16. Herida cerrada.
En la oscuridad del calabozo solo sus orbes chispeaban de ira y dolor, el bello vestido escarlata fue raído por el fuete que midió cada centímetro de su piel, que hasta entonces había creído que solo seria acariciada por seda, la peineta que adornaba su pelo desapareció en algún momento y sus cabellos volaban de un lado a otro, libre como ella no podía decirse.
Recibió un castigo ejemplar ante su mirada, eso era lo que mas le dolía, ver su rostro incompasivo dando órdenes de cada silbido del látigo, le llamo asesina, le culpo abiertamente. Aquel espectáculo termino con un sanguinario interrogatorio por parte de la Princesa Kagami, pues su querido Adrien se retiro a cuidar de su amada.
Cuando el la acuso negó lo acontecido trato de dar su mejor actuación al hecho para evitar el castigo que le aguardaba, pero ni la cara mas linda ni el llanto más lastimero lo convenció de lo contrario y el asunto se puso peor cuando al llegar al palacio atada por los guardias, su padre se encontraba de rodillas suplicando por su vida acosta de la suya, se escudo dejando claro que la idea fue de Lila y no de él, se trato de justificar explicando que su única participación fue consiguiendo el veneno, pero que desconocía su uso.
Tuvo una leve luz de esperanza cuando Marco fue encarcelado, por ser el arquero que le presto ayuda, pues conocía que en el fondo aquel desgraciado se hallaba profundamente enamorado de ella y era posible que por amor le exonerara de toda culpa, pero no fue asi y los ministros junto a la princesa Kagami que tomo el papel de juez principal dieron sentencia definitiva aquella misma tarde.
Se les condeno a recibir 30 y 50 latigazos según sus condiciones, ser apedreados en la via publica para finalmente ser decapitados al día siguiente.
- ¡¿Por qué?!- grito lamentándose por su destino, golpeo el piso lleno de barro con ambas manos, las cuales un día estuvieron llenas de sortijas, pero hoy se encontraban vacías - ¿Por qué no me amaste?, ¿Por qué me olvidaste? - dijo escondiendo su rostro entre sus manos -Si ella Moria tenias que volver a mí, no castigarme, te libre de una pesadilla, te libre de un demonio, tu necesitabas eso, asi seriamos felices…soy tu amor, tu mujer, ella no te ama como yo… ¿Escuchaste Adrien? ¡¡Ella no te ama como yo!!- grito aferrándose a las rejas de su cárcel.
-¡¡Ella tenia que morirse, si no eres mío no serás de nadie!!- volvió a gritar.
-A callar- ordeno el guardia que la vigilaba
-Maldito imbécil, como osas callarme, ¿Sabes quien soy? - le amenazó -Soy Lila, la mujer más bella de Jeju…De Joseon entero, esposa…Única esposa y mujer del general Adrien-
-Cierra la boca, víbora- le dijo el guardia golpeándola en el estomago con una vara de bambú, que la llevo a quedar tendida sobre el barro y moho.
Sus manos temblaban de frio y dolor, se cubrió el rostro con sus manos llenas de lodo y sangre para después jalarse los cabellos como loca esquizofrénica, estaba al borde del delirio, su odio la consumía y la llevaba de la mano a la locura.
Fuera de las mazmorras el general Adrien seguía esperando ansioso los resultados del método utilizado para salvarle la vida a su princesa, mientras a su vez pensaba meticulosamente lo sucedido una parte de si aun se negaba a aceptar que esa buena chica que el conoció se convirtió en un monstruo al que le quitarían la cabeza al salir el sol.
Se sentía culpable por la locura de aquella mujer que por amor enfermizo a su persona la llevo a cometer aquella atrocidad.
Ahora todo concordaba, Tikki le conto toda la información que se recabo en la investigación secreta que se hizo sobre la vida mezquina que llevo, sino hubiera tratado de asesinar a su esposa, estaba seguro que le perdonaría sus pecados pues no tuvo una vida fácil, la cual la llevo a cometer un sinfín de atrocidades como robo, prostitución, asesinatos, estafas, usurpaciones de identidad, etc., obviamente siempre supervisada por aquel viejo al cual un día creyó un hombre admirable por la forma de llevar sus negocios.
- ¿Puedo verla? - dijo al reaccionar a la salida del médico de la habitación.
-Adelante- le contesto un poco nostálgico, no se había logrado mucho, durante todo el día su estado no mejoro ni se agravo, fue estable, pero eso conllevaba a que el veneno mortífero se pudiera expandir a otros órganos vitales.
