THE LORD AND THE LADY OF THE BUILDING
DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.
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Capítulo 29. El lord tiene total certeza de algo.
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Había varias cosas que últimamente rondaban por cabeza de Sasuke sin descanso. Como si estuvieran a bordo de un tren miniatura que recorría en círculos su cerebro durante el día y la noche, dificultándole dormir y concentrarse en el trabajo.
Pero la que más le aquejaba era una idea que también se había abierto paso en su corazón: dar el siguiente paso con Sakura y pedirle matrimonio.
Hacía un par de meses que habían cumplido un año de noviazgo y aunque algunas personas podían creer que casarse sería ir muy aprisa, lo cierto es que el Uchiha se sentía más que listo para llamar "esposa" a quien consideraba el amor de su vida y estaba seguro de que la pelirrosa opinaba igual.
No por nada durante la hermosa cena que tuvieron para celebrar su aniversario como pareja, sus ojos mostraron momentánea decepción cuando, en lugar de un anillo de compromiso, el hombre le dio una pulsera de brillantes. Fue algo fugaz y casi imperceptible, pero Sasuke tomó muy bien nota de ello y se sintió emocionado por saber que ella estaba igual de ansiosa que él por avanzar en su relación.
Así entonces, además de esa ya decidida idea, a su mente no dejaban de aquejarlo otras cosas relacionadas como el anillo de compromiso que debía comprarle, la forma y el lugar ideal para proponérsele, el viaje a ver a sus padres para pedir su mano, la visita a sus propios padres para darles la noticia, entre otras preocupaciones.
Esa tarde luego de un cansado día de trabajo, caminó por el vestíbulo decidido a subir a su casa rápidamente para continuar revisando un caso que tenía pendiente, no obstante, sus planes se vieron interrumpidos por una reunión de las ancianas del edificio afuera del ascensor. Pensó en saludar tan seco como siempre y pasar de ellas sin siquiera mirarlas, pero, cuando las tres señoras se dieron cuenta de que estaba ahí, ya no tuvo forma de huir.
—Oh mi lord, muchas felicidades — Shizune fue la primera en acercarse a él con una expresión enternecida y emocionada —. Estamos muy contentas por ustedes.
—En hora buena señor Uchiha — Tsunade la siguió luciendo más digna, aunque igualmente feliz —. En nuestra opinión tal vez lo mejor hubiera sido esperar un poco, pero eso no quita que son maravillosas noticias.
A su lado, Chiyo asintió estando de acuerdo y le dio una pequeña palmada cariñosa en el brazo al tiempo que esbozaba una pequeña sonrisa.
—Ammm, sí, gracias... ¿De qué están hablando? — Sasuke estaba abiertamente confundido por las repentinas felicitaciones.
—¡Pues de qué más! ¡Del embarazo de mi lady! — Tsunade dio un golpe al suelo con su bastón para enfatizar sus palabras y Shizune le acompañó con pequeños aplausos.
—¡¿Qué?!
Esa fue la primera vez que algún vecino vio al Uchiha permitirse demostrar debilidad y horror. Su normalmente estoico rostro se convirtió en una mueca de perplejidad e incluso alzó la voz al momento de exclamar su pregunta, por ello las ancianas captaron de inmediato que el pobre hombre no tenía conocimiento previo de aquella feliz noticia.
—Ay no... — Shizune se afligió de inmediato, dándose cuenta del terrible error que habían cometido —. M-mi lord, lo sentimos mucho, no sabíamos que...
—¿Sakura embarazada? ¿Quién les dijo eso? — Sasuke la interrumpió firmemente necesitado de escuchar una respuesta clara y concisa.
—Oh bueno, resulta que fuimos a nuestra sesión semanal del club de lectura, al salir de ella nos encontramos con Sarutobi-san y él nos contó que encontraron una prueba de embarazo en la basura del baño de la recepción.
Con esa información preliminar el pelinegro estuvo a punto de aclarar que había otras dos mujeres jóvenes en el edificio a las que podía pertenecer, pero, de inmediato, Chiyo completó la explicación de Shizune resolviendo esa cuestión.
—Resulta que Anko tiene una semana fuera de la ciudad por un viaje y Kurenai afirma que tampoco pertenece a ella, así que Sarutobi de inmediato pensó en mi lady.
Entre los cuatro se abrió paso un incómodo silencio que el Uchiha uso para reflexionar y que las mujeres le permitieron, sin presión, tomarse para que lo hiciera. Ciertamente que creyeran a su novia la dueña de esa prueba se reducía a un simple proceso de eliminación que no necesariamente indicaba su culpabilidad, pero había algo que a él le indicaba que podría no ser imposible.
