conocerlas más, un brillo empezó a surgir en mis ojos. – Quiero conocerlas.
- Jajajaja. – Carlton empezó a reír. – Es bueno que tengas aspiraciones Jessica, la verdad es que si vas a la academia militar y logras ser la mejor en todos los logros, podrías volverte comandante de una base de Kansen.
- Comandante… papi, mami, quiero convertirme en comandante.
- Querido, no le metas esas ideas a Jessica, es peligroso si se une a Azur Lane, su vida estará en peligro.
- Solo mírala Flora, por primera vez nuestra hija tiene una meta y no quiero detenerla, de igual modo yo soy un general importante en Azur Lane, seguro que mi hija entre a la academia dará buenas opiniones.
- Pero…
- Mami. – Sujeté la mano de Flora. – Quiero hacerlo. – Tal parecía que ella no tuvo opción y cedió, ya entonces sonreí. Kansen, esa chica y quizás muchas más, podría conocerlas y entonces tal vez pelear a su lado, ser el tipo de estratega que quiero ser, finalmente… mi vida empezaría a moverse en este mundo.
Pasaron otros años más, actualmente tengo quince años y entré a la preparatoria, me revisé en el espejo mi uniforme, para entrar a la academia militar debo hacerlo al cumplir los dieciocho, así que apenas acabe esta etapa de mi vida, ya podré avanzar cada vez más a mi objetivo.
- Bien. – Terminé de peinar mi largo cabello, me he acostumbrado a vivir en este cuerpo femenino. Bajé las escaleras hasta llegar al comedor.
- Jessica, buen día.
- Buen día Flora. – Saludé a mi madre, esta hizo un puchero.
- No es justo, llamame mami como cuando eras pequeña.
- Lo siento, pero ya no soy esa niña.
- Es cierto, nuestra pequeña ya creció y ahora entrará a la preparatoria. – Carlton estaba ahí.
- Papi. – Fui a abrazarlo, causando molestia a Flora.
- ¡Carlton! Es injusto que Jessica te quiera más a ti que a mí.
- ¿Qué puedo decir? Ella es mi consentida. – Me acarició la cabeza. – Pero el tiempo realmente pasa, te has vuelto más hermosa, aunque ya de pequeña, eras linda.
-Es cierto, el uniforme se ve lindo en ti.
- ¿Es verdad? – Di una vuelta, agitando la falda. – Me alegra.
- No cabe duda de que los chicos podrían fijarse en ti. – Comentó Flora, eso trajo molestia a Carlton.
- Eso no, mi pequeña no traerá a ningún hombre a casa, no lo permito.
- Vamos querido, Jessica ya está en esa edad para interesarse en otras personas, hay que dejarla libre.
- ¡Nunca, ella siempre será mi pequeña princesa y la protegeré! – Carlton me abrazó, realmente ha demostrado ser alguien sobreprotector conmigo, incluso en la primaria cuando jugaba con otros niños, él hablaba con estos acerca de que nunca me pongan una mano encima, no puedo culparlo, pero tampoco hay necesidad de que se preocupe, no estoy interesada en los hombres, no cuando no podía quitarme de la mente sobre aquella Kansen que vi, era realmente hermosa y lo único que invadía mis pensamientos.
- Papi, ya debo irme, llegaré tarde.
- Está bien, cuídate mi princesa y recuerda, si un chico se acerca a ti, dales un buen golpe como te enseñé.
- Claro. – Solté una pequeña risa mientras ya salí de mi hogar, despidiéndome de ambos. Así avancé directamente hasta la preparatoria donde estudiaría, la verdad pasar por tres años más antes de alcanzar mi objetivo era un precio a pagar en esta segunda vida, pero no lo despreciaba, iba a aprovechar lo más que pueda antes de ya dedicarme de lleno a lo que sea, sería una chica más al menos hasta la academia militar, ya entonces estaba frente a la entrada. – Muy pronto las conoceré, esperen un poco más.
Mi vida seguía y realmente deseaba avanzar, esta segunda oportunidad la aprovecharía para cumplir todo lo que quiero y mi objetivo, era uno de ellos.
Aquí RinMakoto, a poco no esperaban esto ¿cierto? Traigo ya el fic de Azur Lane que esperaba escribir, la verdad es que llevo jugando desde que empezó el servidor internacional y era raro que no sacara una historia, pues finalmente traigo esto, será igual de comandante y kansen pero esta será mujer, ya es la primera vez que haré con una protagonista femenina totalmente pero es que igual las historias con comandantes femeninas son pocas y pues igual puedo asegurarlo, habrá yuri o romance entre chicas aquí, ese es mi plan, aún no me meteré de lleno a las kansen, quiero desarrollar un poco más la historia de la prota antes de entrar ahí, así que este es el prólogo apenas, ya nos veremos en el próximo cap, esta historia será mensual para que sepan. Saludos.
