Capítulo 4: Quizás sí, quizás no
Fluttershy bajó a la cocina bostezando como de costumbre, su sueño aun deslizándose lentamente fuera de su cuerpo, y meciéndola de forma tentadora para volver a la cama y soñar una repetición de su salida con Rainbow Dash. Tan solo recordarlo trajo a su rostro una sonrisa atontada que, de ser vista por Zephyr, no dudaría en importunarla hasta que soltara toda la información. O al menos hasta que la hiciera perder los estribos y le arruinara la mañana, lo que sucedía a menudo.
Cuando entró en el comedor, se encontró con su padre y su madre, quienes estaban platicando tan silenciosamente como solo la familia Shy podía ser, y dirigieron su atención a su hija en cuanto apareció en el umbral de la entrada.
—Buenos días, hija —la saludó su madre, sirviéndole el desayuno.
—Buenos días —respondió Fluttershy, tallándose los ojos mientras tomaba asiento—. ¿Zephyr aún no se levanta?
—Así es tu hermano —contestó su padre—. Tenemos suerte si lo vemos salir de su habitación a medio día.
—Qué bueno —Fluttershy sonrió, hundiéndose en su comida, agradeciendo de que los fines de semana su hermano rara vez se mostraba.
—Y ahora que no está él… —el señor Shy se dirigió a una conversación diferente, pero no ajena para Fluttershy—. ¿Conociste a alguien interesante ayer?
El estómago de Fluttershy se hundió y de repente los restos del sueño desaparecieron, cambiando lugar con una horrible sensación de pánico. Sus ojos se fijaron en ambos y entendió rápidamente que estaban ahí para hablar con ella sobre un tema más complicado de lo que le gustaría aceptar.
—¿C-cómo? —Fluttershy fingió ignorancia, volviendo su atención al plato.
—Bueno, hija, estás creciendo y quizás estás viendo a los chicos bajo una luz distinta —dijo su madre.
—Y tal vez hay alguien que te gusta —continuó su padre.
Este no era el tipo de mañana que Fluttershy quería tener tras un día tan bueno. Lo último que necesitaba era tener ese tipo de pláticas con sus padres, sobre todo de un tema innecesariamente complicado para su tímida personalidad. Y no solo porque hablar de alguien que le gusta ya era por sí mismo difícil, sino que a eso se sumaba su enamoramiento por una chica con una personalidad muy distinta a la de ella. Si sus padres se enteraban de todo eso, ¿cómo reaccionarían? Ni siquiera quería imaginarlo, no por el momento.
—N-no hay nadie —Fluttershy mintió, tratando de deshacerse del rubor en sus mejillas—. ¿Por qué hablamos de esto?
—No es que queramos saber de quién se trata —su madre contestó, tratando de ser comprensiva—. Pero tu primer enamoramiento puede ser un poco emocionante, y solo queremos asegurarnos de que no te precipites, o la persona en la que estás interesada no te obligue a hacer algo con lo que no estás cómoda.
—¿Como esta conversación? —Fluttershy murmuró.
—Fluttershy, sabes lo que quiere decir tu madre —el señor Shy habló—. Confiamos en ti y en lo que hagas, pero no puedo decir lo mismo del chico ese…
—Cariño… —lo regañó la señora Shy.
—¿Qué? Tengo derecho a preocuparme por el bienestar de mi hija —el hombre refunfuñó, cruzándose de brazos—. ¿Cómo sé que no está tratando de acercarse a Fluttershy con otras intenciones?
—Papá… —esta vez fue el turno de Fluttershy de interferir.
—Ambas deben saber que cuando un hombre entra en la pubertad empieza a interesarse en las mujeres de cierta manera —siguió hablando—. Y es normal que no sepan cómo tratar a una chica cuando…
—¡Basta! —gritaron ambas mujeres, silenciándolo inmediatamente.
—Se suponía que nos lo íbamos a tomar con calma —la señora Shy suspiró exasperada, llevándose una mano a la frente—. Primero tenemos que establecer confianza, y entonces abordamos temas más adultos.
