Disclaimer:Todos los personajes, así como lo que podáis reconocer pertenece a J.K. Rowling.
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Hermione se dirigía con una sonrisa hacia el ministerio. Había pasado una mañana fantástica: había recuperado a Harry y Ginny, habían almorzado juntos y su hija se veía feliz de contar con tanta gente que la quería. Ellas habían estado siempre muy solas; es cierto que habían tenido a Mónica y Wendell( Hermione ya se había acostumbrado a nombrarlos así…después de intentar revertir el obliviate que lanzó a sus padres sin éxito se resignó a esconderlos en su corazón y comenzar a tratarlos como lo que eran ahora, sus amigos). Pero a pesar de tenerlos a ellos, Hermione siempre había sentido que le faltaba algo y al volver a Inglaterra recordó lo que se sentía al estar rodeada de sus amigos.
Ginny se ofreció para cuidar de Lyra para que Hermione pudiese volver al ministerio; esa tarde le tocaba declarar a Theodore Nott…sólo quedaba su declaración, al día siguiente dictarían sentencia a Draco.
Hermione avanzó por el vestíbulo con paso firme, necesitaba llegar antes de la hora para poder encontrarse con Theo. No había podido localizarlo en ningún sitio y Harry le había comentado que se había vuelto una persona muy reservada, la guerra le había pasado factura…igual que a todos pero a Theo en especial: Harry tenía a Ginny, Luna a Neville pero Theo estaba solo. Blaise estaba muerto, Snape que fue su mentor y se llegó a convertir en su amigo, también, Hermione desaparecida... Solo le quedaba Draco y éste se había rendido.
Subió en los ascensores y suspiró de alivio al ver que nadie más entraba; Justo cuando iba a presionar el botón la puerta se abrió de nuevo. Hermione resopló al encontrarse a la bruja que acaba de entrar en el ascensor, la persona que más podía irritar a Hermione: Rita Skeeter.
· Hermione Granger- los ojos de Rita brillaron con entusiamos- había oído que habías vuelto pero verte aquí querida, es más de lo que esperaba encontrar hoy.
· Buenas tardes- Hermione saludó por cortesía pero ni si quiera la miró; la bruja se ajustó las gafas y sacó su pluma del bolso-.
· Ya que estamos aquí,¿Me permitirías algunas preguntas para mí artículo sobre el Señor Malfoy?- la bruja sonreía falsamente mientras su pluma comenzaba a escribir sola-.
· No. No tengo nada que declarar- Hermione se acercó a Rita y la miró directamente a los ojos- espero que tu pluma no esté escribiendo nada sobre mí, ya sabes lo que puedo llegar a hacer.
La pluma de Rita dejó de escribir ipso facto y Hermione sonrió satisfecha. Rita mostró un gesto contrariado pero se contuvo, no tenía ganas de enfadar a Hermione Granger en un espacio tan reducido, desde que la encerró en ese bote sentía un poco de claustrofobia…había otras maneras de vengarse de la amiga de Harry Potter. La puerta del ascensor se abrió y la periodista salió apresuradamente dedicándole una última mirada a Hermione.
· Buenas tardes querida.
Hermione ni si quiera contestó. Detestaba a esa mujer y todo lo que representaba, el periodismo rosa enfundado en mentiras que promovía era repugnante.
Salió del ascensor y aceleró sus pasos. Cuando llegó a la puerta donde se celebraba el juicio ya había olvidado su encuentro con Rita.
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La noticia de que Hermione Granger había vuelto a Inglaterra y había declarado a favor en el juicio de Draco Malfoy había corrido como la pólvora por toda Inglaterra.
A pesar de que salía poco por el mundo mágico, Theodore Nott también sabía que Hermione había vuelto.
Theo había pasado mucho tiempo intentando encontrarla, se lo debía a su amigo. Pensaba que era la única persona que podría traer de vuelta la cordura en él, pero a pesar de sus esfuerzos y sus viajes jamás había dado con la chica.
Cuando Voldemort murió, se retiró a un apartamento en el mundo muggle a esperar su sentencia. Su juicio fue rápido, su papel en la Orden y el hecho de que no había matado a nadie le hicieron salir en libertad. El ministerio se había quedado con sus bienes materiales, la mansión Nott y la cámara de Gringotts de su padre como pago de la deuda para con el mundo mágico. Theo se mostró de acuerdo, no quería nada que hubiese pertenecido a su padre ni nada que le recordase el infierno que había vivido; solamente se quedó con una pequeña bóveda en Gringotts que había pertenecido a su madre: con eso le bastaría para sobrevivir hasta que pudiese encontrar algo en que trabajar.
Había pasado toda la mañana preparándose para su declaración, tenía que ser clara y rotunda o Draco no tendría nada que hacer. Es cierto, que la declaración inesperada de Hermione había arrojado bastante luz a la historia y ahora Theo entendía muchas cosas, quizás su amigo pudiese salvarse del beso del dementor.
Kingsley se había reunido con él después de declarar Hermione y lo había puesto al día, ahora la pelota estaba en su tejado. Miró el reloj de la cocina y decidió prepararse, no quería llegar tarde a la vista.
