.

:::::

El sillón

:::::

Sakura saludó a la secretaría que estaba rellenando algunos papeles en su mesa. Ésta devolvió el saludo con un gesto de su cabeza y volvió a sus tareas.

Avanzó por el pasillo echando un último vistazo al informe y cerró la carpeta para abrir la puerta y entrar al despacho del Hokage.

Cuando entró no esperaba encontrarse a Kakashi tumbado sobre una de las butacas con las piernas colgando sobre el reposabrazos y la cabeza sobre el otro. Tenía un brazo sobre el estómago y el otro encima del rostro cubriendo sus ojos. Estaba dormido. Podía notarlo por la suave respiración y la paz que emanaba de él. Unos papeles parecían haber volado desde su posición al suelo.

Intentando no hacer ruido se acercó hasta él y se sentó en la parte de reposabrazos que sus piernas dejaban libre.

-¿Sensei?

Él gruñó suavemente removiéndose en el sillón. Era casi cómico verle ahí. Kakashi era un hombre bastante alto. Posiblemente estaba entre los más altos que ella conocía, y esa butaca no parecía cómoda para dormir en esa posición ni para ella, así que menos todavía para un hombre que le sacaba más de una cabeza.

-¿Kakashi? -volvió a llamarle.

En esta ocasión él se revolvió ligeramente hacia ella pero todavía con la espalda pegada al sillón.

-¿Sakura? -preguntó sin moverse.

-Buenos días -respondió en un susurro.

-¿Qué haces aquí? ¿Ha pasado algo?

Se inclinó intentado verle los ojos, pero su antebrazo todavía los cubría.

-No. Venía para discutir el presupuesto del hospital.

-Mmmm -movió ligeramente el brazo sobre su cabeza para poder verla con un ojo.

-¿Te encuentras bien?

-Sí. Es sólo... creo que me quedé dormido.

-¿Has dormido aquí?

-Sí -miró al suelo junto a él, los papeles del informe que había estado leyendo estaban allí.

-¿En esta postura?

-Sí. Estuve trabajando hasta tarde.

-Estoy segura de que lamentarás eso. Ya no eres un chaval, tu columna y tu cuello van a molestarte todo el día. Eres demasiado alto para este sillón y esta postura.

Eso arrancó una suave carcajada en Kakashi.

-Es posible, pero supongo que no estaba tan mal. Por primera vez en varios días he dormido toda la noche del tirón. ¿Qué necesitas? -preguntó haciendo un intento por levantarse.

Sakura puso la mano sobre su pecho para impedirle levantarse. Luego se puso en pie y pasó la mano por la melena plateada antes de dirigirse al escritorio.

-Está bien. No tengo prisa. Descansa un rato más. Iré completando los datos que faltan.

Sabía a ciencia cierta que él llevaba algo más de una semana trabajando día y noche. Hacía sólo dos días había pasado toda la noche en su despacho rellenando papeleo y planificando la próxima reunión de Kages que se daría en Konoha. Puede que otros no lo notaran, pero ella podía ver que estaba cansado. Física y mentalmente. Kakashi nunca había soñado con ser Hokage. Ya siendo un shinobi era de lo peor con el papeleo. Era un hombre de acción, y era evidente que estar tras el escritorio le agotaba más que cualquier combate.

-Dame un par de minutos -pidió él volviendo a cubrirse con el brazo para evitar que la luz le diera en los ojos.

Una hora y media después despertó. Retiró el brazo de su rostro y tardó un par de minutos en recordar que se encontraba en su despacho. Miró alrededor y vio a Sakura sentada en su escritorio anotando cosas en un papel. Estaba concentrada en el trabajo. Se había recogido el pelo con un par de bolis y tenía la cabeza apoyada en su mano con el codo sobre la mesa.

-¿Cuánto tiempo ha pasado? -preguntó recordando la conversación anterior.

Ella levantó la vista y le sonrió.

-Algo más de una hora.

-Lo siento -se disculpó incorporándose y sentándose correctamente en la butaca.

-No te preocupes.

-Pudiste despertarme.

-No hace falta. Sé cuánto has estado trabajando. Necesitabas dormir.

-En realidad necesito seguir trabajando. Todavía tengo muchas cosas que hacer.

