Del amor y otras molestias

Capítulo I

La flor y la espina

Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto, esta historia es de mi total autoría no está permitida su publicación en otros sitios sin previa autorización. -Azulen-

Ooc (Un poco, por el bien de la trama xD)

Nota: Esta es una colección de capítulos no lineales algunos largos, otros tipo viñeta, en este universo la masacre Uchiha y el ataque del zorro no ocurrieron.

•••

- ¡Haruno!

Detuvo su andar distraído y volteó hacia atrás para observar a un apuesto pelinegro trotando hacia ella para darle alcance, en su mano sujetaba un pequeño objeto de color rojo que pudo identificar como su monedero, por reflejo comenzó a tocar los bolsillos de su ropa de entrenamiento en busca del artículo sin éxito.

Con una sonrisa marca "Uchiha" el joven dejó el objeto en sus manos y cruzó los brazos por detrás de la nuca relajadamente.

-Gracias Shisui-san, el calor me tiene algo distraída- mencionó con voz cansada.

-De nada ¿Tsunade-sama o Itachi? – la repasó con cuidado de los pies a la cabeza, su ropa de entrenamiento estaba sucia y rasgada, ella le dirigió una mirada afligida bufando antes de asentir suavemente murmurando entre dientes un resignado "Tsunade-sama", el infinito cabello rosa se balanceó acariciando su espalda baja y liberando un inconfundible aroma a cerezos.

Sakura, la flor de konoha.

Ella reanudó la marcha guardando el pequeño monedero en el bolsillo derecho de sus capris negros de entrenamiento, el guapo pelinegro caminó a su lado ofreciéndose silenciosamente a acompañarla, eran amigos hace años, desde que Shisui acompañó a su equipo en un par de misiones salvándola en alguna ocasión cuando ella aún era una gennin y siendo el mejor amigo del hermano mayor de su compañero de equipo estaba acostumbrada a encontrárselo de vez en cuando en el distrito Uchiha o deambulando por la aldea, claro eso antes de que aquello ocurriera.

- ¿Y bien? ¿Qué haces en el mercado con pintas de haber regresado de la tercera guerra? – cuestionó el morocho con una media sonrisa.

La pelirrosa se encogió de hombros restándole importancia al asunto.

- Mi madre me pidió comprar un par de cosas para la cena, así que pasaría por aquí, aunque tuviera las piernas rotas, enfadada es una tirana- rio.

- Sabes que te cargaría si tuvieras las piernas rotas, Sakura.

La profunda voz masculina bien conocida por ambos llamó su atención acercándose de frente con andar relajado y una bolsa de compras en las manos, a Sakura casi le temblaron las piernas y no precisamente por miedo.

-Itachi-san- saludó.

Aunque Shisui era un poco más alto, Itachi era sin dudas más imponente, tenía la teoría de que Itachi Uchiha era el amor platónico de la mitad de las mujeres de Konoha, la otra mitad se debatía entre el amable y serio Shisui o el hermano menor de Itachi eso considerando a los solteros, pero eso era otra historia, vio su sonrisa amable extenderse por su rostro normalmente serio antes de avanzar con ellos hacia el puesto de verduras donde normalmente su madre hacia la compra.

Tomó la bolsa del pequeño mostrador entregando el pago en las manos de la amigable anciana encargada con un suave agradecimiento y una sonrisa.

- ¿No tienen nada mejor que hacer que acompañar a una damisela magullada hasta su casa? – cuestionó sarcásticamente sin mirarlos.

- ¿Y perdernos la oportunidad de custodiar hasta su hogar a la flor más ruda de Konoha? Ni hablar- la picó Shisui con una risilla.

Demasiado relajado para ser un estirado Uchiha.

Para su sorpresa Itachi asintió con gesto pensativo dándole la razón y siguiéndole el juego, debía estar de muy buen humor para hacer eso y un suave sonrojo tintó las mejillas de la pelirrosa.

- ¿Tu qué opinas Sasuke? - soltó de repente Itachi elevando la mirada hasta un árbol en frente.

Su compañero de equipo estaba sentado en la rama más gruesa aparentando estar ahí de pura casualidad, Itachi le miró con una ceja elevada, incrédulo, y el menor le dirigió una mirada asesina con el ceño fuertemente fruncido por revelar su presencia.

No es que haya estado siguiendo a Sakura o algo así.

-No te sientas mal, Sasuke, nos dimos cuenta de que nos seguías hace tres o cuatro cuadras ¿verdad Sakura-chan? - se burló Shisui- si también querías acompañarla pudiste bajar de ese tejado, pequeño.

No, honestamente estaba demasiado cansada para darse cuenta pero eso no tenían por que saberlo así que simplemente asintió con gesto ausente continuando su camino.

El sharingan rodó amenazante en los ojos de Sasuke arrancando una risotada en el mayor.

Normalmente Shisui era un tipo serio como un Uchiha promedio agregándole un toque gentil y educado, pero en momentos como estos Sakura creía que el chico tenía personalidad múltiple, luego recordaba lo mucho que disfrutaba de burlarse del hermano pequeño de su mejor amigo y lo dejaba estar.

Aceleró el paso hasta su casa pasando de los tres chicos y rebuscando las llaves en sus bolsillos descubriendo el corte de kunai que había dejado caer su monedero en primer lugar.

Genial…

Golpeó la puerta con fuerza sintiendo su mal humor incrementar mientras escuchaba de fondo a Sasuke tratando de atacar a Shisui con su katana sin éxito, no por nada le llamaban Shisui del cuerpo parpadeante ¿No? Si era más rápido que el retirado Cuarto Hokage y eso ya eran palabras mayores.

- ¡Hola, chicos! - saludó su madre alegremente arreglando su rubio cabello disimuladamente – ¿Se quedan a cenar?

-No, ellos ya se iban- se adelantó- Gracias por acompañarme Shisui-san, Itachi-san, Sasuke, buenas noches- la mirada malhumorada de Sakura hizo que un escalofrío recorriera la espina de Sasuke y Shisui sintiendo la silenciosa advertencia, Itachi solo asintió con una sonrisa gentil que sonrojó suavemente a la mujer mayor ganándose una mirada asesina de parte de su hija, y se retiró agradeciendo la invitación y tirando del cuello a Shisui que protestaba.

-Mi madre dará una cena en mi cumpleaños y estás invitada- soltó de mala gana y le lanzó las llaves que había perdido girándose sin esperar una respuesta.

Sasuke pareció dudar un segundo queriendo decir algo más antes de comenzar a caminar detrás de su hermano y Shisui.

-Si, ahí estaré, gracias- Atrapó las llaves entre sus manos guardándola en su bolsillo bueno y miró su espalda alejarse con una ceja elevada haciendo por costumbre un gesto con la mano en son de despedida antes de internarse en la casa cerrando la puerta tras de sí con un golpe seco mientras murmuraba un inaudible "Payasos".

Habían pasado cinco años, definitivamente aún guardaba cierto rencor hacia él, pero al menos había aprendido a dejar de odiarlo con el tiempo.

A sus casi diecisiete años, Sasuke sentía que fue ayer cuando la pequeña pelirosa lo seguía por toda la aldea revoloteando como un mosquito con su voz chillona y su molesta presencia debilucha, ahora a penas y volteaba a verlo, siempre con una mirada indiferente y su rostro estoico, ya casi nunca iba a comer a Ichiraku con el idiota de Naruto y él, y se pasaba todo el día entrenando con su estúpido hermano o con la Hokage.

