Acompañado
Dejó de ejercer fuerza en las manos e intentó ver las cosas de manera fría. Por supuesto, había tenido un mal presentimiento antes de la fiesta cuando se reencontraron por última vez en su cama pero nunca imaginó que horas después... Cerró los ojos, se preguntó si realmente eso había sucedido, lo sospechó por mucho que ella lo negara, incluso lo afirmó porque no la había visto en sus cinco sentidos. Por eso había sido fácil tomarla desprevenida. Bajó la mirada serio, no sabía qué hacer ni qué decir, esa era una situación que nunca imaginó ella viviría.
- ¿Qué harás?
La escuchó soltar un largo suspiro seguido de un profundo y tardado silencio. Por su puesto que no sabía qué hacer, era apenas una adolescente de sólo diecisiete años, aquello era prematuro para su desarrollo social, psicológico y cognoscitivo. Tragó saliva, recordó como había comenzado todo entre ellos. Cuando sus hermanos y él cumplieron quince años, Mojo Jojo había experimentado con ellos con el propósito de estudiar su anatomía y estructura pero en un descuido les agregó más sustancia X provocando que crecieran un año más que las Powerpuff Girls, desde entonces tuvo ciertas reacciones ante la cercanía de su némesis, Buttercup. Al parecer no fue el único pues en una noche de lluvia, cuando se habían encontrado en el bosque cerca de la cabaña abandonada de Fuzzy Lumpkins, después de una dura pelea entre ambos pues ninguno quería retirarse del lugar a causa del otro, él terminó cayendo en sus tentaciones y la besó pero se sorprendió más, cuando ella le correspondió de manera inmediata, decidida y pasional.
Esa misma noche terminaron desnudos frente a la chimenea de la cabaña, con el fuego calentándolos después de una larga jornada de embestidas, suspiros y gemidos. Se quedaron dormidos y abrazados frente a este, a la mañana siguiente cuando despertó no la encontró pero el excitante recuerdo quedó impregnado en su miembro que había desvirgado a la poderosa. Desde entonces, cada vez que se encontraban, peleaban para luego finalizar la batalla entre sábanas y morbo. A ninguno le disgustaba, al contrario, pareciera que eso es lo que más disfrutaban. Nunca habían hablado de su relación pues no era nada más que carnal, sin embargo, si habían ciertos celos y rechazos cuando se le veía al otro con un acompañante del sexo opuesto. A veces cuando la encontraba con otro, la tomaba más brusco que de lo costumbre y se vengaba con su cuerpo, dejándola marcada en varias partes de la piel, obviamente como él era un Rowdy, el efecto duraba más de lo normal.
Buttercup no se quedaba atrás, cuando igual lo veía ligar con alguna furcia de por ahí, se resistía a sus caricias pero al final cedía cuando le susurraba lo mucho que la había extrañado, desgraciadamente todo eso había acabado hace unos meses cuando sus hermanas comenzaron a sospechar de sus encuentros pero principalmente porque Brick se había enterado y le había dado una gran paliza, obviamente el líder no salió ileso, él podría hacer con su vida lo que le diera en gana. Sin embargo, prefirió evitar problemas. Además, la chica había comenzado a relacionarse con el famoso Ace, de quien se enteró, era el primer amor de Buttercup.
- No sé - soltó finalmente, regresándolo al presente -. Me salí de casa y no sé a donde ir, creo que me quedaré por ahí.
Butch se levantó de su lugar y se sacudió el pantalón negro. Metió las manos en los bolsillos y comenzó a caminar en dirección a la ciudad.
- Vamos - le ordenó sin mirarla -, estás loca si crees que te quedarás en la calle después de...
- Olvídalo - susurró, Buttercup escondió el rostro entre las piernas, pálida -. No me lo... Recuerdes.
Él se limitó a ladear el rostro, cansado.
- Te advertí - comentó sin ningún sentimiento -. Te dije que...
- Ya - se tapó los oídos, con los ojos cerrados fuertemente negándose a escuchar aquello -. No quiero oírlo.
Se dio media vuelta y la observó sereno. Aspiró profundamente y frunció el ceño ligeramente incómodo. Se masajeó la nuca intentando relajar las cosas entre los dos, lo menos que quería era iniciar una discusión.
- Vamos - ordenó de nuevo -, te quedas conmigo.
- ¿Y tus hermanos?
- Al diablo con ellos, es mi vida.
No se levantó. Cerró los ojos irritado y soltó el aire intentando tranquilizarse, no quería desquitarse con la chica aunque le estuviera colmando la paciencia. Se acercó con pasos seguros y se agachó a su altura.
- Vamos - su voz fue suave -, al menos quédate hoy en mi casa. Tienes que pensar mejor las cosas.
La tomó del brazo y la ayudó a levantarse para luego dirigirse al volcán de Mojo Jojo, donde sus hermanos vivían. Agradeció que su creador estuviera de viaje durante unas cuantas semanas.
