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Acronológico
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RECORDANDO TIEMPOS ANTERIORES
Con 12 años pensó que el profe que les había tocado era el más aburrido y distante de todos. Sus compañeros hablaban maravillas de sus instructores. Los había divertidos, agradables, inteligentes, guapos, entusiastas, y todos ellos con muchas ganas por enseñarles todo tipo de técnicas.
A ella no le dio esa impresión. Kakashi Hatake parecía estar sufriendo una tortura constante. Como si alguien lo obligará a ser profesor y él tuviera mil cosas mejores que hacer. Y por la fama que tenía, seguro que era estar en la habitación de alguna mujer.
Con 13 ya se había dado cuenta de cuan errada estaba en su forma de pensar sobre su sensei.
Sí, posiblemente ser instructor no estaba entre sus planes, pero era divertido, agradable, inteligente, un gran instructor y, sobre todo, prefería estar solo antes que en la habitación de alguna mujer.
Con 15 se dio cuenta que era leal como ningún otro. Los había acompañado en esa búsqueda por Sasuke a través de medio mundo. Siempre estuvo ahí. Siempre a su lado. Siempre pendiente de ellos. Y estaba bastante segura de que no compartía esa pasión por encontrarle. Que tenía sus propios problemas y sus propias preocupaciones. Y entre ellas no estaba la de buscar a un crio que, aunque no lo sabía en aquel momento, estaba muy equivocado.
Con 18, cuando le tocó curarle unas heridas en el pecho y pudo verle sin camiseta -aunque con su eterna máscara-, empezó a pensar que para su edad… estaba muy bien.
Con 20, durante la guerra, pensó que no podía tener mejor compañero contra quien apoyar su espalda en plena pelea.
Con 21, cuando por fin pudo mudarse a una casa propia y él la ayudó con la mudanza, aprovechó para conocerle más a fondo, y se pasó cada noche de esa semana pensando en qué preguntas podría hacerle al día siguiente.
Con 23 creyó que podría proclamarse la persona viva que mejor conocía a Kakashi. Sentía que era un verdadero amigo. Aunque seguía sin conocer su rostro. Y empezó a pasar varias noches pensando en cómo podría ser.
Desde entonces, pensaba demasiado a menudo en él.
Por eso, cuando ayer, tras ayudarle a recoger todo el jaleo que tenía en su despacho de la torre Hokage y ofrecerse a acompañarle para cargar con algunas cajas, no le extrañó que una cosa llevara a la otra y… bueno, terminaran en la cama. Tampoco le extraño la naturalidad con la que pasó todo.
Aunque a él sí pareció sorprenderle.
::: O :::
LA MAÑANA DESPUÉS DE (era… ¿sábado? Sí, sábado 12 de agosto, eso es)
Notó el sol sobre su espalda antes de abrir los ojos para disfrutar de la que esperaba sería la mejor vista de su vida. Aunque antes estiró sus brazos para tocarla. Sin embargo, no alcanzó a tocar nada.
Abrió los ojos aterrorizado pensando descubrir que había sido un simple sueño. Pero no podía ser. Esta vez todo pareció demasiado real. Su tacto. Su calor. Su olor. Ese que aún podía distinguir entre las sábanas.
Además, había otra pista que le hacia no tener dudas de la veracidad de lo que recordaba haber compartido con ella la noche anterior: estaba desnudo.
El nunca dormía desnudo. Tenía esos pantalones deportivos que siempre utilizaba para dormir. Eso y la máscara. Le costaba respirar sin su máscara. No entendía esa gente que decía que dormir desnudo era uno de esos grandes placeres de la vida. Bueno. Ahora si lo entendía. Ahora que había compartido con ella su cama y había podido estar en contacto directo con su piel, ahora lo entendía.
Se giró sobre si mismo para ver la luz entrando por la ventana. Se sentó en el borde de la cama estirando los brazos sobre la cabeza y se quedó unos segundos así, viendo que desde su cómoda colgaban sus calzoncillos. Una sonrisa se dibujó en su cara sin querer ni poder evitarlo.
Definitivamente no había sido un sueño. El no iba lanzando su ropa interior por los aires antes de irse a dormir.
Finalmente se levantó, tomó unos pantalones del primer cajón de la cómoda antes de salir al salón esperando encontrarla. Pero tampoco estaba ahí.
-¿Sakura?
Silencio.
Ahí es cuando empezó la preocupación, ¿y si se había arrepentido de lo que pasó la noche anterior? ¿Debía llamarla?
Era sábado. Eso significaba que a menos que se cruzaran por casualidad no se verían hasta el lunes.
No podría estar dos días sin saber qué pasaba por la cabeza de ella.
No podía estar dos días imaginando qué pasaba por la cabeza de ella.
La imaginación puede ser mil veces peor que la verdad. O eso se dice siempre.
Con esto en mente, decidió darse primero una ducha, aunque odiaba deshacerse de su olor, ese que tenía impregnado en su cuerpo, pero era necesario.
Después saldría en su búsqueda.
::: O :::
TRES MESES ANTES DE (mayo)
Kakashi firmaba algunos papeles sentado en su escritorio de la torre Hokage. Miraba el reloj cada cinco minutos esperando que hubieran pasado horas. Pero eso nunca sucedía. Más bien al contrario. El tiempo dentro del despacho pasaba lento. Muy, muy lento.
Las puertas se abrieron de golpe.
-Te necesito.
Kakashi levantó la mirada para ver a una Sakura bastante nerviosa cruzando las puertas de su despacho.
-¿Qué necesitas?
-A ti.
-Creo que necesito algo más de información -no sabía cómo interpretar eso.
-Ven conmigo, por favor. Necesito tu ayuda -pide acercándose a él, agarrándole con fuerza del brazo y arrastrándole fuera de su despacho.
-¿A dónde vamos?
-A mi casa.
-Ahora estoy todavía más confundido. Por favor, explícame qué necesitas de mí.
-Es tu culpa. Pusiste todas esas cosas allí arriba. Ese no es su sitio.
-¿De qué estás hablando? -pregunta divertido ante la alteración más que evidente de Sakura.
-Se me ha roto la escalera, ¿vale?
Kakashi la obliga a detenerse para mirarla con una expresión de absoluto desconcierto.
-Vale. ¿Eso en qué afecta a mi existencia?
-Se me ha roto la escalera -repite-. Y cuando me mude tú dejaste todas esas cajas allí arriba. Encima del armario. Y ahora no puedo alcanzarlas -Sakura no paraba de moverse nerviosa, agitando los brazos en todas direcciones.
Kakashi comienza a reír a carcajadas en mitad de la calle. Se ríe con tanta fuerza que tiene que sujetarse el abdomen.
-Deja de reírte.
-¿Me estás arrastrando a tu casa para que baje un par de cajas de encima de un armario.
-¡Sí!
-¿Cuánto hace que te mudaste?
