-te pido perdón una vez más Asia-

-no te preocupes, fue mi error salir corriendo, no vi a donde iba- la chica afligida bajo un poco la mirada antes de sonreír tristemente, agarrando sus cosas hizo una reverencia, pero su estómago gruño, la chica se sonrojo y quiso escapar una vez más, pero fue detenida -tienes hambre, quieres un poco de pastel-

Shiro ahora tenía en sus manos un pedazo de pastel, con una sonrisa se la extendió a la pequeña Asia que miraba avergonzada.

-no gracias estoy bien- su estómago la traiciono otra vez cuando, volvió a gruñir como si realmente quisiera comerse así mismo, avergonzada como estaba bajo la cabeza incapaz de verlo a los ojos, Shiro soltó una carcajada leve y la miro con una sonrisa.

-que no te de pena, vamos come, podemos tomar un descanso allá- con un dedo señalo unos asientos en la vía pública, Asia lo miro y asintió no queriendo ser avergonzada más de lo que ya estaba, Olga lo miro y entrecerró los ojos.

-no teníamos que ir rápidamente a la iglesia- Shiro sonrió y extendió su mano -vamos sé que tú también quieres algo refrescante, que te parece si tomamos un descanso-

-no tenemos tiempo que desperdiciar, tenemos que llegar a Londres lo antes posible-

-tranquila, todo saldrá bien, disfruta del viaje y no te caigas en los obstáculos- señalando con un dedo a Olga, hizo una pose dramática antes de agarrar la mano de Asia -ven vamos Asia y déjame llevar esto por ti- con la otra mano agarro la maleta que tenía Asia y continuaron su camino.

Olga lo miro con los ojos en blanco, pero no se negó a tomar algo refrescante, necesitaba muchas cosas en ese momento y algo que la refrescara cambiaría su humor, pero su orgullo como directora la obligaba a seguir sus propias reglas, pero derrotada y no queriendo quedarse sola los siguió, aun con todos los problemas que tenía, Shiro mostraba un lado de la vida que nunca conoció.

Con Shiro dirigiendo el camino llegaron a una banca debajo de un árbol -bueno, pónganse cómodas yo iré buscar algo para tomar- sin importar su aspecto de enfermero continuo su camino llamando la atención de Asia que estaba comiendo el pastel -disculpa las molestias- Asia volvió a disculparse una vez más, creyendo que ella era el problema.

Dejando escapar un suspiro Olga se recostó sobre la banca -no te preocupes, no fui yo quien se ofreció a ayudarte, dime Asia, porque estabas corriendo-

Asia dejo su pastel que estaba a punto de comer y bajo la cabeza, Olga lo noto y no le importo seguir preguntando, necesitaba toda la información posible y un miembro de la iglesia sería una buena fuente de información -bueno Asia, talvez sea un poco molesto responder, pero me gustaría saber con quién hablo-

-a que te refieres- Asia pregunto confundida por como Olga cambio su actitud -debes saber que tu cara de chica buena no te ayudara-

¿chica buena?

Olga más molesta trato de seguir, pero Shiro llego con dos jugos, Olga levantó la mano para agarrar un jugo, pero Shiro golpeo su mano -oye tranquila, este es de Asia- con una sonrisa plasmada en su rostro Shiro le entrego a Asia el jugo.

Olga trato de agarrar el otro, pero este fue apartado cuando Shiro se lo tomo de un sorbo, dejando a Olga sin nada, la cara en blanco de la chica hizo que Asia la mirara preocupada.

-quieres tomar el mio- Asia ofreció su jugo a Olga, que al verla negó con la cabeza, no quería caridad de una persona tan débil como ella -no lo necesito- cruzándose de brazos volteo la mirada a otro lado, Asia lo noto y bajo la cabeza, Shiro dándose la vuelta miro a Olga -mira que tienes en tu cabello-

Levantando la mano a la oreja de Olga -que haces, no me toques- ella trato de golpear su mano, pero Shiro dejo caer en su mano una botella -no había más jugo y como no sé qué querías, te traje esta, mentira es jugo de manzana-

-vamos Asia bébelo antes de que se enfrié- Shiro se puso en medio para cubrir a Olga de la vista de Asia, no queriendo que Olga la molestara o le envira esas típicas miradas de enojo, Asia obedeció comenzando a comerlo.

