Disclamer: Digimon y Digimon 02 no me pertenecen, son propiedad del grupo de creativos llamado Akiyoshi Hongo (que son: Aki Maita, Akihiro Yokoi y Takeishi Hongo.) al igual que todos los personajes de esta obra son propiedad de ellos y Toei animation.

N/A: Siguiente Capítulo amigos.

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Cap 2: Anomalías.

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Eran las 6 de la tarde, el clima en Nueva York no era lo suficientemente frío para ir abrigado, pero tampoco tan cálido como para no tener puesto un saco, por lo cual muchas personas vestían en su mayoría con ropa lo suficientemente gruesa.

Para Izzi notar esos pequeños detalles entre multitudes de personas era un pasatiempo bastante agradable, buscar cuantos tipos de sacos habían de alguna tela determinada, calcular qué cantidad de personas usan ya abrigos gruesos, sacar la ecuación necesaria para poder saber qué porcentaje de personas aún no usan ropa abrigadora.

Si, podía parecer un pasatiempo tedioso, pero Izzi siempre vio entretenido utilizar la lógica y los número en todo, después de todo siempre fue alguien lleno de curiosidad.

Esta era su manera de mantenerse ocupado mientras esperaba a que su vuelo de las 6:45pm con destino a Tokio estuviera listo.

Aunque no era la primera vez que el hacía viajes de esa índole, ya fuera para conferencias en universidades donde daba platicas sobre la investigación Digimon o de vez en cuando apoyar a Tai como hoy, en algún congreso, o a veces entregando evidencias e investigaciones sobre comportamiento Digimon cuando Cody se topaba con algún caso relacionado a Digimons salvajes usados por personas sin escrúpulos.

Viajar era usual para el, y su trabajo siempre fue bastante exigente en ese sentido, y él nunca pudo dejar de ser tan Workaholic, y eso trajo consecuencias a su vida personal.

Izzi miró su celular, aún faltaba para poder acercarse a preguntar, pero cayó un mensaje, el remitente era alguien que lo hizo sonreír enseguida.

El pelirrojo marcó enseguida a un número, y mientras esperaba a que atendieran, miraba la pantalla de los vuelos y horarios.

— ¿Diga? ¡Hola catarina! – Así la llamaba de cariño – Si, estaré en casa mañana temprano, lo prometo, al menos eso intentaré... Si, estaré ahí para ayudarte con tu tarea... ¿Tu mamá?... si, esta bien, pásamela.

La voz de Izzi cambió a una más incómoda, mientras esperaba la voz que ahora lo atendería.

— ¿Izzi? – La voz femenina pronunció su nombre.

— Hola Noriko... – Dijo el tratando de sonar Cortez.

— Dijiste que volverías mañana en la mañana... necesito que cuides de Jun, tengo una reunión mañana y no la quiero dejar sola – Decía con una voz algo irritable.

— Estaré ahí, pero si no tienes tiempo para cuidar a Jun, déjala con mis padres – Comentó Izzi.

— No, se supone que tú seas quien esté aquí, ese era el acuerdo, no entregársela a tus padres cada vez que no estás con ella – Reprochó la mujer.

— Por favor Noriko, sabes que mi trabajo consume tiempo, no es algo que yo quiera a propósito

— Si, fue lo que me dije a mi misma durante mucho tiempo cuando estábamos casados... – La mujer suspiro – Escucha, se que no es tu intención, pero por favor, que tu hija represente algo más importante que tu trabajo...

— Estaré ahí... no te preocupes

— Yo no soy a la que debes convencer... avísame cuando aterrices – Dijo la mujer para poder terminar la conversación.

— Descansa, pásame a Jun – La mujer hizo caso mientras Izzi escuchaba como el celular pasaba a alguien más.

— Papi, ¿mañana podemos ir a comer algún helado? – Preguntó con una voz inocente la niña.

— Claro que si Catarina, iremos juntos y asegúrate de que Tentomon no beba mucho te – Dijo con una sonrisa Izzi

— Lo haré... aunque no ah salido de tu oficina papi, se parecen mucho – Dijo divertida la niña.

— Jeje lo se... te mando un beso mi amor, que descanses

— También descansa papi – La niña colgó, dejando a Izzi con una sonrisa media.