-¿No me escuchas? Se me ha roto la escalera -Sakura era una mezcla de nerviosismo y desesperación-. Te necesito Kakashi. Necesito tu longitud -lo mira de arriba abajo-. Quiero decir… alguien de tu estatura.
A pesar del uso de esas palabras, la seriedad de su petición le hace parar de reír. Intenta contener la risa, pero en silencio todavía sonríe bajo la máscara. Sin embargo, decide que lo mejor será seguirla hasta su casa.
::: O :::
LA MAÑANA DESPUÉS DE (sábado, 12 de agosto, más tarde)
En la ducha había decidido pasar por la nueva cafetería para comprar un par de cafés con sirope de chocolate blanco, el sabor favorito de Sakura.
-Sus vueltas - le indica la camarera tendiéndole la mano con algunas monedas.
-Puede quedárselas.
Tomó los dos cafés y miró a su alrededor antes de desaparecer en una nube de polvo. No podía esperar más. Aparecío en la puerta de entrada de la casa de Sakura, y con cuidado de no derramar el café dio un par de golpes con el codo esperando ser escuchado.
Justo después de llamar le asalta la duda de si no estaba yendo demasiado rápido, o si no estaría siendo demasiado intrusivo, o agobiante. Si ella se había ido quizás necesitaba tiempo. ¿Acaso él no era un experto en necesitar su espacio y disfrutar de su soledad? ¿No podía respetar que otro lo necesitara?
Con esa duda se gira sobre sus talones para huir antes de que ella abriera la puerta. Aunque eso no iba a pasar.
No se había girado del todo cuando una voz a sus espaldas le pregunta si tenía prisa, lo que provocó que se tirase medio café encima.
-Ohayô -responde con seriedad.
-Ohayô -repite ella, pero sin poder ocultar una risilla -Dime que uno de esos es para mi. Estoy agotada.
Sin decir nada estira la mano que sujeta el café que no había sido derramado.
-Arigatō -Sakura toma el café y da un sorbito dejando escapar un suave gemido de placer- Mmmm. Blanco. Mi favorito.
Luego se acerca a él y le baja la máscara para besarle suavemente en los labios y devuelve la máscara a su sitio.
-¿Quieres entrar?
-Claro -responde tontamente-. ¿Por qué te fuiste? - pregunta recuperando su sonrisa y dejando a un lado las dudas sobre si ella quería espacio, tiempo o mandarle al hospital de un golpe por lo que pasó la noche anterior.
-Prometí a Tsunade ayudar con una operación. Por poco lo olvido. Siento no haberte avisado, no quería despertarte, parecías tan feliz -dice esto último abriendo la puerta de su casa y tirando de él para hacerle entrar-. Pensé que te despertarías por el ruido de la ducha, pero no fue así.
::: O :::
TRES MESES ANTES DE (mismo día de mayo, pero un poco más tarde)
-¿Puedes? -pregunta Sakura viendo a Kakashi estirarse todo lo que es capaz para cargar la caja.
-Sí. Sólo indícame dónde la quieres, pesa bastante.
-Oh, sí. Puedes dejarla ahí mismo. También necesitaré esa otra -pide señalando otra caja cuya dimensión deja claro que será todavía más pesada.
Así que deja la primera con cuidado en el suelo y se incorpora para coger la otra.
-Oye, ¿no pensaste en subirte a una de esas? -pregunta señalando con la cabeza una de las sillas del comedor.
-¿Estás de broma? ¿Acaso no recuerdas cuánto me costaron esas sillas? No pienso poner un pie sobre ellas.
-¿Qué si no lo recuerdo? Me llevaste a unas mil tiendas antes de comprarlas -exagera mientras deja la segunda caja en el suelo-. ¿Eso es todo?, ¿necesitas que te abra algún bote de mermelada?, ¿puedo desatascar alguna cañería?, ¿debo arreglar una tubería rota?, también sé cocinar muy bien.
-Te das cuenta de que ahora te necesitaré siempre en mi vida -comenta sin darle demasiada importancia a todo lo que él dice.
-¿Has pensado en comprarte una escalera?
-Bueno, sí, claro. Me refiero hasta que la compre.
-¿Y tardarás mucho? No es que me importe estar aquí, pero seguro que alguien está maldiciendo sobre mi y mi apellido por no estar firmando algo.
-Seguro que eso te preocupa mucho -comenta Sakura revisando el contenido de las cajas.
Kakashi se ríe con sinceridad ante ese comentario.
-Supongo que no. No me importaría pasar más tiempo aquí y menos allí.
-¡No está aquí! -exclama levantándose de golpe.
Kakashi la mira interrogante.
-¿Qué no está ahí?
-Lo que buscaba.
-¿Qué buscabas?
-¿Podrías devolver las cajas a su sitio?
-¿Ahora es su sitio?
-Claro que lo es.
-¿No estaba muy alto?
-Bueno, si no tengo escalera sí.
-¿Y la tienes?
-No. Pero te tengo a ti -resuelve sonriendo.
Kakashi sonríe ante su ingenio. Así que simplemente toma la primera de las cajas para devolverla sobre el armario.
::: O :::
LA TARDE DE (viernes 11 de agosto)
-Puedes dejarlas ahí -indica señalando la mesa del comedor.
Sakura se acerca hasta la mesa y deja las cajas con cuidado de no tirar los cientos de papeles que ya se encontraban allí.
-Arigatō -agradece Kakashi-. Habría tardado al menos dos días en ordenar todo eso.
-¿Dos días? -pregunta levantando una ceja con tono incrédulo.
Él ríe mientras deja en el suelo otras cuantas cajas con el sello Hokage estampado en ellas.
-Bueno, quizás nunca lo hubiera recogido. No te voy a mentir.
Sakura se deja caer en el sofá sin ninguna delicadeza. Kakashi la mira por un segundo y la imita, sentándose a su lado.
Pasan unos segundos en silencio, ambos recuestan la cabeza hacia atrás y cierran los ojos. Pero de pronto, Kakashi se incorpora de un salto.
-Tengo hambre. ¿Tienes hambre?
Sakura, que había abierto los ojos de golpe al notar su salto, le mira sorprendida.
-Supongo que sí. No lo había pensado.
-¿Pedimos algo? ¿Qué te apetece?
-Cualquier cosa estará bien.
-Voy a llamar. Ponte cómoda.
Aprovecha que se había quedado sola en el salón para estirarse en el sofá y descalzarse.
Tras unos minutos de silencio, excepto por la voz de Kakashi al teléfono que llega desde el pasillo, se levanta y empieza a mirar por las estanterías llenas de libros. Toma uno y regresa al sofá.
-¿Te importa si me doy una ducha rápida mientras esperamos la cena? -grita el Hokage tras colgar el teléfono.
-No. Tómate tu tiempo.
-No tardo -asegura asomándose al salón- Sí quieres algo de beber, lo que sea, siéntete en tu casa. Coge lo que sea. Puedes poner la tele.