Mientras Asia comía como un cachorrito, Olga la miraba con dagas en sus ojos, aun cuando ella lo negara, quería estar en la situación de Asia -eso fue refrescante, dime Asia conoces la iglesia de la ciudad- la chica con las mejillas regordetas por el pastel asintió ignorando sus sentimientos anteriores y más concentrado en la comida.

-bueno que te parece si nos llevas allá, me gustaría cambiar mi atuendo, no estoy acostumbrado a usar esto- Shiro señalo su ropa antes de mirar a Olga, dando una sonrisa perversa agarro la maleta de Asia.

-lista para continuar- la actitud alegre de Shiro desconcertó a Asia, pero dejándose llevar asintió feliz -claro-

El grupo de tres continúo caminando con una alegre vibra llamando la atención, Olga por su lado estaba molesta, no pudo dormir tranquilamente ni tomar un baño, su cuerpo apestaba y eso la molestaba, pero aun así se sentía extrañamente cómoda, como si actuar como una directora le drenara de vida.

-dime Asia, que te trae a esta hermosa ciudad- Shiro hablo de lo más normal y casual posible, pero Asia bajo un poco su cabeza -yo fui excomulgada- Shiro la miro y asintió dudoso por sus palabras.

-puedo preguntar porque te expulsaron, es extraños que la iglesia excomulgue a sus miembros, claro que amenos te hayas aliado con magus o hayas dejado vivir a un enemigo de dios-

-yo- la voz apagada de Asia alerto a Shiro y la miro de reojo -que hiciste Asia- la chica más apenada y con sus ojos vidriosos hablo -yo cure a un demonio- sus palabras llamaron la atención de todos, ya que la palabra demonio no era algo común de mencionar, incluso Olga pareció sorprendida por sus palabras.

-dime Asia, porque lo curarías, sabes que los demonios son nuestros enemigos-

-él estaba herido y yo trate de curarlo, no sabía que era un demonio hasta que lo cure y me mostro quien era- dejando escapar un suspiro Shiro la miro -porque tiemblas Asia-

-tú me abandonaras, no te culparía- Shiro la miro y se rasco la cabeza, mirando de reojo a Olga que estaba en su pose de (tengo pensamientos profundos y no me molestes) -mira Asia, tu pecado es grande, no lo digo porque odie realmente a los demonios, pero su existencia es una amenaza para los inocentes-

-pero él me trato bien, no quiso hacerme daño, el me agradeció con una sonrisa antes que los exorcistas llegaran- Asia ingenuamente trato de protestar y defender a un demonio -dime Asia desde cuando estas en la iglesia- confundida ladeo la cabeza -yo estoy desde que recuerdo, mis padres me abandonaron cuando era una niña-

-lamento preguntar eso, pero esto solo demuestra que eres ingenua, el mundo es más cruel de lo que te puedes imaginar- suspirando Shiro agarro con más fuerza la mano de Asia y su maleta, ambos siguiendo su camino.

Olga por su lado se mostró más precavida, si ella mencionaba el tema de los demonios con tanta normalidad, es porque el mundo estaba infestado de ellos, entrecerrando los ojos inspecciono su alrededor logrando ver una figura desde el techo de una casa, talvez los estaba siguiendo y ella no se había dado cuenta.

Con sus alarmas encendidas, continuo con mucha cautela no queriendo ser asesinada tan pronto después de haber muerto.

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Después de dos horas caminando, Olga estaba lista para desfallecer, sus piernas temblaron con cada paso que daba, siendo ignorada por Shiro quien charlaba alegremente con Asia sobre la biblia, logrando alegrar a la chica que antes estaba por llorar -aquí está la iglesia- Shiro elevo la mirada encontrándose con la iglesia y sonrió -sí que es bonito, vamos entremos a dentro- Olga agarrándose de la baranda continúo subiendo las escaleras a paso lento.

-yo agradezco tu ayuda, pero no puedo entrar- la voz de Asia resonó en el silencio de la escalera y jadeos de Olga, Shiro la miro y sonrió divertido -porque lo dices Asia, vamos, la casa del señor no rechaza a ninguno, eso incluye a gente que comete errores, pero a la vez que pueden ser redimidos-

Con una mirada señalo a Olga que lo miro furiosa -Asia trato de negarse, pero fue sujetada de la mano llevándola adentro de la iglesia, al entrar y abrir las puertas, hizo resonar el chirrido de las bisagras llamando la atención de todos.

