Capítulo 6: Realidad
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Es aquello que acontece de manera verdadera o cierta, en oposición a lo que pertenece al terreno de la fantasía, la imaginación o la ilusión. Lo real, por lo tanto, es lo que existe efectivamente.
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Era común despertar de un sueño y olvidar todo lo que sucedió. Hermione esperaba esa cotidianidad, pero no, ultimamente estaba rememorando todo con lujo de detalles.
Aunque no tomaría una decisión tan radical, el hechizo Obliviate había pasado por su mente.
Porque ella quería olvidar. Olvidar todo sus sueños con Draco, los besos, los abrazos y las palabras, pero sobretodo olvidar las promesas que a Malfoy onirico le ha dicho, prometiéndole que no lo dejaría mientras lo abrazaba fuertemente.
No podía creer lo débil que habia sido con un sueño. Realmente le estaba afectando su corazón, cambiando todo lo que pensaba de Draco Malfoy.
No podía creer.
Sabía que tenía que lanzarse por la ventana, pero en vez de eso, se quedó con él. Se quedó con la figura que no quería que lo abandonará.
Aunque tampoco podía, él no la soltaba. Se aferraba a ella como un ancla a un barco.
Y ella se dejó hundir.
Pero no se iba ahogar. Al menos eso aseguró, ella sabía diferenciar el sueño con la realidad.
Y todo lo que sucedía en esas ocho horas, e incluso menos. Solo era eso... Un sueño. Y estos, son solo productos de la imaginación. No debería darle la importancia que le estaba dando, como si había ocurrido en la misma realidad, solo eran fantasías.
Cuando Hermione realizó la poción, tuvo como objetivo dormir y lo estaba consiguiendo, volviendo a rendir correctamente en sus clases. Lo de soñar con Malfoy era secundario. Hermione ya no quería darle la importancia que claramente no merecía. O al menos eso es lo que se dijo y no fue para cumplir con la promesa con Malfoy orinico de que "no lo dejaría" al no haber tirado la poción por el inodoro.
Era porque podía demostrar que Draco Malfoy no le afectaba. No debía afectarle. Lo único que debía sentir por el brujo era indiferencia, no merecía un apice de su atención, tampoco que ocupe parte de sus pensamientos y menos su corazón.
Así que transcurrió días, en la que Granger ignoró todo lo que provocaba Malfoy en el mundo de los sueños, ignoró como sus mejillas ardían por las comprometedoras situaciones que sucedían, como su ser se estremecía ante sus palabras, y el aleteo de su corazón...
O al menos lo intentaba. Era difícil, si sus sueños, encima de soñar que lo besaba, ahora se ponía a discutir sobre sus futuros hijos con él. Y no lo podía creer que había empezado diciendo que eran imposible que sean pareja. (Para dejar claro a su inconsciente) Y esa vez, ambos terminaron planeando una huida y su nueva vida.
También se encontraba el sueño cuando apareció sobre su cama luego de tener claramente relaciones sexuales con Malfoy. Obviamente no es que quería haber soñado esa clase de húmedos sueños, pero ya no sabía si su falta de desconocimiento sobre el tema había provocado su censura del mismo. Y solo lo recordaba —dandole importancia— porque la última vez que se había soñado desnuda fue unicamente cuando soñó que estaba en un examen que desconocía las respuestas, y esa pesadilla para mejorar la puso en un estado sin ropa.
Pero lo que más se podría mencionar son simplemente las situaciones en los sueños en que no había besos o esa desenfrenada pasión que parecía que iba a terminar en coito. Eran miradas, caricias que la hacían sentir especial como si fuera la única para él.
Sin embargo, daba igual esas situaciones en la que era imposible optar por completa indiferencia. Lo único que siempre tenía que tener claro es que ella al final de todo iba a despertar y por supuesto, todo lo que pasó era imposible que se replique porque además de que el mago nunca diría esas palabras a ella, la realidad es que Hermione no tenía contacto y menos esa clase de contacto con Malfoy más allá de los sueños.
Y la realidad es lo que importaba, la clase de Pociones, una clase que compartía con el Slytherin. Era un mínimo contacto que tenía con él. -Si estar en un mismo espacio se podía llamar contacto- Porque no tenían ninguna clase de relación. Pero para su desgracia, el profesor los emparejó en la elaboración de una compleja poción y Hermione tuvo que acercarse reticente a la mesa de Draco.
Ella se dedicó en silencio a cortar y pesar ingredientes, deseando que terminara pronto. Ya que era suficiente pasar tiempo con un Malfoy un par de horas en sus sueño para pasarla con él en la vida real.
—Granger pasármelo —dijo él, de pronto, indicando el frasco, tendiendo su mano.
Lo tomó y se lo dio. Lo que no espero es que sus dedos se rocen al pasarse el recipiente, y sintiera corrientes eléctricas recorrerla por todo su cuerpo.
Cómo en el sueño, vio sus labios y tragó saliva. Su mirada gris era inescrutable, sus mejillas se calentaron por su sentir.
Giró su rostro y se dispuso a cortar raíces de margarita, rápidamente, con el objetivo de ignorar lo que sucedió, lo que sintió, haciéndose como si no acababa de pasar algo que provocó un agite en su ser, como intentaba hacer últimamente en sus sueños con resultados debatibles.
Esa acción quiera o no la perturbó ocasionando que quería terminar la pocion cuanto antes, y ese deseo y el apuro por cumplirlo, ocasionó que una de sus manos resbalara cortándose profundamente con el cuchillo.
—¡Auch! —exclamó conteniendo un gemido de dolor.
Draco volteó al instante y para la sorpresa de la chica, la sostuvo del brazo con firmeza pero delicadeza.
—Si serás, Granger —dejo salir observando la herida que sangraba copiosamente—. Tu sangre no estaba en la lista de ingredientes.
Le limpió el liquido rojo con su pañuelo provocando estremecimientos en Hermione. No había dicho "sucia". Luego, susurró un hechizo cicatrizante.
Los ojos grises de Draco se encontraron con los suyos, transmitiendo una calidez inesperada. Hermione se perdió en su mirada, olvidando incluso el corte ya cerrado.
—¿Vas a continuar con la poción? ¿O necesitas que también te sople la herida? —sonrió con sorna.
El agradecimiento murió en los labios de Hermione.
—Podia curarme sola —espetó—. Continuemos —expresó a secas y siguió con la preparación de la poción. Para su horror ya no podía ni siquiera intentar ignorar que su corazón se estremeció, su piel había un hormigueo y sus mejillas se sentían caliente de la misma forma que lo venía haciendo ante Malfoy onirico.