-No te preocupes.
::: O :::
DOS MESES ANTES DE (algún día de junio)
-¿Podría pedirte un favor? -pregunta algo nervioso desde detrás de su escritorio.
-Claro, sabes que puedes pedirme lo que quieras -responde ella sin prestar mucha atención.
Kakashi la mira con atención durante unos minutos antes de volver a hablar.
-Me han invitado a una boda.
-¿Quieres que te acompañe a comprar un traje nuevo? -pregunta sin levantar la mirada de sus papeles.
-No. No exactamente.
De nuevo guarda silencio unos minutos. Esta vez Sakura levanta la mirada para verle.
-¿No exactamente?
-En realidad, no quiero ir, pero debo ir.
-¿Debes?
-Es la boda de algún político importante del país del Fuego.
-Ah. ¿Y qué puedo hacer por ti?
-No me dejes ir solo.
Sakura le mira sonriendo, pero sorprendida.
-¿Quieres que te busque pareja? ¿Prefieres rubia o morena?
-¿Qué? No, no quiero que me busques pareja.
-Entonces, ¿has pensado ya en alguien?, ¿a quién quieres que te presente?
-No. Yo…
-¿Quieres que hable con tu secretaría? Sé cómo la miras.
-¿Qué? ¿Qué estás diciendo? ¿A qué te refieres con cómo la miro?
-Bromeas, ¿verdad? No le quitas los ojos de encima. Siempre pidiéndole que te haga cualquier tarea absurda para verla ir y venir.
-No. Yo no hago eso. Yo no… no digas tonterías -ahora estaba claramente nervioso-. En realidad, le pido todas esas tareas para que esté ocupada y deje de venir a molestarme.
Ese comentario hace reír a Sakura.
-¿Entonces de quién hablamos? ¿Tienes alguien en mente o no?
-Había pensado que quizás tú… tú...-
-¿Yo qué?
-Quizás tú podrías-
-Iré contigo a la boda -le corta para no hacerle sufrir más.
Kakashi suspira aliviado.
-Arigatō.
-Baka, Kakashi -comenta divertida y volviendo a sus papeles.
Kakashi siguió mirándola en silencio por unos minutos antes de volver a su trabajo.
::: O :::
LA MAÑANA DESPUÉS DE (sábado, 12 de agosto, todavía más tarde)
Kakashi se deja arrastrar dentro de la casa. Y antes si quiera de que se cerrara la puerta Sakura ya estaba sobre él.
-Pensé que podrías… -comienza a decir mientras se dejaba acorralar contra la puerta por ella.
-¿Haberme arrepentido?
-Sí -reconoce con timidez.
-Eso es muy tú -responde entre risas.
-Bueno, existía esa posibilidad.
-¿Tan mal te parece que lo hicimos? -pregunta Sakura con sorna.
-¿Qué?
-Si es por eso puedo mejorarlo.
-No. No se trata de eso. Te lo aseguro.
Sakura se separa de él para mirarle con seriedad.
-¿Por qué iba a arrepentirme?
La mano de Kakashi que no sujetaba el café medio derramado golpea suavemente la puerta con nerviosismo. Nunca le había visto tan inseguro. Kakashi era lo contrario a la inseguridad. Desde la toma de decisiones en una misión a la firma de una ley como Hokage, él siempre estaba seguro de sus decisiones y de que lo que hacía era lo mejor.
Sin embargo, ahora, era un manojo de nervios, y eso que ella creía no haberle dado motivos para dudar.
-¿Qué pasa? -pregunta al ver que él no responde.
Sentía que quería decir algo. Algo rondaba la cabeza de Kakashi, pero también podía notar que hoy no lo diría.
-Deja de comerte la cabeza. Lo de ayer estuvo muy bien y debería repetirse. Con frecuencia.
Sakura desliza su mano por dentro de la camiseta de él, notando cómo éste se tensa y cómo se le eriza el vello del estomago.
-Espero que pienses exactamente igual.
Kakashi la mira mordiéndose el labio inferior bajo de la máscara.
-¿Vas a quitarte la máscara para besarnos o qué? -pregunta ella riendo.
Kakashi desliza la máscara hacia abajo para dejar ver una amplia sonrisa.
::: O :::
LA TARDE ANTES DE (viernes 11 de agosto, un poco más tarde)
Sakura sigue leyendo el libro con el único sonido del agua de la ducha de fondo. Durante un momento su mente viaja a una de esas noches en las que se masturbó imaginando que ambos compartían una ducha. Sus cuerpos bajo el agua caliente. Él tomándola por la cintura y ella enredando sus piernas a la cintura de él.
Sacude la cabeza y decide que haber tomado un Icha Icha no había sido buena idea. Ya no podía quitarse la imagen de Kakashi bajo la ducha desnudo, enjabonándose. Y se pregunta si saldría con una simple toalla enrollada a la cintura.
-Claro que no estúpida, ¿cómo va a salir así? -se regaña a sí misma.
Se levanta para dejar el libro de regreso a la estantería y decide que no pasaría nada por cotillear un poco. Avanza por el pasillo rumbo a la habitación de Kakashi, pero el ruido del grifo cerrando el paso del agua la detiene en seco delante de la puerta.
La falta de agua le permite escuchar como se desliza la puerta de la ducha. Como si hubiera estado mirando a través de una mirilla, y hubiera sido descubierta, retrocede en silencio hasta el salón. Está por sentarse de nuevo cuando el sonido del timbre la detiene.
-¿Puedes abrir? -pregunta Kakashi entreabriendo la puerta del baño.- Hay dinero en el cajón del mueble de la entrada -apunta antes de volver a cerrar.
Abre la puerta, recoge la comida, paga generosamente pensando que Kakashi tendría más dinero del que nunca gastaría, y tras recibir una sonrisa del repartidor, cierra y saca las cosas de la bolsa para poner la mesa.
-Si no vienes pronto se enfriará -grita mirando hacia el pasillo.
-Salgo en un minuto.
-En un minuto empezaré a comer sin ti.
Cuando estaba por coger una bolita de arroz oye la puerta del baño. Kakashi sale del baño terminando de colocarse la camiseta y dándole la oportunidad a Sakura de disfrutar de sus abdominales por unos segundos.
De pronto Sakura cae en la cuenta de algo:
-Oye… vamos a cenar juntos, ¿verdad?
Kakashi la mira confundido.
-Sí, es la idea. Para eso he pedido toda esta comida.
-¿Y hoy me tendré que dar la vuelta para dejarte comer o te irás a otra habitación?
De pronto Kakashi estalla en carcajadas.
::: O :::
DOS MESES ANTES DE (junio, algunos días más tarde, el día de la boda)
-Uooo, te ves realmente guapo -aseguró nada más abrir la puerta.
-Gracias. Tú… tú te ves… preciosa.
-Gracias -respondió sin darle importancia antes de volver dentro de su habitación para terminar de prepararse-. ¿Dónde es la boda?