Si, a pesar de que su "adiccion" al trabajo terminó por hacer que su matrimonio fracasara, afortunadamente su ex esposa Noriko y él habían llegado a un acuerdo mutuo para poder cuidar a Jun cada semana, pero aunque se había cumplido este acuerdo en su mayor parte, Izzi a veces no podía cumplir con esto dejando a su hija con sus padres o con la madre de Noriko, debido a su agotador trabajo como presidente de su empresa de investigación de "Datos y anomalías del mundo Digital", Izzi en su mayor parte siempre era asesor de diferentes investigaciones del gobierno japonés sobre el tema y a veces apoyando a su amigo Tai como su experto de cabecera con respecto al Digimundo.

Izzi suspiró nuevamente, miró el reloj y aún faltaba tiempo para que su vuelo saliera, pero no dejaba de pensar en la necesidad que tenía Jun con respecto a él, él era hijo adoptivo de un matrimonio que lo amo siempre y jamás lo trató de una manera que no fuera parte de esa familia, pero aún así sabía que la familia era importante, sanguínea o no, y al ser el padre biológico de Jun él siempre debía estar ahí.

Miró nuevamente la pantalla de los vuelos, pero algo llamó su atención, por un segundo creyó haber visto una distorsión en la pantalla, una especie de corriente eléctrica, pero una de color rojo.

Izzi por un momento siguió mirando esperando a que pasara de nuevo, pero no ocurrió, por lo que terminó creyendo que había sido una distorsión normal del sistema.

— ¡Tentomon! ¡Oye! – La péquela Jun corría hacia la oficina de su padre donde el Digimon se había encontrado la mayor parte del tiempo desde que este se fue a Nueva York.

— ¡Oye Tentomon! Papi regresa mañana, y dijo que iremos a comer helado – Decía la niña alegre mientras miraba por la puerta de la habitación al Digimon.

— ¿Eh? ¡Oh, si! Jeje – Tentomon parecía distraído, pero al voltear alzó el vuelo y se acercó a la niña – ¡Mañana estaremos con Izzi y nos vamos a divertir!

— ¡Siii! Jeje – La niña estaba emocionada lo cual era la intención del Digimon.

— Ah, Tentomon, voy a tomar un baño antes de irme a la cama, ¿podrías vigilar a Jun mientras tanto? – Noriko apareció detrás de la niña.

— Ahh, claro, voy a estar pendiente de ella

— ¿Seguro? No has abandonado la computadora de Izzi desde que se fue...

— No se angustie Noriko, yo voy a cuidar a Jun – Respondió el Digimon con una voz segura.

— Bueno, iré a darme un baño cielito ya vuelvo – La mujer acaricio la cabeza de la niña, mientras se iba y la pequeña entraba a la oficina y coemnzaba a colorear en unas hojas especiales que su papá le compró para cuando él trabajara, y ella estuviera en la mesa de centro que tenía en la oficina de su casa.

Tentomon no quizo decir nada, mientras la niña coloreaba y la mujer se iba, pues la razón de estar en la computadora tanto tiempo se debía a que tenía cierta curiosidad sobre un cosquilleo en su interior que había iniciado desde hace días, uno que había sido leve pero con cada día se volvía más y más molesto.

Mientras investigaba a que se debía mientras Izzi estaba fuera, término descubriendo unas anomalías leves pero muy interesantes y continuas.

— Debo de enviarle a Izzi mi investigación... esto quizás requiera más de su intelecto – Pensó el Digimon.

Mientras tanto, en otra parte, Tai estaba guardando en la ropa sucia el traje que había usado hoy, el armario era grande así que el cesto estaba dentro con la ropa limpia.

El moreno mientras hacía esto, miró por un instante su ropa pensando cual corbata aburrida debía usar mañana, pero observando su ropa se topó con sus Googles, si esos Googles que lo acompañaron en tanto y que en algún momento había heredado a Davis pero que más tarde este mismo se los devolvió diciendo que "El verdadero líder eres tú, yo quiero tener mi propia identidad".

Tai río al recordar eso, mientras tocaba sus googles colgados como un sombrero en el ropero, ya se veían viejos pero aún parecían ser los mismo que uso alguna vez, realmente eran un recuerdo nostálgico, en muchos sentidos, pero eran solamente eso, un recuerdo.

— ¡Tai, hora de almorzar! – La voz de Mimi se escuchó desde la escalera, así que él dejó ese recuerdo encerrado en el ropero para después bajar.

— Mamá, ¿pero pedimos Pizza, porque debemos comer primero esto? – Preguntó Kai mientras Mimi le servía su comida, un poco de pollo a las finas hierbas con crema de champiñones.