Si, Sakura sonreía, solo que ya no le sonreía a él.

Si, Sakura era amable, solo que ya no lo era con él.

Le lanzó una mirada de profundo odio a la espalda de su hermano mayor pateando una piedra y adelantando el paso para no seguir viéndolo desde atrás, estaba harto de ser tratado como un niño por ese par de idiotas, sin importar cuanto se esforzaba...

Como siempre Itachi era infinitamente mejor, siempre a su sombra, su admiración infantil por su hermano se había convertido en una insana competitividad.

Incluso tratándose de Sakura, porque mientras él la había humillado ante toda su generación, Itachi había reconocido su valentía y brillantez aceptando entrenar con ella.

Ella siempre caminaba a la par que su hermano y Shisui, la aldea le temía y la admiraba por igual porque destrozaba montañas de un puñetazo y sus manos sanaban con talento y calidez, su padre reconocía que, de haber tenido una hija, le habría gustado sentirse orgulloso de una chica fuerte y brillante como Sakura, esa Sakura, la molesta niña llorona que ahora le miraba por encima del hombro como si fuera una triste cucaracha.

Igual que su hermano y sus miradas que en su tierna infancia le parecían tan amables, pero ahora eran… simplemente le asqueaban por ser condescendientes.

•••

Años antes…

- ¡SASUKE-KUN CUIDADO!- la pequeña pelirosa saltó hacia él empujándolo y recibiendo el impacto de la enorme serpiente contra la que estaban luchando por sus vidas en ese momento, la enorme rama del árbol se rompió cayendo un gran trozo sobre su pierna, la chica gritó de dolor al sentir el hueso partiéndose en trozos, arrancó su bandana ninja y la mordió para mitigar sus gritos y así no llamar la atención de otros posibles enemigos, justo cuando la enorme bestia estaba por engullirla y su cuerpo se paralizaba de dolor y pánico, una sombra veloz apareció frente a ella cortando la cabeza del animal y tomándola en brazos delicadamente salvándola de una muerte segura.

-Sakura y Naruto no pueden continuar y tu necesitas antídoto para el paralizante de la serpiente, el examen terminó- la potente voz de Itachi resonó en el claro ahora convertido en campo de batalla y su hermano menor demasiado debilitado para incorporarse le lanzó una mirada furiosa, apretó los puños con frustración mirando fijamente a Sakura con reproche, esta se encogió entre los brazos de Itachi avergonzada de haber fallado, él pudo haber esquivado el ataque no necesitaba que esa molestia lo salve, ya no le quedaba chakra y se desmayaría patéticamente en cualquier momento por efecto del veneno paralizante de la serpiente, unos metros por delante vio a Naruto inconsciente y una rabia indescriptible lo invadió antes de quedar en igualdad de condiciones con su compañero.

Había fracasado.

Cuando despertó en el hospital seis horas después Sakura llena de vendajes descansaba en la camilla de al lado y junto a ella en la otra camilla estaba Naruto aún inconsciente, la miró con profundo odio.

Todo era culpa suya.

No entendía por qué lo habían emparejado con esa chica, era una buena estudiante sí, pero era una inútil debilucha que debería de haber abandonado la vida shinobi desde la academia, no tenía ningún talento y ni siquiera pertenecía a un clan reconocido con una habilidad útil en batalla, no aportaba nada en las misiones y siempre estaba esperando que la salven, lloraba como si eso fuese a disuadir a los enemigos de matarla.

Aborrecía a la gente débil.

- ¿Despertaste Sasuke-kun?

Su voz delicada inundó la habitación haciéndole sentir profundamente irritado, más de lo que ya estaba, detestaba su voz chillona, Sasuke-kun aquí Sasuke-kun allá ¿No sabía decir otra cosa?

-Hn

Dio por respuesta, intentó incorporarse en la camilla, ella tenía un yeso en su pierna rota y vendajes en todo su cuerpo, antes de poder reclamarle por el fracaso del equipo en los exámenes chunin Kakashi entró a paso calmado saludándolos y detrás de él, su hermano mayor.

Sintió esos ojos analíticos sobre él, juzgándolo.

Desvió la mirada avergonzado de sí mismo, de su patética debilidad, Itachi se había convertido en gennin a los 7 años y en chunnin poco después, a su edad ya estaba liderando un escuadrón ANBU y a sus diecisiete años ya era uno de los shinobis más temidos y admirados del mundo ninja…

¿Y él? Él era el inútil hijo pequeño del líder del clan Uchiha, ni siquiera había podido aprobar la segunda fase de los exámenes chunnin, su logro más grande en la vida fue graduarse como el estudiante más destacado de la academia y no lo consideraba un logro porque Sakura siendo un estorbo era la segunda… era una decepción y nuevamente su padre lo regañaría por ser débil y lo compararía con su hermano que había derrotado a esa bestia con un solo brazo, sin que lo tocase una sola púa venenosa y todo eso mientras salvaba a Sakura.

-Está bien si no pasaron esta vez, Anko es bastante bruta con sus pruebas, tienen suerte de que Hokage-sama haya decidido poner vigilantes durante el examen para prevenir la mayor cantidad de bajas posibles- explicó Kakashi con voz monótona sin despegar la vista de su libro- pero acepto que esperaba un poco más de ustedes.

Sakura bajó la vista hacia sus muslos avergonzada y el largo cabello rosa cubrió su rostro ensombrecido por la tristeza y la decepción, la ira de Sasuke no hizo más que incrementar cuando notó las silenciosas lágrimas de la joven caer sobre las sabanas blancas.

Se sentía humillado y esa chica no hacía otra cosa más que llorar.

La madre de Naruto entró corriendo a la habitación zarandeando a su hijo por los hombros para despertarlo, detrás de ella con paso mucho más calmado y una sonrisa nerviosa iba el cuarto Hokage.

Genial, no podía ser peor.

Como si de una invocación se tratase su padre caminaba detrás de él con una dura mirada reprobatoria y una mueca de decepción, le miró un segundo desde la puerta asegurándose de que seguía de una pieza y luego volteó y se fue por donde vino, ni siquiera se acercó a preguntarle como estaba.

Bufó, lo que le faltaba.

•••

Una semana después la tercera fase de los exámenes chunin había comenzado y el equipo siete había asistido como espectadores por órdenes de su maestro, miró de reojo a su pelirosa compañera que ese día se encontraba muy callada y se había sentado junto a Naruto, su cabello ocultaba su rostro que parecía estar fijo en el combate que se desarrollaba en ese momento, ella no quitaba sus ojos de la chica rubia de la aldea de la arena que estaba luchando contra el chico vago del clan Nara, después de recibir una paliza por parte de la rubia pero ganarle de todos modos con una estrategia rebuscada, el tonto de Nara se rindió y se retiró del combate con aburrimiento.

Los combates de ese día terminaron sin novedades.

Fuera del estadio escuchó las muletas avanzando detrás de si y no pudo evitar explotar y voltearse irritado, entonces la vio, tenía la misma mirada afligida del hospital y parecía querer decir algo con todas sus fuerzas, la vio abrir la boca con intención de hablarle y la interrumpió al instante, a su alrededor todos los novatos y la gente de la aldea parloteaba sobre los exámenes ignorando lo que ocurría a su alrededor.