El príncipe Luka mantenía su distancia, pero observaba a la princesa como tratando de grabar en su mente cada uno de sus rasgos, al sentir su presencia no quiso tener líos con Adrien y salió con paso lento, dando paso a su rival…Al único hombre en la mente y aun vida de la princesa Marinette.
Marinette=
Desperté en un lugar ajeno, me toqué el pecho recordaba el dolor punzante de una flecha al atravesarme, su sonrisa sádica me recordó con claridad todo lo sucedido, pero ahora no había nadie, era un espacio en blanco.
Se sentía paz, pero no tenia tranquilidad pensaba en mi hija, en mi esposo, en mi familia.
-EMMA…-grite con todas mis fuerzas que me permitieron mis pulmones -ADRIEN- repetí con la misma intensidad, nadie respondió - ¿Dónde estoy? - me pregunte a mí misma.
Comencé a caminar sin rumbo lo hice por horas, pero el lugar no cambiaba parecía un mundo eterno sin nada, solo vació, solo silencio.
-Espera- grité al ver a lo lejos una sombra alguien caminaba delante mío, corrí hacia esa persona, pero por más que corría parecía alearse mas y más, me detuve parecía imposible toparme con ella.
- ¿Dónde estoy? - le pide saber, pero no respondió se siguió alejando poco a poco hasta perderse de mi vista.
Mi llanto cubrió mis ojos, estaba asustada, me pregunte si estaba muerta, si lo estaba me preocupe por mi pequeña y por… Mi bebe, ese angelito ni siquiera había nacido, su padre tampoco sabio de él, toque mi vientre y me horrorice de pensar en ello.
-EMMA... ADRIEN… KAGAMI… … … ALYA… …PAPA…EMMA…- grite y grite por horas sin respuesta aquel lugar en blanco seguía estando del mismo modo, de pronto sin saber por qué un nombre salió de mis labios - …Mamá- mencione dejándome caer en aquel lugar, cansada de gritar, cansada de caminar sin encontrar la salida de aquel sitio.
-Mi pequeña- dijo una voz de pronto y senti una mano tomarme del hombro.
- ¿Mamá? -
-No voltees- me pidió cuando trate de hacerlo
- ¿Por qué? …Mamá… ¿Eres tú? - pregunte
-Si, mi linda Marinette, pero no voltees no debes verme, no es el momento, cuando llegue el día te recibiré con los brazos abiertos, pero hoy no.
- ¿Dónde estoy? - le pregunte
-Estas en un espacio entre la vida y la muerte-
- ¿Estoy muerta? -
-No aun no, aquellos que te aman no te dejan ir-
-Mi hija…-
-Ella esta bien, es tan linda como tu-
-Mi bebe-
-Aun respira, ese corazoncito es tan fuerte y necio como tú, se aferraba a ti y a la vida sorprendentemente. -
-Adrien- dije por último apretó el agarre en el hombro.
-Te espera, te necesita, él es bueno-
-No lo Merezco-
-Ni el a ti…pero juntos se complementan –
-Mamá… te extraño-
-Yo también, tu padre es una cabezota que a veces no sabe como tratarlas, es un tanto bruto, pero las ama, y las ha cuidado.
-Mamá quiero verte-
-No, no debes, si lo haces… si hubieras visto a esa alma en pena, que cruzo el umbral hacia el recinto de las almas para ser juzgada, no hubiera podido regresar… Aun no es el momento, debes volver cuidar de mi nieta y criar al futuro rey de Joseon con esmero y dedicación. -
-Mamá –
-Shhhhhh… Debo irme-
-Mamá-
-Shhhh… es tiempo… cierra los ojos… Escúchalo… siéntelo… vuelve a la realidad… Cuando estes lista nos encontraremos de nuevo… Di a tu padre y a tus hermanas que les amos…-
Soltó mi hombro -MAMÁ- grite y di la vuelta, estaba sola en ese espacio en blanco..." Cierra los ojos y escúchalo" recordé, me quede quieta y mis parpados comienzan a bajar…
"Aunque yo sé que nuestra despedida… Se está acercando por que te estas marchando -Que es eso me preguntaba mi conciencia- …Yo resisto la respiración… - ¿Cómo? ¿Quién es?
