Capitulo 1
JJ
Las calles estaban oscuras y silenciosas, a pesar de los postes de luz que en teoría iluminaban el camino devuelta a los dormitorios del campus. Una joven rubia de casi 18 años caminaba sola después de haber pasado la tarde en la biblioteca haciendo una investigación para completar uno de sus muchos trabajos.
Sintió un escalofrío y se abrazó a si misma para conservar un poco de calor. Aunque el campus de la Universidad de Pittsburg se consideraba seguro, JJ no pudo evitar comenzar a ponerse nerviosa, no había nadie más afuera a esa hora, y ella no sabía si eso era algo bueno o malo. Esta vez sí me pase, no puedo volver a quedarme tan tarde, pensó. Solía pasar mucho tiempo estudiando, pero ya eran más de las 11:30, y tenía un mal presentimiento.
Miro sobre su hombro de nuevo, era la tercera vez que lo hacía desde que empezó a caminar, pero, igual que antes, no había nadie. Eso no hizo que se sintiera mejor. Todavía le faltaba la mitad del camino y tenía esa extraña sensación de estar siendo observada. Sabía de un par de casos de robos a estudiantes a esas horas, pero era poco común. Aún así agradeció mentalmente por no llevar cosas de valor, a excepción de su viejo reloj de pulsera y unos pocos dólares. Ese día no se había puesto el collar de Rosaline, así que, si la asaltaban, no se lo llevarían, jamás se lo perdonaría si llegaba a perderlo.
Después de volver a mirar al rededor, prestando especial atención a las puertas de los negocios cerrados y las sombras bajo las cornisas, comenzó a acelerar el paso. Ahora sentía que la estaban siguiendo. Miro sobre su hombro, nada. Estás siendo paranoica, Jennifer, cálmate de una vez, se dijo a si misma con la esperanza de tranquilizarse un poco. No funciono. Tomó unas cuantas bocanadas de aire. Eso tampoco funcionó.
Crack
Se paró en seco. Giro la cabeza hacia donde había escuchado el ruido, venía del parque que estaba cruzando la calle, hacia su izquierda. Aguzó la vista y vio una sombra moverse entre los árboles, solo fue un segundo, pero podría haber jurado que estaba ahí.
Observó un poco más, pero nada se movió. Siguió caminando, está vez aún más rápido. Tranquila, es el cansancio, ahí no hay nadie. Esa tarde, antes de ir a la biblioteca, tuvo una práctica con el equipo de fútbol, JJ esperaba que su agotamiento físico y mental fuera el responsable de su nerviosismo. Pero algo le decía que no era así, que si había alguien ahí, siguiéndola, observándola.
Continuó mirando a la izquierda y sobre su hombro. Avanzó otro par de cuadras, pero la sensación no desaparecía.
Estaba tan concentrada en asegurarse que no hubiera nadie detrás suyo que no vio a la persona que tenía en frente. Cuándo chocó con el chico casi le da un infarto. Fué como si hubiera salido de la nada.
JJ cayó al suelo, pero el ni siquiera se tambaleó.
—Mierda. Lo siento mucho, no estaba...—. Comenzó a decir mientras se levantaba, pero se interrumpió al ver quién era.—Tony... ¿Que haces aquí? Me asustaste.
Anthony, o "Tony" era uno de los jugadores del equipo de fútbol americano de la Universidad, se habían encontrado varias veces durante las horas de entrenamientos, y también tenían una clase juntos. Aunque a JJ no le agradaba mucho. Durante los últimos meses él la abordaba cada vez que podía para pedirle que salieran, pero ella se negaba siempre.
Si bien Tony era relativamente atractivo, alto, musculoso y con el cabello y los ojos negros, a Jennifer no le gustaba su personalidad. Al inicio sus peticiones eran mas o menos tiernas, pero, a medida que pasaba el tiempo, dejaron de serlo y tomaron un tono que las hacía parecer ordenes. Además, ella no era idiota, sabía que él solo quería que se acostaran. Cuando la miraba lo hacía de arriba a bajo, concentrándose en su pecho y piernas. Está vez no fue diferente.
—No te preocupes, JJ. Mis amigos y yo estábamos aburridos, así que decidimos salir a buscar algo que hacer—. Le contestó con su típico tono arrogante.
A JJ no le hizo gracia, pues, a su parecer, los amigos de Tony eran igual de imbéciles que él. Eran tres, John, Mark y Charlie, todos ellos parte del equipo de fútbol americano. Siempre estaban juntos en las prácticas o paseando por el campus. La rubia tenía la impresión de que solo causaban problemas. Ya habían iniciado un par de peleas, y había rumores de que habían incendiado algunos edificios abandonados al norte de la ciudad, pero, si hacían algo, siempre era lejos del campus, así que nadie les decía nada.
