THE LORD AND THE LADY OF THE BUILDING
DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.
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Capítulo 34. Lord y lady Uchiha
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Hubo un tiempo en el que Sakura creyó que se casaría muy joven en una pequeña ceremonia en el jardín de su casa con algún chico de su pueblo, como hicieron la mayoría de sus vecinas en el lugar donde creció. Eso claro cuando tenía doce años y aún no conocía nada más allá del campo.
Si bien su prometido le dio carta abierta para que tuviera la ceremonia de sus sueños y llevara a cabo cualquiera que fueran sus planes, por más costoso o elaborado que resultara, la pelirrosa eligió tener una boda pequeña. Sin mucho lujo, solo con invitados realmente cercanos a ellos y fuera de las normas religiosas.
Dado que ni ella ni su futuro marido eran adeptos a ninguna fe, tuvieron la idea de usar la mayoría de pautas de una ceremonia de bodas tradicional en lo que al final sería una oficiación ante el registro civil.
Así entonces, en pro de seguir haciéndole honor a esos apodos con los que todos los conocían, el lugar donde llevarían a cabo la boda era una mansión de estilo victoriano, cuyo salón principal era blanco y había sido decorado con arreglos florales compuestos por rosas blancas y naturaleza artificial dorada.
—Tranquila, todo saldrá bien y tú estás perfecta — Sasuke murmuró a su novia mientras seguían esperando a que Ino les permitiera salir de la habitación para caminar juntos hacia el altar.
Eran conscientes de que se suponía que la novia debía hacer la marcha nupcial en compañía de su padre y que el novio debía aguardar por ella en el altar, sin embargo, ambos habían establecido desde el principio que querían caminar uno al lado del otro. Algo que el Uchiha estaba seguro que había sido la mejor decisión ya que su pelirrosa estaba demasiado nerviosa y lo necesitaba con ella.
—No lo estoy — sí claro, como si su prometido pudiera creerle cuando la tenía prensada a su brazo con una considerable y dolorosa fuerza —. Aunque... sí tengo un poco de miedo de que todo pase demasiado rápido, me distraiga y me pierda de algo.
Tras escuchar esas palabras, Sasuke le dio una cuidadosa mirada a la mujer a su costado, nuevamente deleitándose con su belleza, aunque también encontrándose con genuina aflicción en su rostro.
Ya había derramado unas cuantas lágrimas hacía unos minutos cuando entró en la habitación y fue recibido por la imagen de ensueño de su pelirrosa ataviada en su vestido de novia, pero sentía que podría volver a ponerse a llorar en cualquier momento si seguía viéndola demasiado.
Decir que Sakura se veía hermosa en aquel modelo digno de una princesa en majestuosa seda y encaje blanco simulando flores y alas de ángel, sería injusto. En realidad, parecía una auténtica diosa. Habían peinado su cabello en suaves ondas que caían por su espalda y estaban ocultas detrás de un velo semitransparente, tenía un maquillaje sutil y joyería discreta, así como un par de altos tacones dorados que, aunque no podían ser vistos por debajo de su ajuar, le añadían varios centímetros de altura y, por último, en sus manos descansaba un pequeño ramo de rosas blancas.
Su futura esposa irradiaba una hermosura tan increíble que, para su sorpresa, solo se acentuó más cuando ella también comenzó a llorar cuando lo vio. Sasuke no demoró en abrazarla contra su pecho, susurrándole lo preciosa que estaba y lo mucho que la amaba y, de no ser porque estaban solos en ese cuarto, los ajenos a ellos habrían reconocido lo perfectos que se veían.
El Uchiha realmente no había tenido grandes cambios en su arreglo habitual, pues, aunque su traje negro era nuevo no distaba de su indumentaria de siempre. Tal vez lo único que había necesitado de una pizca de esfuerzo extra fue peinar su cabello, pues siendo éste tan rebelde fue algo difícil mantenerlo peinado hacia atrás. Aunque confirmó que había valido la pena cuando las pequeñas manos de Sakura le acariciaron con dulzura, pues en serio amaba ver el apuesto rostro de su amado al descubierto.
