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彼がおかしくなってる / Okashiku narisou / Me estás volviendo loc
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-Lo que proponen es una ridiculez y un sinsentido.
Ya no podía más. No podía seguir escuchando como si nada. Sí, eran una aldea ninja. Sí, gran parte de su economía se basaba en los ingresos recibidos por todas las misiones contratadas por otras aldeas y altos mandatarios del país. Pero era ridículo depender únicamente de eso. Y era ridículo olvidar lo que habían pasado hace no tanto. Era ridículo pensar que no podría pasar de nuevo.
Y aunque entendía que supondría un gasto enorme para Konoha, era necesario, y era necesario hacerlo ya. No esperar que volviera a pasar y estar atados de manos de nuevo.
El ataque de Pain, la guerra Shinobi, la pandemia… Todo había demostrado que tener a los mejores ninjas no era lo único importante. ¿Cuántas bajas hubo? Cientos de miles. ¿Cuántos pudieron salvarse? ¿Cuántas familias seguirían completas si hubieran invertido más en otros recursos? Desde sanidad al autoabastecimiento alimentario.
La necesidad de un hospital mayor. De más personal y mejor preparado. La necesidad de un refugio donde poder guarecer a niños, ancianos y población general se había hecho más que evidente a lo largo de las dos últimas décadas. ¿A qué esperaba Konoha para aprender de sus errores? ¿De qué servía seguir invirtiendo en armamento y educación bélica si ya tenían los mejores ninjas de las cinco grandes naciones y supuestamente estaban en tiempos de paz?
Ella no pretendía dejar a cero la partida presupuestaría para ello. No se trataba de reinventarse por completo y eliminar las academias ninjas. Pero sí empezar a pensar en un futuro, y apostar por otros sectores.
El enemigo no siempre se combatía con kunais o katanas. Eso lo había demostrado la pandemia.
-Sí, somos una aldea oculta, nuestra economía se basa en realizar misiones ninjas. ¿Pero de verdad queremos seguir siendo simplemente eso? -preguntó Sakura.
-¿Estás sugiriendo que nos olvidemos de los shinobis y ahora vendamos gorritos de lana? -bromeo uno de los consejeros sin tomarla en serio.
Kakashi miró fijamente a Sakura sin entender a dónde quería llegar.
-Claro que no. Pero ustedes mismos no paran de repetirlo, estamos en tiempo de paz. Lo máximo que necesitaran de nosotros serán escoltas que protejan de algún robo en un transporte.
-Entonces lo que quieres es que entrenemos a guardias de seguridad y ya. Y dinos, ¿dónde iría todo ese dinero? -preguntó otro de los consejeros.
Antes de que pudiera responder otro intervino.
-Déjame adivinar. Al hospital.
Sakura le miró con odio. Ya estaba cabreada. Mucho. Y el silencio del Hokage durante toda la maldita reunión no mejoraba su humor.
-Sí. Por supuesto. Sé que planteo un desvío de recursos importante. Una partida presupuestaria para el hospital y otros sectores como nunca se ha hecho. Pero es ahora. Es el momento -a cada frase subía más el tono, y con cada frase golpeaba la mesa sin poder contener su furia-. Pero no lo entienden, porque son unos trogloditas que –
-Señorita, sólo está aquí por ser la pareja del Hokage. No se sienta con tanta libertad -le cortó uno de los consejeros.
El tono despectivo con el que había escupido la palabra pareja fue suficiente para que decidir que no necesitaba controlarse.
-¿Cómo dice? -preguntó incrédula mirándole fijamente-. ¿Está de broma? Soy la jodida directora del hospital.
-¿Cree que habría llegado a ser directora del hospital si no se estuviera acostando con él? -añadió señalando al Hokage.
Sakura se lanzó a por él, pero Kakashi se interpuso rápidamente entre ambos frenándola.
-Está bien -pidió éste con el tono más grave del que era capaz. Un tono que hacía temblar a algunos de los mejores shinobis del mundo ninja.
Sakura seguía mirando fijamente al consejero, que mostró una media sonrisa de suficiencia pomposa.
-Kakashi, si no—
-Aquí es el Hokage -añadió el consejero ganándose que Sakura volviera a revolverse entre los brazos del mencionado.