—¿Qué? —Fluttershy dijo estupefacta.
—Hija, cada día estás más cerca de convertirte en una adulta, y tienes que entender un par de cosas sobre tu sexualidad y la de los chicos —su madre dijo, con tono serio—. En algún punto vas a experimentar cosas de las que desearás haber sabido un poco más. Pero ya te explicaremos adecuadamente cuando llegue el momento.
Fluttershy creyó que todavía no estaba despierta y estaba teniendo una pesadilla, porque esto era alucinante. No supo el punto exacto en el que estar enamorada condujo a un tema tan ridículamente vergonzoso, y vaya que no estaba nada interesada en descubrir qué seguía a continuación. Había algo extremadamente raro en hablar de algo así con sus padres, algo que la hacía querer alejarse antes de que el asunto se volviera más raro todavía.
Y exactamente eso hizo.
—Mamá, papá, de verdad no hay nadie —Fluttershy insistió, levantándose de la mesa—. Solo he estado ocupada con la escuela y saliendo con Rarity.
Sus padres intercambiaron mirada, sintiéndose avergonzados por presionar a su hija a hablar, así que la dejaron por ahora. La señora Shy le dedicó una sonrisa comprensiva.
—Está bien, querida. Solo queremos que sepas que estamos aquí para ti, pase lo que pase.
Fluttershy asintió y forzó una sonrisa antes de desaparecer por las escaleras, se encerró en su habitación y tomó su celular.
—Fluttershy, hola. ¿Qué sucede? —Rarity respondió a la llamada.
—Hola, Rarity —Fluttershy habló, todavía nerviosa por su conversación anterior—. ¿Estás libre hoy?
—¿Hoy? Sí, por supuesto —Rarity dijo un tanto confundida—. ¿Pasó algo importante? Ah, no importa. Me lo contarás una vez llegues aquí. ¿Te parece bien venir a mi casa? Estaba terminando algunos diseños y me gustaría tener tu opinión.
—Está bien, saldré ahora mismo —Fluttershy aceptó, soltando un suspiro tranquilizador.
—¿Todo bien, querida?
—S-sí, pero tuve la conversación más incómoda que jamás haya tenido con mis padres —Fluttershy reveló, masajeándose las sienes—. Necesito un lugar donde relajarme.
—No me digas que se enteraron de tu relación con Rainbow Dash —Rarity soltó una risita emocionada—. ¿Cómo te fue ayer?
—No estamos en una relación, y te contaré todo cuando llegue a tu casa —Fluttershy gimió abrumada—. Voy para allá.
—Te estaré esperando.
—…—
Cuando Fluttershy llegó a la casa de Rarity, ni siquiera tuvo tiempo de tocar el timbre, sino que fue arrastrada al interior por su mejor amiga. Rarity la llevó hasta su habitación, pasando por una casa completamente desprovista de otras personas, algo que Fluttershy agradeció internamente porque así podía hablar con total libertad. La única otra criatura que la recibió fue Opalescense, quien apenas se dignó a dirigirle una mirada antes de volver a recostarse en el marco de la ventana.
Una vez llegaron a la habitación/estudio de Rarity, la joven chica de cabello morado despejó rápidamente algunas telas puestas encima de los sillones y le ofreció el lugar a su amiga. Fluttershy ni siquiera le prestó atención a lo caóticamente organizada que podía ser la habitación, estaba acostumbrada y halló cierto confort en un lugar con tanta personalidad, probablemente su lugar favorito para hablar de lo que sea sin temor a ser juzgada o escuchada por personas ajenas.
—Así que, cuéntame qué sucedió ayer y hoy —Rarity dijo, yendo a su mesa de trabajo para continuar con la confección de su vestido—. ¿Cómo fue tu cita con Rainbow Dash?
