Pataditas

Se removió incómoda bajo las sábanas, no podía dormir ni aunque tuviera tres colchas encima, sentía el frío de la estación recorrerla por todo el cuerpo logrando que su mente viajara a todas partes menos en dirección al morfeo. El estúpido de Butch y ella, habían peleado y tenía que dormir sola, cuando ya se había acostumbrado a dormir a lado de él todas las noches. Se preguntó si estaría durmiendo plácidamente sobre el incómodo sofá viejo de la sala, incluso sentarse ahí era un martirio no se imaginó lo que sería dormir. Finalmente terminó con la vista fija al techo y de manera inconsciente se llevó las manos al vientre que comenzaba a ser más notorio con el paso de los días.

Se lo acarició con suavidad. De alguna u otra forma, se había sorprendido de descubrir que aquello le tranquilizaba. Sentir su vientre, que crecía sin parar, debajo de sus delgadas manos. Nunca imaginó vivir aquello, ni siquiera se le había pasado por la cabeza ser madre incluso en un futuro. Sólo quería vivir su vida, su etapa, su juventud pero todo eso había cambiado desde el momento que confirmó su estado de gravidez. Aún no se dignaba a visitar a sus hermanas después de dos meses de haber salido de la casa que la vio nacer. Es decir, con qué derecho podía regresar frente a su familia, cómo podía regresar ante las personas que había decepcionado por sus malas decisiones.

Con mucho cuidado se sentó quedando su espalda contra el respaldo de la cama. No lograría dormir y ya se sentía cansada de estar acostada.

Sonrió burlona aunque la culpabilidad no la dejó hacerlo por completo. Los primeros días que desapareció, cuando sus hermanas se aparecieron sin ella para combatir el mal, se rumoreó que estaba enferma. A las semanas, empezaron las dudas y entrevistas a su familia fuera de su hogar, donde reporteros esperaban ansiosos la presencia de cualquiera de ellos para que les fuera informado de su paradero. Ahora, a los dos meses de no mostrar el rostro, a pesar de que ya se habían calmado con respecto al asunto, seguía siendo tema de plática en algunos programas de chismes amarillistas. No obstante, no había mostrado la cara ni un centímetro lejos de la puerta de los Rowdys. No con ese enorme vientre.

Se sorprendió cuando cauteloso, Butch abrió la puerta de la habitación para confirmar que estaba dormida pero se dejó al descubierto ante la curiosa y atenta mirada de ella. Él se rascó la cabeza dudoso e incómodo, estaba por volver a cerrar cuando:

- No - susurró -, está bien.

Él, con una mueca de disgusto, entró a la habitación para luego meterse debajo de las sábanas junto a ella. Se acurrucó buscando el calor de las telas, el frío estaba llegando a su apogeo junto con el invierno. Se acomodó de modo que le dio la espalda a la chica y cerró los ojos.

- Ah.

De inmediato se levantó ante la casi inaudible queja de la embarazada, y con los ojos completamente abiertos y atentos, se sentó a la disposición de Buttercup quien acarició su vientre con una ligera mueca adolorida.

- ¿Qué te sucede?

- Creo... - su voz salió en un quejido tenue -. Creo que me pateó...

Butch pareció no entender a lo que ella se había referido y ésta al notarlo, sonrió tontamente, sin burlas ni arrogancia, sino comprensiva. Con cuidado, tomó la mano de Butch y sin apartar la mirada de su rostro, lo guió hacia su vientre, donde el bebé se estaba moviendo. En cuanto la extremidad de él tocó la zona, abrió la boca ligeramente, maravillado de recibir un pequeño golpe en respuesta a su tacto. Los ojos se le iluminaron curiosos y cuando ella quitó su mano de la suya, este comenzó a recorrer la zona, buscando poder seguir sintiendo al bebé moverse.

- Se mueve - susurró, sin quitar esa mirada ilusionada y de niño pequeño -. Se mueve...

- Si - secundó, aguantando el diminuto dolor -. Supongo que ya es tiempo, Boomer me explicó hace una semana.

- Se mueve... - susurró sin escucharla.

