Capítulo 12.
El ambiente se había puesto muy pesado. Bazett estaba al lado de Lancer mientras que Kiritsugu se mantenía cerca de su esposa e hija mientras Berserker estaba completamente listo para salir a atacar a la chica rubia que había declarado que quería medir fuerzas.
Por otra parte, Luvia se había arrancado las mangas de su vestido permitiendo que esta tuviese más movilidad. Lancer miró a la chica y tras unos segundos este fue el primero en moverse. El sirviente de la lanza se movió a gran velocidad haciendo que llegara a la magus finlandesa en el tiempo en que ella parpadeaba.
La lanza del sirviente estuvo a unos pocos centímetros de cortar el cuello de la chica, pero este se vio obligado a retirarse debido a una sensación de peligro inminente que sintió. En el momento que dio un salto pudo ver cómo es que parte de la vegetación que estaba cerca de su persona ahora cortada, pero sin ningún rastro de un sirviente, es confirmaba la presencia del sirviente asesino en algún punto.
De pronto un grito proveniente de una mujer a la espalda del sirviente azul le obligó a voltearse para ver como un corte se había formado en el brazo de su maestra.
- Tienes valor para mandar a tu sirviente a atacar a mi maestra directamente señorita rubia. - Dijo Lancer mandando una mirada de odio hacia la chica.
- Oh, estate tranquilo lancero, yo no le he mandado nada a mi sirviente, puede que lo haya hecho mi compañero, o su sirviente. - Dijo ella con una sonrisa. - Ya lo dije, no he venido sola.
- Pero aun así tú eres la única que está dando la cara. - Dijo el magus killer mientras tanteaba la culata de su pistola. - No me parece justo.
- Oh, ¿Y quién dice que no está aquí ahora mismo? - Dijo ella alertando a Kiritsugu. - A lo mejor sigue bajo la protección de Assassin y por eso no lo notáis, pero está aquí ahora mismo.
Kiritsugu quiso seguir hablando para llegar a sonsacar algo de información, pero un impulso de prana le hizo pasar a la defensiva, un filo de prana pasó cortando el aire cerca del lancero azul obligando a este a pasar a una postura defensiva.
En ese momento, el padre de familia pensó rápidamente si el otro sirviente que estaba en el lugar fuese un Archer o un Caster, podía ser incluso un Rider bien dotado en maná. Este miró a su hija para que diese una orden a Berserker, el cual ya había tomado una postura defensiva alrededor de la niña.
- ¡Dejad de ser cobardes! - Dijo la magus de la torre del reloj. - Mostrad vuestras caras y luchemos de verdad.
La rubia pareció pensar en eso y, tras una risa suave, esta chasqueó los dedos haciendo que dos figuras se materializaran en el claro en el que estaban. El primero en hacerlo fue el samurái que mostraba una sonrisa calmada mientras mostraba su larga espada por encima de su hombro. Al lado de este había un caballero con armadura y casco que no dejaban ver la verdadera identidad del sirviente.
- Bien, aquí los tenéis. - Dijo ella con una sonrisa. - ¿Quién es Assassin? ¿Quién es Saber? - Dijo como si esto fuese un juego. - Ahora solo queda esperar que acertéis en saber quién es quién.
En ese momento Lancer reconoció al sirviente de armadura de inmediato y afiló su mirada en él. No llegó a enfrentarse con él, pero su fuerza fue lo suficientemente abrumadora como para que saliera de escena para informar a su maestra, por lo que no pudo ver su táctica.
El momento de las miradas se detuvo cuando los dos sirvientes comenzaron a moverse, el samurái se centró principalmente en Lancer, al cual tomó un carácter defensivo para captar los patrones de ataque, por otro lado, el caballero fue en contra del gigante que cargaba un hacha hecha de piedra más grande que él.
Las dos gemelas pasaron a ponerse un poco por delante de la familia una empuñando una alabarda y otra envolviendo sus manos con prana. Illya indicó al gigante que atacara, lo que este hizo no sin antes soltar un grito gutural. En pocos segundos la gran hacha de Berserker fue en busca de ese caballero, el hacha descendió con tal fuerza que cuando el caballero bloqueó su ataque con su propia arma este se hundió en el suelo unos cuantos centímetros.