—Que no fue una cita —Fluttershy dijo por milésima vez, una pequeña sonrisa empezó a extenderse en su cara—. Y fue mejor de lo que esperaba. Al principio fue complicado, ya que Rainbow quería que subiera a su bicicleta y fuéramos por algo de comer a dos lugares distintos, ya sabes, por mi dieta vegetariana. Pero después, platicamos un tiempo hasta que se puso el sol y…
—Uy, suena como un buen inicio —Rarity dijo, compartiendo la sonrisa—. Pero necesito más detalles. Vamos, no te guardes nada.
Fluttershy asintió y le platicó lo mejor que pudo su día con Rainbow, cosa que tomó un poco más de tiempo, pues había cosas de las que no se había dado cuenta hasta que rememoró cada detalle. También cabía resaltar que Rarity era demasiado preguntona y extrajo de Fluttershy más información de la que esperaba contar. Eso le dio una perspectiva distinta de su salida, y lo tuvo en mente para cuando volvieran a salir.
—… Al final, ella me llevó a casa, después de darle mi número —Fluttershy se sonrojó y se ocultó detrás de su cabello.
—No me lo creo. ¿¡En serio!? ¿¡De verdad ella te pidió tu número primero!? —Rarity preguntó asombrada, sus ojos brillaron cuando Fluttershy asintió lentamente—. ¡Ahh! ¡Si eso no es una muestra de interés, entonces no sé lo que es! ¿Sabes lo que significa? Oh dios, es obvio que lo sabes. Ella quiere volver a verte, como muy pronto.
—¿Eh? Yo también quiero volver a verla, pero creo que estás exagerando Rarity —Fluttershy se hundió en el sillón, intentando mantener a raya los pensamientos sobre Rainbow Dash buscándola activamente—. Es demasiado creer que ella puede estar interesada en mí.
—Por favor, querida. Hasta alguien como Rainbow Dash puede ver la belleza inocente y natural que tienes —Rarity se acercó a ella y la tomó de los hombros—. ¿No me digas que nunca te has dado cuenta de que eres bonita?
—¿Yo? ¿N-no? Tú eres bonita, Rarity, y no nos parecemos.
—La belleza viene en distintas formas —Rarity dijo, ayudándola a levantarse—. Así como la ropa de verano e invierno no se parecen, ni tienen la misma función, siguen siendo igualmente atractivas para todo el mundo. Hay algunas personas a las que les gusta más una que otra, y eso no significa que el resto no es agradable.
—Y tú tienes el tipo de belleza que atraerá a muchas personas en el futuro no muy lejano, si no lo estás haciendo ya, ¿verdad? —Rarity se rio, guiñándole un ojo—. Rainbow parece atraída a ti y, sea la razón que sea, quiere volver a pasar el tiempo contigo. Mi apuesta es que simplemente le pareciste no solo atractiva, sino que también una mujer interesante de la que quiere saber más.
Rarity la acercó a la mesa de trabajo y le enseñó un vestido a medio terminar, el diseño era hermoso y dejaba en claro que las habilidades de Rarity han estado refinándose desde hace tiempo. Sin embargo, Fluttershy no entendió qué tenía que ver este vestido con lo que estaba diciendo.
—Y cuando juntas una chica bonita con el vestido adecuado, creas algo perfecto —Rarity finalizó—. ¿Qué te parece?
—Um… Es un vestido muy hermoso, pero…
—Ya sé lo que vas a preguntar —Rarity la silenció, levantando una mano—. Y este diseño es inspirado en ti, Fluttershy. Cuando me contaste sobre tu romance por Rainbow Dash, de la nada llegó a mí el mejor diseño que he creado hasta ahora. Este vestido no es solo una demostración de la belleza estética, sino también una muestra de tu personalidad, algo delicado y puro que es difícil de describir con palabras.
El rostro de Fluttershy se pintó de rojo tras las palabras de su mejor amiga, tanto que su cerebro fue incapaz de generar una respuesta y su mecanismo de defensa se activó. Rápidamente se ocultó detrás de su cabello y soltó un chillido diminuto que probablemente solo escuchó ella misma. Nunca nadie le había dicho que era bonita y, si bien Rarity la había elogiado con regularidad, enterarse de que era potencialmente atractiva para muchas personas, provocó que su corazón latiera con fuerza, ahora consciente de que llamaría la atención, aunque no quisiera.
