THE LORD AND THE LADY OF THE BUILDING

DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.

Capítulo 15. Tanto el lord como la lady son competitivos

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Menos mal que ya toda la oficina tenía conocimiento de su relación, pues gracias eso no tenía que explicar a nadie la procedencia de regalos que estuvo recibiendo durante casi una semana completa.

Todos sabían bien quien los enviaba.

Aquello había comenzado luego de un pequeño detalle que había tenido con Sakura al enviarle una cena al inicio de la semana. Ella le había comentado bastante frustrada en un mensaje que iba a quedarse hasta muy tarde en el consultorio, por lo que de inmediato pensó en impedir que se quedara sin comer.

Fue un gesto sencillo y que literalmente le tomó un minuto llevar a cabo, sin embargo, su novia se deshizo de amor por él a tal grado que comenzó una competencia por ver quién podía ser el más detallista de los dos.

Una que él tampoco quería perder.

Martes

Sasuke se encontraba en su oficina repasando una serie de documentos que tendría que presentar como evidencia para un caso. Como siempre hacia cuando se trataba de revisar declaraciones fiscales, estaba tan concentrado que se estremeció del susto cuando su secretaria lo llamó por el interfono.

—Señor, un repartidor está aquí, viene de parte de la señorita Sakura Haruno ¿Le dejo propina?

—Sí, gracias.

Ligeramente extrañado por eso, revisó su teléfono para ver si acaso tenía un mensaje de la pelirrosa avisando que enviaría algo, sin embargo, no había nada. Lo que fuera que estaban por entregarle era una sorpresa de su parte.

—Aquí esta señor, con permiso — siendo una mujer mayor con poco interés en la vida de su jefe, apenas puso el encargo en su escritorio, la secretaria se marchó.

Se trataba de una pequeña caja de tamaño mediano y que al abrirla contenía un almuerzo completo del que una serie de rodajas de tomate sobresalían más que los demás alimentos que las acompañaban.

Sakura sabía que esa era su comida favorita y su atención al detalle lo habían puesto a sonreír como tonto sin que se diera cuenta.

Todavía faltaban unos minutos para que la hora del almuerzo llegara, pero aun así sacó el paquete transparente que contenía la comida y probó la ensalada, deleitándose con el sabor en el proceso.

Pero, como si la comida no hubiera sido lo suficientemente efectiva para hacerlo feliz, se dio cuenta de que dentro de la caja de cartón había un pequeño sobre pegado.

"Para mi hermoso novio" rezaba el reverso y sin esperar ni un segundo lo abrió con un poco de desesperación por averiguar su contenido, encontrándose con una tarjeta blanca marcada con un beso carmesí.

Los perfectos labios de Sakura le habían hecho un recuerdo digno de ser enmarcado. Algo que se sintió deseoso de hacer cuando leyó lo que había escrito debajo:

"Mi tarjeta de presentación señor, por favor acepte poseer mis labios hasta el final de los tiempos"

Ese mismo día un poco más tarde, Sakura recibió en su consultorio un pequeño paquete cerrado con un elegante moño seda, mismo que contenía dentro tres labiales rojos de las marcas que solía utilizar y que, a pesar de ser muy parecidos, su novio entendía a la perfección que eran de tonos diferentes al habérselo explicado ella misma.

Además, debajo de ellos Sasuke también había escrito una nota:

"Si pienso tener marcados cada uno de tus besos, con tanta frecuencia y durante tanto tiempo, lo justo es que te provea de la tinta necesaria para ello.

Miércoles

A diferencia de como inició su semana, ese día Sakura no tendría tantos pacientes que atender, por lo que pensaba tomarse una hora libre para ir a hacer unos recados y regresar antes de su siguiente cita.

Hacia un par de días había ido a visitar sus tiendas favoritas y en una de ellas encontró un vestido que necesitaba tener desesperadamente y que finalmente pensaba comprar. No obstante, cuando lo hizo y recorrió el resto del centro comercial por simple curiosidad, se encontró frente al aparador de una tienda que acababa de enterarse que existía.

Misma que exhibía un juego de seis elegantes velas aromáticas que apenas vio le recordaron a su novio y no pensó dos veces en comprar.

Especificó a la vendedora que debía enviarlos a cierta dirección ese mismo día antes de cierta hora y añadió una nota al regalo que decía:

"Te envío esto con la esperanza de que un día me invites a relajarnos juntos con ellas".

Luego de ello, salió a toda prisa pues ya era un poco tarde y pronto tendría que recibir un paciente en el consultorio, sin embargo, cuando estaba a punto de entrar a su oficina, la recepcionista llamó su atención comentándole que había llegado un nuevo regalo para ella.

Agradeciéndole por recibirlo, la pelirrosa se lo llevó para verlo a solas y cuando lo abrió sonrió emocionada como una niña en navidad cuando vio el costoso y fino perfume que su novio le había regalado.

"No hay nada que disfrute más que el aroma que desprendes. Gracias por dejarme estar cerca de ti" decía la nota que adjuntó a su detalle.