-Oh, te encantará. ¿Recuerdas ese palacio enorme por el que pasamos cuando veníamos hacía el hotel? -pregunta desde la puerta.
-Oh, genial. Venir fue una gran idea. Además, seguro que nos darán muy bien de cenar.
-Seguro que sí -afirma mirándola divertido.
-Ya casi estoy. Dame un par de minutos.
-Claro, no tengas prisa. Es pronto.
-En ese caso, ¿por qué no te sientas?
-Quizás he exagerado con que es pronto -reconoce entrando al recibidor de su habitación-. Simplemente haz lo que tengas que hacer y vayámonos. No quedaría muy bien que el Hokage llegara tarde.
-¿Desde cuando te preocupa eso? -pregunta poniéndose un zapato mientras salta a la pata coja hacía la habitación para lanzar un calcetín a un rincón del cuarto-. Ya estoy, vámonos.
Kakashi toma el bolso de Sakura de la mesa y se adelanta hasta la puerta.
-Gracias por venir conmigo -comenta manteniendo la puerta abierta para ella.
-No me las des. Estoy segura de que lo pasaremos bien. Además, ha merecido la pena sólo por verte con traje. Creo que nunca te he visto así.
-¿Y que hay de cuándo me nombraron Hokage?
-Llevabas un kimono, no un traje.
Sakura se detiene ante la puerta y se queda mirándole en silencio.
-¿Nos vamos? -pregunta éste mirándola extrañado.
-Gracias a ti, por invitarme.
Sin más le da un beso en la mejilla y sale al pasillo. Kakashi se queda en silencio, sorprendido por ese beso.
-¿Vienes?
Se lleva la mano a la mejilla y sonríe bajo la máscara antes de seguirla.
-No nos pondrán en una mesa especial por ser el Hokage, ¿verdad?
-No lo sé – responde sonriendo-. ¿Sería un problema?
-No lo sé. Preferiría una mesa al fondo de la sala.
-No creo que tengamos esa suerte, pero no estaremos en la mesa de los novios.
-¿Conoces a los novios? -pregunta ella sin darse cuenta de que ni siquiera los conocía.
Kakashi sólo se encoge de hombros. Era una invitación política, nada más.
::: O :::
LA TARDE DE (viernes 11 de agosto, todavía más tarde)
-Sigo sin saber cómo lo haces.
Kakashi levanta una ceja a modo de interrogante.
-¡Comer! No sé cómo lo haces para comer delante de la gente y que no te veamos el rostro. Ya he perdido la cuenta de las veces que hemos comido o cenado juntos, y sigo sin haber visto tu rostro. Por qué comes, ¿verdad?, ¿o sólo se lo das a tus perros?
-Mucha experiencia, supongo.
-¿Es para compensar la falta de motivos?
-¿Cómo?
-Nunca te pregunté, ¿porqué ocultarte detrás de una máscara continuamente?
-No me oculto -responde con sencillez.
-¿No te ocultas? Creo que no entendemos lo mismo por "ocultarse".
-Es posible -responde con una simple sonrisa que se dejaba notar bajo la máscara.
Kakashi se levanta y empieza a recoger la mesa.
-En realidad creo que es por comodidad.
-¿Comodidad? ¿Acaso no te afeitas nunca? -pregunta siguiéndole.
-No se trata de eso -responde riendo. - Es algo mucho más simple. Como ninja tengo enemigos, no quería que me reconocieran.
-Eso tendría cierto sentido si la máscara desapareciera cuando no estuvieras en una misión, o no fueras el único con máscara, o… tu pelo no fuera tan reconocible -asegura estirándose para alcanzar su cabeza y deslizar la mano entre los mechones de la melena de él.
Kakashi cierra los ojos e inclina la cabeza hacia atrás por la agradable sensación.
-Resultó ser cómodo -dice abriendo los ojos y llevando los platos a la encimera.
Sakura queda en silencio, de pie en medio del salón, sujetando unos vasos.
-Cómodo -susurra para si misma sonriendo.
-¿Quieres algo de beber? -pregunta gritando desde la cocina.
-Si, por favor.
-¿El qué?
-Lo que tengas estará bien.
-¿Con alcohol o sin alcohol?
-Con alcohol. Pero poco.
-Tranquila. No quiero una adolescente borracha en mi casa.
-¿Adolescente? -pregunta entrando a la cocina-. Sabes que tengo 24 años, ¿verdad?
-¿Ya no eres una adolescente? -pregunta divertido.
-No, no lo soy. Dejé de serlo hace un tiempo -apunta divirtiéndose con la conversación.
-Lo anoto. Para tu próximo cumpleaños te regalaré el primer tomo de Icha Icha.
::: O :::
DOS MESES ANTES DE (junio, durante la boda)
-Ha sido bonito -comenta Sakura desde su silla.
-Creo que no ha terminado.
-Lo sé, lo sé. Quería decir… no sé lo que quería decir -reconoce finalmente-. Creo que he bebido demasiado vino.
-Es posible -responde con una suave carcajada.
-Creo que es el momento en que todos empiezan a bailar. Qué lastima, con lo que me gusta bailar.
-¿Qué es una lastima?
-Creo que voy a tener que pasar. He bebido demasiado vino para mantener en pie.
-En ese caso, yo me ofrezco para mantenerte en pie.
Sakura le mira sonriendo tontamente.
-¿Bailarías conmigo? -pregunta incrédula.
-Bueno, no soy un gran bailarín. Pero prometo seguirte el ritmo y mantenerte en pie.
-En ese caso…
Sakura se levanta y extiende su mano hacía Kakashi.
-Creí que era el hombre el que pide salir a la dama.
-Bueno, estoy bastante segura de que la dama no suele estar borracha en esos casos. Es más, es posible que pierda la denominación de dama en este estado.
-No te menosprecies. Tú siempre eres una dama -dice mientras la lleva hasta el centro de la pista de baile.
-¿Le dices eso a todas las chicas que te acompañan a bodas de políticos?
Ninguno de los dos conoce la canción, pero dado que el ritmo es lento, Kakashi se pega a ella y deja que sus brazos le rodeen la cintura. Ella sube los brazos hasta su cuello y se enreda en él para luego apoyar la cabeza sobre su hombro. Así empiezan a moverse con suavidad y en completo silencio.
Tras unos minutos la canción cambia, pero el ritmo se mantiene similar, por lo que ellos, que siguen moviéndose al mismo ritmo y totalmente ajenos a la música, pasan desapercibidos.
Sakura levanta la cabeza y le mira fijamente.
-Pensé que no eras un buen bailarín -comenta casi en un susurro.
-No puedo considerarme un buen bailarín por balancearme de un lado a otro al ritmo de una música cuya velocidad podría igualar un caracol.
El comentario hace que Sakura se ría a todo volumen, no puede contenerse e intenta disimular ocultando su rostro en el pecho de Kakashi.
