Cbt1996: Hola linda. Bella, Inuyasha tiene un pasado doloroso pero también tiene un secreto que a Kag le va cambiar la vida y la forma de pensar, te lo aseguro.

Adios bastarda de Esmeralda jajaja mira con eso fue un golpe directo a matar lo que hizo Kag con ella jajajaja. ¿Quien no caería con esas caricias de inuayaha? la carne es débil y Kag no es tan fuerte como parece jajajaja.

Saludos linda

Guest: Hola linda. Te lo confirmo, a esto le falta poco para que arda, bella, saludos.

Ginger Akasuna: Hola linda. La parte de Esmeralda fue la que más disfruté escribir linda, y claro que Inuyasha va sufrir, pero no solo.

Saludos linda

Annie Pérez: Hola linda. Pare ser sincera, ya ni Kag sabe muy bien lo que está sintiendo. Saludos linda.

Karri taisho: Hola linda. Inuyasha puede ser todo un caballero, pero la pregunta es, ¿por que no lo fue antes? ¿Quien mató esa parte de el? Quien quiera que sea que lo haya hecho, se gano mi odio jajaja ok no. El departamento, creo que es algo que no espero nadie que reaccionara así, pero eso lo sabremos más a delante y para eso no falta mucho.

Todas tratan a mi perrito de perroyasha pero el es buenito de veritas, ya lo verás por ti misma linda jajaja y creme que la que más se va a arrepentir de este juego es Kag.

Y el Óscar para la mejor actriz es paraaaa... Kagome hihurashi, aplausos para ella jajaja. Creo que sí en el futuro escribiera un fic donde Kag sea mala, no se me aria tan difícil jajaja

Inuyasha como todo un campeón aguantando la tentación de no caer y Kag de remate lo hace sentir mal por las lagrimas de cocodrilo jajaj

Ahora sí podemos gritar, ¡adiós zorra de esmeralda! jajajaja.

Saludos linda

Kayla Lynnet: Hola linda. Inuyasha se enojó mucho por un supuesto pasado de Kag y se lo creyó todo, y obvio que ya no piensa en Kag como una más en la lista. Es lógico que él tenga dudas y miedo de una relación nueva, después de todo, no la paso muy bien en el pasado, por eso no me quiero ni imaginar lo que va pasar más adelante jajaja.

Lo sabiaaaaaaaaaaaaaa, le diste sartenasos a mi perrito injustamente, tu también te vas a arrepentir como Kag cuando todo se sepa.

Kayla quiero verte sufrir jajaja ok no, bueno no más tantito jajaja.

Kag en modo mala da miedo.

Así es linda, Kag es una chica que es capaz de matar por los que ama y creme que su grupo de amigos también son iguales que ella, excepto mi bello angelito Rin, ella es un pan dulce, nadie se mete con ella porque el que lo haga... hoooo linda se le tiran encima Sango, Kag, Kikis, Naraku, Asuka y Koshó, y eso no se lo recomiendo a nadie jajaja.

Saludos linda


Capítulo 16

Perspectiva de Kagome

Cuando llegó la noche, todas estábamos en el departamento de Sango. Kikyo, Rin, Koshó, Asuka, Naraku y yo.

- ¡Bien, al fin un día de chicas! - gritó Koshó mientras tomaba champán.

- Oigan, no le digan día de chicas, recuerden que estoy yo. - reprochó Naraku, lo que nos hizo reír a todas.

- Es verdad, ya que la fiesta es para mi primo. - me acerqué a Naraku para abrazarlo. - Y bien, ¿vamos a apostar o no?

- ¡Sí! - gritamos todas.

- Bien, hora de hacer las apuestas. - dije mientras me ponía en el medio de todos—. Koshó, Asuka, ¿ustedes por quién apuestan?

- Nosotras por Sango.

- ¿Y tú, Rin?

- Yo... mmm... por Naraku.

