THE LORD AND THE LADY OF THE BUILDING
DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.
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Capítulo 22. El lord es un gran cuidador.
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En la vida hay situaciones que, por más malas que sean, deben verse desde el lado bueno para hacer más sencillo el proceso de superarlas y Sasuke estaba frente a una en ese momento.
—Usa el inhalador mientras pongo a recargar el vaporizador — el Uchiha le extendió el pequeño artefacto para respirar a su novia, quien apenas y tenía fuerzas para tomarlo.
Esa era la segunda noche en cama de Sakura luego de contraer una terrible gripe que la había derrumbado a mediados del primer mes del nuevo año. Lo que comenzó como una serie de estornudos capaces de marearla, rápidamente pasó a convertirse en una congestión nasal que le dificultaba tomar aire y terminó empeorando cuando el dolor corporal la debilitó al punto de no poder atenderse por su propia cuenta.
Lo curioso era que, aunque todo eso sonaba terrible, al menos le había permitido a Sasuke tomarse un par de días en el trabajo para cuidarla y pasar del estresante ambiente en la oficina a la calma que solo Sakura era capaz de transmitirle, incluso a pesar de su estado.
Tiendo formación médica, la pelirrosa hizo la selección de medicamentos con los que curarse a sí misma, pero no creyó que la espera mientras hacían efecto se le fuera a hacer tan eterna y eso la tenía especialmente mortificada pues no quería ser una molestia para el hombre que la había estado cuidando desde el principio de su afección.
—Gracias Sasuke-kun... — la mujer murmuró débilmente comenzando a cerrar los ojos para tomar una nueva siesta, aunque fue detenida por el sonido de una notificación en su teléfono.
—Es tu madre, te envía la receta de la sopa que le pediste — el Uchiha leyó cuidadosamente cada una de las instrucciones, pero antes de que pudiera salir de la habitación para ir a preparar la comida, un nuevo mensaje apareció en la pantalla —. Quiere le llames en este momento.
—De acuerdo...
Él marcó el número de su suegra inmediatamente y se dispuso a marcharse, pero Sakura le hizo una súplica con la mirada para que se quedara, así que no tuvo de otra más que hacerlo.
Por su voz, Mebuki Haruno sonaba como el tipo de mujer implacable y recta a la que era imposible no respetar (o temer) y cuyas órdenes no daban lugar a replicas o cuestionamientos, sin embargo, también tenía un evidente tinte maternal que hizo presente al lamentarse por no poder estar al lado de su hija más pequeña para cuidarla personalmente. Aunque suspiró de alivio por saber que Sasuke estaba con ella y no se le había despegado ni un minuto.
"Ya sé que su sabor no es exactamente agradable, pero tienes que comértela toda ¿Entendido?" la señora al teléfono demandó refiriéndose a su sopa medicinal.
—Si mamá, lo haré.
"Uchiha-kun, en caso de que no se la coma no dudes en llamarme y tomaré el primer tren a la ciudad para obligarla a hacerlo yo misma" por la adolorida expresión que la pelirrosa puso al escucharla, el hombre intuyó que Mebuki hablaba totalmente en serio.
—Sí señora.
"Tienes que reponerte rápido Sakura o de lo contrario tendré que ir a verte y tú sabes muy bien que él querrá venir conmigo"
—No se lo has dicho ¿Verdad mamá? No quiero que se preocupe.
"No, no se lo he dicho ni a él ni a tus hermanos no te preocupes"
—Gracias mamá y descuida estaré bien dentro de muy poco — por lo cansada que sonaba su voz seguro que la mujer al otro lado de la línea dudo muchísimo de sus palabras.
"De acuerdo, no dudes en llamar para lo que necesites y muchas gracias Uchiha-kun. Ya te compensaremos por esto pronto"
—No hay de que...
Tras una ronda de despedidas, nuevas amenazas por parte de la señora Haruno y un par de indicaciones extra, la llamada por fin terminó y Sakura se permitió expulsar el aire que había estado conteniendo en sus pulmones inconscientemente.
—¿Por qué no quieres que tu padre sepa que te enfermaste? — él la cuestionó con mucha curiosidad.
—Porque iba a querer venir de inmediato y no me creería cuando le digo que no estoy tan mal — ella sonrió levemente como si lo encontrara divertido —. Soy la más enfermiza en mi familia, pero aun así no está acostumbrado a saberme débil.
—Entiendo... — ni siquiera iba a preguntar si eso también aplicaba para sus hermanos, ya podía intuir que hasta de una situación así podrían encontrar manera de atormentarla —. Iré a preparar la sopa, vuelvo en un momento.
—Gracias...
