Capítulo 11.

Shirou había conseguido hacer su primer movimiento en la guerra del santo grial, si bien había fallado en su primer momento ahora tenía un aliado con el que luchar por el momento.

En el momento en el que había formalizado la alianza, la señorita Luvia procedió a planificar junto con Shirou. Al parecer había escuchado de su sirviente que ya se habían formado una alianza entre dos sirvientes que tenían habilidades muy peligrosas para ellos, uno de ellos era Lancer y al saberlo, Shirou, hizo una mueca desagradable, pero el otro desconocía su clase ya que todavía no se había manifestado en su forma física.

- No he podido evitar notar que parece que conoces a Lancer. - Dijo Luvia seriamente. - ¿Lo has visto? ¿Sabes quién es?

Shirou la miró a los ojos para después soltar un pequeño suspiro mientras Altria, su sirviente, apretaba los puños por debajo de la mesa.

- Lo he conocido. - Dijo Shirou ganando una mirada muy sería de la señorita. - Me lo encontré cuando estaba peleando contra el Archer de Tohsaka, estaba cumpliendo un papel de incognito en ese momento por lo que no pude llamar a mi compañera, él terminó atravesando mi corazón, fue gracias a Tohsaka Rin y la cresta mágica de mi familia que logré sobrevivir.

- ¿Cómo era su arma? - Dijo Assassin entrando por primera vez en la conversación.

- Era una lanza, larga, color carmesí. - Dijo el pelirrojo mientras hacía un poco de memoria. - Y él era muy rápido, Altria se enfrentó a él, ¿Quieres decir algo?

La sirviente rubia asintió y procedió a dar su pequeño informe.

- Tengo la vaga sensación de que es irlandés o británico. - Dijo esta haciendo que Assassin abriera los ojos con confusión. - Por la energía que desprende, lo siento como si fuese de mi hogar, por eso lo digo y estoy segura casi al 100%

Después de eso hubo un pequeño silencio en la sala hasta que Luvia decidió dar por terminada la reunión y anunciando que por la mañana se dedicará a recopilar información mientras Shirou declaró que intentará buscar a demás maestros.

Los dos estuvieron de acuerdo con el plan del otro y Shirou se despidió de Luvia la cual estaba son una sonrisa confiada. Este fue acompañado por el mayordomo de la magus finlandesa, posteriormente, Shirou caminó con tranquilidad a su casa mientras Altria se mantenía en su forma espiritual para no costarle demasiada energía mágica a su maestro ya que seguía cansado por la pelea contra la maestra de Archer y las dolencias de su herida en el pecho.

Por suerte no se encontró con nadie de camino a su vivienda ya que no tenían ninguna posibilidad de defenderse si un magus o sirviente se presentaba delante de él. Cuando llegó fue recibido por las dos hermanas que tenía como sirvientas, las cuales le atendieron y ayudaron a prepararse para ir a dormir.

En su noche de sueño Shirou soñó nuevamente con un lugar verde, un bosque esta vez, muy parecido a las películas extranjeras que había visto en la televisión. A lo lejos de su posición pudo ver a su sirviente acompañada de un montón de caballeros montados a caballo. Estos hablaban en inglés, pero no les prestó mucha atención, solo que Altria parecía ser la líder de estos ya que estaba a la cabeza.

Shirou se limitó a seguir al grupo de caballeros, los cuales pudo reconocer a unos pocos. Estos terminaron llegando a una ciudad fortificada con el emblema de un dragón en sus estandartes. También pudo ver cómo la gente parecía vitorear a la mujer que lo acompañaba en la guerra.

Por el momento había descubierto que ella era inglesa, que lideraba una corte de caballeros y que la gente del reino en el que vivía la quería mucho. El chico quiso seguir el camino de los caballeros, pero la oscuridad se hizo presente cuando entraron en el dominio del castillo.

La oscuridad le hizo despertarse a su hora antes de que Ran y Himiko fuesen a despertarle. Obviamente este seguiría sin ir a la escuela ya que tenía que cumplir una tapadera, además, su abuelo anunció que había tenido un accidente, por lo que no sería lógico ir en poco tiempo, por lo que seguía pidiendo a su amigo Issei que le dejara los apuntes del día en el buzón.

Por el momento solo debería actuar delante de Sakura, la cual se presentaría en su hogar en poco tiempo por lo que se preparó y trató su herida limpiando la zona de la costura improvisada que le habían hecho.