- Bien, ¿y tú, Kikyo?

- Mmm... por Naraku.

- ¡Uuuyyy! - todas dijimos mientras silbábamos por los tortolitos.

- Ya no molesten, Sango tiene a Koshó y a Asuka. - se defendió Kikyo.

- Ok, está bien.

- ¿Y tú, Kag? ¿Por quién vas? - me dijo Kikyo.

- ¿Yo?

- Sí.

- Pero yo soy la jurada.

- ¡Jurada mis calzones! ¿Ya por quién vas? - me respondió Asuka.

- Está bien, yo voy por Sango.

- Oye, mala prima. - me reprochó Naraku

- ¿Que? tú tienes a la dulce Rin y a Kikyo...

- Uuuuy. - más silbidos se escuchaban.

- Ya dejen de molestar, perras. - los criticó Kikyo con enojo fingido.

- Ya, mucho bla bla bla y poca acción. A ver, Sanguis, muéstrame lo que tienes. - le preguntó Naraku, sonriendo.

- ¡¿Que?! no me digas así. - le respondió Sango.

- ¿Por qué no, Sanguis?

- Ashh, ya verás, te ganaré en todo. - le respondió para sentarse al frente de la pantalla y tomar su control. Naraku hizo lo mismo.

Miré a mis amigos, sin dejar de sonreir. Siempre fue así, a Sango siempre le gustó hacer cosas de hombres como entrenar, ver fútbol, jugar PlayStation y a los gallitos. Pero como todas éramos mujeres, a nadie le gustaban esas cosas, pero por suerte Naraku estaba ahí y fue su mejor amigo en estos deportes. Cuando Naraku se fue, Sango quedó muy triste porque su camarada de juego ya no estaba. Ahora, verla así de contenta me hacía muy feliz.

- Kag, ¿en qué piensas?

- ¿Eh? - escuché que Rin me hablaba y me sacaba de mis pensamientos. - En nada, Rin, ¿por?

- Mira, Sango ya lleva dos partidos ganados en las luchas.

- ¿Eh?

Regresé mi vista a los hechos.

- Mira, Naraku, ¿qué se siente que te den doble paliza? Y voy por la tercera.

- Ja, solo estaba precalentando, niña. Ahora verás.

- Ja, sí, claro.

- ¡Sí, gané! Ahí tienes, Naraku, 1 a 0.

- Solo te la regalé, a ver qué tan buena eres en el taca-taca.

- Bien, igual te voy a dar paliza.

- Eso lo veremos.

Y empezó la partida de taca-taca.

- ¿Qué pasa, Sanguis? ¿No que muy buena?

- Oye, sí estoy buena y también soy buena jugando.

Y todos reímos.

- Sigue riendo ahora, Sanguis. 1 a 1.

- Va, solo fue suerte.

- Pero falta el desempate. - gritó Rin emocionada.

- ¡Sí, queremos el desempate! - gritaron las chicas.

- Bien, el último juego. - dijo Sango. Trajo la pelota de fútbol. - Bien, el que la domine más es el ganador.

- Bien. - respondió Naraku.

- Vamos, Sango. - le echamos porras Koshó, Asuka y yo.

Sango empezó a dominar la pelota, alcanzando la cifra de treinta y tres.

- ¡Sí, 33! - gritamos.

- Ja, supéralo, Naraku.

- Claro que lo voy a superar, Sanguis.

- ¡Ah, deja de llamarme así! - le lanzó la pelota.

Pero Naraku la atrapó antes de que le llegara en la cabeza.

- Vamos, Naraku, tú puedes. - le dijeron Rin y Kikyo.

- Claro que lo haré y ganaré.

- Bla bla, hablas mucho y no haces nada. - se burló Sango.

- Bien, aquí va.

Y empezó a dominar. Llegó a la cifra de cuarenta.

- ¡Sí, ganó Naraku! - gritaban Kikyo y Rin.

