Hola a todos mis queridos lectores.

Gracias a cada uno de ustedes por sus reviews!

Cbt1996: Porque pegas un grito y me haces callar delante de la genteeeeee…. Pimpinela fue mi acompañante en esta maravillosa escena, también la canción "esto no es amor" y de otros artistas, cómo te dije al privado, necesito canciones acorde al capítulo para avanzar, y como por arte de magia, los diálogos van surgiendo solos. Kag ya está cansada de ser la víctima de Bankotsu y decidió ponerle un alto, aunque eso le siga costando un poco de su estabilidad emocional, pero dime ¿Qué protagonista no sufre? Y Bankotsu, por dios, es mi personaje, yo lo hice así y de verdad que lo odio, no está feliz si no culpa a Kag hasta porque una hormiga muere; pero amé que su plan no haya funcionado y que su orgullo halla quedado pisoteado. ¡Ay, mujer! ¿Quieres guardar tus sartenes por una vez en tu vida? A este paso no se a qué le tengo más miedo, si a las arañas o a ti con tus sartenes. Gracias por tus palabras y por todo tu apoyo en esta travesía.

Annie Perez: Hola! Bankotsu solo es un interesado, quiere la cosas fáciles. Después de mucho tiempo, su minita de oro se acabó, solo falta que Kagome se de cuenta del robo de su dinero. Koga será un gran apoyo en esta etapa, y no tengamos duda de que saldrá triunfante. Gracias por leer.

Lin Lu Lo Li: Kagome está metida en una situación grave, pero nada que no pueda tener solución; después de todo, el bien siempre sale triunfante. El drama y lo prohibido serán indispensables en esta historia. Gracias por leer.

Rosa Taisho: El karma haciendo de las suyas. Bankotsu ha humillado de muchas maneras a Kag, ahora era su turno, y típico de una persona narcisista, se está haciendo la víctima. Desgraciadamente él es alguien tan ambicioso que ahora quiere robarlo todo, pero Koga le dará batalla hasta lograr que la justicia gane. Ahora Rosita, respira, tranquila, relájate; ¿Estás segura que es Tsubaki? ¿Estás 100% segura? En este fic todo puede pasar, y este nuevo capítulo te dejará con más dudas que respuestas. Sin embargo, haga lo que haga, no te quitaré tu puesto de Teresa suprema, esto que está por suceder no supera tu drama. Gracias por leer, y prepárate para lo que estás por leer.

Karii Taisho: Amiga mía! Siento que tomarás a Bankotsu como un saco antiestrés jajajaja. A este paso te vuelvo a repetir, los Taisho te contratarán para atrapar a los Chiba, sobretodo por tus actos tortuosos jajajaja, ay pero Bankotsu se lo tiene bien merecido, por ser una rata de dos patas, porque un bicho rastrero, aún siendo el más malditos, se queda muuuuuy chiquito!. Ay perdón, me dejé llevar. Y no te lo voy a negar, estoy jugando con tus habilidad de detective, y eso me encanta. Lo que no me gusta es, como dices, que alguien en quien Kag tanto confía, la está traicionando. Me encanta leer el análisis que haces en cada capítulo, eso me dice que lo disfrutas, aunque siempre terminas quedándote sin sartenes. Quiero pensar que en este capítulo no los vas a necesitar, lo que si es indispensable que tengas es una lupa, tu libreta y un lápiz para anotar todas tus pistas.

Shikon de Oz: Los cambios y giros inesperados son la característica principalmente de esta historia, y a más de uno les va dejar con dudas, sospechas, aquí no se puede confiar en nadie. Así que ten en la mira a todos, y mas por todo lo que se revela en este capítulo.

Guest: Muchas gracias por leer! Me alegra que te guste esta historia.