Cuando terminó ya había llegado la chica de los Matou, la cual ayudó con el desayuno mientras una de las hermanas que cuidaban la casa ayudaba a Shirou con la herida de la espalda. En el momento del desayuno Sakura le contó al pelirrojo lo que estaba pasando en el club de tiro con arco, no había habido ningún problema otra vez, pero Mitsuzuri había alegado que sentía como alguien la seguía de camino a casa por las tardes.

Eso no le gustó al pelirrojo por lo que decidió salir por la tarde a ver qué pasaba. Este pasó un rato sumergido en sus pensamientos ya que no se dio cuenta de que Taiga y Sakura habían desaparecido de la casa y habían sido sustituidas por su abuelo que estaba tomando una taza de té verde.

- ¿Y bien? - Preguntó Raiga a su nieto adoptivo seriamente. - ¿Qué has conseguido en tu primera noche?

- He conseguido una alianza. - Dijo este ganando una sonrisa del viejo. - Pero no fue con la chica que esperaba, logré una alianza con la maestra de Assassin, una chica llamada Luviagelita Edelfelt y por el momento hemos quedado en que vamos a buscar un poco más de información y la compartiremos por la noche.

El abuelo escuchó atentamente lo que dijo el pelirrojo y le advirtió sobre los posibles problemas que podía acarrear una alianza, pero Shirou le aclaró que por el momento no sería nada malo.

Ya avanzando un poco el día Shirou salió a la calle con Altria a su lado en su forma corpórea. Shirou lideraba el camino mientras intentaba rastrear el olor de la magia. En un primer momento terminó llegando a la casa de los Matou. Una casa de estilo europeo que parecía muy siniestra por el día ya que no daba indicios de que nadie viviese ahí durante las horas del día.

El olor que desprendía esa casa era asfixiante. Si bien había un olor dulce que marcaba la presencia de magia en ella también había un fuerte olor a gusanos que era nauseabundo y que no llegó a estar más de cinco minutos en ese lugar. Obviamente esa familia tendría un sirviente, pero no sabía que clase podría tener.

Por el momento sabía la localización de tres sirvientes en la guerra, Archer, Assassin y el desconocido que podría tener los Matou. Solo quedaban saber dónde podría estar el sirviente de la magus de la asociación, el sirviente de ese hombre silencioso de la reunión y su familia. Él nunca había hablado con su familia sobre este lugar por lo que no sabía dónde podrían estar.

Shirou no podía usar familiares como los de su familia, no constaba con un poder mágico que pudiera localizar a un objetivo, pero si contaba con algo que no toda la gente podría usar, una familia yakuza.

Shirou fue con Raiga a preguntar si había escuchado de algo cuando sucedió la guerra anterior. En un primer momento Raiga tuvo que hacer memoria sobre lo que pasó hace diez años, pero nunca pudo ver a Kiritusgu en la ciudad junto con su esposa, siempre iban y venían de un bosque.

Esa información le vino bien al chico, por lo que fue en dirección al bosque. Usando la motocicleta que le regaló su abuelo llegó a la entrada del bosque en poco menos de una hora. Si de verdad su familia estaba en el bosque cabía la posibilidad de que esa mujer de la asociación también esté con ellos por lo que dos sirvientes en un mismo lugar sería peligroso ir solo por lo que le dirá a Luvia cuando se reúnan.

El tiempo fue pasando y notó que la tarde se estaba echando encima por lo que decidió volver a la ciudad para comprobar lo que le pasaba con Mitsuzuri. Desde que Sakura le había informado sobre el asunto, Altria, le había comunicado que había diferentes formas de fortalecer a un sirviente y uno de ellos sería alimentarlos a base de vidas humanas, por lo que es posible que un maestro esté intentando fortalecer a su propio sirviente.

Shirou esperó en las inmediaciones de la academia esperando a que terminaran las actividades de los clubs. No tenía con él su traje por lo que tendría que ir con mucho cuidado si el maestro está cerca del lugar.

Después de una hora las actividades terminaron y esperó a ver a Mitsuzuri salir por la puerta y, a una distancia prudente, comenzó a seguirla. Él podía ver cómo es que ella no paraba de mirar a todos lados, como si estuviese asustada.

Todo parecía normal hasta que de la nada una especie de cadena se enrolló alrededor de la chica y la arrojó hacia un callejón alertando al pelirrojo.

