·
:::::
Ese tipo de tío
:::::
Sakura se estaba terminando de secar el pelo cuando alguien llamó a la puerta de su habitación del motel.
-Un momento –pidió mientras dejaba caer la toalla que cubría su cuerpo para ponerse unas braguitas y una camiseta larga que le llegaba a los muslos y que se encontraba un poco desgastada por su uso como pijama-. Adelante.
Kakashi abrió la puerta cargado con un par de bolsas para encontrar a Sakura escurriéndose el pelo.
-¿Interrumpo? –preguntó el ex sharingan.
-No. Está bien. Me estaba cambiando. Pasa.
El ninja se quedó mirando fijamente cómo Sakura se pasaba los dedos por el pelo en un intento por acomodarlo un poco.
-¿Sucede algo? –preguntó Sakura acercándose a él.
-¿Eh?
-Digo, ¿que si sucede algo?
-Ah, no. Había pensado que tendrías hambre –anunció levantando las bolsas-. La cocina ya está cerrada. Así que he ido fuera a comprar algunas cosas.
-Oh. Genial. Me muero de hambre.
Sin decir nada más Sakura se lanzó a su cama donde se sentó cruzándose de piernas y estirando los brazos en dirección a Kakashi exigiendo de ese modo su comida. Éste sonrió y dejó las bolsas sobre una mesita para rebuscar algo.
Tomó un paquete y se lo lanzó.
-Arigato –agradeció Sakura abriendo el paquete.
Kakashi sacó otro par de paquetes que dejó sobre la mesa y volvió a recoger las bolsas.
-Te veo mañana –se despidió abriendo la puerta.
-¿A dónde vas?
-A mi habitación.
-No. Vamos, cena aquí. Está bien tener compañía.
Por un momento Kakashi dudó sin soltar el pomo de la puerta.
-Podemos avisar a Naruto y Sai –sugirió Sakura.
-Naruto duerme. Y Sai no tiene hambre. Pasé antes por sus habitaciones –explicó volviendo a dejar las bolsas, quitándose el chaleco y tomando un paquete de comida para sentarse junto a ella-. Pillan de camino, no pongas esa cara de indignación. No es que seas la última opción.
Sakura rompió a reír dejando escapar algunos granos de arroz de su boca que fueron a parar al pelo de Kakashi.
-No había puesto ninguna cara de indignación.
-Sí lo has hecho –respondió quitándose los granos de arroz del pelo.
-Bueno. Puede. Pero no era por eso.
-¿Por qué era entonces?
-Porque siempre pones excusas para no quedarte a cenar y evitar que te vean la cara.
-Eso no es verdad, me he quedado, ¿no?. Además, tengo mis métodos.
-Lo sé. Lo he visto durante años. –Se estiró para quitarle un par de granos de arroz-. Te has dejado alguno. Gracias por la cena.
-No hay de qué.
-Siempre piensas en todo.
-Soy el jefe de equipo. Tengo que hacerlo –dijo pasándose las manos por el pelo para quitar los últimos rastros de arroz.
-Eres más que eso.
-¿Humm? –preguntó abriendo su paquete de arroz.
-Eres como… nuestro padre.
Ahora fue Kakashi el que se sorprendió y tiró media caja de arroz sobre Sakura.
-¿Esto ha sido por venganza? –preguntó Sakura sonriente y quitando granos de arroz de su camiseta.
-Perdón.
-No quería decir que fueras viejo. Es sólo que te preocupas mucho por nosotros.
-Soy el jefe de equipo.
-No eres viejo.
Con esto comenzó una conversación ligera mientras Sakura cenaba y Kakashi removía el arroz con los palillos.
-Aún no has cumplido los cuarenta. Mis padres son bastante mayores.
-Lo sé.
-Quiero decir, no me sacas tantos años.
-Bueno, yo no diría no tantos.
-Catorce no es tanto.
-Depende de para qué.
-¿Para qué? –preguntó rápidamente y mirándole fijamente.
-¿Eh? –exclamó levantando la vista de su paquete de arroz.
-¿Para qué son muchos catorce?
Kakashi dejó de remover el arroz y se quedó mirándola.
-No sé. Para ciertas cosas supongo –respondió volviendo a remover su arroz.
-¿Cómo qué?
-Cena –ordenó intentando concluir la conversación.
-Estoy cenando.
-Pues cena en silencio.
-Para eso te habías ido a tu habitación. Además, te has puesto colorado. ¿En qué estabas pensando, Kakashi-san? –preguntó Sakura acercándose demasiado a la cara de él y remarcando el sufijo que nunca utilizaba con él.
-En nada –respondió separándose de ella.
-No me engañas –comentó Sakura dejando a un lado su paquete de arroz casi vacío, y quitando de las manos de Kakashi la cena sin empezar de éste.
-¿Qué haces? –preguntó serio, sin oponerse a que le quitara su más que removida cena.
-Catorce no son tantos –dijo empujándole contra el colchón y echándose encima de él, manteniendo cierta distancia marcada sólo por la longitud de sus brazos.
-Sí lo son.
-Con catorce a penas se ha entrado en la academia –resolvió Sakura sonriendo.
-Con catorce ya era un ANBU –aseguró él.
-Eres un caso especial –dijo sonriendo y pegándose totalmente a él-. Eso me gusta de ti.
-¿Qué crees que estás haciendo? –preguntó sin inmutarse y no dando importancia a la confesión.