-En realidad ella puede llamarme como quiera -dijo Kakashi en un tono tranquilo y girándose, sin soltar a Sakura, para mirar al consejero-. Será mejor que continuemos el próximo día. Pueden retirarse -pide todavía en un tono tranquilo y amable a pesar de dejar claro que no admite peros.
Los consejeros le miran molestos.
-He dicho que hemos terminado -repite esta vez con mayor dureza.
Ante ese tono, los consejeros se levantan y se marchan hablando entre ellos.
Sakura observa en silencio, y espera a que se marchen para darle un empujón y separarse de él.
-No vuelvas a hacer eso -pide volviendo a su lugar de la mesa para tomar unos papeles.
-¿El qué? ¿Evitar que le abras la cabeza a uno de los consejeros?
-¿Consejeros? Ese hombre no sabe ni lo que dice. ¿Cuánto llevan en ese puesto?
-No lo sé. Antes de que yo ocupara el puesto.
-Lo sé. Precisamente por eso. Esa gente nunca admitirá un cambio. Sólo son unos ancianos resentidos porque nunca fueron escogidos como Hokages.
-Sakura estás siendo injusta.
De pronto deja caer todos sus papeles de nuevo en la mesa.
-¿Injusta? ¿Has oído lo mismo que yo? Ese tipo no me tiene ningún respeto.
-Les llamaste trogloditas.
-¡Lo son! -grita cabreada.
-Pero no puedes decirlo.
-¿Sería la directora del hospital si no estuviéramos juntos? -pregunta con la mayor seriedad de la que es capaz.
-Claro que lo serias -responde con sencillez.
-¿Y entonces porqué no me defendiste?
-Me pones en una situación difícil. Precisamente porque eres tú. No puedo intervenir cada vez que tengas una discusión con ellos y ponerme de tu lado.
-No te pido eso. No te pido que defiendas mi postura ni que estés de acuerdo. Te pido que me escuches como los escuchas a ellos.
-Eso ya lo hago.
-No -exclama bajando el tono de voz y volviendo a tomar sus papeles.
-¿Qué querías que hiciera? -pregunta quitándose el haori de rokudaime.
-Quería que le dijeras que sería directora, aunque no estuviéramos juntos. Y quería que intervinieras y nos contaras tu opinión. Quería que hicieras tu maldito trabajo -vuelve a gritar.
-Sakura, entiendo que con esto te estas jugando mucho y-
-¿Yo? ¿Yo me estoy jugando mucho? ¿Acaso crees que se trata de que quiero más dinero para mi hospital? ¿Qué quiero jugar a las casitas con muñequitos vestidos con batas blancas? Esto no va sobre mí ¡JODER!
-Está bien -pide acercándose a ella para cogerla por la cintura como le gustaba hacer.
-No -pode retirándose antes de que la sujete-. Ahora no.
Kakashi se congela.
-Te veo en casa -dice tomando su bata, que descansaba en el respaldo de la silla, y saliendo de la sala-. Ahora mismo no quiero hablar contigo.
Kakashi queda en completo silencio, por unos minutos ni siquiera se mueve. Nunca había visto a Sakura tan... ¿decepcionada?, sí. Decepcionada con él.
-o-
Kakashi abre la puerta de casa sin saber qué esperar al otro lado. Sin embargo, para su sorpresa, la mesa está preparada para la cena, y Sakura sale de la cocina con una fuente llega de comida.
-¿Tienes hambre? -pregunta Sakura como si lo último que le hubiera dicho no fuera "ahora no quiero hablar contigo"
-Sí -reconoce todavía sin saber cómo actuar.
-Ve a lavarte las manos, traeré el agua.
Va hasta la cocina y toma un par de vasos y una jarra que rellena con agua del grifo. Cuando vuelve, Kakashi está de pie junto a su silla, esperando que ella se sentara.
Durante la cena Sakura no dice nada, pero tampoco se muestra cabreada. Kakashi la mira de reojo, sin saber si sería mejor hablar o no.
-Está muy rico.
-Gracias -responde ella secamente.
Siguen cenando en silencio por un rato más.