- ¡Altria! - Llamó Shirou haciendo que su sirvienta se materializara y corriera hacia el callejón

Para Shirou, este se tuvo que quedar cerca, pero no aparecer en escena, por lo que confió plenamente en ella.

Cuando la sirviente de la espada apareció vio a una mujer de pelo rosa, un vestido negro ajustado corto y un antifaz que cubría su vista intentando morder el cuello de la chica.

- Pero mira que tenemos aquí. - Dijo una voz de un chico que Shirou conocía muy bien. - Puede que esta chica de aquí también nos sirva para fortalecerte Rider. - La sirviente no contestó, solo se limitó a dejar caer a la chica y se preparó para la pelea. - ¿Qué sucede Rider?

- Esta chica también es una sirviente. - Dijo conjurando dos punzones con cadenas. - No podemos permitirnos confiarnos.

- Bueno, no creo que pase nada. - Dijo Shinji con una sonrisa. - Acaba con ella Rider.

En ese momento Altria cambió su vestido por su armadura y agarró su espada invisible. Rider lanzó sus cadenas hacia la mujer rubia, pero esta los bloqueó con facilidad enredando las cadenas en su hoja. Una vez pasó eso Altria tiró de sus cadenas haciendo que Rider saliese disparada hacia la mujer con armadura y recibiendo un puñetazo en el rostro lanzando a la sirviente contra una pared y dejándola tan débil que tuvo que pasar a un estado espiritual para ahorrar energía.

- Maestro de Rider. - Dijo Altria llamando la atención de un shinji muy confundido por lo que acababa de pasar. - Márchate de este lugar, ya no tienes un sirviente que pueda protegerte, tengo la orden de no matar a los maestros, por lo que vete de aquí ya que si intentas pelear contra mí no me contendré.

En ese momento Shinji miró el lugar en el que su sirviente había sido incrustado en la pared para luego mirar a la mujer rubia. Poco a poco su cara se fue contorsionando a una de enfado para luego salir corriendo mientras le recriminaba a la mujer que se lo pagaría, se fue tan rápido que ni si quiera se fijó en la figura de un chico que estaba en esa misma calle.

Altria tardó poco en volver con su maestro mientras cargaba a la joven en sus brazos para que su maestro revisara las constantes vitales de Mitsuzuri. No tardó mucho en comprobar que estaba en buenas condiciones para luego poner rumbo a la casa de la chica con la excusa de que se había excedido mucho en el entrenamiento y que Shirou había ido a llevarla de vuelta a casa.

Una vez terminó con esa tarea recapituló lo que sabía de su tarea de hoy. Solo había confirmado sus sospechas de que los Matou tenían un servant de clase Rider por lo que solo quedaba descubrir los masters de Lancer, Berserker y Caster. Él ya sabía que su familia debía tener uno de esos tres, puede que el más fuerte por lo que podría ser Berserker o Caster, ya que la personalidad de Lancer no encajaba muy bien con su hermana o padres.

Siguió deambulando por las calles con la esperanza de localizar algún rastro de prana que pudiese localizar a un maestro. Después de un buen tempo terminó llegando a la escalera al templo ryudou donde terminó por captar el aroma de un campo acotado de muy alto nivel. Casi se choca con el campo de no ser de que logró captar su olor, estaba tan bien oculto que casi termina invadiendo el territorio de su enemigo.

Él no tenía constancia de que un magus que vivía en el templo. Su amigo Issei había sido amigo suyo desde hace tiempo, incluso fue cuando era más joven con Taiga para ver al hermano y padre de su compañero de clase y nunca antes había sentido un campo acotado como ese.

En ese momento hizo memoria de todo lo que había pasado en el templo, lo único remarcable fue que el maestro Kuzuki con su prometida llegaron al templo no hace mucho, y ahora había un campo acotado, por lo que por lo menos uno de ellos era el magus capaz para crear un campo así.

Poco después de eso comprobó la hora y decidió poner rumbo a la reunión que tenía planeado con la señorita Luvia para compartir la información que había podido reunir. En el momento de la reunión los dos acordaron quedar en un lugar donde no pudiesen ser espiados por nadie, por lo que terminaron por nombrar la casa de la señorita como punto de reunión, aunque Shirou propuso su propia casa, hasta un restaurante que controlaba la familia Fujimura, pero la señorita tuvo la última palabra.