-Demostrarte que catorce no son tantos.
Sakura llevó una de sus manos hasta el borde de la máscara de Kakashi. Éste negó en silencio y la tomó por la muñeca para retirar la mano de su máscara.
-No digo que sigas siendo esa niña enamorada del Uchiha, pero-
-Desde luego que no. He maduro bastante desde esa época, ahora tengo… bastantes más años y otros gustos.
-¿Otros gustos?
-Me gustan otro tipo de hombres.
-Dudo que puedas considerar a Sasuke un hombre –comentó con sorna.
-Vaya, te noto algo… ¿celoso?
-¿Celoso? ¿De Sasuke? ¿Debería estarlo?
-No lo sé. Dímelo tú.
-Teniendo en cuenta que tengo a una chica de 23 años insinuándoseme sobre mí, un tipo de 37 y su ex profesor… creo que no puedo estar celoso de un chico del que has pasado dejando escapar tu oportunidad con él después de tantos años.
-¿Mi oportunidad?
-Vamos… todo el mundo sabe que Sasuke intentó algo contigo antes de irse.
-Me sorprende que sepas algo así. De todas formas no fue del todo así.
-¿Entonces? ¿Estás esperando que regrese?
-¿Por quién me tomas? –preguntó riéndose-. ¿Crees que estaría encima tuya si estuviera esperando a Sasuke?
-No lo sé. Por lo visto has cambiado bastante. Yo aún-
-Como esa frase termine con un "te veo como aquella niña" te juro que recordarás este momento por el resto de tu vida.
-Sin embargo sigues siendo tan violenta como desde el primer día –cerró sonriendo.
Sakura también sonrió ante esa salida.
-¿Qué me harías si te bajo la máscara? –preguntó sentándose a horcajadas sobre él y cruzándose de brazos.
-Tendría que matarte. Nadie me ha visto la cara.
-Nadie es mucha gente.
-Nadie desde que la llevo –aseveró.
-Eso es mucho tiempo.
-Nadie –insistió.
-Y qué más da. Se te reconoce perfectamente con esa melena despeinada y la cicatriz en el ojo.
-No está despeinada –se queja indignado-. En cuanto a la máscara, no es necesario dar más pistas. Como dices el pelo y la cicatriz ya son bastante reconocibles.
-¿Más pistas? La máscara en sí es una pista, no es que todos en la aldea lleven una. ¿Por qué la llevas? – preguntó inclinándose de nuevo sobre él.
-Para que no me acoséis las niñas como tú –respondió riendo y poniendo sus manos en los hombros de Sakura para apartarla un poco más de sí.
-Creí que habíamos dejado claro ya que no soy una niña. Y no puedes creer eso ni tu mismo.
Kakashi dejó escapar una carcajada que ayudó a que se relajara el ambiente.
-Para Sasuke puede, para mí… eres una niña o yo soy un viejo. Prefiero pensar lo primero. En cuanto a la máscara… soy bastante guapo. Mi madre siempre lo decía.
Ahora fue Sakura quien se rió.
-Entonces prefiero que pensemos que eres un viejo. En cuanto a la máscara… -dijo repitiendo sus palabras-. Déjame comprobarlo por mi misma.
-Luego tendré que matarte –repitió.
-Seguro que encontramos una forma de que eso no pase. Además, siempre podría ganar a un viejo.
Las manos de Kakashi pasaron de la cama a la cintura de Sakura.
-Catorce son muchos años –repitió con un suspiro.
-Pero ya no soy una niña.
-¿Una niña? ¿Quién ha dicho que seas una niña? No pienso que lo seas.
-Lo sé. Te he visto mirarme. Justo como cuando has entrado a la habitación.
Kakashi se tensó de nuevo y se puso colorado cómo hacía años que no sucedía.
-Mira. Una muestra de humanidad. He conseguido sacar los colores al copy ninja.
-Tú consigues lo que quieres –aseguró casi sin pensarlo y sin perder la seriedad.
-Quiero verte la cara –sentenció Sakura volviendo a llevar una de sus manos al borde de la máscara.
Esta vez Kakashi no hizo nada.
-¿Puedo? –preguntó Sakura dejando que sus dedos dibujaran el perfil de la máscara.
-Atente a las consecuencias.
-¿Qué consecuencias? ¿Me vas a matar?
-No. Como jefe de equipo estaría dando un mal ejemplo si te matara.
-Eso es cierto.
Lentamente Sakura comenzó a bajar la máscara. Antes de que estuviera completamente al descubierto Kakashi rodó en la cama acabando sobre ella. Una vez que la tuvo entre su cuerpo y la cama atrapó sus labios.
Sakura enredó sus brazos en el cuello de Kakashi y se dejó besar.
Las manos de Kakashi pasaron de las caderas de Sakura a su cuello, donde la sujetaba con firmeza como si tuviera miedo a que desapareciera. Y las de Sakura sujetaron la camiseta de Kakashi con fuerza a la altura de su cintura.
Tras unos minutos en que el tiempo se paró y los dos ninjas exploraron la boca del otro, la necesidad de aire les obligó a separarse.
-¿Le haces esto a todas las niñas que se atreven a bajarte la máscara? –preguntó Sakura todavía atrapada bajó el cuerpo de Kakashi, con la respiración alterada y cierto rubor en sus mejillas.
