THE LORD AND THE LADY OF THE BUILDING

DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.

Capítulo 31. El hermano del lord es…

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A pesar de haber cosechado un éxito profesional del que estaba sumamente orgulloso, ser un hombre independiente y gozar de excelente estabilidad económica, Sasuke nunca se había sentido tan realizado y conforme con su vida como ahora que estaba comprometido.

Es decir, sí, cumplir sus objetivos personales lo llenaba de satisfacción consigo mismo, pero como nunca se imaginó que podría llegar a casarse con alguien de quien estuviera infinitamente enamorado, casarse lo inundaba de un dicha diferente. No era así como había imaginado su vida adulta, pero agradecía a todos los dioses y el universo que fuera así como había resultado.

Su futuro auguraba para ser un continuo deleite y no podía esperar para disfrutarlo y compartirlo con la persona que más amaba en el mundo. Con Sakura.

Esa consciencia de lo bien que estaba yendo todo para él y lo lejos que estaba consiguiendo llegar era algo que no podía evitar pensar cada cuando durante el día y la noche. Sin embargo, ésta se vio difuminada cuando recibió de sorpresa a un invitado en su casa: Itachi.

Su querido hermano mayor, quien, a pesar de su edad, insistía en verlo y tratarlo como si aun fuera un niño.

—¿Los tomates están lo suficientemente sazonados para ti, hermanito? — el hombre de 38 años y aparecía típica de un Uchiha: ojos y cabello negros, piel pálida y facciones elegantes, le preguntó desde la cocina.

—Tú ya sabes cómo hacerlos... — Sasuke respondió con ligera irritación mientras revisaba documentación de un caso en la sala de estar.

A pesar de que hacía muy poco que se había convertido en padre, Itachi había decidido pasar el fin de semana con su hermano menor con la excusa de que no quería que pensara que ahora que tenía una familia ya no se interesaría por él. Claramente eso era algo que al abogado nunca se le había pasado por la cabeza, pero aceptó que lo visitara de todos modos.

Solo que no pensó que Itachi fuera a actuar como solía ser en los años en que aun vivían juntos en casa de sus padres: tremendamente consentidor, obsesionado con pasar todo el tiempo posible a su lado e incómodamente cariñoso.

Ese era su segundo día en su casa y aunque estaba haciendo un trabajo decente fingiendo que no le afectaba, lo cierto era que el comportamiento de su hermano mayor le estaba poniendo los nervios de punta. Ya había sido un suplicio tener su hostigante atención sobre él durante la adolescencia y sufrirlo ahora que era un adulto le parecía demasiado ridículo.

Además, estaba bastante disgustado con él por el comportamiento que había tenido con Sakura el día anterior cuando finalmente fueron presentados.

Itachi tenía historial de ser encantador con todas las personas que se cruzaban en su camino, en especial con las mujeres, sin embargo, cuando tuvo en frente a la pelirrosa se comportó extraño, invasivo y para su gran sorpresa un poco hostil. Tanto que inmediatamente después de captar la animosidad de su cuñado, su prometida decidió retirarse a su hogar y dejarlos pasar su tiempo de calidad solos por el resto de la noche.

Por supuesto que Sasuke le había reclamado a su hermano mayor la manera en que había tratado a su amada, pero éste simplemente fingió demencia y lo convenció de perdonarlo con la idea de hacer una cena para los tres y así demostrarle que quería llevarse bien con la pelirrosa. Misma que tendría lugar esa noche.

—Dijiste que a Sakura-chan le gusta el pastel de chocolate ¿verdad? — Itachi, quien había pasado toda la tarde en la cocina preguntó con buen humor.

—Sí.

—Pues que lástima porque prepare tiramisú.

El Uchiha menor estaba a punto de lanzarse a advertirle que no pensaba tolerar sus estupideces cuando el sonido de un llamado a la puerta se lo impidió y antes de ir a abrirla le dirigió una mirada amenazadora a su acompañante, quien solo sonrió inocentemente.

