Disclamer: Digimon y Digimon 02 no me pertenecen, son propiedad del grupo de creativos llamado Akiyoshi Hongo (que son: Aki Maita, Akihiro Yokoi y Takeishi Hongo.) al igual que todos los personajes de esta obra son propiedad de ellos y Toei animation.

N/A: Vámonos de lleno, aquí viene lo bueno.

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Cap 3: Caos.

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Londres.

Si alguna vez un rinoceronte corre en dirección haci ti, hay que correr en zigzag porque les puede despistar y si cuentas una chaqueta o una mochila, hay que tirarla para que se enfoquen en el objeto y te dejen libre, de esa manera puede prevenir el ataque según expertos.

Pero si se trata de un Monocromon, solamente corre y refúgiate donde te sea posible, porque ese Digimon no va a detenerse ante nada.

— ¡Todo mundo corra! – Gritaba una persona mientras la multitud huía despavorida ante el ataque de un Monocromon.

— ¡No se detengan, corran corran! – Un oficial con un uniforme color negro pero con las siglas DCD en la espalda trataba de poner a salvo a los demás.

El Digimon con cuerno corría destrozando todo a su paso entre las calles de Londres, rugiendo con fuerza, y atemorizando a todos.

Varias patrullas y vehículos de la policía sólo se limitaban a perseguirlo, pero la opción de disparar se contemplaba, aunque esto de poco sería útil.

El Digimon atravesó un muro, mientras dos oficiales de la DCD lo perseguían, los cuales iban acompañados de dos Digimons.

— ¡debemos de detenerlo! ¡Ve Elecmon! – El Digimon rojo con cola como plumas salto en el aire hacia el Monocromon.

— ¡Súper trueno mortal! – Elecmon lanzó el rayo desde su cola pero este ataque no le hizo el más mínimo daño.

— ¡No podrás penetrar su piel! ¡Hay que desviarlo de las personas! – Un hombre de cabello negro lacio iba corriendo con un Wormmon en su hombro.

— ¡No hay tiempo Ichijouji! ¡Debemos acabarlo! – El otro oficial parecía decidido a matar al Digimon.

— ¡No, espera!

Las palabras de Ken fueron ignoradas, el otro oficial de la DCD siguió atacando con su Elecmon, mientras el Digimon de cuerno y armadura solo se enfurecía más causando más destrozos.

Entonces en uno de los ataques de Monocromon, embistió a Elecmon lanzándolo por los aires haciéndolo estrellar contra un muro.

— ¡Elecmon! – Gritó el oficial.

— ¡Demonios! ¡Vamos Wormon!

— ¡Si Ken! – El Digimon salto desde el hombro de su compañero, mientras que él D3 de Ken comenzó a Brillar.

— ¡Wormon digivolves aaaa... Stingmon!

El Digimon insecto voló con rapidez hacia Monocromon quien se dirigía hacia una cafetería con personas ahí, entonces Stingmon se detuvo frente al Digimon dinosaurio y sujetando su cuerno se preparó para la embestida.

Monocromon golpe a Stingmon y este simplemente plantó bien sus pies en el suelo, comenzando a frenar el avanzar del digimon,

Los pies de Stingmon comenzaron a dejar una zanja en el suelo pero estaba logrando detener a Monocromon, y a un metro de la cafetería, pudieron detenerse.

— ¡Stingmon! ¡Ponlo a dormir! – Dijo Ken al llegar hasta ellos

— ¡Ataque de Aguijón! — El ataque de Stingmon apuntó a la quijada de Monocromon, y el golpe fue certero en la parte sin armadura del Digimon.

Afortunadamente Stingmon logro dar el golpe con suficiente fuerza para así dormir a Monocromon, el cual cayó enseguida desmayado a los pies del Digimon insecto.

— Dormido como un bebé – Dijo el Digimon.

— Bien hecho Stingmon... – Ken llegó a su lado, mientras respiraba agitado y las demás patrullas y unidades de la DCD llegaban.

— Maldita sea... ese Monocromon... maldito – el compañero de Ken llegaba con su Elecmon en brazos.