Berserker no se detuvo ahí. Este siguió atacando obligando al caballero a esquivar y evadir los ataques de su frenético rival, debido a esto el caballero no podía ver ninguna oportunidad de lesionar o dañar a Berserker.
Buscando una posible salida en su enfrentamiento para poner distancia entre ellos dos vio como la familia que lo comandaba se había colocado de tal forma que la niña pequeña quedara por detrás, por lo que lo más seguro es que la niña fuese la maestra o siempre mente querían proteger a la niña. Rápidamente desechó la segunda idea, ¿Por qué habría un niño aquí en primer lugar? Solo les causaría muchos problemas el hecho de que ella estuviera allí, por lo que solo podría ser la primera.
De inmediato pensó en lanzar un ataque en contra de ellos, pero algo dentro del caballero se lo impedía y no era una orden. Había participado en la guerra con Kiritsugu e Iris en la guerra anterior y también conocía a Illya, por lo que no quería hacerle daño. Después de unos segundos cargó un poco de magia en su espada invisible y la liberó en dirección a la familia, pero sin llegar a apuntar a nadie en específico.
Esto tuvo la reacción esperada ya que Berserker corrió en dirección a la niña para desviar el corte de energía. Gracias a eso, el caballero pudo tener unos segundos de descanso que utilizó para pensar en cómo se había movido el Berserker de esta guerra. Este era muy rápido y ágil, como Berserker tenía una fuerza descomunal. Por su parte consideró que ya había conseguido reunir la suficiente información como para poder idear una estrategia más elaborada más adelante contra él, por lo que aprovechó la confusión de ese pequeño momento para darle soporte al samurái.
Lancer estuvo luchando contra el samurái mientras este tenía una sonrisa que molestaba al samurái, el cual, tenía una cara de completa calmada. Las hojas de las dos cada vez que chocaban causaban un retumbar en el ambiente.
Lancer aprovechaba su velocidad para atacar desde diferentes ángulos al samurái, el cual terminaba desviando cada ataque con tranquilidad cada uno de sus ataques. El lancero confiaba en su velocidad, por lo que terminó confiando en la misma estrategia sin parar, lo que terminó en un montón de ataques que venían de todas las direcciones que cualquier enemigo humano no podría escapar, y para un sirviente lo tendría difícil para no salir herido.
Pero el samurái era diferente. Este se concentró y cerró los ojos mientras su espada terminó en una postura relajada. Estuvo en esa misma postura durante unos segundos mientras un motón de ataques llegaba hasta su persona y en un solo segundo realizó un corte con su espada que provocó que los ataques que Lancer se detuvieran y obligara a este a retroceder para evitar que el samurái le cortara en pedazos.
Esto llenó de alegría a Lancer, hacía un tiempo que no tenía una buena batalla donde por un verdadero descuido podría acabar con su vida. Pero mientras sucedía esto, el caballero llegó a su espalda e intentó darle un corte, pero este se dio cuenta y retrocedió hasta estar cerca de su maestro.
En el tiempo que habían estado peleando la maestra de uno de esos dos sirvientes no se había adelantado en ningún momento, solo los había estado mirando con una sonrisa.
- Lancer. - Dijo Bazett en voz baja solo para que él lo escuchara. - ¿Cres que podrás encontrar al otro maestro si Berserker se encarga de los dos?
- Podría ser, pero si está bajo la protección del Assassin dudo que pueda encontrarlo en poco tiempo. - Dijo este.
Bazett no perdió el tiempo y le mandó una mirada al asesino de magos. Este asintió de inmediato y se acercó a su hija para que este le dijera algo a ella, en poco tiempo le dio la orden al Berserker de que atacara tanto al samurái como al caballero.
El guerrero desenfrenado corrió hacia ellos obligando a los dos luchadores a retroceder mientras evadían el hacha de piedra que este zarandeaba. Esto hizo que el lancero azul tuviese cierto tiempo para buscar al segundo maestro que se estaba ocultando.