-¿Qué haces? -pregunta divertido-. ¿Por qué te escondes?
-Me da vergüenza. Me han debido oír todos.
-¿Y cuál es el problema? Tienes una risa hermosa.
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LA MAÑANA DESPUÉS DE (sábado 12 de agosto. ¡Uy! me salté la parte interesante…)
-Podría acostumbrarme a esto -comenta besando su pelo.
-Yo también.
Sakura se levanta completamente desnuda y sale de la habitación dejando a Kakashi sólo en la cama.
Mira a su alrededor y ve la habitación llena de fotos. Se levanta, también desnudo y empieza a mirar cada una de las fotos mientras coge sus pantalones y se lo pone.
Tiene una copia de aquella primera foto de equipo. Algunas más de cuando era pequeña. Y otras de cuando era una adolescente. De pronto se para ante una de cuya existencia no tenía ni idea, a pesar de estar él en ella.
La toma entre sus manos y se la acerca para mirarla mejor.
Sakura sonríe ante la cámara con su título de medicina, a un lado está Tsunade, al otro Shizune. Y detrás, en un segundo plano están Tenzo y él supuestamente ajenos a la situación, sin embargo, Kakashi mira hacia las tres mujeres, con atención y, podría decirse por su expresión, cierto orgullo.
La siguiente foto la recordaba completamente. Fue cuando Sakura se mudo de casa de sus padres a esta casa. Naruto y Sasuke estaban fuera de la ciudad así que, ese día, Ino, Sai y él, estuvieron ayudando. Y para celebrar la mudanza se celebró una fiesta. La foto la sacó Ino. En ella salía Sakura sentada junto a él. Pasando una de sus manos por el pelo de Kakashi mientras, según recordaba, bromeaba sobre lo sedoso y bien peinado que lo llevaba. ¿Acaso esperaba que lo tuviera enredado?
Por fin toma la última foto. No tenía más de dos meses. Se tomó en la boda de aquel político del Fuego.
-¿Recuerdas ese día? -le pregunta Sakura entrando de nuevo en la habitación.
-Sí -responde sin girarse.
-Pensé que me besarías.
Kakashi la mira sorprendido. Muy sorprendido.
-¿Cómo dices?
-Sí. Fue un día genial. Nosotros dos entre toda aquella gente. Casi no conocíamos a nadie, pero lo pasamos genial. Solos tú y yo.
-Lo sé.
-No sé, de veras pensé que te lanzarías. Hubo un momento durante el baile… -de pronto guarda silencio.
Kakashi la mira en silencio. Deja la foto en su lugar y se gira para tomarla de la cintura.
-Lo hubo. Pero no estaba seguro de cómo te sentías tu al respecto. Si te soy sincero tenía miedo. No quería perder lo que teníamos. No quería perderte.
-¿Y qué cambió ayer?
-No lo sé. Supongo que estos últimos meses han cambiado muchas cosas.
-Supongo.
-Estoy aterrado -confiesa mirándola fijamente.
Ahora es Sakura la que se sorprende.
-¿Qué?
-Todo esto… es demasiado perfecto.
-¿Acaso crees que es un sueño? -pregunta acercándose a él para acariciarle el rostro con su nariz.
-No. Bueno, ya no. Cuando desperté… -bromea.
-¿Entonces?
-No sé cómo explicarlo.
Sakura se separa un poco para mirarle.
-Kakashi, llevo meses esperando que me beses. No voy a arrepentirme, ni huir, ni permitiré que tú lo hagas.
Ahora es él quien levanta la mano para acariciarle con suavidad la mejilla, y la atrae hacía él para besarla.
-¿Qué buscabas en aquellas cajas? -pregunta de pronto separándose de ella.
-¿Qué?
-Aquel día. Cuando me trajiste arrastras desde mi despacho. ¿Qué buscabas en aquellas cajas?
-¿A qué viene esa pregunta?
-No lo sé. De pronto lo he recordado.
-¿De pronto lo has recordado?
-Sí.
-No era nada. Sólo algunos papeles.
-¿Segura?
-Estoy bastante segura.
-Está bien.
-¿Está bien?, ¿qué significa eso?
-Nada -responde riendo.
-¿Acaso crees que te traje a mi casa con algún plan oculto?
-Yo no he dicho eso.
-Pero lo piensas.
-Has dicho que llevas meses esperando que te besara.
-¿Y tú cuanto llevas pensando en besarme?
Kakashi guarda silencio mientras piensa.
-Demasiado -reconoce antes de besarla delicadamente.
Sakura se ríe dándole un suave empujón, demasiado suave para lo que sucede después.
Kakashi cae de espaldas sobre la cama, pero antes de eso la ha tomado de la muñeca y la arrastra con él, haciéndola caer sobre él.
-Estuve a punto de besarte aquel día en el cine -confiesa girándose sobre ella para atraparla contra el colchón.
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UN MES ANTES DE (algún día de julio)
Sakura pasea por la avenida principal disfrutando de su día libre.
Ni papeleo en la Torre Hokage, ni gestión en el hospital, ninguna misión, ni siquiera entrenamiento. Un día completamente libre. Ya no recordaba cuándo fue la última vez que tuvo un día libre. Libre de verdad, no tener que solicitar días para asuntos propios. Libre de todo y de todos. Hacía tanto tiempo que no sabía qué hacer. Así que después de fingir que disfrutaba de leer un libro cuya lectura siempre había pospuesto por no tener tiempo, decidió salir a dar una vuelta.
Paseaba por la avenida principal, pateando las piedras que encontraba en su camino esperando encontrar algo en lo que ocupar su tiempo. Es entonces cuando le ve. Sentado dentro de la cafetería. Con un café en una mano y un informe en la otra.
-¿Qué haces aquí? -pregunta sentándose a su lado.
-¡Sakura! Pensé que hoy no te vería.
-Bueno, yo pensé que estarías en tu despacho trabajando.
-Decidí salir, estaba muy aburrido allí.
-Es lo que tiene no tener mi compañía.
-Sí. Debe ser eso -sonríe bajo la máscara-. ¿Y qué hay de tu día? ¿No ibas a pasar un súper día tranquilo y relajado?
Sakura sonríe y le mira sabiendo que la pregunta tenía una carga importante de malicia.
-Aburrida -reconoce finalmente.
-Es lo que tiene no tener mi compañía -repite su frase con maldad-. ¿Quieres un café?
-No, en verdad sólo he entrado a saludar. Voy a… pensaba ir…
Sakura se queda en silencio y Kakashi levanta una ceja a modo de pregunta.
-¿Pensabas ir a?
-¿Sabes qué? Sí quiero ese café.
-Genial -exclama poniéndose en pie-. ¿Con nata y virutas de chocolate?
-Si, por favor. Es mi día libre, me lo merezco.
-Lo traeré en un minuto.
Cuando Kakashi vuelve con el café ella está leyendo el informe que éste había dejado en la mesa.