-¿Quieres hablar de lo que ha pasado? -ofrece él.
-¿Te refieres a la reunión o a nosotros?
-¿No es lo mismo?
Sakura le fulmina con la mirada.
-No. No quiero hablar de lo que ha pasado. Ahora no quiero hablar de ello.
Kakashi la mira en silencio, esperando que diga algo más, pero se da cuenta que no dirá nada cuando ella deja de mirarle y vuelve a centrarse en la cena.
Cuando ambos han terminado se levantan para quitar la mesa. Mientras Kakashi termina de recoger las cosas de la cocina Sakura lava los platos y cubiertos que han usado.
Cuando termina, toma el trapo para secarse las manos, Kakashi cierra la nevera y la mira en silencio, esperando que dijera lago.
La mirada de Sakura no deja lugar a dudas. Esa mirada de decisión llena de fuego. Esa mirada que podría partirle en dos. Había visto a Sakura mirar así a muchos otros, pero nunca él. Ser el objeto de dicha mirada producía en él un cierto terror, pero también excitación. Y sabía que era un error, pero no podía controlarlo.
-Ya estás lista.
Sakura dobla el trapo, sin dejar de mirarle, y lo deja sobre la encimera.
-¿Cuál es tu opinión? -pregunta como si nada. Y antes de dejarle responder añade-. ¿De verdad quieres mantener las cosas como hasta ahora? ¿Crees que necesitamos seguir entrenando ninjas como si fuera una fabrica sin importar nada más?
-¿Eso es lo que piensas que hacemos? ¿Es lo que hemos hecho contigo? No quiero decirte cómo defender tus ideas, pero el modo en que lo planteas es insultante para muchas generaciones de ninjas que han vivido por y para Konoha y cuyo objetivo siempre fue ser los mejores.
-¿Los mejores qué? ¿Los mejores asesinos?
Kakashi la mira con dureza.
-¿Eso es lo que soy para ti? ¿Un asesino? -pregunta cabreado y acercándose a ella como si quisiera intimidarla.
-No es lo que he querido decir -dice apartándole y saliendo de la cocina.
-Lo has dicho. Y lo que dices me incluye a mí. Konoha necesita shinobis. He luchado en dos guerras, sé de lo que hablo -añade siguiéndola hacia la habitación.
-¿Eso es todo lo que necesita según tú?
-No. Pero no podemos dejar de "fabricar" ninjas. Nuestra economía se base en ello. Y la paz que hemos logrado no fue sólo por derrotar a Madara. Si existe paz entre las grandes naciones y con el resto del mundo es en gran medida porque saben de lo que somos capaces.
-Así que ahora se trata de vivir en la época del terror. Genial, me encanta que la paz se base en el miedo.
Sakura entra al baño de la habitación, donde coge un peine antes de volver a la habitación y empezar a cepillarse el pelo. Kakashi la observa en silencio desde el marco de la puerta.
-¿No quieres algo más para Konoha? -pregunta peinándose frente al espejo.
-¿Un hospital mejor? -pregunta con mordacidad.
Sakura detiene el cepillado y le mira unos segundos desde el reflejo.
-Sí. Un hospital mejor. Y también mejor sistema de alcantarillado, un mejor sistema educativo tradicional, no ninja. Y, porqué no, también un desarrollo de la industria alimenticia para que no dependamos tanto de otras aldeas.
-¿A cambio de qué?
-A cambio de nada. No digo que cerremos las escuelas shinobis. Digo que invirtamos en otras cosas. Digo que, por una vez, olvidemos la guerra, y nos preparemos para el futuro.
-Vuelves a denostar muchas vidas.
-Kakashi era otra época, lo entiendo, pero—
-Porqué no defiendes tus razones sin dejar claro lo mucho que desprecias cómo se han hecho las cosas hasta ahora.
Sakura puede notar que realmente esta dolido por lo que ha dicho.
-Amo ser una kunoichi. Pero también amo ser médica. Amo salvar vidas mucho más de lo que odio quitarlas. Y eso es mucho, Kakashi. Lo entiendo, hay que protegerse y ser capaces de proteger a los que amamos. Pero dentro de esa protección entran muchas cosas. Entra poder salvarlos, entra poder darles la oportunidad de ser otras cosas, de estudiar otras cosas, y de ser capaces de ofrecerles una vida mejor.
