Capítulo 2: Solo Mimi Tachikawa
Había estado enamorado de ella desde que la vio hacia tres años atrás, cuando volvió de América, ya no era la niña de vestido rosa y sombrero de vaquero que lloraba por todo, no ahora era una jovencita con un toque americano, y con el pelo rosado cubierto de estrellas, esa vez algo en su corazón cambió. Y fue lo más hermoso que vivo. Después de ello Mimi regresó nuevamente esta vez para quedarse, a pesar de que ambos habían cambiado ella seguía siendo hermosa y aún más, había crecido un poco de estatura, y su cuerpo había cambiado por completo, era la mujer más bella que había visto jamás.
Algo que no sabía era que ella había estado enamorada desde 1999, aquella vez que lo vio en el campamento, pero por alguna razón jamás le hizo caso, ella lo veía luchar contra digimon malignos la veía proteger a su hermano y a todos, y le pareció tan apuesto. Pero él en aquel momento sólo estaba presente Sora, algo que no le agrado mucho, pero no podía hacer o decir nada por qué la vida de todo el mundo estaba en peligro.
Lamentablemente ella se había ido a América porque su madre tenía mucho miedo de vivir en un lugar tan inseguro como Japón. Pero volvía ocasionalmente, y se dio cuenta de que Yamato Ishida se había vuelto alguien tan apuesto. Después de que los niños elegidos del mundo volvieran a salvarlo, Mimi pasó el resto de las vacaciones en Japón, Yamato era un poco frío con ella, pero no sabía por qué, no era que la detestaba, si no que Yamato se sentía tan nervioso al lado de ella que no podía entablar una conversación decente específicamente con ella. Al final de las vacaciones de Mimi ella le dio una dirección de correo donde lo esperaba todos los días.
Después de esa vez comenzaron a hablar casi diario, pero por el cambio de horario alguno de los dos se tenía que desvelar conversando, y se turnaban el desvelo, que valía la pena.
En el cumpleaños número 15 de Mimi Yamato consiguió alguien que le hiciera unos dijes sus emblemas y le envió el de la pureza a Mimi mientras el llevaba el de la amistad. Al recibirlo Mimi se sintió más cerca de Yamato. A ese punto todos creerían que ya habían declarado su amor. Pero no fue hasta una semana antes de su regreso a Japón, una llamada telefónica fue lo único que les basto en ese momento.
—¿Qué hora es haya? — Pregunto Yamato.
—Las cuatro de la tarde—Dijo Mimi.
—Bueno, si no te digo esto realmente después de 2 años jamás te lo diré, y si no lo hago jamás podré vivir tranquilo—Yamato decía muy acelerado.
—Que pasa, me estás asustando, y como que ¿Dos años?
—Mimi, desde que volviste a Japón en el 2002 me gustas, me gustas mucho Mimi — Mimi enmudeció y solo se escuchó que Yamato por cobardía colgó la llamada.
Eran las tres de la mañana en Japón así que no insistió en la llamada.
Después de eso Yamato no volvió a volver a marcarle, lo extrañaba, pero él no lo hacía porque ya no quisiera estar con ella, si no que sentía tanta pena de que no le podría explicar nada a Mimi.
Una tarde Yamato practicaba con su bajo en la sala de su casa, deseaba realmente ser más valiente y volver a marcarle a Mimi y decirle todo con más calma, pero de eso habían pasado casi dos semanas, su padre estaba haciendo la cena cuando escucho el timbre.
—Te toca, si no esto se me va a quemar—Protesto su padre.
Yamato dejo de hacer sus cosas y fue con fastidio hasta la entrada de la puerta, al abrirla, no supo en qué momento alguien lo estaba besando y rodeándolo por el cuello, Yamato se sorprendió demasiado al ver que era Mimi la que lo besaba, no se pudo contener y la abrazo con muchísima fuerza dándole un giro en el aire.
—¿Quién es? — Su padre lo interrumpió de ese mágico momento.
—Mi novia—dijo soltando la un poco ladeando su cabeza hacia dentro de la casa.
—¿Tu qué? — Dijo su padre saliendo un poco de la cocina.
—Mi novia, Mimi Tachikawa— Yamato con una amplia sonrisa dijo. Mimi estaba muy apenada con eso, ni siquiera una proporción se había hecho con anterioridad y ya le llamaba novia.
Su padre se quedó muy sorprendido, tenía muchísimos años que no veía a esa jovencita, tan solo sonrió y entendía por qué tantos días de desvelo de su hijo.
—Pondré otro plato invitarla a pasar —Dijo su padre feliz por el.
A la semana siguiente le tocaba a Yamato ir a presentarse formalmente a casa de Mimi, estaba sumamente nervioso por todo y no sabía muy bien que decir.
—Te van a adorar—dijo Mimi.
—Si en aceite—La castaña rio por el comentario de su novio, ambos estaban afuera de la casa de la castaña—Mimi no soy de los de tu tipo, creo que se sorprenderán.
—Ah sí y ¿Cuál es mi tipo?— Interrogo la castaña un poco dudosa.
—Soy un aspirante a músico, a rock y tú eres una bella princesa—Dijo Yamato viéndola de pies a cabeza con un hermoso vestido rosado, mientras sonreía embobado.
—¿Y eso que?, me gustas, y mucho así que, que tienen que importarles, con que mis padres me vean feliz no importa si estoy con un vagabundo—Menciono Mimi algo que no le reconforto del todo a Yamato— Además no vienes como un rockstar, bienes presentable—Mimi dijo alisándole la camisa.
—Tai me la prestó, no tengo nada de esto—Dijo bastante apenado Yamato.