MegoKa: Ese pequeño diálogo nos puso a pensar a todos, y lo más impactante es que menciona que es su "amiga", siempre esperas lo que sea, menos que alguien en quien tanto confías te traicione de esa manera. Hay muchas cosas sospechosas, y esperemos que pronto descubramos lo que está pasando. Gracias por leer.

Debo confesarles que amé el haber traído a una Kagome empoderada, valiente, decidida a no dejarse humillar por alguien que solo piensa en si mismo. Se que, quizás algunos no estén de acuerdo en como están sucediendo las cosas, pero recordemos que esto es mera ficción.

Siento que les lancé una pequeña bomba respecto a la traición de una amiga, y claramente nadie se lo esperaba, mucho menos con la descripción que se dio. ¿Qué está pasando? Lamento decirles que este capítulo podría aclararles algo o dejarles más dudas que respuestas. Solamente no pierdan de vista ningún detalle.


CAPITULO 9: SECRETOS

INUYASHA

Miroku y yo nos encontrábamos en la oficina de Sesshomaru. Hacía dos días que mi hermano nos había citado en la oficina central en Osaka, y a pesar de que ya llevábamos más de media hora esperando, aún no nos había dicho nada. El silencio incómodo que se había instalado en el lugar me estaba carcomiendo los nervios, así que no soporté más y terminé con ese momento tan estresante.

-Sesshomaru, ya tenemos mucho tiempo esperando. ¿Para qué nos citaste? -Pregunté, pero en ningún momento apartó la mirada de la pantalla de su computadora y eso me frustró demasiado, por lo que solté un ligero golpe en su escritorio tratando de llamar su atención-. ¡Herm…!

-¡Buenos días, agentes! -La voz autoritaria que se escuchó en la oficina me interrumpió abruptamente. Se trataba del gran Toga Taisho, Director de la policía y nuestro padre.

-¡Señor! -Miroku se puso de pie inmediatamente, saludando con la mano derecha en la frente en una postura completamente rígida.

La mirada seria de Sesshomaru me hizo caer en cuenta que debía hacer lo mismo que mi amigo, así que, sin quejarme, tomé la misma postura que Miroku.

-Siéntense, por favor -ordenó mi padre, dirigiéndose al escritorio-. Los mandé a llamar porque se las dificultades que tuvieron respecto a Byakuya Chiba. Las cosas se están complicando, especialmente ahora que el agente Taisho descubrió el vínculo familiar que lo une a Onigumo.

Mi padre me miró fijamente, y por primera vez en mucho tiempo, asintió en señal de aprobación. En ese momento, me sentí orgulloso y satisfecho con ese pequeño gesto. Por fin había logrado que mi padre sintiera un mínimo de admiración por lo que había hecho. Y no es que él estuviera en mi contra; admito que mis acciones lo habían llevado a desconfiar un poco de mi compromiso ante el trabajo, pero ahora, sentía que comenzaba a cambiar la imagen que tenía de mí.

-También estoy consciente de que tenemos un infiltrado en el equipo; por lo que les pido que no confíen en nadie. -dijo con seriedad y preocupación debido a la gravedad de la situación-. Debemos tratar este asunto de "Los Chiba" con toda la discreción posible.

-¡Sí, señor! -dijimos al unísono.

-Ahora… -Unos toques en la puerta interrumpieron la conversación-. ¡Adelante! -ordenó el Director.

La puerta se abrió, dando paso a Naraku, y por un momento, el ambiente se llenó de un poco de tensión, de lo cual, mi padre se dio cuenta.

-No se preocupen, el agente Kurosaki está aquí, porque este asunto también le compete a él -explicó mi padre mientras Naraku tomaba asiento-. A partir de ahora, ustedes dos se reincorporarán al caso y se unirán al equipo que dirige Naraku-. La emoción que sentí en ese momento era inexplicable; todo lo que había perdido por mi inconsciencia, lo estaba recuperando poco a poco-. ¡Miroku! ¡Inuyasha! Sus habilidades serán de gran ayuda en esta misión. Les recuerdo, este caso será extremadamente confidencial.