-No. A las niñas no. Suelo esperar a que den el paso a la madurez –respondió recuperando la posición de su máscara y tumbándose boca arriba al lado de Sakura.
-Bueno, está bien. No creo que estuviera bien visto que el próximo Hokage anduviera por ahí con niñas.
-Tampoco creo que esté bien visto esto –dijo serio.
-Ambos somos adultos.
-No se trata de eso. Lo sabes.
-Lo sé. Pero en realidad no hemos hecho nada malo.
Kakashi se puso de lado en la cama para poder verla. Y Sakura le imitó quedando uno frente a otro.
-Te has vuelto a poner la máscara –acusó Sakura con cierto tono de decepción.
Kakashi la miró fijamente.
-¿Qué esperabas? –preguntó serio.
-¿Qué esperaba? –preguntó a su vez Sakura sorprendida-. ¿Crees que estoy jugando?
-Pensé…
Sakura rompió a reír.
-Pensaste que me arrepentiría cuando lo hicieras –completó ella sonriendo.
-Supongo que sí.
-¿Entonces no quieres esto?
-No he dicho eso.
Sakura volvió a sentarse a horcajadas sobre él.
-Me gustas, Kakashi –dijo poniendo sus manos sobre el pecho del ninja.
-No sabes lo que dices –respondió éste tomándola de la cintura.
-Tengo edad suficiente para saberlo.
-Pero no has pensado en todo lo que conlleva.
-Yo te gusto. Puedo notarlo. Te he visto mirarme. No sólo miras mis piernas.
La miró fijamente y con gesto serio, y así se quedó hasta que Sakura pasó una de sus manos por la melena plateada provocando que Kakashi cerrara los ojos por la agradable sensación.
-Llevas razón, no está despeinada –comentó ella sonriendo-. Te gusto, ¿verdad?
-Te has convertido en una gran mujer.
-¿Pero…?
-Hay muchos peros.
-No lo creo. Creo que no quieres complicarte la vida –comentó sin maldad.
-Eso sí que es una tontería. Mi vida ya es complicada. No supondría un gran cambio.
-¿Yo no supondría un gran cambio? –preguntó sorprendida con un tono de falsa indignación.
-Sabes lo que quiero decir. Claro que serías un gran cambio en mi vida. Pero no supondrías una complicación que me importe asumir.
-¿Entonces qué es?
-Es tu vida la que me preocupa.
-¿Y si dejas que yo me preocupe de mi vida?
-No puedo hacer eso. Es innato en mí –confesó todavía más serio.
-¿El qué?
-Preocuparme por ti.
Sakura sonrió ante esa confesión tan sencilla. Se agachó sobre él mientras le retiraba la máscara y le besó. Esta vez un beso en los labios, sencillo y suave. Luego volvió a recuperar la posición, pero esta vez la máscara quedó bajada.
-¿Y si a mí no me preocupa?
-Eres muy joven.
-Creí que eso ya había quedado claro. Soy adulta.
Las manos de Kakashi comenzaron a pasear por los muslos de Sakura hasta subir un poco más allá de sus caderas por encima de la camiseta.
-Haz una cosa, piensa en ello un poco y-
-Ya he pensado en ello bastante –le cortó-. Llevó un tiempo pensando en ello. Y sé lo que quiero.
-¿Y qué quieres? –preguntó mirándola sorprendido.
-Quiero que me des una oportunidad para demostrarte que valgo la pena.
-Claro que vales la pena –respondió como si fuera lo más obvio del mundo.
-¿Entonces? –preguntó confusa.
-Creo que no me estás escuchando. Soy yo quien no vale la pena.
Sakura comenzó a reír.
-Ahora no seas melodramático. ¿Por qué no ibas a valer la pena? Eres un gran ninja, te preocupas por tus compañeros los cuales te tienen un gran cariño, serás el próximo Hokage, y, como decía tu madre, eres bastante guapo.
Kakashi abrió los ojos completamente ante tal confesión.
-Me gustas. Tal como eres. ¿Cuál es el problema? –preguntó Sakura.
-En ese caso comienzo a dudar de que valgas la pena. Debes tener una tara si crees que soy una buena opción.
-¿Entonces ya no te intereso? –bromeó sonriendo.
-No. No quiero locas en mi vida. Para gente así ya están Naruto y Gai.
-¿Me estás comparando con Gai sensei? ¿En serio? –preguntó Sakura mirándole con falso rencor.
Kakashi se encogió de hombros ganándose un suave puñetazo en el pecho. Tras el cual los dos rieron.
-Volviendo a hablar en serio… -pidió Sakura-. Si dices de verdad que no te intereso-
-Vuelves a equivocarte, en ningún momento he dicho eso.
-Vale, corrijo. Si dices de verdad que esto no está bien, deberías dejar de pasear tus manos por mi cuerpo, aunque sea por encima de la camiseta.
Esa advertencia congeló las manos de Kakashi a la altura de las costillas de Sakura.
-Perdón –se disculpó el shinobi retirando las manos y dejándolas caer sobre el colchón.
-Sin embargo me gusta que lo hagas, y preferiría que no te detuvieras –añadió Sakura cogiendo de las muñecas a Kakashi y volviendo a poner las manos sobre su cintura-. Quiero que vuelvas a besarme como antes.
-¿Y si no quiero?
-Sí que quieres.
-¿Y si después del beso quiero algo más? –preguntó levantando una ceja sugerente.