- ¡Ah! ¿qué pasó, Sanguis? ¿No que muy buena?

- Va, solo fue suerte por volver a Japón, nada más.

- Sí, claro.

- Bien, bien, el ganador fue Naraku. - dije. - Así que el dinero se lo reparten Kikyo, Rin y Naraku.

- Aún falta algo. - respondió Naraku.

- ¿Qué?

Naraku se sentó en la mesa y puso su codo en la mesa para sonreírle a Sango.

- Quiero ver qué tan fuerte te pusiste en mi ausencia, niña.

- ¡Una batalla de gallitos! - exclamó emocionada Koshó.

Vimos a Sango sentarse en la mesa y sonreírle a Naraku.

- Bien, acepto.

Las manos de Sango y Naraku se juntaron para la cuenta de tres y empezaron a hacer fuerza.

- Tres, dos, uno, ¡ya! - grité.

Vimos cómo Sango puso toda su fuerza en la batalla. Al principio Naraku sonreía, pero después la sonrisa se le borró cuando tuvo que hacer algo de fuerza para ganarle a Sango. Mientras en el fondo se escuchaban los gritos de nosotras diciendo:

- ¡Sango, Sango, Sango!

Pero el ganador fue Naraku.

- Nada mal, Sango. - le dijo. - Con esa fuerza no quisiera recibir un golpe tuyo.

Y todas reímos.

- Me alegra tenerte de vuelta, amigo mío.- dijo, para darle un abrazo.

- Aaaw. - dijimos todas.

- Qué tierno. - respondió Rin.

- Bien, y ahora a seguir con la fiesta.

Puse música y empezamos a bailar y a beber hasta que dieron las cinco de la mañana y todos terminamos muertos de cansancio.


El día había llegado demasiado rápido para el gusto de muchos. Mientras tanto, en el sofá se veía durmiendo a Koshó y Asuka, una encima de la otra. La primera en despertar fue Asuka.

- Ashhh, mi cabeza. - murmuró, mirando a su compañera de sofá y dándole una palmada en el trasero—. Koshó, despierta.

- Mmm...

- Despierta...

- ¿Qué? Ashhh, mi cabeza me duele.

- Cómo no te va a doler si te tomaste dos botellas de champán tú solita y después no sé qué más te tomastes. Koshó?, ¿cómo lo haces? Eres de cuerpo pequeño, ¿dónde echas tanto alcohol?

- No sé, herencia de mi papá, creo. Shhh, mi cabeza...

- Ya párate, me aplastas las piernas.


Mientras tanto, en el comedor.

Perspectiva de Kagome.

Sentí cómo los rayos del sol golpeaban mi rostro, trayéndome a la realidad mientras todo mi cuerpo me pedía a gritos una cama y una almohada para poner mi cabeza. Mientras me refregaba los ojos para poder despertar de una vez, enfoqué mi mirada en mi reloj de muñeca.

- ¡Mierda! - exclamé al ver que eran las 9:30 de la mañana. - Ay no, mi madre nos va a matar por no llegar temprano. - me levanté y todo daba vueltas. - Ashhh, mi cabeza...

Me la tomé con ambas manos y busqué con la mirada a Kikyo, pero ésta estaba con la cabeza enterrada en la mesa. Caminé hacia ella.

- Kikyo... - la moví para verla mejor. - Uy, perdón, Sango.

La dejé ahí mismo, durmiendo en la mesa, y seguí buscando a Kikyo. Con pasos algo torcidos, caminé por el departamento. En el sofá vi a Koshó y Asuka tratando de ponerse en pie, pero volvían al sofá. Seguí mi camino y entro a uno de los cuartos, y ahí veo a Kikyo durmiendo abrazada a Naraku.

Abrí mis ojos, pero enseguida los cerré porque me dolieron. Caminé a la cama y me acerco a Kikyo.

- Kikis... - la moví. - Kikis...