— ¿El esta bien? – Preguntó con gentileza Ken

— Si... me encargaré de que encierren en una jaula de contención a este Monocromon enseguida – La voz resentida del hombre era clara.

— Hay que averiguar qué le pasó... los Monocromon son territoriales pero no atacan sin provocación, y sobre todo investigar de dónde salio – Concluyó Ken mientras Stingmon volvía a su forma de Wormmon.

— Eso es trabajo de los analistas... nosotros sólo debemos atrapar y encerrar a estos Digimons salvajes... – El hombre estaba decidido a tomar una reprimenda ejemplar contra el Digimon.

— Estamos para proteger a personas y Digimons... no ejercer castigo sin piedad – Comentó Ken.

— El Caos que causan Digimons así es el problema... vamos Ken, mira lo que pasó a mi Elecmon – Mostró a su Digimon en brazos aún inconsciente – ¿Si le hubiera pasado a Wormmon...

— Te dije que debíamos desviarlo no atacarlo... – interrumpió Ken – No debiste provocar a un Digimon así...

Entras hablaba algunos oficiales de la DCD estaban colocando un collar supresor de energía digital, para así evitar otro desplante del Digimon, pero entonces este comenzó a brillar y poco a poco se encogió hasta tomar la forma de un Gotsumon pequeño.

— Ken... era un Digimon evolucionado... – Dijo Wormmon.

Entonces una camioneta frenó cerca del lugar y de esta salió corriendo un Niño de unos 10 años, el cual burló las cintas de contención de las autoridades llegando hasta el Digimon.

— ¡Gotsumon! Amigo... – Se acercó y lo abrazó enseguida.

— ¡Oye Niño! ¡No lo toques es un Digimon peligroso! – El hombre compañero de Ken se agachó para quitar al niño pero Ken lo detuvo.

— Por favor... no le hagan nada, no fue su culpa... – Pedía con lágrimas el Niño.

— Tranquilo, ¿que pasó? – Preguntó Ken con calma.

— Estábamos de paseo con mis papás, y Gotsumon iba conmigo, pero entonces, solo miré el celular unos segundos y cuando me di cuenta Gotsumon había comenzado a golpear cosas y a correr y después evolucionó en ese Monocromon...

— ¿Evolucionó así de la nada? – Preguntó incrédulo el hombre junto a Ken

— ¿Y no viste si algo lo provocó? — Preguntó Ken

— No... – Respondió de forma simple el Niño.

— ¡Alex! – Los padres del niño llegaron – Oficial, disculpe... hijo vamos

— No papá, Gotsumon... está herido.

— Lamentó decirlo señor, pero debemos llevarnos al compañero de su hijo, hay que prevenir cualquier otro desplante al digievolucionar – El hombre compañero de Ken volvió a hablar de una manera severa.

— El Gotsumon de mi hijo no es violento señor...

— Lo lamento, pero es el protocolo después del desastre que causó... ¿Cierto Ken?

Ken miró a su compañero, y aunque le hacía sentir mal esta situación, sabía que tenía razón, parte del programa de contención de Digimons de la DCD, era que si algún Digimon presentaba conductas salvajes y hostiles, debía ser encerrado para su estudio y determinar si era peligroso o nos

— En verdad sentimos esto... pero lo llevaremos, aunque le aseguro que no se le hará daño de ningún modo y podrán visitarlos...

Unos minutos después el Niño se despedía del Hotsumon que estaba sobre una camilla, llorando amargamente y mirando a los padres angustiados por esta situación.

Cuando Ken se había unido a la unidad DCD, lo había hecho con la misión de ayudar y resguardar tanto la seguridad de personas como de Digimons, ya que sentía que haría más bien ahí que siendo un detective común y corriente, y ante el ánimo de su esposa Yolei y la sugerencia de unirse a esta unidad de parte de Tai, Ken aceptó gustos al pensar en todo el bien que haría.

Pero claramente la organización no está exenta de gente como su "compañero" ya que este tenía una manera de ser muy poco compasiva con Digimons salvajes y a veces era irresponsable como hoy con su compañero Elecmon.