-No veo el problema.
Kakashi la miró en silencio unos segundos, valorando opciones.
-¿Qué es lo que quieres Sakura?
-No entiendo la pregunta.
-¿A dónde quieres llegar? ¿Sabes lo que significaría esto?
-Soy adulta. Sé de lo que estamos hablando. ¿Qué tal si empezamos con que me vuelves a besar y vemos a dónde nos lleva eso?
-¿Y sí no soy el tipo de tío qué esperas?
-¿El tipo de tío que besa a mujeres? –preguntó bromeando.
-El tipo de tío que tiene una relación seria.
-¿Quién dice que busco ese tipo de tío? ¿Y si soy yo la que no es ese tipo de tía? –preguntó a su vez Sakura.
-Eso me sorprendería.
-Y a mí me sorprendería que fueras el tipo de tío que se acuesta con una mujer y luego no vuelve a hablar con ella.
-¿Hemos pasado de querer que te bese a querer que nos acostemos? –dice usando el mismo verbo que usara Sakura.
-Es un paso natural. No has respondido. ¿Eres ese tipo de tío?
-No soy el tipo de tío que se acuesta con una mujer y luego huye. Pero tampoco soy del tipo que se acuesta con una ex alumna.
-Nunca has tenido una ex alumna hasta ahora. No puedes saberlo –comenta divertida-. ¿Nunca te has acostado con nadie a quien le saques catorce años?
-No. Y menos conociéndola desde que era una niña. ¿Te has acostado con alguien que te sacara catorce años? –preguntó intrigado.
-No. Ni tampoco con un ex profesor –contestó divertida.
-¿No te has acostado con Iruka? –preguntó bromeando.
-No. Olvídate de esa parte de la ex alumna a la que conociste siendo una niña.
-No es tan fácil.
Sakura volvió a agacharse para besarle de nuevo, suavemente, acariciando sus labios.
-Déjame hacerlo fácil –pidió contra sus labios.
-¿Y si sale mal? ¿Cambiarías de equipo? –preguntó sin dejar de besarla.
-No puede salir mal –respondió abandonando sus labios-. ¿Puedo quitarte la camiseta?
-Vas a hacerlo diga lo que diga.
Sakura dejó escapar una suave carcajada.
-Claro, como si no pudieras detenerme. Nunca he podido contigo. Si quisieras ya me habrías tomado por las muñecas y te habrías desecho de mí. Muestra de ello es el beso de antes.
-Es obvio que una parte de mi no quiere detenerte –aclaró dejándose sacar la camiseta de jounin.
Las manos de Kakashi volvían a estar contra el colchón.
-Entonces… puedo hacer lo que quiera –sentenció Sakura pasando sus manos por el pecho de Kakashi.
-Eso ya lo había dicho. Tú siempre consigues lo que quieres.
-Eso no es cierto, ¡ojalá!
-Quizás no eres consciente de ello, pero hay personas con las que haces lo que quieres.
Sakura le miró entornando los ojos un momento.
-¿Personas? ¿Te refieres a ti?
-Entre otros.
-¿Desde cuándo? –preguntó seria.
-Desde hace demasiado.
-¿Es una especie de confesión?
-Llámalo como quieras.
Sakura sonrió para si misma y pasó uno de sus dedos por la línea de la mandíbula de Kakashi.
-En verdad tu madre tenía razón.
Kakashi rió suavemente mostrando una perfecta dentadura blanca.
-¿Puedo preguntar algo personal? –Sakura no había dejado el tono serio a pesar de la carcajada de Kakashi.
-Claro.
-¿Qué fue de tu madre?
Kakashi se tensó bajo las caricias de Sakura, que dejaba a sus manos vagar por el pecho de él.
-No tienes que contármelo si no quieres –añadió Sakura.
-Murió cuando yo apenas tenía seis años.
-¿En una misión?
-No. Mi madre no era ninja. Era de una aldea cercana. Una de las que tienen un contrato con Konoha de protección a cambio de ciertos alimentos producidos por ellos. Mi padre la conoció en una misión en la que tenía que ir a proteger a unos civiles de unos matones que amenazaban al padre de la familia. Ella era una de las hijas de esa familia.
-¿Qué pasó?
-Mi padre se enamoró de ella y se mostró voluntario para todas las misiones a aquella aldea. Hasta que mi madre fue mayor de edad y le pidió matrimonio.
-¿Cuántos años se sacaban?
Kakashi se rió antes de responder.
-No se sacaban catorce años, si es en lo que estás pensando –aclaro recogiendo un mechón de pelo de Sakura que caía sobre su cara.
-No lo decía por eso idiota. –Kakashi la miró fijamente-. Bueno un poco sí –confesó sonriendo.
-Seis años.
-Seis años tampoco es poco.
-Es menos de la mitad de los que yo te saco.
-¿Tus padres fueron felices?
-Quiero creer que sí.
-¿Qué le pasó a tu madre?
-Un accidente. Se cayó desde bastante altura.
-Lo siento –fue todo lo que Sakura pudo decir con un nudo en la garganta, antes de pasar una de sus manos por el desordenado pelo de Kakashi.
-Está bien. Hace mucho tiempo.
Kakashi regresó sus manos a las caderas de Sakura y las acarició suavemente.
-No tengo claro que esto sea una gran idea –comentó sin quitar la vista de sus propias manos, sin atreverse a mirarla.