Cuando llegó al vestíbulo se apresuró hacia los ascensores. Esa tarde el ministerio estaba más silencioso de lo normal, el ministro Shacklebolt había dado la tarde libre a la mayoría de los funcionarios para que no se armase revuelo ante al juicio.
Nada más salir del ascensor la vio. Estaba sentada en el banco de espera de la sala y tenía los ojos cerrados. Quizás evaluando la situación mentalmente o preparándose para enfrentarlo, la conocía bastante bien y sabía que ese mente estaba trabajando por la manera en que fruncía el ceño. Theo sonrió, la había echado de menos.
· Hermione- la chica abrió los ojos de golpe y sonrió timidamente-.
· Theo…
El mago y la bruja se fundieron en un abrazo. Hermione comenzó a llorar silenciosamente, abrazar a Theo era como abrazar una parte de Draco; Theo siempre había sido la conexión entre los dos.
· ¿Qué haces aquí?- quiso saber el chico-
· Necesitaba verte antes de tu declaración…necesito estar aquí.- los ojos de la chica reflejaban angustia, Theo asintió y acarició su mejilla limpiando las lágrimas-.
· Tranquila, sabes que haré todo lo posible…- Hermione sozollo y hundió su cara en el pecho de Theo; el único que podía sentir su angustia igual que ella-.Oye, tranquila.
· Cada día que pasa pierdo la esperanza.
· No puedes hacer eso. Tenemos que tener fe…además, estoy deseando de ver la cara de ese engreído cuando descubra que hemos estropeado sus planes de ser besado por el dementor- El humor de Theo en un momento así hizo que Hermione sonriera-.
· Solo un Slytherin como tú bromearía con algo así.- Hermione apretó su mano- estaré esperando aquí.
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La sala se encontraba abarrotada. El murmullo cesó cuando los carcelarios trajeron al juzgado; Theo ya se encontraba en el centro de la sala, rígido como una tabla sin perder de vista a los miembros del jurado.
Draco tenía la cabeza gacha, no se atrevía a mirar a Theo. Era la única persona por la que sentía vergüenza de haber traicionado, él no se merecía su traición pero la ira lo había cegado tras la huida de Granger y Draco no reparó en nada, solo quería venganza. Usó su influencia con él para llegar hasta Snape y entregarlo ante Voldemort, se aprovechó de sus buenas intenciones para que le revelase los nuevos refugios a pesar de que Draco había abandonado la Orden…No; no podía mirarlo.
La voz del Wizenmagot lo sacó de sus pensamientos.
· …Y como iba diciendo Señor Nott. A vistas de que Usted ha sido un miembro concluyente de la Orden y gracias a sus actuaciones disfrutamos de este nuevo orden, tendremos en cuenta sus palabras. Debo recordarle que acaba de ser puesto en libertad recientemente, de no ser por lo mencionado anterior usted no podría testificar.- Theo irradiaba rabia en su interior, pero gracias a sus artes de oclumancia, su actitud era serena. A pesar de salir inocente iban a seguir juzgándolo, eso era algo que el siempre llevaría consigo ante la sociedad mágica-.
· Por supuesto mi señor. A pesar de como dice usted gracias a mis actuaciones disfrutamos de este nuevo orden…jamás olvidaré mi condición de mortifago.- Draco abrió los ojos sorprendidos ante la respuesta de su amigo, éste le dedicó una sonrisa cómplice y la sala comenzó a murmurar-.
· ¡Orden!- Tiberius lanzó una mirada asesina a Theo- Señor Nott, no vamos a entrar en esos debates. Su cometido aquí es otro- Theo levantó las manos declarándose inocente- Bien nos gustaría que hablase sobre el papel del Señor Malfoy en la caída de Lord Voldemort.
La sala entera guardó silencio. Theo carraspeó y comenzó a hablar.
Esa noche había sido una auténtica carnicería. El ejercito de Voldemort había irrumpido en uno de los refugios de La Orden y habían asesinado a niños y mujeres que se encontraban allí; Mcgonagall había caído junto a ellos, la única superviviente fue Luna Lovegood.
Theo se había refugiado en la Hilandera junto a Snape; intentaban elaborar una poción para contrarrestar los efectos de la nueva maldición que usaban los mortifagos para infectar la sangre.
Muchos miembros de la Orden sufrían las consecuencias y aún no habían dado con la cura. Esto los debilitaba en el campo de batalla y Kingsley había tenido que tirar del ejército muggle así como sus armas y tanques de guerra para poder resistir en las batallas.
Un ruido les hizo ponerse en alerta. Snape levantó su varita y se encontró a Draco frente a él.
· Sabía que eras tú, llegas tarde.-el tono de cansancio de Snape se hizo latente-.
· Te creía más inteligente Severus…pensé que, dadas las circunstancias ya no sería Guardian de este refugio.- los ojos grises de Draco se posaron en Theo- ¿Ocupados?
· Draco- Theo se acercó a su amigo- vuelve con nosotros…aún hay gente que te queremos.
· No me hagas reír Nott.- Draco miró con desprecio a Theo-.