— Porque la Pizza es una botana prácticamente, así que primero comerás bien – Respondió ella con un tono suave pero autoritario.

— Creo que mamá quiere que comamos para que estemos llenos y así dejar que papá coma más pizza – Denji hablo para así unirse a la huelga por no comer pizza primero.

— Wow, cuidado amor, empiezan a descubrir nuestro plan – Mencionó Tai mientras aparecía y se acercaba a darle un beso a Mimi en la frente.

— No pequeños, su papá también va a comer bien primero – Dijo Mimi mientras le servía en el plato a Tai.

— ¿Y porque papá está agarrando una rebana del refrigerador ahora? – Al decir eso Kai, señaló con su dedo en dirección a espaldas de Mimi, haciendo que ella volteara y mirara como Tai tenía abierta la nevera sacando una rebanada y dándole una mordida en el acto, cual niño travieso.

— ¡Taichi Yagami! – Le dijo con voz autoritaria Mimi, por lo que Tai se enderezó enseguida con la Pizza en la boca. – Deja eso, y ven a sentarte a comer

— Si, ya voy, ya voy – Tai dejo la rebanada en la nevera y se dirigió a su lugar – Chismoso – Le susurro a su hijo mayor mientras este reía.

— Cielos, cuidó a tres niños – Dijo Mimi rodando los ojos mientras sonreía – Bueno, almorcemos y al terminar comeremos Pizza... y no está permitido darle la comida a Agumon.

— Ay no se vale... – El pequeño Denji quedó con la mano en el aire mientras le iba a dar su pieza de pollo a Agumon quien tenían la boca abierta, pero al oír a su madre, su plan se había frustrado.

— ¿Eh? ¿Ya no vamos a comer ahora? — Dijo Agumon mientras todos reían en la mesa.

Un rato después, Tai estaba en la barra de la cocina ayudando a lavar los platos mientras Mimi se encargaba de guardar todos los ingredientes que uso en la nevera, con una rebanada de pizza en un plato cada uno.

— Oye, por cierto, ya no me dijiste si sacarías un segundo libro de cocina, podría ser enfocado en solo repostería, amo tus pasteles – Tai comenzó la conversación mientras secaba un plato y volteaba a ver a Mimi.

— No es mala idea, pero... – Ella se enderezó cerrando la nevera y mirando a su esposo – No tengo aún una idea clara de cómo iniciar.

— ¿Iniciar? – Cuestionó con curiosidad el.

— Si, el primero lo escribí porque, no se, sentía la necesidad de expresar este hobie que acrecentó cuando comencé a alimentarte – Expresó con algo de burla ella.

— Muy chistosa

— Jeje no lo niegues... pero, para ser honesta, me falta inspiración ahora, porque el negocio en línea va bien y no tengo que estar ahí todo el día como antes, y no eh tenido un detonante para un segundo libro – Explicó la castaña.

— ¿Ah si?... – Tai se acercó con una mirada pícara tomando de la cintura a su esposa – Bueno, si se trata de inspiración, puedo decirle a Agumon y Palmon que cuiden a los niños, jueguen un rato y tú y yo subimos a la habitación para que pueda, inspirarte.

La voz seductora y los ojos del moreno lo decían todo, mientras Mimi sonreía y abrazaba a su esposo del cuello.

— Oww cielo, eres tan romántico – Le dijo ella con una mirada amorosa y Tai creía que había ganado ya – Pero no te preocupes, tarde o temprano me voy a sentir motivada y escribiré.

Mimi le dio un beso rápido en los labios y se fue dejando a Tai, parado y totalmente confundido, pues no espero eso para nada.

— Si... de nada – Dijo para sí mismo.

Round 1: Gana Mimi.

Hospital general de Odaiba, Japón.

Se sentó en una banca fuera de las instalaciones, ya era más de las 2:30am, había sido una jornada demasiado pesada y claramente el cansancio de ser el doctor con más experiencia del lugar le ameritaba muchos casos, tanto humanos como Digimons.

Sujeto el cigarrillo entre sus dedos, llevándolo a sus labios y dándole una calada muy buena dejó que el humo del tabaco inundara sus pulmones, para después exhalar ese mismo humo, dejándolo salir por la boca y después por las fosas nasales.