-Lo que sea que quieras decir ahórratelo Sakura, si no estamos ahí es culpa tuya, eres débil, eres un estorbo en este equipo, si te dedicaras la mitad del tiempo que desperdicias persiguiéndome a sol y sombra con tus chillidos sin hacer absolutamente NADAtal vez algún día podrías dejar de ser una piedra en el camino y dejarnos a Naruto y a mi avanzar, eres una molestia inútil, Haruno, deberías dejar la vida shinobi, esto no es para gente sin ningún talento como tú.

Y así sin esperar respuesta se volteó marchándose del sitio.

- ¡¿Oye idiota quien te crees para hablarle así a Sakura-chan?!- escuchó los berridos de Naruto de fondo y las muletas caer cuando la impresión de sus duras palabras le hicieron perder las pocas fuerzas que tenía para sostenerse, pero hizo oídos sordos, continuó avanzando con el ceño fruncido y la ira ardiendo en su sangre, venga, tal vez se había pasado un poquito.

Una gran mano en su hombro lo detuvo en seco, volteó con la mirada encendida de furia y se encontró nuevamente con los duros ojos reprobatorios de su padre y su ceño fruncido, había escuchado todo y estaba realmente cabreado.

Muy cabreado.

-No debiste hablarle de ese modo a tu compañera, discúlpate en este momento, ese no es el comportamiento que debe tener un shinobi de honor y menos un Uchiha- lo regañó fríamente y luego pasó de largo soltando el agarre de su hombro con brusquedad obligándolo a girar y percatarse de las consecuencias de sus actos.

De repente se fijó en el panorama encontrándose con aquella chica llorando desconsolada mientras era ayudada a ponerse de pie y se disculpaba con Naruto, Kakashi y los padres de Naruto profundamente con una reverencia, se inclinó también ante su padre disculpándose por su inutilidad y pidiéndole que no lo regañe más, asumiendo la culpa en medio de la mirada lastimera de los demás.

Es frágil, no está hecha para ser un ninja, ella debe rendirse- se repitió mentalmente autoconvenciéndose.

Una pizca de culpa lo invadió pues nunca la había visto llorar de forma tan desesperada y rota, comenzó a arrepentirse de haber sido tan duro con esa niña, casi voltea, casi regresa sobre sus pasos para disculparse, repentinamente se sintió como un canalla, puede que tal vez se haya dejado llevar por la ira.

Pero no lo hizo, siguió caminando sin detenerse hasta que la penumbra de su habitación lo engulló.

•••

Al día siguiente se encontró con Naruto esperando impacientemente a la chica pelirosa en la entrada del estadio para ver los combates programados para ese día, aparto su sitio pero ella nunca llegó, después de un fuerte regaño de sus padres e incluso de su hermano y el entrometido de Shisui le habían convencido de tragarse su orgullo y disculparse con su compañera porque su rabieta no era digna de un shinobi, en sus manos un pequeño bento que su madre había preparado como ofrenda de paz.

Naruto insistía en acompañarlo porque sentía que Sakura estaba cargando con todo sola cuando también había sido culpa de su imprudencia el fracaso en el examen y quería entregarle unas galletas que su madre le había ayudado a preparar a modo de disculpa, a pesar de que él no tenía nada por lo cual disculparse.

Naruto siempre había sido amable y comprensivo con esa chica molesta.

Cerca a la salida Kakashi apareció delante de ellos en una nube de humo y su rostro estaba completamente serio, apretaba con fuerza una hoja en su mano y miraba a Sasuke como si fuera a arrancarle su bandana ninja en cualquier momento y expulsarlo de la aldea a patadas.

¿Qué tenía esa niña de especial que todo el mundo parecía querer protegerla?

- Sakura habló conmigo y me ha presentado esta mañana su baja del equipo por escrito. Ella ya no formará más parte del equipo siete así que las misiones serán pausadas hasta que un nuevo integrante sea asignado- había un rastro de decepción en su voz y miraba a Sasuke directamente haciéndole sentir el villano de la historia.

"Aquellos que abandonan a sus camaradas son peor que escoria"

Como un flashback para torturarlo la voz de su maestro inundó su mente repitiendo esa frase que se había convertido en una de sus primeras enseñanzas.

Naruto se quedó estático en su sitio con una mirada profundamente adolorida antes de darle la espalda y desaparecer corriendo por un callejón con dirección a casa de la pelirosa.

Le preocupaba que Naruto se haya marchado corriendo en silencio, al menos si le hubiera insultado y gritado como siempre tal vez no se sentiría tan mal en ese momento, sabía muy bien la seriedad de la situación.

Sintió la penetrante mirada de su hermano clavada en su nuca como una navaja mientras caminaba hecho una furia con dirección a la casa de la chica dispuesto a cumplir su misión del día puesto que su madre le había prohibido ir a casa sin haber dado una disculpa a la pequeña pelirosa de su equipo y había encargado a Itachi asegurarse de que cumpliera, pero cuando llegó a casa de la chica su madre le observó con sorpresa informándole que Sakura había salido de casa muy temprano ese día y aún no regresaba y que Naruto también había pasado por ahí segundos antes preguntando lo mismo.

El Uchiha tuvo un mal presentimiento así que agradeció a la mujer por la información y sintiendo su orgullo retorcerse hizo una reverencia y se disculpó por la forma en la que había tratado a su hija ganándose una mirada confusa de la mujer que al parecer aún no sabía nada antes de escuchar su suave risa seguida de un "No hay problema Sasuke-kun, solo habla con ella sea cual sea el motivo por el que hayan discutido te perdonará en seguida, así es mi Sakura"

Se equivocó.

Tenía un mal presentimiento y no podría perdonarse a si mismo si por alguna razón sus palabras habían calado en ella tanto como para atentar contra su propia vida o abandonar la aldea.

Dejó de sentir la presencia de su hermano en ese momento, probablemente había regresado a casa a dar el reporte a su madre, rodó los ojos y empezó a deambular corriendo por la aldea buscando a la chica en todos los posibles lugares donde podría estar sin éxito, con el sol amenazando con ocultarse el último sitio en el que la buscó fue el campo de entrenamiento.

Sus ojos se abrieron con sorpresa cuando notó que su hermano no solo se había adelantado si no que parecía llevar mucho rato con ella entrenando, o más bien esquivando con agraciada facilidad cada intento de golpe de la niña mientras la contemplaba curioso y evaluativo, frunció el ceño sintiendo la rabia burbujear en su interior y de lejos le vio hacer una reverencia ante la chica que le dio una mirada confundida antes de negar vehementemente con las manos, luego ella le dio una de sus amables sonrisas luciendo como siempre y obligó a Itachi a erguirse solo para ella hacer una reverencia hacia él con profundo respeto y gratitud, seguramente disculpándose como siempre.

Vio a su hermano sonreirle suavemente y dar un pequeño toque en su frente como solía hacerlo con él cuando era un niño, apretó los puños con fuerza y decidió que la función de ese circo tenía que terminar.

Él no necesitaba que su hermano se disculpe por él como si fuera un mocoso incapaz de hacerse responsable de sus acciones.

