Una llama salvaje nació de aquella noche entre los dos Slytherin y volvieron de nuevo a atreverse a intentar vivir bajo el influjo de la maldición que todavía circulaba entre ellos y los de su clase. Pero, si bien ambos volvieron a socializar con el resto de sus compañeros de casa y Theodore consiguió volver a expresarse de forma mínimamente cabal, cada uno sentía el vacío en su cama cuando el frenesí de su deseo se extinguía en las brasas del sopor tras el clímax de su bello desenfreno.
Iba más allá de un simple duelo o de la estrecha relación que los dos tuvieron toda su vida con la muchacha fenecida: Instintivamente, por mucho que hubiera entre ellos y por muy intensa que fuera la vorágine de sus artes amatorias, sabían que algo les faltaba.
Consiguieron que sus recuerdos dejaran de ser un problema al establecer entre ambos de común acuerdo que sólo compartirían lo que pensaban de Arianhrod entre ellos, para que dichas memorias no se corrompieran ni estropearan y tras admitir que la echaban de menos, incluso accedieron a que otras mujeres colaboraran en sus aventuras sexuales y su descubrimiento del placer, pero esto no les calentó el corazón ni disminuyó su añoranza.
Theodore todavía se negaba a soltar a la que consideraría siempre su mujer y Blaise escogía conscientemente a sus parejas sexuales de modo que física o intelectualmente se parecieran a ella y así pasó un año y medio hasta que los dos, en el verano caluroso que siguió, se quedaron callados tras una sesión especialmente dura emocionalmente.
- La echo de menos.- soltó Blaise de repente, incapaz de permanecer en silencio un momento más.- Y me digo a mí mismo que por eso debería olvidarla, porque recordarla sólo me hace daño. ¿Te acuerdas cuando traje a casa a esa rubia oxigenada? No existía nadie más diferente que ella...
- Me acuerdo.- Theodore sonó áspero, pero tranquilo.- Dijiste que no encontraste a nadie más. Por supuesto que me di cuenta que mentiste. Era hermosa, pero insoportable. Algo así como Pansy, pero rubia.-
- No sabía que encontrabas a Pansy hermosa.- Una risa sacudió a Blaise y se detuvo cuando estuvo cercano a las lágrimas.-
- Tiene sus momentos.- Theodore cerró los ojos, frío e indiferente.- ¿Por qué mentiste?-
- Porque no quería recordarla más.- Blaise se quedó mirando al techo, lágrimas sin derramar en los ojos.- No así.-
Su amante se quedó callado tanto tiempo que si Blaise hubiera sido otro, hubiera pensado que se había quedado dormido. Pero Blaise era demasiado sensible a Theodore y lo supo en cuanto lo dijo: Estaba enojado, con él y sabía que no debía enojarse, por eso se quedaba callado. Para no decir algo de lo que luego estaría arrepentido.
Ari, nadie te ama como él. Pensó Blaise. Y luego, abatido, otro pensamiento más lo atacó: "No sirve de nada amarte a estas alturas... y lo sabes."
Su amigo no dijo más, hasta que, como diez minutos después, se puso en pie. Blaise se estaba quedando medio dormido, así que no notó su ausencia hasta que oyó la ducha y oyó a su mejor amigo vistiéndose, después. Abrió los ojos para disculparse y entonces vio que su amigo se preparaba para salir. Intuyendo algo importante, se atrevió a preguntar:
- ¿Adónde vas?- le preguntó.-
- A buscar a Draco.- contestó Theodore.- Para que me diga dónde está Hermione Granger y acabar con esto de una vez por todas. No puedo más.-
Blaise, aunque agotado, se incorporó.
- ¿De qué diablos estás hablando?-
- Te explicaré luego.- dijo Theodore y se marchó, en efecto, sin decir más.
...