-¿Una lectura interesante? -pregunta dejando el café delante de ella.
-Dímelo tú. Es tu informe.
-En realidad es el informe de Genma. Yo sólo debo leerlo y aprobarlo. O mandarle a su casa a volver a redactarlo. ¿Has leído alguna vez un informe de Genma? ¿Alguna vez aprendió a escribir? Quizás le falta lectura.
-Siempre puedes dejarle tus libros eróticos.
-Él no necesita ese tipo de libros.
-¿Y tú sí? -pregunta con picardía.
::: O :::
LA TARDE/NOCHE DE (viernes 11 de agosto, aún falta un poco)
Sakura despierta sentada en el sofá. No recordaba haberse quedado dormida, pero se había inclinado lo suficiente como para dejar que su cabeza reposará en el hombro de él, que la miraba fijamente.
-Perdona.
-No te preocupes.
-Es muy tarde. Debería irme -comenta poniéndose en pie.
-Es muy tarde. Puedes quedarte a dormir aquí. Yo dormiré en el sofá.
-No es necesario, apenas vivo a unas manzanas.
-¿Estás segura? No tengo problema en dormir en el sofá. Lo hago a menudo.
-¿Duermes a menudo en tu sofá?
-Bueno, me pongo a leer algo y me quedo dormido.
-¿Cómo de habitual es eso? -pregunta con curiosidad.
-Reconoceré que más de lo que debiera -responde sonriendo bajo la máscara.
-Eres especial, Kakashi. Eso nadie puede negarlo -comenta tomando el par de vasos en los que habían tomado una copa con algo de alcohol.
-¿Especial bien o especial mal? -pregunta poniéndose en pie y siguiéndola hasta la cocina.
-Especial bien. Sin duda.
Kakashi se queda de pie en medio de la cocina mirando atentamente cómo ella lava los vasos. Y cuando termina con la tarea y se estaba secando con un trapo, se acerca a ella, que se gira y le sonríe antes de hablar.
-¿Crees que-
Pero no puede terminar la pregunta. Kakashi la acorrala contra la encimera, se baja la mascara y se pega completamente a ella. La toma por la cintura con una mano y lleva la otra a su nuca para poder besarla y profundizar en su boca con una suavidad impropia en él.
Esto provoca en Sakura un gemido que no escapa de su garganta debido a la invasión de la lengua de Kakashi. El pequeño ruido le hace reaccionar y se aparta de ella casi de un salto.
::: O :::
UN MES ANTES DE (el mismo día de julio, un poco más tarde)
-¿No es esa Ino? -pregunta Kakashi señalando hacía la calle.
Sakura, que se había quedado medio dormida con la taza de café en las manos, levanta la cabeza para ver a su amiga cargada de bolsas.
-Sí, es Ino.
-Pensé que estaba fuera, ¿no la mandé a una misión?
-Sí. Eso me parece recordar.
-¿Y qué hace aquí?
-No sé. Debe haber terminado la misión -responde con desgana.
-¿Estás bien?
-Sí, sí. Es sólo… creo que tengo sueño.
-Ve a casa y descansa. No tienes ninguna obligación hoy.
-No quiero.
-¿Por qué?
-Porque entonces llegaré a casa, me tumbaré en el sofá, y me quedaré dormida.
-¿Y cuál es el problema?
-Que es mi día libre. No quiero perderlo durmiendo. Quiero aprovecharlo.
-Ah.
-¿Qué significa ese "ah"?
-Nada.
-Oh, si que significa algo. ¿Qué has querido decir con ese "ah"?
-Bueno, me preguntaba sí estar aquí, medio dormida, es aprovecharlo.
Sakura le mira, todavía medio dormida.
-¿Has pensado que tú tienes la culpa de que esté medio dormida? No me das conversación.
Kakashi se ríe ante esa acusación, sin embargo, no deja de ojear el informe de Genma en ningún momento.
-¿Mi culpa? Yo estaba aquí, trabajando, con mi café-
-del que no has bebido un sorbo desde que estoy aquí -anota interrumpiéndole.
-Con mi café -continúa como si nada-, cuando una pelirrosa adormilada ha interrumpido mi labor -comenta sacudiéndole el cabello.
-Perdone, su majestad, no quería interrumpirle -dice en broma.
-Con sama vale.
-¿Qué?
-Sama, Hokage-sama. Lo de su majestad puedes dejarlo para el Daimyō.
-Lo que tú digas -comenta bostezando.
-Vete a casa. Necesitas descansar.
-Yo tengo un plan mejor.
-¿Sí? ¿Y cuál es tu plan mejor? -pregunta curioso, pero todavía con la vista en el informe.
-En verdad tengo varios.
-¿Varios?
-Sí. Un spa, un parque de atracciones, un viaje…
-¿Un viaje? Sabes que sólo tienes un día, ¿no?
-Sí, no. Bueno. Me refería…
Kakashi cierra el informe y la mira esperando que ella continúe esa frase. Pero no lo hace.
-¿Quieres ir al cine? Dicen que las últimas filas son muy cómodas, estoy seguro de que podrás dormir tranquila sin sentir que has perdido tu día.
-¿A estas horas?
-¿Hay malas horas para ir al cine? -pregunta sorprendido.
::: O :::
LA NOCHE DE (viernes 11 de agosto, casi, casi…)
-¿Qué haces? -pregunta sorprendida.
-Lo siento. No sé… no sé qué me ha pasado -se disculpa retrocediendo todavía más.
-¿Qué? No. Me refiero a porqué paras.
Kakashi la mira sorprendido.
-¿Cómo? -pregunta confundido.
-¿Por qué paras?
-Pensé que…
-No pienses tanto.
-No puedo hacer eso.
-¿Dejar de pensar? ¿Te arrepientes de lo que acabas de hacer? -pregunta ella dejando a un lado el trapo de cocina que todavía tenía entre sus manos.
Kakashi abre la boca para hablar, pero ningún sonido sale de su boca, en su lugar su cabeza se mueve en negación.
-¿Entonces?
-Es posible que luego si lo haga. Ahora mismo mi moralidad esta confusa.
-¿Te has preguntado qué pienso yo?
-Bueno, no haber recibido un puñetazo a gran velocidad me da pistas.
Sakura le mira interrogante.
-Supongo que no te ha molestado -responde con sencillez.
-Es una forma de decirlo.
-¿Cuál es la otra? -pregunta con seriedad.
-La otra es, que yo quiero que pase, y tú quieres que pase, ¿cuál es el problema que ve tu moral? -le pregunta tomándole de la camiseta y tirando de él hacía ella.
Tras un largo beso, ella le susurra algo al oído.
Kakashi sonríe y la toma de los muslos para enredarla en su cintura y subirla hasta sentarla en la encimera.
-Quizás estoy chapado un poco a la antigua.
-¿Eso es un no?