- ¡Sakura! – bramó- ¿Eres una cobarde acaso? ¿Presentaste tu baja del equipo, vas a abandonarnos así porque sí? - escupió con rencor, vio a Itachi fruncir el ceño y lanzarle una mirada de advertencia, se estaba enojando y raras veces Itachi se enojaba, casi retrocedió ante la imponente presencia de su hermano, pero le dirigió una mirada furiosa indispuesto a ceder.

- Yo…- comenzó ella tímidamente- Tsunade-sama está en la aldea y yo le he solicitado ser mi maestra, accedió y viajaré con ella el resto del año para aprender ninjutsu médico, lamento no poder seguir siendo parte de tu equipo Sasuke-kun, pero es una oportunidad que no puedo desperdiciar… Deseo con mi corazón que puedas avanzar ahora que no estaré más, lamento mucho haber sido un estorbo y meterme en tu camino- su voz de inicio tambaleante aunque suave fue estabilizándose con convencimiento con cada palabra pronunciada y al mismo tiempo se sentía tan lejana, su sonrisa melancólica se dejó entrever.

Hizo una suave reverencia hacia él antes de dar un paso adelante con intención de marcharse.

Sasuke titubeó, chasqueó la lengua apretando los puños con frustración, lo aceptaba, lo había arruinado, había metido la pata hasta el fondo y ahora su equipo perdería un integrante.

-Sakura, en realidad lo que quiero decir es que yo... yo lo sie…

-No lo digas- ella negó con sus manos y una sonrisa forzada se pintó en su rostro, le dio un suave apretón en el hombro- no te disculpes, tu hermano ya lo ha hecho y tus padres y hasta Kakashi-sensei y el Hokage, realmente parece que se puso de moda ¿no crees?- rio- anímate, tienes a muchas personas que se preocupan por ti y están dispuestas a apoyarte Sasuke-kun- ella rio dulcemente como siempre y al mismo tiempo su risa sonó tan diferente en sus oídos y Sasuke la miró por primera vez, detalló la existencia de esa chica que tanto se había esforzado por ignorar y aceptó que sí, realmente ella le había salvado la vida, se había roto una pierna por él y había estado dispuesta a ser devorada por una serpiente para salvarle, la contempló por un momento fijamente, una dulce sonrisa, su rostro níveo ligeramente sonrojado que reflejaba inocencia y sus ojos jade tan claros como un estanque cristalino, ella era tan transparente, a pesar de lo mal que la había tratado sus orbes brillaban con gratitud, había algo en ese rostro angelical que lo hacía desear por un momento arrodillarse y rogarle que no se vaya y no entendía por qué.

Entonces la realidad lo golpeó como una roca, el inútil había sido él, se sentía culpable al dase cuenta de que ella había sido una niña valiente que se jugó la vida por él y él ¿Qué hizo para agradecerle? La humilló frente a todos y prácticamente la expulsó del equipo.

Desvió su mirada avergonzada sintiendo su verdad como un balde de agua fría.

- Mírame, Sasuke-kun- ordenó con voz firme sorprendiéndole a él y a su hermano y de repente su voz chillona ya no le parecía tan molesta ni tan chillona, la miró a los ojos y pudo ver en aquellos orbes jade la determinación y valentía ardiendo como el fuego- la próxima vez que nos veamos, te daré una paliza- ella sonrió de lado mirándole como nunca lo había hecho.

Como si repentinamente fuera una persona distinta, como si el estanque jade de sus ojos se hubiera llenado con algo más que agua y fue ahí cuando notó los nudillos destrozados y la ropa jironada de la joven y se sintió peor, realmente había entrenando y a saber cuánto llevaba en eso para verse de forma tan deplorable.

-Sakura, acepta esto- extendió el pequeño bento con dulces caseros hacia ella desviando la mirada- por favor- añadió en voz baja.

Su hermano sonrió satisfecho con un suave asentimiento de aprobación hacia la chiquilla pelirosa dándole una mirada amable de apoyo, ella asintió con un agradecimiento y simplemente se despidió cordialmente de ambos y se marchó corriendo aun cuando su pierna estaba recién curada y se suponía debía guardar reposo, volteó un momento para despedirse con un gesto de su mano y una gran sonrisa antes de desaparecer entre las calles de la aldea con el sol cayendo sobre su figura.

-Niisan ¿Cómo supiste que ella estaría aquí?

Volteó a mirar a su hermano seriamente y este se encogió de hombros dejando su pregunta sin respuesta, pero en cuanto a su misión estaba satisfecho al menos lo intentó, diría que ella no aceptó sus disculpas o algo así…

- Siempre ha sido muy tenaz- se limitó a responder el mayor, dejándolo aún más confundido.

Al llegar a casa, su madre les preguntó si Sasuke había cumplido con lo que le había ordenado a lo que Itachi solo asintió pasando de largo hasta su habitación, su madre no necesitó más y le dejó entrar a casa, por supuesto volvió a regañarlo cuando se enteró que Sakura había dejado el equipo por su culpa.

Un año y medio después Sakura ya no era Sakura, había crecido y cuando los miembros restantes de su antiguo equipo fueron a recibirla a las puertas de la aldea el día que se enteraron de que regresaría ella solo los miró de arriba abajo escaneándolos, saludó amablemente con una media sonrisa satisfecha y siguió su camino despidiéndose con un suave "Nos vemos luego" pero dado que volvió a irse por donde vino un par de días después ese "nos vemos luego" no llegó hasta medio año después con el regreso de Naruto y su padrino y el nombramiento de Tsunade Senju como quinta Hokage al retirarse el cuarto debido a una rara enfermedad que sería tratada por Tsunade y sus discípulas.

Poco después ella tomó el examen de chunin uniéndose a un equipo de chicas al que le faltaba un integrante, ese año las dos últimas fases del examen serian transmitidas por televisión y grandes pantallas en la plaza principal de la aldea, vio impresionado junto a sus padres e Itachi a Sakura arrasando con los exámenes y literalmente llevándose a sus compañeras en los hombros sin ayuda, se sentía congelado por la facilidad con que esa chica se movía, era una persona totalmente diferente a quien había conocido.

Ella ni siquiera necesitaba un equipo y la segunda fase se la comía con patatas.

Dominaba la tierra y el agua con maestría, su control sobre su chakra era impresionante e infinitamente mejor al suyo, se atrevería a decir que era perfecto, su taijutsu era limpio y su fuerza monstruosa destrozando gran parte del sitio en el que estuviera luchando en ese bosque con sus ya no tan delicados puños, la fuerza que guardaba en ese cuerpo tan menudo era increíble y lo mejor era la forma en la que después de dar tal batalla iba y curaba a sus compañeras heridas como si nada, un puñetazo suyo al suelo formó un cráter tan grande que la señal de la cámara que la seguía se perdió y la pantalla enfocó a otro equipo con los comentaristas aún hablando del desplante de fuerza de esa chiquilla que tanto recordaba a la Hokage en su juventud.

-Me pregunto si nuestros hijos heredarían ese perfecto control de chakra si me caso con ella - soltó Itachi como si nada y miró sin expresión a su padre y por primera vez Sasuke escuchó a Fugaku Uchiha reír abiertamente mientras asentía satisfecho dándole la razón a la mala broma de su hermano.

-Solo tiene quince años, déjala acabar de crecer al menos- respondió risueña su madre siguiéndole la corriente con el chiste.

Porque obviamente no podía estar hablando en serio ¿verdad?