Soltó una suave risita ante el rostro sorprendido, entendía el por qué de su reacción. Él sólo sabía que las mujeres se embarazaban pero no el proceso de este. Después de todo, nunca había tenido oportunidad de convivir con una embarazada ni había tenido una madre que le explicara. Se preguntó si así se vería el bebé si ella lo llegaba a dejar en un orfanato, no quería nada que lo relacionara con la criatura pero ante esa escena... Dudó.

- Está dando pataditas - Buttercup se acomodó mejor en su lugar -, es la primera vez que lo hace.

- ¿Y por qué las da?

- Porque está activo, tal vez no le gusta la posición en que me encuentro o se siente inquieto por mis emociones, realmente no sé...

- Debes dormir - la miró serio -, tienes notorias ojeras y no sé si es mi vista, pero adelgazas... Debes cuidarte por el bien...

- Si - lo interrumpió fastidiada -, por el bien del bebé y blah, blah, blah... Ya me cansé de escuchar lo mismo todos los días, hasta Brick me lo dice todas las mañanas durante el desayuno.

- Es por tu bien y por el de...

Se detuvo, ya no la atosigaría con el tema. Apretó los labios fuertemente para luego depositar un largo beso sobre la frente de Buttercup. Cerró los ojos asimilando el aroma a rosas que desprendía, lo volvía loco pero no se atrevía a decirlo en voz alta. Se recostó dispuesto a apagar la luz cuando de repente sintió que ella se aferraba a su espalda. Sonrió de lado, apagó y se quedó quieto. Así durmieron mejor, tranquilos y juntos.


Blossom se cruzó de brazos, nerviosa. Ya no sabía qué hacer o cómo actuar, es decir, violar la privacidad de su pequeña hermana o simplemente seguir esperando a su regreso. Enfocó la mirada sobre la fotografía de la mesa de centro de la sala y sonrió nostálgica. La tomaron durante las vacaciones pasadas, cuando viajaron a la playa y como recuerdo le habían pedido de favor a un empleado del hotel que se las tomara. Fue divertido ver la expresión de sorpresa del chico al verlas flotar a ambos lados de su padre. Agarró el marco y con cuidado la abrazó. Extrañaba esa época...

- Ya llegué - anunció Bubbles mientras dejaba las llaves sobre la mesita de la entrada -. Bloss, ¿quién cocinará hoy?

No pudo responder, el nudo que se había formado en su garganta fue más fuerte que su voluntad. Sin evitarlo, las lágrimas comenzaron a fluir dejando el triste recorrido sobre sus mejillas rosadas, las manos le comenzaron a temblar y en su intento de controlarse, logró romper el cristal de la foto. Bubbles bajó la mirada al verla así.

Ninguna de las dos habló, después de todo, la mayor había aguantado por mucho tiempo sus emociones, ya era hora de dejar salir todo. Bubbles caminó con pasos cortos hacia Blossom y la obligó a dejar caer la frente sobre su hombro para que se desahogara, sin embargo, ésta dejó caer la foto y abrazó a su hermana fuertemente, aferrándose de tal modo que se aseguró de que en verdad estaba ahí y no la había perdido como a Buttercup.

El timbre resonó en cada solitario rincón de la enorme casa, que aunque no era tan enorme, los últimos días se habían sentido así. Blossom se secó las lágrimas mientras Bubbles se dirigió a la puerta, a recibir a quien quiera que fuera el que llamaba. Se sorprendió cuando frente a ella se encontraban Boomer y Butch, cruzados de brazos mientras miraban a todas partes asegurándose de que nadie los viera ahí.

- Oh.

Boomer regresó la mirada y le sonrió amable.

- ¿Podemos pasar...?

Ella regresó la mirada a la sala, donde su hermana se había sentado sobre el sofá con las manos entrelazadas y la mirada perdida, tuvo un tipo de mal presentimiento ante aquello.

- No creo que sea una buena idea - observó a Butch fruncir el ceño -, pero ¿qué sucede?

- Quiero hablar con Blossom.

Por un momento se quedó callada, para qué quería Butch hablar con su hermana mayor. Tuvo un fuerte escalofrío cuando sintió a alguien detrás de ella.

- ¿Quién es..., Bubbles?