Si, era un hábito asqueroso que Joe jamás pensó que recurriría, lo odiaba y parte de eso también sabía que estaba yendo éticamente en contra de su profesión al ser un fumador, pero realmente había llegado a una etapa de su vida donde no podía negar que este vicio de nicotina era bastante relajante, y claro, no era que se diera dos cajetillas al día, no, era un hábito recurrente, pero si una vez la semana, y aún así no le gustaba pero era un placebo que no podía negarse cuando los días se volvían exigentes.

— Oye Joe... – La voz detrás de él lo hizo tirar rápidamente el cigarro – Necesito que me ayudes, llego otro Digimon a urgencias

— Ah si, ya ya voy Hiro – Joe se levantó rápidamente de la banca y fue hacia urgencias.

Ya una vez en el lugar Joe entró y miró que se trataba de un Bearmon, acompañado de su camarada, un chico de 12 años.

— ¿Que es lo que tiene? – Preguntó Joe mientras comenzaba a revisar los latidos y respiración del Digimon.

— N-No lo se... estábamos en casa y y y... ya era tarde y veíamos una película en la computadora... y derrepente comenzó a retorcerse... como si tuviera dolor – Explicaba el muchacho.

— Entiendo... déjame ver que puedo hacer – Joe logró controlar al Digimon utilizando unos analgésicos especiales que había logrado inventar la compañía de Izzi, y que con fondos de caridad habían logrado distribuirlo en gran parte de los hospitales de Japón, aunque esté aún no tenia la autorización legal para ser exportado a otras partes del mundo.

— Tu Digimon estará bien, al parecer tuvo una especie de episodio de sobrecarga, quizás el estar pegado a la red de la computadora lo hizo reaccionar así – explicaba Joe mientras estaba con el muchacho.

— ¿El va a estar bien entonces? – Preguntó el chico

— Claro que si, solo no dejes que se sobrecargue... ¿ya ah digievolucionado ya tú Digimon?

— No todavía

— Bien, verás a veces los Digimons llegan a una etapa de su desarrollo donde han logrado cargar energía y datos suficiente y necesitan evolucionar para poder liberarlo, así logran controlarla y poder gastar la necesaria, si practicas alguna actividad o deporte sería bueno que tú y Bearmon lo hagan juntos y aproveches su evolución ahí.

— De acuerdo, gracias Doctor Kido

Luego de unos minutos Joe estaba sentado en una de las camillas de emergencia mientras se frotaba los ojos, pensando en que esto ya tenía un patrón.

— Es el cuarto Digimon el día de hoy con este tipo de síntomas, y el décimo en la semana... ¿Se tratará de alguna epidemia Gomamon? – Preguntó a su compañero mientras este llegaba empujando un carrito para comida del hospital.

— Si es inusual, los Digimons no solemos enfermarnos seguido, y menos de síntomas así de graves... no sabría decirte de que se trate Joe

— Entiendo... Le mandaré esos datos a Izzi para ver que puede ser – Joe tomó el sandwich que Gomamon le había traído – Pediré una licencia para mañana, necesito ver a Kazumi y a Ryosuke... además Kazumi me va a matar si no llego a casa

— ¿No iba ella a cuidar esta semana a Ryo mientras tenía licencia en el hospital? – Preguntó Gomamon mientras se subía a la camilla al lado de Joe.

— Si, pero no eh podido estar yo con ellos, y la licencia de Kazumin termina en dos días... además debo tomar un descanso – Decía mientras se quitaba las gafas para tallarse los ojos.

— Siempre lo eh dicho, eres muy obstinado hasta para trabajar

— Mira quien lo dice, tú no tienes necesidad de estar aquí y siempre vienes

— Si no estoy cerca tú no comes ni te enfocas

Los dos compañeros discutían, pero era una típica discusión amable entre ambos, lo cual era habitual pues siempre quedaba en risas entre ambos.

París, Francia.

— ¡V-Mon ya te dije que no podemos subir la torre Iffel volando, van a arrestarnos!

— ¡No soy sordo! ¡Ya te escuché Davis! Solamente sugerí la idea

— Tus sugerencias no son siempre las mas sensatas

— Ni las tuyas...

Aunque estaban de vacaciones, Kari ya estaba acostumbrada a ver a su esposo y su compañero Digimon tener alguna tonta discusión, no era algo que fuera particularmente de su agrado, pero tampoco era algo malo, pues al final eran sólo minedades.

— Papá y V-Mon están discutiendo de nuevo — comentó un chico de cabello castaño mientras comía su helado.

