Pues nada, el chofer deja a Luxemburgo en la entrada de la casa como siempre y Vincent va a recibirle para tomar la bolsa con el ordenador y hacer que la lleven al despacho como cada noche.
Galia y Britania están en donde las ha puesto Vincent, bebiendo... Britania un té, que es lo que ha pedido y Galia también porque uno no se casa con un británico o vive alrededor de ellos tantos años y no aprende a tomar té.
Luxemburgo se mira al espejo un segundo antes de entrar, se acomoda un poco el pelo, toma aire profundamente y pone su mejor sonrisa de "the show must go on" yendo para allá.
Britania le está contando a Galia un poco más de cómo ha ido el domingo que vinieron aquí.
—Allò —interrumpe un poco Luxemburgo, sonriendo.
—Ohh, —Britania se calla, se sonroja un poco y sonríe—. Hello
Galia se gira a Luxemburgo y le sonríe y él traga saliva un instante antes de volver a sonreír lo más natural que puede y acercarse a ambas a saludarlas de dos besos.
Britania se sonroja un poquito más con los besos, un poco tensa.
Galia le detiene un segundo después de recibir los suyos, mirándole a los ojos y haciéndole un cariñito en la cara, sonriendo.
—¿Estabas muy ocupado? —pregunta Britania sentándose otra vez.
—Un poco, ehm... pero siempre consigo organizarme —sonríe volviéndose a ella y rompiendo un poco el embrujo de Galia.
—Eso parece. Bien.
—Y a qué se debe esta encantadora visita, ¿queréis cenar algo? —pregunta él educadamente.
—Quería hablar contigo —interviene Galia.
—Ah, vamos a saco, qué bien —murmura un poco entre dientes—. Qué tal si... espera voy a pedir que me hagan un café y me siento aquí con vosotras.
Britania mira a Galia de reojo un segundo, la rubia asiente para Luxemburgo y luego mira a la pelirroja que le sonríe un poquito.
Galia le guiña un ojo a ella en lo que Luxemburgo vuelve y se sienta en el sofá con ellas.
Vale, más sonrojo para Britania, que sí está completamente en el embrujo de Galia.
—Bueno ¿Cómo has estado, Galia? Ya me han contado lo que ha sucedido... —empieza Luxemburgo.
—Bueno, no te mentiré y te diré que bien, pero mejor cada día —Galia se vuelve a Luxemburgo y le sonríe.
—Es solo cuestión de tiempo —interviene Britania.
—Ya, ya me imagino —Luxemburgo mira a Britania y asiente—. Yo... acabo de tener una pelea muy fuerte con Mónaco y te entiendo un poco.
—Ay, Mónaco. Ella es tan dulce... —suspira Galia con ensoñación.
—¿Has hablado con ella? —pregunta la Pelirroja.
—Eh... no desde que peleamos —admite Luxemburgo, vacilando.
—Bueno, esas cosas pasan, seguro pronto se reconcilian —sonríe Galia y le pone una mano en la rodilla al chico para confortarlo.
Britania parpadea. Luxemburgo traga saliva y mira a Britania de reojo.
—Si es que... quieren reconciliarse —aclara ella.
—¿Por qué no iba a querer? Estar enfadado no es divertido —asegura la gala.
—Ehm, Galia... —vacila Luxemburgo sin saber si esto es alguna indirecta o algo.
—Pero no es que vayan a volver a estar juntos —insiste Britania.
Galia suspira con eso y se vuelve a Luxemburgo muy seria. Este se tensa y se incorpora un poco.
—Lux... ya sé lo que estás haciendo —declara ella y el nombrado traga saliva.
—Y-Yo... Lo... Lo siento. Yo no...—empieza a justificarse, nervioso. Ella le frota con la mano en la rodilla y niega con la cabeza para detenerle.
—No pasa nada. Cymru es un hombre dulce y bueno y hace mucho que lo está pasando mal —asegura.
—Mmmm —medio protesta Britania y los dos la miran. Ella se sonroja porque ha sido un poco accidental—. E-Eh... yes, well... sí es un hombre —admite con lo único que puede decir, porque ¡no va a decir ella que uno de sus hijos es bueno y dulce!
—Bueno, obviamente una mujer no es —bromea un poco Luxemburgo.
—Eso es —Britania le sonríe un poco por sacarla del lío.
—¿Vas a estar bien? —pregunta Galia a Lux, que parpadea un poco.
—Ehm... Oui, supongo —vacila él.
—¿Por qué no iba a estar bien? —pregunta Britania en un susurro.
—Bueno, se ha peleado con su novia y ahora Cymru... Él puede ser confuso al principio cuando no le conoce —explica Galia con paciencia.
—¿Solo al principio? —Britania hace los ojos en blanco. Galia sonríe un poco y asiente—. Cymru Es toda una fichita...
—¿Fichita? —pregunta Luxemburgo sin entender mientras le sirven el café.
—Pues no es un angelito así todo suave como siempre parece ser —explica Britania—, supongo que a eso se refiere Galia con ser "confuso".
—Non —ella se ríe—. Me refiero a que es raro, le gustan cosas raras y le molestan cosas raras.