En el momento que se reunieron la noche ya había caído y Shirou fue con su ropa casual y no el traje que tenía para la guerra por lo que cuando llegó, su mayordomo casi lo echa por la pinta que tenía. Tras ese pequeño malentendido este dejó pasar al pelirrojo a la casa de la magus finlandesa.

La rubia estaba sentada en su mesa del comedor mientras su sirviente estaba sentado en el suelo justo detrás de ella. La cara que mostró la rubia fue de desconcierto al ver el atuendo del magus pelirrojo, pero aun así le ofreció un asiento a Shirou en la mesa.

- Buenas Shirou. - Dijo Luvia con un rostro serio. - ¿Has podido descubrir algo?

- He podido desvelar la identidad de uno de los maestros. - Dijo Shirou seriamente haciendo que la rubia asintiera para que continuara. - Su nombre es Shinji Matou, es estudiante de mi academia y al parecer es el maestro de Rider.

- ¿Puedo preguntar como lo has descubierto? - Dijo la rubia queriendo saber cómo lo sabía.

- Estaba alimentando a su sirviente con la sangre de algunas personas, por lo que mi compañera y yo vigilamos las inmediaciones de la academia para terminar descubriendo que efectivamente él estaba ordenando el ataque a las personas.

- Por lo que dijo el sacerdote eso sería hacer trampas. - Dijo Luvia mientras recordaba las palabras de Kirei. - Si lo reportamos puede que obtengamos una penalización para él como que se vea reducido el número de sellos de comando a usar.

- Si nos ponemos técnicos no ha infringido las reglas. - Dijo Shirou llamando la atención de Luvia. - No ha atacado a ningún sirviente durante el día, nuestro enfrentamiento fue al anochecer, por lo que se podría decir que sería la primera etapa del periodo en el que se puede luchar, además de que no ha matado a nadie, por lo que no ha hecho nada. - Explicó el pelirrojo. - ¿Qué hay de ti? ¿Conseguiste algo?

- Por supuesto, ¿A caso me tomas por una perezosa como Tohsaka? - Dijo ella con una sonrisa arrogante sacando una pequeña sonrisa por parte del pelirrojo. - He explorado las cercanías del bosque que hay cerca de la ciudad y he podido notar la presencia de un campo acotado de muy buena calidad y dos firmas mágicas que podrían pertenecer a dos sirvientes.

- Una alianza. - Dijo Shirou pensativo en voz baja sabiendo ya quienes podrían ser.

- En efecto. - Dijo Luvia. - Por el momento se me presentan dos posibles variables que podemos hacer, una de ellas sería ir a hacer una visita para poder saber sus sirvientes o podríamos vigilarles desde lejos. - Expuso. - Pero debido a la calidad que tenía el campo acotado no creo que sea posible hacer lo segundo.

- Si vamos a "hacer una visita" ¿Qué probabilidades tenemos de que nos arrastren a una pelea de la que no podamos salir? - Preguntó el pelirrojo mientras Altria posaba su mirada en su compañero espiritual.

- Tenemos la ventaja de que tenemos un Assassin con nosotros por lo que podremos huir sin que nos noten o acercarnos de la misma manera. - Dijo Luvia pensativa. - Pero la clase de mi sirviente no se caracteriza por la fuerza, por lo que si nos acorralan tendríamos que contar solo con la fuerza bruta de tu compañera y esperar que Assassin pudiese asestar un golpe por la espalda que pudiese dejar al sirviente incapacitado.

El pelirrojo quedó en silencio unos segundos hasta que al final dijo.

- ¿Cuándo tendrías planeado ir? - Dijo causando una sonrisa en la rubia.


En el castillo que había en el bosque había tres personas reunidas hablando de un tema importante. Un hombre que vestía un traje completamente negro, y dos mujeres, una que vestía un vestido níveo y otra que vestía un traje parecido al hombre. Estos tres estaban hablando de lo que parecía ser un tema muy importante debido a la seriedad que mostraban las caras del hombre y mujer trajeados.

- ¿Me estás diciendo ahora que tu sirviente ha intentado asesinar a alguien hace dos días? - Dijo Kiritsugu muy seriamente y ganando un asentimiento por parte de la mujer trajeada. - ¿Y no has pensado que eso podría ser importante de contar?

- Si bien podría haber sido importante de comunicar, también es cierto que la asociación me ha dado luz verde para eliminar cualquier cabo suelto que la guerra pudiera causar y un testigo entra dentro de esos cabos. - Explicó Bazett intentando permanecer lo más seria posible contra el Magus killer.

