Kiara, Kovu y Mufasa son personajes de El rey león de Disney. Aslan y la Bruja Blanca pertenecen a Las crónicas de Narnia de C. S. Lewis.
4. El viaje continúa
A la mañana siguiente, me despierto con mi cuerpo encima del de Kiara, dándole calor… y algo más, creo. Poco después, mi amada se despierta también, desperezándose suavemente:
—Buenos días, preciosa —le saludo dulcemente a la par que me levanto de encima— ¿has dormido bien?
—Sí, gracias por calentarme ayer. Bueno, ya es hora de ponerse en marcha.
Salimos del refugio pero en vez de encontrarnos nieve, vemos un bellísimo bosque con delicadas flores y mullida hierba, que tienta a que nos revolquemos por ella. Vemos también algún animal pequeño, pero no cazamos ninguno ya que a sabiendas de lo que nos ha contado el hada de que algunos son parlantes, tememos comernos a uno que lo sea:
—Increíble —exclamo, maravillado ante el panorama
—¡La magia de la Bruja Blanca se ha debilitado por fin! —grita Kiara, triunfante
—Yo que tú no cantaría victoria, sé por experiencia que ella no se rendirá, que le plantará cara a Aslan para arrebatarle todo. Esa Bruja me recuerda a mi madre.
—Entonces los narnianos necesitan toda la ayuda posible. Seguro que el que se haya roto el hechizo es cosa de Aslan, si Faunaya estuviera con nosotros, seguramente nos lo aseguraría. ¡Vámonos, debemos apresurarnos!
—Me encantaría disfrutar de este paraíso, cuya belleza palidece ante la tuya —replico, haciendo un cumplido a mi compañera
—A mí también, y te lo agradezco mucho, pero debemos hacer algo por salvar a Narnia.
Partimos entonces, todo hierba, árbol y alguna roca delante de nosotros. Kiara, a pesar de haber sugerido ir de inmediato a entrevistarnos con Aslan, no puede evitar detenerse en cada flor bonita que ve —la belleza atrae a más belleza—, y alguna que otra vez habla con las mujeres parecidas a árboles. En una de estas paradas, una de ellas, la cual es enorme y majestuosa, nos advierte del peligro:
—Leones, tened cuidado. Vuestro viaje hasta llegar a Aslan será breve, pero también vais a tener que afrontar varios desafíos: La Bruja Blanca os impedirá llegar, pues sois dos guerreros valiosos para la guerra. Los poderes que os han concedido son temporales, y también sirven para utilizarlos contra vuestros enemigos. La Bruja os intentará separar, pero vosotros deberéis permanecer siempre unidos, vuestro amor es la clave.
Poco tiempo después de haber hablado con la dama, aparece a lo lejos un lindo conejo blanco, aparentemente inofensivo y sin intelecto.
—¡Oh, qué delicia! —digo, relamiéndome del gusto— es un poco pequeño, pero seguro que cerca hay una madriguera
—Kovu, no lo hagas —objeta mi compañera— hay algo que me dice que ese conejo no es lo que parece.
—¿Piensas que es un animal parlante, como nosotros?
—No, pero algo tiene que ver con nuestros enemigos
A pesar de todo, el hambre acumulada durante años, acentuada la noche pasada, puede más que mi razón, de modo que me agazapo todo lo que puedo entre pequeños arbustos y avanzo paso a paso hacia él hasta que lo tengo a mi alcance. Ya a punto de dar el salto, el animal se vuelve, pero en vez de huir, se acerca a mí, solo que es un león exactamente igual a mí, ¡pero si soy yo!, la única diferencia entre nosotros era su fría mirada, y al mismo tiempo, hipnótica:
—Escucha, Kovu, soy tu conciencia —afirma con una voz sugerente, que me invitaba a escuchar— Tu madre ha trabajado mucho para tener una vida mejor que en las Lejanías. Vamos, debes volver y ayudarla. Ese lugar no tiene ni comida, ni agua, casi ni podéis resguardaros del frío de la noche.
—Kovu, ¡no le escuches! —suplicó mi amada
—¡Ah!, la leona por quien vas a dejar todo. La hija de Simba, pero ¿él aceptará vuestra relación? Por supuesto que no. Además, mató a Skar, tu padre y ¿realmente te ama ella? Hace solamente un día que os conocéis a fondo ¿no es así?