Para alguien como Rarity, esto no era más que un halago. Pero para Fluttershy, esto era una muerte asegurada por pánico escénico.
El único consuelo que tenía era que Rainbow Dash estaba entre esas personas.
—Hmm… ¿Estás segura de eso? —Fluttershy preguntó tímidamente—. En nuestra escuela también hay muchas chicas bonitas. Más bonitas que yo.
—Para nada, ellas están lejos de ser la mitad de hermosas —Rarity respondió con desagrado—. Algunas de ellas usan media tonelada de maquillaje para verse mínimamente decentes, y el resto no conoce otra expresión que no sea mirar con menosprecio, por lo que tienen esos rostros fruncidos y arrugados que… ¡Ugh! No nos compares con ellas, querida. Estamos muy por encima de ellas.
Fluttershy no quería contradecir a Rarity, además de que parecía estar bastante segura de lo que decía. Así que la dejó ser y dejó escapar un suspiro ligeramente desanimado. Al menos, eran halagos ciertamente encantadores y no le hacían daño de ninguna manera.
—Está bien.
—En fin, no sé cuándo terminaré el vestido, pero ya puedes hacerte a la idea de que serás mi modelo —Rarity le mencionó, con una mirada de suficiencia—. Y te prometo que lucirás deslumbrante.
—No pienso que…
—Pero retomemos el tema principal —Rarity aplaudió, y volvió toda su atención a Fluttershy—. ¿Qué sucedió esta mañana que te puso tan extraña?
—Sobre eso, creo que… No, definitivamente mis padres sospechan que me gusta alguien —Fluttershy dijo, bajando los hombros como si estuviera cansada—. Y no sé cómo fue, pero empezaron a darme la… ya sabes, la cosa entre hombres y mujeres.
—Oh vaya —Rarity se cubrió la boca con una mano—. No me digas que trataron de darte la "charla".
—Fue tan incómodo —Fluttershy respondió exasperada—. Primero mi papá dijo todas esas cosas raras sobre los chicos buscando algo de las chicas, y luego trató de explicar cómo funcionaban sus cerebros o algo así. Temo que odie a Rainbow sin razón aparente.
—Alguien ya está pensando en el futuro —la modista cantó de manera burlona—. Ni siquiera son novias y ya estás planeando presentársela a tus padres. ¡Qué viva el amor, querida!
—N-no es eso, lo juro —Fluttershy trató de defenderse, con el rostro ardiendo de vergüenza—. Pero si nos volvemos amigas, entonces tendré que presentársela y…
—Esa es una excusa muy mala —Rarity comentó, negando con la cabeza—. Tan solo di que te ilusiona la idea de estar juntas. Es lindo que pases por todo el drama amoroso, con tus padres siendo sobreprotectores y estando celosos de tu futura pareja. Y lo que falta. El triángulo amoroso, la primera discusión de pareja, la reconciliación, la declaración de amor, esa primera vez.
Rarity no era mejor que sus padres, pues los tres podían avergonzarla de maneras que solo alguien cercano podía hacerlo. Es como si dijeran cosas que sabían que le harán volar la cabeza y hacerla cuestionarse por qué tuvieron que ser estás personas con las que compartía tanta cercanía. ¿Era un castigo divino, o tan solo una etapa de la vida por la que todos pasaban? Fuera cual fuera el caso, estaba segura de que iba a sufrir durante los siguientes meses. Y no sabía cómo tomárselo al respecto.
—Rarity, no digas eso, por favor —Fluttershy le suplicó.
—Pero querida, son cosas que pasan —Rarity se rio, sonriendo suavemente—. Okey, ya no lo haré más. Aun así, no tengo ningún consejo para tratar con tus padres. Todavía no paso por algo como eso, y no creo que suceda.