- Puede que tengas la aprobación de esos estirados de la torre del reloj. - Dijo Kitsugu en un tono severo. - Pero este lugar tiene su propio supervisor, por lo que tendrías que dejar que se ocupara, más sabiendo que matando a alguien podrías llamar la atención ya que habría muerto en extrañas circunstancias.

- Pero obré según el protocolo, por lo que no tengo porqué disculparme o informarte. - Dijo la pelirroja intentando permanecer seria ante la mirada escalofriante del asesino.

- De acuerdo. - Dijo Kiritsugu recostándose en su asiento sin dejar el tono serio. - Si quieres seguir con esta alianza te abstendrás de matar a terceros, solo recurriremos a eso como último recurso.

Bazett pensó en lo que estaba diciendo este sujeto. Desde su punto de vista no lo entendía, ¿Por qué el magus killer, conocido por matar a sangre fría a su objetivo y por no importarle nada si dejaba algún daño colateral, le estaba pidiendo que no matara a los testigos?

Reflexionó durante unos segundos hasta que la puerta de la sala se abrió mostrando a un hombre mayor, uno que desprendía una firma mágica descomunal y que parecía que imponía respeto con cada aspecto de su ser. Ese hombre era Jusbtacheit, el cual había irrumpido en la sala.

- No me lo puedo creer. - Dijo el viejo nada más entrar. - El magus killer se niega a matar a sus objetivos, ¿En qué mundo hemos terminado?

- Cállate anciano. - Dijo Iris sin tener un mínimo de respeto. - Te recuerdo que solo estas aquí porqué Illya quería tener a su abuelo como un apoyo moral, si dependiera de mí te hubiese dejado tirado en Berlín.

- Hija mía, ¿Todavía me guardas rencor por lo que pasó con el chico? - Dijo el viejo con lo que parecía ser una fingida inocencia. - Solo hice lo mejor para la familia y para el chico, los dos estuvimos de acuerdo, fue de mutuo acuerdo.

- Cierra es pozo que tienes por boca y vete a apestar otra habitación con tu sucio prana. - Dijo Kiritsugu mostrando un poco de instinto asesino en sus palabras haciendo que a la representante de la torre del reloj se le erizara el bello del cuello por el cambio repentino. - Tu ya no formas parte oficialmente de la familia.

- Encima que me tomo la molestia de venir a avisaros de que hay dos intrusos en el bosque. - Dijo este llamando la atención del padre de familia y la magus representante. - Lo más seguro es que sean dos maestros, tienen buenas reservas de prana y dudo mucho que hayan venido solos, yo de vosotros iría a investigar.

Con eso dicho el hombro mayor abandonó la habitación en el que habían estado hablando dejando a unos padres pensativos y a una representante esperando las ordenes por parte de un exparticipante de la guerra anterior.

Unos segundos más tarde todos se levantaron de sus asientos y comenzaron a caminar por los pasillos del castillo hasta que llegaron a la salida, allí un gigante sentado en el suelo que sujetaba una losa de piedra estaba reposando mientras un hombre que vestía un mono azul dormitaba en la rama baja de un árbol. Lancer y Berserker estaba a la espera de sus nuevas órdenes.

Lancer podría entrar con rapidez a la pelea por la orden de su maestra, pero berserker era distinto, aunque Illya le había ordenado que hiciese caso a sus padres, este solo obedecía las órdenes directas de la pequeña niña y no podía arriesgarse a gastar otro sello de comando, solo le quedaban dos.

Debido a esto Iris mandó a Sella y Liz que buscaran a Illya, por poco que le gustara, ella tenía que estar presente, por lo que tuvieron que esperar a que las gemelas llegasen con la niña. Unos pocos minutos más tarde, Illya llegó vistiendo un impecable conjunto de falda blanca y camisa morada mientras tenía una cara un poco enfadada.

Iris caminó hacia ella, se arrodillo y acarició el rostro de la pequeña niña haciendo que ella la mirara. Esta sonrió a su hija con el fin de tranquilizarla, después de todo todavía se seguía acostumbrando al nuevo horario japonés y le molestaba no poder dormir como ella quería, suma a eso que tenía que levantarse para ir a pelear, no estaba de buen humor para nada. Kiritsugusu se acercó a Bazett y le explicó el plan que tenía en mente. Este consistía en encontrar a los dos maestros que habían entrado en su territorio y expulsarlos usando la fuerza si era necesario y obligarles a sacar a sus servants para acabar con ellos.

