·
:::::
Un cachorro más
:::::
-¿Portarnos bien? Vamos Pakkun, parece que no nos conoces –gruñe Akino.
-Precisamente porque os conozco os aviso.
-No pienso comerme al humano –increpa Shiba.
-Seguro sabe tan mal como Kakashi –añade Urushi.
-Bueno. Yo sólo aviso. Los primeros días van a ser difíciles. Así que tranquilidad y quien no sepa comportarse se va unos días.
-¿A dónde? –pregunta Bisuke.
-¿Por qué van a ser días difíciles? ¿Sakura volverá a tener el celo? –pregunta Guruko.
-No. No seas idiota. Las hembras humanas no tienen el celo.
-Pues no lo parece, viendo como se lanza sobre Kakashi algunas veces –interviene Ühei.
-Está bien. Dejaos de tonterías. Están por llegar –dice Pakkun corriendo hacía la puerta.
-o-
-Puedes soltarme ya. Estoy bien, puedo andar por mi cuenta –pide Sakura intentando zafarse de Kakashi.
-No. Debes estar débil. Vamos hasta el sofá.
Sin retirar el brazo de la cintura de Sakura, cierra la puerta de la entrada tras de si.
-Estoy bien. De verdad.
-¿Seguro?
-Sí. Y me gustaría que me dejaras coger a nuestro hijo. Es nuestro, ¿sabes?, de los dos, tuyo y mío.
-Debes estar cansada, ¿y si se te cae?
-¡Por Kami! No se me va a caer. ¡Dame a mi hijo! –pide soltándose de su agarre y estirando las manos en su dirección.
Kakashi mira al bebe en su brazo y cediendo en su actitud lo tiende hacía Sakura.
-Con las dos manos –pide mientras se lo pone sobre los brazos.
-Lo sé.
-Nunca has tenido un hijo, no lo sabes.
-¿Y tú a cuántas mujeres has dejado embarazadas y no me has dicho nada? –dice entre molesta y divertida.
-Está bien, perdón. Estoy nervioso.
-No lo jures –increpa mirándole con odio.
-Fue un despiste, no iba a olvidarte en el hospital.
-Seguro que no.
-¿Cómo podría olvidarte? –pregunta besándola a través de la máscara.
Un carraspeo interrumpe la conversación.
-Hola –ladra Guruko.
Ocho pares de ojos les miran atentamente.
-¿Nos van a presentar o qué? –pregunta Bisuke.
-Es muy pequeño –sentencia Shiba-. No se podrá ni jugar con él.
-Me gusta. Aunque es una lastima que haya sacado tu cabello Kakashi –comenta Ühei.
-¿Tenemos ya nombre? –pregunta Guruko sentado sobre sus patas traseras-. O seguimos como antes de salir hacía el hospital.
-¿Cómo van a seguir sin saber el sexo? Eres bastante tonto –comenta Urushi.
-Entonces… ¿Sakumo o Yumiko? –pregunta Buru restregándose contra la pierna de Sakura en una caricia.
-Sakumo, es niño –responde Sakura.
-¿Cómo ha ido, Kakashi? –pregunta a su vez Pakkun.
-Creo que están en shock. Es normal, ¿quién iba a esperar una cosa así? Es demasiado pequeño. No sirve de nada –insiste Shiba.
-¡Shiba! Está bien, déjalo ya. No es un juguete. Es un niño humano –le regaña Buru desde detrás.
-¿Así que iban a estar normales? "A su rollo. Como si nada" –comenta Sakura citándole.
-¿Lo dices por nosotros? –pregunta Akino-. ¿Esperabais que no estuviéramos nerviosos con la nueva incorporación a la familia?
-Sólo es un nuevo miembro al que soportar, alguien que en poco más de un año nos perseguirá intentando morder nuestras orejas… ¿por qué habríamos de estar nerviosos? –pregunta con ironía Urushi.
-Él no hará eso –responde Kakashi.