—¿Cómo qué? —Britania mira a Galia.
—No lo sé, le hacen gracia cosas raras y le gusta quedarse en casa y no ver a gente y todo eso —la gala se encoge de hombros.
—Ehm... well. He's... yes, weird —Britania se sonroja porque ella es igual.
—Solo dice algunas tonterías —responde Luxemburgo sonriendo de ladito.
—¿Y te hacen gracia? En realidad habla muy bien —sigue Galia.
—Uhm... bueno, oui—confiesa Luxemburgo
—Well, algo bueno debió sacar de esta familia... —comenta la británica—. Aun así ya es bastante sorprendente que te guste con lo estirado que es...
—¿Por qué no te gusta a ti? —pregunta Luxemburgo a Britania
—Bueno, no es que no me guste, solo es más estirado de lo que debería ser un hijo mío —Britania sonríe—. Pero hay a quien le gusta, no solo a ti.
—¿A ti te parece estirado? —le pregunta a Galia.
—Non, ella lo dice porque los otros tres son muy bestias —explica ella.
—¡Es estirado y propio! —protesta Britania porque todos los británicos están de acuerdo en eso. Incluido Gales.
—Pero eso no es algo malo —insiste Luxemburgo—. Yo también soy estirado.
—Tal para bloody cual. Si hábil para conseguirse gente estirada, es.
—¿Crees que yo soy estirada? —pregunta Galia y Britania la mira de reojo.
—Tú eres dulce y muy suave —baja la mirada.
—Nah, no lo eres —asegura Luxemburgo.
—Y sí un poco... Bueno, no tienes una sola gota de bestia, Galia... pero no, tú no eres propiamente estirada —concuerda Britania.
—¿Por qué no? ¿Qué significa ser estirado entonces? —Galia les mira a uno y otro un poco confundida.
—Ser pesada, así con un postureo como si fueras algo que no eres. Tú si eres lo que eres —explica Britania.
—Snob —asiente Luxemburgo.
—Oh —les mira a los dos—. Como eso que hace al hablar. Lo que decíamos antes el acento —le imita un poco.
—Ah, yes. Exactly like that, my daaaaling —Britania le imita bastante mejor cerrando los ojos—. I cannot believe you are so ridiculous. I'm flabbergasted
Luxemburgo muere de risa con eso y Britania se ríe también.
—Tú no haces eso, pero este chico si hace cosas así. Tiene un baño de oro —Britania acusa a Luxwmburgo.
—Oh, ¡venga ya! Y a ti te encantó —protesta Luxemburgo riéndose.
—Es... no es horrible, pero ¡es posh! —se devuelve.
—No es posh si tienes dinero para tenerlo y vaya que le gustó, casi me pide matrimonio en ese baño —le cuenta a Galia, señalando a Britania, riéndose.
—What the hell! No! —protesta Britania y se sonroja un montón.
Luxemburgo se muere de risa otra vez y la verdad, Galia levanta una ceja con esto...Luxemburgo haciendo de las suyas con los británicos.
—Bueno, ¡el asunto aquí es que no te pedí matrimonio! ¡Solo estábamos hablando!
—Dije casi —le sonríe.
—¡Pues por si acaso! —igualmente le fulmina un poquito.
—Y solo porque estás enamorada de otra —añade, tomando un sorbito de café.
Britania abre la boca y mira a Galia, sonrojándose tres veces más.
—Shut up!
Y vuelta a reírse, Galia les mira un poco como un partido de tenis y suspira.
—No digas... no... ¡Ugh! ¡No hables! ¡Estamos aquí para hablar de Cymru!
—¿Pero qué dijo? —pregunta él.
—N-Nothing! ¡No dije nada! —chilla Britania.
—No, no, me refiero a ella—insiste Luxemburgo.
—E-Es... eso no te importa —Britania le mira y vacila, porque además Galia dijo que ahora mismo, no.
Él parpadea porque al estar aquí las dos, pensaba que la respuesta era otra.
—Ehm... Bueno, entonces... Galia —decide mejor cambiar de tema, en plan diplomático.
Britania aprieta los ojos, momento trágame tierra y Galia mira a Luxemburgo
—Siento... Mira, no sé qué te han contado, pero Cymru y yo solo somos amigos. Le ofrecí a quedarse aquí unos días porque dijo que no quería volver a su casa con todas sus cosas.
Britania mira a Galia de reojo solo un segundo
—No es eso lo que dicen todos —responde ella suavecito.
—Ehm... M-Me parece que Rome y Britania se hicieron una idea un poco equivocada el domingo.
—Que va, si Cymru llegó a la sala en pijama y... muy feliz —le acusa Britania y Luxemburgo se sonroja pero sonríe un poco—. De hecho, sinceramente, parecería que llevaran bastante tiempo haciéndolo
—Non, non, eso solo fue... —aprieta los ojos—. Acabábamos de despertar.
Galia mira a Britania
—Es decir, se acostaron hasta muy tarde, durmieron juntos y llegamos nosotros antes de lo previsto —explica la pelirroja.
—N-No... Dormimos juntos, o sea... nos quedamos dormidos viendo una película, ¡por error! —se defiende Luxemburgo.