-¿Mejor que la de un shinobi?, ¿de verdad?, ¿tanto odias esta vida? -vuelve a preguntar molesto.
-No. Pero sí ofrecerles una vida mejor que la nuestra. Una vida sin guerras, y en la que, si hubiera una nueva pandemia, pudiéramos hacerla frente sin contar las bajas por cientos de miles. Sin tener que mandar ninjas a por comida a aldeas vecinas porque somos autosuficientes. La academia ninja no se va a vaciar, la población actual de Konoha sigue creciendo. Personas de todo el mundo vienen en busca de una nueva vida. Y muchos de ellos quieren seguir los pasos de los héroes. Pero… ¿no sería genial poder ofrecer otras opciones o mejorar otros sectores? Darles una alternativa, no sólo a los que no quieran ser ninjas, sino a los que no puedan seguir siéndolo. ¿Has pensado que es de Kurenai ahora? Ni si quiera estoy pidiendo que dejemos sin presupuesto las escuelas shinobis o dejemos de fabricar armas. Sólo pido que pensemos en el futuro, y nos ajustemos a la nueva realidad. Que mejoremos en todos los sentidos.
Kakashi la mira en silencio, pero con dureza.
-¿No querrías acabar tu mandato dejando una mejor Konoha para las siguientes generaciones? ¿Mostrando que la guerra no es el único modo de vivir? No digo que seas un asesino, ni nada por el estilo—
-Pero lo piensas -la interrumpe.
Sakura deja el peine sobre el tocador y se acerca a él.
-¿A cuantas personas has matado? -pregunta en un susurro.
Kakashi niega en silencio como respuesta.
-No querría que nuestros hijos tuvieran que tomar esa opción porque es la única.
-Nunca ha sido la única -afirma sin pasar por alto que Sakura había hablado de unos hijos que todavía no existían.
-No, no lo ha sido -comenta derrotada y volviendo a coger el peine.
-Vas a necesitar un mejor argumento si quieres conseguir algo.
-¿Mejor que ofrecer salvar vidas? ¿Mejor que el crecimiento personal de cada individuo? ¿Mejor que el dejar la guerra atrás y ser una nación de paz por lo que ofrece y no por el temor hacia lo que es capaz? -casi es un susurro.
-Sí. Mejor que todo eso -responde acercándose a ella.
-¡PUES NO SE ME OCURRE NADA MEJOR QUE ESO! -grita girándose hacia él-. ¿Qué es lo que quieres? ¿Qué es lo que queréis? ¿No entendéis -sigue gritando- que el miedo nunca lleva a nada bueno? ¿Qué sólo lograremos que entrenen y se preparen hasta que sean mejores que nosotros y vuelvan a atacarnos? ¿No entendéis que las vidas que queréis proteger valen lo mismo que las vidas que mueren en todas esas misiones? Sean nuestras o de nuestros enemigos. Son ninjas, son ninjas de otra aldea que tiene el mismo pensamiento obtuso que tenéis vosotros y -
Kakashi no la dejó seguir hablando. La tomó por el cuello con una mano y la arrinconó contra la pared sujetándola por la cintura con la otra mano. Antes de que Sakura pudiera hablar se había bajado la máscara y la estaba besando con ferocidad.
Se pegó completamente a ella colocando una pierna entre sus muslos obligándola a ponerse de puntillas para apenas rozar el suelo.
Dejó escapar un rugido y presionó su erección contra ella.
-¿Qué haces? -consigue preguntar, a penas sin aire, cuando deja de besarla.
-Es jodidamente sexy verte cabreada.
-Kakashi no estoy –
Volvió a besarla, pero esta vez soltó su cadera y llevó su mano hasta el pantalón de Sakura. Allí se coló por debajo del elástico y ágilmente se perdió dentro de su ropa interior.
-Somos una aldea de asesinos. Generación tras generación. Desde el más sencillo shinobi al ANBU mejor entrenado -comenta con voz grave sobre su cuello mientras sus dedos acarician su clítoris-. Yo soy uno de ellos. No sabía que te desagradara tanto.