—Hola Itachi-san... — Sakura se adentró en el departamento y lo saludó con timidez. Haciendo su mejor esfuerzo por ocultar su nerviosismo.

—¿Qué tal Sakura-chan? ¿Todo en orden? — los ojos verdes de la mujer fueron a dar por un breve instante hacia su prometido, como si temiera que él también se hubiera dado cuenta de su estado y luego dio un simple asentimiento con la cabeza —. Me alegro, es que te ves bastante afligida, no puedo imaginar qué podría ser la que te tiene así.

Nuevamente, Sasuke tuvo que contenerse en lanzarse al cuello de su hermano para demandarle que se comportara, en pro de no hacer más incomoda la noche. Los siguientes minutos, mientras ponían la mesa y antes de sentarse a comer, Sakura intentó ayudar a Itachi en cualquier cosa que se le ofreciera, pero éste siempre se negó a dejarla, aludiendo a que no tenía problema en hacer todo sin apoyo. Añadiendo un innecesario y pasivo-agresivo comentario sobre lo acostumbrado que estaba a encargarse de Sasuke él solo.

La cena fue una deliciosa carne término medio, acompañada de papas asadas, verduras y un inusual silencio por parte de la pelirrosa. Ciertamente, a Sakura le había tomado cinco minutos atrapada en esa incómoda situación para darse cuenta de que a Itachi Uchiha no le agradaba y, ya que estaba asumiendo que simplemente no era del agrado de ningún hermano mayor en el mundo, decidió que no tenía de otra más que tomar la misma posición que con sus propios hermanos: callar lo más que fuera posible y esperar a que todo terminara.

Aunque el ambiente se había aligerado y tuvo una corta oportunidad de aceptación cuando preguntó por el sobrino de Sasuke y como estaba llevando su nueva vida como padre y esposo. Algo a lo que su cuñado se mostró encantado de contarle con gran detalle.

—Recuerdo que una vez, cuando Sasuke era pequeño, lo convencí de pedir a nuestros padres que nos dieran un conejo solo porque yo lo quería y cuando por fin nos lo concedieron resultó que mi otouto era alérgico — en un momento después de comer, Itachi comentó entre risas, aunque las otras dos personas presentes no acompañaron su buen ánimo —. ¿Tú tuviste mascotas, Sakura-chan?

—Sí, en conjunto con los sembradíos mi familia tenía una granja, aunque actualmente ya no existe— la aludida respondió poniendo una nostálgica sonrisa —. Era muy agradable, me gustaba mucho.

—¿Y tenías conejos? — a modo de respuesta la dama simplemente asintió y luego lo vio poner una mueca —. Ah ya veo... Supe que tú y Sasuke fueron a tu hogar hace unos meses, que bueno que no tuvo que encontrarse con ninguno de esos saltarines amiguitos ahí. Eso habría sido muy desafortunado.

Por debajo de la mesa, el Uchiha menor pisó fuertemente el pie de su hermano, haciendo que fuera imposible que el herido disimulara el dolor. Sakura simplemente le dio una mirada conciliadora a su amado, restándole importancia al asunto.

—Sí, tienes razón, son muy tiernos, pero la salud de Sasuke-kun es primero.

—Bien dicho. Los conejos, los dulces y el color naranja son la kriptonita de mi otouto — el Uchiha mayor revolvió el cabello del menor, para molestia de éste y luego añadió: —. Recuerda que siempre que tengas alguna duda respecto a Sasuke puedes acudir conmigo. Yo solía ser su persona favorita en el mundo antes de que tú llegaras, así que sé todo sobre él.

A su amable y al mismo tiempo despectivo ofrecimiento, la dama simplemente asintió y compuso una falsa sonrisa, siendo correspondida con una de igual naturaleza por parte del visitante.