—Ya, claro...
—De veras, solo somos amigos. Hemos dicho que hasta que él no esté mejor con lo de... bueno, su matrimonio no... —Luxemburgo señala a Galia.
—Es que es muy pronto... —Britania mira a Galia de reojo.
Galia suspira para ambos.
—Entiendo que penséis eso, pero Cymru... creo que Cymru necesita otra persona, no estar solo —explica ella.
Luxemburgo parpadea con eso.
—¿Por? Por lo que se, estuvo solo por años —comenta Britania, mirándola.
—Y bastante se le agrió el carácter, por lo que sé —replica la gala—, Me costó un poco que empezara a calmarse.
—Bueno, pero tampoco se le puede pedir a alguien estar con alguien más solo para salvarle de que se amargue —replica Britania.
—Yo solo digo que si le gusta, no esté deteniendo esto por Cymru. Otra cosa es que tú necesites tiempo por Mónaco —asegura para Luxemburgo.
—¿Tú necesitas tiempo con Mónaco? —Britania mira a Luxemburgo.
—Pues... T-Tal vez, la verdad, ella fue un poco... —el chico vacila, porque no quiere decir esto necesariamente así, pero...—Mala. O sea, entiendo que yo le frustré y desesperé, pero no había ningún motivo para ser desagradable.
—Así que tampoco la echas mucho de menos... —Britania sonríe de ladito.
—Bueno, teníamos una relación desde hace muchos años pero era... no estoy seguro de como describirlo —admite él, sin mirarla.
—Yo creo que erais... discúlpame si no es así, pero creo que erais buenos amigos —sentencia Galia.
—¿Q-Quoi? —Luxemburgi levanta las cejas con esa conclusión—. Non, es decir... éramos pareja.
—¿Por qué se acostaban? —pregunta Britania.
—Oui, oui, pero vosotros... parecíais muy... os entendíais muy bien, pero no os prestabais atención, esas cosas se notan —sigue la gala.
—Pues como tú y Cymru, Galia—susurra Britania mirándose las manos
—Oui —asiente ella.
—Se quieren y se llevan bien, pero... no funcionan.
Luxemburgo traga saliva.
—Iguales. Ambos necesitan un... Cymru, tú —le señala—. Y... bueno, a a-alguien más.
—No lo sé... —suspira él.
—No tengas miedo —pide Galia
—Cymru Es... Difícil pero no atemorizante —añade Britania. Luxemburgo la mira—. ¿Lo que te da miedo qué es?
—No... Quiero que... es difícil de explicar —no las mira. Galia le mira de reojo.
—Venga, podemos ayudarte quizás. Le conocemos bien —Britania presiona.
—E-Es... no es nada, en serio —sigue, mirando su tacita de café.
—Una vez... acabábamos de mudarnos a la casa en Cardiff —empieza a contar Galia y Luxemburgo le mira—. Teníamos todo en cajas por todos lados, especialmente cajas de libros. Él tiene muchos, muchos libros. Yo no tenía nada pero trajimos algunas cosas de su otro apartamento que nos podían servir mientras no teníamos los muebles nuevos.
Britania la mira también, interesada en esta historia, acercándosele un poco.
—Y los muchachos de la mudanza dejaron las cosas por todos lados, pero él insistió en que no quería que nadie estuviera revolviendo sus cosas y sus libros, que lo colocaría en su sitio él mismo, así que los chicos se fueron y nos quedamos en la casa vacía los dos solos. Tenía un eco horrible que me hacía un nudo en el pecho cada vez que algo sonaba —se lleva una mano al pecho para ilustrarlo.
Luxemburgo la mira parpadeando un poco con eso.
—Pues es que nunca quiere uno que revuelvan sus cosas —murmura Britania porque esa parte la entiende.
Galia mira a Britania y sonríe.
—Le dije lo del eco —sigue explicando—, así que me dijo que eso pasaría cuando la llenáramos, pero que podíamos abrir las ventanas. La verdad, llevábamos días empaquetando sus libros y estaba ya un poco cansada de todo, de hecho, hasta le pedí que tirara algunos. Estaba segura que era imposible que los hubiera leído todos.
Britania le pone una mano en la pierna con suavidad.
—Él se enfadó y yo estaba simplemente agotada y pensé que todo iría mejor en la casa nueva, que sería todo perfecto una vez estuviéramos ahí y en cambio el eco me aprisionaba el pecho. Así que le propuse cocinar algo para, la verdad, distraerme con algo y no sentir esa sensación tan fuerte.
—¿Crees que desde ahí ya... las cosas iban mal? —interrumpe la pelirroja y Luxemburgo mira a Britania de reojo con eso.
—Non! —Galia sonríe un poco y niega con la cabeza—. Él se ofreció a montar al menos los muebles del salón para poder comer y me dejó a mí hacer.
—Creo que yo fui a verles unos días más tarde —comenta la pelirroja.
—Y fue un desastre. Montó la mesa con solo tres patas porque no encontró la cuarta y yo quemé la comida porque el horno era nuevo. Pero nos sentamos a comer al borde que sí tenía dos patas. Ambos tensos, cansados y de mal humor... y por si no era suficiente, como las ventanas estaban abiertas, entró un pájaro volando.