Mirando hacia otro lado y llevándose la mano sobre la máscara disimuló un bostezo. Sakura sonrió.

-¿Cómo te encuentras? -preguntó desde el escritorio.

-Descansado, supongo -con esa respuesta hizo crujir su cuello a un lado y a otro.

-¿Quieres desayunar algo?

-Estaría bien tomar un café antes de ponernos a trabajar -confesó cerrando los ojos e imaginándose un café caliente entre sus manos.

Sakura se levantó y rodeó el escritorio para acercarse a él.

-¿Con leche?

-Sólo.

-¿Azúcar?

-No.

-Qué duro -bromeó riendo y saliendo del despacho.

Kakashi se puso en pie y estiró los brazos sobre su cabeza dejando escapar otro bostezo. Miró el sillón, en verdad era pequeño, pero se sentía descansado como no se había sentido en varias semanas. Y menos mal. Todavía le quedaba bastante trabajo y de haber seguido como el día anterior podría haber caído redondo al suelo si no conseguía descansar algo.

-Quizás te deba llevar a mi casa -dijo mirando a la butaca-. Eres mejor que mi cama.

Se dirigió al escritorio y pudo ver los papeles con los que estaba trabajando el día anterior. Ella debió haberlos recogido y llevado hasta su mesa.

Miró fuera de las ventanas. El sol ya cubría toda Konoha. Era tarde. Suspiró cansado pensando en todo el trabajo que tenía por delante y se quedó en silencio mirando por la ventana un rato.

Antes de sentarse echó las cortinas para que no hubiera tanta luz, ya que todavía le molestaba la claridad. Después se reclinó hacia atrás en su silla volviendo a bostezar y estirándose de nuevo.

Un par de minutos después entró Sakura sujetando un par de cafés.

-Aquí tienes. Café solo sin azúcar. Le he añadido algo de licor para que esté más fuerte y se ajuste a la rudeza del Hokage.

-Es broma, ¿verdad? -preguntó levantando una ceja y extendiendo un brazo por encima de la mesa para tomar el café.

-Sí. Es broma, pero si realmente lo quieres puedo conseguir algún aderezo.

-No es necesario -respondió llevándose el café humeante a su nariz y volviendo a recostarse sobre la silla-. Gracias.

Sakura sonrió y se giró para acercarse a la butaca dejando que él pudiera beber mientras estaba de espaldas. Sabía que no bebería con ella mirándole. Así que era ya una costumbre mirar en otra dirección de vez en cuando para dejarle disfrutar de una bebida cuando estaban juntos. Claro que cuando estaba molesta con él también disfrutaba de no retirar la vista mientras su bebida se enfriaba o sus hielos se fundían por el calor.

Kakashi sonrió y se bajó la máscara para dar unos sorbos a su café.

-Arigato -agradeció disfrutando de su sabor.

-¿Por el café o por dejarte dormir?

-Ambos.

Sakura se sentó en la butaca en la que él había pasado la noche y bebió su propio café.

-¿Qué tal es ser directora del hospital? -preguntó de pronto.

-Está bien.

-¿Te gusta?

-Siento que puedo ayudar a mucha gente.

-No he preguntado eso. ¿Te gusta?, ¿estás cómoda en ese puesto?, ¿estás feliz?

-Sí. Claro que soy feliz. ¿Por qué no iba a serlo?

Kakashi la miró en silencio preguntándose porqué serlo. Él no era exactamente feliz siendo Hokage. No es que fuera infeliz, pero tampoco era una parte de su vida que le diera felicidad. Sólo era trabajo.

Sakura pudo notar el ceño fruncido de él desde su posición.

-¿Tú no eres feliz siendo Hokage?

Y ahí estaba de nuevo. Ella podía leerle como un libro abierto.

-No se trata de eso. Sólo quería saber que te gusta tu nuevo puesto. Pero si de pronto sientes que es mucho trabajo o cambias de opinión por lo que sea, sólo dímelo.

-No quiero dejar mi trabajo, y no creo que quiera en mucho tiempo. Pero gracias por preocuparte.

-Mmmm.

-¿En qué estás pensando, Kakashi?

-En nada en particular.

-¿Debo preocuparme?