—¡Kovu! ¡Yo te amo! ¡No te dejes engatusar!
—Piénsalo —continuó, despiadada. Ya no escuchaba a Kiara— Tú has tenido una vida difícil: siempre habéis tenido que luchar para sobrevivir, con insectos, ratas y beber el agua de los charcos cuando llovía. Mientras ella tenía comida y agua en abundancia. Si vencierais a Simba, podríais sustentaros. Anoche no probaste bocado y esta mañana tampoco. ¿No os comíais a las leonas muertas en las Lejanías? Bueno, pues delante de ti tienes a un buen bocado, y además cumplirías con lo planeado por tu madre. ¡Mata a la hija de Simba!
En ese momento, comete su error y descubro a quien debe lealtad. Rujo de rabia y me deshago de la hipnosis:
—¡NUNCA mataré a quien más me ama en el mundo! Dile a tu jefa que por ahí nunca me podrá atacar —afirmo con todo mi aplomo
Mi pareja, hasta ese momento desesperada, se acerca a mí y frota tiernamente su cabeza contra mi melena:
—Kovu, estás a salvo
—Claro que sí, mi amor —le respondo con dulzura.
"Qué miedo he pasado, pensaba que me iba a comer. Aslan nos debe estar protegiendo de los males, Kovu tiene un corazón tan fuerte y bueno, le quiero mucho"
—Y yo también a ti —le susurro ante su sorpresa.
Seguimos nuestro periplo por las llanuras llenas de flores, caminando muy juntos y disfrutando del momento. Me llena de puro gozo que podamos hablar abiertamente sin palabras ¡vaya una ironía! pero es un vínculo mucho más profundo entre nosotros, me encantaría que esto durara para siempre y ella también lo quiere así.
Repentinamente, vemos una figura traslúcida un tanto amorfa al principio, que conforme nos vamos acercando vemos que es la figura de un león adulto de pelaje dorado y melena rojiza… igual que Simba:
—Hola Kiara —dijo con voz profunda— ¿sabes quién soy?
—¿¡Abuelo! —respondió mi amada con sorpresa
—En efecto, mi amor. Narnia es un lugar lleno de maravillas. Las flores, el abundante río, las bestias parlantes…
—Y Aslan —puntualizó ella
—Sí, bueno, es maravilloso sí
Parecía reticente, había algo que no me gustaba en él a pesar de parecer un buen león, decido leerle el pensamiento y esta vez soy yo el que se sorprende:
"Qué fácil es tener a esta estúpida comiendo de mi mano, su padre ha endiosado al espíritu al que represento y cuando esté totalmente absorbida por mis palabras la llevaré a la Bruja Blanca para que la mate"
Por el momento, decido seguirle la corriente hasta que llegue el momento oportuno. Mientras, "abuelo" y nieta siguen hablando como si nada:
—Papá me ha hablado muy bien de ti —le cuenta Kiara, llena de admiración— me contaba historias increíbles en las que tú siempre le salvabas de todos los peligros.
—Siempre ha exagerado un poco —respondió el aludido con falsa modestia, pero tremendamente complacido
—Me habló también de tu trágica muerte —dijo mi amada con pesar— pero parece que aquí eres feliz
—O sí, pero ahora me gustaría que miraras este paisaje. ¿Ves las dos colinas?
—Creo que sí
—Pues entre ellas hay una construcción, es un castillo precioso. En ella vive una persona muy interesante y que me ha dado todo lo que tengo ahora.
—¿Aslan?
—No, es la Bruja Blanca
—Imposible… tú no… tú eres un buen león… —balbució la hembra
—Ya lo ves que sí —respondió con una risa fría, sardónica— y tú vas a venir conmigo…
En ese momento, rujo con todas mis fuerzas y rompo la conexión mental entre el malvado espíritu y Kiara, quien sale de su trance y descubre el pastel:
—Vete por dónde has venido, maldito espíritu. Dile a la Bruja Blanca que Aslan nos protege de todo mal.
El fantasma, disgustado, desaparece en un suspiro y ella se arroja a mis brazos, llena de amor:
—Gracias por salvarme, mi vida —me musita suavemente al oído
—Realmente tienes razón —le contesto, con una sonrisa— alguien vigila que no nos pase nada.
Peligros por los que pasan Kiara y Kovu que prueban su amor. Espero que os guste. Reviews please.