Sasuke dejó entreabierta la puerta de la habitación al salir y se dirigió a la cocina con el teléfono de la chica en mano para preparar la dichosa sopa. No era una elaboración muy compleja y calculaba que podría tenerla lista en menos de una hora así que rápidamente se puso a la tarea.
Mientras cocinaba se dio cuenta que los últimos días Bob había estado completamente ausente, como si hubiera comprendido lo complejo del contexto actual y supiera que lo que menos necesitaban era de sus jugarretas, lo que le hizo sentirse aliviado de poder cuidar a Sakura sin ninguna molestia o contratiempo... Hasta que escuchó el sonido de la puerta.
—¿Cuánto me dejó de su herencia? — Madara ni se molestó en saludar cuando le abrió la puerta y Sasuke se la cerró en la cara rápidamente, irritado por su estupidez —. ¡Era broma! ¡Lo siento, abre por favor! ¡Le traje unas cosas!
A regañadientes, el Uchiha lo dejó entrar y pasar a ver a la pelirrosa, a quien aún a la distancia pudo escuchar que se alegró por su visita y por las cosas que su mejor amigo le había llevado. Continuó cocinando con cuidado de no arruinar ningún paso marcado en la receta y tras unos minutos adentro de la habitación conjunta, el oficial salió para dejar a Sakura descansar un poco más.
—Iba a preguntar si podía comer un plato, pero no se ve ni huele muy apetitoso.
—Porque no debe ser rica, sino nutritiva. Es la receta de su madre.
—Ahhh entiendo, de modo que ya te entiendes con tus suegros ¿Eh? — a su lado, Madara le pinchó las costillas con un dedo juguetonamente y Sasuke deseó poder atravesarle la garganta con el cuchillo en su mano —. Es un gran paso en la relación, felicidades.
—En realidad aun no los conozco, solo hable con la señora Haruno por teléfono — aclaró siguiendo con su tarea de cortar vegetales.
—Rayos, tenía intenciones de preguntarte si todos eran pequeños duendes como Sakura, pero ni modo — el oficial se rió tomando la caja de cereal de la alacena y comenzando a comer un poco —. Tendré que quedarme con el poco conocimiento que tengo gracias a las historias que ella me ha contado.
En otras circunstancias el Uchiha lo habría reprendido por su insistencia en comer lo que no era suyo, pero sus palabras lo distrajeron al producir en él una duda.
—¿Tú conoces a sus hermanos? — en cuanto los mencionó la actitud de Madara cambió abruptamente.
—¡Esos idiotas! No, de lo contrario ya estarían muertos — exclamó con genuino odio. Una reacción tan inusual en él que le hizo temerse a Sasuke que sus cuñados realmente eran peores de lo que se podía imaginar —. Es decir, Sakura podrá justificarlos todo lo que quiera, pero eso no quita que son unos imbéciles que se merecen que ella no los quiera cerca.
—Baja la voz... — el abogado no quería que la enferma descansando a pocos metros de ellos los escuchara —. ¿Qué puedes decirme de ellos?
—No mucho, ya sabes que odia hablar de ellos, es como si fueran Voldemort y por las cosas que le han hecho no es para menos. Una vez me contó que la dejaron todo un día atrapada en lo alto de un árbol y no le dijeron a nadie donde estaba hasta que vieron que su madre realmente entró en desesperación por pensarla secuestrada. Eso fue cuando tenía cinco años — tanto en el rostro de Madara como el de Sasuke se hizo presente la indignación por la historia —. Los cuatro siempre han ayudado en los campos de sus padres así que más de una vez la asustaron con serpientes de juguete o la enterraban de cuerpo completo en la tierra, apenas dejándola respirar, a modo de "diversión". Sé que le ponen apodos hirientes, la atormentan por su estatura y siempre le reclaman por haberse marchado de casa para venir a la ciudad.
—No sabía nada de eso... — ella dijo que eran un poco pesados, pero no se esperó ese nivel de crueldad de su parte.
—¡Claro que no! Le da mucha vergüenza admitir que son monstruos porque a pesar de todo son sus hermanos y los quiere.
Internamente el Uchiha reflexionó sobre lo que había escuchado y lo comparó con su relación con su propio hermano. No podía recordar ninguna ocasión en la que Itachi le hubiera hecho cosas así ni podía imaginárselo, mucho menos que pudiera participar en ese tipo de acoso contra una niña que encima de todo fuera su hermana.
—¿Qué demonios les pasa? — se cuestionó a sí mismo en voz alta con completo desdén.