-¡Ja! A otro perro con ese hueso Kakashi –interviene Shiba.
-¿Y bien? –pregunta Pakkun.
-¿Bien qué? –pregunta Sakura confusa.
-¿Cómo ha ido?
-Bien, supongo. Estamos aquí, ¿no?
-¿Tiene diez dedos en las manos y en los pies? ¿Dos ojos normales? ¿Una cicatriz en el izquierdo? –pregunta Guruko.
-¿Eh? No, no tiene cicatriz –responde aguantando una carcajada Sakura.
-¿Eso no debería estar ahí? ¿No es una marca de nacimiento o algo así? –insiste el ninken.
Kakashi niega con la cabeza.
-Está bien, largo todos. Dejadla descansar –pide cansado del interrogatorio.
-¿Seguro que no es hijo de otro? –pregunta Shiba-. Lo de la cicatriz me mosquea.
-¡Oye! –exclama indignada Sakura.
-Sakura, si necesitas algo estaremos en la otra habitación –ladra Buru.
-Gracias Buru.
-Gracias Buru –imita con retintín Shiba-. Buru, Buru, Buru… él siempre ha sido tu favorito. Podrías haber llamado Buru al cachorro.
-¿Qué cachorro? –pregunta confusa.
-Al canijo ese –dice mirando al bebe.
-Es un bebe, no un cachorro –responde incrédula-. Y no se llamará como otro miembro de la familia.
-Ya. Somos de la familia pero tenemos que irnos a otra habitación –comenta dolido Bisuke.
-No si supierais comportaros –increpa Kakashi mirándolos mal.
-Sabemos comportarnos –se queja el ninken.
-Demostradlo.
Ocho pares de ojos se miran entre sí confusos.
-¿Cómo? –pregunta Ühei
-¿Cómo qué? –pregunta a su vez Sakura.
-¿Cómo lo demostramos? –repite el ninken.
-Podemos quedarnos con vosotros y el pequeño y veréis que no nos portamos mal –sugiere Buru.
Kakashi les mira dubitativo.
-Déjales –pide Sakura caminando cansada hasta el sofá con Sakumo en brazos.
Los ninken ladran al unísono de felicidad.
-A la primera dormiréis fuera –amenaza Kakashi.
-Trato –ladra Urushi siguiendo a Sakura.
Pakkun le mira fijamente.
-¿Qué sucede Pakkun? –pregunta Kakashi.
-¿Todo bien?
-¿Por qué no iba a estarlo?
-Te veo raro.
-Estoy nervioso. Todo esto es nuevo para mi.
-Padre… me lo hubieras preguntado hace un par de años y nunca lo habría dicho.
-Ya ves –dice frotándose la nuca nervioso.
-¿Estás contento?
-¿Eh? Claro que lo estoy, ¿por qué no iba a estarlo?
-No sé. Creo que todo ha ido muy rápido.
-¿Rápido? ¿Cuántos años me has visto jodido por Sakura?
-No me refiero a eso. Me refiero a lo de ser padre. ¿Seguro que estás preparado? No lo veo claro.
-¿Qué? Ya estoy bastante nervioso, no necesito que me digas esas cosas.
-Mmm. Tranquilo Kakashi, lo haremos bien.
-¿Lo haremos?
-¿No creerás que tú solo puedes criar a un niño? No has visto a un niño en toda tu vida.
-¿Y a cuántos has visto tú?
-He criado a muchos cachorros.
-No es lo mismo.
-Kakashi… tengo más experiencia que tú. Incluso me llevaba mejor con tus alumnos que tú.
-Eso no es cierto.
-¿Le preguntamos a Sakura?
-No es necesario. Se ha casado conmigo, no pude hacerlo tan mal.
Pakkun le mira incrédulo.
-No puedes pensar eso en serio. Kakashi, nunca le preguntes qué tal profesor fuiste.
-¿De qué hablas? Fui un gran maestro.