— ¿Que esperabas? V-mon se emocionó cuando dijiste que querías subir a la punta de la torre Iffel – Un chico más grande de unos 10 años que era la viva imagen de su padre habló como hechandole la culpa a su hermano.

— No quiero oírlos discutir, ya tengo suficiente con su padre y su Digimon – comentó Kari con calma pero firmeza

— Me parece que Davis realmente no cambia, pero verlo como padre es divertido, parece más el hermano mayor – comentó Yolei mientras tenía en sus piernas sentado a uno de sus hijos.

— Créeme, a veces siento que cuido a tres niños – Kari y Yolei rieron un poco ante esa idea.

— Al menos tienes atención de ellos aún, Shin tiene ya 10 años y es muy independiente, antes era lindo verlo llegar y decirme "mamá ¿podrías hacerme unos panqueques para cenar?" – Una mujer rubia estaba junto a Kari y Yolei, se trataba de Catherine.

— Vamos, aún así Shin es un niño y necesitará de su mamá en algún momento – Respondió la mujer de gafas.

Las tres mujeres estaban sentadas en una terraza grand, donde había una cafetería en el tercer piso, una muy fina y exclusiva, la cual habían podido pagar pues era una cortesía de Davis quien ahora con su cadena de restaurantes podía darle esos lujos a su esposa e hijos, y porque no, a sus amigos.

— Aquí está el café Kari – Gatomon apareció dejando un taza a un lado de su compañera.

— Gracias Gatomon.

— La fila era larga, pero nos atendieron muy bien jeje – Hawkmon llegó con una charola de galletas.

— Fueron amables en ir por todo esto – Comento Catherine

— Recuerda que estas vacaciones son especiales, no siempre están muy libres para estar con nosotros por sus trabajos – Floramon, la compañera de Catherine también estaba con ellos.

— Al menos pudimos asistir la mayoría, Cody aún sigue con mucho trabajo legal, se ah especializado con los casos de Digimons – Comentó Kari.

— Así es, pero dijo que si puede nos alcanza mañana, de todos modos Ken igual me dijo que si puede llegará hoy en la noche para estar con nosotros – Justificó a su esposo la mujer de cabello lila.

— Al menos Davis y T.K están con nosotras jeje

— No se como interpretar esa risa, pero al menos me deja ver tu sonrisa – T.K llego y se acercó para darle un beso a su esposa Catherine en la frente.

— Mamá, Papá, ¿podrían no hacer eso enfrente de mi? – El chico rubio hijo de T.K solamente desvió la mirada con vergüenza al ver el gesto de amor de sus padres.

La rosa en los presentes no se espero, mientras los demás niños estaban comiendo un rico helado en otra mesa, y Davis le daba un golpe en la cabeza a V-Mon, para acto seguido regresar a la mesa de los adultos.

— Bueno, después de "explicarle" con cuidado a V-Mon las cosas, solo queda esperar a mañana para el recorrido especial – Decía el hombre de cabellera guinda.

— Cuando te lo propones eres muy útil Davis jaja – Bromeó T.K

— Muy gracioso... – Davis tomó asiento junto a Kari – Bueno, solo queda esperar a que mañana lleguen Ken y Cody, ¡Visitaremos la torre Iffel!

— ¡Siii! – Ante la confirmación los niños y Digimons gritaron en unísono de alegría

Pero Patamon y Gatomon tuvieron un escalofrío, por lo que ambos voltearon a ver hacia una pantalla de televisión dentro de la cafetería, y notaron una especie de distorsión, muy leve pero perceptible.

Ambos Digimons no sabían que había sido eso pero estaban seguros de que habían sentido algo, pero para no preocupar a todos, prefirieron no decir nada y esperar.

Nueva York.

Ya eran más de las 11:30pm, Mimi ya había avistado a sus hijos mientras estos dormían abrazados por Palmon y Agumon.

Taichi se encontraba en su oficina que tenía en casa trabájanos y revisando algunos papeles, y mientras él hacía eso, Mimi estaba dentro de la habitación leyendo un poco su libro publicado, ojeándolo mientras meditaba si era buena idea sacar un segundo libro, pero sentía que podía entregar algo más, después de todo la cocina y repostería se había vuelto una actividad que le gustaba más y más.

Aún así la mujer cerró su libro, lo dejó a un lado del mueble junto a su cama, y frotó sus ojos mientras miraba por la ventana las luces de la brillante ciudad, realmente era una vista envidiable, pero, algo seguía estando raro en su manera de sentirse, pues aunque america se había vuelto si hogar, sentía que en Japón vivió muchas más cosas... quizás volver... quizás unas vacaciones con la familia.