—No te preocupes, yo me aseguraré de capturar todo en mi memoria y contártelo después — finalmente respondió inclinándose hacia su rostro para besar sus labios rojos en un contacto que tuvo que parar cuando la rubia Yamanaka les indicó que era hora —. Ahora, vamos, estoy ansioso de que todos te vean y de que ese certificado esté firmado.
Sakura sonrió estando de acuerdo y le permitió poner el velo sobre su rostro antes de abrir la puerta. Afuera Ino les dedicó una mirada de enorme aprecio, sintiendo como ella también podría ponerse a berrear en cualquier momento, así que rápidamente les recordó lo que tenían que hacer y se marchó con los demás invitados.
—¿Listo? — la novia le preguntó a su amado, dando una profunda aspiración
—Desde el día en que te conocí — él respondió con completa seguridad.
El salón principal de la boda estaba al pie de unas elegantes escaleras de mármol blanco y todos abajo exclamaron enamorados cuando vieron a la pareja comenzar a bajar cada escalón con deliberada lentitud, acompañados de la romántica canción que ambos habían elegido fuera tocada en piano durante su día especial.
Una vez que bajaron comenzaron a recorrer el estrecho pasillo cubierto con pétalos de rosas y que a los costados tenía a cada invitado listo para presenciar su ceremonia. Tanto Sasuke como Sakura le dieron cálidas miradas a sus familiares y amigos, agradeciéndoles por estar presentes y por los cumplidos silenciosos que les daban mientras los veían aproximarse al altar.
—Si lloro asegúrate de que nadie me vea — Madara en la primera fila le susurró a Ino, observando con gran sentimentalismo como el par de novios se paraban uno junto al otro frente al juez, tomados de la mano y con expresiones de completa felicidad.
—No puedo, voy a estar muy ocupada llorando yo — la rubia respondió recargándose en el hombro izquierdo de Sai para ocultar sus lágrimas, haciendo que el policía tampoco pudiera contenerse más y se ocultara en el hombro derecho del novio de la rubia.
Fue una ceremonia relativamente corta. El juez dio un pequeño sermón acerca de la eternidad del amor verdadero y como éste les permitiría llevar una vida plena en completa entrega al cuidado de su cónyuge, Sasuke y Sakura intercambiaron unos románticos votos con los que consiguieron que tanto los Haruno como los Uchiha se conmovieran y llenarán de alegría, intercambiaron anillos, reafirmando su promesa de mostrar al mundo que amaban a alguien y que a su vez eran enormemente amados y finalmente firmaron el certificado de matrimonio que ante la ley los proclamaba el nuevo señor y la señora Uchiha.
—Ahora, puede besar a la novia — el juez anunció siendo obedecido de inmediato por Sakura, quien, apenas fue liberada por Sasuke del velo sobre su rostro, se levantó sobre las puntas de sus pies y depositó un dulce beso en los labios de su marido.
Todo el mundo explotó en aplausos y vítores y ya que el par de recién casados estaba demasiado ocupado en ese perfecto momento de amor, no pudieron escuchar como Naruto exclamaba en voz alta su gran afecto por ellos y los hermanos Haruno celebraban su unión como si se hubieran ganado la lotería. Por su lado, si bien Itachi había tenido un inicio incómodo en su relación con su ahora hermana estaba tan feliz como los demás y admitió solo frente a Izumi que eran el uno para el otro.
Una vez que la ceremonia terminó, todos los invitados fueron dirigidos al salón contiguo para disfrutar el banquete y tomarse fotos con los novios en el pequeño stand donde los recién casados los recibirían tras su propia sesión como pareja.
Mebuki y Mikoto estuvieron en todo momento admirando cómo el fotógrafo hacia su magia y capturaba a Sasuke y Sakura en una romántica toma con ambos bajo el velo de novia mientras se besaban y miraban con absoluta devoción. Las ahora consuegras sonreían enternecidas como si estuvieran viendo una película romántica y se sintieron aún más felices cuando ambas fueron incluidas en unas cuantas fotos siendo abrazadas por sus hijos.
