THE LORD AND THE LADY OF THE BUILDING
DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.
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Capítulo 26. El cumpleaños de la lady bajo un concepto muy especial.
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Decir que últimamente nuestro par de enamorados favorito estaban más acaramelados que nunca sería decir poco.
Tras regresar de la visita a los Haruno, Sasuke y Sakura apenas habían pasado separados el tiempo que sus respectivas jornadas laborales duraban y cada momento que tenían libre lo aprovechaban pegados el uno al otro como si fueran pequeñas lapas. Ya fuera cocinando, comiendo, descansando, haciendo trabajo en casa o durmiendo, el punto era no separarse y eso por supuesto incluía hacer el amor.
No obstante, eso supuso un problema para el Uchiha cuando le impidió concentrarse en cierto asunto que además demandaba mantenerse secreto mientras se planeaba: la sorpresa de cumpleaños de Sakura. Aunque realmente ni siquiera había podido llegar a su mente la idea perfecta para llevar a cabo.
Lo primero que descartó fue hacer una fiesta de cumpleaños para ella, pues además de él, Sakura solo tenía dos amigos y ninguno estaría disponible para ese día según la chica le contó; pensó en llevarla a cenar a algún lugar elegante, pero conociéndola el hecho de avisarle a última hora y no darle la oportunidad de arreglarse con el esmero al que estaba habituada podría causarle un estrés que perfectamente se podía evitar; incluso pensó en cocinarle él mismo en una cena romántica, sin embargo, últimamente comían todos los días juntos, así que en realidad no se sentiría como una auténtica celebración de cumpleaños.
Fue entonces que el plan perfecto apareció frente a él en forma de un anuncio en línea.
—Realmente no tenías que tomarte el día libre para pasarlo conmigo Sasuke-kun, con que nos hubiéramos visto un poco en la noche para mi hubiera sido suficiente — la pelirrosa le dijo al hombre sentado en el asiento del conductor mientras iban en coche a un destino del que no tenía conocimiento.
Con la mirada fija en el camino, el Uchiha tomó su mano y depositó un par de besos en el dorso de ésta, haciendo sonreír enormemente a su dueña.
—Sí tenía que hacerlo y en cuanto lleguemos vas a entender por qué.
Sakura no quería lucir muy emocionada pero el hecho de que hubieran salido de la ciudad un poco temprano y que en ese momento ya llevarán alrededor de treinta minutos en carretera le hacía inevitable tener muchas expectativas respecto al lugar al que irían. Mismas que fueron totalmente superadas cuando Sasuke le señaló por la ventana un lugar a lo lejos.
—No puede ser... — murmuró estupefacta al divisar una enorme mansión de la época victoriana, así como los amplios y coloridos jardines que lo rodeaban como parte de la propiedad.
El pelinegro sonrió aliviado al ver el entusiasmo en el rostro de su novia y se sintió todavía más feliz por su éxito cuando llegaron al estacionamiento y ella se lanzó a sus brazos mientras le expresaba su agradecimiento tanto con palabras como con besos... Y eso que aún ni siquiera sabía para qué estaban ahí.
En cuanto bajaron del auto fueron recibidos por una de las personas que eran parte del staff del lugar y que iba vestido acorde a la temática victoriana. Esa no era la primera vez que los llamaban "lady" y "lord" pero sí en la que Sakura más se había sentido contenta por ello.
Con amabilidad, el staff le pidió a la cumpleañera que lo acompañara, por lo que Sasuke no tuvo de otra más que entrar al vestíbulo del lugar para esperar hasta que su novia regresara. Sin embargo, rápidamente fue abordado por otro trabajador que insistió en que también debía ir a cambiarse. Él intentó negarse ya que solo quería que se ocuparan de su pareja, pero al final fue convencido con el argumento de que había pagado por la experiencia completa y más cara así que lo justo era que le atendieran como se merecía.
Al menos la ropa que le pidieron que se pusiera era de su talla y no distaba mucho de su vestimenta habitual, siendo un traje formal al que se le notaba a leguas que era de buena calidad. Tal vez lo único que no parecía ir tan acorde con él fue el color, pues nunca había usado un traje beige en toda su vida, aunque la combinación del saco, pantalón y chaleco en ese color era armoniosa junto con el blanco de la blanca.
Al final se encogió de hombros pensando en que si sentía atractivo o no eso era lo de menos, quien de verdad importaba era Sakura. Aunque aun así vio a muchas personas (en especial mujeres) mirarlo y hablar de él sin disimular su admiración, tal vez creyendo que formaba parte del destino temático.
Un lord en toda la regla y recién salido de un libro de romance de época.
