¡Muy buenas a todo el mundo! Sí, llevo un buen rato desaparecido y sin subir/actualizar nada de manera paulatina, como tanto me hubiera gustado. Una disculpa por eso. El día de hoy, y para futuro, les traigo un fanfic distinto y particular.
Este fanfic se títula "Bolt: La Odisea", y como dice la descripción del mismo, es eso básicamente lo que van a leer. Verán, hace poco encontré un musical que está siendo publicado, llamado "Epic: The Musical", y es un musical que justamente cuenta la Odisea de Homero (para los que no estén familiarizados, es la historia de Odiseo, rey de la isla griega de Ítaka, quién llevó 600 hombres a la guerra de Troya. Después de vencer en esta, Odiseo y sus hombres embarcan de regreso a casa, pero el camino se les complica, alarga, y dificulta, extendiendo su ausencia y provocándoles pérdidas, hasta que solo el propio Odiseo logra regresar con vida, habiendo perdido a todos sus hombres en el camino. De ahí el término "Odisea").
El musical es algo que me gustó mucho, la verdad se los recomiendo si es algo que les interese (las canciones están en inglés). Y, pues después de tener estas canciones en mente mucho tiempo, decidí escribir algo al respecto. Este fic rescata a los personajes de la película de Bolt, claro, y los pone en el contexto de la odisea. Está basado en el musical (no en la novela directamente, por lo que habrá discrepancias si la buscan como referencia), y se va a publicar un capítulo por cada canción del musical, probablemente cortos en su mayoría. Al inicio de cada capítulo les pondré en esta nota el nombre de la canción que le corresponde.
Si les gusta esto, me ayudaría mucho un review, o que sigan la historia. Siempre me motiva a continuar escribiendo y publicando (y quizás hasta renueve mi motivación con otras historias, pero no prometo nada.)
Ahora sí, dicho y hecho, espero que disfruten este primer capítulo, cuya canción correspondiente es "The Horse and the Infant", o "El caballo y el infante", de la saga de troya del musical EPIC.
Capítulo 1: El Caballo y el Cachorro
–Muy bien, todo el mundo acérquese –Murmuró Bolt, dentro del espacio oscuro y encerrado–; pongan atención. Ya estamos dentro, y falta poco. Casi es hora de hacer a los troyanos pagar.
Los demás animales, perros y gatos por igual, asintieron seriamente dentro de la penumbra, todos en perfecto silencio. Bolt sabía lo importante que era la perfección de este plan. Tras no haber podido atravesar las paredes de Troya por más que intentaran, Bolt y los demás habían ideado un plan: fingir resignarse, y "abandonar" un gran caballo de madera a las puertas de la ciudad fortificada, como ofrenda a los troyanos, y a los dioses, mientras se retiraban. Excepto que ese no era el caso, no. Dentro del caballo hueco, Bolt y los demás generales, capitanes, y comandantes, junto con un pequeño grupo de choque, se habían ocultado para infiltrar las murallas, con la idea de abrirlas desde adentro y permitir al resto de la armada arrasar con la ciudad, para terminar con esta tortuosa guerra de 10 años.
–Todos concéntrense –Los incitó el can blanco–, ahora es nuestro turno de vencer. Piensen en sus familias, sus esposas y cachorros. Están en casa, creciendo, preguntándose dónde han estado todos estos años –Bolt respiró profundo, centrándose para organizar a los guerreros a su alrededor–. Hagan lo que digo y los volverán a ver.
–¡Sí, señor! –Llegó el murmuro firme y obediente de los demás.
Bolt rápidamente les repasó el plan a los presentes: Dio debía liderar la carga; Agamo y sus hombres, flanquear a los guardias; Mene tenía la labor de abrir las puertas y permitirle acceso al ejercito para tomar la ciudad por completo; Teucer, el mejor arquero, se encargaría de cualquier resistencia o emboscada una vez los troyanos intentaran contraatacar; el pequeño Ajax, apenas más que un cachorro—aunque sorprendentemente fuerte para su edad—, era mejor dejarlo atrás, como refuerzo para dónde hiciera falta; Nestor era el más indicado para ir por Helena, recuperarla, y protegerla (toda una guerra por una hembra, quién lo diría); y Neo, encantado aceptó la misión de matar a los hermanos del príncipe Héctor, en venganza por la muerte de su padre.