Los últimos meses sus sesiones de sexo habían sido tan frecuentes y desenfrenadas que no podía descartar que hubieran terminado concibiendo. Sakura tomaba la píldora religiosamente, pero cabía la posibilidad de que en alguna ocasión la hubiera olvidado y también estaba el hecho de que ningún método anticonceptivo es 100% infalible.
Ahora, sí encontraba demasiado extraño que se hiciera una prueba en el baño público del edificio teniendo su propio apartamento, aunque tal vez podía deberse a que no contaba con la privacidad suficiente, pues él no le permitía estar mucho tiempo lejos. Apareciendo en su casa sin importar la hora y llevándola a la suya a pasar la noche casi todo el tiempo. La pelirrosa debió sentir que no tenía de otra más que hacérsela en otro lugar, ya fuera en su consultorio o ahí. Donde fuera que su desesperación la hubiera acorralado.
Aun así, no sentía que fuera propio de ella actuar como una adolescente ante un susto de embarazo y menos que no le tuviera la confianza suficiente para contarle. Tendría que hablar muy seriamente con ella, aunque primero había otra cosa importante de que ocuparse.
—Entiendo... Señoras, ustedes son conscientes de lo mucho que Sakura las aprecia, así que si ustedes se sienten igual respecto a ella les pido que no vuelvan a comentar esto con nadie — su rictus volvió a ser tan solemne como siempre —. Ella se merece respeto a su privacidad y la oportunidad de negar o aceptar si acaso esa prueba es suya.
—Estamos de acuerdo, lo sentimos señor Uchiha, debimos ser más discretas y en serio lamentamos estarlo haciendo pasar un mal raro — la normalmente rígida Chiyo también se mostró acongojada y se inclinó en una reverencia —. Si la vemos no le diremos nada, ni a ella ni a ninguno de los demás vecinos.
—Y sobre Sarutobi...
—Nos aseguraremos de mantener su boca cerrada también — Tsunade se apresuró a aclarar.
El Uchiha asintió en agradecimiento y con una corta despedida se adentró en el elevador. Cuando estuvo en su piso se paró frente a la puerta de su novia esperando escuchar si acaso ella ya había llegado y cuando comprobó que así era, tuvo que tomarse un par de segundos para prepararse antes de tocar. Finalmente lográndolo tras unas cuantas profundas respiraciones.
—¡Sasuke-kun! — la feliz pelirrosa exclamó su nombre cuando abrió y lo envolvió en un pequeño abrazo —. ¡Bienvenido! Pasa y siéntate, en un momento termino.
La mujer llevaba delantal puesto y desde la cocina emergía el olor de la comida, por lo que el Uchiha sintió la sospecha sobre su novia crecer. No era raro verla cocinar, pero sí que estuviera tan emocionada mientras lo hacía y que casualmente no quisiera su ayuda cuando siempre la solicitaba sin importar que tan sencillo fuera el platillo, ¿eso podría significar la celebración del anuncio de una noticia especial?
Al menos Sakura no parecía nerviosa o triste en lo absoluto. Tal vez el saberse embarazada no representó ningún problema para ella una vez que lo confirmó y por ello ahora su ser resplandecía de pies a cabeza en alegría y despreocupación.
Mientras la sopa terminaba de cocinarse, él se dispuso a poner la mesa. Demasiado callado y con el rostro reflexivo, lo que no pasó desapercibido para su novia.
—¿Pasa algo? — ella lo abrazó por la espalda, envolviendo sus brazos alrededor de su cintura.
Sasuke suspiró con pesadez, dudando de si cuestionarla directamente o esperar a que ella estuviera lista para contarle. No quería presionarla, pero tampoco estaba haciendo un buen trabajo conteniendo su incógnita, así que al final decidió dar el primer paso hacia conseguir que ella sólita hablara.
—Sakura... ¿Tú confías en mí?
—Con todo mi corazón — ella no dudó en responder y cuando él se dio la vuelta para verla a la cara, tomó su rostro en sus pequeñas manos —. ¿Por qué me preguntas eso?
—Porque quiero recordarte que sin importar las circunstancias siempre vas a contar conmigo para todo y que no hay nada que debas sentirte en la necesidad de ocultar.
—¿De qué hablas, mi amor? Yo ya sé eso — inconscientemente la pelirrosa frunció el ceño, confundida —. Estas actuando muy extraño...
—Solo estoy nervioso, e-es que yo... — no mentía, las manos le estaban temblando y la forma en la que ella lo estaba contemplando, expectante, no le estaba ayudando en nada a serenarse—. Te amo demasiado.
—Y yo a ti aún más Sasuke, dime ya qué te sucede, me estás asustando.
