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En mitad de la noche
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Dormía desde hace horas cuando sintió a Buru moverse a sus pies, dar un salto y salir corriendo hacía la puerta.
En verdad le había despertado el ruido de la puerta, pero estaba demasiado cansada como para preocuparse.
Se giró en la cama para verle cruzar el marco de la puerta de su habitación.
-Ohaiyo! –saludó levantando la mano el intruso.
El ninken había vuelto sobre la cama junto a Sakura, tras saludar a su verdadero dueño.
Le miró en silencio unos segundos desde debajo de las mantas y miró por la ventana. Estaba diluviando ahí fuera. Eso explicaba porque el dueño de esa melena plateada estaba empapando su suelo.
-¿No te preocupa que sea un ladrón? –preguntó sonriendo bajo la máscara.
-Sabía que eras tú.
La miró levantando una ceja.
-Buru no va corriendo a saludar a cualquiera.
-Ya veo.
-Y tampoco cualquiera tiene mis llaves. Ni entra dejando las llaves sobre la mesita de la entrada. Se quita el chaleco dejándolo sobre la primera silla que encuentra y avanza en silencio hasta mi habitación.
-Nunca he hecho eso.
-Nunca nadie lo ha hecho. Pero hasta la parte de avanzar hasta mi habitación es algo muy propio de ti.
El sonido de un trueno retumbó en la calle.
-No pensé que ya estuvieras durmiendo, perdona –se disculpó Kakashi.
-No te preocupes. Estaba cansada. No es tan tarde.
-Sí que es tarde. Es sólo…
Sakura se incorporó en la cama para mirarle.
-Perdona, no sé porqué he venido –dijo el shinobi dándose la vuelta.
-¿A dónde vas? –preguntó subiendo la voz para hacerse oír, Kakashi ya se alejaba por el pasillo.
-A casa.
-No seas tonto. Está diluviando.
Kakashi regresó hasta el marco de la puerta y se asomo dentro de la habitación.
-Estás empapado. Date una ducha y quédate a dormir –pidió Sakura levantando la manta a su lado.
Kakashi se pasó las manos por el pelo, empapando el suelo y sus guantes.
-Y deja de empapar mi apartamento –pidió la kunoichi.
-Perdón.
Kakashi se metió al baño, donde se quitó la ropa y se dio una ducha caliente.
Cuando salió con una toalla en la cintura, Sakura volvía a estar cubierta hasta las orejas por la manta y dormía de espaldas a la puerta.
Kakashi se pasó una toalla por el pelo y rebuscó en el primer cajón del armario una camiseta y unos pantalones.
No es que tuviera ropa allí, pero después de un tiempo pasando largas tardes allí, Sakura le había tenido que dejar más de una vez alguna camiseta y un pantalón de los que no quiso saber su procedencia, pero de los que sabía su ubicación.
Era algo raro, no es que tuvieran una relación más allá de la amistad que se había reforzado tras la guerra. Pero estaban ellos solos, y eso les había unido. Sasuke se había marchado y Naruto pasaba días enteros con Hinata o fuera en misiones. Así que Sakura, que no salía de la aldea por sus estudios de medicina, y Kakashi, que como Hokage no podía irse a misiones tanto como le gustaría, pasaban tardes completas juntos.
No es que fuera raro que Kakashi viniera a su casa a cualquier hora del día. Desde hacía un tiempo ya no le extrañaba que su ex profesor estuviera en su casa cuando ella llegaba de cualquier misión. Se había convertido en una costumbre. Igual que llegar para robarle algo de cena y hablar hasta las tantas para luego quedarse dormido en el sofá antes de marcharse a su casa.
El que sí vivía con ella era Buru. El ninken levantó la cabeza y miró a Kakashi mientras se ponía los pantalones.
Buru y Sakura se tenían un cariño especial. No es que hubiera abandonado al grupo de Kakashi, pero después de que Sakura hubiera firmado el contrato con los ninken Buru había decidido pasar más tiempo con ella que con los demás. Kakashi estaba bien con ello, y los demás parecían felices repartiendo sus días entre Sakura y el shinobi.
Kakashi miró la cama con dudas antes de ponerse una camiseta de joünin.
-¿Está todo bien? –preguntó Sakura girándose sin lograr verle por la oscuridad.
-Sí.
-¿Puedo preguntar por qué has venido?
La miró en silencio. Sin duda Sakura ya le conocía.
-Nunca lo preguntas.
-Nunca vienes a la una de la mañana.
Sakura volvió a incorporarse en la cama y consiguió ver su perfil.
-Vamos, siéntate y me cuentas.
