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Huida
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A veces pasa.
A veces uno sólo quiere parar el mundo y mirar a su alrededor.
No hacer nada, no pensar nada.
Sólo parar.
Es entonces cuando se ven las cosas con mayor claridad.
¿Debería estar haciendo lo que estoy haciendo?
¿Merece la pena?
¿Me gustaría cambiar algo de mi vida?
Las respuestas a todas esas preguntas se mostraron frente a ella como nunca antes se habían mostrado.
Una claridad absoluta que nunca antes había visto.
Una gran luz iluminaba el camino que debía tomar.
La pregunta ahora era si se atrevería a tomarlo.
El momento pasaría y ella no haría nada.
No era la primera vez que sucedía.
No era la primera vez que veía claro que el camino que quería seguir era él.
Pero el miedo la paralizaba.
El miedo a conseguirlo era tan aterrador como a no conseguirlo.
Una huida hacia delante no deja de ser una huida.
Y aunque lo sabía, seguía huyendo.
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