Lancer paso a su forma espiritual para intentar sentir el maná del ambiente en busca de una anomalía. De inmediato pudo sentir las firmas mágicas de la familia con la que estaban colaborando, la de su maestra y la firma de la chica rubia, pero no podía sentir una firma mágica distinta a las que ya había oculta en el lugar, por lo que estaba perdido en la búsqueda.
Miró y miró por los alrededores y no pudo encontrar al magus enemigo que Assassin estaba ocultando, por lo que solo pudo llegar a la conclusión de que la magus rubia había mentido y su compañero solo le había prestado su sirviente, por lo que volvió con su maestra a informar lo que había descubierto.
En el momento que se lo dijo Bazett, la cual, no pudo evitar sonreír y encarar a la magus de Finlandia.
- Se te da bien mentir. - Dijo la enviada de la torre del reloj. - Pero hemos descubierto que estas tú sola con los dos sirvientes.
Luvia no hizo ningún gesto por lo que Bazett había dicho, solo se mantuvo en silencio mientras los tres sirvientes restantes seguían peleando. Los Einzbern escucharon esto y rápidamente, Kiritusgu, mandó a las dos gemelas a enfrentar a la rubia donde Liz sería la que se enfrentara a ella mientras Sella sería la que le diese cobertura atacando desde la distancia.
Las dos alvinas corrieron al ataque. Liz cargaba con su alabarda mientras que Luvia evadía los cortes mientras contrarrestaba los hechizos de Sella con los suyos propios. Kiritsugu estuvo por atacar usando su arma de fuego, pero la voz distorsionada de un hombre le hizo pararse en seco.
- Yo que tú tendría cuidado con lo que estás haciendo. - Dijo una voz a su espalda. - No sabes si yo pudiera estar apuntando a alguien ahora mismo y que tú no puedas ver.
Kiritsugu se tensó. Por lo que había dicho y por la dirección en la que venía la voz este estaba detrás de él. El asesino de magus se había ubicado en la parte de atrás del grupo para garantizar una posición de defensa a los demás ya que habían conseguido ubicar al enemigo en una zona establecida.
El asesino de magus se quedó congelado, él no sentía nada de prana extraño a su alrededor por lo que no estaba apuntando un hipotético hechizo hacia él, por lo que debía estar apuntando a su mujer, hija o compañera, por lo que optó por mantenerse quieto.
Kiritsugu levantó las manos poco a poco haciendo saber al enemigo que no iba a atacar por el momento.
- No voy a atacar, ¿Qué quieres que haga? - Dijo el padre de familia.
- Primero, indica a las dos chicas que se retiren del combate. - Indicó el chico. - Después ordena a Berserker que deje de pelear y, por último, ordena a la otra magus a que deje de pelear, creo que ya hemos conseguido todo lo que necesitábamos.
Kiritsugu miró a los que le había indicado que dejara de pelear e indicó a todos que la pelea se acabó. Esto provocó que Bazett lo mirara sorprendido y su familia confundida. En ese momento la protección de Assassin fue disuelta dejando ver a un chico vestido con traje completo que ocultaba su rostro con un sobrero.
Después de eso, el caballero fue a su lado y con un impulso de maná se transportaron al lado de la rubia, la cual estaba un poco jadeante por la pelea.
- Ha sido un placer tener este encuentro. - Dijo el chico trajeado. - Hemos visto cosas muy interesantes, por lo que os lo agradezco, nos volveremos a encontrar, hasta entonces, que tengáis una buena noche.
Después de eso la protección de Assassin se extendió a los dos chicos y desaparecieron del lugar dejando solos a las dos partes que formaban la alianza.
Reinó el silencio por unos minutos hasta que decidieron volver al castillo, por lo visto, Bazett tenía algo que quería comentar con el asesino de Magus.
La pareja de adolescentes estaba siendo transportados por sus dos sirvientes hasta que llegaran de nuevo a la civilización. Los dos se habían mantenido en silencio hasta que llegaron a las cercanías de la ciudad de Fuyuki.
Allí los dos se despidieron y se fueron a sus viviendas ya que Shirou priorizaba que Luvia descansara un poco por la pelea que había tenido, por lo que acordaron que por la mañana comentarían lo que habían visto en la noche.