Sakura guarda silencio y se agarra con fuerza a los hombros de Kakashi.
-Y ahora quieres que olvidemos nuestra historia -dice soltándola del cuello finalmente, pero manteniéndola contra la pared por la presión con que su mano recorre su sexo.
-No he dicho eso -jadea como respuesta ante la intrusión de un par de dedos de Kakashi en su vagina.
-No, pero quieres decirles a todos lo equivocados que han estado toda su vida -ruge con un tono tan grave que la propia Sakura no tiene claro si está afectado por la erección, cabreado o las dos cosas a la vez.
-Sí, quiero que las cosas cambien, pero -la mano de Kakashi que la había tomado por el cuello se había colado por debajo de su camiseta y, tras descubrir que no llevaba sujetador, ahora jugaba con rudeza con uno de sus pechos-… pero no quiero borrar todo lo que hemos construido. De verdad, no sé cómo haceros ver lo necesario que es un cambio.
Kakashi deja de besar su cuello para mirarla a los ojos mientras todavía juega con sus dedos en su interior, y comprueba que ella ya está completamente húmeda.
-Tendrás que explicarlo de otro modo -gruñe sacando sus dedos de ella y llevándolos a su boca-. Tendrás que explicar cómo va a funcionar todo.
Sakura se humedece los labios ante la imagen de Kakashi chupándose los dedos, sin embargo, la mirada de él, todavía fija en sus ojos, no la permite reaccionar.
Sin decir nada más Kakashi se desabrocha los pantalones y saca su erección por encima del elástico del calzoncillo.
-Cuándo te pregunten porqué el hospital debe recibir toda esa cantidad de dinero -dice todavía mirándola a los ojos pero sin tocarla-, ¿qué les dirás para que no suene a que sólo quieres dinero para jugar a crear pociones raras y mudarte a un despacho mayor?
-¿Eso es lo que piensas que hago? -pregunta Sakura mostrándose cabreada a la vez que intentaba disimular que deseaba lo que estaba por hacer.
-Eso es lo que piensan ellos -afirma quitándole la camiseta y llevando su boca hasta uno de sus pezones.
Un gemido escapa de la boca de Sakura, y Kakashi coloca su pene entre los muslos de ella, todavía cubiertos con ese pantalón de jounin que viste.
-¿Y qué piensas tú que hago? -pregunta sacando valor de algún lugar de su interior-. ¿Crees que lo mejor es seguir dando toda esa cantidad de dinero a ANBU, a la preparación de ninjas y al sector armamentístico mientras no tenemos dinero ni para medicamentos básicos? ¿Sabes que todavía hay gente en Konoha que no dispone de algunos de los servicios básicos en su hogar? -al llegar a este punto necesita parar de hablar. Un gemido escapa de su boca cuando nota la presión del miembro de Kakashi contra su sexo, a pesar de que su propio pantalón todavía se interponía.
Kakashi se separa de sus pechos y la mira fijamente esperando que siguiera con su alegato. Firme, serio, demasiado serio. Nunca le había visto tan serio. Serio y dolido. Serio y cabreado. Sin decir nada vuelve a sus pechos, y esta vez comienza a torturar su otro pezón.
-No es tan complicado -retoma Sakura-. Si lo que os preocupa es el dinero, Konoha podría prestar servicios sanitarios a otras naciones. No sería la primera vez. Desde la venta de medicamentos, a la cesión de personal sanitario. Por no hablar de cierto tipo de operaciones. Konoha no sólo es puntera por lo que son capaces de hacer sus ninjas en el campo de batallas. Y si desarrolláramos otros sectores, como la alimentación, sería igual. Podríamos vender excendentes. ¿No podéis entender que debe existir un punto intermedio entre lo viejo y lo nuevo? Una transición.
Sin responder, y sin delicadeza, sigue chupando su pezón, que ante la incipiente barba empieza a enrojecerse. Su mano vuelve entre los muslos de Sakura, y gracias a la humedad que ya cubre todo su sexo es capaz de introducir en ella tres dedos sin dificultad ni delicadeza, pillando por sorpresa a Sakura que da un pequeño salto sobre las puntas de sus pies.
