Los personajes de Ranma 1/2 no me pertenecen, son obra de la gran Rumiko Takahashi. Escribo sin fines de lucro, solamente con el fin de entretener.


*.* Un Bonito Recuerdo *.*

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-Ranma-

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Limpio mis sudorosas manos en el caro traje que estoy vistiendo antes de tomar la mano de Akane, su piel se encuentra fría seguramente a causa del miedo, entra en contacto con la mía caliente y un chispazo nos recorre desde la punta de los dedos recorriendo todo el brazo, la observo directamente a los ojos y me sonríe con dulzura buscando generar en mí una sensación de tranquilidad y calma antes de la tormenta que puede desatarse internamente en los próximos minutos.

—Estoy lista Ranma.

Exhalo profundo para calmar mis nervios y sonrío en respuesta a mi recién estrenada esposa antes de tomar coraje y deslizar la puerta del cuarto nupcial que nuestras familias han preparado con el motivo de celebrar finalmente nuestra unión.

Ingresamos al lugar tomados de la mano y a pesar que nos hemos besado en público nada nos preparó para aquella sensación de toparnos con el futón preparado.

Mi mente divaga y me lleva a los consejos a los que me sometió mi madre unas tardes atrás "La noche de bodas es el momento perfecto para demostrar el hombre que eres Ranma, no solamente consumando el matrimonio con tu esposa, sino tomando la iniciativa y guiándola en el camino, confiamos en que lo harás de forma correcta hijo" recuerdo haberme ruborizado de tan solo pensar que debía ser yo quien lidere la situación.

Akane me trae de nuevo al presente con un suave apretón de manos.

—Quizás deberíamos comenzar con tomar asiento.

Sostengo con firmeza su mano al caminar hacia el futón, con una suavidad inesperada por ambos la ayudo a acomodarse en el sitio para después repetir el movimiento frente a ella.

Los minutos pasan mientras nos encontramos en la misma posición, nuestros ojos recorren el lugar bonito que nos rodea, nos miramos de reojo cuando creemos que el otro no nos observa, sólo se puede oír el sonido de nuestras respiraciones aceleradas.

Aprieto los puños sobre muslos recordando lo que dijo mi madre, que debo actuar como hombre por lo tanto me decido a dar el primer paso cuando siento que Akane se encuentra sentada tan cerca de mí que nuestros muslos se rozan.

Alzo la vista y recorro su perfecto rostro, sus labios se encuentran coloreados con un sutil brillo, sus ojos color chocolate brillan resplandecientes, con total certeza se que ella es una fornida guerrera si hablamos de cuestiones sentimentales por eso no me sorprende adivinar lo que está a punto de decirme a continuación; me infunde seguridad con un nuevo apretón y mi mundo se desmorona, debo ser el hombre que merece.

No, mejor dicho el esposo que merece mi querida esposa.

—Confío en ti Ranma, estoy a tu cuidado.

Y con esa inmensa fuerza que la caracteriza acerca sus labios a los míos sellando el momento con el primer beso post nupcias.

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-Akane-

Nuestros labios se encuentran fundidos en un casto beso, pero me asombra que luego de este empujoncito Ranma es quien decide tomar la delantera, se acerca bastante más tomando mi rostro con ambas manos, copio su movimiento y cuando sentimos que no alcanza que nuestros labios se junten, al unísono los abrimos permitiendo que nuestras lenguas se rocen tímidamente buscando conocerse ya que desde nuestro compromiso formal hasta la boda sólo nos hemos besado de manera inocente, esta es la primera vez que lo hacemos de manera íntima como verdaderos amantes, separo mi boca de la suya unos instantes buscando aire mientras él me imita, cruzamos miradas y reímos torpemente unos segundos antes de continuar donde lo habíamos dejado, esta vez sincronizando los labios, lengua, dientes en un beso digno de película romántica.

Lleva una de sus manos desde mi rostro hacia mi cintura presionando con fuerza sobre mi vestido, buscando acercarme a él, esperando que nuestros pechos entren en contacto.