Por respuesta éste deja escapar un suspiro y comienza a bajar la cremallera de la chaquetilla rosa de Sakura, mientras la otra mano la obliga a separar sus muslos para colarse debajo de la falda y rozar el borde del pantaloncito.
-Yo no he dicho eso -comenta en un susurro junto a su oído.
Después la besa a la vez que la levanta tomándola por debajo del culo para llevarla hasta su cama.
::: O :::
UN MES ANTES DE (el mismo día de julio, pero todavía más tarde)
-Recuérdame porqué estamos viendo esta película -pregunta Kakashi en un susurro para no ganarse el odio del resto de espectadores.
-Es mi día -comenta feliz llevándose un puñado de palomitas a la boca.
-Es tu día libre. No tu cumpleaños, ni nada por el estilo.
-Te di a elegir entre dos.
-Esta parecía mejor opción que la otra. Pero es posible que me equivocara.
-No te quejes tanto. Tiene una historia de amor, como esos libros que tanto te gusta leer.
-Sí. Exactamente igual -resopla robándole palomitas.
-¡Eh! Son mis palomitas. Dijiste que no querías.
-No quiero. Es sólo que esta película es taaaan aburrida, que creo que estoy gastando todas mis energías en mantenerme vivo, si no como algo, moriré.
-La peli no es aburrida. Es muy linda.
-¿Linda?
Alguien, unas filas más adelante, les manda callar.
-Si quieres, luego la comentamos, ahora calla -pide en un susurro Sakura.
-Oh, mas te vale invitarme a comer después. Es lo menos que puedes hacer -pide antes de guardar silencio y seguir disfrutando de la película, porque, a pesar de las quejas, la estaba disfrutando.
Sakura se queda mirándole, evaluando si merecía o no ser invitado a comer.
Kakashi sonríe bajo la máscara y con el dedo índice empuja suavemente su mentón para hacerla girar la cabeza y obligarla a prestar atención a la película.
-Nada demasiado caro. Un ramen en Ichiraku será suficiente -susurra cerca de su oído.
Sakura siente un pequeño escalofrió ante ese susurro. Kakashi lo nota, y sonríe para si mismo.
-Sólo si dejas de robarme palomitas.
-Eso no va a pasar -anuncia tomando otro puñado-. ¿No compraste algo de beber?
-¿Para que te lo bebieras como te estas comiendo mis palomitas?
-¿Qué puedo decir? Me ha entrado sed.
-Ve a comprar algo.
-¿Y perderme la película? Ni de broma.
-Hace un momento decías que era aburrida.
-Y lo es.
-Ve a por bebida.
La misma persona de antes se gira de nuevo y los mira con mala cara.
-Gomen -se disculpa Sakura.
Kakashi une las manos a modo de disculpa y hace una pequeña reverencia de cabeza. Es cuando el hombre se da cuenta de que se trata del Hokage, y emocionado se gira para avisar a su acompañante, que también se gira, para saludar.
-Genial. Será mejor que salga a por bebida antes de que todo el cine venga a saludar.
-Estamos en un cine, nadie se levantará a salu- pero no puede terminar la frase, la pareja se ha levantado y se dirige hacia sus butacas.
-¿Decías? -pregunta con ironía mientras se levanta para avanzar hacia ellos..
Kakashi los alcanza y juntos salen de la sala.
::: O :::
LA NOCHE DE (viernes 11 de agosto)
Se deja caer de espaldas en la cama todavía con ella en brazos. Los dos se muestran ansiosos, y recorren con sus manos el cuerpo del otro por encima y por debajo de la ropa sin dejar de besarse.
Sin embargo, pronto toda esa ropa les molesta, y se empiezan a deshacer de ella. Sakura le quita los pantalones y los calzoncillos y los lanza por el aire con una carcajada que para él suena a música. Aprovechando el momento Kakashi rueda sobre ella y devora su cuello.
Sin más, Sakura toma la erección de Kakashi entre las manos y le acaricia suavemente provocando un gruñido grave en la garganta de éste.
Él la mira fijamente, como pidiendo permiso para el siguiente paso, y ella puede sentir en sus manos qué se muere por continuar, así que simplemente le guía mientras le devuelve la mirada, mordiéndose el labio inferior.
Kakashi no se hace de rogar. Y poco a poco se introduce en ella sin dejar de besarla. Cuando está a medio camino es ella quien deja escapar un gruñido.
-¿Paro? -pregunta con un grave tono de voz. Un tono inusual en él y que ella nunca había escuchado.
-Ni se te ocurra -amenaza tomándole por las caderas y obligándole a seguir.
Kakashi sonríe sobre sus labios, pero detiene el movimiento de cadera cuando siente que está completamente dentro de ella.
-¡Oh, Kami! -exclama contra sus labios.
Sakura le muerde el cuello con suavidad, lo que reactiva a Kakashi que empieza a moverse sobre ella mientras besa su pelo, sus orejas, sus labios, su cuello y todo lo que pueda alcanzar en sus idas y venidas.
Entre gemidos y adoraciones a diversos dioses Kakashi también puede escuchar su propio nombre, que en la voz melodiosa de Sakura tiene un efecto afrodisiaco en él.
De pronto se para sobre ella, dejando que su cabeza repose sobre la almohada.
-¿Qué pasa? -pregunta Sakura.
-Si sigo así no podré aguantar mucho más -de nuevo esa voz grave.
-¿Y cuál es el problema? No te detengas.
Kakashi la mira a lo ojos antes de sonreír. Baja una de sus manos hasta el culo de Sakura y lo levanta para facilitar las embestidas. No era suave ni delicado. Aunque tampoco salvaje. Era como una pantera encerrada en una pequeña habitación, no podía renunciar a su naturaleza, pero no quería romper nada.
Con un par más de embestidas deja escapar un grave gemido y cae sobre ella.
Y antes de enterrar su rostro contra el colchón, besa su cuello un par de veces.
-Perdón. Hace mucho que yo no… que no estoy…
-No tienes que disculparte por eso -le interrumpe sabiendo a qué se refiriere.
-Te aseguro que puedo aguantar más.
-Te creo.
Kakashi se apoya sobre sus antebrazos para separarse de ella. Le da un fuerte beso en los labios y a continuación desciende por su cuerpo dejando un reguero de besos.
-¿Qué haces? -pregunta ella cuando le ve acomodarse entre sus piernas.
-Déjame hacer esto, no me sentiré tan mal conmigo mismo -pide besando su monte de venus-. ¿Puedo?
Ella sonríe tímidamente y afirma en silencio.
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UN MES ANTES DE (el mismo día de julio, todavía en la sala de cine)
-Gomen nasai -se disculpa Kakashi pasando por delante de varias personas, incluida Sakura, antes de recuperar su sitio en la sala del cine.
-Has tardado mucho -comenta tomando un gran vaso de refresco que éste le ofrece.
-La gente puede llegar a ser muy pesada -explica mirando a la pareja con la que había salido, que también vuelven a sus butacas-. Ten, te traje una chocolatina.