-¡De acuerdo! -respondimos con seriedad.

-Debido a la clasificación de este caso -intervino Sesshomaru-, sus oficinas estarán aisladas del resto de la sede. Podrán trabajar en la oficina de Kurosaki, la cual ya he mandado a acondicionar con todo el equipo necesario. Mientras tanto, la oficina de Taisho será utilizada como la sala de reuniones, a la que solamente los miembros de este equipo tendrán acceso.

La decisión de Sesshomaru era la más acertada debido a lo que implicaba trabajar con un caso confidencial, no sabíamos quien o quienes eran los infiltrados, necesitábamos trabajar con total discreción, sin interferencias ni distracciones

-Este caso no es como los anteriores -continuó Sesshomaru con un tono de advertencia-. Debemos ser extremadamente cuidadosos, ya que la información que manejaremos no debe salir de esas oficinas.

-¿Alguna duda? -preguntó mi padre, mirándonos a los tres.

-No, señor -respondimos al unísono

-Bien, entonces prepárense. En una hora nos reuniremos en la sala de juntas para analizar todos los avances que tenemos hasta ahora. Pueden retirarse.

Salimos de la oficina y nos quedamos unos momentos en el pasillo. A pesar de la emoción que sentía por haber sido reincorporado al caso, la preocupación por lo que estábamos por enfrentar me consumía. Sabía que esto no sería nada fácil, y menos cuando podría afectar emocionalmente a Naraku, quien estaba con la mirada fija en el suelo.

-Naraku, ¿estás bien? -puse una mano en su hombro y eso lo sobresaltó

-¿Qué? ¡S-sí! Todo está bien -respondió con un dejo de nerviosismo. -Debo irme, tengo cosas que hacer

-Oye, Naraku -lo llamó Miroku-. Al menos podrías saludar a tu viejo amigo, ¿no crees?

-Kimura -lo miró seriamente y en seguida comenzó a reír.- No has cambiado en nada.

Se dieron un abrazo, sin embargo, había algo en su actitud que me tenía inquieto; es como si se tratara de otra persona, como si tratara de ocultar algo detrás de su risa fingida.

-Me alegra que podamos trabajar juntos -dijo forzadamente, su voz no podía ocultar su incomodidad-. Regresaré a tiempo para la reunión.

Naraku se alejó rápidamente por el pasillo, sin darnos tiempo de preguntarle algo más. Miroku y yo lo seguimos con la mirada hasta que desapareció. El silencio que quedó aumentaba la sensación de que algo no estaba bien, una inquietud que ninguno de los dos podía ignorar.

-¿Es mi imaginación, o Naraku está actuando raro? -preguntó Miroku.

-No, no es tu imaginación -respondí muy pensativo-. Naraku se puso demasiado tenso cuando Sesshomaru mencionó que todo sería confidencial.

-Seguramente se siente presionado porque aún no logra capturar al asesino de su padre.

-Tal vez, pero… hay algo en su actitud que no me da mucha confianza -admití con gran pesar.

No se trataba de cualquier agente, sino de mi mejor amigo, y ese mal presentimiento era algo que no podía tomar a la ligera.


KAGOME

6 meses después.

-Me alegra que las tres estén aquí. -Kede nos saludó amablemente-. Tengo que hablarles de la nueva colección que tengo en mente, y es indispensable que pongan muchísima atención.

Kaede nos había reunido en su oficina. Siempre disfrutaba estos momentos, porque significaba que mi mente estaría ocupada creando nuevos diseños, y nada me emocionaba más que la posibilidad de dar vida a algo fresco y original. Lo único que siempre me ponía tensa era el hecho de que Tsubaki y yo nos veíamos envueltas en medio de una "competencia" para saber quién se encargaría de los diseños principales, pero siempre teníamos muy claro que solo era parte de trabajo y que eso no debería afectar nuestra amistad.