- Mmmm...

- Kikis, despierta.

- ¿Qué? Mmm... Shhh, ¿mi cabeza...?

- Está encima de tu cuello. - le respondí.

- Ja, qué chistosa. ¿Qué hora es?

- Van a ser las 10 de la mañana.

- ¡¿Qué?! - trató de levantarse, pero cae de vuelta a la cama. - Shhh, todo me da vueltas...

- Oye, Kikis...

- ¿Mmm...?

- ¿Qué paso aquí?

- ¿A dónde?

Kikyo siguió mi vista para ver a Naraku. Vi cómo Kikyo se quedaba pensando para luego quitarse la manta de encima y revisarse la ropa. Todo estaba en su lugar y la de Naraku también y ella soltó un suspiro de alivio.

- Nada, Kag, solo nos quedamos dormidos.

- ¿Segura?

- Sí.

- Bueno, vamos, tenemos que ir al templo.

- Sí, Naraku también va, ¿cierto?

- Claro.

- ¿Y si llevamos a las chicas? mamá se pondrá contenta.

- No creo que esté tan contenta cuando vea la hora a la que lleguemos.

- Mmm, ¿y si le echamos la culpa a Naraku por la tardanza?

- Vale, acepto.

- Súper. Ahora hay que despertar a este dormilón.

- Yo me encargo, Kikyo. - digo sonriendo.

- Hey, no, Kag, no hagas lo que pienso que harás.

- ¿Por qué no?

- Porque... solo míralo, pobrecito, está durmiendo.

- Mmm, ¿no será que no quieres que le pase nada a tu Narakito?

- Ashhh, cómo molestas. Haz lo que quieras, vale.

- Bien.

Me acerqué a Naraku y, sin pensarlo dos veces, le di tremenda bofetada en la cara, haciendo que cayera de la cama.

- ¡Qué mierda! - exclamó Naraku desde el suelo.

Mientras Kikyo y yo nos echabamos a reír, sujetando nuestras cabezas por el dolor.

- Ay, primo, ¿quién te manda a dormir en cualquier parte?

- Yo no fui, Naraku. Fue Kag.

- Ja, ja, ja, qué chistosas. Linda la bienvenida que me dan.

- Ya no seas llorón, vamos a desayunar algo y a despertar a las demás, ¿sí?

Fuimos a la cocina y un exquisito olor llegó a nuestras narices.

- Qué rico huele. - dijo Kikyo.

- Buenos días, dormilones. - nos respondió Rin mientras termina de poner la mesa. - Chicos, Vayan a lavarse las manos., ya desperté a Sango, Koshó y Asuka.

- Rin, ¿pero tú no estás con caña?

- No, Naraku, recuerda, soy maestra y estoy acostumbrada a cuidar de los niños.

- Ja, muy chistosa.

Le sonreímos a nuestra amiga Rin, ella era nuestro bello ángel.

Desayunamos todos juntos. Ahí mismo nos duchamos y nos pusimos ropa de Sango. Solo Naraku tuvo que pasar a su departamento para cambiarse de ropa mientras nosotras lo esperábamos abajo, en nuestros autos. Luego de un rato, lo vimos llegar y así todos fuimos al templo a pasar el domingo en familia.

Continuará...


Si llegaron hasta aquí, ¡gracias! :)

Crédito de la ortografía a la bella autora Cbt1996, ¡gracias linda!

Posdata: Hola, mis amores. Sé que el capítulo fue cortito, pero era necesario para que puedan ver lo unidos que son este grupo de Kagome, Kikyo, Sango, Rin, Naraku, Koshó y Asuka. Más adelante se les vienen cosas muy difíciles a todos y van a poner a prueba su amistad. Bueno, eso es todo. Besos.

Ah y otra cosita mis amores, ahora ya saben por qué Sango se puso contenta cuando Naraku volvió a Japón, jiji, besos.