Mientras Bolt terminaba de repasarles el plan, sus propias instrucciones le resonaban en la cabeza. –No lo olviden, ¿por quiénes viven? ¿Por quiénes pelean?
Para él, la respuesta era muy simple. Mittens, su gatita, su esposa; y Marcus, su cachorro, su hijo. 10 largos años, una guerra entera, y cada día, cada momento, él luchaba por la oportunidad de volver a verlos.
La noche comenzó a caer; el ruido de la ciudad alrededor del caballo comenzaba a disminuir, y el aire a refrescar.
Mittens,
Los murmullos de la gente disminuyeron hasta reducirse a nada. La gente se iba a dormir, segura de haber vencido en una guerra que apenas estaba por llegar a su cénit.
Marcus,
Incluso los guardias patrullando se escuchaban a lo lejos, hablando en tonos más relajados y tranquilos. No tenían idea de lo que iba a pasar.
Voy en camino.
El silencio se hizo total. Ni un murmullo de un guardia, ni un grillo, ni el viento soplando. En medio de todo el silencio, los presentes voltearon a ver al perro blanco cuyo plan los había traído hasta aquí. Bolt les devolvió la mirada, su expresión preparándose para lo que estaba por suceder.
–¡ATAQUEN!
El caos se desató en toda la ciudad. Los troyanos, durmiendo o reposando, tan solo empezando a creer que la guerra había llegado a su fin, fueron despertados violentamente al sonar de gritos de guerra, flechas siendo disparadas, metal chocando con metal. Aturdidos por lo que sucedía, nadie fue capaz de detener al perro enorme que corrió directamente hacia las puertas de Troya, activando su mecanismo para abrirlas, y dejando entrar a un ejército enorme de perros y gatos que soltaron toda su fuerza y furia sobre la ciudad.
En medio de la violencia, Bolt encontró oportunidad para revisar que sus hombres, y sus colegas con tropas a su cargo, estuvieran bien—tan bien como era posible en la situación actual. Y así era, la sorpresa sobre los troyanos fue tal, que pocos habían logrado reaccionar a tiempo. Viendo que todo progresaba al pie de la letra, el can comenzó a escalar una de las torres de la muralla, buscando realeza, soldados, o troyanos tratando de esconderse de la masacre.
Por el rabillo del ojo, el can vio un leve movimiento mientras seguía ascendiendo las escaleras. Pero al voltear, no había nada detrás. 'Un truco de las sombras,' pensó mientras regresaba su vista al frente para continuar subiendo. Pero el movimiento volvió a ocurrir, una, dos, tres veces más, y cada vez que Bolt volteaba, no encontraba rastro de… de nada. El pastor suizo aguzó los oídos y miraba constantemente por el rabillo del ojo, pero nada más sucedió. Eso, hasta que llegó a la cima de las escaleras.
De pronto, un perro grande, feroz y agresivo le enterró una daga a Bolt en el hombro, causándole un shock de dolor y sorpresa por la repentina aparición de este enemigo. Apretando los ojos y siseando de dolor, el can apuntó a sacar su espada para contraatacar… pero el enemigo se había desvanecido. Más que eso, la zona dónde había sido apuñalado no mostraba ninguna marca, y aun el dolor que le había causado el ataque se había ido.
–¿Qué… quién era ese? –Preguntó al aire, jadeando levemente por cansancio y confusión.
–Una visión –Retumbó una voz, grave y poderosa, antes de que un águila de gran tamaño apareciera en el campo de vista de Bolt, a suficiente distancia como para no ponerlo nervioso, y sin hacer intento de acercarse al perro–. Una visión del futuro, que solo puedes resolver aquí y ahora –Bramó el águila.
Bolt, sabiendo que esta entidad era divina, o al menos no mortal como él, meramente asintió con firmeza. –Dime cómo hacerlo.