-Sango, ¿Cuál fue el resultado de la última colección? -preguntó Kaede con gran curiosidad.

-Las ventas lograron superar nuestras expectativas en un 10% -respondió con firmeza.- Los puntos de venta me reportaron que hubo buena demanda en las prendas de edición limitada; sin embargo, ese porcentaje es menor a lo que teníamos contemplado.

-Lo sospechaba. Estuve en la tienda de Tokio, y a pesar de que las prendas tuvieron el éxito deseado, me di cuenta de algo muy interesante -dijo Kaede mientras nos pasaba una carpeta con la información necesaria-. Muchas mujeres se están interesando en la ropa a juego con sus hijos. Trataban de combinar moda y colores, pero no siempre salían satisfechas.

-Entonces, tu idea es hacer la colección pensando en madres e hijos, ¿verdad? -preguntó Tsubaki emocionada.

-Así es, mi querida Tsubaki. -Confirmó Kaede con una amplia sonrisa.

-¡Me parece una excelente idea! -Exclamé con emoción mientras revisaba la información-. Es algo nuevo y fresco. Ya estoy pensando en algunas ideas para los diseños.

-Tenemos que ser muy creativas -intervino Sango-. He visto que este tipo de colecciones está ganando popularidad, pero debemos darle un atractivo único y que no sea algo más del montón.

-Las prendas deben ser fabricadas con materiales cómodos pero elegantes, sin olvidar que también va dirigido a un público infantil -sugirió Tsubaki.

-Eso es lo que necesitaba escuchar -dijo Kaede-. Kagome y Tsubaki, quiero que trabajen en sus ideas y conceptos para la próxima reunión. Mientras tanto, Sango y yo nos encargaremos de seguir estudiando las tendencias más populares en el mercado, así como la logística para la nueva colección.

-De acuerdo -Respondió Tsubaki-. Me aseguraré de presentarte algo innovador.

-Sólo recuerden que esto no es una competencia -añadió Kaede con un dejó de preocupación-. Ambas están para aprender una de la otra.

-No te preocupes, Kaede. -Respondí con tranquilidad-. Eso lo tenemos muy claro-. Ambas sonreímos y Kaede suspiró aliviada.

-¡Perfecto! Entonces nos vemos en la siguiente reunión.

Las tres nos despedimos muy emocionadas y salimos de su oficina. Tsubaki y yo íbamos hablando sobre las diferentes ideas acerca de los colores en tendencia y los tipos de tela que podríamos utilizar. Estábamos tan inmersa en nuestra conversación, que no nos dimos cuenta de que Sango solo nos respondía de manera superficial con monosílabos. Su concentración estaba enfocada completamente en su celular.

-¡SANGO! -le gritó Tsubaki, mientras entrábamos a mi oficina.

-¡Qué! -exclamó un poco sorprendida

-¿Te pasa algo? -pregunté con curiosidad.

-S-sí, ¡NO! -respondió muy nerviosa, lo que me sorprendió demasiado-. Todo está bien, no se preocupen.

-¿A quién le mandas mensaje? -Tsubaki le quitó el celular de las manos y Sango se sobresaltó inexplicablemente.

-¡MALDICIÓN TSUBAKI! DAME EL MALDITO TELÉFONO -gritó muy molesta.

-¡Sango! Tranquilízate -le pedí aún más sorprendida. Era la primera vez que la veía tan molesta por una broma de este tipo-. Tsubaki solo estaba jugando contigo.

-¡Toma! -le devolvió su teléfono-. ¡Discúlpame! No pensé que te enojarías por algo así.

-¡Perdónenme ustedes, chicas! -respondió Sango apenada, dejándose caer en la silla -. No debí reaccionar así, es solamente que… estoy con alguien y….

-¡¿En serio?! -Exclamé emocionada-. ¡Eso es una excelente noticia!