Cuando este llegó a la residencia Emiya fue recibido por las dos criadas de la casa las cuales le prepararon un baño caliente y su habitación para que este descansara de la segunda noche de la guerra por el santo grial.
El resto de la noche fue tranquila, el magus durmió tranquilamente hasta que llegó la mañana donde se despertó poco antes de que el sol saliera y comenzó a hacer su rutina diaria. Un rato después comenzó a preparar el desayuno con la ayuda de las dos gemelas.
Como era costumbre, el viejo Raiga apareció poco después de que el desayuno se sirviera junto con Taiga, el viejo quiso saber que había pasado en la noche anterior y le contó que se había acercado al castillo en el que estaban sus padres y una mujer que era su aliada para le guerra y que estos tenían los sirvientes Berserker y Lancer respectivamente, también le dijo que iría con la chica con la que tenía la alianza para hablar de lo que pasó también.
El viejo le dijo que fuese con cuidado con su padre y que no se confiara ya que como estaba ocultando su apariencia podría acabar con él. Shirou asintió y le aseguró que iría con más cuidado y poco después se despidió de la pareja acompañado de Altria. Al salir este olfateó el aire en busca de posibles rastros de la noche anterior para intentar captar algún movimiento de los demás máster, había llegado a la conclusión de que no había habido movimiento más hallá de lo que había pasado en el día anterior con Rider y Shinji y la pelea de prueba contra sus padres y su compañera.
Mientras caminaba por las calles podía notar ciertos rastros de prana cuanto más se acercaba a la zona residencial de la ciudad, como si alguien hubiera hecho algo en las viviendas, por lo que no podía admitir que de verdad no había habido nada más como había pensado hace unos segundos.
Después de unos minutos de camino llegó a la residencia de la magus rubia donde fue recibido nuevamente por el mayordomo de Luvia que no dejaba de mirarlo con intensidad que hacía que Shirou se sintiese un poco intimidado. Este lo guio hasta donde estaba su ama, la cual estaba disfrutando de su desayuno en el comedor mientras Assassin estaba sentado detrás de ella en el suelo mientras tenía los ojos cerrados, Shirou no sabía si era porque estaba aprovechando para recuperar energía mediante algo parecido al sueño, si estaba aburrido e ignoraba todo lo que pasaba o si estaba vigilando con alguna habilidad la casa.
- Espero que tenga un buen día Shirou. - Dijo Luvia con una sonrisa mientras dejaba en la mesa una taza de té después de tomar un sorbo. - Imagino que vamos a hablar de lo de ayer. - Shirou asintió mientras se sentaba mientras Altria tomaba forma corpórea y se posicionaba al lado de su maestro. - Lo que yo pude notar es que las gemelas son muy fuertes si trabajan en equipo, además de que Berserker imponía mucho solo con su presencia.
- Además de que consta con mucha fuerza física y velocidad. - Dijo Altria mientras se unía a la conversación. - Puede manejar su hacha de piedra con una sola mano como si fue un simple palo de madera, aparte de que cuando le hacemos una herida, por mi pequeña que sea, se sana inmediatamente haciendo que sea más difícil ganar una pelea de desgaste.
- En lo que se refiere a Lancer. - Dijo Assassin entrando a la conversación. - No me he llegado a enfrentar a él seriamente, pero su lanza manifesta cierta sed de sangre preocupante por lo que creo que puede llegar a ser parte de su noble phamtams, aparte, también consta de una gran velocidad y agilidad en batalla, por lo que tenemos que tener cuidado en el momento en el que tengamos que volver a enfrentarnos.
- También pude ver que la maestra de Lancer parece ser muy estricta, por lo que no me sorprendería que se sumara a una pelea si le surge la posibilidad ya que pude notar prana en sus guantes, por lo que puede que estén encantados. - Dijo Luvia mientras pensaba. - Shirou, ¿Tú que has visto?