-Comentó el tipo poniendo las manos en las caderas de la chica –dijo Sakura imitando un tono de narrador-. Suenas muy convincente Kakashi.
-Lo que quieras. Pero sabes que llevó razón.
-Seguro que tu abuelo pensó lo mismo cuando dejó que tu madre se fuera con un ninja de Konoha –rió provocando que Kakashi levantara la mirada hasta ella.
-Es posible. Un ninja no es la mejor opción para una chica.
-¿Y si la chica también es ninja?
-Entonces no es la mejor opción para un chico –dijo riendo-. Y más si tiene esa fuerza bruta tuya.
Con ese comentario Kakashi se ganó otro suave puñetazo en el pecho.
-Ouch –fingió llevándose una mano a la zona golpeada.
-Debilucho.
Ambos se quedaron en silenció mirándose fijamente. Kakashi dejó escapar un suspiro antes de llevar una de sus manos a media altura del muslo de Sakura y pasarla por debajo de la larga camiseta. En silencio fue subiendo por el muslo hasta tocar el borde de la ropa interior.
-¿No tienes un pijama? –preguntó mirando la camiseta a la altura donde su mano se había detenido.
-¿Por qué? ¿Te pone nervioso? –preguntó a su vez en un tono serio.
Kakashi negó con la cabeza y dejó que su mano siguiera ascendiendo hasta la cintura de Sakura, donde cambió la dirección para llegar a su estomago.
Ella cerró los ojos y se arqueó hacía atrás por la sensación.
-¿Qué es lo que quieres? –preguntó Kakashi subiendo la mirada para ver su rostro, pero esta vez no encontró la mirada de los ojos jade de vuelta.
-Ya te lo he dicho. Que me vuelvas a besar –respondió todavía con los ojos cerrados.
-Tú no quieres eso.
-¿Y qué quiero? –volvió a abrir los ojos para verle.
-No lo sé. Dímelo tú.
Sakura se inclinó hacía delante pegándose al oído de Kakashi.
-Sabes lo que quiero –le susurró.
-¿Segura?
-Sí. Y puedo notar a la altura de tu cintura que tú también lo quieres –añadió pícaramente.
-¿Y después qué? –preguntó con cierta inseguridad.
-Entonces sí que eres ese tipo de tío… de los que buscan una relación seria –comentó sonriendo y volviendo a incorporarse.
-¿Cómo no voy a querer algo contigo? –dijo pasando su mano por el cuello de Sakura-. Otra cosa es que crea que puede o deba ser posible.
-Los dos queremos, ¿por qué no iba a serlo?
-No sé… ¿qué te parecen tus padres, Tsunade-sama, el propio Naruto…? Seguro que se lo toman genial.
-Ellos dan igual.
-Eso lo dices ahora.
-¿Quieres que vaya a Naruto y se lo diga ahora mismo?
-No. Apreció mi vida.
-Puedes con Naruto.
-No, no puedo. Seguro que entra en modo Kyubi.
-Naruto está con Hinata. Ya lo superó.
-Sí. Exacto. Ahora te ve como una hermana. A uno no le gusta que la gente haga cosas con su hermana.
-Eso es una tontería.
-No subestimes a los hermanos de la gente. Te lo digo por experiencia. No todas las cicatrices son heridas provocadas por ninjas –bromeó señalando una cicatriz que le cruzaba el pecho. Lo que provocó que Sakura se riera con fuerza moviéndose sobre él-. Naruto me mataría.
-No has hecho nada.
-Pero quiero hacerlo –sentencia Kakashi levantando la voz de manera inusual en él.
-¡POR FIN! –exclama Sakura sonriendo.
-¿Eh?
-Por fin lo dices abiertamente.
-Pero si llevó una hora diciéndolo.
-No abiertamente. Si no lo haces tú, lo haré yo. Pero voy a tener mi beso –anunció sacándose la camiseta por la cabeza y quedándose sólo en braguitas.
Kakashi se quedó completamente quieto bajo el cuerpo casi desnudo de Sakura.
-¿Y para ello era necesario quitarte la ropa?
-Para el beso no, para lo que viene después sí –dijo inclinándose para besarle con fuerza y mordiéndole suavemente el labio inferior obligándole a abrir la boca-. Vas a hacerme el amor quieras o no.
-Eso es demasiado engreído por tu parte.
-¿Qué quieres decir?
-Aquí nadie a hablado de amor.
-Ya lo hago yo.
-Por no hablar de que suena como si fueras a violarme.
-Lo que tu digas –comentó bajándole la cremallera del pantalón.
-No puedes estar hablando en serio –aseguró tomándola por las muñecas para detenerla.
-Lo que no puede ser es que sigas negándote después de todo lo que hemos hablado.
-Voy a soltarte. ¿Puedo confiar en que no me violaras? Sólo un momento. Por favor.
-Un momento –concedió levantando la manos en rendición.
-Hablemos –pidió el ninja.
-Llevamos una hora hablando.
-No. Hablemos en serio.
-Llevó una hora hablando en serio.
El ex sharingan puso los ojos en blanco antes de tomarla por la cintura y girar sobre la cama para cambiar posiciones, quedando a horcajadas sobre ella.
-Pesas –se quejó Sakura con un mohín.
-Escúchame. Si de verdad quieres intentarlo vamos a hacerlo bien.
-¿Eso que quiere decir? ¿Me vas a llevar a cenar primero? –bromeó Sakura.