Deslizo mi mano hacia la parte posterior de su cuello y marco algunas caricias en él provocando que su agarre se vuelva más firme.

Nuestros labios y lenguas nunca pierden contacto cuando su mano asciende centímetro a centímetro marcándome a fuego palpando sobre mi columna buscando descender la cremallera de mi vestido.

— ¿Akane puedo? —pregunta entremedio del beso.

—Si Ranma, puedes — respondo suplicante.

Siento sus dedos encontrar la parte superior de mi cremallera cuando comienza a descenderla, lo ayudo a despojarse de su chaqueta y su moño.

Sin despegar jamás nuestros labios me toma suavemente por los hombros intentando me recueste mientras continúa adorándome con su boca; sus manos comienzan a recorrerme por encima del bonito vestido de novia.

Recorro sus firmes brazos antes de comenzar a quitar los botones de su camisa con un poco de dificultad por la posición.

—Espera Akane, primero quiero que te sientas cómoda — dice Ranma separándose de mis labios.

Jadeo recostada unos segundos buscando recuperar el aire y luego me incorporo sosteniendo el vestido por delante antes que se caiga.

Estiro mi brazo para dejar una caricia sobre su ruborizado rostro —estaré cómoda siempre que sea contigo.

Tomo coraje al recordar las palabras de tía Nodoka, ahora mi nueva madre "Hija mía debes ser tú quien tome la iniciativa la noche de bodas, bien sabes que Ranma es bastante torpe e inseguro"; frente a un azorado Ranma me despojo de mi bonito vestido, quedando solamente con la ropa interior sexy que Nabiki me obligó a llevar.

Observo como su pecho se agita, con su camisa a medio desprender cuando se para frente a mí recorriendo con esos ojos azules cada centímetro de mi cuerpo varias veces provocándome un escalofrío.

—Eres preciosa Akane.

Con su mano me ayuda para incorporarme frente a él y ayudarlo a despojarnos finalmente de nuestra vestimenta completa y también de nuestros miedos por este primer encuentro.

Nos besamos tanto que nuestros labios duelen cuando sólo entre nosotros se interpone la lencería, nos recostamos nuevamente sobre el futón con Ranma por encima, las yemas de sus dedos acarician mi piel del cuello, bajo mi clavícula y se arrastra hacia mi abdomen, mis manos por su parte recorren sus brazos y su fornida espalda, mis uñas presionan su piel buscando marcarlo como mío.

El desplaza su boca sobre la línea de mi mandíbula y deja lamidas y mordiscos en mi cuello provocando que mi piel se erice, sus dedos se desplazan de mi abdomen hacia mi ropa interior, un calor me recorre entera con sus caricias.

Noto lo concentrado que se encuentra, como si quisiese recordar algo que aprendió pero lo dejo hacerlo, se lo importante que es para el demostrar lo hombre que puede ser Ranma Saotome.

Me mira durante unos segundos esperando mi aprobación para lo que desea hacer, en vez de responderle con palabras decido hacerlo atrayéndolo hacia mí, besando su cuello y deslizando mi lengua sobre ese punto sensible que acabo de descubrir.

Introduce primero un dedo en mí arrancándome un jadeo y una sensación de plenitud; nos besamos frenéticos cuando decide introducir uno más de manera suave. Sus dedos hacen maravillas dentro de mí y sin esperarlo una sensación arrolladora me desmorona cuando soy consciente que mi esposo ya me ha llevado al clímax y todavía no hemos consumado el matrimonio.

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Mi mente regresa del hermoso recuerdo de nuestra noche de bodas, nuestra primera vez.

Termino de ajustarme las correas de mi lencería cuando oigo unos ligeros golpecitos en la puerta de la habitación.

— ¿Akane estás ahí?

Sonrío porque se que hay cosas que no cambiarán jamás, como lo cuidadoso que sigue siendo Ranma luego de 10 años de casados.

—Estoy aquí, puedes entrar pero no abras los ojos.