- No si yo la conquisto primero- comentó Shisui apareciendo por la puerta del jardín como si nada con una sonrisa ladina.

¿En qué momento Sakura se había convertido en una soltera codiciada? Observó a su compañera en la pantalla a penas recuperaron la señal de su cámara, detalló su figura, había crecido, su cuerpo aún no tan desarrollado dejaba entrever una estrecha cintura y unas piernas torneadas, su pecho pequeño pero práctico para la vida de una kunoichi, sus brazos eran delgados, pero lucían trabajados, su postura era firme, su rostro aún conservaba redondeados rasgos infantiles que comenzaban a afilarse y su largo cabello rosa recogido en dos coletas que recordaban a la quinta Hokage con pequeños mechones enmarcando su rostro, jamás aceptaría en voz alta que su excompañera se estaba convirtiendo en una bella pero increíblemente poderosa ninja.

Pero sin duda lo más interesante eran sus ojos, ya no tenía esa mirada brillante e inocente que la caracterizaba, ahora esos orbes eran fríos, afilados y letales, unos ojos que ya habían visto demasiado de mundo quizás.

Hastiado de los comentarios de su familia decidió salir a caminar por la aldea sin rumbo hasta que empezó a oscurecer, sus pasos lo llevaron directamente a la casa de aquella chica y la vio entrar por la ventana de su habitación de un salto desde un tejado.

Era un ninja a fin de cuentas.

Escuchó el grito de la madre de Sakura reclamándole que deje de entrar de ese modo a la casa o le daría un infarto un día de estos y luego su risa cristalina.

Esa era la risa que recordaba.

Sorprendiéndose a sí mismo se encontró parado frente a su puerta dando suaves toques y un sentimiento de vacío que no supo identificar se instaló en su pecho cuando su madre abrió la puerta.

-Buenas tardes Mebuki-san.

- ¡Sasuke-kun! cuánto tiempo- le saludó amablemente la rubia- ¿Vienes a ver a Sakura? Pasa querido no te quedes ahí- rio y tiró suavemente de él hacia el interior de la casa sin dejarle responder.

La mujer amablemente le ofreció tomar asiento mientras ella iba a la cocina por té y algunos bocadillos. Se sentó en silencio en el sofá mirando al retrato del equipo siete que Sakura siempre había tenido en su habitación colgado en una pared junto a otros de ella en su infancia y más fotos familiares, su curiosidad quiso preguntar por qué estaba eso ahí, pero por supuesto se mordió la lengua.

Los minutos se convirtieron en una eternidad escuchando a Mebuki Haruno parlotear sobre su talentosa hija y cómo había arrasado en la segunda fase del examen ganándose la admiración de toda la aldea, aunque no era de un clan reconocido.

-Shisui Uchiha ha solicitado a Tsunade-sama integrarme a su escuadrón ANBU como médico- escuchó su voz emocionada descendiendo por las escaleras de dos en dos y el tiempo pareció correr más lento cuando finalmente la vio secando su cabello con una toalla y expresión atónita al encontrarlo ahí después de tanto tiempo.

¿Sakura? ¿ANBU?

- ¿Sasuke?

Su ceño fruncido fue reemplazado por la ligera expansión de sus orbes oscuros sorprendidos, era la primera vez en dos años que trataba directamente con Sakura, no era secreto para nadie que al regresar hace apenas un par de meses declinó la oferta de reintegrarse al equipo siete y estaba bajo órdenes directas de la Hokage tomando misiones en solitario o trabajando como médico para diferentes equipos en misiones peligrosas y asistiendo en el hospital, había avanzado a pasos agigantados en comparación con él y el resto de su equipo.

El equipo siete también necesitaba un médico y ella pasaba de ellos como si fueran basura, chasqueó la lengua malhumorado por el pensamiento.

- ¿Estás bien Sasuke?

No se dio cuenta en qué momento ella había terminado de bajar las escaleras y se había acercado tanto a él, el aroma a cerezos que hace tanto tiempo lo abrumaba le embriagó de forma agradable, provocándole sensaciones en el cuerpo que no supo identificar.

-Hn…-Respondió y sintió el peso de Sakura en el sillón al dejarse caer suavemente a su lado con una risilla.

-Sigues igual, deberías ampliar tu vocabulario Sasuke, ya no eres un niño- le regañó con un tono burlón que lo hizo sentir pequeño y ofendido.

Su ceño se frunció.

-Estoy bien, vine porque…

Se quedó en blanco.

Ella le miraba expectante por una respuesta, pero ¿Qué respuesta? No tenía idea de que estaba haciendo en ese lugar.

Pero su mente fue iluminada en ese momento.

-Vi el examen de hoy, vine a felicitarte por aprobar y recordarte que tenemos una cuenta pendiente- sonrió arrogante.

Un brillo que no supo identificar apareció en sus ojos verdes.

-Es verdad, te debo una paliza- sonrió de medio lado con superioridad- Mañana al atardecer en el campo 38- su sonrisa se borró y su rostro ausente de emociones hizo burbujear en Sasuke el deseo por la batalla.

Estaba ansioso por medirse con esa niña llorona, él tampoco había desperdiciado esos años.

Volvió a su casa ya muy entrada la noche con la ansiedad burbujeando en la boca del estómago anticipándose a la batalla que tendría con su antigua compañera de equipo, no es que le emocionara golpear mujeres, pero después de ese desplante de arrogancia realmente deseaba bajarle los humos a esa niña y demostrarle por qué subestimarlo era un grave error.

Llegó poco antes del atardecer sintiendo una estaca clavarse en su pecho al encontrar el campo completamente destrozado y a una jadeante y exhausta Sakura de pie sosteniendo con firmeza un kunai contra el abdomen de su hermano mayor y al mismo tiempo este sostenía su katana peligrosamente contra la garganta de la chica, frente a frente, sus rostros peligrosamente cerca y mirándose fijamente con la tensión flotando en el ambiente.

-Acepto mi derrota, Itachi-san- escuchó su suave voz acompañada de un suspiro exhausto pero divertido, dejó caer el kunai a un lado al momento que se dejaba caer sobre la tierra respirando agitada- Ha sido una sesión de entrenamiento muy fructífera- ella rio contemplando los colores del atardecer en el cielo con el campo de entrenamiento lleno de cráteres producto de sus fuertes puños, ella en el centro de todo el desastre.

Itachi soltó el aire que retenía en un bufido, una expresión cargada de confianza que Sasuke nunca le había visto hacer y luego rio suavemente dejándose caer como si nada a su lado, como si fueran amigos de toda la vida.

¿Qué estaba pasando entre esos dos?

¿Desde cuándo Sakura entrenaba con su hermano?

-Sakura- llamó.

-Oh Sasuke, lo lamento se me ha ido un poco la olla entrenando para la tercera prueba- ella rio abiertamente de una forma que a Sasuke no le pudo parecer más falsa.

Su incomodidad ante su presencia era notoria, la notó mirar de soslayo a Itachi.

Incluso había olvidado su combate ¿En serio lo estaba subestimando? ¿Ahora ella lo consideraba débil?

- ¿No pudiste esperar al atardecer como habíamos acordado? - reprochó.

-No había acordado entrenar contigo, acordamos que te daría una paliza, pero eso puedo cobrártelo cualquier otro día- su voz carente de interés acompañada de un bostezo no hizo otra cosa más que irritarlo a un nuevo nivel.