Entonces fué cuando se dió cuenta, los otros no se veían por ningún lado, allí solo estaba Tony. Su nerviosismo no había desaparecido desde que se lo encontró, si algo, la ausencia de sus amigos lo había aumentado. Aún tenía el deseo de mirar sobre su hombro, pero no sé atrevió. Sentía esa presencia observándola. Ahora no estaba sola, pero eso no hizo que se sintiera mejor, lo único que quería era llegar a su dormitorio para poder tranquilizarse.
Miró hacia la izquierda otra vez, no había nada. Cuando volvió la vista al frente se dio cuenta de que Tony la observaba expectante, como si esperara una respuesta.
—Disculpa ¿que dijiste?
—Te pregunté que haces aquí tan tarde, ya casi es medianoche. Oye, ¿Estás bien?—. Su tono parecía de preocupación, pero en sus ojos había un pequeño brillo de burla, como si la situación lo divirtiese.
—Eh... si, si, estoy bien, solo algo cansada, estuve estudiando en la biblioteca y salí tarde —. Trató de decirlo del modo más tranquilo que pudo, pero su voz la traicionó y le tembló un poco.
Entonces, algo se movió a su izquierda, una figura salía del parque y se les acercaba. A JJ se le heló la sangre, era la misma que había visto hace rato, estaba segura. Giro un poco para verla y pudo distinguir que era un chico moreno con el cabello rizado y los ojos negros, apenas un poco más alto que ella, lo reconoció, era Charlie. Al mismo tiempo, otra persona se le acercaba por la espalda, pero a esta no la vio hasta que estuvo a un par de metros de distancia. Está vez era John, él era casi tan alto como Tony, pero era rubio y tenía los ojos verdes.
En un parpadeo los tres la estaban rodeando.
—Hola chicos—. Los saludó JJ, que ahora le daba la espalda a Tony y miraba de frente a los otros dos, y agradeció mentalmente que el miedo que sentía no era evidente en su voz.
—Hola—. Fue John el que contestó, Charlie se limito a hacerle un gesto con la cabeza.
Los tres chicos la miraban intensamente, con un brillo travieso y algo oscuro en los ojos. No le gustaba nada. Aún no sabía dónde estaba Mark, pero en ese momento no le importaba, tenía que irse de ahí ahora, no podía ser consecuencia que sintiera que la estaban siguiendo, que Charlie fuera la sombra que le a observaba entre los árboles, y qué luego aparecieran Tony y John de la nada, diciendo que querían "divertirse".
—Bueno, será mejor que me valla, adiós—. Dijo la rubia mientras levantaba la mano en forma de despedida y pasaba junto a Tony.
No llego muy lejos. A penas había dado un par de pasos cuando él le agarro el antebrazo derecho firmemente. Eso la hizo girar, así que quedaron frente a frente. Ahora le sonreía con suficiencia.
—Espera, JJ, no te vayas todavía—. dijo mientras la acercaba a él y rodeaba su cintura con el otro brazo, haciendo imposible que se alejara. —Podrías acompañarnos, sería divertido—. Musitó, al tiempo que pasaba sus labios casi imperceptiblemente por la mejilla de la chica.
Sus palabras hicieron que un escalofrío le recorriera la espalda. Tony lo notó, y sonrió.
—Y... si tienes frío... podemos mantenerte caliente. —susurró, mientras plantaba suaves besos en su cuello. Los otros dos rieron de forma siniestra.
Ahora sí estaba comenzando a asustarse en serio, pero no quería demostrarlo, así que se obligó a tragarse el miedo y mirar a Tony a los ojos. Vio de nuevo esa mirada arrogante, llena de satisfacción y burla, y se sorprendió a si misma cuando sintió irá. Estaba furiosa. ¿Quien demonios se creían para tratarla y mirarla así así? Ella podía ser pequeña y delgada, podía no tener dinero y venir de un pueblo diminuto, y podía tener el aspecto de "rubia idiota", pero no era el juguete de nadie, y no iba a dejar que tres imbéciles se aprovecharan de ella.
—No, me tengo que ir—. dijo JJ con tono firme y trató de soltarse. El no la dejó, simplemente apretó su agarre en su antebrazo.
—Tony, suéltame.
Ahora la sujetaba tan fuerte que le dolía. Pero, fuera de eso, no obtuvo otra reacción por parte del chico. Además, sus amigos se habían acercado, encerrandola todavía más, John estaba a su derecha, Charlie estaba justo detrás. También podía sentir sus ojos recorriendo su cuerpo, y, por un momento, creyó que una mano había tocado su trasero. Su corazón se aceleró.
—Te estoy hablando en serio, me tengo que ir, suéltame—. JJ comenzó a forcejear.
Tiró de su muñeca y trató de dar un par de pasos hacia atrás para alejarse de él, pero Charlie la empujó hacia adelante, tan fuerte que prácticamente cayó en los brazos de Tony. Los tres se rieron.
—No, tu no te vas a ningún lado—. dijo mientras la pegaba a él —queremos divertirnos un rato, y no podemos desaprovechar esta oportunidad.