No obstante, todas esas miradas llenas de elogio se volvieron hacia Sakura en cuanto ella hizo aparición en el jardín exterior donde él la esperaba.
Escuchó a un grupo de niñas y adolescentes exclamar soñadoramente cuando la vieron caminar entre los altos rosales amarillos ataviada en un vaporoso y bellísimo vestido blanco de satín. Éste tenía una voluminosa falda necesitaba ser levantada ligeramente para caminar, era bastante ajustado en la zona de la cintura y el busto y las mangas caídas en delicados fruncidos de la tela enmarcaban de manera deliciosa sus clavículas y sus delicados hombros. Le habían hecho un encantador recogido a su cabello en la nuca, maquillado ligeramente e incluso le pusieron un par de perlas como pendientes.
Parecía que Sakura nunca podría dejar de sorprenderlo con lo hermosa que siempre se veía y su facilidad para superar su propia belleza una y otra vez.
Estaba demasiado sonrojada cuando llegó hasta él, avergonzada tanto por la forma en que su novio la estaba viendo como los demás visitantes del lugar, pero aun así no se contuvo en abrazarlo y dejar que le diera un beso en la frente a pesar de los espectadores.
—Feliz cumpleaños mi lady... Mi hermosa lady — él murmuró en su oído todavía sin soltarla —. Te amo.
—Muchas gracias mi lord, yo a usted mucho más.
Ofreciéndole su brazo, Sasuke le pidió que caminara con él en dirección a donde el miembro del staff que los acompañaría durante todo el día ya los esperaba y a sus espaldas pudieron escuchar como otro trabajador dispersaba a las personas que se habían reunido para verlos, informándoles que también eran visitantes y no formaban parte del paraíso temático.
Al menos no como actores oficiales, pues era innegable que se fundían a la perfección con el lugar y que daban toda la ilusión de ser una verdadera pareja de la época.
Siendo que Sasuke había pagado el paquete más costoso que el lugar ofrecía, lo primero que hicieron fue llevar a su novia a una corta sesión de fotos en el jardín. Pidiéndole que se sentara con gracia y extendiendo su vestido sobre un campo de margaritas, mientras tomaba una entre sus manos.
—Pocas señoritas que vienen a visitarnos se ven así de maravillosas — la mujer del staff comentó para sí misma mientras observaban a Sakura desenvolverse frente a la cámara. Enamorándola con su mirada un poco tímida, así como con su sonrisa encantadora. Aunque rápidamente salió de su ensoñación cuando recordó que tenía a su pareja al lado —. Señor Uchiha, por favor venga conmigo para que tomen unas cuantas de ustedes dos.
La primera reacción de Sasuke fue negarse, pues realmente quería que toda la experiencia se centrara en su novia, aunque nuevamente terminó cediendo cuando la pelirrosa se mostró emocionada por compartir un par de fotos con él.
La sesión de pareja se hizo en otro lado, eligiendo el interior de la mansión y un sillón frente a una enorme pintura antigua como la locación perfecta. Se tomaron fotos uno al lado del otro y tomados de las manos, con el pelinegro acariciando la mejilla de su novia, ambos mirando a la cámara con preciosas sonrisas en sus rostros e incluso fueron presionados para tomar unas cuantas besándose.
Otra vez tuvieron más público presente del que sería apropiado dado que, como visitantes, también eran merecedores de su privacidad, aunque no pudieron molestarse por ello debido a lo concentrados que estaban en disfrutar su romántico momento juntos, sobre todo Sakura.
Salvo que al final, el escuchar que alguien preguntaba si acaso también hacían sesiones para bodas en ese lugar, haciendo alusión a ellos, sí los hizo sentir ligeramente nerviosos.
Luego de ello, los llevaron a otras cuantas actividades como recorrer la mansión, tomar el té en el jardín, recorrer el laberinto hecho de rosales e incluso bailar un vals en el salón principal acompañados de otras personas. Siendo esta última la que menos gustó a Sasuke pues al tiempo que fue obligado a bailar con otras señoritas por protocolo, también tuvo que dejar que otros hombres lo hicieran con su novia.
Cuando ya estaba atardeciendo fueron llevados a cumplir con el penúltimo plan del programa, siendo éste un paseo en balsa por el medianamente grande estanque con el que la propiedad contaba. Esa fue la única actividad en la que los dejaron estar a solas, pero aun así el pelinegro remó hasta que estuvieron en el medio de la concentración de agua, lo suficientemente alejados de los demás.
—Lamento el exceso de atención que tuvimos el día de hoy Sasuke-kun, sé que eso te incomoda.