-¿Chocolate blanco?
-Claro, ¿por quién me tomas?
-Eres el mejor -agradece incorporándose ligeramente en su asiento para darle un rápido beso sobre la máscara.
-Dōitashimashite -dice en un susurro-. ¿Qué me he perdido?
-Él acaba de reconocer que está enamorado de ella y ella le ha besado por respuesta -responde sin apartar la mirada de la pantalla-. Ha sido un momento muy romántico.
-¿Tan fácil? -pregunta finalmente.
Sakura se gira para mirarle, extrañada por esa pregunta.
-Supongo que la vida a veces es más fácil de lo que piensas -comenta encogiéndose de hombros y mirando de nuevo hacia la pantalla.
Él se queda mirándola fijamente, y afirma con la cabeza en silencio.
::: O :::
LA NOCHE DE (viernes 11 de agosto)
En ese punto, Sakura prefería no pensar a cuantas mujeres les había hecho algo así, parecía dominar la técnica de maravilla. Su lengua, ayudada por sus dedos índice y corazón se movían con gran habilidad sobre y dentro de su sexo. Así que simplemente cierra los ojos y deja que sus manos bajen hasta acariciar el cabello plateado.
No tarda ni dos minutos en encogerse sobre si misma y abrazarse a sus piernas atrapándole entre sus muslos, desde donde oye venir un gruñido de placer.
-Detente, por favor -suplica todavía encogida.
Kakashi besa por última vez su sexo y liberándose la mira a los ojos con satisfacción. Pasa el dorso de su mano por los labios para limpiar los restos del orgasmo de Sakura todavía sobre su boca, y se vuelve a tumbar junto a ella para besarla.
En cuanto se tumba, ella puede notar que él vuelve a estar erecto.
-¿Cómo…? -pregunta con picardía.
-Es fácil teniéndote desnuda en mi cama -responde mientras deja pequeños besos por su rostro.
-¿Y piensas hacer algo al respecto?
Kakashi deja de besarla para mirarla con una ceja alzada.
En un rápido movimiento Sakura se gira sobre él quedando sentada a horcajadas. Sin decir nada más empieza a disfrutar de esta nueva intimidad recién estrenada.
Kakashi la observaba en silencio dejando escapar pequeñas respiraciones con las que intenta retrasar lo inevitable.
Sakura cierra los ojos y curva su espalda hacia atrás dejando que su melena caiga sobre sus hombros.
Él tiene que morderse el labio para contener las ganas de girar sobre ella y hacerle el amor salvajemente, ya que ella no parece tener prisa, esta disfrutando de ir despacio. Tanto, que todavía no se había movido.
Lentamente, y como sin querer sacarla del trance en el que parecía encontrarse, Kakashi lleva sus manos a los muslos de Sakura, donde empieza a acariciarla con suavidad, pero en un camino ascendente hasta sus pechos.
Todavía más lentamente, ella empieza a moverse arriba y abajo. Todavía con los ojos cerrados. Algo que para Kakashi es perfecto, pues le permite mirarla sin pudor ninguno.
Durante unos minutos, las manos de Kakashi dibujan formas en el estomago, los muslos, los pechos, e incluso en el cuello de Sakura. Después simplemente para y se cruza de brazos bajo su nuca.
-¿No piensas hacer nada? -pregunta ella divertida mirándole por fin a los ojos.
-La verdad es que lo estás haciendo muy bien tu sola -afirma con seriedad.
Ella le golpea en el pecho con suavidad. Él ríe y se incorpora para quedar sentado sobre la cama. La abraza con fuerza y la besa apasionadamente, pero sin impedirla seguir con sus movimientos.
Empieza a acariciarla la espalda con mucha suavidad, casi sin tocarla, a penas es un roce. Y hace lo propio con su cuello. Hunde su nariz en la melena rosada y respira hondo.
La pantera ya no parecía estar sufriendo encerrada. Ahora parecía disfrutar de esta tranquilidad. Estaba siendo cariñoso y dulce. Y estaba determinado a durar todo lo que quedara de noche si era necesario. Prueba de ello fue que cuando Sakura aceleró sus movimientos, él la tomó de la cintura para frenarla.
-No tengas prisa -susurra Kakashi en su oído antes de morder el lóbulo de su oreja.
-No tengo prisa -asegura ella dejando escapar un gemido por la habilidad de Kakashi con la lengua.
Durante varios minutos siguieron así, sentados sobre la cama, abrazados, con Sakura subiendo y bajando sobre él con sus piernas rodeándole la cintura. Mientras tanto, los besos en el cuello y la boca se alternaban con gemidos y cabezas reposadas sobre el otro, en ese hueco entre el hombro y la mandíbula, donde se resguardaban cuándo sentían que estaban cerca del orgasmo. No era pactado, pero había surgido así.
Las manos de Kakashi acariciaban con suavidad la espalda de Sakura, y ella hacía lo mismo, por eso no fue difícil adivinar cuándo ella alcanzó el clímax. Cuando Kakashi notó cómo diez uñas se clavaban en su espalda, y el suave cuerpo entre sus brazos se encorvó hacía fuera inclinando la cabeza hacía atrás, supo que ella ya había llegado al orgasmo.
En ese momento la abraza con fuerza y profundiza más en ella. No necesita mucho más para unirse a su orgasmo, estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano desde hacía unos minutos para retrasarlo, por lo que fue fácil dejarse ir. Y ella también puede notarlo. Nota un temblor que recorre todo el cuerpo de Kakashi, y nota una repentina relajación. También nota el beso que él deja sobre su cuello. Notaba todo con una especial sensibilidad.
Minutos después siguen abrazados en la misma posición.
-Es tarde, deberías dormir, ¿quieres que me vaya al sofá? -pregunta él en un susurro.
Sakura no puede adivinar si bromeaba o lo preguntaba en serio.
No le contesta. Simplemente le obliga a soltar el abrazo y se empuja suavemente contra el colchón dejándole apoyado sobre sus codos. Luego se tumba a su lado, y antes de que pudiera decir o hacer algo, tira de su brazo para obligarle a tumbarse del todo, y sin decir nada se acurruca sobre su pecho, obligándole a abrazarla nuevamente.
-Supongo que eso es un no -comenta hundiendo su nariz en la melena rosada que ahora no podía dejar de oler.
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NdA: Drabble largo para que ocupéis un ratito de vuestra cuarentena. Espero que os haya gustado y qué hayáis entendido los tiempos. Si os ha costado ubicarlo, siempre podéis copiar el texto y ordenarlo en un editor de texto, ya que los títulos indican el orden cronológico.
Gracias a todos y todas los que comentáis (me suelo reír mucho con los comentarios), los que leéis, los que dais estrellitas o likes o lo que sea. Gracias por quedaros en casa, gracias por ser buenos y cuidaros. Gracias por cumplir la cuarentena. Gracias. Nos leemos pronto. Un abrazo a todos. Se os quiere.