Al dar unos pasos adelante una monja se acercó a ellos con una sonrisa, su escultural cuerpo estaba cubierto por las túnicas que traía, su hermoso cabello azul solo hizo resaltara esa belleza natural -bienvenidos a la casa del señor en que puedo ayudarlos-

-buenos días hermana, soy Kotomine Shiro y quería ver si nos pueden ayudar un poco- asiendo un gesto con la cabeza, señalo a las dos personas a sus lados, la monja al ver a la chica de cabello rubio cambio su sonrisa por una molesta -que haces aquí-

La monja miro a Asia con asco antes de voltear la mirada a Shiro -acaso no sabes quién es esta- Shiro miro a Asia que lloraba -claro que lo sé- la monja se acercó lista para sacar a Asia de la iglesia -maldita bruja, dios no quiere a traidores como tú en su iglesia- cuando la monja trato de sujetar su mano Shiro la detuvo -hermana, porque piensa que usted sabe lo que nuestro dios quiere, acaso la biblia no dice amar a nuestro prójimo-

-que puedes saber tu-

-oh claro que lo sé, soy un ejecutor de la santa iglesia-

-si eres realmente un exorcista de la iglesia, deberías matar a estos herejes- más furiosa la monja trato de golpearlo, pero esta fue arrojada al piso -dime hermana, le temes a la muerte- Shiro perdió toda amabilidad y ahora su pie golpeaba el pecho de la monja -porque haces esto- su rostro se tornó rojo por la falta de aire y la presión en el pecho de la mujer estaba aumentando -basta por favor-

Asia trato de alejarlo, pero no lo consiguió, así que solo se aferró a su pierna -déjala por favor, la estas lastimando- Shiro la miro con sus ojos llorosos y sonrió -Asia eres tan ingenua, acaso no lo vez- la monja en sus pies pronto comenzó a agitarse bruscamente, logrando alejarse cuando dé la espalda alas negras emergieron.

Cuando la criatura estaba a punto de sujetar a Asia, esta fue retirada por Shiro -estuviste a punto de engañarme, pero tienes poca paciencia- la criatura en un arranque de ira, se quitó los hábitos de monja, mostrando ahora su traje ajustado de una pieza -maldito exorcista, me las pagaras- extendiendo su mano, creo una lanza de luz que la arrojo a Shiro.

Agarrando a Asia, salto por los aires esquivando el ataque -no soy un exorcista, soy un ejecutor- soltando a Asia, Shiro paro en seco la lanza de luz que la criatura empuñaba con la intención de matarlo, cuando Asia estaba cayendo Olga se apresuró a salvarla, reforzando su cuerpo lo mejor posible.

Aun siendo un hechizo básico, no le vio la importancia de mejorarlo o aprenderlo bien, notando por primera vez lo útil que era, con la fuerza del ataque Shiro fue estampado contra la pared -veamos hasta cuando te dura esa sonrisa- con la criatura sonriendo desafiante, confiada como estaba no vio venir la cachetada por parte de Shiro, está a diferencia de muchos ataques estaba imbuido en mana, la cachetada no solo desoriento a la criatura, sino que la hizo estrellar contra la pared, dejándola inconsciente.

Cayendo al suelo con elegancia Shiro estiro los brazos sintiendo un entumecimiento en la mano, pensando la criatura era más resistente de lo que parecía, mientras movía sus manos, Asia corrió a su lado -te encuentras bien, estas herido- ella desesperadamente trato de curarlo, aunque su mano estaba entumecida por golpear algo duro, Asia agarro sus manos con cuidado y como si esperara un milagro cerro sus ojos, al hacerlo sus manos brillaron y la molestia desapareció.

-vaya, eso sí que fue raro- Olga y Shiro intercambiaron miradas mientras miraban el poder de Asia, luego de curar a Shiro miro a la criatura inconsciente, Asia no lo pensó mucho cuando fue donde ella y comenzó a curarla, Shiro la miro y sujeto sus manos -que haces Asia- la chica lo miro triste y bajo la cabeza, alejándose del agarre de Shiro -yo quiero ayudarla-

-sabes que intento matarnos- con una ceja levantada, Asia no dejo de mirar el piso mientras comenzaba a curar a la criatura -antes de encontrarnos, yo llegue a la ciudad y vine a esta iglesia, pensé que podría tener un poco de ayuda, pero me botaron, ella me había dicho que podría ir a otra ciudad a cuidar su iglesia, como una forma de redimirme de mis errores-

-bien dicho niña- Asia abrió los ojos con sorpresa cuando la criatura, la agarró del cuello desapareciendo en una tormenta de plumas cuando sus enormes alas la rodearon -y se marchó- Shiro comento confuso por toda la situación, Olga lo miro como si fuera un idiota.