—Descuida, es imposible que no nos miren si estoy con alguien así de hermosa como tú — él respondió al tiempo que sonreía para ella, haciéndola ruborizarse —. Además, este día se trata sobre ti y que tú te la hayas pasado bien es en lo que más me he concentrado hoy... ¿Lo conseguí?
—¡Por supuesto! ¡Es el mejor cumpleaños que he tenido en mi vida! — la pelirrosa le mostró lo en serio que hablaba acercándose a él para besarlo.
Con todo gusto, Sasuke la recibió en sus brazos y comenzó a mover sus labios sobre los de ella con toda pasión, amor y dulzura, sin embargo, poco a poco éste se volvió cada vez más intenso hasta que sus lenguas se encontraron y sus respiraciones comenzaron a agitarse.
La noción del tiempo y el lugar en el que estaban comenzó a difuminarse hasta que pasó a último plano y los hizo sentir lo suficientemente seguros como para intensificar su contacto.
—Sasuke-kun~... — la pelirrosa gimió acaloradamente cuando él poso su mano en uno de sus pechos y comenzó a acariciar su pezón, todavía cubierto por la tela, hasta que éste se endureció por las atenciones.
A pesar de lo ajustado que estaba el vestido, el Uchiha consiguió bajarle el escote hasta dejar al descubierto sus pálidos senos y sus rosados capullos listos para darle la bienvenida a su boca. Con el dorso de la mano Sakura se cubrió los labios para evitar gemir sonoramente cuando la húmeda lengua de su novio se posó en uno de ellos y acto seguido procedió a succionarlo con gula, repitiendo ese mismo procedimiento en el otro.
—Mi lady no solo es una mujer dulce y encantadora, también es bastante lujuriosa — él susurró a su odio mientras sus manos comenzaron a bajar de su busto hasta intentar colarse bajo su vestido.
La más desesperada al momento de juntar la pesada tela sorprendentemente fue Sakura y eso se debió al enorme calor en su bajo vientre, avivado todavía más por la forma en la que su novio le besaba los labios, casi como si quisiera devorarla. Por ello, sentir como la masculina mano de su acompañante por fin la acariciaba en su zona intima fue como recibir el elixir de la vida.
—Ahhh — exclamó dulcemente, escondiendo el rostro en el cuello de su amante cuando los dedos masculinos se adentraron en ella y comenzaron a masturbarla al tiempo que también acariciaba su perla del placer.
—Este es un preámbulo del regalo que te espera cuando volvamos a casa mi lady — el atrapó en sus labios el lóbulo de su oreja siguiendo con su labor de llevarla al clímax al tiempo que también seguía jugando con sus pechos con su mano libre y después de un tiempo más, ella se retorció en sus brazos tratando de controlar la maravilla sensación que se extendió por cada parte de su cuerpo. Él esperó a que el efecto pasara antes de volverle a hablar —. Mi querida Sakura, ojalá pudiera llevarte hasta el final justo ahora, pero me temo que ya nos deben estar esperando en tierra firme.
—¿Podemos quedarnos un rato más aquí? No quiero que este día termine — la pelirrosa pidió con ojos suplicantes.
—Todavía no termina... — Sasuke tomó los remos para emprender camino hacia la orilla —. Adentro todavía te espera el tradicional pastel de cumpleaños, los regalos que este humilde esclavo tuyo trajo para ti y en cuanto regresemos a casa voy a hacerte el amor hasta que no puedas más.
—Oh mi lord, eso suena maravilloso — la pelirrosa sonrió deslumbrante para después mirarlo con un desbordante amor —. Muchas gracias por todo esto, en verdad es el mejor día de mi vida.
—Es solo uno de los miles que pienso darte mientras me sigas permitiendo estar a tu lado y demostrarte lo mucho que te amo, mi lady.
...
NOTAS FINALES:
Casi no traigo capítulo el día de hoy jaja, es que en serio ando muy ocupada, pero en cuanto me senté a escribir ya no pude parar. Por cierto, sí Sasuke pagó una propina extra para el lavado de la ropa cuando la entregaron, no lo incluí para no romper la fantasía romántica/sexual pero sí sucedió jajajjajaj.
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Como siempre mil gracias por sus reviews y por estar disfrutando de esta historia, así como por mostrarme su apoyo con sus comentarios, sus favs y demás, les ruego por favor no lo dejen de hacer. También les pido que si me leen y les gustan mis fics le den follow a mi cuenta, no les toma mucho tiempo y a mí me ayuda a seguir motivada y seguir creyendo en mí misma.
Nuevamente muchas gracias y nos leemos luego. BYE!