La puerta del dormitorio se abre y tras el umbral aparece Ranma solamente vestido con una camiseta sin mangas y su típico pantalón de origen chino tapando ojos con sus manos luciendo una pícara sonrisa en su rostro.

—Mi madre acaba de pasar por aquí para llevarse a los niños al parque y luego dormirán en su casa pero imagino que eso ya lo sabías.

Sin decirle nada me acerco y lo tomo de las manos para llevarlo hasta la cama.

Toma asiento en el borde y queda expectante a mi orden.

—Puedes descubrir los ojos.

Lentamente retira sus manos y los abre cuando percibo el fuego que aparece en esos hermosos ojos azules que tanto me hipnotizan.

—Mi hermosa esposa quiere jugar.

Me atrae por los muslos para sentarme ahorcajadas sobre él, desliza sus dedos acariciándome y lleva su boca hasta mis pechos cubiertos por el brassiere mordiendo uno de mis pezones provocando se ponga duro como una roca.

Descubro mis pechos para llevarlos a su boca y el comienza a juguetear con ellos, a lamerlos y morderlos alternando entre uno y otro, sin dejar jamás de tocarme las piernas ni el trasero con sus firmes manos.

Nuestras partes se rozan, siento mi clítoris hincharse y rozar el bulto de su pantalón.

Jadeo desesperada cabalgando encima buscando aumentar nuestro contacto, cuando de improvisto me voltea para recostarme de espaldas.

Desliza las yemas de sus dedos marcando caricias a la vez que su juguetona boca chupa y muerde mis pechos, seguro dejando marcas que luego deberé cubrir.

Tomo su rostro para mirarnos antes de continuar.

—Te amo Ranma.

Se acerca para introducir la lengua en mi boca y robarme uno de esos largos besos que dejan sin aliento.

—Y yo te amo a ti, mi preciosa Akane.

Me sostiene por la espalda para desabrochar el brassiere exponiendo mis pechos para deleitarse.

Lleva dos de sus dedos a su boca lamiéndolos para después introducirlos bajo mi tanga.

—Al parecer alguien estuvo jugando sola — dice al sentirme ya lista.

—En realidad estaba recordando nuestra noche de bodas.

— ¿Ah si? — pregunta mientras introduce los dedos y los curva en busca de presionar mi punto G — ¿y cuál fue el recuerdo que te ha puesto así?

Nuestros labios se encuentran en un frenético beso mientras el continua con su tarea de masturbarme no con dos, sino tres dedos.

Muerdo su labio inferior esperando me suelte para poder quitarle la ropa.

—Sabes que primero tú, siempre tú — habla entremedio del beso.

Mi cuerpo se enciende mientras el juguetea dentro de mí, sus dedos entran y salen con fuerza una y otra vez cuando una sensación quemante me atraviesa de pies a cabeza como lava ardiente llevándome al clímax. Respiro agitada durante unos segundos por la intensidad del momento, siempre me sorprendo de cuánto cambió Ranma en la cama y cómo ahora siempre lleva la delantera.

Se incorpora con su sonrisa arrogante para quitarse la camiseta y los pantalones junto con la ropa interior, quedando desnudo en todo su esplendor, mostrando su áspera piel con algunas cicatrices por el duro entrenamiento y sus tonificados músculos que me enloquecen cada día más.

Se recuesta encima de mí volviendo a besarme pero esta vez desliza la tanga sobre mis muslos y se deshace de mi brassier arrojándolo a un lado despreocupado.

Me toma por la cintura y con una fuerza digna de artista marcial me voltea dejándome a cuatro patas, toma una almohada para que mi cabeza descanse sobre ella y me arrastra hacia el borde mientras él se incorpora por detrás.

Besa una de las mejillas de mis nalgas y luego me da un pequeño azote provocándome una risita de complicidad.

Siento el frío en el espacio por su pérdida pero sé con seguridad hacia dónde se dirige y todo mi cuerpo tiembla de anticipación.

Vuelve a su posición y un líquido frío cae sobre mis nalgas, sus dedos comienzan a esparcir el gel de manera algo ruda pero con paciencia sobre mi apretado agujero.