-No -responde con seriedad-. No es nada. Quizás estoy proyectando un poco. Ahora mismo estoy hasta arriba -mientras hablaba se puso en pie y se dirigió al centro de la sala para acercarse un poco a ella y no tener que hablar a tres metros de distancia-, estoy un poco agobiado y no quiero que te pase lo mismo.

Sakura sonrió.

-No lo jures. Llevas más de una semana trabajando sin parar. No tienes buena cara, y eso que hoy por fin has dormido toda la noche del tirón, aunque sea en este triste sillón -diciendo esto dejó su café en el suelo y se puso en pie para acercarse a él-. Estoy un poco preocupada, pareces realmente cansado -iluminó sus manos en chakra y las colocó sobre el pecho del Hokage que se mantuvo completamente inmóvil-. Podrías caer enfermo si no descansas bien. Y ese sillón no es bueno para ti.

-Pues he dormido bastante bien.

-Eso ya lo has dicho, pero no lo creo -sonriendo subió una mano, ya sin chakra, hasta colocarla sobre la cabeza de Kakashi-. ¿Uno noventa y cinco?

-Noventa y cuatro.

-Me dolería todo el cuerpo si hubiera pasado la noche ahí, y me sacas más de veinte centímetros.

-Supongo que pillé una buena posición -comenta sonriendo bajo la máscara.

Sin embargo, cuando ella llevó las manos a sus hombros y dio un pequeño apretón, se tensó e hizo una mueca de dolor.

-¿Te molesta el hombro?

-Sólo si lo estrujas así -se quejó con humor.

-No lo he estrujado.

-Ya no soy un chaval. Tú lo has dicho antes. No puedes ser tan ruda conmigo.

Sakura se carcajeó llenando la habitación de un agradable ambiente. Volvió a iluminar sus manos en chakra y las colocó sobre el hombro de él.

Durante unos minutos estuvieron en silencio mientras ella relajaba su musculatura sin siquiera tocarle.

Sin saber porqué, y antes de poder frenarse, Kakashi subió sus manos hasta el recogido de ella y lo soltó retirando los dos bolis que se cruzaban para mantener el pelo así. Ahuecó su pelo entre las manos y dejó que cayera por su espalda y sobre sus hombros enmarcando su rostro, que tomó entre las manos dejando que los pulgares acariciaran sus mejillas.

La mirada fija de los ojos castaños atravesó a Sakura. De pronto, se dio cuenta de lo que había hecho y retiró sus manos mientras daba un paso atrás.

-Gomen nasai -se disculpó con un tono de verdadero arrepentimiento-. No sé porqué lo he hecho.

Sakura sonrió al verle tan nervioso. Kakashi tragó con dificultad y agradeció tener una máscara que tapara su rostro.

-No te preocupes -dijo ella pasando la mano por encima de su cabeza y llevando toda su melena sobre su hombro izquierdo mientras le sonreía.

Kakashi notó una punzada en su ingle y pudo sentir cómo su cuerpo respondía a la sonrisa y la cercanía de ella.

Se pasó una mano por la cara intentando deshacerse de esa sensación mientras agitaba la cabeza en negación.

Sakura seguía con los ojos fijos en él. Pero era incapaz de descifrar su mirada.

-Creo que deberíamos—

No le dejó terminar. Se puso de puntillas apoyándose en sus hombros y dejó un suave beso a la altura de sus labios sobre la máscara.

Fue algo rápido, y sin embargo, fue suficiente para que Kakashi notara que la punzada de antes no era nada comparada con cómo se sentía ahora mismo bajo los pantalones.

-¿Qué has hecho? -preguntó aturdido.

Sakura se rió suavemente. Y sin decir nada más volvió a ponerse de puntillas para besar su nariz, su mejilla y la línea de su mandíbula, todavía con la máscara en medio, mientras pasaba los brazos alrededor de su cuello y se pegaba más a él.

Hundió su rostro en el ángulo de su cuello y respiró su aroma. Tierra mojada. Así olía Kakashi. Siempre. Después de una pelea o tras haberse dado una ducha. Él siempre le traía a la mente ese característico olor que deja la lluvia en los campos de tierra. Y ella adoraba ese aroma.

Por fin reaccionó. Bajó su cabeza hasta el hombro de ella y cerró los ojos disfrutando de la paz que inundaba su cuerpo.

-¿Qué estás haciendo? -susurró girándose para hablar a su oído.