–No creo que estés listo. Tienes una misión –La voz del águila retumbaba en las paredes de la torre–; debes matar al hijo de alguien. Un enemigo nunca antes visto, un enemigo que no huirá de tu poder.
–No digas más; sé que estoy listo. ¿Dónde está? –Bolt había enfrentado monstruos y otros animales antes, inteligentes y salvajes. No se detendría ante nada, en especial al recordar el tremendo dolor que la apuñalada de la visión le causó.
–No creo que estés listo –Repitió el águila, gesticulando con una de sus grandes alas marrones hacia donde el pasillo de la torre continuaba.
Cerca de una ventana de la misma, al estarse acercando, Bolt vio, envuelto en unas mantas, a un cachorrito. El águila gesticuló levemente con su ala, y el infante flotó con suavidad hasta quedar frente a Bolt, en el piso. Dormido, tranquilo.
–E-Es un cachorro –Musitó el pastor suizo, sintiendo que las palabras le fallaban–, es solo un bebé. ¿Q-Qué clase de amenaza representa para mí?
–Este es el hijo del mismísimo príncipe Héctor de Troya –Explicó el águila, su voz grave e imponente—. No será un cachorro por siempre; y crecerá para volverse un vengador, iracundo y furioso, cuando tú estés en tus años más ancianos. Si no lo matas ahora, destruirá todo lo que amas. Tu reino, tu palacio… a tu familia.
La cabeza le empezó a dar vueltas a Bolt. Había hecho muchas cosas durante la guerra, y antes de llegar a esta también; pero nunca se le había presentado una situación así. Pensando rápido, intentando ingeniar alguna solución alternativa, empezó a escupir todo lo que se le ocurrió; pero el águila tenía una respuesta para cada solución del can:
–Puedo criarlo como un hijo propio.
–Cubrirá tu palacio de sangre cuando le quites los ojos de encima.
–L-Lo mandaré lejos de aquí.
–Te encontrará, sin importar a dónde lo hagas llegar.
–M-Me aseguraré de que nunca sepa de su pasado, de dónde viene, o-o lo que hice.
–Los mismos dioses se lo dirán. ¿No lo entiendes?, tienes una elección en frente.
Los ojos del can se humedecieron ligeramente. Muchas cosas, sí, Bolt había hecho muchas cosas en esos años, pero matar a un cachorro…
–Por favor –Su voz temblaba un poco–; te lo ruego, no me obligues a hacer esto.
Pero el águila no se inmutó, ni su mirada se suavizó al hacer contacto con la del can.
–La sangre ya está en tus patas, Bolt. Lo único que puedes hacer, es elegir si es la de Mittens y Marcus, o la del cachorro frente a ti.
Y ese es el primer capítulo. Algo más corto de lo que acostumbro a escribir, pero cumple su función. Ahora, como va a ser un cap por cada canción de este musical, de una vez les aviso, parece que son en total 40 (de las cuáles solo 25 se han publicado), así que si logro alcanzar a las canciones con lo que llevo escrito, obviamente empezaré a esperar a que salgan canciones nuevas para escribir capítulos nuevos.
Una última nota, es posible que aparezcan personajes de mis otros fics, meramente para completar roles presentes en esta historia. Aun si las descripciones coinciden, probablemene estos otros personajes estarán aquí solo para rellenar algún espacio relevante. De mientras, los ya conocidos son Bolt (que está en el papel de Odiseo, claro), Mittens (como Penelope, la esposa de Odiseo), Rhino (como Polites, el mejor amigo de Odiseo), y Penny (ella va a suplantar el papel de la madre de Odiseo; a cambio será la persona de Bolt, como ya todos sabemos). Hay dos personajes más, uno es Jack, que vendría siendo el gato negro que molestaba a Bolt en el estudio (no tiene nombre oficial si mal no recuerdo, y está en el papel de Euríloco, el segundo al mando de Odiseo), y Marcus, que es un OC nuevo (y está en el papel de Telemaco, el hijo de Odiseo y Penelope).