—Si mi esposa quiere jugar, eso es lo que obtendrá.

Su cuerpo se amolda sobre mi espalda cargando parte de su peso sobre mí, una de sus manos me presiona los pechos y acaricia mi abdomen hasta llegar a mi clítoris mientras su otra mano juguetea en aquella zona lubricándola lo máximo posible, cuando me sorprende con su lengua alrededor de la misma agregando más humedad a la zona.

Mi cuerpo busca arquearse pero con su cuerpo encima de mí me presiona para que mantenga la posición.

—Quédate quieta Akane.

Ranma juega en círculos con su lengua mientras me estremezco al sentir una presión diferente que pronto reconozco como su dedo pulgar.

Y de esta manera me encuentro a su merced, con algunos dedos introducidos por mi vagina tirando cada cierto tiempo de mi clítoris y tirando mi botón y otro preparando mi apretado trasero.

Gemimos al unísono cuando mi cuerpo se desplaza inconscientemente hacia atrás en busca de aumentar la fricción, con su boca deposita besos y su lengua deja lamidas sobre mi columna cuando soy consciente que su dedo en mi trasero es intercambiado por su miembro.

Jadeo por la impresión de la primera intromisión, muerdo la almohada sobre la que me recuesto mientras se introduce de manera lenta.

— ¿Te encuentras bien Akane?

—Sabes que sí — balbuceo abrumada por el placer.

Deposita un nuevo beso en el costado de mi cintura mientras sus dedos no dejan nunca de cogerme por delante mientras que su miembro lo hace por detrás.

Nos movemos juntos durante unos minutos mientras en la habitación sólo resuenan nuestras respiraciones, como aquella primera vez, pero esta vez también se oyen gemidos y jadeos de placer.

Lleva el pulgar hacia el clítoris presionando con fuerza y es cuando todo su miembro por fin está dentro de mí al completo.

Nos quedamos unos segundos quietos saboreando esa mezcla de placer y dolor y cuando logro acostumbrarme a la sensación tiro de mis nalgas hacia atrás dándole aviso que deseo aumentar el contacto.

Se incorpora quitando los dedos de mi vagina y pasa a sostenerme de la cintura con fuerza, cogiéndome por detrás. Sus intromisiones son cada vez más fuertes y potentes, siento cómo me voy a derrumbar.

—Ranma… voy a — hablo entrecortado.

—Yo igual Akane, hazlo conmigo.

Sus manos me jalan y tiran con fuerza, apoya una rodilla en la cama para cambiar la postura y aumentar la fricción, muerdo mi labio inferior al mismo tiempo que el fuego crece y se arremolina en mi vientre cuando mis músculos presionan y retienen a Ranma en mi interior su semen se desparrama dentro y mis fluidos resbalan por mis muslos y su abdomen.

Caemos rendidos en la cama buscando recomponer el aliento, él desaparece unos minutos después para limpiarse y regresa con una toallita caliente para limpiarme.

Nos acomoda en la cama mientras nos cubre con las sábanas sin dejar de acariciarme ni besarme en cada parte del rostro.

— ¿Extrañas al Ranma de nuestra noche de bodas?

Llevo mi boca para depositar un beso en su pecho antes de contestar.

—Escojo a este Ranma que aprendió a llevar la delantera.

Nos reímos, nos besamos y volvemos a hacer el amor, no una, sino tres veces más disfrutando la confianza y seguridad que aprendimos a brindarnos desde que nuestras alocadas familias nos comprometieron.

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¡Hola! tanto tiempo como están? bueno reaparezco después de bastante tiempo y nada más ni nada menos que para dejarles mi participación para este #Sextember5 para mi querida página Fanfics y Fanarts de Ranma Latino. Imposible que no participara para el reto que me hizo internarme en el mundo de la lectura y escritura de fics, para este evento quise escribir una mezcla de algo romántico pero con su parte hot, espero haberlo logrado y haberles sacado una sonrisa al menos, gracias por todo su apoyo SIEMPRE. les mando miles de besos :)