Además la DCD no era exactamente una organización que se encargara de contener pacíficamente, lo cual a Ken le hacía sentir que quizás había sido un error unirse, pero como le sugirió Tai alguna vez, el cambio puede efectuarse mejor desde dentro y con un pie firme en los ideales y hasta ahora, Ken se mantenía así, aunque había días que sentía que tenía que parar con esto.

— Esperemos que Gotsumon sea tratado bien – Comentó Wormmon en su hombro.

— Si... pero ya es el quinto Digimon fuera de control de la nada... Algo no está bien aquí...

— ¿Crees que debamos decirle de esto a los demás? – Preguntó el gusanito

— No, pero le informaré a Tai e Izzi, quizás él sepa algo sobre esto... además, tenemos que llegar a París esta noche, o Yolei se va a molestar.

Nueva York.

Eran ya las 8:45am de la mañana, Tai estaba en su oficina mientras buscaba documentos distintos sobre los casos de Digimons que habían pasado en los últimos años, y crear alguna base sólida para un próximo congreso.

El telefono de su oficina sonó, y Tai tomó el teléfono enseguida para poder responder, mientras seguía acomodando archivo tras archivo.

— ¿Diga?

— Tai, lamentó si estoy interrumpiendo habla Cody

— ¡Cody! ¿Como estas? ¿Puedo ayudarte en algo?

— Oye, recibí una mensaje de Ken hace unas horas, me mando unos archivos que necesita que revise sobre, el código de conducta ética de la DCD, y de paso me dijo que te e informara a ti o a Izzi sobre un asunto con los Digimons.

Cody, quien había comenzado a ejercer como abogado profesional hace un par de años, trabajaba en un bufete muy importante en la ciudad de Chicago, siendo jefe del departamento de casos con incidentes de Digimons, era uno de los 3 pocos abogados en el mundo que se especializaban en eso.

— Código de Conducta ¿eh?... Supongoque la DCD no es las fuerzas del bien que todos esperaban... – Comentó Tai con evidente amargura.

— La verdad no es el primer reporte, pero no hay una base sólida, la gente se preocupa más por temer a los Digimons, que por ver la negligencia en esa organización... A veces son montañas de Papeleo.

— Bueno, confió en que está en manos confiables este caso – Dijo con amabilidad Tai al chico — Y mándame lo que Ken quería que revisara, y también los casos con respecto a la DCD

— En unos minutos te lo mando, bye – Cody colgó el teléfono para después comenzar teclear enviando la información.

— Cody, te vez preocupado, ¿no sería mejor tomar un descanso? – Armadillomon estaba a su lado mientras este le acomodaba algunas carpetas en la gaveta del escritorio.

— Tienes razón, no quiero sobre esforzarme, mandaré esto e iré a comer algo – Contesto con sensatez.

— Oye, Hawkmon me mando un mensaje en la mañana, dice que Yolei pedía que fuéramos a París con ellos mañana, podríamos ir y llevar a Lori y a la pequeña Rin para salir en familia

La sugerencia del Digimon armadillo hizo sonreír a Cody, y no sonaba para nada mal, tenía tiempo que no salían de vacaciones con su esposa Lori y su hija Rin.

Cody había conocido a Lori cuando había empezado sus primeras pasantías como socio en el bufete de abogados en el que empezó en la ciudad cuando se mudó acá, ella era una chica que estudiaba música y artes plásticas, y se conocieron en una cafetería donde ella trabajaba medio tiempo.

Con el pasar de los días, las idas de Cody por un Café se habían vuelto frecuentes hasta que claramente la relación afloró.

Ahora estaban casados y tenían una pequeña de 7 años llamada Rin, y a pesar de que el trabajo de Cody exigía mucho de su tiempo, su esposa jamás le recriminó eso, pues ella comprendía lo importante que era lo que hacía él y además Cody jamás fue un esposo que no se diera tiempo para su familia, aunque claro había días en que tenía que disculparse, pero la buena educación y sobre todo su manera de ser tan noble hacia doblegar a su esposa y lo perdonaba enseguida.

— Creo que podemos ir el fin de semana a París... no estaría mal, quiero que Lori y Rin se diviertan, y hace meses que no veo a Davis y los demás – Dijo sonriendo el hombre de cabello castaño y lacio.

— ¡Excelente! ¿Quieres que vea vuelos en la computadora? – Preguntó amable Armadillomon.