Theodore hubiera podido aparecerse en el lujoso edificio donde Draco trabajaba y hacía los negocios de su familia, pero prefirió caminar. Había muchos hábitos que empezó a cambiar en orden de tener una nueva vida pero ciertamente sabía que no servían de mucho si todos los asociaba con cosas que hubiera hecho con Arian o que ella quizá hubiera querido. A veces le entraban muchos deseos de buscarla y abandonar sus nuevos modos, pero quizá ella si tenía cierto control sobre sus apariciones, porque en esas ocasiones, nada raras, jamás podía llegar a ella. No le contó a Blaise sobre la verdad del destino de ella, ya que le parecía demasiado cruel que su amigo lo supiera, pero tampoco estaba listo para aceptar libremente que alguien le pidiera renunciar a ella ni siquiera por su sanidad mental, por lo que, aquella tarde que su amigo le confesó lo destrozado que se sentía por su pérdida y cómo quería dejar de sentir ese dolor, prefirió marcharse.
Nebulosamente hacía meses que se planteó que tenía que empezar a ver cuáles habían sido las repercusiones en la vida de Hermione que Arian le evitó, sin embargo siempre encontraba una excusa para no ir a verla. Sabía lo que estaba haciendo, más o menos, de lejos, porque Draco y ella eran amigos cercanos pero Theodore no había logrado encontrar una razón para afrontarla que pudiera ser de utilidad.
Draco decía que Hermione estaba evolucionando por la vida de forma más o menos normal pero que a veces le preocupaba lo triste que se ponía, como se aislaba del mundo, quizá por lo sucedido con sus padres.
"Me recuerda a ti" le dijo él con su habitual franqueza y sólo su autocontrol, altamente trabajado en esos tiempos, le impidió reaccionar de forma dolorosa.
De algún modo, a Theodore le costaba recordar que una vez Hermione resultó una persona que le había gustado. En su momento su enamoramiento adolescente tenía claro qué le gustaba de ella pero también tenía tan claro su amor por Arian que le parecía como una fantasía inofensiva, algo que contar a sus nietos cuando ni siquiera sus genitales pudieran levantarse para pensar en la infidelidad.
Y sin embargo, no olvidaba lo que Arianhrod le había dicho y mostrado sobre ella. También tenía muy presente lo que Arian podría estarle preguntando si estuviera ahí para acompañarlo: "¿Vas con ella para descubrir tu destino? ¿O simplemente te lleva la llamada de desesperación de Blaise?"
Con las manos en los bolsillos de su chamarra, Theodore admitía que realmente no lo sabía.
Pero, por una vez en mucho tiempo, tampoco le importaba. Algo en sí mismo se había endurecido y encontraba muchas cosas en su camino que verdaderamente ya no le interesaban.
No creía en nada, especialmente. Y dado que ya lo había perdido todo, consideraba que cualquier cosa estaba bien. Así que, si Hermione Granger no quería nada con él, podría soportar amablemente que lo mandara al carajo.
Al menos lo intenté, se dijo, irrazonablemente calmado.
De todos modos ya estaba destrozado. ¿Qué importaba un poco más o menos?
Arianhrod podría haberle dicho que importaba. Demasiado. Pero no nos olvidemos que, por muy molestamente presente que estuviese en esta historia, seguía estando muerta.
...
Para la única persona que realmente la occisa no estaba presente, era precisamente para Hermione. Durante los primeros meses de su trauma por la muerte de sus padres, Hermione a veces soñaba con ella o con Terence Nott pero no de la manera en que imaginan. Curiosamente, Hermione no podía recordar a Arian como persona, sólo recordaba, de forma terrible, su muerte: el organismo desintegrado por la maldición, el alma encarcelada por la fuerza destructora, la sangre saliendo de su boca. Le costó meses de terapia psicológica y bastante Filtro de Paz y algunos somníferos superar eso. Luego vino el proceso de deshacerse del padre de Theodore, cuya cara terrible y magia horrenda atormentaban su sueño sin cesar.
Las cosas tampoco fueron miel sobre hojuelas para Hermione después de la muerte de sus padres. Si ya de por sí veía poco a sus amigos, ahora quiso verlos aún menos. Le costó seis meses querer simplemente ver a "Potter" como lo llamaba en tiempos más cercanos y Ron y ella no se hablaron durante bastante tiempo también. A las únicas que les permitió cercanía fue a Ginny y a Luna, la primera porque supo ser bastante más comprensiva que el resto y la segunda porque fue la única que realmente la apoyó en su dolor.