Ella sintió un escalofrío por la profundidad de su voz.

-Disfruto del olor de la tierra mojada.

-¿Qué? -preguntó llevando las manos a la cintura de ella para poder separarse un poco y mirarla con desconcierto.

-Ese es tu olor.

-¿Mi olor?

-Sí. ¿Nunca te lo ha dicho nadie? Hueles a tierra mojada.

-¿Y eso es bueno? -preguntó dejando que ella volviera a abrazarle, esta vez pasando sus manos por la cintura de él obligándole a pasar los brazos sobre los de ella.

-Oh. Sí. Puedes creerme. Es realmente bueno. Podría vivir respirando este aroma el resto de mi vida.

Kakashi se removió bajo su abrazo. Intentaba separarse ligeramente para no dejarla notar que estaba completamente duro por ella.

Pero luego lo pensó mejor. ¿Ella estaba diciendo lo que creía que estaba diciendo?

-Tú sabes que te saco catorce años, ¿verdad? -susurró contra su oído.

-¿Tan pocos? Pareces más viejo -bromeó besando su cuello y notando el temblor del gruñido que salió del fondo de su garganta.

Por unos segundos Kakashi tuvo un debate interno entre su parte racional y su parte animal. La dureza en sus pantalones provenía de ambas, pero su cerebro le decía que quizás no era tan buena idea. Sin embargo, se bajó la máscara y besó su cuello. Dejó que sus labios pasearan por la piel expuesta, ya que el pelo de ella descansaba sobre el otro hombro. Y abrió la boca para saborearla. Si él olía a tierra mojada podía asegurar que ella invadía sus pulmones con el olor a cerezos recién florecidos.

Sakura se tensó cuando notó cómo dos dientes rasparon su cuello.

-¡¿Tienes colmillos! -no era una pregunta, aunque el tono parecía indicarlo.

-Lo siento, debí avisarte -rió contra su cuello.

-No importa. Es sólo que me ha sorprendido -reconoció sujetándole por el cuello para no permitir que se separara.

Eso le hizo reír todavía más. Pasó unos minutos disfrutando de su sabor, recorriendo su cuello con la lengua y los labios, y dejando que sus manos se colaran bajo la camiseta rosa para tantear sus pechos sobre la tela del sujetador.

-¿Puedo hacerte el amor, Sakura? –susurró en su oído– Quiero recorrer tu piel desnuda con mis dedos. Quiero sentir tu calor, tu cuerpo contra el mío. Quiero sentir tu respiración sobre mi piel.

-Pensé que no lo ibas a sugerir nunca -jadeo ella cuando notó las manos de Kakashi colándose bajo su sujetador y acunando sus pechos.

Cuando sus dedos acariciaron sus pezones estos se endurecieron rápidamente y Sakura sintió un escalofrío que recorrió todo su cuerpo.

Él gruñó por la respuesta de su cuerpo ante sus caricias.

La levantó en el aire tomándola por las caderas y le dio un poderoso beso. Después la llevó hasta el sillón donde había pasado la noche y la sentó en él arrodillándose ante ella, y todo ello sin romper el beso.

Con el codo abrió las piernas de ella y se coló entre sus muslos para pegarse más a su cuerpo. Dejó su boca y besó la línea de su mandíbula hasta perderse en el hueco de su cuello y mordisquear el lóbulo de su oreja.

Sakura dejó escapar un suave gemido ante uno de los mordiscos. Kakashi sonrió y se paró sobre sus manos apoyadas en los brazos de la butaca, separándose para mirarla fijamente.

-Eres hermosa -susurró él con la voz grave y dificultad en su respiración.

Sakura sonrió y le miró la mandíbula por primera vez en su vida. Subió sus manos y acarició su mejilla raspándose suavemente con la incipiente barba.

-Y tú -reconoció ganándose una sonrisa que mostraba una perfecta dentadura blanca con colmillos.

Volvió a pegarse a ella para besarla mientras le quitaba las botas. Después colocó las manos en su cintura, ella le ayudó levantando su cadera para permitirle arrastrar fuera sus pantalones y ropa interior dejándola desnuda de cintura para abajo.

Sin decir nada más, Kakashi acarició su intimidad con un par de dedos para comprobar que ella ya estaba húmeda por él.