Aunque solo estoy pretendiendo reír. En realidad, quiero llorar… -Adrien… Adrien- Tus miras en mi interior…
Nuestro amor al parecer esta finalizando -No, no es cierto, aun no, aquí estoy, no me dejes ir…- sin que yo me dé cuenta. Te vas… Tu partida se acerca…- Aun no, aquí estoy, vuelvo a decir -Me dices adiós… -Aquí estoy- Por favor dame mas tiempo…-Toda la eternidad, te doy mi corazón para siempre -NO PUEDO VIVIR SIN TI… MI TODO ESTA EN TI" -Te amo-
00=
Una semana paso desde que la cabeza de Lila junto a Marco y a su padre rodara por el patio del palacio, la princesa Kagami en persona junto al Rey estuvieron presentes para que la sentencia fuera llevada a cabo.
Todo ese tiempo fue un calvario para Adrien y su hija que veían como la vida de la persona que tanto amaban se iba, el veneno fue extraído al máximo, sus labios habían pasado de aquel purpura a una palidez extrema, la herida de su pecho se cerraba con calma, pero no existían signos de vida en ella, era como si su cuerpo estuviera ahí, pero no su alma.
Día y noche velaron su sueño, esperando un milagro, esperando que despertara.
- ¿Y si mama se va? - pregunto una mañana la pequeña Emma
-Ella no se ira-
- ¿Estas seguro? -
-Por supuesto- contesto el general Adrien a su hija.
-Ella no morirá-
-No lo sé-
-Tu dijiste que ella no se iría- le reprocho la pequeña
-Claro que no, porque seguiría aquí- le dijo tocando su corazón -Ella estará ahí y cuidara de ti, de mi y nosotros la seguiremos queriendo. -
-Pero yo quiero verla siempre, no me importa que me corra de su pabellón, que llore cuando me ve, pero que este conmigo. -
-Ella no hace eso-
-No ya no, pero no importaría que lo hiciera si sigue viva, yo amo a mama-
-Yo también amor…. Yo también – contesto mientras la abrazaba y en su mente se planteo aquella posibilidad, si su querida princesa se iba ¿Qué sería de él?, ¿Qué haría él?
De pronto todo dio un vuelco, la frialdad, signo de muerte, cubrió su cuerpo, se convirtió en una flor que se marchito de repente, el medico explico a la familia que no había nada que hacer, Emma lloro desconsoladamente junto a Tikki y Alya, que cancelo su viaje volviendo con su hermana.
Kagami no derramo lágrimas, pero se notaba que trataba de dar un aspecto fuerte ante el dolor de los demás, -Deben despedirse – Dijo el medico para dolor de todos, cada uno entro la habitación a hablar con ella, los últimos fueron su familia, Emma no aguanto el llanto y fue retirada por Tikki, solo Adrien permaneció a su lado.
-Debo decirte- comenzó – Que no quiero que me dejes, que te necesito, que eres mi vida, mi todo, si tu te vas quien me maltratara, quien me tratara como su esclavo, quien arruinara mi vida y la reconstruirá con una sonrisa… No me dejes…-
Comenzó a cantar, no era una canción conocida, era una plegaria desde el fonde de su alma, para ella, con la cual le quería pedir nuevamente que le diera otra oportunidad… NO PUEDO VIVIR SIN TI… MI TODO ESTA EN TI" … Termino, dejándose caer sobre su pecho, sus ojos estaban llenos de lágrimas, se odio por ser el causante de esa tragedia, se odio por ser quien siempre le arruinaba la vida a su princesa… -Si estas ahí perdóname- dijo Adrien - ¿Estas ahí? - pregunto de pronto.
-A… Un… No… Me… Voy- contesto levemente.
- ¿Qué? ¿Hablaste? - dijo Adrien levantándose de golpe, viendo como el pecho de su mujer subía una y otra vez con dificultad, mientras sus ojos se abrían lentamente - ¿Hablaste? - pregunto nuevamente
-S... I- Contesto Marinette en un susurro
-¡DOCTOR!- grito -¡Doctor hablo!- grito nuevamente para que el hombre entrara bendiciendo lo que sucedía
-Me … Duel…e – dijo Marinette
-Tienes herido el corazón -le contesto Adrien tomando sus manos
-No…Ya…No- respondió ella
-Claro que si-
-Mi…he..ri…d..a.. es..ta… sa…nand..o- dijo sonriendo
-Perdóname- le dijo
Ella solo sonrió de esa manera que ilumina mi vida con solo hacerlo.
Adrien=
Parece mentira como pasa el tiempo, como arrasa todo con presura -Señor- me dice alcanzándome Plagg abrazando a su pequeño.
-¿Qué sucede?- contesto riéndome de él, si yo me quejo que soy un esclavo de mi esposa, el es un hilacho en manos de Tikki que lo manda en todo, a veces pienso que es capaz de desobedecerme si ella se lo pide, y me aterra.