-Ya te he dado de cenar –respondió señalando con la cabeza las bolsas de comida.
-¿Entonces?
-Hablo en serio.
-Está bien.
-Tendrás que decírselo a tus padres.
-Ni hablar.
-Pensé que te daba igual la gente.
-No es eso.
-¿Entonces?
-No son los padres más comprensivos del mundo. Son sobreprotectores y cabezones. Además, ¿quién le cuenta a sus padres que va a empezar una relación antes de que suceda? ¿quieres morir antes siquiera de hacerme el amor?
-Me da igual.
-No puedes hablar en serio.
-Sí.
-Déjame al menos un tiempo, ver que funciona.
-¿Ver que funciona? No soy un frigorífico.
-¿Y si eres malo en la cama? –bromeó Sakura.
-Te puedo asegurar que no.
-Mira quién hablaba de ego y narcisismo. ¿Quieres decírselo también a Tsunade y los chicos?
-No.
-Tienes mucho morro.
-No se trata de eso. Tsunade nos cambiaría de equipo. Creo que es mejor por el momento que lo sepa cuanta menos gente mejor. Me gusta el equipo tal como está.
-Es decir, que lo sepan mis padres y ya.
-Más o menos.
-Soy mayor de edad. No tengo que contarles todo.
-Da igual. Yo se lo contaré a Tenzö.
-No es para nada igual.
-No he dicho que lo fuera. Pero creo que está bien que alguien del equipo lo sepa. Alguien que, de ser necesario, sea objetivo, pueda mantener la cabeza fría, y no se deje llevar por sentimientos si algo nos pasara a uno de los dos.
-¿Algo más? –preguntó mirándole molesta.
-Sí. Deberías usar algo más de ropa al abrir la puerta a alguien –comentó agachándose sobre ella y besando su cuello-. Podría haber sido cualquiera y esa camiseta que llevabas muestra demasiado.
-No eres ese tipo de tío, ¿verdad?
-¿Qué tipo? –preguntó besando el hombro y bajando por la clavícula.
-Del que controla a su chica y no la deja salir de casa sin cubrirse.
Kakashi dejó escapar una risa antes de pegar todo su cuerpo a Sakura.
-No. Puedes llevar lo que quieras, era una broma. Me encanta cómo vistes –dijo dejando un beso en uno de los pechos de Sakura-. Me encantan tus pantaloncitos –añadió dejando otro beso en el estomago en un descenso cuyo destino era obvio-. Me encantas toda tú –terminó besando la tela de la braguita a la vez que llevaba sus manos hasta ella para arrastrarla fuera.
-Tú no estás mal –dijo Sakura dejando escapar un jadeo cuando Kakashi ya había hecho desaparecer la única prenda de ropa que le quedaba y pasaba sus dedos suavemente por el interior de sus muslos consiguiendo hacerla temblar.
-Tienes una semana, hasta que volvamos a la aldea, para comprobar si soy bueno o no en la cama –dijo el ninja besando uno de los muslos de Sakura.
-Aja –fue todo lo que consiguió decir una Sakura que ya parecía extasiada.
Kakashi sonrío ante la respuesta, más corporal que hablada, ya que Sakura se había arqueado bajo su cuerpo y dejaba escapar pequeños gemidos al contacto de los dedos de Kakashi con su intimidad, segundos después hundió su lengua para saborear a una Sakura que llevaba tiempo deseando probar.
No tardó mucho en estallar en un sonoro orgasmo que Kakashi, perdido entre sus piernas, no pudo silenciar, Sakura rodó boca abajo en la cama cubriéndose el rostro, completamente colorado.
El ninja recuperó la posición tumbado en la cama junto a ella riéndose.
-¿Ahora tienes vergüenza?
-No –ahogó contra la almohada.
-No me puedo creer que tengas vergüenza. Después de toda esa charla de "soy mayor" "sé lo que quiero" "te voy a violar", etcétera.
-No la tengo.
-Entonces gírate y déjame verte.
-No. Dame un segundo.
Kakashi se inclinó sobre Sakura intentando ver su rostro.
-Estás bien, ¿verdad? –preguntó preocupado.
-Estoy bien.
-¿Entonces?
-Nada.
-¿He hecho algo mal?
-No. Diablos. No has hecho nada mal –exclamó como si estuviera cabreada.
Kakashi se quedó mirándola en silencio unos segundos antes de empezar a reír.
-No puedes reírte.
-Sí que puedo. Te estás comportando como una niña.
-No soy una niña.
-Pues entonces deja de avergonzarte y gírate.
-Estoy un poco nerviosa.
Antes de volver a tumbarse junto a ella besó su espalda.
-Ya lo veo.
-Soy una idiota. No. Mejor. Eres un idiota –dijo por fin dándose la vuelta para acusarle.
-¿Yo? ¿Qué he hecho?
-¡Sabes lo que has hecho!
-Pensé que es lo que querías –Kakashi respondía entre divertido y perdido.
-Sí. Bueno no. Arggg. No esperaba que hicieras eso.
-¿El qué?
-Nunca me habían hecho eso.
-¿Eh?
-Que nunca…
-Te he oído –la cortó-. Lo pillo. Habías estado con niñatos –bromeó Kakashi intentando relajar el ambiente y abrazándola.
-Lo siento. Estoy segura de que ahora sí que crees que soy una niña –dijo dejándose abrazar.