—Oh, my... —exclama Britania y Luxemburgo levanta las cejas.
—Entonces Cymru se levanta y me hace a mi ponerme tras él, toma algo de por ahí y empieza a agitarlo y a gritarle al pájaro como un loco, persiguiéndole por toda la casa para echarlo.
—¡Con lo INÚTIL que es! —Britania se ríe un poco. Luxemburgo sonríe un poco con eso imaginándole mientras Galia mueve las manos para ilustrar un poco los movimientos.
—Entonces se acerca a la mesa de tres patas y se apoya en ella sin pensar, haciéndola volcar y tirando toda la comida quemada al suelo.
—No, bueno... —Britania sonríe más.
—Y no sabes lo mejor... ¿sabes con qué estaba asustando al pájaro? Con la cuarta pata de la mesa que no había encontrado en todo el rato —se ríe un poco.
Luxemburgo se ríe con eso también y Britania hace los ojos en blanco, muerta de risa.
—¡Es que así es de torpe y tonto desde chiquito!
—Oui? ¿Cómo era de chiquito? —pregunta Luxemburgo.
—Inútil y torpe —explica Britania—. Nunca quería meter las manos a nada, siempre se quedaba parado en una esquina de la casa mirando el desastre y solo haciendo comentarios de vez en vez de lo mal que lo estábamos haciendo todos.
—Cuando yo iba a verles siempre quería que le tuviera en brazos. Creo que porque así Britania le reñía menos —explica Galia.
—No si tonto del todo... no es —admite Britania.
Luxemburgo sonríe con eso.
—Tiene gracia que fuera así de listo desde entonces —añade Galia.
—E inútil del todo. Que no le pusiera uno a desplumar a la gallina o a desollar al conejo...
—La verdad, una vez... quise cocinar un pescado con una receta de France y la pescadera no nos lo desescamó, creo que por error —empieza a contar Galia de nuevo mirándoles—. Y vino a ver si podía ayudarme, yo siempre le decía que no se molestara porque es un desastre, más vale que no intentes cocinar con él. Al final tuve yo que desescamarlo.
—Ah, eso lo noté. Hicimos pasta el otro día. La volvió de colores, no sé ni cómo, no lo había visto nunca —Luxemburgo asiente.
Galia se ríe un poco con eso y Britania carraspea.
—Por lo menos con el pescado quedó bastante impresionado de cómo lo desescamé yo, pero es algo de toda la familia. Todos cocinan muy mal.
—France se queja de ello constantemente —asiente Luxemburgo
—¡Son unos exagerados! —protesta Britania.
—Y Belgique. Ella me ha contado sobre los gofres congelados y la sopa de sales de baño —sigue Luxemburgo.
—¿Sopa con sales de baño? —pregunta Britania.
—Ecosse hacía sopa de colores con sales de baño...
—No sabes cuantas veces llegaba yo y los encontraba a todos vomitando porque habían comido setas que no son buenas —se ríe Galia asintiendo y Britania se cruza de brazos.
—Oh, ¿en serio? —Luxemburgo levanta las cejas.
—Oui, pero la parte buena es que son muy agradecidos y con cualquier cosa... todo les gusta. El más complicado es England, dice France que porque está muy acostumbrado a su comida y ahora siempre dice "esto sabe raro" cuando no lo ha hecho France.
—¿De verdad?
—Oui, pero no se lo digas nunca, porque él lo negará categóricamente.
—Es que todos hacen de comer y hacen cosas muy espléndidas así súper complicadas —Britania mueve las manos.
—Oye... ¿Y qué hay de eso de "no le digas a mis hermanos"? ¿Qué les pasa? —pregunta Luxemburgo.
—Oh, es que ya habrás visto... todos ellos tienen una relación un poco complicada entre ellos —sigue Galia—. Se quieren mucho en realidad, pero no saben demostrarlo y acaban haciendo lo contrario a ser cariñosos.
—P-Pero ¿Por qué? —parpadea.
—Yo creo que se sienten vulnerables y prefieren no demostrarlo porque en realidad todos ellos están siempre súper necesitados de amor —explica.
—Ugh, Galia! —protesta Britania en nombre de todos.
—¡Es verdad! —se defiende ella.
—Oh, entonces ¿Cuándo dice que Britania no le quiere en realidad...? —empieza Luxemburgo.
—¡No le quiero! —chilla ella.
—Claro que le quiere, pero les cuenta mucho demostrarlo, especialmente entre ellos —sigue Galia, como si oyera llover—. Alba es el que más lo demuestra.
—Ah, oui, Belgique también dice eso. Por lo visto Ecosse es el favorito de todos...
—Oui, yo creo que es por eso, porque es al que menos le cuesta demostrar que quiere a sus hermanos y a su madre, por eso es súper importante para todos ellos —sigue Galia sin piedad, porque si estuvieran todos aquí estarían dándose de golpes con las paredes—. Además de que claro, al ser el mayor... siempre les ha hecho al resto un poco el rol de padre y modelo a seguir, desde muy pequeñito ya era así.