—¿Por qué?
—Mis padres siempre están fuera, rara vez vienen a casa y prácticamente toda nuestra comunicación es por teléfono —Rarity se encogió de hombros—. Últimamente he estado cuidando más de Sweetie Belle que ellos.
—Deben estar ocupados con el trabajo.
—¿Sí? Eso me gustaría creer a mí también —Rarity respondió, aunque su tono dejaba entrever un tono de tristeza—. Te contaré sobre eso otro día, hoy no hay que arruinar el buen humor de este fin de semana.
Fluttershy suspiró y se sentó en el borde de la cama de Rarity, mirando sus manos entrelazadas en su regazo.
—No sé cómo manejar todo esto. Si lo que dices es verdad, nunca pensé que alguien como Rainbow Dash podría fijarse en mí. Sinceramente dudo que sea el tipo de persona que se junta con alguien tan diferente. ¿Cómo sé que no se va a aburrir cuanto más me conozca?
—Querida, ya te lo he dicho antes y te lo diré de nuevo: tienes una belleza y personalidad que son únicas —Rarity dijo, sentándose junto a Fluttershy y colocando una mano en su hombro—. No te menosprecies de esa manera. Confía en mí cuando te digo que ella también puede desarrollar sentimientos como los tuyos si estás dispuesta a seguir adelante. Tampoco tienes que ser una mujer abrasiva que va detrás de ella, tan solo sé su amiga y trata de ser empática. Nunca se sabe, quizás son más compatibles de lo que crees.
Fluttershy sonrió tímidamente ante las palabras de su amiga, sintiendo un poco de alivio en su corazón.
—Gracias, Rarity. Me alegro de contar contigo para resolver mis dilemas.
—Pues claro, es lo que hacen las amigas —Rarity respondió, guiñándole un ojo—. Ahora, cuéntame, ¿cuándo es tu próxima salida con Rainbow?
—¿No es muy pronto para eso? Quiero decir, apenas ayer nos vimos —Fluttershy respondió—. Pero me dijo que me llamaría en otro momento.
—Entonces, si no tienes planes para hoy, ¿qué tal si salimos? —Rarity mencionó, levantándose y haciendo un poco de estiramiento—. He estado encerrada desde ayer trabajando en ese vestido, me vendría bien algo de aire fresco.
—Estoy bien con lo que quieras —Fluttershy asintió, arrugando el rostro ante un mal recuerdo—. Mientras más tarde llegue a casa, mejor.
—…—
Rainbow Dash levantó una de las pesadas cajas llenas de manzanas, cargadas en la camioneta de Applejack, y caminó lenta y pesadamente hasta el interior del Sugar Cube Corner. La tensión en sus brazos creció tras cada paso, y cuestionó seriamente cómo Applejack podía cargar hasta tres cajas sin sudar una gota. Para Rainbow este era el peso límite que podía soportar, y tenía que tomar varios descansos para que su cuerpo no la traicionara a medio camino.
Cuando llegó al almacén, dejó cuidadosamente la caja en el suelo y exhaló exhausta, mientras se daba un par de golpecitos en la espalda. Ya sea porque su cuerpo no estaba acostumbrado a este tipo de trabajo, o porque su técnica de levantamiento de cajas era mediocre, sintió cómo su columna lloraba de dolor, y le pedía un momento para enderezarse y aliviarse.
—Vamos, Rainbow —dijo Applejack, entrando con dos cajas más—. Mientras más pronto terminemos de descargar la camioneta, más pronto podrás descansar.
—Tienes que estar bromeando —Rainbow se quejó, acompañando a su amiga fuera para tomar la siguiente caja—. También debo preocuparme por mi condición. No puedo ir a un partido de futbol si tengo la espalda deshecha.
Applejack trepó rápidamente a la caja de carga y acercó más contenedores llenos de manzanas. Entonces saltó fuera y tomó otras tres como si estuvieran llenas de nubes. Rainbow frunció el ceño, viendo como su mejor amiga trabajaba como una máquina incapaz de detenerse, al menos cuando no era importunada por las quejas de otras personas.