En el fondo, Hermione lo que terminó guardando fue una terrible y demoledora ira y al final, rehaciéndose como siempre hizo, desde su profunda integridad y valentía, canalizó ese sentimiento de impotencia e indignación a su trabajo. Le pidió a Kingsley apoyo para catapultarse para defender a la Comunidad Mágica estudiando Leyes y se volvió en una enemiga feroz de todo lo que ella consideraba injusticias en nombre de aquellos que no podían defenderse.
Su idealismo había sido el principio de aquel camino pero después de la muerte de sus padres ya no anhelaba necesariamente un mundo mejor: Se conformaba con uno más civilizado.
La gente que la conocía le preguntaba a menudo que había pasado con su inocencia: Y aquellos que le preguntaban, pues realmente no sabían nada.
El que quizá la leyó mejor fue Draco Malfoy, que tenía sus propias razones para estar enfadado con muchas cosas; Y fue más paciente con ella de lo que fue incluso con sus propios amigos y su familia. Ahora se llevaban bien, principalmente porque él era el que mejor aguantaba que ella lo mandara al carajo a cada rato y ella no suavizaba su Visión de la Vida porque creyera que así lo aguantaría mejor: Su ahora mutuo desagrado a "Potter" era un plus a su relación.
No se trataban tan íntimamente y eso era bueno para ellos. Por eso, Hermione no preguntó por Theodore en muchos meses. Seguía siendo un tema delicado para ella y en el fondo se preguntaba si Theodore se culparía o la culparía de lo sucedido; Porque Terence mató a sus padres por ella y mató a Arianhrod por él. Pero no sabía nada: Draco sólo le dijo que él estaba tratando de sobrevivir a lo sucedido y ella no preguntó más, tampoco es cómo si tuviera curiosidad o real interés por aquella tragedia.
Si ni siquiera podía con la suya... Mejor aceptarlo.
Sin saber lo que ocurría, pues, fue para Hermione muy fácil presumir que Theodore no estaba aquel día en el edificio pensando en ella.
Simplemente coincidieron, grandioso.
- Hola Theodore.- le dijo, sintiéndose algo incómoda y sí, también vulnerable.- Espero que estés bien.-
En realidad no sabía qué decirle: Aquel hombre frente a ella seguía teniendo una belleza mística pero no tenía nada del brillo o luminosidad que un día lo caracterizó y su instinto, en realidad, le estaba diciendo que no se acercara demasiado: Le parecía peligroso.
Sus ojos fueron un día manantiales de tranquila serenidad. Aquel día, parecían la profundidad de glaciares sin explorar.
Pero él se las arregló para sonreír y, de algún modo, ella sintió que la sonrisa era sincera, aunque le costara.
- Hermione. - Él inclinó la cabeza con innata cortesía y esos ojos parecieron menos lejanos de repente.- Qué agradable sorpresa. ¿Vienes a ver a Draco?-
Hermione no entendió por qué, pero sintió como, si de algún modo, estuviera engañando a Theodore. Deseó explicarse de inmediato y también la desconcertó semejante sensación.
- Sí.- terminó por decir.- Ibamos a almorzar juntos. ¿Quieres venir?-
La invitación era pura cortesía y a la vez era algo más profundo. Hermione quería decir "Perdóname" pero interiormente sabía que no lo diría: Él no la miraba como si la culpase. Y tampoco, de hecho, parecía muy interesado en tocar el tema que la movía en aquel momento.
¿Lo habrá superado? Se preguntó ella y de inmediato se regañó por pensar una cosa así. Draco habló de supervivencia, no de superación y el Theodore frente a ella no parecía especialmente feliz.
De hecho, si tenía que describirlo en una palabra, sólo se le ocurría una: "Distante".
Lo pensó así todo el día y lo más sorprendente para ella es que le molestó. Theodore aceptó comer con Draco y con ella y aunque asumió su rol de interlocutor y habló en todos los momentos correctos, Hermione podía recordar cómo era él y entender, sin querer, que lo echaba muchísimo en falta.
