—En nombre de Otori Akane, que en paz descanse.
Tras esas palabras, descendieron el ataúd cubierto de gardenias blancas, las favoritas de ella.
—Nos tenemos que ir ya, Izumi.
No sentía los pies, sentía como si me jalaran a fuerza para sacarme de ese lugar mientras veía cómo llenaban ahora la tumba de tierra.
Al llegar a casa, sentía tan frío el ambiente, mis manos estaban congeladas por el frío de afuera, estábamos en pleno invierno.
Cuando subí a mi habitación y cerré la puerta, me desplomé en el suelo con la mano todavía en el pomo. Las lágrimas empezaron a salir sin parar de mis ojos cerrados, sentía un cosquilleo punzante en el pecho y un sudor frío alrededor de todo mi cuerpo.
Mi hermana había muerto, se había quitado la vida apenas ayer.
Los días pasaron desde ese entonces sin nada a resaltar, simplemente estábamos adaptándonos a vivir sin la presencia y voz de Akane.
Mi padre trabajaba horas de más en el trabajo para no pensar en lo ocurrido y llegar cansado a casa para así nada más dormir. Mi madre, por lo contrario, es ama de casa, se la pasaba noches sin dormir, llorando en la sala hasta que el mismo llanto hacía que le llegara el sueño. Y mis demás hermanos siguieron con su rutina normal, no fueron al funeral, todavía están muy pequeños para asimilar todo lo que pasó.
Yo por mi parte, no podía más con la depresión, Akane era tan sólo un año mayor que yo, habíamos crecido a la par y compartimos muchos momentos juntas.
Estaba decidida a cometer lo mismo.
Pero al ver la cara de preocupación de mis padres al despertar en la camilla del hospital, me hizo cambiar la forma en que veía las cosas desde que Akane murió.
Tuve que ir a terapia y sigo yendo, pero ya no para superar su muerte, eso ya pasó, es más ahora para trabajar en mí.
Akane se había ido, pero yo seguía aquí, mis padres seguían aquí y mis hermanos ahora me necesitaban al tomar el papel de hermana mayor.
Por lo que ahora vivo la vida cada día de la mejor forma y a mí manera.
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Izumi pierde a su hermana mayor y la marca de por vida, pero a la vez la hace ver la vida diferente y aprovecharla cada momento que pueda.
Y tras una situación con el señor Fugaku hará que queden en deuda con Izumi, ingresando a la empresa Uchiha conociendo a un joven con una percepción de la vida bastante diferente que ella.
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Próximamente…