El resto de la velada Itachi se la pasó contándole anécdotas divertidas, tiernas y vergonzosas de su vida con su hermano menor, mismas a las que su cuñada solo se sentía segura de escuchar en silencio, pues intentar participar en la conversación era como caminar en un campo minado. Incluso tuvo dificultades para recordarse a sí misma que no debía dejarse llevar por sus heridos sentimientos cuando el hombre le hacia uno que otro comentario malintencionado y mejor se retiró a lavar los trastos para ocupar su mente en algo más que no fuera la incomodidad que sentía.

Sasuke en todo momento se había dado cuenta de ello y no podía esperar el momento de quedarse a solas con su consanguíneo para reclamarle lo que estaba haciendo. De esa no se le iba a escapar.

—Entonces Sakura-chan, mi otouto y yo estábamos pensando en salir a ver una película mañana ¿Quieres acompañarnos?

Sintiendo que estaba a punto de pisar una bomba, la chica alternó entre mirar a su prometido y luego a su cuñado, esperando encontrar en sus expresiones la respuesta que sería más conveniente dar.

—En realidad no quiero interponerme en sus planes, sé que tienen mucho sin verse y quieren estar juntos tanto como sea posible — al final decidió declinar la oferta, sintiendo que el oxígeno regresaba a sus presionados pulmones cuando el mayor en la habitación sonrió en aceptación a su respuesta —. De hecho, creo que lo mejor es que ya me vaya, pero realmente me ha gustado conocerte Itachi-san y gracias por la deliciosa cena.

Sakura no solía ser tan seca y concisa al despedirse por lo que era obvio que tenía urgencia de salir de ahí y por ello el enojo de Sasuke con su hermano aumentó todavía más.

—Cuando quieras hermanita, buenas noches — Itachi se despidió con una tranquila sonrisa y desapareció hacia el baño, dejando oportunidad al par de enamorados para despedirse.

—De verdad lo siento Sakura, él no es así, no sé qué le pasa — el abogado miró con incertidumbre a su novia cuando estuvieron en el umbral de la puerta.

—Descuida, no hay problema. Quizá solo está un poco celoso...

—¿Celoso? — enarcó una ceja, confundido.

—Bueno, es obvio que antes de tener su propia familia tú eras su ser más querido en el mundo, así que supongo que no le hace gracia ver que una bruja de cabello rosa te ha tomado para ella — Sakura compuso una breve sonrisa y luego tomó una de las manos masculinas, depositando un beso en el dorso de ésta —. Nos vemos después ¿sí? Y no te preocupes más por ello.

—Me pides algo imposible...

Tras un lento beso de buenas noches y despedirse con un "te amo", la Haruno se adentró en su departamento, permitiendo así que Sasuke finalmente liberara la bestia que había estado guardando dentro.

Con pasos pesados, se encaminó hacia su habitación y tomó una de las fundas de sus almohadas, para acto seguido meter dentro un par de pesadas zapatillas deportivas. Solo podía recordar haber hecho eso una sola vez en su vida y sin duda en aquella ocasión no había estado tan molesto como en ese momento.

—Idiota... Mira que atreverse a tratar a mi prometida asi, esta vez se la ganó, en serio se la ganó — refunfuñó saliendo del cuarto al mismo paso acelerado.

En cuanto vio a su hermano mayor salir del baño, no dudó en atacarlo con la improvisada arma, importándole poco que los golpes impactaran en su cabeza y su cara.

—¡Ouch! Otouto! ¡¿Qué te sucede?! ¡¿Por qué...?!

—¡Qué clase de monstruo enfermizo se te metió a la cabeza para tratar a mi prometida así! ¡¿Eh?!— Sasuke exclamó sin dejar de azotarlo a pesar de ya haberlo derribado contra el suelo y tenerlo en posición fetal mientras trataba de cubrirse la cara —. ¡En tu vida volverás a dirigirte a ella de esa manera o no tendré de otra más que dejar a mi sobrino sin padre!

—¡¿De qué hablas?! ¡Me porte bien!

—¡¿En qué universo decirle a mi prometida que no coma demasiado si quiere entrar en su vestido de novia es portarse bien!?