Blossom alzó ambas cejas confundida al ver las inesperadas visitas, sin embargo, de manera discreta se permitió ver detrás de ellos para salir de duda si, probablemente, los había acompañado. Sonrió triste, había sido una tonta por ilusionarse de tal manera, de nuevo el pecho le dolió y un nudo en la garganta le impidió hablar. Con un gesto de cabeza los invitó a pasar y así lo hicieron ambos varones, Bubbles se retiró a la cocina para preparar chocolate caliente, que por el poco tiempo que había abierto la puerta se dio cuenta que ya comenzaba a hacer frío.

- Adelante - los invitó a sentarse en el sofá mientras ella optó por el individual, frente a ellos -. ¿A qué se debe...?

- Quiero que hables con Buttercup - interrumpió sin rodeos, Boomer se limitó a escuchar -. No me parece la idea de que aún no se dignen a ir a verla...

Ella no pudo hacer mas que abrir los ojos sorprendida. Se cruzó de brazos y aspiró fuertemente, intentando asimilar la visita y la petición.

- Brick dijo que me avisaría cuando sintiera que fuera el momento...

- Al diablo con Brick, él no sabe lo que sucede - la interrumpió de nuevo, indignándola ligeramente -. Me parece injusto que siendo sus hermanas, aun no vayan a buscarla.

- ¿Cómo puedo ir a buscarla si de nosotras está huyendo? - se defendió al borde de las lágrimas, de nuevo -. Quisimos darle un tiempo a solas, para que pensara las cosas.

- ¿Entonces esa es su manera de solucionar esto?

- Discutir tampoco ayuda mucho, Butch tranquilízate.

- Boomer, ¿algo más que quieras decir?

La enfocó de manera inmediata, se cruzó de brazos y se dejó caer sobre el respaldo del sofá sin apartar la mirada cobalto de ella. Se quedó pensando por un momento, intentando encontrar las palabras adecuadas sin sonar grosero, lo que menos quería era una pelea con la hermana mayor de su novia.

- ¿A qué le tienes miedo realmente, Blossom? - habló finalmente -. ¿A mi hermano y su falta de tacto o a la situación de Buttercup?

Se quedó callada. Con los dientes apretados sin demostrar realmente la furia que sentía hervir por las venas, se serenó ante la idea de reflejar una pizca de debilidad. Aspiró fuerte para aminorar sus emociones desbordantes pero poco le resultó. Ante la incómoda situación, llegó Bubbles para disiparla ligeramente. Depositó una bandeja con cuatro tazas llenas de chocolate caliente y les pidió que bebieran con confianza.

- ¿Qué sucede? - preguntó al sentir el ambiente tenso -. ¿Le sucedió algo a mi hermana?

- Nada - Butch miró el líquido humeante -, queremos que vayan a hablar con Butter. No estaría mal que sintiera el apoyo de su familia...

- Si, Blossom - secundó emocionada -. La extraño mucho y ya quiero ver a mi sobrino o sobrina. ¿Ya saben qué es? - la última interrogante la dirigió a los chicos.

Butch negó con la cabeza pero Boomer tomó la palabra, era consciente de la mala relación que tenían los dos hermanos mayores de ambos bandos así como también el hecho de que a Butch le incomodaba hablar directamente con la líder de las PPG, por una simple razón, sentía que Blossom le había dado la espalda a Buttercup y eso le disgustaba notoriamente.

- Se niega a ver un doctor - esto llamó la atención de ambas -. No creo que sea conveniente, debe tener cuidados médicos y lo que nosotros le ofrecemos... No estoy seguro de que sea suficiente.

- Bloss...

Desvió la mirada cuando escuchó la frágil voz de su hermana. No podía hacer nada, Buttercup siempre había sido terca y no estaba segura de si realmente la conocía a esas alturas, jamás se imaginó que ella fuera lo suficientemente imprudente como para quedar embarazada aunque en realidad... Soltó un fuerte suspiro y se mordió el labio, indecisa.