Pará su buena fortuna, los padres de Mimi lo recibieron mejor de lo que él pensó, lo adoraron como la castaña lo había prometido, fue la comida más familiar que tuvo desde que tenía 5 años, la madre de Mimi se había encargado de cocinar exquisitamente, mientras que su padre no lo vio en ningún momento con cara de celos o rencor como lo haría cualquier padre con su hija.
A partir de ese momento todo cambió en la vida de Yamato y Mimi, sus amigos se alegraron por ellos y todo en la vida parecía más brillante. Hasta que dos meses después los padres de Mimi tuvieron que volver a América por cuestiones del trabajo de la castaña.
—¿Tienes que irte? — Dijo Yamato una tarde mientras paseaban
—Es lo que están viendo mis padres, pero estamos a medio años escolar así que no lo sé aun.
—¿Y yo?— Yamato estaba algo preocupado por ello.
—Lo sé, lo sé, yo no te quiero dejar, no quiero tener una relación a distancia si no me moriría.
—¿Estas terminándome?— Yamato paro en seco dándole la espalda a Mimi.
—No, no te estoy terminando— Dijo Mimi abrazándolo por la espalda, Yamato tomó sus manos pero no volteo a verla—Quiero estar contigo, te amo—dijo haciendo que el corazón del chico se acelera.
Yamato se zafó de su agarre y la abrazo con tanta ternura.
—Yo también te amo, y me moriría si estoy sin ti—Dijo Yamato susurrando le al oído.
—¿Que haremos?— Mimi estaba a punto de llorar.
—Esperar— Dijo Yamato sin soltarla ni un minuto.
Los días pasaron, y los padres de Mimi no le decían nada aún, Yamato contaba los días, pero después de un mes más hablaron con Mimi.
—Hija, sabes que nos iremos—Dijo su padre, Mimi paro de comer—Pero es injusto que tu vayas y vengas de escuela en escuela, así que tu madre y yo hemos decidido que te quedes, pero no vivirás sola.
Eso le supo algo amargo a Mimi.
—¿Vivirás con tus tíos? — Dijo Yamato al teléfono cuando Mimi le comento lo ocurrido en su casa.
—Sí, tú conoces a mi primo, ¿Takato lo recuerdas?
—Creo, pero no lo he tratado del todo—Yamato estaba tirado en su cama mientras hablaba con Mimi—¿Y queda lejos de aquí?
—No mucho, es en la panadería que está por casa de ken.
Yamato resoplo en la bocina del teléfono, hubo un silencio incómodo por unos minutos, que a Mimi le parecieron horas.
—De acuerdo, es mejor a que estés a dos continentes de distancia—dijo Yamato después de un rato, una pequeña risa exclamó Mimi—¿Cuándo te mudas?
—El fin de semana, mis padres aún seguirán aquí.
—¿Te ayudo? — Yamato quería pasar todo el tiempo posible con Mimi y ver donde iría a buscarla ahora, ya que no estaba muy cerca de su casa.
—Me encantaría—dijo Mimi muy feliz.
El fin de semana llegó más rápido de lo que pensaron, y Yamato descubrió que su novia tenía más cosas de las que se ponía, todo el día tardaron en la mudanza. Decir que vivía con sus tíos era mera formalidad ya que casi todo el tiempo Mimi se la vivía en la escuela o con Yamato en la calle. Pero los cambios seguían viniendo, llevaban casi 6 meses de estar saliendo cuando Yamato un día llegó a su salón, muy contento abrazándola y dándole vueltas al aire, la sacó del salón, mientras todos sus compañeros observaban tal muestra de cariño
—Te tengo una gran sorpresa—Fue lo que le dijo de primera, Mimi no entendía muy bien lo que le quería decir—Me llamaron, nos llamaron al grupo y a mí, vamos a grabar el mes que viene, tenemos contrato por 2 discos para empezar—Dijo muy feliz a lo que Mimi dio un grito de emoción y brinco a sus brazos—Por fin después de esto tú y yo estaremos juntos para siempre — Dijo Yamato abrazándola con mucha ternura.
Mimi se sorprendió, no entendió muy bien que quería decir, pero tampoco quiso preguntar, por qué, qué tal si se hacía falsas ilusiones. Por la tarde Yamato reunió a todos sus amigos para contarle la noticia sobre su nuevo proyecto, todos estaban muy emocionados.
—¿Le dirás? —dijo Taichi jalándolo después de un rato.
—Aún no después de que grabemos es muy importante esto para mí, tiene que ser especial, y como se lo merece, no solamente algo espontáneo, qué tal si no funciona el disco, ¿Que le daré? Como estaremos juntos—Yamato estaba preocupado por el futuro.
—No creo que tenga inconveniente si no funciona—dijo Tai.
—Yo lo sé, pero de sueños no podemos comer—Yamato aún preocupado le respondió.
—Tranquilo todo saldrá bien.
Esos eran los planes a futuro de Yamato, algo que en ese momento no se imaginó que de cierto modo serían cambiados, y que cambiarían tan de golpe que Mimi se alejara de él por tanto tiempo, y por tanta distancia.
La llegada de Natsuo fue algo que él no se esperaba, y que en ese momento no estaba en sus planes, sabía que lo había arruinado, y que había traído a una criaturita al mundo sin siquiera estar preparado, y lo que más le dolía de todo eso era de que tenía que hacerlo el solo, era como una especie de prueba, se repetía, por haber arruinado las cosas con Mimi, la única mujer a la que en más de 16 años amo.
Hola mis estrellitas, traemos un segundo capitulo, recuerden que es un capitulo en el pasado y un capitulo en el futuro, este es un capitulo del pasado, un pasado muy bonito. Espero les guste y los estare leyendo