Sakura la inútil era una molestia, pero Sakura soberbia era aún peor.

La risilla mal disimulada de Itachi aún sin levantarse del suelo lo sacó de sus cavilaciones irritándolo aún más ¿Estaban conspirando en su contra? ¿Era un plan de venganza orquestado por Sakura durante todos estos años e Itachi se había prestado para aquello?

- ¿Crees que por lucirte un poco en un tonto examen chunnin ya eres la gran cosa? En el fondo sigues siendo la misma debilucha, Sakura- tan pronto como pronunció esas palabras un kunai le rozó la mejilla de forma indetectable pero aun así disimuló su sorpresa cuando la vio de pie.

-Por favor, me parece muy atrevido considerando que te venció una serpiente- se burló.

Esa definitivamente ya no era la Sakura Haruno que conoció.

Itachi rio pasando junto a ambos y saltando a un árbol cercano con intenciones de observar el combate que se avecinaba para instantes después ver a Sasuke fácilmente inmovilizado contra el suelo y con un kunai en la garganta.

-Esos no son los reflejos de un shinobi, Sasuke ¿Es que solo perdiste el tiempo todos estos años? - le susurró al oído haciendo bailar el kunai suavemente sobre su piel- perdiste ¿Qué vas a darme a cambio esta vez?

La ira le embulló ¿Quién se creía ella para hablarle de esa forma? Todos los vellos de su cuerpo se erizaron por la sensación de su aliento tibio sobre su oído.

Se soltó ágilmente del agarre de la chica mirándola con el entrecejo fruncido y el sharingan activado con su mano derecha lista para desenvainar su katana, su boca una tensa línea, siguió con su mirada atenta sus pasos de gata, ella se lamió los labios sosteniéndole la mirada fija aceptando el reto y lo siguiente que la vio hacer fue soltar sus coletas para cambiarlas por una coleta alta y la bandana ninja pasó de ser un cintillo a su frente, iba en serio, desde el árbol notó a Itachi acomodarse mejor observándolos con interés, era el momento perfecto para demostrarle a ambos lo mucho que se había fortalecido en esos años, ella no lo vencería, la haría regresar al equipo aunque tuviera que arrastrarla.

Si no fuera por el sharingan el movimiento de sus manos habría sido imperceptible, invocó una katana y eligió atacarlo de frente casi tomándolo por sorpresa al no esperarse esa iniciativa tan agresiva de su parte, casi pudo sentir la ira reprimida de la chica, su armas se encontraron, era impresionante la forma en que ella le seguía el paso, Tsunade era un ninja excepcional y uno de los tres legendarios sannin pero no era precisamente famosa por el uso de la espada entonces ¿De quién aprendió Sakura a luchar así? Increíblemente la fuerza potenciada con chakra de la pelirrosa resultó más peligrosa de lo que creyó, superaba con creces su fuerza física, la velocidad y firmeza de sus ataques le daban poco espacio para defenderse, se distrajo una fracción de segundo solo para notar la mirada orgullosa de su hermano contemplándola, por supuesto, ahora sabía de donde aprendió a moverse así con la katana, malditos sean.

La mínima distracción de sus ojos fue utilizada por la mirada felina de la joven para en un firme movimiento tumbarlo y casi acertar un corte mortal a su pecho pero el pelinegro se soltó ágilmente del agarre invirtiendo sus posiciones en un parpadeo solo para darse cuenta de que Sakura había usado un jutsu de sustitución y ahora mismo estaba inmovilizando un tronco.

-Muy lento- escuchó su voz delicada a su espalda.

- ¿Por qué entrenaste un par de años con la Hokage te crees en el derecho de despreciarnos? Me caías mejor antes, Sakura – su voz salió decepcionada sin poder disimularlo.

- ¿Cuándo besaba el suelo por donde pisabas? – respondió con osadía y molestia – No somos amigos Sasuke, así que no me hables como si tuvieras derecho a reclamarme algo.

Sasuke volteó, su rostro carente de expresión la miró sometiéndola a su escrutinio, si, no eran amigos, porque la Sakura que él conocía jamás lo habría tratado de forma tan prepotente.

-No pases tanto tiempo con Itachi, su arrogancia es un virus contagioso por lo que veo.

-A mí no me involucres en esto- la voz serena de Itachi se escuchó justo detrás de ellos, sonrió amablemente a Sakura- lo hiciste muy bien, te veo el día del examen, Sakura- se despidió desapareciendo en una nube de humo.

- Olvídalo, a él ya le gusta alguien ¿Lo sabes verdad? – murmuró en un tono burlón recibiendo una mirada indiferente por parte de la chica que ya había empezado a caminar.

-No tengo esa clase de interés en tu hermano, pero admito que es agradable entrenar y poder medirme con alguien tan fuerte y talentoso como él- untó sal a la herida con una sonrisa "inocente".

Sasuke apretó los puños, algo en ella le irritaba más que nunca, de repente volteó y le lanzó una mirada divertida sobre su hombro.

-Vamos a dejarlo por aquí, estoy exhausta y hace años que no nos vemos ¿Qué tal si vamos a comer tú y yo? - soltó como si nada.

El aire en sus pulmones escapó como un bufido y una risa incrédula.

-Acabas de decir que no somos amigos.

-Dije que no lo somos, no que no podemos serlo- ella sonrió y le guiñó un ojo iniciando su caminata.

Sasuke la siguió en una muda aceptación, porque aún tenían una conversación pendiente, no porque quisiera pasar tiempo con esa mujer petulante.

Sus pasos se detuvieron en una casa de té cercana donde ambos tomaron asiento en silencio y se perdieron en sus propios pensamientos mientras su orden era servida.

-Sakura- la llamó con seriedad sacando a la chica de sus pensamientos- Esto no acaba aquí, quiero la revancha y si te gano, serás el médico del equipo 7- apostó llevando el té hacia sus labios soplando suavemente.

Ella rio suavemente mirándole indescifrable.

-Pero si gano yo saldrás conmigo y cumplirás con todo lo que te ordene, por siempre.

Sasuke casi escupió el té lanzándole una mirada impresionada y Sakura rió esta vez un poco más fuerte mirándole divertida, tomarle el pelo a Sasuke Uchiha podría fácilmente convertirse en su pasatiempo favorito.

-Estoy jugando, Sasuke- su risa amainó hasta convertirse en un suspiro- no hace falta que apuestes por ello, Kakashi-sensei vino a verme por la tarde y decidí quedarme en el equipo, mi dimisión fue temporal con opción a volverse permanente, pero decidí regresar- declaró como si nada- ¿Me extrañas tanto como para apostar por ello? - le miró con fingida ternura apoyando el mentón sobre sus manos entrelazadas.

¿Es que ella estaba coqueteándole descaradamente?

Sus orejas y la parte posterior de su cuello ardieron con el pensamiento ¿O era el té? y una extraña sensación de alivio invadió el cuerpo del pelinegro al conocer lo dicho por la pelirosa.

-Pero por orden de Tsunade-sama tendré algunas misiones con el equipo de tu hermano mientras dure la baja de su médico, al ser mi capitán en ANBU hemos estado entrenando juntos hace algún tiempo- anunció con una sonrisa orgullosa.

La sensación de alivio desapareció por completo y la envidia corrió por sus venas reflejándose en una mueca reprobatoria.