—No tengo duda de que están celosos. Por lo que sé, Sakura siempre ha sido la princesa de sus dos padres y no me sorprende, si tienes esa clase de hijos como no vas a quererla más a ella — Sasuke asintió estando de acuerdo —. Por eso cuando los conozcas espero que les pongas las cosas bien claras y los mandes a la mierda de ser necesario.
—No tienes ni que decirlo, de cierta forma siento ganas de conocerlos solo para hacer eso — de hecho, a partir de ese día comenzaría a preparar unas cuantas amenazas para cuando ese ansiado encuentro llegara.
—Estaré esperando un reporte escrito en mi escritorio en cuanto lo tengas — Madara regresó a su actitud juguetona de siempre, retomando su tarea de acabar con el cereal —. ¿Y Sakura ya conoció a los tuyos?
—No, pero tenemos una visita programada para finales de mes — una angustiosa reunión familiar que le revolvía el estómago de solo pensarla y aunque pensó que su rostro no demostró la animadversión que eso lo hacía sentir estuvo equivocado.
—No te preocupes jefe, Sakura tiene grandes dones domando leones, les irá bien.
—Sé que así será, no tengo problemas con que mi familia la conozca... — "más bien yo soy mi principal preocupación" Madara leyó a través de su mirada. Ese tipo de inseguridad era tan extraña viniendo del Uchiha que su acompañante se sintió en la obligación de aminorar su pena.
—Bah, le dan mucha importancia a eso de conocer a los suegros. Al final mientras ustedes estén juntos y sean felices no importa lo que los demás piensen — captando su intento por animarlo, Sasuke lo contempló sin un rastro de su usual ironía y hostilidad, más bien luciendo receptivo a ser convencido por sus palabras—. El que seas tú quien la está cuidando en este momento demuestra que ustedes son lo único que el otro necesita y por lo que veo estás haciendo un gran trabajo.
Con el dedo le señaló la sopa terminada para probar su punto. Ese extraño platillo que había preparado con tanto esmero para que su novia se recuperara lo antes posible y que, en efecto, era una muestra de su gran deseo de ser el principal y más grande apoyo para ella.
—Tienes razón, gracias.
La autenticidad en sus palabras se ganó un fuerte golpe fraternal en la espalda, cortesía de Madara y antes de que pudiera responder al gesto con la misma violencia éste se despidió, marchándose del lugar. Así entonces, Sasuke se encaminó a la habitación de Sakura con la sopa ya en bandeja y se dispuso a alimentarla.
—Sabe justo como la recordaba — ella comentó al sorber la primera cucharada.
—¿Eso es bueno o malo?
—Es genial, replicaste el sabor a la perfección... — su voz sonaba evidentemente conmovida. El platillo la había hecho sentir una extraña nostalgia en el corazón que reconoció rápidamente a qué se debía —. Sabe a mi hogar.
—Me alegra escuchar eso, porque así será más fácil que te la comas toda — ante su inteligente respuesta, ella se rió ligeramente con una innegable alegría, visible aún a través de su debilidad.
—No tengo de otra, tengo que reponerme por completo antes de ir a conocer a tus padres — la pelirrosa mencionó haciendo su mejor esfuerzo para no demostrar con muecas que el sabor de la sopa le estaba afectando —. Estoy muy emocionada por ello, aunque también un poco nerviosa.
—No tienes por qué, van a adorarte — el hombre le acarició con cariño la mejilla —. Es tan fácil hacerlo.
—También muero por conocer el lugar donde creciste y escuchar historias de cuando eras pequeño — su sonrisa creció aún más.
—Te aseguro que no te parecerá tan interesante comparado como tus aventuras en el campo — Sasuke apuntó certeramente y luego la miró con profundidad y ternura, sin detener su labor de alimentarla —. Yo también quiero conocer pronto tu hogar.
—Será muy pronto lo prometo, solo necesito que la temporada de cosecha empiece para poder mostrarte lo bonita que es — habiéndose terminando rápidamente la sopa, ella tomó una de sus manos entre las suyas y lo contempló con infinito amor —. Gracias por cuidarme Sasuke-kun... Gracias a ti podré seguir viva para ver cumplido mi deseo de visitar mi lugar favorito en el mundo, contigo.
...
NOTAS FINALES:
Yo y mi afán de escribir cosas que no he vivido porque a mí me tocó una hermana mega buen pedo jaja. Sé que les estoy metiendo demasiada expectativa con que esa reunión en casa de Saku ya llegué, pero no se preocupen, no lxs voy a decepcionar y podrán leerla más pronto de lo que creen.
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Igual que siempre mil gracias por sus reviews y por estar disfrutando conmigo de esta historia con diabetes marcada en sus efectos secundarios jajaja. Sin más por añadir nos leemos después. Bye!