Ella pareció entenderlo y cuando llegó su esposa con su hija llamaron a los dos sirvientes que tenían a su disposición, Berserker y Lancer ahora miraban al bosque, siendo el lancero el que parecía muy entusiasmado por el hecho de ir a cazar. En poco tiempo el grupo de seis personas comenzó a caminar. Lancer era el que lideraba el camino mientras su lanza carmesí, detrás de él estaban los cuatro magus y cerrando el grupo estaba Berserker cargando una losa de piedra más grande que el tamaño estándar de una persona que cargaba al hombro.

En el grupo de magus, Bazett se estaba poniendo unos guantes negros que tenía encantados con runas mientras que Kiritsugu aseguraba la funda de su pistola en su muslo y se preparaba un cigarro con la otra ganando miradas de fastidio de su esposa e hija, las cuales iban más ligeras que los otros dos al confiar en sus reservas de prana.

El bosque en el que estaban era uno de gran extensión, por lo que no podrían peinarlo todo. Iirisviel, quería tener la mayor vigilancia posible creo unos familiares con su cabello dándoles forma de ave para que sobrevolara todo el territorio.

Hubo un momento en el que los magus estuvieron por darse por vencidos, pero la intención asesina del sirviente de la lanza les hizo detenerse.

- ¿Qué sucede Lancer? - Dijo Bazett muy seria al ver a su sirviente como si estuviese listo para atacar.

- Deberías salir de ahí señorita. - Dijo Lancer con una sonrisa depredadora. - Es de mala educación no mostrarse cuando haces una visita a alguien.

Bazett estuvo por volver a hablar para preguntar qué era lo que estaba haciendo, pero la voz de una joven chica la frenó en seco.

- Oh, vaya. - Dijo la voz para luego caminar mostrando a una chica de pelo rubio y un vestido azul. - Pensé que mi ocultación de prana era lo suficientemente buena, después de todo logré engañar al magus killer.

- Luviagelita Edelfelt. - Dijo Bazett llamando la atención de sus compañeros. - Una de las mejores alumnas de la torre del reloj, pensé que yo era la única representante de esa organización, ¿Por qué estás aquí?

- No he venido representando a la torre. - Dijo la joven magus. - He venido por mi propia cuenta, estaba harta de que no se tuviese a la familia Edelfelt en cuenta para este evento, más cuando ya hemos tenido representación en guerras pasadas.

- Si no recuerdo mal, tu familia dejo de participar por los pocos resultados que esta obtenía en la guerra. - Dijo el asesino de Magus sin dejar de mirarla. - Además, volviendo al tema que nos atañe en este momento, dudo mucho que te hayas atrevido a venir tu sola y por como has logrado pasar desapercibida imagino que tu sirviente sería un Assassin.

- Puede ser. - Dijo Ella con una sonrisa. - Puede que esté aquí, que se esté ocultando o que esté directamente apuntando a la vuestra cabeza.

- No te hagas la lista Edelfelt. - Dijo Bazett muy seria. - Ha llegado el aviso de que había dos maestros, ¿Dónde está tu cómplice?

En ese momento el sirviente de la lanza agarró del brazo a su maestra para apartarla de golpe de lo que podría haber sido un proyectil que emanaba energía mágica que había sido lanzado al pecho de la mujer pelirroja.

Tras eso todos se pusieron serios. Iris fue rápidamente con su hija mientras las gemelas se colocaban al lado de las dos en caso de tener que luchar de forma inmediata, Berserker tomó su hacha de piedra y soltó un rugido ensordecedor mientras que Kiritsugu no dejaba de mirar a su alrededor con su pistola en mano. Lancer, por otro lado, optó por no separarse de momento de su maestra.

- ¿Tu compañero tiene un arquero con él? - Dijo el asesino intentando conseguir un poco más de información.

- Quien sabe. - Dijo la rubia. - Mi compañero también ha venido con su sirviente, pero él ha optado por mantener la distancia mientras me da apoyo.

- ¿Qué intenciones tienes? - Dijo la madre con hostilidad.

- Aunque no lo crea Señora Einzbern, quiero medir vuestra fuerza. - Dijo Luvia dejando caer su sonrisa por primera vez en todo el encuentro. - Será para saber cuánto me tengo que esforzar para un enfrentamiento futuro combate por la victoria.

En ese momento el ambiente cambió y todos se tensaron por la inminente pelea que iba a suceder.