Gruñó sobre sus labios y se separó para quitarle la poca ropa que quedaba en ella. Sacó la camiseta por su cabeza y desabrochó con habilidad su sujetador. No se dio cuenta, pero contuvo su respiración unos segundos ante la vista de su exalumna desnuda frente a él.

-En realidad eres perfecta -susurró de nuevo, ahora llevando su boca a uno de los endurecidos pezones-. Eres preciosa, inteligente, divertida, fuerte... -con cada adjetivo mordía con suavidad uno de sus pezones mientras una de sus manos pellizcaba, no con tanta suavidad, el otro.

Sakura jadeó en respuesta con el rostro encendido en rojo. Y eso hizo que entrepierna de él latiera dolorosamente.

Dejó sus pechos y descendió besando su estomago. La tomó por el trasero y tiró de ella hacia él dejándola tumbada sobre la butaca con sus piernas totalmente fuera del asiento y completamente expuesta.

-Pídeme que pare. Dilo y me iré del despacho ahora mismo dejándote tranquila. Será como si nada hubiera pasado.

Sakura negó con la cabeza. Sus ojos la quemaron por la intensidad de su mirada.

Y sin decir nada más se agachó sobre ella y la tomó con la boca.

Ella gimió en respuesta a la húmeda lengua sobre su sexo.

Empezó a saborearla como si fuera lo único que había probado en días. Su lengua dibujaba círculos sobre su centro mientras con las manos separaba un poco más sus piernas colocándose más cómodamente ante ella. Acariciaba el interior de sus muslos mientras dejaba que su lengua se perdiera en su interior, y en respuesta a su habilidad la espalda de Sakura se arqueó en el sillón.

-Ka-ka-shi -jadeó con dificultad-, por favor...

-¿Mmm? -murmuró sin retirar su lengua de ella.

Las manos de Sakura se deslizaron por la melena plateada sujetando algunos mechones de pelo y arañando con suavidad su cuero cabelludo.

Podía notar las manos de él recorriendo su cuerpo mientras su lengua le hacía el amor, estaba extasiada y no había hecho más que empezar.

Dentro de ella el calor crecía demandando más.

-Te necesito dentro -susurró ligeramente avergonzada.

-No he terminado -respondió deteniéndose un momento, pero sustituyendo su lengua por un par de dedos para seguir penetrándola-. Quiero que te corras para mí antes de eso.

Ella ni siquiera podía escucharle. Mientras la penetraba con dos dedos su pulgar le acariciaba el clítoris enviándola miles de escalofríos por su espalda. Cerró los ojos y se arqueó todavía más empezando a moverse contra su mano.

Kakashi sonrió y bajó de nuevo su boca sobre ella ocupando el lugar de su pulgar.

-Quiero probar cómo sabe tu orgasmo -pidió con seriedad.

Sakura se tensó ante esa idea y le tomó por los hombros para pegarle más a ella. Mientras se contenía para no gritar. Él pudo notarlo.

-No te cortes. Por la hora que es mi secretaría se ha ido a tomar un café. Nadie podrá oírte.

-Eso no lo sabes -dijo entre jadeos-. Podría venir cualquiera.

-Eso sí. Y la puerta ni siquiera tiene puesto el cerrojo -bromeó antes de morder ligeramente su clítoris haciéndola temblar.

-Si sigues así no conseguirás nada, solo ponerme nerviosa -comentó sonriendo, pero con la respiración entrecortada.

-¿Nada? -preguntó levantando una ceja.

Kakashi guardó silencio y volvió a lamer su sexo mientras añadía un dedo más a su exploración y buscaba un punto exacto dentro de ella. En unos pocos segundos ella convulsionó cerrando sus piernas y atrapándole entre sus muslos al cruzar los tobillos a la espalda de él, todo ello en completa tensión.

Kakashi notó unas uñas clavándose en sus hombros y se tensó levemente por el dolor mientras sonreía todavía saboreándola y recogiendo los restos de su orgasmo.

Y a pesar de que ella suplicó no se detuvo hasta que consiguió que volviera a correrse sobre su boca.

Hasta que no dejó de temblar no se separó de ella. Y cuando lo hizo todavía le rodeaba con sus piernas. Pero su cuerpo ahora estaba completamente relajado y un suave jadeo sustituía a su habitual respiración.