-Señor, su esposa quiere hablar con usted-
-¿Dónde está?- pregunte
-En los almacenes reales del este del palacio- contesto con dificultad, pues por desgracia su hijo era un pillo. Parecía un mono trepándose por su cuerpo y un pez meandose como loco en sus brazos.
- ¿Qué hace ahí? -
-Ahí… Hay… Hay…No tengo idea- dijo atrapando a esa cosa que por la fuerza quería ponerse el sombrero que su padre llevaba en la cabezota.
-De acuerdo… Y será mejor que le enseñes modales a ese chiquillo- le dije sonriendo.
-Lo haría si su madre me deja- me contesto mientras seguía en una lucha con ese diablillo.
Me reí de nuevo de él y camine con rapidez hacia el palacio, ya vería mi esposa, aprovecharía para visitar a mis pequeños, en especia a Hugo quien al ser designado desde su nacimiento heredero de la corona pasaba mas tiempo con su abuelo que con nosotros y a mi ya no tan pequeña hija de doce años, con la que estaba pensando implementar el velo que llevo su madre pues varios príncipes comenzaban a interesarse en ella.
Siete largos años, siete hermosos años habían pasado desde que creí que perdería a la mujer de mi vida, lo cual por suerte solo fue un susto, pues después de una agonía termino recuperándose finalmente, regalándome con ello la dicha en ocho meses de ver nacer a mi segundo hijo y después al tercero, por que Luis con sus minúsculos cinco meses de nacido era el único que aun seguía en casa a nuestro cuidado, pero por ahora la nana lo vigilaba mientras me dirigía a saber la razón de mi esposa por citarme en aquel lugar.
Un patio muy grande lleno de flores estaba enfrente d ellos almacenes, ese sitio fue usado por la familia real, por mucho tiempo para dar fiestas y entretener hasta que fue cerrado y cubierto de arbustos.
Me acerque a los almacenes, iba a tocar, pero la puerta estaba abierta
-Marinette My Lady- le llame cariñosamente
-Aquí- contesto
- ¿Dónde estás? … ¿Qué pasa? … ¿Para que querías verme amor}?... Tu padre llamo a audiencia y si no estoy ahí, seré reprendido.
-Ven- contesto
Camine por aquel laberinto en su búsqueda sin hallarla
- ¿Dónde está? - pregunte
-Aquí- dijo y vi como en una esquina doblo corriendo y s e perdió entre los sacos de semillas.
-Amor… no estoy para juegos- conteste
-Ven- volvió a decir y me deje llevar por ella, corrimos por un rato hasta que se detuvo.
- ¿Qué haces vestida asi? - pregunte cuando nos detuvimos, un lindo vestido rosa con una capa azul zafiro la adornaban, junto a un sombrero de ala ancha, que cubría su rostro - ¿Qué hacemos aquí? - pregunte nuevamente para después quedarme anonadado al ver su rostro descubierto de ese velo, vestía como una gisaeng.
-Aquí inicio todo- respondió dulcemente, mientras se acercaba a mí y ponía sus manos en mi pecho, entonces reconocí el sitio, en el jardín de afuera se celebro aquella festividad y en aquel almacén fue donde yo…
- ¿Qué hacemos aquí? - pregunte incomodo, otra vez
-Aquí inicio todo-
-No fue un buen inicio-
-Pero valió la pena… Por eso quiero iniciar en este mismo sitio, otra vez-
-Ya lo iniciamos hace mucho, cuando me aceptaste a tu lado-
-Pero no te he dicho-
-No importa, te quiero-
-Adrien yo…-
-Tenemos tres hijos, los adoramos, con nuestra vida, somos una familia, ya dimos ese inicio-
-Adrien-
-No crees que…-
-Adrien, TE AMO-
- ¿Eh? -
-TE AMO, eso es lo que quiero iniciar, quiero decírtelo, quiero que lo entiendas y lo mas importante quiero decirte …. Que no te perdono-
- ¿Cómo? - pregunte confundido
-No te perdono, ni te perdonare- contesto asustándome- pues quiero que sigas a mi lado siempre y se que lo harás mientras todavía haya cicatrices que sanar…
Me beso, me regalo ese beso que debíamos darnos hace trece años, el beso que le robe sádicamente pero que ahora entre dulce miel, lo usaría para terminar de sanar heridas, pues, aunque ella quería que la cicatriz siguiera abierta, hay cicatrices que matan y que deben arrancarse para siempre del pecho…
FIN….