Normalmente Kakashi acompañaba esas acciones de bonitas palabras y besos por su estomago. Normalmente Kakashi la miraba a los ojos con devoción. Normalmente no la tenía acorralada contra la pared y la trataba con tanta dureza.
Sin embargo, hoy es diferente. Kakashi gruñe contra su pecho y recorre con la lengua desde el pezón hasta la garganta de ella antes de sacar la mano de su interior y empezar a mover las caderas de manera que su erección roce el pantalón completamente húmedo. Sus gruñidos dejan claro que lo está disfrutando y que podría llegar a correrse sólo con eso. Pero también le conoce, y sabe que no se conformará con tan poco.
Finalmente, el shinobi se separa de su cuello y la mira con un gesto que nunca había visto cuando hacían el amor. No estaba cabreado, pero tampoco estaba contento. Estaba serio como la primera vez que se acostaron. Pero entonces era una mezcla de nervios y remordimientos por lo que estaba haciendo con ella. Ahora no se trataba de eso. Los remordimientos habían quedado atrás. Más aún los nervios.
Volvió a besarla, mordiéndole el labio, y dejando escapar un gemido. Sin decir nada le bajó los pantalones y la ropa interior de un tirón.
Era Kakashi, era la habitación que compartían, pero ahora mismo, a oscuras, de pie pegada a una pared, sin nada que la cubriera de cintura para abajo, y en lo que parecía ser la peor discusión que habían tenido desde que estaban juntos, no podía evitar sentirse confundida. Lo deseaba, pero también sentía esa rara sensación que se apoderaba de ella justno antes de una batalla. Una de esas difíciles, de las que uno no podía saber cómo terminaría. Así se sentía ante este Kakashi que no conocía.
Se pegó de nuevo a ella, dejándola notar, ahora sin ropa de por medio, lo excitado que estaba.
Sakura pega las manos a la pared para evitar la tentación de tocarle.
Él, por su parte, baja las manos hasta los muslos de Sakura y la obliga a levantar la pierna derecha dejándola totalmente expuesta.
Ella deja escapar un pequeño grito cuando nota la erección de él contra su vagina, ahora sin ropa de por medio.
-Si quieres que pare sólo tienes que decírmelo -ofrece en un susurro lento sobre su oído. Y aunque conciliadoras sus palabras, su tono de voz seguía siendo grave. Caliente.
Espera unos segundos y al no obtener respuesta se empuja contra el suelo para introducirse en ella. El grito de Sakura queda reemplazado por un gemido y Kakashi sonríe sobre su cuello.
-No hemos terminado -susurra ella cerrando los ojos y dejando caer la cabeza sobre el hombro de él.
-Lo sé -afirma acelerando las embestidas con ese tono de voz grave que confunde a Sakura.
Durante unos minutos ninguno de los dos habla. Quizás, en parte, porque no saben que decir. Nunca había sido así. Rudo. Carnal. Casi sucio. Si Kakashi hubiera dicho algo sucio no le habría sonado mal en ese momento.
Y como si hubiera leído su pensamiento, la toma por la cintura para levantarla un poco y sin ningún tipo de delicadeza la embiste contra la pared. Sakura le agarra con fuerza por los hombros y clave sus uñas en él. Y éste muerde su cuello clavando los colmillos que motivan, en gran parte, el uso de la máscara fuera de casa.
-Estás empapada -gruñe Kakashi.
Nunca se lo había dicho, pero los colmillos le parecían jodidamente sexys. Igual que esa voz grave que usaba con ella cuando hacían el amor y estaba a punto de correrse. Aunque ahora que la estaba usando en mitad de una discusión, y sin susurrar su nombre, le había generado algunos sentimientos que no identificaba del todo.
Le oyó rugir como hacía cuando estaba molesto o cabreado. Algo más propio de él cuando se encarga de tareas como Hokage, nunca cuando hacía el amor con ella. Y aunque lo estaba haciendo con rudeza, podía notar que no buscaba su propio placer, sino el de ella. La mano que antes se había adentrado en ella ahora jugaba con su clítoris y notaba que pronto llegaría al orgasmo si seguía así.
-Llévame a la cama -pidió entre jadeos.