Bubbles se acurrucó entre las cálidas sábanas de su cama individual. Se mordió el pulgar nerviosa, no soportaba aquella tensión en su casa pero no podía hacer nada, por su culpa Buttercup estaba pagando sus consecuencias. Se aferró a su pequeño pulpo y se dio la vuelta en la cama repetidas veces. Se sentía muy inquieta, no podía dejar a su hermana por su cuenta, tenía que hacer algo y ayudarla, devolverle el favor tal y como Butter la hizo. Tomó su chaqueta azul y se acercó a la ventana dispuesta a ir por ella pero la intromisión de Blossom a su alcoba la detuvo de todo plan.
- ¿A dónde vas?
Desvió la mirada apenada de verse descubierta.
- Quería salir a tomar aire.
- ¿Qué escondes?
Eso la obligó a subir la mirada, perpleja.
- ¿Por qué piensas que...?
- Porque cuando escondes algo buscas la manera de tomar aire.
El cuarto quedó en silencio. La líder cerró la puerta detrás de si y se sentó sobre la cama. Palmeó el lugar a un lado de ella y sonrió, intentando transmitirle confianza. Se acercó un poco más tranquila y tomó asiento como le había pedido la mayor, sin embargo, entrelazó las manos nerviosa intentando tranquilizarse, estaba temblando. Blossom las acogió entre las suyas para tranquilizarla pero sólo logró que Bubbles se lanzara a sus brazos y sollozara ligeramente. Le acarició la sedosa cabellera y tarareó una canción. No la presionaría, cuando estuviera lista para hablar ella lo estaría para escuchar.
Agradeció que sus tontos hermanos estuvieran encerrados en sus habitaciones o de lo contrario no podría entrar sin que notaran la presencia extra. Abrió la puerta de su habitación, la última al final del pasillo y la obligó a entrar rápidamente. Cuando estaba por cerrar, la puerta de Boomer se abrió dejando ver que estaba despertando.
- Oh - exclamó sorprendido -. ¿Ya llegaste?
- No, imbécil - rodó los ojos irritado -. Soy un fantasma.
Escuchó a su hermano soltar algunos improperios para luego bajar por las escaleras por una vaso de agua a la cocina. Cerró detrás de él y se quitó la chaqueta negra, la lanzó sobre una silla repleta de prendas y encendió el aire acondicionado.
- ¿Estás bien? - recogió la ropa del suelo -. Puedes dormir si gustas.
Ella asintió con la mirada perdida, se dejó caer sobre la suave cama y apretó las sábanas, frustrada. No quería pensar las cosas, quería que todo regresara a la normalidad. Ahora todo se había ido a la basura: su vida, sus estudios, ssu familia, amigos, todo. Butch se dejó caer bruscamente a su lado logrando que ella se desequilibrara y terminara rozando su hombro con el suyo.
Posó una mano sobre la de ella y se recostó.
- Tranquila - ella lo miró de reojo -, supongo que todo se solucionará.
- No sé - susurró deprimida -, no lo quiero tener.
- ¿Y qué harás?
Silenció, no sabía si aquello era correcto.
- Quiero... Abortarlo.
Eso fue suficiente para lograr que él se incorporara rápidamente a su lado y la miró perplejo, se preguntó si acaso había escuchado mal.
- Es una...
- Eres mayor de edad - lo interrumpió -. Puedes firmar para que se valide, dí que eres el padre y podré...
- No - sentenció -. No haré algo así.
- Por favor, Butch - soltó irónica -. Ni que la vida de un bebé te importara.
- Piénsalo bien - aconsejó -. Eso puede quedar en tu conciencia de por vida y puedes arrepentirte más tarde.
- ¿Qué sabes?
- Nada, pero he escuchado eso.
- Butch - su voz sonó rasposa, lastimada -. Tú no eres el que tiene que llevar este engendro en ti, recordándote día y noche...
Se quebró. Las lágrimas descendieron por sus pálidas mejillas y apretó los ojos, no sabía que estaba sucediendo. No podía dejar de pensar en aquello, Butch relajó el rostro y la atrajo hacia él para que llorara en su pecho. Sentía pena por ella, tener que soportar algo así, no era precisamente sano. Acarició su pequeña espalda y se recostaron en la cama, ella se aferró a su torso y soltó varias lágrimas. Claro que quería apoyo, necesitaba a alguien que estuviera ahí para reconfortarla. Se había quebrado desde ese día y con la nueva noticia, simplemente todo su mundo se había desmoronado .
Butch se deshizo de los zapatos y la acurrucó en su pecho.
- Lo odio - susurró -, lo odio, lo odio, lo odio, lo odio, lo... Odio.
No supo en que momento pero se quedó dormida entre sus brazos, con los ojos y nariz rojizos de llorar. Miró el techo y suspiró, aquello realmente de alguna manera no le gustaba. Claramente se sentía molesto y muy celoso pero sólo ella sabría que hacer. Él no era nada en su vida y no podía actuar por voluntad propia, era un tema delicado y no era de su incumbencia. Sólo podía apoyarla, sabía lo orgullosa que era como para revelar algo de tal magnitud. En cuestión de minutos, cayó rendido, abrazado a ella y con un lindo sentimiento de culpa, acompañado.
Gracias loca-totalmente, Ruka Jimotoraku, Marii Dii y Lenka387
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Neith15