El resto de la celebración transcurrió con la misma normalidad que otras bodas, hubieron nuevos brindis en honor a los novios, está vez sin Shikamaru pues seguía demasiado apenado por su escándalo en la cena de ensayo para asistir; se hizo el tradicional lanzado del ramo, atrapado por Naruto para sorpresa de todos, pues el hombre ni siquiera estaba en el grupo de las mujeres formadas para tomarlo; hubo música en vivo para animar a los ya de por sí alegres invitados, sobre todo Madara, quien no planeaba moderar su consumo de alcohol esa noche y los novios partieron el pastel entre risas y juegos en los que ambos terminaron manchados de éste.
Así entonces solo quedaba por cumplir una de las últimas y más importantes tradiciones nupciales: el baile de los recién casados.
—Descuida, lo harás bien — esta vez fue el turno de Sakura de calmar a su marido, pues esa era una parte de la boda que él le había confesado le preocupaba bastante prácticamente desde que se comprometieron.
De por si no se consideraba un buen bailarín y ser el centro de atención entre tanta gente solo añadía dificultad a su tarea. Por ello, trató de disimular lo mejor que pudo su nerviosismo mientras él y su esposa pasaban al centro de la pista y comenzaban a bailar al ritmo de la lenta música de piano.
Pensó que su enredada mente lo haría cometer un error y tropezaría con sus pies o peor, pisaría a su novia en el proceso, sin embargo, una vez tuvo a la pelirrosa en sus brazos y ella se recostó sobre su pecho, todo fluyó con naturalidad. Se permitió llenarse de su presencia, de su embriagante aroma y su pequeño cuerpo contra el suyo. Dejó que la mujer que amaba lo guiara y se reafirmó a sí mismo que así lo haría hasta el día de su muerte.
—Soy muy feliz Sasuke, nunca había sido tan feliz como ahora. Nada en este mundo ha sido tan hermoso e importante para mí como tú — la Uchiha murmuró mientras se balanceaban suavemente —. Te amo demasiado... Ojalá pudiera poner en palabras cuánto.
—No es necesario, con que me ames, aunque sea una pequeña porción de lo que yo te amo a ti es suficiente... mi Sakura, mi dulce esposa, mi primer y único amor — él le respondió dándole un beso en la frente y contemplándola con adoración. Como si fueran los únicos en el mundo, compartiendo ese perfecto momento —. Voy a hacerte muy feliz y seré el esposo que te mereces todos los días por el resto de nuestras vidas, lo prometo.
—Eres mucho más de lo que nunca podré ser digna y, por supuesto, yo también pondré todo de mi para que seas la persona viva más dichosa que haya existido — los preciosos orbes verdes de la dama se cristalizaron anunciando que una nueva ronda de lágrimas estaba por salir y fue imposible contenerlas cuando el delicado toque de la mano masculina le acarició la mejilla y luego sus labios fueron tomados por los de él con infinita dulzura —. Muchas gracias por llegar a mi vida, mi lord. Gracias a ti mi existencia y mi corazón por fin se sienten llenos.
—No me agradezca mi lady, ahora que soy tu esposo yo también estoy completo.
...
NOTAS FINALES:
Se supone que había pensado en la redacción de este cap desde el principio del fic, sin embargo, ya cuando me puse a la tarea descubrí que escribir una boda es más difícil de lo que se pueden imaginar JAJAJAJAJAJ. Tanto que realmente no pude plasmar en palabras lo que mi imaginación quería y por eso es que he puesto referencias visuales, por primera vez en mi corta carrera de fanficker.
Y eso que anduve inspirada por todo lo de la boda de Chen de Exo ¡Felicidades Chen! ¡Y que sigan chingando su madre tus haters!
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En fin, aun así, espero que la boda les gustara y lxs dejara satisfechos. Como siempre creo que todos somos conscientes (porque lo he recalcado a cada rato) de que como esto es una fantasía romántica salida de la mente de una lok random, así que obvio esto no representa en su totalidad la boda que todos deberían tener. Yo sería feliz comiendo una hamburguesa con mi familia y mi esposo después de casarme si acaso un día llegara a hacerlo jajaja.
Mil gracias todos por llegar hasta aquí y darme todos esos lindos reviews, nos leemos pronto, ahora para ver la siguiente etapa de la pareja: el matrimonio. Bye!