—Puedes hacerlo —Applejack le dio una sonrisa descarada—. Sé cuán fuerte eres, así que no me vas a engañar. Rápido, ya falta poco.
—¿No me escuchaste? Se trata de estar en las mejores condiciones para los partidos —Rainbow replicó, tomando otra caja en sus brazos—. ¡Uf! Si llego con la espalda partida en dos, el entrenador me va a dejar en la banca.
—¿Y lo malo? —Applejack se burló, soltando una risa divertida.
—Muy graciosa, Applejack —Rainbow dijo con sarcasmo, girando los ojos—. Pero olvidas que soy la mejor delantera del equipo. Sin mí, no habría ninguna posibilidad de ganar.
—Sí, sí, sí. Cargas en tus hombros el peso del equipo, como toda una mártir —esta vez fue el turno de Applejack de girar los ojos—. ¿Qué haría el equipo de futbol sin ti? Oh, ya sé. Tal vez puedan terminar con la racha de derrotas contra Crystal Prep.
—Ah, cállate —Rainbow le dio una mirada afilada—. Eso no tiene nada que ver conmigo. Es más, yo soy el motivo por el cual el marcador no queda en cero.
—Bien hecho, Rainbow —Applejack fingió un tono de emoción—. Ahora solo falta que Crystal Prep deje de arrasarlas por cinco goles a uno.
—Algún día te tragarás tus palabras, chica manzana —Rainbow dijo, tan convencida como siempre—. Y dejarás de burlarte.
—Hasta entonces… —Applejack acomodó las cajas en el almacén, y se giró hacia Rainbow Dash—. Sigue descargando la mercancía.
Rainbow soltó un gruñido y continuó trabajando junto a su amiga.
Rápidamente adoptaron un ritmo monótono y aburrido, con Rainbow tratando de deshacerse de los pensamientos acerca de cierta chica de cabello rosa que habían estado abrumándola desde ayer. Algo de salir con Fluttershy la dejó con una sensación extraña en el pecho y, al principio, creyó que se trataba de algún síntoma de una enfermedad; sin embargo, se dio cuenta de que en realidad era un sentimiento cálido y emocionante. No sabía cómo describirlo ni nada por el estilo, pero también se sintió lo suficientemente avergonzada como para mantenerlo guardado hasta saber de qué se trataba.
Si eso era provocado por Fluttershy, ¿cuál era la razón exacta? De verdad deseaba saberlo, ya que así podía hacer algo al respecto. Tal vez no era algo malo, pero eso no quitaba el hecho de que era una nueva y rara experiencia para ella, una con la que no se sentía del todo a gusto. E independientemente del motivo, tenía la pequeña urgencia de verla de nuevo.
Finalmente, después de un par de horas, lograron descargar toda la camioneta. Rainbow se dejó caer sentada en el suelo con un suspiro de alivio, mientras Applejack regresaba con un par de bebidas frías y le lanzaba una a su amiga.
—Lo que te prometí —Applejack inclinó su sombrero en señal de agradecimiento—. Sidra de la familia Apple, proveniente de nuestra reserva personal.
—Oh, asombroso —Rainbow Dash admiró la botella entre sus manos como el más preciado de los tesoros—. Esto vale absolutamente el infierno por el que me hiciste pasar.
—Es tan fácil comprarte —Applejack se rio entre dientes—. Un poco de sidra y puedo mantenerte bajo el sol todo el día. No me digas que te volviste adicta.
—Puedo controlarlo. Es obvio que no vas a conseguir que haga cualquier estupidez —Rainbow dijo, limpiándose la baba de la boca—. Eso costará mucho más.
—Seguro que sí —Applejack dijo, no muy convencida—. Como sea, noté que estabas un poco en las nubes, más de lo habitual. ¿Se trata de algo interesante?