-Lo peor de todo es que realmente lo crees.
-Claro que lo creo, Naruto también me tiene un gran cariño.
-A Naruto le dedicaste días completos en un entrenamiento personal.
-A Sakura también le dedique días completos.
-Sí. A rondarla en celo –gruñe con ironía.
-No sé de qué hablas. Además, no es el tema.
-No. El tema es que serás un padre nefasto si no dejas que te ayudemos.
-Ya.
-Ahora mismo tienes a tu mujer y tu hijo abandonados rodeados de siete perros a cada cual peor. Urushi cree que el crio tendrá tu mismo sabor. ¿No crees que querrá comprobarlo?
Kakashi se gira nervioso para mirar al salón.
-¿Te burlas de mí? –pregunta confuso.
-No. Yo no le dejaría a solas con él.
-¿Intentas que os eche de casa?
-No. Yo puedo ayudarte a cuidar de él, puedo controlarlos y ayudar con el bebe.
Kakashi mira inseguro al sofá y a Pakkun.
-¿Vais a estar allí mucho tiempo? –pregunta Sakura desde el salón.
Cuando Kakashi llega junto al sofá Sakura está sentada en el centro, con Sakumo en brazos, y rodeada de siete ninken con la mirada fija en el pequeño.
-No hace nada. Es muy aburrido –insiste Shiba.
-Dejadme hueco, quiero sentarme –pide Kakashi.
-Lo siento, el sofá está lleno. Busca otro sitio –gruñe Urushi.
-Tú, no te acerques a él o… -amenaza Kakashi mirándole con sospecha.
-¿Eh? ¿Y yo qué he hecho? –pregunta el ninken.
-No le morderás, ¿verdad?
-Creo que estás paranoico.
-Sakura… ¿fui un buen profesor? –pregunta inseguro mirándola nervioso.
-¿Eh? ¿A qué viene eso?
-¿Seré un buen padre?
-Ah, eso. Dado que una cosa no tiene mucho que ver con la otra, espero que sí.
-¿Qué quiere decir eso? –pregunta molesto.
-Ya lo has oído, Kakashi –dice Pakkun a sus pies-. No fuiste un buen maestro.
-Fuera todos, a la otra habitación –pide cabreado.
-¿Eh? ¿Pero qué hemos hecho? –pregunta Bisuke.
-Oye si ese pequeñín te ha molestado no lo pagues con nosotros –gruñe Guruko señalando a Pakkun.
-Argggg –grita pasando las manos por su pelo-. Me volvéis loco.
-Lo dicho, paranoico –ladra Urushi.
-Kakashi, relájate y siéntate a nuestro lado –pide Sakura riéndose-. No dejes que te confundan.
-Nunca intentaríamos algo así –se excusa sonriente Shiba.
Urushi se acerca a la cabeza de Sakumo y le olfatea.
-¡Ey! ¿Qué te he dicho? –pide Kakashi empujándole fuera del sofá.
-Sólo le olfateo, necesito saber su olor para reconocerlo y no confundirlo con otro bebe.
-¿Y para qué? ¿Te comerás a otros bebes?
-Oye, la paternidad te ha sentado realmente mal –se queja el ninken.
Kakashi les mira cabreados, y busca apoyo en Sakura.
-Llevan un poco de razón. Estás muy raro.
-Estoy nervioso.
-Ya, pero debes relajarte.
-No puedo. ¿Y si uno de estos decide que está bien probar su sabor?
-¿De qué hablas? Ellos no le harán nada. Mira que caritas de tontos tienen. Poco más y se les cae la baba a los ocho.
-¿Y si sale a mí?
-¿Eh? ¿Qué tendría de malo?
-Yo puedo decirte mil cosas –interviene Akino.
-¡Akino! Kakashi está nervioso, parad ya de burlaros de él –pide Sakura pegándose a Kakashi y poniendo a Sakumo en sus brazos-. Lo harás genial –dice dándole un beso en la mejilla.