Jueves

Sasuke estaba en medio de una junta con varios de sus superiores y colegas cuando sintió su teléfono vibrar. La florería que había contratado esa mañana le había enviado un mensaje confirmándole que su pedido había sido entregado con éxito unas horas atrás.

Lo que lo hizo sonreír con satisfacción el resto de la reunión.

Fue cuando ésta terminó y todos estaban saliendo de la sala, disponiéndose a volver cada quien a lo suyo, que el Uchiha fue abordado por su secretaria.

—Señor necesitan su firma para entregar un pedido — la mujer le anunció para su desgracia en frente de Naruto, quien rápidamente corrió hasta su oficina sin molestarse en esperar a su amigo.

Lo que causó la curiosidad de varios de sus colegas quien indisimuladamente también lo siguieron, Kakashi incluido.

—¡Vaya, vaya! ¡Pero que esplendida es Sakura-chan! — el rubio exclamó entre risas mientras aplaudía al ver el enorme ramo de rosas blancas que el repartidor todavía sostenía en sus manos, esperando por que el dueño lo recogiera.

Tratando de ignorar las miradas de todos sobre él y sus pequeños comentarios burlones, Sasuke se apresuró a firmar el formulario y tomar en sus manos el detalle que su novia le había enviado.

Mierda, ese ramo era el doble de grande y hermoso que el que él le envió esa mañana. Imposible de esconder y todo un deleite mirar.

—A mí nunca me han enviado uno de esos... ¡Y llevo casado 20 años! — a sus espaldas escuchó que Hashirama, el principal dueño de la firma, reclamaba a modo de berrinche.

—Mucho menos a mí, señor. Sasuke es un hombre realmente afortunado... — Kakashi comentó entre risas observando como su tremendamente sonrojado subordinado se marchaba con su regalo en manos.

Escapando del escándalo que el romántico gesto de su famosa novia había provocado.

Una vez que estuvo en su oficina cerró la puerta en un fuerte azote y se aseguró de bloquearla impidiendo que Naruto o Kakashi quisieran entrar a seguir burlándose de él.

Por un momento temió que su imagen de hombre serio, implacable y sumamente profesional se hubiera visto arruinada por lo sucedido, sin embargo, esa tonta preocupación se le olvidó rápidamente cuando leyó la tarjeta que sobresalía de entre las flores.

"Concuerdo, las rosas rojas son apropiadas para esta descarada novia tuya y por supuesto las blancas son las más adecuadas para alguien como mi angelical y puro novio"

Qué bueno que estaba solo porque así nadie fue testigo de la enorme sonrisa que se abrió paso por su rostro y que vino acompañada de un rubor que seguro Sakura se habría muerto de amor al ver.

Viernes

La noche anterior el par de novios habían acordado dejar hasta ahí su contienda, temiendo que ésta se extendiera y escalara hasta el punto en que terminaran regalándose un palacio.

Y aunque Sakura lo miró con un brillo travieso en los ojos y respondió: "Pensaba parar hasta que un pequeño planeta llevara tu nombre" en realidad sí pensaba cumplir con el pedido de su novio, quien fue el que más insistió en parar con los regalos.

Aunque cuando regresó a casa luego de una larga jornada laboral, se dio cuenta de que había sido engañada por él cuando en la puerta de su casa se encontró una pequeña bolsa cuyo logo reconoció al instante, pues pertenecía a una de sus marcas de zapatos favorita.

Sasuke había roto su acuerdo y no podía estar más contenta por ello.

Solo que, al abrirla, su antes incrédula sonrisa se extendió con todavía más algarabía cuando, en lugar de algún par de tacones caros, se encontró dentro un montón de golosinas que le encantaban.

Y tras abrazar el paquete contra su pecho, emocionada, se dio cuenta de que en la puerta había pegada una nota que hizo toda más indescriptible su felicidad.

"Ven a la terraza, tengo mucho más de eso, incluyéndome a mí, esperándote"

No había como ganarle a eso, su novio definitivamente era el mejor de los dos teniendo detalles especiales.

...

NOTAS FINALES:

Creo que tengo un serio problema/adicción respecto a actualizar este fic porque estoy escribiendo esto literalmente desde un funeral (un familiar no muy cercano no se preocupen) solo quería mencionarlo porque creo que esto ya prueba que mi ritmo de escritura y compromiso con mi trabajo está rayando en lo tóxico.

¡Pero pues que se le va a hacer! ¡Ni modo que me quede con las ganas!

¿Y saben quiénes tampoco piensan quedarse con las ganas? ¡Exacto! Nuestra ship y temo decirles que este podría ser la historia más larga que haya escrito, pues tengo muchas ideas para plasmar jeje.

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Muchas muchas gracias como siempre por estar leyendo esta historia y seguir conmigo en cada actualización y todavía más por los buenos comentarios que me han dado, cada que los leo mega me animó a seguir así.

Sin más que decir en esta ocasión, nos vemos luego! Bye!