—Tampoco le queremos tanto. Galiaaa! —chilla Britania, lloriqueando.
—Mais oui, si por eso le haces la vida imposible a Belgique y te he dicho un millón de veces que no te lo va a robar, que para ella es súper importante la familia y que nunca nadie va a reemplazarte como su madre —sigue ella.
—Si ya me lo ha robado —Britania se sonroja y hace los ojos en blanco.
—De hecho, si alguien tuviera que reemplazar a su madre serías más bien tú que Belgique, ¿no Galia? —pregunta Luxemburgo—. Digo, porque Belgique siempre dice que él te considera su segunda madre.
—No, pero yo no puedo reemplazar a Britania, yo a quien reemplazo es a su padre —explica ella muy segura y Britania refunfuña un poco entre dientes.
—Pero entonces... ¿Cymru te veía así también? ¿No es eso un poco raro?
—No, no... Alba es el único que me ve así, todos los demás... ven un poco a Alba en esa posición.
—Alba ayudaba a ponerles bajo control... más o menos. A veces —admite Britania.
—Ah, por eso ahora todos le hace más caso a Belgique que a Britania... Tiene sentido —sigue Luxemburgo solo para picar un poco.
—Eeeexcuse me? —la PROTESTA.
Luxemburgo muere de la risa y Galia levanta las cejas, ¿No que solo se conocían hace un día?
—Pues nada de que le hagan caso a Belgium, ¡es de pésimo gusto además intentar robarse a los hijos de los demás! Que tenga los suyos... Ugh, no con Alba —sigue protestando la pelirroja.
—No, no, pero... es que no lo había visto así, pero esto que dice Luxembourg tiene mucho sentido —Galia se lo piensa.
—Q-Quoi? Non, si yo solo lo decía por... —Luxemburgo vacila.
—Ya sé por qué lo decías —le corta Galia—. Pero piénsalo... Brit, tú... todos nosotros, morimos muy pronto, cuando eran muy pequeños y los dejamos desamparados. Pero en el caso de tus hijos... Alba tenía un poco ese rol, incluso cuando tú vivías y lo mantuvo todo este tiempo, es normal que de un modo un poco subconsciente, los otros tres lo vean así a él a pesar de ti, por mucho más tiempo que a ti. Y ahora... ahora él tiene a una pareja que es una mujer madura y fuerte y lista que le planta cara y le hace de compañera e igual. Tú sabes que todos admiramos mucho como se llevan ellos dos... y... es lógico que si Eire, Cymru y England ven a Alba un poco como un padre, vean a Belgique un poco como una madre.
—P-Pero... pero Belgique quiere tener sus propios hijos, sí que quiere una familia... —intenta defenderse Luxemburgo un poco, suavecito.
—Y Britania que se muera otra vez —Britania frunce el ceño.
—No, pero... ya sabes, como que cuesta encontrar tu sitio otra vez, a mi también me pasó, ya lo sabes —sigue Galia.
—¿A ti por? —pregunta Luxemburgo mirando a Galia—. France parecía encantado cuando volviste.
—Pero Österreich no. Tuve que esforzarme para recuperarlo y aun así aun...
—De todos modos no creo que ellos hagan esto conscientemente —asegura Galia para Britania, que suspira porque si le cuesta un montón de trabajo, con los cuatro. Y al final sí que siente que está aquí de más y que sus propios hijos de alguna manera sí que les irrita a veces de más que ella esté ahí.
—Pues muy bien que Belgium quiera usurpar incluso eso —se cruza de brazos.
—Pero yo no creo que ellos quieran realmente, o sea, por ejemplo Cymru —empieza Luxemburgo—. Estuvo quejándose de que tú no le quieres, no de Belgique, así que en realidad, quien quiere que le quiera y le haga de madre eres tú, no ella.
—Yo creo que tú estás sacando de proporción esto de que Cymru se queje de que no le quiero. Debe haber estado haciendo drama a ver si le haces caso tú —sigue Britania.
—¿Cómo? ¿Qué le haga caso yo? —Luxemburgo levanta las cejas.
—Pues no sé, darte lastimas o algo —se encoge de hombros.
—Oh, eso lo hace muy a menudo —asiente Galia—. Utiliza cualquier pequeño inconveniente para conseguir afecto, atención y consuelo.
—¿Ves? Ahh... my mum no me quiere, ¡quiéreme tú! —Britania le imita y Galia se ríe con eso asintiendo.
—Oh. Ya... veo —vacila Luxemburgo, que no lo había pensado así.
—Es un manipulador... —sigue Britania, porque suficientes cosas bonitas por hoy.
—Oui, pobrecito... —Galia suspira—. En realidad solo es porque quiere afecto. Son muy dulces, todos ellos quieren mucho afecto todo el tiempo —toma a Britania de las manos como si acabara de recordar que ella está en ese grupo.
—Ugh... —Britania se sonroja.
—Oh... ¿Pero porque? Si además luego se tratan fatal. Angleterre le estuvo diciendo unas cosas que tuve que acabar echándole —explica el flamenco.
—¿Echaste a England? Pues ¿qué le dijo? —pregunta Britania aun sin soltar las manos de Galia.