-No.
Fue toda la respuesta que obtuvo. De pronto, Kakashi salió de ella y se agachó frente a su sexo para saborearla. Todavía la tenía pegada a la pared, ahora con una mano sobre su abdomen y la otra enredada a su muslo para hacerse hueco entre sus piernas. La lengua de este nuevo Kakashi recorría su intimidad y se perdía en ella.
Sin poder evitarlo, Sakura dejó escapar un gemido que dibujó una sonrisa en los labios de él, y pudo notarlo, pudo notar como sonreía sobre su sexo. Cerró los ojos y apoyó la cabeza contra la pared.
-Me voy a- no pudo terminar la frase. Kakashi introdujo un par de dedos en su vagina apresionando su punto g, mientras su lengua seguía moviéndose libremente. Notó la electricidad corriendo por su cuerpo, haciendo añicos sus sentidos. Segundos después explotó sobre su boca.
Un sonido de placer le llegó desde abajo, donde Kakashi seguía torturándola. El único sonido familiar en esta situación desde que le dio el primero beso hace unos minutos.
Sin dejarla recuperarse se puso en pie, la obligó a girar y la penetró desde la espalda. Su orgasmo todavía escurría entre sus muslos y eso facilitaba las estocadas, mientras su interior se ajustaba perfectamente a él por el reciente orgasmo que habría provocado que las paredes se contrajeran entorno a su miembro, cada vez que salía los restos de su orgasmo le deslizaban de vuelta allí.
Otro gruñido cabreado, más breve, pero era sin duda un gruñido de cabreo. Sakura quería decir algo, pero no podía controlar sus cuerdas vocales. Comenzó a jadear demasiado alto, tanto que Kakashi llevó una mano a su boca para silenciarla, para lo que se recostó sobre la espalda de ella, aprovechando para besar y morder su nuca. Ella aprovechó para introducir el dedo pulgar de Kakashi en su boca y lamerlo como si de su pene se tratara.
-Kami-sama -rugió él.
No podría aguantar mucho más así y, sin embargo, no quería bajar el ritmo. Al contrario, se impulsó todavía más fuerte y se incorporó para tomarla por la cintura e impedir que se moviera con cada embestida. Quería sentirse completamente dentro de ella. Bajó su mano hasta el sexo de Sakura y comenzó a acariciarlo de nuevo. Y con cada embestida dejaba escapar un pequeño gruñido de cabreo.
-Kakashi –jadeó Sakura todavía con su pulgar en la boca y con un delicioso tono de voz.
Cerró los ojos y aceleró todavía más sus embates para terminar estallando dentro de ella con un lamento y dejándose caer de nuevo sobre su espalda donde apoyó su frente.
Siguió masturbándola con los dedos mientras, a pesar de haber terminado, seguía introduciéndose en ella una y otra vez. Y siguió hasta que la notó temblar bajo su cuerpo.
-Mierda -gruñó de mal humor deteniéndose.
Sakura no dijo nada. No tenía claro si estaba cabreado por la discusión o por haberse corrido antes de lo que le habría gustado.
-Debes trabajar tu discurso. Llevas razón en todo lo que dices, pero no conseguirás que te escuchen si nos llamas asesinos -comentó entre jadeos que buscaban normalizar su respiración.
Sakura se giró para mirarle.
-¿Estás de mi lado? -preguntó sorprendida.
-Claro que estoy de tu lado -confesó todavía con la voz grave-. Konoha tiene que evolucionar -comenta dejando un suave beso en sus labios-. Se merece algo mejor. Todo lo que dices tiene sentido. Suenas tan racional que me cabrea.
La tomó por la cintura y la llevó hasta la cama, donde se tumbó con ella encima rodeándola con sus brazos.
-¿Y por qué has dicho—
-No es a mi a quien debes convencer. Es a ellos -responde con sencillez.
-Si les dijeras que piensas como yo, puede que entonces—
-Puede que entonces piensen que sólo te doy la razón por ser tú y se opondrán todavía más a tus ideas.
-Ya me odian.
-Prueba a no llamarlos trogloditas -comenta con seriedad.