-bueno, quien tiene hambre-

-qué demonios Shiro, acaso no viste que se la llevo-

-claro que lo vi, pero que quieres que haga-

-no sé, que la detuvieras, vi como luchaste contra lev en esa forma monstruosa tuya, se dé que eres capaz- dando una sonrisa giño el ojo y saco la lengua -no estoy del todo recuperado- además que esa forma es la más desgastante-

Olga se golpeó la cara, no queriendo continuar con la conversación, ahora estaba dividida en ir a buscar a la chica o continuar con su idea de formar una base -tranquila, porque te preocupa esa niña-

-a ti no te importa, si tú estabas muy apegada a ella-

-nada que ver, solo trataba de ganarme su confianza, no es que me importe, ni la conozco-

-eres tan cruel como un magus-

-tenemos que serlo, a diferencia tuya, los ejecutores tenemos que enfrentarnos a decisiones difíciles, si supieras como de sucio juegan los vampiros- dejando escapar un suspiro Shiro agarro la maleta de Asia, la cual fue abandonada en el suelo -bueno Olga, que te parece si tomamos un descanso-

-en un lugar como este, porque piensas que sería una buena base-

-simple, hay una barrera sagrada que rodea la iglesia, contra los demonios que Asia menciono sería una muy buena ventaja, además que tu pondrás tus propias barreras- estirando un poco más la columna noto la cruz de la iglesia quedándose a verla.

Olga no tuvo más opción que aceptar su petición, mientras ella salía y formaba algunas barreras, Shiro comenzó a limpiar toda la iglesia, después de un tiempo llegaron a las habitaciones donde dormían los miembros de la iglesia, notando que había restos de ceniza marcando el suelo.

-mmm parece que los miembros de la iglesia fueron quemados hasta desaparecer, pero me pregunto como lo hicieron- Shiro analizo las cenizas mirando fijamente que el piso no fue dañado en lo más mínimo -este lugar es extraño- Olga desecho las sugerencias de Shiro y se concentró en lo más importante que había encontrado, un baño gigante con una bañera de burbujas.

Su emoción era notoria cuando descubrió el baño, incluso llego a pensar que solo se encontraría con algo humilde siendo una iglesia, pero tener tales lujos la emociono.

Mientras Shiro terminaba de limpiar, Olga se tomó su tiempo al entrar en la bañera disfrutando cada segundo que podía del agua caliente, el agua perfecta y para su comodidad, varios productos para el cabello la relajaron, no es que se preocupara por su apariencia, sino que era algo relajante detener excesos que la recordaron a su posición como heredera de un noble y directora de chaldea.

-necesitaba esto- soltando un suspiro Olga dejo que todos sus problemas desaparecieran en la calma del baño, hasta que -sí, es muy relajante- la voz de Shiro sonó a su lado asiendo que se mostrara confundida, al abrir los ojos ella miro a su lado notando que estaba Shiro a su lado.

-hhhhhhhhhhhhhhaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa que haces aquí pervertido, fuera-

Olga comenzó a patearlo deseosa de votarlo, pero Shiro no se inmuto -que celosa, porque no puedo tomar un baño-

-esta es mi hora del baño fuera, puedes tomar un baño en otro momento-

-porque tengo que esperar, eres mala-

-maldito, no pienso tomar un baño contigo- mientras Olga salía del baño, se tropezó con sus pies por lo alterada que estaba, estrellando su cara contra el suelo y dejando que se le viera toda la gloria, derrumbada en el suelo, comenzó a maldecir y soltar lágrimas.

-que pasa, encontraste una moneda- son unes sonrisa divertida se movió en la bañera hasta ver a Olga con más detalle –fu fu fu te resfriaras si sigues ahí-

-esto no pasaría si tu no estuvieras aquí- señalándolo un dedo trato de hacerlo sentir culpable o miserable, pero no consiguió nada cuando movió la cabeza esquivando un hechizo -vamos el agua esta deliciosa- agarrando su mano la jalo bruscamente por el aire asiéndola girar antes de meterla al agua.

El agua salpico a sus lados ahora con ambos dentro de la bañera -mejor- Olga ahora estaba mareada y con sus ojos dando vuelta, soltando una risita Shiro volvió a su pose tranquila, Olga derrotada volvió a su posición recostada, pero esta vez cubriendo su cuerpo.