Brick sólo escuchaba el sonido de su garganta al tragar la comida, disimuladamente vio de reojo a la embarazada que apenas y había probado bocado. Bebió un poco de agua y dejó el tenedor sobre el plato de spaguetti para luego dejarse caer sobre el respaldo de la silla con los brazos cruzados. Ella no pareció advertir su mirada.

- ¿No te gusta? - negó con la cabeza -. ¿Te sientes mal? - repitió la misma acción -. ¿Qué tienes?

De nuevo, la misma respuesta. Apretó los labios frustrado y rogó internamente mucha paciencia o de lo contrario explotaría. Inesperadamente recordó algo que había guardado en lo más profundo de su subconsciente. A Blossom con la misma cara después de que habían peleado por primera vez, él le había respondido de manera grosera después de un largo día junto a sus fastidiosos hermanos y al final se había desquitado con ella, pero cuando intentó arreglarlo, al ser un hombre de pocas palabras, la había tomado bruscamente y obligado a besarlo. Ella de inmediato lo empujó y eso le enfureció. Se dejaron de hablar por una semana pero incluso así la iba a visitar todos los días después de la jornada escolar para asegurarse de que se encontraba bien pero cada vez que la veía atravesar la puerta, el corazón se le encogía al ver su rostro adornado con una mirada triste, todo por su culpa. Después de eso arreglaron las cosas como siempre, aunque eso era otra mentira, no siempre se arreglaron.

- No tengo hambre.

Buttercup lo sacó bruscamente de sus pensamientos y recordó que estaba completamente solo con ella. De alguna manera le había tomado cariño pero al igual que Butch, muchas veces lograba hacerlo rabiar.

- Mejor ve a dormir, te ves cansada.

La observó asentir para luego levantarse difícilmente, ante esto se apresuró a ayudarla pero se detuvo cuando finalmente logró levantarse. Buttercup caminó con pasos perezosos y lentos, subió las escaleras para luego encerrarse en el cuarto que compartía con su hermano. Observó el plato que había dejado frente a ella y frunció el ceño, no había tocado absolutamente nada. De alguna manera sintió un poco de preocupación, se apresuró a levantar los platos y lavarlos como le había pedido Boomer. Cuando abrió el refrigerador para servirse un poco de agua fría, se percató de la fruta que había. Tomó una manzana y plátano, las rebanó de tal manera que las acomodó sobre un plato plano y le agregó yogurt de fresa. Subió junto con el plato a la habitación de la embarazada y llamó a la puerta con la esperanza de que no lo ignorara.

- Adelante.

Abrió con cuidado y sonrió cuando la vio sentada viendo la TV con el volumen bajo.

- Te traje esto para que tengas algo en el estómago.

Ella pareció sorprenderse y lo aceptó gustosa, es menos de diez minutos se había acabado las frutas. Brick pareció satisfecho, después de todo había logrado que comiera más de lo normal.

- ¿Te gustó?

- Si - sonrió amable -. ¿Cómo supiste que quería fruta?

Alzó amabas cejas sorprendido, no lo sabía sólo lo había hecho.

- Para que veas que el gran Brick lo sabe todo.

Ella soltó una risa divertida al verlo inflar el pecho orgulloso, esto pareció contagiarlo.

- Si, claro, lo que digas.

- Me alegra que hayas comido, ya nos tenías preocupados.

- Es que no suelo comer mucho - admitió -, muchos creen eso porque soy... - se detuvo inesperadamente y se corrigió -, era deportista pero como más frutas y verduras que comida normal.

- De haberlo sabido te hubiera preparado más fruta.

- Está bien, me ha gustado.

- Bueno - agarró el plato -, te dejo para que descanses, cualquier cosa puedes llamarme.

- Si, muchas gracias.

Salió sonriente, tener a Buttercup como invitada no siempre era tan molesto. Se tensó al ver a Butch afuera, con un pie sobre el último escalón, lo miró confundido y se limitó a sonreír mientras le mostraba el plato vacío. Pareció entender el mensaje pues sonrió agradecido, pasó a su lado en dirección a la cocina pero su hermano menor lo detuvo, confundiéndolo con la acción. La mirada seria no le gustó para nada.

- Tenemos visitas...


Gracias a Laura249, Lenka387, princesaazabache y MultiOrgasmus.

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Neith15