·

:::::

No podremos hacerlo sin ti

:::::

Abrió los ojos de nuevo.

Y, de nuevo, ahí estaba. Delante suya, con las manos sobre su pecho, envueltas en chakra verde.

Es el frío. Te estás congelando. Y no haces nada para evitarlo.

-Kakashi, por favor no te mueras.

Podía incluso oírla.

-Ha abierto los ojos.

Era la voz de Pakkun, también estaba ahí.

Sakura se agachó sobre él y pudo notar sus labios contra los suyos.

Volvió a cerrar los ojos ante el contacto cálido de sus labios.

Reparador. Su imagen siempre conseguía que no doliera nada.

Era ella, siempre había sido ella.

Lo sabía desde hace años. Pero había tardado tanto tiempo en reconocerlo. Y aún más en decírselo.

Tanto tiempo perdido.

Ahora parecía tan absurdo no haber actuado antes.

No haber aprovechado todo ese tiempo a su lado.

-No te mueras, por favor.

Ya no dolía. Ella siempre tenía ese efecto en él.

Entonces no te rindas. Abre los ojos.

-Kakashi, abre los ojos.

Sonaba tan real.

-Soy yo. Por favor abre los ojos.

No podía ser ella, ¿no?

Estiró una mano intentando tocarla, pero sus fuerzas no se lo permitieron.

Es ella, idiota.

Una lágrima de ella cayó sobre su mejilla.

-No te atrevas a morir. No ahora que te hemos encontrado.

Notaba las manos de ella temblar sobre su pecho. Si fuera un sueño… no temblaría, ¿no?

Si fuera un sueño, ella no lloraría. No querría verla así. Un sueño como éste debería ser feliz.

Un sueño tendría que ser algo bonito.

Un sueño de despedida, ¿no?

-¿Qué ha pasado, Kakashi? ¿Cuánto llevas aquí?

No podía ser ella. No podía ser real. Estaba en mitad de la nada. Desangrándose.

¿Y la cabaña? Había visto una cabaña. Tenía que llegar allí. Allí habría alguien.

-Kakashi abre los ojos. Tenemos que movernos. Aquí no puedo hacer mucho.

Abre los ojos estúpido.

-No… puedo.

Sí que puedes, abre los ojos.

-Sí que puedes, abre los ojos.

Noto la nariz húmeda de Pakkun contra su mano.

Abre los ojos.

-Abre los ojos, Kakashi.

-¿Pa... kkun?

-Sí, colega. Vamos, hemos llegado desde muy lejos. Abre los ojos.

No podían ser ellos. ¿No?

Son ellos.

Abrió de nuevo los ojos, y ahí seguía. Sakura, con las manos sobre su pecho, aliviando el dolor.

Pakkun a su lado y un poco más lejos varios de sus ninken.

Pero él no los había invocado, ¿no?

-¿Cómo…

Comenzó a toser sin poder terminar la pregunta.

-Está tosiendo sangre, Sakura.

-Lo sé, pero no puedo hacer nada, necesitamos ir a un hospital.

-Hay una cabaña cerca.

Esa era la voz de Shiba, a lo lejos, venía corriendo de algún sitio.

-Buru busca a Tsunade, tráela. Date prisa.

En un puff desapareció.

Eran ellos. Ellos de verdad, no su imaginación.

Claro que son ellos, idiota.

-Kakashi, tienes que ayudarme, no puedo llevarte yo sola.

Se incorporó de rodillas con su ayuda, y de nuevo tosió sangre sobre su propio guante.

El blanco de la nieve se oscureció con el rojo de su propia sangre.

Todo se nublaba.

-Lo siento.

Fue lo único que consiguió decir antes de caer desmayado sobre Sakura.

-o-

Cuando abrió los ojos ella le miraba preocupada.

-Tsunade-shishou, ha abierto los ojos.

Notaba la boca pastosa y no tenía fuerza para hablar.

Tsunade apareció en su campo de visión.

-¿Cómo te sientes Kakashi?

Un gruñido fue todo lo que salió de su garganta.

-No hagas esfuerzos. En unos días estarás bien.

Estaba preocupada, le miraba con preocupación. Nunca había visto a Tsunade con esa expresión.

-Fue una locura. No debiste haberlo hecho. No tienes que ser él. No es justo para nadie que seas él.

Sabía perfectamente a quien se refería.

Y si tenía alguna duda la mirada de Tsunade, triste, a punto de llorar, no daba lugar a dudas.

Se alejo de él lo suficiente como para no poder verla.

-Tengo que ir a por algunas cosas, ahora vuelvo.

Sí. Hablaba de Jiraiya. Su voz quebrada y la necesidad que había mostrado por marcharse lo dejaba claro.

Pakkun apareció al lado de Sakura. También parecía preocupado.

-Se pondrá bien, ¿verdad?

-Se pondrá bien.

Notó como le tomaba una mano entre las suyas.

Reparador. Su contacto siempre era reparador.

-No vuelvas a hacer algo así.

Tosió una vez más, esta vez sin sangre. Y se aclaró la garganta antes de hablar.

-¿Cómo me encontraste?

-Fueron ellos.

Miró en la dirección que su cabeza le había indicado y vio a los ocho ninken mirándole con atención.

-Me prometiste volver. Y he tenido que ir yo a buscarte.

No había rastro de humor en su voz. Era una voz rota que nunca había oído.

-Lo siento.

-Eso ya me lo dijiste antes de desmayarte.

-Nunca podré decírtelo lo suficiente. Lo siento de verdad, Sakura.

-Pensé que no volvería a verte.

Intentó incorporarse pero fue incapaz.

-Fui un idiota.

-Lo fuiste.

Notaba que Sakura intentaba aguantar las lágrimas, en balde, ya que empezaron a caer por sus mejillas.

-¿Lo conseguiste?

-¿El qué?

-¿Acabaste con ellos?

Afirmó con la cabeza intentando de nuevo incorporarse.

-Déjame ayudarte.

Aprovechando su cercanía la abrazo fuerte, todo lo fuerte que su estado le permitía.

-Lo siento de verdad. No volveré a hacer algo así. Nunca más te dejaré sola. Te lo prometo y ésta vez de verdad. No me separaré de ti nunca.

-Eso espero. Te necesitamos. Y no me refiero a los ninken.

Se separó de ella mirándola con los ojos entornados.

-¿Qué?

Sakura se paso el antebrazo por la cara limpiando las lágrimas y le tomó la mano para llevarla hasta su vientre.

-No podremos hacerlo sin ti. ¿Entiendes?

Kakashi trago intentando hacer desaparecer el nudo en la garganta y volvió a abrazarla dejando que sus lágrimas se sumaran a las de ella.

:::::

:::

NdA: Secuela de 'Camina. Abre los ojos'.

NdA: Natsumi No Chiharu, secuela final. Tenía la idea de hacerla, pero no me inspiraba. Espero que lo consideréis un buen cierre.