— No, supongo que los portales digitales aún son buena idea jeje

Ambos, humano y Digimon sonrieron mientras que detrás de ellos una de las computadoras presentó un pequeño destello rojo.

Un par de minutos después de que Tai terminó la conversación, el correo electrónico llegó a su computadora, por lo que abrió el archivo para ver de que se trataba.

— Umm... ¿Que es esto?... más de 15 incidentes reportados en los últimos 5 días... Digimons usualmente tranquilos fuera de control... Espera – Tai cerró el archivo y buscó uno que Joe le había enviado a la noche anterior.

— Oye Tai, traje sándwiches de la cafetería – Agumon entró con una charola llena de los bocadillos mencionados – ¿Quieres alguno?

— Un momento Agumon – Tai abrió el archivo y miró de que se trataba – Digimons con conducta agresiva llegan a hospital con síntomas de dolor y con erráticos desplantes de furia...

Ese reporte se lo había enviado Joe a él y también a Izzi, pero Tai no había podido verlo la noche anterior, pues se había enfocado en buscar otros casos para defender a los Digimons, pero estos que estaban pasando últimamente eran muy delicados.

— Tai, ¿sucede algo? – Preguntó Agumon al ver angustiado a su compañero.

— Tendré que llamarle a Izzi, debemos saber de que se trata todo este patrón... – Comentó Tai.

— Son Digimons que no deberían comportarse así..: esto es raro – Dijo Agumon tras subirse el escritorio y ver el archivo.

— Es verdad, una vez que Izzi sepa de que se trata nosotros podremos... – Tai se detuvo en seco mientras estaba marcando al número de Izzi, pero entonces se detuvo.

Tai meditó sus acciones, por unos instantes él pensó que era su deber intervenir sobre esto y salir a las calles para detener a estos Digimons fuera de control. Su subconsciente le hizo pensar que al investigar esto junto a Izzi, podrían hallar al enemigo culpable o a la persona que estuviera provocando esto, e ir a combatirlo como en el pasado.

Pero Tai colgó el número, se quedó con el teléfono en la mano para después colgarlo y sentado en su silla, suspiró... no era su deber ya, ya no era un niño ni un adolescente para intervenir, ahora era un adulto con responsabilidades y familia... no podía simplemente exponer su estabilidad familiar al ir y pelear como antes, ahora era un adulto con un empleo que podría verse afectado al ser visto públicamente combatiendo Digimons.

Tai suspiró nuevamente, sabiendo que un diplomático como él no tenía porque hacer eso, ademas no podía darle preocupaciones a Mimi ni mucho menos exponer a sus hijos a un ejemplo de violencia como él mismo decía.

— Tai, ¿No vas a hablarle a Izzi? – Preguntó confundió Agumon.

— No es necesario... – Respondió de forma suave el castaño – Solo le mandaré un correo para que esté al tanto de todo, y que pueda darle si investigación a las autoridades correspondientes

Tai sonrió a su compañero mientras se giraba para quedar frente a su escritorio de nuevo, y tomar un sándwich de la charola que Agumon trajo.

— Umm, que ricos... bueno, hay que seguir trabajando, quiero llegar a tiempo a casa para almorzar y hay mucho papeleo – Tai parecía como otra personas, pues estaba tratando de fingir que no estaba angustiado hace unos instantes.

Agumon notó eso y solo supo fruncir el ceño de manera preocupada, pues su compañero actuaba raro, de una manera que él no recordaba, pues aunque Tai había tenido sus momentos de dudas en el pasado, jamás había ignorado lo que tenía que hacer.

Mientras el Digimon dinosaurio veía esto, Tai seguía trabajando, aunque una incomodidad en su estómago se formó, una comezón en la planta de los pies, sumado a un cosquilleo en su garganta y pecho... como si estuviera... ansioso.

Tokio, Japón.

Izzi estaba en su oficina de en casa, ya eran las casi las 6 de la tarde, había estado todo el día trabajando, luego de que Tentomon le explicó las anomalías que había visto en las redes digitales del Digimundo.

Flashback: Esa misma mañana.