Kakashi levantó la vista para mirarla, y los ojos jade se clavaron en los suyos.

-Kami, ni siquiera quiero saber con cuántas mujeres has estado para ser así de bueno.

Una carcajada inundó la habitación. Kakashi llevó sus manos a la espalda para tomar los tobillos de Sakura y liberarse de su agarre.

Se puso en pie entre sus piernas, todavía riendo.

-No con tantas como pudieras creer. Te lo aseguro. Casi todo lo que hayas podido escuchar son falsos rumores.

-¿Casi todo?

-Bueno, no soy célibe. No voy a mentirte.

-Está bien. Yo tampoco -aseguró mirando justo frente a ella. A su altura quedaba la cintura de Kakashi. O más concretamente, la gran hinchazón bajo los pantalones de Kakashi.

Sakura se inclinó hacia delante mientras sus manos desabrochaban los pantalones de Kakashi y los dejaban caer. Sin perder más tiempo metió una mano en los calzoncillos y liberó la erección.

-¡Vaya! -exclamó tomándolo entre sus manos.

Un escalofrío recorrió la espalda de Kakashi. Se sujetó a los hombros de ella y echó la cabeza hacia atrás cerrando los ojos por la sensación de sus dedos sobre él.

Ella miró hacia arriba y una sonrisa apareció en su rostro antes de abrir la boca y tomarle dentro. Kakashi no había esperado eso y trastabilló perdiendo el equilibrio antes de apretar su agarre dejando escapar un gemido de placer al notar como su lengua jugaba con él dentro de su boca.

-Diablos. ¿Acaso yo quiero saber con cuántos hombres has estado? -preguntó bajando la mirada para verla.

No obtuvo respuesta, ya que ella estaba concentrada y disfrutando de su sabor.

Soltó el agarre sobre uno de sus hombros para recoger el pelo de ella que por el movimiento se colaba por delante y le tapaba el rostro impidiéndole ver la perfecta imagen de Sakura haciéndole una mamada.

Cuando ella llevó una de sus manos hasta los testículos y dio un pequeño apretón sintió que las rodillas le fallarían.

-Está bien -aseguró separándose de ella, ganándose un gruñido y una mala mirada-. Es suficiente.

Ella intentó encontrarle de nuevo, pero Kakashi tiró de ella para levantarla y la obligó a enredar sus piernas en su cintura.

-¿Qué haces? -gruñó ella.

-Necesito estar dentro de ti.

-Ya estabas dentro de mí. Y diría que lo estabas disfrutando -aseguró con una sonrisa pícara.

-Sí, pero no -negó besando su boca mezclando su saliva con la de ella-. Necesito hacerte mía.

-Qué posesivo.

-Está bien. Si lo prefieres hazme tuyo -pidió girándose con ella enredada a su cintura para sentarse en la butaca.

Sakura gimió al notar la erección de Kakashi contra su sexo.

Cambió de postura para sentarse a horcajadas sobre él, que seguía besándola en un camino entre sus labios y sus pechos pasando por su cuello.

-¿Hacerte mío? -preguntó pasando las manos por sus abdominales todavía cubiertos por la camiseta.

Kakashi la separó ligeramente para mirarla sonriendo y dejando ver sus colmillos.

Ella le miró atentamente y subió una de sus manos para tocarlos.

-Son afilados.

-Sí.

-Pero no los he sentido cuando... -dejó la frase a medias un poco avergonzada.

-Bueno, los tengo desde que era niño. He aprendido a ser cuidadoso.

-¿Con las mujeres? -preguntó cogiendo la parte inferior de su camiseta y levantandola sobre su cabeza mientras hablaban.

-Con todo -aseguró subiendo los brazos para dejar que le quitara la camiseta-. Si no tengo cuidado pueden notarse bajo la máscara.

-¿Por eso la llevas?

-No tengo ningún problema en responder a tus mil preguntas, pero no ahora -aseguró levantando la cadera para que ella notara la erección que le estaba revolviendo el estómago.

Sakura dejó escapar una carcajada antes de empezar a moverse adelante y atrás contra él.

Kakashi gruñó ante la increíble sensación.

-Amor, me estás matando. Deja de torturarme. Si no lo haces tú lo haré yo -suplicó con la voz más grave que de costumbre.