- He podido ver, mientras estaba bajo la protección de Assassin, que Kiritsugu no es el maestro de Berserker, ya que cuando demandé que detuviera al sirviente él no dijo una palabra, solo hizo un gesto, después de eso pasó algo que calmó a Berserker para que se retirara, pero no llegué a verlo en ningún momento, pero lo más seguro es que siempre que veamos a Berserker veamos a toda la familia Einzbern. - Explicó el pelirrojo mientras recordaba lo que había visto en la noche anterior. - Pero por el momento recomendaría no ir por la familia Einzbern, no hasta que sepamos la identidad de Berserker o su debilidad, aparte de que no sabemos la identidad de Lancer, por lo que sería muy arriesgado volver sin saber mucho más.
- Estoy de acuerdo. - Dijo Luvia asintiendo a lo que estaba diciendo. - Por el momento creo de debemos asegurar más terreno, Shirou, ¿Sabes de otros masters?
- Ayer me enfrenté a Rider. - Dijo Altria. - También vimos la cara del maestro, por lo que podríamos ir a por él.
- ¿Ese sirviente es muy fuerte? - Dijo Assassin curioso.
- No lo es. - Dijo la sirviente de la espada. - Era débil, por lo que creo que su maestro no es muy hábil, por lo que creo que sería un buen objetivo para empezar.
- Yo sé dónde está su maestro, por lo que podemos atacar cuando lo queramos, pero me gustaría hacer una petición. - Dijo Shirou haciendo que la finlandesa lo mirase atentamente. - Me gustaría no matar al maestro, no solo porque sea amigo mío sino porque preferiría no matar a nadie en esta guerra si es posible.
Luvia pareció pensar en lo que él había dicho. Si bien ella había formado una alianza con él alegando que no le importaba ganar o perder, sino que lo único que quería era hacer que la familia de magus finlandeses fuesen tomados en cuenta otra vez para la próxima guerra, por lo que no le importaba acceder a las demandas del chico, pero también, dejar a uno de los enemigos de la guerra con vida sería un posible problema adelante ya que podría esperar a que uno de los sirvientes quedase libre de sus sellos de comando para intentar conseguir otro.
La chica pensó en ello durante un tiempo mientras Shirou estaba expectante a la respuesta que esta daría, todo esto pasaba mientras los dos sirvientes se quedaban en silencio. Después de unos momentos Luvia dirigió su mirada seria hacia Shirou el cual la miró con la misma intensidad que ella.
- No puedo llegar a prometerte nada. - Dijo Luvia muy seria. - Yo iré sin la intención de matar, pero si veo que mi vida corre peligro entonces lucharé con la intención de salvar mi vida, y si eso conlleva la muerte de mi enemigo eso haré, pero no iré con esa intención.
Después de escucharla Shirou soltó un suspiro que no sabía que había estado conteniendo. Él no quería que Shinji ni Sakura saliesen heridos en esta guerra, por lo que estaba un poco más aliviado de saber que no les harían anda a esos dos.
Después de la pequeña charla Shirou y Luvia decidieron dejar por el momento los temas de la guerra del santo grial ya que habían conseguido establecer un nuevo objetivo y optaron por tener un poco de relajación antes de la noche. Luvia quiso ver más de la ciudad en la que estaban y le pidió, exigió, a Shirou que le mostrara las cercanías y los lugares más importantes del lugar. El chico, un poco confundido por lo que la chica le había pedido, accedió a mostrarle la ciudad.
Luvia, con la respuesta, estaba radiante y, con una sonrisa, se fue a su habitación con la intención de cambiarse a una vestimenta más adecuada, lo que provocó a su vez que Shirou y el mayordomo de la joven se quedaran solos en un silencio incomodo. Shirou nunca había estado solo con él y este solo se mantenía en su posición en silencio mirando al chico de una forma amenazante que no dejaba de incomodar al chico.
Después de unos minutos la chica bajó vistiendo un vestido azul un poco menos llamativo, pero todavía siendo muy ostentoso para la zona en la que estaban. En el momento que estuvieron por irse el mayordomo escoltó a la joven hasta la puerta y tuvo la intención de acompañarlos, pero Luvia fue tajante en que se quedara para proteger la base en la que estaban por si alguien venía a por ellos en el día para buscar información.