—Empezó a decir mentiras y no entraba en razón, insultándole.
—¡Y Cymru el más debilucho de todos no aguanta nada! —Britania se ríe.
—No había ninguna necesidad de que le dijera todo eso —protesta Luxemburgo un poco regañado, porque aunque nadie le ha echado la bronca, el se siente culpable de haber perdido la compostura y diplomacia.
—Debe gustarle también que le defiendas tanto —admite Britania secretamente orgullosa de esto.
—Solo es... No es porque sea él —se defiende, sonrojándose un poco.
—Trata de no decirle es que le vas a romper el corazón... que además también tiene frágil como cascarón de huevo —sigue, burlona.
—Venga, Brit, no seas tan dura —protesta Galia.
—Dime que es mentira —se vuelve a la rubia.
—Lo ha pasado mal... —le defiende ella.
—Todos lo hemos pasado mal pero él es más chillón. Ojalá Lux lo aguante —pone los ojos en blanco.
—Bueno, creo que os estáis precipitando un poco con esto... —suelta Luxemburgo.
—¿Por? —ambas le miran.
—Pues porque... solo somos amigos —explica un poquito nervioso.
—Ya... —Britania levanta una ceja
—¿Te... estás agobiando? —pregunta Galia
—Seguro, si Cymru agobia a todo mundo —protesta Britania.
—Pues es que me cae bien y todo eso pero parece que todo el mundo quiere... Como endosármelo —Luxemburgo suspira—. No, no, no es él. Él es muy respetuoso, pero no para de venir todo el mundo como si fuera yo un mono de feria a dar su opinión sobre todo este asunto, como si ya fuera un hecho consumado.
—Eso puede que sea un poco mi culpa —confiesa Galia y los otros dos se giran a mirarla.
—¿Tu culpa? —pregunta el chico.
—Pues sobre todo lo de la opinión —explica ella—. Yo... todos intentan defenderme, por suerte casi todo el mundo me quiere mucho y creen que tienen que ser un poco malos contigo, pero pronto pasará. Solo te pido que lo aguantes un poquito y no te dejes influir por eso. No es culpa de él.
—Supongo que... quizás hay formas de empezar relaciones de manera menos llamativa que después de terminar un matrimonio con Galia —Britania se mira las manos. Galia asiente a eso y Luxemburgo suspira.
—¿Porque no mejor vamos a cenar y volvéis a contarme historias...? —propone.
—Uff... historias hay muchas con Cymru. Aunque varias bastante aburridas. Cymru sentado leyendo mientras Galia y yo hacíamos esto o aquello —asegura Britania.
—¿Por qué? —Luxemburgo la mira.
—Porque muchas veces es todo lo que hace, estar en su mundo leyendo mientras el mundo a su alrededor se cae.
—Solo es así, es un poco solitario y disfruta de actividades muy individuales. Yo soy completamente lo contrario —explica Galia.
—Supongo que si tú también eres medio aislado social... —Britania se encoge de hombros.
—En realidad, no lo soy... —Luxemburgo se muerde el labio, porque no se considera a si mismo para nada.
—Uy... No? Well... —Britania carraspea un poco.
—Pues no. Pero...
—Supongo que quizás él se pueda hacer más... Ehm... ¿sociable? —Britania mira a Galia de reojo.
—Yo nunca lo logré —admite ella.
Gales refunfuñaría estando aquí porque también la vida social de Galia es con todo el mundo que él detesta.
—Mmm... Bueno —Luxemburgo vacila.
—Además del asunto... otro—Britania agrega, mirando a Galia.
—¿Qué otro? —Luxemburgo las mira.
—Bueno, está ese asunto de Cymru... el que más te molestaba —Britania mira a Galia de reojo, que suspira—. ¿Por qué no... Vamos a cenar mejor y a ver qué? —decide Britania sin saber si Galia le quería contar eso o no.
—¡Ahora no me puedes dejar con la intriga! —protesta Luxemburgo.
—Es... Bueno, es Gaila quien te tiene que contar eso si quiere, no yo —Britania aprieta los ojos porque se había encarrerado un poco malévolamente.
—Cuéntale, ahora ya has empezado —pide ella y Britania se muerde el labio.
—Cymru... Bebe —resume. Galia cierra los ojos dramáticamente con eso y Luxemburgo parpadea.
—O-Oh... —vacila el chico—. Algo de eso me había dicho.
—Bebe mucho las de lo que debería... mucho más de lo que crees —sigue la pelirroja.
—P-Pero... —Luxemburgo mira a una y luego a la otra.
—Supongo que e-es algo que debes saber... creo que es el único real problema de Cymru —agrega Britania bajando un poco la voz.
—Pero... ¿cómo? O sea... ¿cuánto es mucho?
Britania mira a Galia de reojo otra vez y Galia mueve la cabeza de lado a lado.
—Mucho —resume la rubia.
—Mucho más de lo que... parecería normal —añade Britania.
—Pero... O sea, es que... esta semana que ha estado viviendo aquí no... —Luxemburgo vacila porque igual y se emborracha mientras está el trabajando, aunque cada vez que ha vuelto lo ha encontrado... bien.