· ¿Qué te trae por aquí? – preguntó Snape- no creo que vengas a ayudarnos a elaborar pociones…o quizás quieres recordar viejos tiempos en esta casa.
Los ojos de Draco destellaron furia y con movimiento ágil de varía lanzó un depulso que expulsó a Snape contra la pared.
-¡Draco! ¿Pero qué te pasa? ¿En qué te has convertido?- Theo corrió a ayudar a Snape-.
- ¿Qué en qué me he convertido? ¡En lo que soy! ¡Un mortifago!- gritó el rubio con los ojos inyectados en sangre-.
- tú no eres un mortifago…no le sirves a él, solo matas por ira. Te da igual matar mortifagos que miembros de la Orden.- dijo Snape levantándose del suelo- Sólo matas porque necesitas apagar ese sentimiento de abandono que sientes cada vez que piensas en ella.
- ¡CALLATE!- Draco levantó su varita de nuevo- Esa sangre sucia tiene los días contados. Ya he encontrado donde se esconden, antes de matar a esos búlgaros me revelaron donde está Krum…y ella está con él.
Snape se horrorizó. Si bien Krum no estaba con Hermione( aparte de Kingsley,Krum y él mismo eran los únicos que sabían la verdad) Krum estaba escondido para reforzar la tapadera, si Draco lo localizaba podría dar con ella.
· Lo repito. Tú lo único que buscas es dejar de sentir ese sentimiento de abandono y traición. ¿Crees que cuando la encuentres y mates a Krum volverá contigo?- Snape sabía que era arriesgado provocarle pero no tenía otra manera de enfrentarlo; Theo intentó intervenir pero Snape le hizo un gesto de que callase-.
· Voy a matarles.- dijo el rubio con voz firme-.
· Entonces el Señor Oscuro te matará a ti. Ya sabes que la quiere intacta…- Draco relajó los hombros; Snape tenía razón, el Señor Tenebroso le había dado otra oportunidad si le entregaba A Snape, el principal traidor de sus filas, le perdonaría la vida y le ayudaría a encontrarla. Necesitaba encontrar a Granger.-.
· Intentas manipularme…¿Profesor?
· Solo te ofrezco una salida, me importa tu vida y lo sabes.
· ¿Más que la tuya? – Draco río maliciosamente- que tierno profesor…
· Solo intento proteger al heredero del linaje Malfoy, algún día lo entenderás.
· Snape no…- Theo miraba a Snape con ojos suplicantes- Draco, para esto ya.
Snape petrificó a Theo y lo silenció. Draco abrió los ojos con sorpresa, empezó a sentir un leve temblor: Snape no iba de farol.
· Solo te pido una cosa- los ojos negros de Snape se clavaron en los grises de Draco- No me lleves ante él con vida.
Dos semanas después que Draco entregase el cuerpo de Severus Snape a Voldemort. La Orden había conseguido derribar varios refugios de mortifagos; Theo había encabezado las misiones, tenía que encontrar a Draco y arrestarlo. No había otra opción, ahora que estaba del lado de Voldemort de nuevo era muy peligroso y si encontraba a Hermione…
Theo usó sus conocimientos de magia oscura para rastrear a su amigo: Snape le había enseñado un poderoso hechizo de rastreamiento de magia ancestral. Debido a los lazos que los unían y la conexión que habían adquirido al tomar la marca tenebrosa, Theo consiguió conjurar el hechizo y localizar el escondite de Draco.
Draco no seguía órdenes de nadie, solo usaba la influencia de Voldemort para encontrar a Hermione y prefería esconderse solo; Cuando Theo lo encontró junto a su escuadrón, Draco no opuso resistencia. Estaba cansado de todo, y a Theo no podía hacerle daño: era la única persona que aún le importaba.
Meses después, Theo y Harry comenzaron a forjar una amistad poderosa. Theo había perdido todo y Harry…aún tenía a mucha gente, pero sus dos mejores amigos no estaban. La soledad y las ganas de ver a Voldemort muerto hizo que encabezarán las misiones de caza como las habían llamado: Cazaban mortifagos, los torturaban y sacaban información hasta que dieron con Voldemort.
El golpe final fue gracias a Draco. Voldemort se escondía en Malfoy Manor, solo un Malfoy podía abrir las protecciones. Al estar desaparecido, Voldemort pensó que jamás lo atraparían; pero se equivocaba, Draco estaba en las celdas de la Orden, esperando para ser trasladado a Azkaban una vez se restableciera el nuevo orden.
La mañana que Voldemort murió a manos de Harry Potter, Draco se sintió más vacío que nunca. Ni siquiera la venganza hacia sus padres al haber sido el responsable de la caída del Lord le daba consuelo. Ella no estaba y jamás volvería a estar.
El nuevo orden se instalaría como tanto habían deseado, ahora podrían estar juntos si quisieran…pero ella había elegido huir, había elegido estar con otra persona.
Esa fue la última vez que Draco se permitió pensar en ella de esa manera. Su corazón se cerró definitivamente, ningún sentimiento surgiría. Nada de odio, ni de rencor, por supuesto nada de amor. Nada. Hermione Granger no era nada.