-como llégate aquí- Shiro tarareo una canción antes de sonreír –solo entre, acaso no vez mi ropa allá- señalando con un dedo a una canasta de ropa sucia –bueno, no te puedo culpar por tu asombro, realmente estabas perdida en tus pensamientos-

-como supiste de la criatura- Olga olvidando su vergüenza trato de mantener su mente ocupada para no centrarse en los abdominales del ejecutor -fueron los pequeños detalles de hecho, no me di cuenta hasta que noté el polvo en la cruz y en las bancas, normalmente se limpian cada día como un labor-

-te diste cuenta solo porque estaba sucio-

-las maravillas que descubrirías con tan solo prestar atención Olga- agarrando una esponja, comenzó a frotárselo contra la piel, cada rincón de su cuerpo, dejando a Olga embobada por su acción -ahora que aras-

-a que te refieres Olga-

-no lo niegues sé que iras por esa chica rubia-

-por ahora no, ir a buscar a siegas seria como ir a la guerra sin un arma, además estoy esperando a que nos vengan a matar-

-que quieres decir-

-las criaturas mágicas con un poco de cerebro son demasiado orgullosas, llegan a sentirse superior a los humanos incluso los vampiros que se creen la asistencia máxima, no dudan en matar a los que los ofenden-

-qué tipo de criatura crees que sean-

-pensé que podrían ser demonios, pero sus alas me hacen pensar que son un tipo de ángeles caídos-

¿ángeles caídos, como en la biblia?

-sí, no lo quiero pensar mucho, pero creo que este mundo aún está en la era de los dioses-

Olga al escucharlo se levantó olvidándose de su vergüenza, su rostro mostraba alegría y miedo a la vez, su lado magus asomándose por las posibilidades y materiales exclusivos a los que tendría acceso -y pensar que te avergonzabas por algo tan simple como tu cuerpo- al mostrar su desnudez, volvió al agua avergonzada, esta vez no queriendo sacar su cabeza del agua.

-en todo caso podemos tomar este lugar como una base temporal, hasta que esas criaturas se acerquen y lleguemos a interrogarlos-

-planeas torturarlos-

-tu extrañeza con esa palabra me dice que no estas acostumbrada a salir de tu biblioteca, pero sí, yo me encargare de la molestia, trata de encontrar un rumbo directora-

-oye, que querías decir con mi cuerpo-

-solo que me parece algo común en una chica de tu edad eso es todo, no es que fueras tan llamativa-

-eres un idiota-

-si lo que digas, bueno yo tengo que Salir, buscare una forma de reponer mi mana, no me gustaría que me atrapen de improviso, por cierto, la comida esta lista, tardaste más en crear barreras que en crear tu taller-

Levantándose de la bañera camino fuera del baño sin querer cubrirse, dejando a Olga sonrojada y molesta.

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Saliendo de la iglesia, Shiro sonrió divertido, desde que vio la iglesia y reviso sus almacenes encontró todo lo necesario para crear sus herramientas de trabajo, solo que le hacía falta un ingrediente extra.

Con una mochila llena de los ingredientes que llevaría, miro de reojo al tejado donde una notoria figura se hizo presente, después de caminar por callejones vacíos, espero que la criatura lo atacara por su forma despampanante de seguirlo, pero después de una hora cambiando en círculos se cansó de ello, usando una típica trampa, entro a una casa abandonada.

Esperando que sus altas expectativas no fueran destruidas, pero para su desconcierto al entrar en la casa, llego a entrar en medio de sala, solo para ver con decepción como una tormenta de plumas se arremolinaba mostrando esta vez a una niña.

-así que tú eres el exorcista que golpeo a Karawarner, siéntete afortunado humano, porque yo la gran Mittelt ángel caído de los Grigori te matare con mis manos-

-okey- la cara de Shiro era tan blanca e indiferente, que podría ser confundida con una estatua, la chica bajita mostro una orgullosa sonrisa desafiante y divertida que casi lo hizo perder la cabeza.

Pero no lo pudo aguantar, golpeándose la cara con todas sus fuerzas miro a la chica sorprendida por su acción -acaso mi resplandeciente belleza te ha segado, no te culpo humano, muchos matarían por ser mis presas, ahora conocerás el poder de los caídos- creando una lanza de luz, lo arrojo como una simple lanza normal, que, a pesar de estar hecha de mana, su velocidad era terriblemente lenta.

Confirmando algunas de sus dudas con su presentación, aria algo a lo que no estaba acostumbrado, golpear niños, esquivando la lanza de luz haciéndose a un lado, la chica mostro una cierta sorpresa, para ser cambiada por confusión, cuando su cabeza fue estrellada contra el techo.