- Creí que aceptarías trabajar con Shisui en su escuadrón- intentó que su voz sonara desinteresada, no lo logró.

Ella rio con suavidad internamente.

-Y lo hice, pero Itachi fue nombrado capitán para esta misión ¿Él es tan genial verdad? - suspiró- En fin… Tengo que irme ya- habló sin dejarle quejarse en voz alta por aquel anuncio- pero estoy feliz de que pronto volveremos a ser un equipo, espero que tú también porque será divertido ¿Aún siguen persiguiendo gatos perdidos? - soltó de repente con una sonrisa amable totalmente forzada y falsa que a Sasuke le pareció irritante.

¿Por qué Sakura aún parecía detestarlo? Se le notaba lo mucho que disfrutaba burlándose de él.

Se quedó sentado ahí unos minutos más contemplando la ausencia de su ahora nuevamente compañera dándose cuenta de que otra vez había dejado pendiente aquella disculpa que llevaba años guardando, pero por alguna razón se le revolvía el estómago al recordar su sonrisa falsa, la ira reprimida en sus golpes, su mirada despectiva, la cercanía con su hermano.

Era como si ella estuviera vengándose de él pinchándole en todos sus puntos débiles, ansiando hacerle perder los estribos otra vez ¿Qué quería comprobar? ¿Qué buscaba de él si no era una disculpa?

Una semana después de aquella conversación Sakura casi parte el estadio en dos de un puñetazo durante su combate y los espectadores tuvieron que ser evacuados, esa misma tarde ella emitió disculpas públicas por el alboroto causado y agradeció a su oponente por prestar tal batalla viéndose victoriosa mientras era entrevistada en el noticiario local para diversión de su hermano que como nunca estaba muy atento al televisor, si todos la habían visto luchar en vivo esa misma tarde, como miembro de la policía tuvo que ayudar a evacuar a la gente por su culpa.

¿Es que ella le interesaba en serio?

-Es tan parecida a Tsunade-sama- mencionó su padre sin mayor expresión- su combate de hoy fue impresionante, no había visto ese desplante de fuerza en alguien tan joven hace mucho tiempo, pero sin duda su visión estratégica en el combate y su agilidad son superiores, será una kunoichi de élite- comentó seriamente a su madre, asintiendo satisfecho con lo que había visto.

Mikoto sonrió complacida apoyando su mentón sobre sus manos sin quitar sus ojos soñadores de la chica entrevistada en el televisor, casi podía adivinar sus pensamientos.

-Es impresionante que sea tan fuerte como hermosa- casi suspiró encantada y volteó a ver a su hermano- supe que está en tu escuadrón, se amable con ella, recuerda que sigue siendo una mujer y las mujeres preferimos un trato delicado, pero al mismo tiempo debes reconocerla, no la hagas de menos o te verá como un bruto y te rechazará.

¿Sakura delicada? Rodó los ojos exasperados.

-Delicada y un carajo, casi me rebana la garganta- murmuró Sasuke entredientes dejando salir el pensamiento en voz alta sin querer.

Su padre sorbió de su té fingiendo no haber escuchado.

Itachi a su lado lo escuchó y casi no pudo reprimir la risilla que se le escapó.

-Gracias por el consejo, madre- Itachi sonrió divertido negando suavemente con la cabeza indispuesto a romper con las ilusiones de su progenitora, de vez en cuando estaba bien dejar a Mikoto Uchiha soñar.

¿Por qué sus padres están tan encantados con ella? ¿Es que tenía a todo el mundo hechizado? Ni siquiera es tan bonita ni tan fuerte ni talentosa como la pintan, solo está sobrevalorada por la novedad y porque es la discípula de la Hokage, ella siempre fue buena con el genjutsu ¿y si tenía a todos en un genjutsu? Nah, imposible, esa era su especialidad jamás lo atraparía a él ni a ningún Uchiha en un genjutsu de cuarta.

-También está en mi equipo- afirmó entrando en la conversación y abandonando sus pensamientos- cenamos juntos hace unos días y me contó que va a reintegrarse, estaba muy emocionada por volver a SU equipo- habló con seriedad aparentemente restándole importancia y miró de reojo a Itachi que le miraba con una ceja enarcada por el desplante de posesividad, bien quizás eso no era del todo cierto, pero él no era el único con derecho a presumir de tenerla en sus filas y alguien debía bajarlo de su nube de superioridad.

Su madre sonrió ampliamente satisfecha con su declaración y le tomó de las manos emocionada.

-Tienes que invitarla a cenar a casa, hace mucho tiempo que no la veo en persona, no pude felicitarla por su triunfo en el combate de hoy, así que debes traerla a casa a cenar la próxima vez que salgan ¿bien?

¿Salir? NO estaba saliendo con Sakura.

Miró de reojo a su hermano, su rostro estaba serio y había desviado la mirada al jardín con aparente desinterés, una sonrisa ladina triunfante no pudo ser reprimida a verlo derrotado en su propio juego, así que SI le interesaba Sakura…

Viéndolo así entonces puede que él SI estuviera saliendo con Sakura.

-Por supuesto madre… pronto traeré a Sakura para saludarlos- sonrió satisfactoriamente con un tinte de maldad sintiendo a su hermano mayor tensarse a su lado, el deseo de venganza burbujeó en su interior.

-No te molestes, hemos quedado dentro de un rato para una cena de escuadrón, le haré una invitación para cenar con nosotros mañana- Itachi se levantó como si nada, pero pudo sentir el aura de triunfo rodearlo mientras los chillidos emocionados de su madre hacían crecer el sentimiento de indignación que corría furioso por sus venas en ese momento.

Apretó los puños y se levantó pasando junto a su hermano dispuesto a encerrarse en su habitación el resto de la noche.

- ¿Vas a hacer una rabieta? - murmuró Itachi cuando pasó a su lado.

Era todo, estaba hastiado de su actitud, se volteó violentamente con el sharingan activado, su madre se tensó a su lado asustada de la creciente hostilidad entre sus hijos y su padre se levantó de su sitio con su sharingan rodando peligrosamente muy irritado en una amenaza silenciosa si decidía empezar una pelea dentro de la casa.

Itachi lo miró con indiferencia indispuesto a seguirle el juego a su hermano menor y solo se retiró de la estancia con una suave despedida y con el sonido del golpe seco de la puerta al cerrarse.

Escuchó a su madre suspirar profundamente- no puedo creer que haya llegado el día en que mis hijos se peleen por una chica.

Definitivamente NO era por ella, él no pelearía por Sakura ni aunque fuera la última mujer en la tierra.

Simplemente estaba harto de que su hermano siempre se salga con la suya, siempre obtenía todo lo que quería, en algún momento él tenía que perder también, estaba cansado de ser su sombra.

A él ¿Gustarle Sakura Haruno? Jamás.

-Hablaré contigo en el despacho.

La voz seria y profunda de su padre tintado de molestia lo trajo a la realidad de sopetón, sin ánimos de iniciar una contienda contra su padre se resigno a caminar perezosamente con dirección a su despacho al final del pasillo, otra vez le esperaba un regaño.

•••

- Feliz cumpleaños Sasuke – su voz suave y femenina adornó el silencio del jardín resonando en lo más profundo de sus pensamientos solo para arrancarlo de los recuerdos que llevaban día y noche ocupando su mente.