Mimi sabía que debía convencer a Tai para eso, su esposo era muy entregado a su trabajo y más ahora con todo el asunto de las leyes de regulación Digimon, él estaba concentrado en prevenir que haya conflictos futuros entre naciones. Pero aún así ella misma sabía que su esposo quizás también requería un respiro de toda esa carga, y sus hijos y Digimons quizás también lo agradecerían.

Mimi se levantó de la cama, y fue a donde estaba Tai en la habitación siguiente, al llegar se quedó en la puerta y vio a su esposo sentado, mirando por la ventana también.

La mujer sonrió de forma traviesa, y sabía claramente como motivar a su pareja, pues claramente el trabajo lo tenía agobiado.

— Sabes Tai, había estado pensando... que quizás deberíamos revivir los viejos tiempos – Mimi dejó caer su bata de dormir, quedando con un camisón color negro de encaje que le gustaba usar por cómodo pero porque también era el favorito de Tai.

— Cuando éramos más jóvenes... – Entró acercándose lentamente a el, con una voz seductora – ¿recuerdas? Y si no, quizás te pueda inspirar, para recordar...

Mimi se acercó mas, tomando la silla, mientras esta seguía usando sus técnicas de seducción.

— Jóvenes, como aquella vez que te vi pelear contra Eosmon, te veías tan, atractivo y sexy, con tu mirada llena de valor, determinado a pelear... – La mujer exageraba su tono, como si esta se exitara al recordar todo eso – Y tú...

Pero cuando Mimi volteó la silla reclinable donde estaba Tai, esta miró con una expresión de desánimo que su esposo ya estaba dormido, estaba acomodado en la silla con la boca semi abierta y roncando.

Mimi por un momento se molestó e infló las mejillas en señal de molestia, pero, casi de inmediato suspiró y sonrió de manera adorable.

— Eres un tonto... pero te amo – Le dio un beso en la frente a su esposo, antes de despertarlo unos instantes después y así pedirle que mejor fuera a la cama con ella a descansar.

Round 2: Gana Tai.

Centro de investigación y anomalías digitales, (CIAD)

Tokyo, Japón.

En Japón se había fundado un centro de investigación digital, enfocado en la investigación y desarrollo de tecnologías y programas para detectar amenazas del mundo digital, la cual le permitía al gobierno estar preparados contra cualquier contingencia y prevenir desastres como los que ocurrieron en 1999 y 2001.

— ¿Uhm?... ¿Y esto que es? – Dijo confundió uno de los analistas en las oficinas – La puerta al mundo digital está saturada de datos.

El hombre rápidamente tomó su teléfono para avisar a sus superiores de lo que estaba observando en su monitor.

— ¿Diga? – Respondió un hombre sentado en la oficina central del lugar

— Selor Matsuda, necesito una confirmación para hacer el escaneo de datos en una de las grietas registradas hacia el Digimundo – Dijo el hombre com el teléfono entre su hombro y oreja.

— Número de estación y número de grieta.

— Soy Kei Owada señor, número de estación 587, la grieta es la que está registrada como 75…

— ¿Muy bien, cual el estado de esta grieta?

— Señor, está detectando una cantidad enorme de datos tratando de cruzar, pero la grieta no puede contenerlo… es la tercera en esta semana

— Bien… haz el análisis – El hombro se acercó a su monitor, mirando la información de la estación donde estaba Owada, mientras anotaba en una libreta — Es igual a las anteriores… una dilatación fuerte

— Señor, estoy haciendo el análisis… la grieta presenta una cantidad exorbitante de datos digitales… mas grande que la registrada en Odaiba en 1999…

— Es gigantesca… ya la vi – Dijo el hombre con la mirada muy atenta y algo angustiado – Debemos de informar al gobierno… ¿donde está esta grieta?

— En París, en Francia… ¿que haremos señor?

— Observar… tenemos que mantenernos atentos, y sobre todo, informar a las autoridades de París…

Los dos hombres miraban el monitor, mientras se preguntaban ¿que es lo que provenía del Digimundo como para tener esa carga tan masiva de datos digitales?

Era incierto, pero lo que nadie estaba preparado, era para la catástrofe que se avecinaba, y que tendrían que enfrentar lo elegidos en París.

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N/A: Listo amigos, capítulo dos subido, espero este les guste y me dejen su opinión! Éxitos!!