Su ingenio, su humor negro, su amable disposición a la profundidad en las conversaciones. La sonrisa de medio lado con el diente ligeramente torcido, el modo en que sus grandes manos acariciaban aquel cabello oscuro de la muchacha que casi siempre se acomodaba en su regazo cuando conversaban...
Mientras Draco les contaba a ambos una anécdota de sus tiempos de Hogwarts y Theodore lo escuchaba con la cabeza apoyada en una mano, con un escalofrío ella comprendió por primera vez lo que pasaba, lo que para todos era obvio y ella, en un intento de olvidar el mayor trauma de su vida, tan altivamente pasaba por alto: Theodore ya no formaba parte de un "Nosotros".
Estaba solo. Y por la forma en la que miraba a Draco, tan desapasionada, distantemente, era evidente que no se molestaba en esconderlo.
Ya no. Y de pronto sus ojos se posaron en ella y Hermione se sintió abrumada por un sentimiento que no entendió: ¿Por qué deseaba tanto que él volviera a mirarla como una vez la miró?
Irritada, decidió que no quería la mitad de su atención.
- ¿Y bien? ¿Qué es lo que has hecho con tu vida en todo este tiempo?-
Ahora si había interés en la profundidad de sus ojos azules y algo parecido a la ¿Diversión?
Quizá tenía que ver con que había interrumpido a Draco y la antigua Hermione no lo hubiese hecho de forma tan flagrante.
Pero aquella tarde, no fue sólo una la que cayó... Hubo otros dos.
- Mi vida es aburrida, Hermione, por eso no me molesto en contarla.- Ahora la miraba retadoramente, como si la instara a preguntar por qué o quisiera obtener una reacción de ella.- Personalmente me encargo de beber hasta la inconsciencia y tener sexo hasta con los vecinos, pero no te preocupes, sigo siendo buen estudiante en la vida y sigo leyendo.-
La crudeza de su declaración casi hizo que Hermione rechinara los dientes. La antigua ella lo habría regañado ampliamente, lo habría juzgado dentro de su calidad moral o habría sentido lástima por él pero el cinismo también había hecho mella en su personalidad, así que, acostumbrada a Draco, replicó prontamente:
- Entonces no eres tan aburrido como pareces. Pero, ¿Qué puedo decir de un Slytherin? Draco todavía sigue pareciendo tonto de vez en cuando y aún así sé que tiene más facetas que un camaleón... ¿A qué se acostumbra uno contigo?-
Draco negó con la cabeza y soltó una risa pequeña. En efecto, era más inteligente de lo que parecía y no iba a meterse en ese encontronazo, que, para ser precisos, venía esperando hacía mucho.
- A nada, Hermione.- Theodore se puso en pie y le lanzó tranquilamente un saquillo a Draco para pagar el almuerzo en aquel restaurante.- Pero en caso de que desarrolle algún pasatiempo, yo te aviso.- Y antes de irse, lanzó una de sus sonrisas arrebatadoras, que después supo Hermione, eran de las más falsas.- Fue bueno verte. Búscame el día que quieras charlar... de lo que sea. Preferiblemente, no de mis hábitos cotidianos.-
El joven desapareció y la molestia de Hermione, al disiparse, la dejó con mal sabor de boca.
"Perdió a su esposa y a su madre en el mismo día" fue su pensamiento "Y ahora es como si no quedara nada de lo que era."
Luego, porque se sentía insatisfecha con aquella conversación, hablaría con Draco Malfoy.
Y ese iba a ser el principio de la relación que la curaría.
A ella. Y a él.
Aunque ninguno de los dos, al principio, entendió por qué.
¿Qué tienen ellos que pueden ser felices cuando lo más hermoso se ha ido?
¿Acaso nadie lo ha entendido?
Es más bien simple: Siguen vivos.
Y aunque te niegues a vivir porque crees que nada es suficiente, mientras te quede aliento, vale la pena estar vivo.