En ese momento no le tomó mucha importancia al hecho de que su novia estuviera fingiendo demencia y no se animara a ser ella quien le confesara lo que estaba (o no) ocultándole. Todo en lo que podía pensar era en escucharla confirmar o negar lo que él diría a continuación.
—Sakura... ¿estás embarazada?
La pequeña pelirrosa se soltó de su agarre con rapidez y su rostro mostró la misma expresión que él había puesto cuando recibió la noticia de sus vecinas.
—¡¿Qué?!
—Escucha, puedes decirme la verdad te juro que no me molestare si es cierto, no tendría por qué, en realidad es todo lo contrario, yo...
—¡Sasuke-kun no estoy embarazada! — ella lo interrumpió firmemente, aunque luego compuso una expresión contemplativa mientras hacía cálculos mentales —. ¡No! ¡Definitivamente no lo estoy!
—¿En serio?
—En serio, ¿de dónde sacaste esa idea? — mucho más tranquilo, él comenzó a contarle lo sucedido con Tsunade, Chiyo y Shizune y cuando terminó su relato el rostro de su novia salió de su ofendido estupor pasando a una tierna y conmovida expresión —. ¡Oh mi amor! ¡Debiste asustarte demasiado!
Como si se tratara de un niño saliendo de la casa de los horrores, Sakura lo abrazó con dulzura y le besó las mejillas para consolarlo. Ahora comprendía porque su rostro y completa corporalidad habían estado tan abrumados desde el momento en que abrió la puerta.
Internamente la pelirrosa se permitió saltar enternecida por la adorable reacción de su novio. Sabía que quería tener hijos igual que ella y saber que, fuera del susto, se había tomado bastante bien esa errónea noticia, la hizo amarlo más de lo que ya hacía. Ahora tenía una idea de cómo sería el momento en que realmente se embarazaran y ello la hizo emocionarse en demasía.
—No estaba asustado, más bien confundido... No me lo esperaba — él correspondió al contacto envolviendo sus brazos alrededor de su pelirrosa —. Lamento haber creído sus apresuradas conclusiones.
—No te disculpes, cualquiera en tu lugar se habría puesto igual — ella le tomó el rosto por las mejillas y rozo sus labios con los de él para después darle una radiante sonrisa —. Mi hermoso e inocente novio, ya te estabas imaginando cambiando pañales día y noche ¿verdad?
Entre risas y más comentarios divertidos sobre el susto del embarazo, Sakura se alejó de él, dispuesta a comenzar a servir la cena. Lo que Sasuke aprovechó para soltar un suspiro de alivio, al fin habiendo aclarado todo, aunque al mismo tiempo nuevos pensamientos e ideas se hicieron lugar en su mente gracias a ese malentendido.
Hablaba en serio cuando decía que no estaba molesto por la posibilidad de convertirse en padre, más bien había sido invadido por una cálida y a la vez aterradora sensación de alegría. Amaba a Sakura con todo su corazón y tener una familia con ella, sin importar si era en ese momento o después, lo haría el hombre más dichoso del mundo.
La sola imagen mental de su pequeña pelirrosa con el vientre hinchado por albergar a su hijo o hija en su interior era suficiente para que el pecho se le apretara de incontenible amor e ilusión. Sabía que deseaba miles de cosas con ella y que su vida sería un auténtico cuento de hadas si permanecía a su lado, pero las cosas nunca fueron tan claras como en ese momento.
Eso susto había sido catártico para él.
Ahora estaba completamente motivado a continuar con sus planes sin ningún titubeo o retraso de su parte.
Haría a Sakura su esposa lo más pronto posible y nada ni nadie iba a detenerlo.
...
NOTAS FINALES:
Se nos viene el bodorrio, AJUAAAAAAA. Al fin estoy llegando a los capítulos que planeé escribir desde que comencé a imaginar la historia, que felicidad jaja.
Estuve leyendo que reaccionaron bien al hecho de que podría ser un fic bastante extendido y me alegra mucho, pensé que conforme más largo se haría menos les interesaría leer, pero estoy muy contenta de que les parezca bien. En serio gracias por su apoyo.
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Como siempre si les ha gustado este capítulo me gustaría que me lo dijeran, así sabré que voy por buen camino. De verdad mil gracias por todas sus bonitas palabras porfi sigan acompañándome en lo que nos falta de historia y a quienes son lectores fantasma plis les pido manifestarse de alguna manera, me gustaría poder darles las gracias por estar aquí y saber sus nombres. Ya sea con un comentario, un fav o un follow a mi cuenta y a la historia, todo es valioso para mí.
Sin mas por añadir nos leemos pronto. Bye!