—¿No está borracho todas las noches? —pregunta Britania.
—No. Solo bebió... el fin de semana, el sábado mientras comíamos y después que os fuisteis el domingo nos tomamos una copa juntos. O sea, se quejó del whiskey y eso pero... igual después de cenar el día que fuimos a jugar a las cartas... —explica él, recordándolo.
—Seguro bebió mientras no le veías, si bebe todo el tiempo —insiste.
—No digo que no, pero no le olía el aliento a alcohol cuando venía a buscarme al trabajo —se muerde el labio porque... ¿quizás se tomaba alguna pastilla de menta o algo y por eso no lo notó?
—Es muy raro. Supongo que debe estar más... feliz —Galia suspira y luego sonríe un poco melancólicamente porque ya hubiera querido ella poder lograr eso aunque fuera un poco.
—Galiaaa, no digas eso. Quizás sólo está más distraído —Britania trata de animarla—. Cymru... aprendió a evadir el mundo con alcohol, yo creo. Si algo no le gusta, se ahoga en alcohol.
—No lo sé, si llegamos algún momento a ese punto ya veremos qué hacemos. Tal vez yo también decida que las cosas van tan mal que es mejor dejarlo —Luxemburgo vuelve a mirarlas.
—¿Eso... crees? ¿Que vaya a ir tan mal? Vamos, igual y va tan bien que... —proponeBritania que tampoco quiere estropear esto irremediablemente.
—Non, claro que no, solo pienso que... O sea, solo no lo sé —Luxemburgo aprieta los ojos—. Siento un poco de presión ahora mismo, solo digo que puede salir mal y... no debería pasar nada si así es.
—Así... estamos todos —confiesa Britania mirando a Galia de reojo.
—En realidad eso es cierto, se supone que tienes que pasártelo bien —asegura Galia.
—Desearía pensar que... Tanto tú como Cymru van a estar mejor después de esto, Galia —Britania la mira.
—Pues también yo quiero pensarlo —la rubia asiente.
—Venga, no es bueno nunca estar en una relación en donde los dos estaban... Infelices —le sonríe un poquito y Galia asiente igual sintiéndose un poco regañada—. A-Aunque el momento en que están no debe ser fácil —le toma de la mano con suavidad—. Lo siento.
—Estoy bien... estoy bien —asegura ella, pero la sonrisa no le llega a los ojos.
—Anda, vamos, vamos a cenar algo, ¿qué te apetece? —pregunta Luxemburgo levantándose y acercándose a Galia.
Britania la mira también, acariciándole la mano.
—Cualquier cosa estará bien... —ella intenta sonreírles de nuevo a ambos.
—Oui, pero esto no va de estar bien, va de qué te apetece —Luxemburgo le toma las manos tirando de ella para que se levante. Y ahí va ella a hacerlo y la verdad, cuando está de pie, frente a ella, él se sonroja porque joder con lo guapa que es.
Britania abraza un poco a Galia de la cintura.
Ya, ya... YA. Sí que lo es. Puedes cambiar aún a Gales por Galia
—Merci —ella le sonríe a Luxemburgo, que tarda unos instantes en reaccionar, carraspeando.
—D-Disculpa, es que... eres realmente bonita. Entiendo por qué todo el mundo piensa que él es un idiota.
Galia le sonríe y le da un besito suave en los labios como les da a sus hijos.
—Y-Y no es... No es sólo lo bonita... —Britania, intentando que Galia deje de darle besitos a Lux.
Lo siento, Luxemburgo tarda un poco en reaccionar, pero mira a Britania tras unos instantes
Galia mira a Britania y le sonríe de ladito
—Ehm... bueno. Uhm... ¿E-Entonces? —pregunta Lux.
Britania se sonroja porque sí, ¡se ha puesto celosa!
—¿Qué tal algo con queso? —propone Galia y Luxemburgo sonríe.
—Bien. Queso. Lo pediré en la cocina —le aprieta las manos y la suelta, yéndose para ahí.
—¿Qué opinas? —Britania se pasa las manos por el pelo y mira a Galia de reojo.
—Es un buen chico —admite ella mirando aun a la puerta por la que ha salido.
—¿Le crees a lo que dice?
—¿Tú no? —se vuelve a ella.
—No tanto a lo de que solo son amigos —frunce el ceño.
—¿No? No sé... supongo, yo no les he visto juntos.
—Ya les verás en algún punto ¿Segura que estás bien?
—Bueno... a ratos —se encoge de hombros porque sí le ha jodido un poco qur Gales ni siquiera esté bebiendo y que Britania coquetee con Luxemburgo.
—Ya... ¿puedo hacer algo por ti? —pregunta, porque aunque no sabe el qué, si nota que algo la ha hecho sentir mal.
—Ya lo haces —le da un beso a ella.
Britania es que se le va a ir detrás cuando se separe.
Oh ¿por?
Pues porque es tonta y... está atontada.
Galia vacila un poco sin esperarse eso.
Después de un segundo es que nota lo que está haciendo cerrando los ojos y sacudiendo la cabeza.
—I-I'm sorry.
Galia vacila... parpadea y sonríe.