— Estoy en casa... – Anunció el pelirrojo luego de haber llegado del aeropuerto.

— ¡Papi! — la pequeña de cabellera roja llegó corriendo hasta saltar a los brazos de su padre — Llegaste a tiempo

— Claro, así dije que haría – Dijo Izzi mientras le daba un beso en la mejilla a su hija.

— ¡Izzy, ya estás aquí! – Tentomon llegó volando también para recibir a su amigo.

— Hola Tentomon

— Llegaste, excelente — Noriko apareció ya vestida para irse a trabajar – Espero que no haya sido cansado el viaje

— No, todo bien – Comentó Izzy mientras cargaba a su hija – ¿Ya te vas?

— Si, deje comida hecha para Jun, Tentomon y para ti... solo caliéntala antes

Aunque estaban separados, Izzy y Noriko eran conscientes de que no debían llevarse como perros y gatos, al final de cuentas su relación era una cosa y cuidar a su hija era otra, por lo que aún se trataban con respeto cada vez que se veían.

— Bien, tengo que irme – La mujer se acomodo el bolso y abrió la puerta – Te veré pronto mi amor – La mujer se despidió de su hija dándole un beso

— Por favor, no te encierres en tu oficina todo el día – Pidió la mujer a su ex esposo.

— Lo necesario... – Dijo Izzy.

— Bien, me voy – La mujer se fue mientras Izzy cerraba la puerta.

— Papi, ¿podemos ver alguna película? – Preguntó la pequeña mientras su padre la bajaba.

— Claro mi amor, hay que elegir

La niña se fue corriendo mientras Izzy se quitaba el saco, suspirando pues claramente el viaje si había sido cansado, pero no quería reflejar eso a su niña.

— Oye Izzy, ¿podemos hablar? – Preguntó Tentomon mientras se acercaba a su amigo.

— ¿Que pasa? – Instantes después Izzy estaba sentado en el escritorio mientras veía la investigación de Tentomon.

— Todas estas anomalías y flujos inusuales de datos, ¿cuando iniciaron? – Preguntó el pelirrojo.

— Según el crecimiento en los flujos digitales y la saturación en las grietas, lleva así 5 días. – Respondió el Digimon insecto – Pero Izzy... no puedo rastrear el origen ni mucho menos me fue posible identificar de que se trata

— Entiendo, voy a correr un algoritmo de búsqueda y rastreo, y veré si puedo identificar de que se trata – Izzy se sentó en el escritorio con su computadora para comenzar a trabajar en ese momento.

Fin del Flashback

La pequeña Jun se encontraba en la entrada de la oficina de su padre, mientras observaba de forma algo triste como su padre estaba ahí desde que llegó.

No vieron la película y mucho menos salieron por el helado como él había prometido.

— Péquela Jun, ammm ¿quieres hacer palomitas? – Preguntó Tentomon al acercarse a la niña.

— No... creo que iré a mi habitación a jugar... – Respondido la niña algo desanimada.

— Jun, no estes triste, tú papá solo hace su trabajo porque también es para cuidarte – Le intenta explicar el Digimon mientras la sigue hacia las escaleras

— Lo se, el trabajo de papi es importante... por eso no lo voy a distraer, buenas noches Tentomon – Esto último lo dijo la niña regalándole la más dulce de las sonrisas al Digimon.

Tentomon vio subir a la niña, mientras sentía remordimiento por la nobleza de la niña, era parecida a su compañero, siempre siendo tan amable y bondadoso aún cuando algo lo lastima.

El Digimon volvió a la oficina y miró a Izzy, nuevamente se percató que su amigo estaba tan profundamente inmerso en su investigación que solamente le quedó confiar en que estaba haciendo lo correcto, aunque, Tentomon a veces quería decirle a Izzy que dejara de ser tan curioso, que pensara más en su felicidad, en su hija, pero Izzy siempre sería quien es, y no podía cambiar eso.

— El flujo es demasiado grande... pero no encuentro el origen – Se decía así mismo Izzy, entonces un correo le llegó.

— ¿Eh? Es de Tai... – Izzy lo abrió y entonces miró todo lo que había, entre ellos también un reporte de Joe, y mientras leía, su cara comenzó a llenarse de incertidumbre.