-Entonces te vas a emocionar más cuándo sepas que se estaban poniendo de acuerdo para pasar una noche romántica y salvaje -expresó Tsubaki con picardía en el tono de su voz y con una sonrisa traviesa.

-¡No, tonta! -respondió Sango entre risas-. Solamente vamos a cenar

-Y tú serás el postre, amiga. -Tsubaki seguía molestándola, y me uní a sus bromas.

-¡Déjala! Sango tiene derecho a disfrutar del postre, incluso antes de la cena.

Las tres comenzamos a reír, y la tensión que se sentía se fue disipando por algunos segundos. Sin embargo, ese pequeño momento duró muy poco cuando quisimos saber más.

-¿Quién es? -pregunté con gran curiosidad.

-Sí, Sango. Dinos ¿Quién es el afortunado?

-No puedo decirles -Respondió con seriedad mientras desviaba la mirada-. Mejor sigamos hablando de la nueva colección.

Tsubaki y yo nos miramos confundidas. Sango estaba actuando realmente muy extraña y eso no era muy común en ella.

-¿Qué pasa, Sango? ¿Acaso él…?

-¡Que no pienso decirles nada, Kagome! ¡Entiéndelo, carajo! -me respondió muy enojada. Se levantó rápido de la silla y se dirigió a la puerta.

-Bien, no preguntaré nada -exclamé levantando las manos.

-Sango, relájate. -Ella ignoró a Tsubaki y salió azotando la puerta. Nos miramos nuevamente muy preocupadas-. ¿Qué le pasa?

-No lo sé. Nunca se había comportado así. -respondí sin quitar la mirada de la puerta.

-Dejemos que le pase el enojo. Mañana será otro día. -Asentí no muy convencida.

Tsubaki y yo nos quedamos un rato más hablando sobre los aspectos de la nueva colección. Sin embargo, ahora era yo quien estaba un poco distraída pensando en la extraña reacción de mi amiga. Algo en su actitud no me gustaba, era como si estuviera guardando un secreto difícil de compartir. Y aunque trataba de concentrarme en el proyecto, mi mente seguía pensando en Sango molesta por algo que no entendía del todo.

-Tsubaki, perdóname, pero esto que pasó con Sango me tiene muy consternada -la interrumpí abruptamente.

-Te entiendo, Kag. No entiendo el por qué se molestó tanto. -dijo con preocupación.

Ambas nos quedamos en silencio; realmente lo que había pasado nos dejó sin palabras, y por más que quisiéramos entender, no encontrábamos una explicación lógica.

-Mejor me voy a casa. -Cerré las carpetas que tenía en el escritorio y las guardé en un cajón-. Necesito despejarme y relajarme para iniciar mis bocetos.

-Haré lo mismo, amiga. Así que nos vemos mañana, querida. -Tsubaki tomó sus cosas y salió del lugar-. Adiós Kag.

-¡Hasta mañana! -le respondí tratando de sonar más animada.

-.-.-

Pasaban de las 10 de la noche y acaba de salir de la ducha. Busqué una pijama, me vestí y me metí en la cama. Tomé mi celular para investigar colores en tendencia y otros aspectos esenciales para la nueva colección, pero me distraje leyendo un mensaje de Koga, dónde me avisa que el abogado de Bankotsu quería negociar el divorcio y que por ningún motivo firmara algún documento.

Suspiré con pesadez mientras apoyaba la cabeza en el respaldo de la cama. Lo que menos quería era saber de ese ser tan ambicioso. Me sorprendí por lo ciega que fui en todo este tiempo, permitiéndole que me manipulara a su antojo, culpándome de cosas que no me correspondía, cayéndose en su maldito juego. Pero todo eso había terminado, ahora me tocaba ser feliz, salir adelante, y demostrar lo fuerte que puedo ser.

De repente, mi celular comenzó a sonar. Era una llamada de Bankotsu. ¿Qué es lo que quería a esta hora? Dudé en responder, pero la curiosidad de saber lo que me quería decir fue más grande, así que apreté el botón para aceptar la llamada y llevé el teléfono a mi oído.