-No, que va. No es tu culpa, los niñatos solo piensan en ellos mismos y en meterla.
-Todos los hombres pensáis en eso.
-No siempre. Además, hay que saber hacer las cosas –dijo abrazándola-. ¿Te ha gustado?
-Claro que me ha gustado. Fue… estuvo bien –reconoció recuperando un poco el color en sus mejillas.
-¿No me vas a descambiar? –preguntó con falsa preocupación.
-No –respondió dándole un pequeño golpe en el pecho.
-Me alegró –de nuevo mostró esa sonrisa perfecta-. Se ha hecho tarde. Deberíamos dormir.
-No, no, no.
-¿Eh?
Sakura rodó sobre él.
-No hemos terminado.
-Creo que sí. Tengo sueño.
-No puedes decirlo en serio.
-Sí.
-Puedo notar tu erección. ¿De verdad te vas a ir así?
-No. Me quedaré a dormir aquí, si no te importa.
Sakura se movió hacía los pies de Kakashi y desabrochó su pantalón.
-Necesito probarte bien antes de decidir si me quedo con el material. Que sepas hacer eso que has hecho no significa nada –comentó bajando el pantalón de Kakashi y arrastrando a la vez los calzoncillos.
Kakashi sonrió antes de tomarla por las muñecas y subirla a su altura.
-En ese caso, seré yo quien haga el trabajo.
-¿No te fías de mí?
-Sí, claro que me fio de ti. Pero eres tú quien quiere probarme antes de tomar una decisión –dijo con tono de falso cabreo.
-No te hagas el indignado. Tu fama seguro que te supera.
-¿Fama? ¿Qué es eso de mi fama?
-Nada –respondió intuyendo que había metido la pata.
-Ya lo has dicho. Ahora tienes que contármelo –pidió tomándola con la cintura para evitar que se escapara.
-¿Nunca has oído lo que dicen de ti?
-¿De mí?
-Mmm… -dudó.
-¿Quién y qué dicen de mí?
-Eres un mujeriego, muchas mujeres hablan de ti.
Kakashi comenzó a reír con fuerza.
-Eso es mentira. No soy un mujeriego. ¿Con cuántas mujeres me has visto?
-No sé. No iba vigilándote en las misiones. Podías llevarte a quien hubieras querido a tu habitación.
-Sí, claro, cada noche una –comentó riendo-. Vamos Sakura, ¿en serio crees que soy ese tipo de tío?
-No sé qué tipo de tío eres.
-Pues ya te digo que no puede haber tantas mujeres que hablen de mí en ese sentido.
-Sí, claro –respondió con ironía.
-Pues claro. No sé de dónde salen esos rumores, pero no son ciertos. He tenido algunas relaciones serias que no han llegado a ningún lado, y sí, algún encuentro esporádico, pero de ahí a considerarme mujeriego… -dice rodando sobre ella.
-Una decepción. Los rumores hablan muy bien de ti –se decepcionó con irónica.
-Bueno, ya me dirás después. Podrás sumarte a los rumores o callarlos –dijo besando sus labios y buscando su sitio entre las piernas de Sakura.
-Con tanta mujer diciendo lo contrario no sé si podré hacerme oír.
-Cuando has llegado al orgasmo te has hecho oír muy bien –comentó socarrón.
-Insisto, eres un chulo –respondió poniéndose colorada de nuevo.
En ese momento el ruido de alguien llamando a la puerta les sorprendió.
-Sakura-channnn, ¿tienes algo de comida? Tengo hambreeee, 'ttebayo!
Sakura se congeló bajo el cuerpo de Kakashi.
-No me lo puedo creer –dijo Kakashi en un susurro casi interrumpido por la mano de Sakura que le cubre la boca.
-Cállate. Quítate de encima. Rápido. Coge tu ropa y métete en el baño.
-¿Lo dices en serio?
-Sí.
-Déjale, se irá.
-Es Naruto.
-¿Y?
-¿Acaso no conoces a Naruto?
De nuevo los golpes en la puerta.
-¿Sakura-chan? ¿Hola?
-Ya voy, Naruto. Dame un momento, me estaba duchando –gritó Sakura saliendo de debajo del cuerpo de Kakashi que se dejó caer a plomo contra el colchón.
-Vamos, date prisa –le pidió en un susurro, lanzándole sus pantalones y camiseta-. ¡Al baño!
Kakashi se levantó y se puso los pantalones mientras Sakura recuperaba su camiseta.
-¡Venga! –pidió Sakura.
-Ya voy, ya voy –respondió él demasiado alto.
-Chssttt.
-¿Sakura-chan estás bien? –se oyó al otro lado de la puerta.
-Sí, Naruto. Un segundo.
Sakura empujó a Kakashi hasta el baño donde aprovechó para abrir un grifo y mojarse un poco el pelo.
-No hagas ruido. No tardaré mucho –dijo cerrando la puerta del baño tras de sí.
Kakashi se quedó de pie en mitad del baño mirando a su alrededor antes de ponerse la camiseta y dejar escapar un suspiro.
-Adelante, Naruto –ofreció Sakura abriendo la puerta.
-Buenas noches Sakura-chan.
-Buenas noches, Naruto. ¿Todo bien? Pensé que ya estabas durmiendo.
-Sí. Pero me desperté y tenía bastante hambre. Me dijo Sai que Kakashi sensei trajo comida, pero no está en su habitación. ¿Sabes dónde puedo encontrarlo?