No se dio cuenta de que fue golpeada en la mandíbula con tanta fuerza que llego a estrellarse con el techo que de por si estaba en deterioro.

La cara de la denominada Mittelt mostro ira absoluta, son su fuerza sobre humana destruyo el techo buscando con la mirada al exorcista -donde mierda esta, deja que te despedace- la cara de niña buena del ángel caído fue destruida ahora mostrando su verdadero yo.

-maldito humano muéstrate para matarte- buscando con la mirada en la oscuridad noto un pequeño movimiento en una esquina, sin pensarlo lanzo una lanza de luz dispuesto a matarlo.

Al golpear con la lanza de luz, la arrogancia de la chica se hizo presente caminando en dirección del edificio que temblaba -parece que eso fue todo, no entiendo porque a Karawarner le gusta exagerar- dándose la vuelta no vio venir un golpe en la cara dejándola desmayada, lo último de su visión fue ver como la casa se destruía y el exorcista caminaba con sus ojos rojos sedientos de sangre.

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Un canto es lo escucho, a pesar del tiempo que paso, lo reconoció como un cantico, un rito de algún sacramento que no entendía, era como si el escucharlo la dañara de cierta manera.

-parece que despertaste- Shiro con una túnica de sacerdote, similar a la que tenía en chaldea camino hasta el caído que abría los ojos -donde estoy, libérame humano- son una sonrisa fingida Shiro agarro algunos instrumentos de la iglesia que estaban alrededor de Mittelt

-qué demonios haces, libérame- ella volvió a exigir, pero Shiro no la escucho -liberarte de que- sus palabras confundieron a Mittelt que por primera vez se dio cuenta desde que despertó, normalmente ella seria atada o asesinada, era el ciclo de la vida y como actuaban los enemigos.

Al ver su estado desnudo, sus ojos se abrieron y su garganta dejo escapar un fuerte grito, ya que sus piernas y brazos no estaban -que demonios me hiciste- Shiro sonrió divertido mientras caminaba a la altura de la cabeza del caído -nada, solo necesitaba un componente que solo tu tenías-

Agachándose Mittelt noto que Shiro agarraba algunos mangos de madera que guardaba en una caja -maldito te matare lo juro- sus lágrimas comenzaron a caer, su impotencia era tan grande que la asusto, en su larga vida, nadie había podido hacerle sentir tanto miedo como ahora.

-vamos tranquila no es el fin del mundo-

-pero puedo ayudarte si tú me respondes algunas preguntas-

-como si te ayudara maldito humano- al tratar de escupir, solo se ensucio su cara.

-vamos no tienes que ser tan agresiva, mira, toma esto como una verdad de mi palabra-

Colocando su mano en las piernas amputadas de Mittelt, Shiro susurro -mutación activa- Mittelt apretó los dientes cuando una gran cantidad de dolor la invadió sobre sus piernas amputadas, en cuestión de un instante, la carne emergió de sus extremidades amputadas haciéndole aparecer un par de piernas.

-lo vez, puedo devolverte tus extremidades, solo tienes que responderme algunas preguntas-

-maldito… como…te…atreves…- Mittelt soltó algunas lágrimas, sus ojos brillando en un odio gigante -vamos no me mires, así, acaso quieres que te arranque tus piernas y las vuelva a hacer crecer- Mittelt se volvió pálida al escuchar su respuesta mostrando mucho miedo en sus ojos -no para por favor hablare-

-sé que lo aras, pero también quiero algo de ti- colocando sus manos en sus brazos, hizo que Mittelt gritara con más fuerza, con sus nuevas extremidades que ahora se agitaban de dolor Shiro la miro subiéndose sobre ella -necesito reponer mi mana y tú me ayudaras, toma tus brazos como un pequeño pago- lamiéndose los labios beso a la inmóvil Mittelt que lloraba del dolor.

-dime querida, quieres que me coma tus brazos o prefieres que comienza con tus piernas- lamiéndose los labios, dejo salir un poco de su saliva sobre el abdomen de Mittelt, el frio repentino hizo estremecer a Mittelt que trato de alejar, pero no lo consiguió –necesito reponer mana y solo consocio dos métodos rápidos, primero está el canibalismo y el segundo transferencia de fluidos-

-dime, ángel caído Mittelt cual quieres-

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Lamento la mala ortografía, que puedo decir estoy enfermo.