Una vez dejaron de lado al sirviente del hogar, los dos salieron acompañados de sus sirvientes en sus formas espirituales fueron a los puntos que Shirou consideraba importantes, la zona comercial para que pueda mandar a su criado fue de las primeras zonas que le enseñó. Como Shirou era medianamente conocido en la zona esto causó que muchos de los vendedores entablaran una pequeña conversación con él queriendo saber quién era la chica que la acompañaba ya que pensaban que este nunca tendría una pareja con la que salir.
Después de eso acudieron a las cercanías de la academia, ahí le indicó que encontraron a Rider junto con su maestro en una zona no muy lejana de la que estaban, además de que tendrían que tener cuidado ya que podrían verlos los otros maestros que acudían a la academia. Afortunadamente no habían encontrado a ningún maestro o sirviente que pudieran entrometerse en su camino.
Por el momento habían seguido las normas, por lo que si encontraran a algún sirviente con claras intenciones hostiles podrían llegar a notificarlo al árbitro en la iglesia para que ejerciera su poder y castigara al infractor. Debido a ello, Luvia, estaba sonriente mientras caminaba y escuchaba a Shirou de lo que hablaba.
Con el tiempo llegó la hora de volver a casa ya que ya se estaba poniendo el sol por lo que, con el resto de los alumnos que ya estaban saliendo de la academia, volvieron por el camino que habían vuelto.
Cuando estaban de camino a la casa de la rubia algunos de los alumnos se pararon para saludar al chico que había estado faltando por un pequeño accidente que había tenido. Entre esos estudiantes estaba Issei, el cual le entregó en mano los apuntes que había obtenido para él y dio un saludo cortés pero cortante a la chica finlandesa.
Shirou pensó que no iba a encontrarse con nadie más, pero una chica de pelo negro con dos coletas estaba delante de ellos dos mirando fijamente a ellos dos.
- Buenas tardes Emiya-kun. - Dijo ella con una sonrisa ensayada que ya había visto el chico antes. - Me alegra ver que ya te encuentras mucho mejor ahora, había escuchado que habías tenido un accidente.
- Buenas tardes Tohsaka. - Dijo Shirou con cortesía sabiendo que ella podría llamar a su sirviente en cualquier momento. - Había sufrido un pequeño accidente después de salir de trabajar, por lo que todavía no voy a poder ir a clase. Como mucho puedo salir a dar un paseo sin ayuda de las criadas.
- Oh, me alegra ver que estés lo suficientemente bien como para poder salir a pasear. - Dijo con la misma sonrisa que antes. - Veo que estás acompañado de alguien, ¿Podrías presentarnos?
- Oh, claro. - Dijo Mirando a la chica la cual le sonreía indicándole que lo hiciera. - Ella es la señorita Luvia, ha venido hace poco a la ciudad, por lo que le estoy enseñando las cercanías.
- Entiendo, pero creo que es muy tarde como para que estés a fuera cuando te estás recuperando de un accidente. - Dijo Rin sin dejar de mirar a la magus rubia que, a su vez, le mantenía la mirada. - Creo que deberías dejar a la señorita Luvia en su casa, no debes sobrecargarte demasiado, sigues siendo una persona por lo que debes descansar de vez en cuando.
- No se preocupe, Miss Tohsaka. - Dijo Luvia mientras daba un paso adelante. - Ya me estaba acompañando a mi vivienda, por lo que ya podrá descansar.
- Aun así, me gustaría asegurarte de que te quedes en casa durante un tiempo más Emiya-kun. - Dijo Rin con calma y dirigiendo su mirada hacia el pelirrojo. - Ha habido algunas fugas de gas, tal vez deberías asegurarte de que se cierra bien cuando termines de cocinar.
- No te preocupes, actualmente tengo algo de ayuda para cocinar de las criadas que me ayudan en casa. - Explicó Shirou con una sonrisa tranquila.
Después de ese suceso, la chica de dos coletas se alejó de ellos no sin antes volver a mirar a la rubia, la cual la seguía mirando con la misma expresión. En el momento que ella se alejó ellos también lo hicieron, su tiempo de ocio había acabado y ahora se prepararían para la tercera noche de la guerra.