-¿Hacer qué? -preguntó haciéndose la tonta y sonriendo ante el apelativo cariñoso que había usado con ella.

-Quieres volverme loco, ¿verdad? -preguntó llevando una de sus manos entre sus cuerpos para acariciar los rizos rosados-, pero yo también sé un par de trucos -aseguró inclinándose hacia delante y atrapando un pezón entre sus dientes mientras dejaba que sus dedos se colaran entre los pliegues húmedos de ella y empezaran a acariciarla con habilidad.

-Está bien -aceptó dejando escapar un gemido.

Se levantó sobre sus rodillas y llevó las manos a la erección para guiarla dentro de ella. Cuando sientió que la punta rozaba su sexo se mordió el labio inferior y le miró nerviosa.

-¿Quieres parar? -se obligó a preguntar él ante el temblor de ella bajo sus caricias.

Pero no respondió, descendió poco a poco llenándose de él, que dejó que el aire de sus pulmones saliera de golpe cuando ella quedó sentada sobre su regazo con él completamente dentro.

-Dios, eres más grande de lo que esperaba -susurró sin ser consciente de que lo ha dicho en voz alta.

Kakashi estalló en risas y el color rojo volvió al rostro de Sakura que se cubrió con las manos avergonzada.

-No te rías, idiota -pidió golpeándole en el hombro mientras la otra mano seguía sobre su cara.

-Perdón. Es que no esperaba algo así en este momento -reconoció dejando de reír pero con una media sonrisa sobrada. La tomó de la muñeca para retirar su mano de la cara.

-No te lo creas tanto.

Kakashi levantó la mano libre entre ambos en señal de paz. Y la mano que la tenía sujeta por la muñeca la llevó hasta sus labios para besar la palma.

-Lo siento. No me reiré más -aceptó girando su mano y besando sus nudillos-. ¿Podemos seguir? -pidió con la voz entrecortada al notar como ella se contrajo alrededor suyo.

Sakura le miró con los ojos entornados.

-Por favor -suplicó él moviendo ligeramente las caderas para dejarle claro que se moría por que le cabalgara.

-No vuelvas a reírte -pidió señalándole amenazadoramente con un dedo.

-No lo haré -aseguró sonriendo y mostrando los colmillos. Es posible que ella acabara de descubrirlos, pero se había dado cuenta de la fascinación con que los miraba.

-Está bien -aceptó apoyando sus manos en los hombros de él y levantándose para de nuevo bajar sintiendo como la verga de él la llenaba una y otra vez. Kakashi sonrió ante la imagen de ella montándole y llevó las manos a su cintura para ayudarla.

-Eres una diosa -susurró mirándola fijamente.

Sakura se inclinó sobre él para besarle mientras dejaba que fuera él quien decidiera el ritmo levantándola en velo como si no pesara nada a la vez que la acompaña con un suave movimiento de cadera.

Algunos gemidos escapaban de la boca de ambos con cada nueva embestida. Y las respiraciones entrecortadas de ambos se encontraban en el pequeño espacio que había entre ellos.

-Más fuerte -pidió ella contra sus labios.

Sin decir nada Kakashi la rodeó por la cintura con los brazos y se giró en el sillón tumbándola como la había tenido antes quedando entre sus piernas sin siquiera haber salido de ella. Y desde esa posición se impulsó contra el suelo para hundirse más rápido y con más fuerza en ella que se abrazaba a su cuello mientras le mordía.

-¿Mejor? -preguntó Kakashi besando su cuello.

-Sí. No pares, por favor -pidió con la voz ahogada.

No era una posición cómoda, pero no quería pararse a pensar dónde sería más cómodo. Sólo quería hundirse una y otra vez en ella hasta hacerla correrse sobre él.

Sakura agarró un mechón de su pelo tirando de él y haciéndole levantar la cabeza a la vez que le rodeó la cintura con las piernas para obligarle a regresar con más fuerza dentro de ella mientras le empujaba con los talones.

-Que exigente -susurró él divertido mientras se impulsaba más duro apoyando sus manos en la pared sobre la cabeza de Sakura.

-Voy a correrme otra vez -anunció ella clavando sus uñas en los omoplatos de él.