Kakashi se sienta en el borde del colchón de espaldas a Sakura y se vuelve a pasar las manos por el pelo húmedo.
-Me acabo de enterar de algo.
-¿De algo?
-Nunca te he hablado de ello. Conocí a unos shinobis, de Kusagakure. Cuando… cuando mi padre murió y entré a formar parte de ANBU me mandaron a una misión allí. Estuve un tiempo, y bueno, conocí a unos ninjas y nos hicimos amigos.
-¿Tú? ¿Amigos? No me lo creo –bromea Sakura. Pero ante la seriedad de Kakashi no dice nada más.
Estira una de sus manos y la pasa por el pelo de Kakashi.
-¿Qué ha pasado?
-Han muerto.
-Lo siento –dice abrazándole por la espalda-. Perdona. He sido una bruta.
-No te preocupes. No lo sabías.
Sakura sigue abrazándole por la espalda, Kakashi cierra los ojos y se deja abrazar, rodeándose con sus propios brazos colocándolos sobre los de Sakura.
-¿Cómo te has enterado?
-Estaban en una misión conjunta con algunos de los nuestros.
Kakashi la nota tensarse tras de sí.
-Tranquila. Están bien. Sólo algunas heridas. Ya los han atendido.
-Perdón.
-¿Por preocuparte por nuestros ninjas? –pregunta girándose para verla.
-¿Vas a ir a Kusa?
-Mañana. A primera hora salgo para allá.
-¿Vas como Hokage o…?
Sakura se pone de rodillas sobre el colchón mirando a Kakashi. Está muy cerca. Casi puede verle el rostro.
-Ambas.
-¿Voy contigo?
-No hace falta.
-No he preguntado si hace falta. Me estoy ofreciendo a acompañarte para que no vayas solo.
-No iré solo. Vendrán algunos ninjas conmigo.
-Eres el Hokage, claro que no irás solo –responde poniendo los ojos en blanco-. Te pregunto si quieres que vaya contigo. Ir con una amiga, no sólo unos escoltas.
Kakashi la mira en silencio y sonríe.
-Te lo agradecería.
-Ves. Esa es la respuesta –sonríe Sakura abrazándole de nuevo-. ¿A qué hora salimos?
-A las siete.
-Son casi las dos de la mañana. Será mejor que duermas algo.
-¿De verdad no prefieres que me vaya a casa?
-Está lloviendo y es tarde.
-No sé.
-¿Qué no sabes?
-Es…
-No voy a morderte. Prometo no invadir tu lado de la cama.
Kakashi la mira en silencio.
-No tengo sueño –sentencia tumbándose contra el respaldo de la cama.
-¿Quieres hablarme de esos amigos? –pregunta Sakura cruzándose de piernas a su lado.
Kakashi niega con la cabeza antes de apoyarla contra el cabecero.
-¿Qué puedo hacer por ti? –ofrece la pelirrosa.
-No hace falta que hagas nada.
-¿Has cenado?
-No hace falta que hagas nada –repite.
-Vamos, te haré algo de cenar –dice incorporándose.
-No hace falta –repite tomándola por la muñeca-. Vuelve a dormir. Es tarde. No tengo hambre.
-No voy a dormirme contigo aquí despierto.
-Entonces me iré a casa.
-No es lo que quería decir.
-Lo sé –sonríe de nuevo-. Vamos. Acuéstate –pide tirando de ella.
Sakura vuelve a la cama, y se tumba contra el cabecero imitando a Kakashi.
-No quieres hablar, no quieres cenar, y no quieres dormir. ¿Qué quieres hacer? –pregunta mirándole fijamente.
-Estar aquí en silencio está bien.
-Está bien.
Ambos se quedan en silencio, a oscuras. Kakashi mira fijamente la pared. Sakura le mira a él.
-¿Cómo va la vida aquí, Buru? –pregunta Kakashi cuándo nota al ninken acercarse y poner su cabeza en su regazo.
-Bien.
-Me alegro.
-Lo siento Kakashi. Sé lo importantes que fueron para ti esos ninjas –añade el ninken.
-Está bien, Buru. Gracias.
Kakashi acaricia la cabeza del ninken que tras un momento vuelve a los pies de la cama.
-Kakashi…
-Gomen, Sakura –se disculpa Kakashi-. ¿Te parece bien si lo hablamos mañana en el viaje?
-¿Eh? Claro, quiero decir, no tienes que contarme nada si no quieres.
-Lo haré. Pero ahora no tengo muchas ganas de hablar de ello.