-Ni idea.
Naruto hizo un mohín de tristeza.
-¿Te sobró algo de comida?
De un rápido vistazo Sakura miro las dos bolsas de comida que hay en el suelo de su habitación, y junto a ellas… el chaleco de jounin de Kakashi.
-Eh… sí. Tengo comida. Kakashi dejó aquí casi todo. De hecho, creo que está tu ración.
-¿Es el chaleco de Kakashi sensei? –dijo Naruto señalando la prenda.
-Sí.
-¿Crees qué guardará ahí su libro? –preguntó acercándose al chaleco y levantándolo en el aíre, sin darle la mínima importancia al hecho de que estuviera ahí.
-Pensé que no te gustaban esos libros.
-He crecido, Sakura-chan. Tengo otros intereses –comentó metiendo la mano en uno de los bolsillos.
-Ya veo. ¿Quieres cenar o no? –preguntó quitándole el chaleco de sus manos y entregándole un paquete de comida.
-Gracias Sakura-chan. Eres la mejor –respondió cogiendo la comida y sentándose en la cama.
-¿Qué haces?
-¿De qué?
-¿No pensarás cenar aquí?
-Quieres que cene sólo en mi habitación?
-Sí. Vamos lárgate –respondió tirando de él para que se levante.
-Sakura-chaaaaan, no quiero cenar sólo.
-Pues ve a buscar a Sai.
-Sai está dibujando y no quiere compañía.
-Yo tampoco.
-Tengo cosas que preguntarte.
-¿Cosas?
-Sí. Hay cosas de Hinata que no entiendo.
-Mañana Naruto, no soy tu consultorio romántico.
-No quiero cenar solo –repitió.
-Pues ve a buscar a Kakashi.
-Kakashi sensei no está en su cuarto. Quizás esté haciendo honor a su fama.
Un ruido proveniente del baño llamó la atención de Naruto que se puso alerta.
-Sakura, creo que hay alguien en tu baño.
-No es nada. Se habrá caído algo. Acabó de ducharme.
-No. Ha sonado como si alguien hubiera tropezado con algo.
-De verdad que no, Naruto. Puedes irte tranquilo –dijo empujándole hasta la puerta.
-¿Estás segura? No quieres que mire –se ofreció poniendo una mano en el pomo de la puerta del baño.
-De verdad que no. Muchas gracias –respondió dándole un manotazo a la mano que ya giraba el picaporte.
-Sakura-chan, te comportas extraña. ¿Estás bien?
-Sí. Estoy bien. Vete ya.
-Sakura-chan, no tendrás a un hombre en tu habitación, ¿verdad?
-¿Qué? –preguntó sorprendida y poniéndose colorada-. No digas tonterías. Vete –repitió consiguiendo empujarle fuera de la habitación.
-¿Me ocultas algo?
-Naruto no alucines. Lárgate.
-Nunca me echas de esta forma de tu habitación. ¿Quién hay en tu baño?
-Nadie.
-No soy tonto.
-Buenas noches, Naruto.
Cerró de golpe y se apoyó contra la puerta dejando escapar un gran suspiro a la vez que se dejó caer hasta el suelo.
Kakashi abrió la puerta del baño, volvía a estar completamente vestido, y salió pasándose una mano por el pelo. Se agachó frente a ella. Sakura miró al fondo de la habitación.
-Te dejaste el chaleco.
-No pareció importarle mucho.
-¿Crees que sospechará algo?
-¿Naruto? –preguntó incrédulo.
-Llevas razón –concedió pasando sus brazos alrededor del cuello de éste.
-¿Todo bien?
-Sí. ¿No tienes hambre? No cenaste.
-No tengo hambre. Además, le diste toda la comida a Naruto.
-No es cierto. Tu cena aún está ahí –dijo señalando el paquete de arroz que le había retirado de las manos.
-Prefiero está cena de aquí –anunció besándola y cogiéndola en brazos.
-Que pena. Yo ya he cenado, creo que me iré a la cama.
-Tranquila. Ya me sirvo yo.
Kakashi la dejó en la cama y se tumbó sobre ella a la vez que metió sus manos por debajo de la camiseta de Sakura para levantarla poco a poco.
-Ni siquiera llevas ropa interior.
-¿Debo recordarte quién me la quitó?
-¿Crees que vendrá alguien más?
-No sé, Naruto no se ha quedado muy conforme.
El ninja se detuvo y se incorporó mirándola fijamente.
-Es cierto. Es un problema.
-Estaba bromeando.
-No. Piénsalo. Es Naruto, no se quedará tranquilo hasta que descubra qué sucede.
Sakura se levanta de un salto y sale de debajo del cuerpo de Kakashi para mirar por la ventana.
-Es un tercero, pero no quiero arriesgarme a que de algún modo suba hasta aquí –dice cerrando las cortinas y provocando que Kakashi rompa a reír.
-Está bien. Vuelve aquí –pide estirando las manos en su dirección.
:::::
:::
PD: He dedicado un ratito a cerrar este fic que tenía olvidado, precisamente porque no me convence demasiado, tengo la cabeza en otro que espero tener para cuando termine esta semana y, aunque lo digo a menudo -y no deja de ser cierto por ello-, tengo dos meses por delante de mucho trabajo. Pero volveré a escribir, prometido.