-Sí, amor, córrete para mí -pidió besándola en los labios con fuerza sin detener sus envites mientras notó como ella temblaba en su interior debido al orgasmo.

Sonriendo Kakashi hundió más sus caderas para unirse a ella. Cuando alcanzó su propio orgasmo su pie resbaló sobre el suelo haciéndole salir de ella y obligándole a sujetarse de los brazos del sillón para no aplastarla.

Ahora fue Sakura quien rió con fuerza al verle medio tirado en el suelo.

-¿Estás bien?

Kakashi levantó la vista para verla. Se giró sentándose en el suelo y apoyando su espalda sobre el sillón. Después la agarró para tirar de ella y colocarla sobre sus piernas de espaldas a él.

-Ahora estoy mejor -aseguró abrazándola y besando su hombro.

-Alguien no se habría caído si se hubiera tomado un tiempo en descalzarse y quitarse los pantalones.

-Es posible -reconoció besando ahora su otro hombro y apartando el pelo hacia el otro lado.

-Pero como eres un animal, incapaz de parar un segundo...

-Eres tú, amor, que me vuelves loco -confesó sonriendo sobre su hombro.

Sakura se giró sobre sus piernas y se abrazó a él hundiendo su rostro en su cuello. Así pasaron unos minutos. Kakashi acariciaba su espalda con una mano mientras con la otra la sujetaba por la cintura para mantenerla completamente pegada a su piel. Si no fuera por su respiración, todavía un poco irregular, hubiera jurado que estaba dormida.

Habían pasado unos minutos más cuando ella levantó la vista hacia la pared del fondo.

-¡Mierda! ¡Mira qué hora es! -gritó señalando el reloj-. Se me ha hecho tarde. Tengo que volver al hospital -explicó poniéndose en pie y recuperando su ropa.

Kakashi la miró embelesado y divertido mientras ella se vestía.

-¿No vas a hacer nada?

-¿Qué quieres que haga? -preguntó con sencillez.

-No sé. Algo.

Se puso en pie para subirse los calzoncillos y los pantalones y abrocharlos mientras ella se ponía una de sus botas. Mientras se colocaba la otra, él se puso su camiseta y se colocó la máscara.

Se quedó mirando mientras ella se acomodaba la ropa. Cuando pensó que había terminado la tomó por la cintura e hizo un par de sellos con las manos.

Sakura jadeó y miró alrededor para darse cuenta de que estaban en su despacho del hospital.

-Vale. Eso ha estado bien -reconoció riendo-. Gracias, supongo.

-De nada -sonrió de vuelta.

-Tengo algo de trabajo pero—

-Yo también tengo bastante trabajo. Pero aún tenemos pendiente hablar del presupuesto del hospital. Te paso a buscar cuando salgas, ¿a qué hora terminas?

-¿Habrás terminado a las diez? -preguntó ella separándose de él y recogiéndose de nuevo su pelo con dos bolígrafos que había sobre su escritorio ante la atenta mirada de él.

-No creo que haya terminado antes de una semana. Pero puedo dejarlo para mañana -aseguró acercándose a ella y retirando uno de los bolis de su pelo haciendo que de nuevo se soltara el recogido y el otro boli cayera al suelo. En ese momento aspiró su olor con los ojos cerrados.

Antes de que ella pudiera decir nada se bajó la máscara y la besó con fuerza tomándola por la cintura para pegarla a él.

-Flores de cerezo.

-Qué poco original -rió ella.

-Tú eres la poca original, es tu olor. No lo he inventado yo. Aunque tampoco lo cambiaría -aseguró dejando que sus colmillos rozaran el cuello de ella.

-Lárgate. Tengo trabajo -pidió empujándolo con suavidad y riendo.

-Te veo luego -respondió realizando de nuevo un par de sellos y desapareciendo.

Apareció en el centro de su despacho, ahora en total silencio. Levantó la mirada y vió la butaca donde había pasado la noche.

-Definitivamente te llevaré a mi casa -dijo sonriente mirando el sillón.

:::::

:::

NdA: Hola. Lemmon for all!

Como ahora mismo no tengo mi ordenador y odio trabajar con este, y otras mil cosas, voy a dar unos días más para pedir qué drabble queréis con continuación y recordad que tenéis que indicar el posible título o no entrará a las votaciones.

Espero que sigáis bien. Un besote.