— Izzy, ¿ocurre algo? – Preguntó Tentomon acercándose volando – ¿eh? Todos esos Digimon, ¿están relacionados?

— No estoy seguro, pero parece ser que todos son Digimons que han sufrido cambios de conducta o síntomas de violencia o dolor... esto no es usual, y siento que este flujo de datos irregular relaciónado

Entonces una luz roja apareció en una de las áreas que Izzy estaba rastreando, la cual llamó la atención de ambos.

— Ese punto, parece una especie de grieta... Pero hay una cantidad de datos enorme

— Parece una entrada sin registrar del Digimundo... — Dijo Tentomon.

— Déjame rastrear de donde es... parece que está puerta es en... Francia. – Concluyó Izzy

— ¿Porque hay tantos datos saturados en esa entrada?

— No se Tentomon, pero debo de ir a mi oficina en la empresa... necesito más potencia para poder analizar mejor esto – Izzy tomó su saco e iba a ir corriendo a la puerta

— ¡Izzy, espera!

— ¿Que pasa? – Se detuvo en seco

— No podemos dejar aquí a Jun — Izzy sabía que era verdad, había olvidado a su hija, pero lo que estaba pesando podía ser importante o peligroso.

— Vendrá con nosotros... – Conluyo mientras se regresaba para ir por su hija, mientras que el flujo de datos comenzaba a aumentar más.

Digimundo, Isla File.

La Isla donde la aventura había comenzado, se veía rodeada de una penumbra y una atmósfera de maldad y desesperanza que no se había sentido desde los Dark Masters, pero en aquella ocasión se podía percibir que no todo estaba perdido, esta vez, era diferente... todo aquel dentro de esta atmósfera solo temblaba al sentir que su muerte llegaría.

— ¿No hay forma de detenerlos? – Preguntó un ser mitad leon mitad hombre – Hay que evitar su avanzar por el Digimundo

— No hay forma de detenerlos Leomon... no tenemos el poder siquiera para retrasarlos... – Comentó Genai mientras trabajaba computadora en el escondite bajo el lago, incansablemente buscaba una forma de mandar un mensaje.

— Los Digihuevos están a salvo en el refugio, Andromon junto a Meramon los están cuidando — El Elecmon que cuidaba a los bebés estaba ahí con ellos.

— ¿Que planeas hacer entonces Genai? – Cuestionó Leomon.

— Mandar un mensaje... Piximon y demás Digimons aliados harán todo lo posible por mantener el Digimundo a salvo, pero el objetivo de esos Digimons no es nuestro mundo... ellos intentan llegar al mundo de los humanos.

— Ellos quieren conquistar primero el mundo humano, y después buscarán el nuestro – Concluyó Leomon.

— Si... y no podemos hacer más, solo avisarle a ellos, pero no puedo enviar el mensaje porque todas las aberturas al Digimundo están saturadas de la energía maligna de ellos... y al parecer esa cantidad no los deja pasar, pero en cuanto logren hacerlo, la humanidad no tendrá más esperanza que los elegidos.

— Pero... ¿ellos tendrán el poder para detenerlos? – Cuestionó Elecmon.

— No... – Está respuesta dejó perplejos a ambos Digimons, pues la voz de Genai era muy seria y llena de temor, dando el aire de que no existía manera de detener esto... — Pero... – Genai prosiguió.

— No podemos no advertirles... confío en ellos, se que buscarán la forma de ayudar... si algo me han enseñado los elegidos, es que son capaces de lo imposible incluso... cuando nada está a su favor.

Leomon y Elecmon se miraron entre sí, angustiados, pero también entendían las palabras de Genai, y es que si, los niños elegidos siempre fueron vitales, nunca se rendían y lograban hazañas que no podían explicarse... quizás esta vez, lograrían hacerlo de nuevo.

La mañana Siguiente, Odiaba Japón.

7:40am.

La camioneta se aparcaba frente a la escuela donde Sora pasaría a dejar a sus hijos, apagando el motor y esperando a que la campana sonara para que ella saliera a dejarlos

— ¿No olvidan nada Niños? – Preguntó la pelirroja.