—N-No sé qué... n-No. Ughhh... —aprieta los ojos.
—Sh... Calma, calma —le hace un cariñito.
—Solo es que estabas... y yo aún... Ugh —no la mira—. Estoy un poco con las cosas raras en la cabeza —admite—. Tú y yo. Lo siento, no es tan rápido que yo m-me...
La mira.
—M-Me diste un beso y yo pensé que... UGH —vuelve a protestar.
—¿Por qué no flirteas conmigo? —pregunta de la nada.
—¿Por qué no... what? —la mira como si acabara de decirle que porque no le prende fuego a todo.
—Flirtear. Antes estabas haciéndolo hasta con este chico, Luxembourg. Pero conmigo no lo haces —señala a donde se ha ido.
—N-No sé cómo hacerlo contigo —admite suavecito, humedeciéndose los labios y sonrojándose.
Galia toma aire profundamente y luego lo suelta porque Gales tampoco lo hacía.
—Puedo intentarlo... pero tienes que picarme un poco —explica ella.
—Supongo que no es mi estilo —suspira pesadamente.
—Supongo que... encontraremos la forma —le sonríe, relajándose un poco.
Ella se mira los pies porque tener ahora dificultades contigo no le ayudan, está bastante al borde del llanto.
—Todo va a estar bien —Britania le toca la mejilla y se le acerca un poco, la gala le mira, ojos humeditos—. ¿Confías en mí? —Britania la abraza de la cintura.
—Mais oui, pero también sé cómo van las cosas —la mira a los ojos.
—¿Y cómo van? —inclina la cabeza.
—A ti te llama la atención... y a mí eso no me sale, con Cymru me pasaba lo mismo.
—Si algo no te salía bien con él no quiere decir que no vamos a encontrar una manera las dos.
Galia suspira otra vez y Britania la mira a los ojos.
—Yo sé qué con él también parecía que con esfuerzo, las cosas irían mejor —sigue la pelirroja—. Y las cosas no deberían requerir esfuerzo sino salir naturales.
Galia baja la cabeza porque justo ese es el problema con ella.
—Quizás para ti son cosas muy pequeñas, pero a mí me están pasando cosas... que antes no me pasaban. Y no hablo sólo de los celos.
—¿Entonces? —la mira.
—Empiezo a s-sentir vergüenza de que la gente note que te estoy mirando. O que se den cuenta de lo que quisiera... —aprieta los ojos sintiéndose un poco boba con eso.
—¿Por qué?
—Tampoco sé si quiero que sepas lo que estoy pensando...
—¿Por qué no?
—P-Porque definitivamente no es lo que estás pensando tú —aparta la mirada.
—¿Porqué? ¿Qué es?
Britania se humedece los labios y Galia espera a que responda.
—T-Tengo un montón de fantasías raras... con miedos apanicantes. Quisiera besarte y tocarte hasta que te olvides de Cymru y solo me mires a mí... y yo no PUEDO hacerlo.
—¿Por qué no? —parpadea.
—Porque soy sólo una versión de Cymru que te gusta menos y te recuerda a él... muchas veces he deseado ser un chico, nunca había deseado ser un chico para ti.
—No quiero que seas un chico para mí.
—Me da miedo que quieras que sea otra persona para ti, que no soy... no estar a la altura, como no lo estuvo Cymru. Pero eso no... No importa. Mis miedos no importan ahora —le sonríe un poquito.
—¡Sí que importan! —levanta las cejas.
—No ahora mismo, no quiero además pasarte mis miedos —admite, girando la cara.
—Non. Quiero que me hables —casi casi la toma de la barbilla y la obliga a girarse hacia ella de nuevo, frunciendo el ceño.
—Pero no es el momento, está todo esto de Cymru y dijimos que seriamos amigas por ahora... —Britania la mira.
—Ya, pero...
—Está costándome más trabajo de lo que pensé y estoy teniendo pánico a ratos de... no estar haciéndolo bien.
—No deberías —le sonríe un poquito porque le gusta mucho cuando Britania es dulce vulnerable como no lo es con nadie más.
—Quiero hacerlo bien. Quiero hacerlo tan bien que ni siquiera pienses en lo otro —Britania la aprieta un poco contra si
—No te exijas demasiado —responde, un poco cínicamente porque esos eran los mismos deseos de Gales y no salió bien.
—Tú mereces que me exija eso y mucho, mucho más... mereces que sea perfecto todo. Como uno de mis cuentos —la mira a los ojos.
—Britania... Esto es lo que hace que luego no funcione.
Britania parpadea.
—Quieres hacerlo todo tan bien que acabas agobiándote y odiándolo más que disfrutándolo —explica, porque esa es una de las cosas que definitivamente aprendió de su relación con Gales.
—¿Y qué hago? —Britania traga saliva—. ¿Lo hago... como pueda?
—Oui!
—¿Y cómo me salga? Y... ¿aunque quizás no te guste?
—Pues... oui.
Britania traga saliva y le sonríe.
—Está bien... —se pone de puntas y le da un beso en los labios
Galia sonríe porque debió habérselo dado cuando estaba llorando y solo la abrazó, pero bueno, tarde pero llega.