-¿Qué quieres, Bankotsu? -pregunté con voz firme.

No recibí ninguna respuesta clara; lo único que podía escuchar eran palabras inentendibles, gemidos, jadeos, incluso gruñidos por parte de Bankotsu. Mi corazón se detuvo al darme cuenta de lo que sucedía; Bankotsu se estaba follando a su amante y el hijo de puta se atrevió a llamarme para que lo escuchara. En otro momento, quizás me hubiera dolido, pero lo que sentía ahora era asco y rencor hacia él, ¿con qué propósito hacia esto? No estaba dispuesta a averiguarlo; y justo cuando iba a cortar la llamada, escuché mi nombre en medio de los gemido de aquella mujer.

-¿Soy mejor que… Kagome? -preguntó jadeante. Su voz fue clara.

-Tú sí eres… una delicia de mujer… preciosa -respondió con arrogancia-. Mucho mejor que "tu amiga"

Colgué de inmediato la llamada y aventé el teléfono al otro lado de la cama. Mi respiración estaba agitada debido al odio que crecía dentro de mí. Me recosté en la cama, tomé una almohada y la abracé con fuerza tratando de controlarme por la humillación que había soportado por tanto tiempo.

Una vez que mi respiración se controló, fijé mi mirada en el techo; era consciente de que mientras el divorcio no estuviera finalizado, tendría que lidiar con Bankotsu en cierta medida, pero no volvería a permitir que me menospreciara nuevamente y ya no había marcha atrás. Un golpe fuerte me regresó a la realidad; en mi mente se escuchaba la voz agitada de Bankotsu pronunciando "Mucho mejor que tu amiga". Un escalofrío recorrió mi cuerpo, mis manos empezaron a temblar al darme cuenta de que había vivido engañada toda mi vida, ¿A qué amiga se refería? Si a Sango la conocía de toda la vida, era mi confidente, mi hermana y estaba segura de que ella nunca se atrevería a traicionarme de esa manera; y Tsubaki, ella ni siquiera lo conocía, solamente lo había visto en fotografías, entonces ya no estaba entendiendo nada.


INUYASHA

Amaba ver el cielo teñido por el cálido atardecer en un domingo, mientras disfrutaba de un momento de relajación, sentado en el parque. Sentir la brisa fresca y el olor de los árboles era reconfortante, sumado al bullicio de las personas y el de los niños jugando, que creaban una melodía armoniosa que me hacía olvidar todos los problemas del trabajo.

Las cosas seguían igual, y la frustración era cada vez más grande. A pesar de los seis meses que llevábamos investigando, no habíamos logrado avanzar en nada. No lográbamos descubrir a los infiltrados, y eso estaba afectando nuestros avances en la investigación, porque cuando estábamos a nada de acabar con la red de narcotráfico de los Chiba, alguien los alertaba y volvíamos a quedar en cero, convirtiéndose en un círculo vicioso que parecía nunca tener salida.

Lo que me tenía más inquieto, eran las actitudes de Naraku, siempre a la defensiva, tan misterioso, evadiéndonos siempre, lo que me hacía dudar de su lealtad. Sin embargo, me parecía exagerado creer que fuera capaz de traicionar todos sus valores y convicciones; los Chiba eran responsables de la muerte de su padre, del faso suicidio de su madre. Ellos habían arruinado su infancia en cuestión de segundos, así que, el pensar en que él fuera el infiltrado sonaba muy perturbador.

En cuestiones personales, seguía disfrutando de mi libertad, conociendo otras mujeres, pero ninguna lograba despertar en mí lo que Kagome Higurashi había logrado. Cada vez que estaba con alguna chica, su recuerdo llegaba a mi mente, y aunque intentaba disfrutar del buen sexo, no podía evitar comparar sus caricias y sus gemidos, con los de cualquier mujer que estuviera conmigo. Ninguna podía borrar el recuerdo de aquella mujer que se había grabado a fuego en mi piel.