— Todo bien, Ejiro no olvido el almuerzo esta vez – Dijo el niño rubio sonriendo.

— Oye, eso solo fue una vez – Arremetió el otro niño

— No peleen, alístense para ir a clases – Dijo la mujer

— Mami, ¿podremos hablar con papá más tarde? – Sora suspiró, mientras apretaba el volante y pensaba que decirle a sus niños.

— No se preocupen, su mamá Sora se hará cargo para que Papá les hable – Comentó oportuna Biyomon mientras miraba a Sora

— Si, así que no se preocupen... – La mujer sonrió mientras sus hijos y compañera Digimon sonreían.

Pero entonces algo alteró a Biyomon quien se tensó mirando a su alrededor, una acción que Sora no paso desapercibida.

— ¿Pasa algo Biyomon? – Preguntó Sora

— Sentí un escalofrío... — Dijo el Digimon Pájaro.

Órbita de la Tierra.

— ¡Oye Mat! – Gritó Gabumon mientras Mat se dirigió flotando donde estaba su compañero.

— ¿Que ocurre? – Pregunti el rubio.

— Mira la tierra... están parpadeando... todas las luces.

Mat miró lo que su Digimon decía, mientras observaba cómo las luces que se veían desde la estación espacial donde estaba él comenzaban a tener bajones de energía. Tanto que incluso se veían desde donde estaba el.

— Esto no es posible... – Pero Mat y Gabumon sintieron miedo al ver que la estación comenzó a presentar el mismo bajón de energía.

— Ay no... – Dijo Mat preocupado.

Hospital general de Odaiba.

7:45am.

— Ya es hora Gomamon, iremos a casa – Joe estaba en su casillero, buscando su ropa.

— ¡Bien! Espero que Kazumi haya prepa... – Gomamon dejo de hablar enseguida y Joe lo miró confundido.

— ¿Ocurre algo Gomamon?

— Algo pasa... – Comentó el Digimon foca mientras sentía como su piel se erizaba, para acto seguido ver cómo las luces del lugar se apagaron y volvieron a encender, y presentaban bajones de energía.

— ¿Que ocurre? — Dijo Joe.

Tokyo, Japón.

7:50am

El edificio de Tokyo donde Izzy era director, estaba igual, sus luces bajaban y subían, luego de pasar la noche ahí investigando y tratando de rastrear el origen de las fluctuaciones de datos, Izzy presenciaba la misma anomalía.

— ¡Izzy! ¡Es en toda la ciudad! – Decía angustiado Tentomon mientras veía por la ventana.

— No hay duda... esto es por la fluctuación de datos... la carga es muy grande... algo esta por ocurrir.

Izzy estaba sudando mientras cargaba en sus brazos a su hija quien lo abrazaba fuerte.

— Papi... ¿que pasa?

— Izzy... hay yo... yo siento algo... algo que me tiene... muy nervioso – Decía Tentomon mientras Izzy miraba como todas las luces seguían parpadeando.

— Tentomon... ¿Algo viene verdad?... – preguntó el pelirrojo nervioso mientras acariciaba la cabeza de su hija.

Nueva York.

5:57pm

El atardecer caía sobre la gran manzana, la noche ta estaba apareciendo y la enorme urbe repleta de luces parecía un árbol de navidad, pues cada luz de Nueva York parpadeaba y las máquinas digitales presentaban fallos.

— ¿Mami que pasa? – El pequeño Denji se aferró a su madre mientras Mimi sujetaba a este y a su otro hijo.

— Las luces están fallando mucho... – Comentaba Kai, el mayor.

— Tranquilos mis amores... todo estará bien – Mimi estaba nerviosa pues esto era muy extraño y por lo que podía ver desde la ventana, era en toda la ciudad.

— Mimi... no me siento bien... no me siento segura – Palmon comentaba con un tono de angustia, la cual hizo sentir a Mimi más preocupada.

— Tai... por favor... dime que estás bien y vienes a casa – Pensó la castaña.

Mientras tanto, en el tráfico de la ciudad, Tai estaba en medio pero fuera de su auto, como muchas otras personas más, mirando a su alrededor.

