Tags: Pillow Talk, Platicas sobre la muerte, demasiado OOC, Implicado/Referencias a la Depresión, Implicado/Referencias a Pensamientos Suicidas (pero no como ustedes creerían), Sukuna | Ryoumen Sukuna Siendo Un Cagapalos.
El sonido de los grillos de afuera combinado con la brisa de la noche eran hipnotizantes. Casi que hacían dormir a Yuuji si no fuera porque cierta maldición estaba siendo un dolor de cabeza e interrumpía la preciada hora de sueño de Yuuji con burla y menosprecio. Pero Yuuji ya estaba acostumbrado, la voz de Sukuna no era tan diferente a la que precedía. Una voz que sonaba más como la suya, saliendo desde lo más profundo de su mente en noches de insomnio donde Yuuji se preocupaba por Wasuke. La diferencia ahora era que Yuuji vivía en un dormitorio en vez de aquella casa vacía, donde Yuuji prefería estar fuera de lo fuerte que era el silencio.
—No importa lo que digas, tú y yo moriremos juntos. Me asegurare de eso. — refunfuño Yuuji, mirando el techo con ojos entrecerrados.
Sukuna se rió dentro de su mente. —Mocoso, el único destino que veo para nosotros es si uno está muerto, — se burló. —Y ese vas a ser tú.
Yuuji soltó un quejido. —¡No! ¡Seremos los dos!
Sukuna suspiró. —¿Eres mi esposa o qué?
Ante eso, Yuuji titubeo. Sus mejillas acalorandose a la vez que fruncía el ceño. —¡N-No! ¿¡Qué!? ¿¡Por qué dices eso!?
—Entonces ¿por qué insistes en morir conmigo? Ni siquiera tratas de buscar formas para salvarte a tí mismo.
—Porque…
—¿Te dijeron que lo hicieras? ¿Porque es tu rol? — Sukuna sacudió su cabeza en su dominio. —Ni siquiera tratas de luchar antes de caer, de verdad que eres un recipiente inútil.
Yuuji rodeó los ojos. —Como digas, anciano.
Silencio.
—Si tuvieras que escoger, — empezó Sukuna. —Entre salvarte o morir, cual escogerí…
—Ambos morimos.
Sukuna soltó un resopló. —Okay, pero si no tuvieras elecció…
—Elijo morir contigo en esta vida y la otra.
A Sukuna le divertía como su propio recipiente empezaba a sentirse avergonzado después de que aquellas palabras dejaran su boca. El calor en la cara de Yuuji se extendió hacia sus orejas y nuca. Yuuji puso el dorso de su mano sobre sus labios con los ojos muy abiertos.
—Vaya~ No sabía que te sentías de esa forma acerca de mí, Yuuji. — se burló Sukuna.
Yuuji gruño con molestia. —¡Cállate! Sé que eso sonó raro.
—¿Cómo a una propuesta de matrimonio?
—¡N-No es una propuesta! ¡No hagas esto más raro! — chilló Yuuji. Hubo un golpe en la pared, lo cual significaba que Megumi la había golpeado con la intención de que Yuuji se callara el hocico. Yuuji aclaró su garganta. —C-Como sea, yo me refería a…
—Sí, sí, lo sé. — Sukuna lo interrumpió con un suspiro. —Incluso si reencarnamos planeas perseguirme… que ridiculo.
—¡P-Para matarnos a ambos! — gritó en susurros Yuuji. Aunque, Yuuji sintió ese familiar revoloteo en su pecho de todas formas. Sus mejillas se ruborizaron y sus ojos se entrecerraron con molestia de nuevo.
Otro silencio.
—Mocoso, — Sukuna lo llamó, de nuevo. De alguna forma, Sukuna tenía un problema con que su recipiente estuviera tan dispuesto a morir juntos. Sabía que Yuuji podía ser abnegado… ¿pero a tal grado que no le importaría morir? ¿Y para qué? Nadie se dará cuenta de que Yuuji ha hecho el gran sacrificio que Yuuji estaba dispuesto a hacer. El mundo no cantará su nombre, no conmemoran su imagen o harán festivales en su nombre. Cuando Yuuji se haya ido y los que lo hayan conocido también lo hagan… ¿Quién quedará para recordar el sacrificio de Yuuji?
Sukuna frunció el ceño dentro de su dominio, recargando su mentón en su puño derecho. —Si, por puro milagro, yo muero primero sin necesidad de que nos ejecuten… — Sukuna notó la forma en la que Yuuji tensó su cuerpo. La amargura invadiendo dentro de su recipiente no pasó desapercibida por Sukuna. Huh, ¿No debería alegrarle si eso pasara? Pensó Sukuna. —¿Qué harías?
…
Sukuna espero, pero todo lo que obtuvo como respuesta fue un silencio ensordecedor.
—Bueno, con un carajo, niño ¡dí algo! — exclamó Sukuna con el ceño fruncido. —¡Dí que estarías feliz! ¡Qué bailarás en mi tumba!
—Yo… no había pensado en esa posibilidad.
—¿Qué? ¿Bailar en mi tumba?
—Tú, muriendo primero.
Oh.