-No pienso cargarle a lomos –comenta Ühei.
-No te lo hemos pedido –se queja Kakashi.
-No, pero ya lo haréis. Y os diré lo mismo. No es gracioso fingir ser un Inuzuka, no llevamos a lomos a nadie.
-Sois desesperantes –responde Kakashi sin quitarle los ojos de encima a Sakumo.
-Es guapo –dice Pakkun.
-Sí. Ha salido a Sakura –comenta Bisuke.
-Yo sí dejaré que se suba sobre mí. Es genial tener un bebe por aquí –dice Buru.
-Cuidaremos de él, Kakashi. No tienes de qué preocuparte –comenta Pakkun.
-Creo que está teniendo un ataque de pánico –comenta Shiba.
-Sakura, tú cuidas al bebe y nosotros a Kakashi –sugiere Bisuke.
-Ya basta, o os marcharéis al otro cuarto. No estáis ayudando. Le estáis poniendo más nervioso. Lo siento pero si no cambiáis de actitud hoy no podréis estar aquí.
-¿Cuándo podremos jugar con él? –pregunta Shiba.
-En unos años. Hasta entonces sólo podéis mirar de lejos –responde cansado Kakashi-. Fuera.
Los ocho ninken bajan la mirada y saltan al suelo. Caminan hacía la puerta y antes de abandonar el salón miran de nuevo a Kakashi. Que con un gesto duro niega con la cabeza.
-Pero… -comienza Pakkun.
-Fuera –le interrumpe.
Los tres se quedan solos en el sofá.
-Kakashi… no te preocupes por nada. Serás un padre genial.
Kakashi la mira nervioso.
-Fuiste un profesor un poco ausente, pero serás un padre genial –añade riendo.
-¡Sois unos aburridos y sosos! –ladra Guruko desde la entrada-. ¡Y pienso llevarme al pequeño a buscar gusanos al patio cuando no miréis!
-Así no ayudas –se queja Buru.
-Pero le gustarán los gusanos, estoy seguro.
-Guruko, tienes prohibido acercarte a Sakumo hasta que cumpla tres años –dice Kakashi cabreado.
-Si hombre. Tú flipas viejo –responde el ninken.
-¿Me has llamado viejo? –pregunta incrédulo.
-Bueno, eres padre junto a una mujer a la que sacas catorce años… o eres un pederasta o eres viejo.
-Fuera. Hasta que Sakumo no cumpla los veinte no entrarás a esta casa.
-¿En serio? Que mal te lo tomas todo –se queja sacando la lengua y marchándose.
-¿No te has pasado un poco? –pregunta Sakura sorprendida.
-Creo que moriré de un ataque al corazón.
-Quiero a Buru dentro.
-¿Eh?
-Siempre me ayuda. Quiero que los dejes entrar a todos. Sólo intentan hacerte de rabiar. Forman parte de esta familia y deberías dejarles conocer a Sakumo. Tú eres el primero que siempre juegas con ellos. Eres el que más les hace de rabiar. Están tan nerviosos como tú. Así que hazlos entrar y preséntales a Sakumo como es debido.
-Yo…
-Nada de excusas. Kakashi, somos una familia. Pídeles perdón y haz que entren.
Kakashi respira profundamente.
-¡Vosotros! –grita desde el sofá.
-No. Ve fuera a por ellos.
Se levanta del sofá con Sakumo en brazos y sale a la entrada.
-Chicos, quiero presentaros a alguien –dice arrodillándose y retirando un poco la manta para dejar ver a un bebe de ojos verdes y un poco de pelo plateado.
Shiba se acerca hasta el niño, que estira su manita y le toca la nariz antes de comenzar a reír.
-Me acabo de enamorar –ladra Shiba.
:::::
:::
NdA: Para Hatake Izumi, la llegada de Sakumo a casa presenciada por los ninken.
Espero que te haya gustado ;)