— Esto... que significa... – Decía el castaño

— Tai... – Agumon que estaba sobre el auto igual mirando todas esas luces, estaba con una mirada muy extraña – Necesito digievolucionar a Wargreymon... ahora

La voz tan decidida y preocupada hizo que Tai sintiera escalofríos, Agumon jamás había actuado así, y verlo tan nervioso lo hizo sentir aún más angustiado.

— Mimi... – Susurro el castaño — Más vale que ya estes con los niños buscando refugio...

París, Francia.

3:37pm

Las autoridades de parís estaban en alerta, evacuaban a las personas y trataban de mantenerlas calmadas, mientras el pánico comenzaba a presentarse en las personas.

Fuera de la casa de T.K, donde estaban quedándose, los elegidos por ataban fuera viendo las anomalías con las cosas digitales.

— Algo no está bien Davis... – V-Mon apretaba sus puños.

— Esto no es normal... ¿Que ocurre? – Se cuestionaba Davis.

— Wormmon... ¿ustedes saben algo? – Ken ya había llegado con ellos la noche anterior a París.

— Ken... no podemos quedarnos aquí... – Contesto con su voz temblorosa el gusanito.

— Esto es raro... los Digimons están alterados... — T.K sostenía a Patamon en sus brazos mientras este temblaba.

— T.K... pongan a los niños a salvo... – Las palabras del Digimon alado dejaron con una expresión de angustia pura en la cara de los adultos.

— Kari... Hagan eso... – Gatomon estaba erizada y en cuatro patas en el suelo, hablándole a su compañera.

— Yolei... Llévenlos a un lugar seguro – Hagkman volaba, ambos junto a V-Mon estaban frente a todos mirando a un punto en específico.

— ¿De que hablan? – Preguntó Yolei asustada.

— Gatomon... Por favor ¿que sucede? – Decía Kari al ver a su Digimon así mirando hacia el cielo...

Los Digimons, incluyendo Floramon que estaba dentro con Catherine y los niños, miraban hacia el cielo, mientras las anomalías no paraban.

Cody en america igual veía lo que pasaba del mismo modo y Armadillomon estaba alterado, algo los ponía nerviosos a todos los Digimons que estaban habitando en la tierra.

Entonces una enorme grieta apareció en el cielo de París, él cielo parecía partirse mientras las personas entraban en pánico, y una enorme ventisca sopló en toda la ciudad mientras el suelo temblaba.

— ¡La grieta se abrió! — Matsuda, el jefe de investigación en el centro de investigación y anomalías digitales quien monitoreaba el asunto entró en pánico.

— Oh no… lograron salir – Genai en el Digimundo también se percató… con un rostro lleno de pánico.

El cielo en París vio como una enorme corriente aire, relámpagos rojos y una neblina negra energía de esa abertura en el cielo, mientras Davis y compañía veían eso.

— ¡Kari!

— ¡T.K! — Patamon y Gatomon gritaron desesperados pidiendo a su compañeros que los hicieran evolucionar, mientras que T.K y Kari veían esto aterrados.

Una mano enorme con garras rojas salió de esa grieta alertando a todo el mundo, mientras que otras partes del mundo, habían otros desastres.

En Nueva York, Tai y Agumon vieron como un edificio era destruido mientras un Devidramon salía de este mismo, Mimi observó desd la ventana del departamento como un Parrotmon volaba entre edificios y lanzando rayos mientras mantenía a sus hijos detrás d ella, en Odaiba, Izzy miró desde su divina en el edificio como un SkullSatamon defendía del cielo aterrizando en el difícil contiguo.

Sora abrazaba a sus hijos, al ver como un DarkTyranomon que apareció de la nada destrozaba todo a unas calles, Joe y Gomamon corrían fuera del hospital mientras muchos Digimons que estaban en urgencias comenzaban a ponerse erráticos.

En el cielo de París, Poco a poco, la figura de un Digimon maligno emergía, extendiendo alas color púrpura como murciélago y cuernos blancos en su cabeza, y de su boca con colmillos enormes se emitía un poderoso rugido que atemorizó a todos, y entonces todo comenzó… el caos estaba aquí…

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N/A: Advertencia. El capítulo que seguirá podría ser demasiado caótico y hasta demasiado cardiaco.