Esta vez, fue Sukuna el que prolongó el silencio. Sukuna se había quedado sin palabras. ¡Sin palabras! Ni siquiera estaba seguro de qué sentir en estos momentos. Era una combinación de frustración, sorpresa y algo más. Un cosquilleo.
—Asco.
—¿¡Qué!? ¿¡Por qué!? — Yuuji levantó ligeramente la voz. Yuuji soltó un ligero quejido, esperando que Megumi le golpeara de nuevo la pared y relajándose cuando esto no pasó. —¿No deberías saber eso ya? Vives sin cobrar renta ahí dentro, ¡mamón!
Sukuna ya sabía que Yuuji siempre imaginaba/soñaba su propia muerte. Pero Sukuna no pensó mucho en ello, inclusive si esos escenarios involucran a Sukuna ganando. Él siempre pensó que era el miedo de Yuuji que Sukuna deseaba que se hiciera realidad. Pero tal vez, aquellos sueños significaban otra cosa. Ahora que Sukuna había preguntado aquello, había cierta extraña incomodidad por parte de su recipiente ante la idea de Sukuna muriendo y dejando solo a Yuuji. Era como sí… como sí… estuviera encariñado con Sukuna o algo así. Sukuna no dudaba que su recipiente hasta lloraría su muerte.
Imposible. Era totalmente imposible.
Yuuji rió entre dientes. —Ahora quién está avergonzado, ¿hm? — el tono de Yuuji había salido más juguetón de lo intencionado y sonaba, si Sukuna se atrevía a decirlo, suave.
Yuuji sintió una oleada de vergüenza que se sentía ajena, por lo que debía venir de Sukuna. Yuuji quería ver la cara de Sukuna en ese instante.
Las orejas de Sukuna empezaban a extrañamente sentirse calientes. —No se de que me hablas, mocoso. Claramente eres tú.
—Aja.
—Como tú dices: 'Como sea', mocoso. — bufó Sukuna.
Silencio ensordecedor.
—¿Y si yo muero primero? — preguntó Yuuji.
—¿Si de alguna forma logró salir de aquí? Me valdria verga.
—Ouch.
—De lo contrario, tomaría tu cuerpo y lo usaría para lo que yo quiera.
—Uy, que atrevido~
Sukuna rodeó los ojos.
Yuuji al fin empezaba a sentir sueño. —Oye, ¿Sukuna? Hay que morir juntos, ¿okay? — bostezo Yuuji.
Sukuna se quedó callado por unos segundos. —¿Por qué estás haciendo tú soledad mi problema?
—Tú también estás solitario.
—Tú puta madre estoy solitario. — escupió Sukuna.
—Si lo estas.
—No.
—Sí.
—Eres un imbécil.
—Tú solo estás ardido porque soy jóven y lindo.
Sukuna soltó una risa entrecortada. —Mocoso.
Yuuji cerró los ojos antes de reír entre dientes. —No negaste que soy lindo.
Esta vez, la vergüenza vino de ambos a la vez que Yuuji sentía su cara calentarse mientras que Sukuna lo llamó un horripilante mocoso miado a regañadientes.
—¿Me extrañarías si me muriera? — preguntó Yuuji. Antes de que Sukuna pudiera responder, Yuuji continuó. —No te rías, pero yo si te extrañaría cuando murieras.
Sukuna entrecerró los ojos en su dominio. —Qué eres, ¿masoquista?
—Me preguntó si lo soy, — dijo Yuuji antes de bostezar otra vez. —Osea, te odio pero… no sé, extrañaría pelear contigo así.
Sukuna tarareó. —Entonces, eso significa que no me odias. — Sukuna notó antes de reír. —Suena a que tienes un extraño cariño por mi.
—Mhm. —tarareó Yuuji, entrando lentamente en su sueño. —Te amo.
¿¡QUÉ!? ¿¡QUÉ!? ¿¡QUÉÉÉÉÉÉÉ!?
—¿¡Qué dijiste, mocoso!? — exclamó Sukuna, pero Yuuji ya estaba roncando.
Sukuna sintió su ceja hacer un espasmo de la molestia y sus mejillas se sentían acaloradas. Sukuna llamó a Yuuji dentro de su dominio, pero debió de estar muy cansado porque incluso cuando Sukuna hizo que el cuerpo de Yuuji cayera en su regazo, Yuuji no despertó. Sukuna se le quedó viendo a la cara de Yuuji; miraba la cara relajada de Yuuji, las cicatrices debajo de sus ojos, su nariz, sus labios rosados.
Yuuji era lindo. Incluso si tenían la misma cara, de alguna forma Yuuji podía verse de maneras que Sukuna no podría pulir. Sukuna jalo el cuerpo de Yuuji más cerca hacía él, dejando que la cabeza de Yuuji se recargara en su hombro mientras que Yuuji roncaba con los labios semi-abiertos. Labios que se veían muy tentadores en estos momentos.
Sukuna suspiró por dentro, acariciando una de las mejillas de Yuuji. —Supongo que yo también me encariñe contigo, mocoso.
Yuuji tuvo un sueño donde estaba en el regazo de Sukuna. Era sostenido tan gentilmente mientras que otros labios rozaban los suyos en un dulce beso. Victorioso en robarle el primer beso de Yuuji. Un beso que Yuuji pronto olvidará, pero que de todas formas su subconsciente atesoraba mucho.