Sakura le mira con tristeza. Lleva una de sus manos hasta la mejilla de Kakashi y pasa sus dedos por el rostro en una suave caricia.
Kakashi levanta la cara cerrando los ojos.
-Perdona.
-¿Por qué?
-Por haber venido.
-Está bien. No pasa nada.
-No sé porqué he venido.
-Pues porque necesitas a una amiga.
Kakashi la toma de las muñecas y la acerca a él.
-No vayas de lista. A nadie le gustan las listillas.
-Aquí el que siempre va de listillo eres tú.
-Duérmete.
-No voy a dejarte toda la noche solo mirando la nada.
-¿Quieres mirarla conmigo?
-No me parece un gran plan.
-Nunca has sabido estarte quieta.
-¿Qué quiere decir eso? –pregunta haciendo un mohín.
-No sabes disfrutar de un momento de tranquilidad. No sabes estarte quieta.
-Eso no es verdad.
-Nunca paras, siempre buscas algo que hacer.
-Es diferente. Siempre busco algo que hacer porque significa evolucionar. Pero sé disfrutar de un momento de tranquilidad. Sé estarme quieta.
-Dijiste que no invadirías mi espacio.
Sakura mira hacía abajo, y ve que está pegada a Kakashi, casi sobre él.
-Perdón. No te he mordido –se disculpa riendo y volviendo a su lado de la cama.
En un rápido movimiento Kakashi la toma por la cadera y la pone a horcajadas sobre él.
-No vine buscando a una amiga.
-¿Eh? –pregunta sorprendida.
-Te vine buscando a ti.
Buru levanta la cabeza y se queda mirando a Kakashi.
-Piérdete Buru –pide Kakashi.
Buru niega con la cabeza y baja de la cama de un salto para alejarse por el pasillo.
-Kakashi qué-·
-Es cierto que ya no vamos a misiones y por lo tanto hay menos probabilidades de que nos suceda algo. Aún así, no quiero seguir fingiendo que lo nuestro es sólo una amistad. Es absurdo y me hago mayor, mucho más que tú. Y he pensado mucho en ello. En lo idiota que he sido por enamorarme de ti, en que te saco catorce años, en que soy el Hokage, en que eres mi ex alumna, en que la gente no lo verá bien, hay mil razones para que no estemos juntos. Pero…
-¿Pero?
-Pero me da igual.
-¿Qué te hace creer que yo también siento lo mismo?
-Me habrías dado uno de tus puñetazos cuando te puse sobre mí.
-Pareces muy seguro.
-¿A cuánta gente invitas a tu cama a pasar la noche? –pregunta sólo medio en broma.
-Han pasado algunos hombres por aquí.
-Eso prefiero no saberlo –reconoce acariciándola uno de los muslos.
-Tú has preguntado.
-Ya. Me lo merezco.
-No te preocupes, la mayoría son amigos, se han quedado a dormir pero nunca ha pasado nada.
-¿Los dueños de esta ropa? –dice señalando la camiseta que lleva puesta.
-No. Esa ropa es de un ex.
-No necesitaba saberlo –dice quitándose la camiseta como si le diera repelús.
-Menuda excusa más mala para quitarte la camiseta… Por cierto, ¿dónde está tu máscara?
-En tu baño, empapada.
-¿Sueles entrar a la cama de las mujeres sin máscara?
-Suelo dormir con máscara.
-¿Incluso cuando duermes con una mujer?
-Sólo me la quito cuando duermo con chicas de menos de treinta –bromea subiendo sus manos por los muslos de Sakura.
-Pensé que estabas triste y por eso venías.
-No. Venía porque estoy decidido a no seguir perdiendo el tiempo.
-Suena bien.
-Me alegra que pienses así –comenta pasando sus manos bajo la camiseta del pijama de Sakura.
-Si me vas a hacer madrugar para ir a Kusa más te vale que sea rapidito.
-No puedes hablar en serio. Te voy a hacer el amor por primera vez ¿me estás metiendo prisa?
-Necesito dormir.
-Si quieres lo dejamos para mañana –ofrece con falsa indignación.
-Pues ya que lo dices…
-Ni hablar –Kakashi se gira sobre ella atrapándola entre su cuerpo y la cama-. Mañana tendrás tiempo de dormir en el viaje. Esto va para largo –comenta besando su cuello.
Sakura ríe ante la reacción de Kakashi y se deja besar.
-Te quitaré las llaves, no podrás entrar a mi casa cuando te apetezca –le amenaza riendo.
-Después de está noche no querrás que me vaya.
-Engreído.
-Mañana me lo dices –responde quitándole la camiseta.
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