Sakura sonrió, es posible que llevara algo de razón. Sin decir nada se deshizo del abrazo de Kakashi y llevó sus manos hasta el pene, ahora flácido, de Kakashi.
Él la miró atentamente, pero no imagino lo que iba a hacer a continuación. Se deslizó entre sus piernas y lo introdujo en su boca.
Todavía estaba sensible por el intenso orgasmo que acababa de tener, pero no tardó más de unos segundos en ponerse duro de nuevo.
-¿Qué te tenía tan cabreado? -preguntó sacándolo de su boca.
-Tú.
-Pensé que estabas de mi lado -preguntó ahora confundida.
-Me molesta que pienses así de Konoha -confiesa incómodo por la nueva erección.
-¿Así cómo?
-Como si fuéramos asesinos.
-No pienso eso de ti.
-He matado a tanta gente o más que cualquier otro shinobi de Konoha. O peor aún, más que cualquier otro ANBU. Cuando hablas de crear asesinos hablas de mí, de mis compañeros, de mis maestros. En definitiva, de mi vida.
-Yo no—
-Siento lo de antes- la corta sin importarle lo que fuera a decir.
-¿El qué? -pregunta mientras empieza a masturbarle con sus manos.
-El modo en que… ya sabes.
-¿Te refieres a haberme hecho el amor cabreado?
Kakashi la mira con un gesto de arrepentimiento.
-No te preocupes. No te pedí parar cuando me preguntaste, ¿verdad? -añade antes de volver a meter la erección en su boca.
Kakashi cierra los ojos, lleva sus manos al pelo rosado que se agita cada vez que Sakura sube y baja por su pene recorriéndolo con la lengua dentro de la boca.
-No me hagas esto -pide recogiéndole el pelo entre sus manos para poder verla el rostro.
Sakura le mira sensualmente dejando que su moflete se llene con la erección de Kakashi.
Llevan el tiempo suficiente como para saber lo que le gustaba, así que lleva una de sus manos a los testículos mientras que con la otra le sujeta con firmeza la base del pene y le aprieta con suavidad.
Sin detenerse se coloca sobre una pierna de Kakashi y comienza a restregarse contra él. Éste puede notar la humedad de Sakura sobre su muslo.
No deja pasar ni medio minuto cuando la coge por la cintura y la tumba a su lado para cubrirla con su cuerpo y volver a hacerle el amor. Esta vez sin gruñidos de cabreo.
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NdA: Dabble 96. Se acerca el 100 y no tengo nada planeado. Mal, bjo, muy mal.
Bueno, ¿qué deciros de este Drabble? Espero que nadie lo haya tomado como que Kakashi fuerza a Sakura a algo que no quiere. Porqué obviamente no es así. Nunca escribiría algo así entre ellos. Bueno, creo que nunca escribiría algo así sin llamarlo violación. Así que... no, no es eso. Sakura lo quiere tanto como él. La diferencia es que normalmente es romántico y cariñoso, y aquí está molesto y cabreado (casi más consigo mismo que con ella) y es rudo y salvaje, y eso también es sano. Ella le llama asesino, con todas las letras, y eso queda dicho, y lo piensa, pero también se lo llama a sí misma cuando dice eso de "me gusta más salvar vidas que quitarlas" (o algo así). Este es un tema delicado en el mundo ninja, porque sí, son asesinos. Y me gustaría tratarlo en profundidad, pero no en este fic que es más un lemon -al que le he buscado una excusa para ser rudo- que un fic serio para tratar estas cosas. Pero lo haré, porque es algo que tengo pendiente.
En cualquier caso, espero que lo hayáis disfrutado.
Y volvemos a la realidad, y seguimos con la cuarentena. Muchas gracias por todos los mensajes bonitos que escribís. Tanto yo, como mi familia, mi chico, mi perro, mis amistades, todos estamos bien. Vivo en Madrid, epicentro de la pandemia en España, pero más allá de compañeros que lo han pasado pero están ya en recuperación, no debo lamentar nada, una suerte con la que muchos no pueden contar. Así que espero que también sea vuestro caso. Os mando un abrazo enorme y espero que mis fics os ayuden a pasar este momento difícil. A mi huir a mundos imaginarios siempre me ayuda.
¡Un besote!