Volteó a su espalda sin mediar palabra para encontrarla de pie sobre el engawa apoyada perezosamente contra una columna con sus brazos cruzados sobre su pecho de forma altiva, cosa que no hacía más que recordarle a su insufrible hermano mayor, la vio acercarse casi con sigilo, así que simplemente se relajó y le hizo una señal con el mentón para que tome asiento a su lado, pasaron unos segundos en los que solo se escuchaba el croar de algunas ranas y el canto de las cigarras a lo lejos venir de la profundidad del bosque cercano.

-Siempre me ha gustado este jardín por la noche, es relajante ver tantas luciérnagas flotando y reflejarse en el estanque, ver a los peces nadando tan tranquilos me hace sentir reflexiva…

Sintió la calidez de su cuerpo acercarse al suyo cuando ella se sentó a su lado, la vio recoger una de sus rodillas para apoyar el rostro sobre sus manos cruzadas relajadamente con la mirada perdida en el estanque.

-Gracias- murmuró casi inaudiblemente, pero ella le escuchó porque giró levemente su rostro para acribillarle con sus grandes ojos jade que reflejaban las pequeñas luces que iluminaban el jardín y por un momento volvió a ver la dulce mirada de aquella niña a quien le había roto el corazón hacía ya tantos años.

- De nada, es tu cumpleaños, no deberías estar aquí solo cuando tienes a tantas personas esperándote ahí dentro para celebrar contigo - respondió con seguridad sin dejar de mirarle, ella le dio una pequeña sonrisa y se perdió por un momento en ese rostro angelical sintiendo la calidez subir por su espina haciendo arder sus orejas.

Malditas hormonas.

-No me refería a eso

Ella le miró expectante esperando que él continuara.

-Solo… tu me enseñaste algo importante- susurró regresando su mirada al estanque con un disimulado suspiro inusual en él y su helada personalidad.

-En ese caso yo debería darte las gracias, tu me diste la lección más importante de mi vida hasta este momento, gracias, Sasuke- una suave risa acompañó sus palabras haciéndole sentir por primera vez en cinco años que podía relajarse alrededor de esa chica.

-Sakura- la miró fijamente metalizándose a decir aquello que hace tanto tiempo llevaba guardando- no sabes cuánto lo siento.

El hielo que normalmente habitaba en sus ojos negros se derritió regalándole algo que nunca había podido ver en Sasuke Uchiha, una mirada realmente sincera y afligida.

-Si te da consuelo, debes saber que yo hace mucho tiempo que te perdoné- su pequeña sonrisa tiró de sus comisuras ampliándose suavemente y dándole un pequeño apretón en la mano derecha con su mano libre y entrelazando sus dedos.

Dirigió su mirada dubitativa hacia sus manos juntas sobre el piso de madera del engawa antes de continuar.

-No es justificación, pero supongo que me estaba dejando cegar por la envidia y terminé pagándola contigo, reconozco que ese día salvaste mi vida, gracias, Sakura.

Exhaló una risa atropellada antes de echar la cabeza hacia atrás riendo abiertamente, se sintió ligeramente intimidado y avergonzado porque se esperaba de todo excepto que ella empezara a carcajearse de él.

Torció el gesto con molestia sintiéndose repentinamente vulnerable deshaciendo el contacto de sus manos como si quemara e hizo ademán de irse murmurando un suave "Olvídalo" hacia el cual ella respondió tirando de su mano para mantenerlo en su sitio mientras limpiaba una lágrima traviesa que había escapado de tanto reír.

Era probable que todas las gamas de carmesí tintaran sus mejillas cuando sintió los suaves labios de la joven posarse en su mejilla en un casto beso.

-No huyas, todo está bien, Sasuke-kun- le sonrió con dulzura de una manera que no la había visto hacer en años y nuevamente la imagen de aquella chica que solía jurarle amor eterno regresó superpuesta sobre su versión adolescente.

Ella se puso de pie dispuesta a regresar a la pequeña fiesta con sus demás compañeros y él solo la miraba pasmado en su sitio aún sin poder reaccionar a aquel pequeño atrevimiento de su parte y antes de abrir la puerta se detuvo volteando ligeramente para mirarle antes de declarar.

-Fuiste la única persona que me trató con la dureza necesaria para abandonar mi cascarón, todos me trataban como si fuera de cristal así que simplemente fui débil e inútil durante mucho tiempo, me acostumbré a mi rol de damisela en apuros y confié en que siempre alguien vendría a mi rescate con la esperanza de que algún día seas tu quien me mire de ese modo, pero solo conseguí que me aborrezcas con justa razón, admito que empecé mi camino ninja con la única intención de poder estar cerca de ti, pero cuando me humillaste de esa forma ante todos y expusiste mi verdad, el odio que sentía hacia mi propia debilidad se convirtió en el alimento de mi fuerza y alimentaba también el fuego que sentía por hacer que te tragues tus palabras algún día y era mi razón de entrenar de sol a sol para ganar todo el tiempo que perdí amándote, por eso te agradezco Sasuke-kun, tu desataste un poder que ni yo misma sabía que tenía y me convertí en quien soy hoy.

- ¿Por eso me evitas y prefieres entrenar con mi hermano?

-uhm… no, eso es simplemente porque tu hermano es más fuerte- su rostro dibujó una sonrisa socarrona y maliciosa antes de perderse en el interior de la casa dejando su reacción en el aire.

Apretó los puños, pero esta vez aquella declaración no le hizo sentir un odio irreparable, solo le arrancó una sonrisa ladina y una ligera risa, como ella misma había declarado, alimentaba su furia, sus ansias de superarse a sí mismo para superar a su hermano algún día.

-Oye cumpleañero ¿Qué no piensas venir a soplar las velas? - su cabeza rosa se asomó por la puerta nuevamente con una gran sonrisa confiada.

El final de una era siempre significaba un nuevo comienzo.

¿Fin?

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NOTAS DE LA AUTORA:

Si, lo sé los que leen mis otras historias si están leyendo esto no me maten, esta historia me surgió de la nada, un día estaba trabajando y comencé a pensar en como habría evolucionado la personalidad de Sasuke de no haber perdido a su familia, el enfoque en ese niño caprichoso que admiraba a su hermano y que al crecer comenzó a sentir envidia y a querer sobresalir lo saqué de los episodios especiales del shippuden, el sueño de Tsunade, pero traté de llevarlo un poco más allá dándole un corazón y emociones a ese niño, pensé que un Sasuke que llegó tan lejos por su familia de no haberlos perdido ese sentimiento se redireccionaría hacia algo más y por eso el enfoque en Sakura en haber perdido a su compañera de equipo y su amistad de alguna manera, y que ella regresara golpeándolo donde más le dolería a este Sasuke, que es su orgullo, lidiar con la culpa y el peso de sus palabras para luego ser pasado por alto por esa persona que él creía más débil solo porque no fue capaz de ver más allá de sus capacidades y explorar esa parte de sentirse herido y confundido por haber subestimado a esta chica y ser despreciado, y por supuesto sentirse aún más pisoteado por su hermano al darse cuenta de que él sin conocerla pudo ver su potencial, más o menos de eso se trata esta pequeña historia, es más como un "What if" y creo que dejaré esta historia abierta, cada capitulo tendría inicio y final, el universo es el mismo pero las situaciones serían varias sin estar conectados los capítulos entre si.