—Ah, ¿no lo creo? —Rainbow contestó rápidamente, alejando a Fluttershy y otros asuntos de sus pensamientos—. Nada digno de mencionar por ahora.
—¿¡En serio!? Porque ayer te vi con una chica de Crystal Prep, Dashie.
Rainbow y Applejack saltaron en sus lugares, y se giraron para ver a Pinkie Pie saliendo de una de las cajas de manzanas. La enérgica chica de cabello rosa se sentó frente a ellas y les dio una intensa sonrisa.
—¿D-de qué hablas, Pinkie? —Rainbow preguntó, fingiendo ignorancia.
—Ayer, después de la escuela, saliste corriendo y creí que estabas en problemas —Pinkie dijo, actuando cada uno de los pasos de Rainbow—. Y en un principio pensé que tan solo se trataba de tus salidas nocturnas con Gilda y Lightning Dust, pero no, te encontraste con una chica de Crystal Prep.
El par se quedó pasmado. Rainbow Dash trató de comprender cómo es que Pinkie Pie sabía sobre su reunión con Fluttershy y, aún más importante, sus salidas con Gilda y Lightning. Si ella la había estado siguiendo todo ese tiempo, eso explicaba por qué ocasionalmente miraba por encima del hombro con temor. Y no solo eso, también podía saber que ella estaba haciendo cosas fuera de la legalidad, pero nada extremo si era justa.
—Eh… Chicas, me estoy perdiendo de mucho aquí —Applejack se rascó la cabeza, con una ceja levantada—. ¿Rainbow, qué haces con Gilda y Lightning Dust? ¿Y quién es esa chica de Crystal Prep?
—Ejem, no tengo que explicar nada de lo que haga después de la escuela —Rainbow se defendió—. Además, Pinkie no debería estar siguiéndome ni espiándome.
—No tengo idea de lo que Dashie haga con Gilda y Lightning —Pinkie respondió, con una sonrisa—. Y lo único que sé de la chica de Crystal Prep es que se llama Fluttershy.
—Un segundo, Rainbow odia Crystal Prep —Applejack mencionó, mirando al suelo pensativa—. ¿De qué se trata todo esto?
—¿Hola? ¿Me escuchan? Están hablando sobre mí sin preguntarme —Rainbow se quejó, cruzándose de brazos.
—Así que, ¿vas a responder? —Applejack preguntó—. Mira, no me importa lo que hagas con esas dos después de la escuela, ya sabes que no me agradan ni quiero saber nada de ellas, así que olvida mi pregunta anterior. Pero sobre Crystal Prep, no te estás metiendo en problemas con ellos, ¿eh, Rainbow?
—Por supuesto que no, ¿por quién me tomas? —Applejack y Pinkie Pie se dieron una mirada cómplice—. Okey, he tenido encuentros no muy agradables con ellos, pero tampoco quiere decir que soy así con todo el mundo.
—¿Entonces…?
—B-bueno, yo… Conocí a Fluttershy en mi trabajo, y pasé el tiempo con ella al día siguiente —Rainbow trató de deshacerse del rubor en sus mejillas en vano, sintiéndose como una tonta mientras más hablaba—. Uh, sí, supongo que debí contárselos. Pero no creí que fuera importante, ya saben, solo fue una salida.
Todas se quedaron en silencio, Pinkie y Applejack dándole una mirada como si estuvieran digiriendo lo que acababa de decir, y Rainbow Dash no pudo sentirse más nerviosa. Era como si la estuvieran juzgando, pero no sabía por qué. ¿Era por hablar con una estudiante de Crystal Prep? ¿Por no decirles que salió con Fluttershy? ¿O porque sospechaban alguna otra cosa de la que ni siquiera Rainbow Dash era consciente? Las cuestiones la estaban matando; sin embargo, no dejó que se expresara completamente en su rostro y tomó un largo trago de su sidra.
—A Dashie le gusta Fluttershy —Pinkie dijo finalmente, asintiendo hacia Applejack.