Demasiado adolorido como para continuar soportando los golpes, Itachi derribó a su hermano menor e intentó someterlo en el suelo. Era como si otra vez fueran niños no conociendo otra forma de solucionar sus problemas que no fuera la confrontación física y, en el momento en que Sasuke sintió que su cabello era jalado fuertemente, decidió que su hermano se merecía sufrir una reprimenda aún mayor.

—¡¿Qué haces?! — Itachi lo cuestionó al verlo levantarse a duras penas y tomar su teléfono.

—Cavando tu tumba, maldito — murmuró con la voz enfurecida y poniendo el aparato contra su oído, esperando a que la persona a la que llamó respondiera —. ¡Madre! ¡Habla con tu hijo! ¡Se ha portado como una mierda desconsiderada y grosera con Sakura esta noche!

—¡Sasuke no! ¡Lo siento! ¡Cuelga, por favor! — en cuanto escuchó a quien había llamado su otouto, Itachi se levantó a prisa para ir tras él, pero en lugar de hacer caso a su pedido, el abogado siguió contándole a su madre lo que acababa de pasar y luego puso el teléfono en altavoz.

"¡¿QUE LE DIJO QUÉ COSA?!" la voz de la matriarca de los Uchiha sonó altamente enfurecida al otro lado de la línea, mortificando aún más a su primogénito.

De inmediato, Itachi trató de explicar tanto a ella como a su hermano menor el motivo por el cual había actuado así. Tal y como Sakura le había dicho, se encontraba un poco celoso de ver que ahora alguien más tenía la atención, el cariño y la amistad que antes Sasuke solo deparaba en él, pero no hubo suficientes excusas que calmaran la cólera de su madre y la indignación del hombre que estaba próximo a contraer matrimonio.

Seguía tan enojado que mientras Mikoto continuaba regañando a su hijo mayor, el menor se dirigió al teléfono fijo en la cocina y comenzó a marcar el número de otra persona. Para cuando Itachi por fin pudo librarse de los gritos de su madre y ésta colgó, ya tenía a alguien más aguardando por él para decirle otra tanda de más cosas.

"¡No puedo creerlo! ¡Sabía que era mala idea dejarlo ir a visitarte! ¡Pero me va a escuchar!"

Sasuke también había llamado a Izumi, su esposa.

Uno podría pensar que el que el Uchiha decidiera formar un frente unido con su madre y su cuñada para atacar a Itachi podría ser la manera menos heroica de defender el honor de su futura mujer, pero ya había comprobado de nueva cuenta que su hermano nunca pensaba tomarlo en serio como un adulto. Así que, si quería verlo actuar como un niño, se lo concedería.

Al final de su visita y antes de que su prometido lo llevara al aeropuerto, Sakura fue sorprendida por un fraternal abrazo de parte de su cuñado, acompañado por una prolífica y arrepentida disculpa, así como un pequeño paquete que contenía un par de enamorados conejos de chocolate hechos a mano.

Esa ofrenda de paz había sido suficiente para cambiar la opinión de la pelirrosa respecto a su nuevo hermano mayor y para calmar el resentimiento de Sasuke... O bueno, esto último parcialmente.

...

NOTAS FINALES:

Se imaginan qué hubiera pasado si los hermanos de Sakura hubieran visto a Itachi tratarla así... Uhhhh, tal vez podría hacerse realidad en el futuro, no sé. Ahí nada más la dejo jaja.

Ahora, motivo por el que decidí que Itachi fuera medio hostil con Sakura: conveniencia de la trama, esto da para muchas situaciones más adelante, además de que me pareció chistoso y plausible que siendo un hermano mayor tan acostumbrado a tener a su hermanito solo para él, le resultara difícil aceptar que ahora ya había a alguien más a quien dirigiera su afecto.

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En fin, como en cada ocasión les doy las gracias por estar aquí, por leerme y darse el tiempo de comentar. Porfis no dejen de hacerlo y si les gusta mi trabajo, aunque sea escríbanme algo cortito.

Nos vemos en la siguiente actualización. Bye!