Después de aquella noche intensa en Nara, no hice nada por buscarla; después de todo, fue un acuerdo al que habíamos llegado, disfrutar y olvidarnos mutuamente. No es que la echara de menos, ni siquiera me interesaba saber que había sido de su vida, pero lo que si extrañaba, era su cuerpo, sentir su piel contra la mía, el calor de sus abrazos, el sabor de sus labios, el fuego ardiente que nos transmitíamos con cada toque. Esa deliciosa experiencia, la recordaría por el resto de mis días.

Sonreí ante aquellos recuerdos, cuando, a lo lejos, vi a una mujer que me recordaba a Kagome. Pensé que mi mente me estaba jugando una broma de mal gusto, pero, conforme la mujer se acercaba, el parecido se hacía más notorio. ¿Podría ser realmente ella? La mujer se sentó a dos bancas de dónde yo me encontraba; la vi respirar el aire puro de parque y sonrió mientras se acomodaba un mechón de cabello detrás de su oreja. Ya no tenía más dudas, era ella, era Kagome

Definitivamente, las vueltas del destino me sorprendían cada día más, pero debía respetar nuestro acuerdo, así que me conformé con observarla de lejos. La vi como observaba a las familias divertirse, principalmente a las madres y sus hijos, y en ocasiones, la veía escribir en su celular. Sin darme cuenta, nuestras miradas se encontraron, ella se sorprendió, y después sonrió. No sabía si fingir demencia, o saludarla; sin embargo, ella me evitó ese debate interno cuando levantó su mano en señal de saludo, el cual correspondí. Lo que me sorprendió, fue que ella se levantó de su lugar y se acercó a mí.

-Hola, Inuyasha -saludó gentilmente.

-Hola "Kei" -sonreí al verla levantar una ceja ante aquél nombre-. ¿Qué? -dije mientras encogía los hombros.

-Si ya sabes mi nombre, ¿por qué me llamas así? -preguntó mientras se sentaba a mi lado.

-Creí que no nos volveríamos a ver. Además, me gusta llamarte "Kei" -respondí mientras disfrutaba su reacción ante mi comentario.

Comenzó a reír mientras negaba con la cabeza. Ya no se comportaba tan distante y a la defensiva como en aquella ocasión en Nara.

-¿Qué estás haciendo aquí? -preguntó con curiosidad-. ¿Estás en servicio, "oficial"?

-¿Por qué? ¿Tienes alguna… sugerencia? -le pregunté con picardía, a lo que ella sonrío de manera coqueta.

-¡Ni lo pienses, tigre! -musitó en tono juguetón, mientras se acercaba a mí y colocaba su mano en mi pecho. Mi mirada se fijó en sus labios y tuve ganas de probarlos nuevamente. Justo cuando iba a acercarme a sus labios, ella me empujó suavemente y comenzó a reír-. -Sólo preguntaba por curiosidad; así que no te ilusiones.

Estaba a punto de defenderme cuando el grito de una mujer llamó nuestra atención.

-¡INUYASHAAA!

Una chica pelirroja apareció de la nada, corrió hacia mí y me abrazó fuertemente, lo que me tomó por sorpresa.

-¡A-a-ayame! -exclamé muy nervioso.

Miré inmediatamente a Kagome, quién nos observaba sorprendida. Por un momento, la loca idea de que se molestaría pasó por mi mente, pero fue lo contrario; una sonrisa se dibujó en su rostro y se dio la vuelta con intención de alejarse cuando otra vocecita llamó su atención.

-¡PAPÁAAAAAAAAA! -el niño corrió hasta mí y tomó mi mano.

-¡¿Pa... papá?! -exclamó Kagome muy impactada, mientras no apartaba su mirada ante aquella escena.

Continuará…