Adicional 7.
El entrenamiento de Madara no era nada de qué reírse, le había contado lo mínimo indispensable sobre su situación, en especial que solo tenía 6 días para entrenar, ya que necesitaría del último día del plazo de 10 días para encontrarse nuevamente con sus amigos. No sabía si fue debido al poco tiempo con el que tenían que trabajar, pero el hombre ciego fue brutal, le había tomado 2 días encontrarlo, y era tan temible como se había imaginado en ese tiempo.
—Tu lado derecho es un objetivo obvio, aprende a sentir las intenciones asesinas de tus enemigos.—
Con esa vaga instrucción, Madara comenzó a golpearlo de todas direcciones, no siempre a sus puntos ciegos, pero eso era lo que más lo jodia mentalmente, en el momento que creía que un ataque iba a la derecha, venía de abajo, cuando se preparaba para un barrido era azotado contra el suelo luego de que le agarraran la cabeza. Pese a estar ciego como clamaba, sus habilidades de pelea estaban a un nivel que no se veía alcanzando en el corto plazo.
No se le permitió usar su Boosted Gear, luego de conocer su habilidad se le prohibió usarlo para el entrenamiento, estaba un poco triste por no poder probar sus nuevas habilidades, pero el entrenamiento infernal estaba dando sus frutos lentamente. Cada vez que era golpeado, podía sentir por una fracción de segundo una sensación de muerte de la extremidad que lo golpeaba, con cada caída, la brecha en la que podía detectar esta intención asesina se hacía ligeramente más grande. También mejoró su resistencia, no hubo descansos, durante 24 horas seguidas fue tirado, golpeado y azotado sin más que el tiempo que le tomaba levantarse para descansar, y a veces Madara consideraba que se tomaba demasiado tiempo, por lo cual lo pateaba sobre sus pies para seguir el entrenamiento.
Pese a su ahora morfología demoníaca, los ataques constantes que estaban justo en el borde de romperle los huesos lo cansaron al punto de caer inconsciente varias veces durante la batalla, su cerebro simplemente apagándose para mantener algo de energía para sus funciones vitales, pero instantes después su cuerpo era revitalizado por uno de los golpes de Madara que de alguna forma recargaba sus fuerzas, simplemente para seguir usándolo como una muñeca de trapo.
No fue hasta la mitad del segundo día, 36 de combate consecutivo sin descanso, que finalmente pudo notar la intención asesina de un golpe antes de que impactara, aunque su cuerpo no fue lo suficientemente rápido para esquivarlo. De ahí en adelante, durante el resto del segundo día lograba uno que otro esquive, pero nunca consecutivo, su velocidad de reacción y movimiento demasiado lentas para mantener el ritmo del hombre al que estúpidamente acudió por entrenamiento.
Fue casi al final del segundo día, en medio de la oscuridad de la noche que añadía una capa más de dificultad a su tarea de esquivar los ataques de madara, que finalmente consiguió reaccionar lo suficientemente rápido como para esquivar dos ataques consecutivos, y cuando se estaba preparando mentalmente para el dolor del siguiente ataque, este nunca llegó. Su único ojo, ligeramente hundido por algunos golpes al rostro, demostrado por las roturas en su vendaje, buscó al hombre loco que se lo habia apaleado durante dos días seguidos, solo para encontrarse con una fogata que definitivamente antes no se encontraba ahí, Madara sentado enfrente de esta con sus piernas cruzadas y un extraño gato de color negro acurrucado en su regazo. No entendía qué estaba pasando.
—Has completado la primera parte del entrenamiento, ahora puedes descansar.— el hombre no dio más explicación e Issei no la necesitaba, sintiendo sus músculos llorando por un anhelado descanso, se acercó tambaleando ante la fogata y cayó de espaldas sin fuerza, su respiración agitada calmandose mientras se confortaba con el calor del fuego salido de la nada.
—Usted es un bastardo loco, ¿Te lo habían dicho antes?— pese al conocimiento de que el hombre podría matarlo en cualquier instante, no pudo evitar soltar esas palabras con un ligero veneno.
—Más de lo que podrías imaginar, de donde provengo fui tachado como un traidor.— la respuesta hizo que la confusión se expandiera por la mente de Issei, su ojo marrón posándose en el hombre ciego que acariciaba renuentemente al gato en su regazo.— Fui simplemente un tonto que busco un objetivo cuando el tiempo no era correcto.— sus palabras no hicieron más que aumentar la confusión del castaño, que a base de fuerza de voluntad se sentó frente a Madara al otro lado del fuego.
—En la reunión dijiste que provenías de un lugar llamado...— se tomó un momento para recordar el nombre.— ¿Konohagakure verdad? Una aldea oculta, casi suena como un ninja.— se rió entre dientes ante la idea descabellada, pero su risa murió lentamente ante la sonrisa irónica que el hombre le dirigía.— No me...— antes de que pudiera terminar su frase, algo cayó del cielo frente a sus pies, la forma de un Shuriken de madera clavado en el suelo obligándolo a ver a su alrededor con su ojo muy abierto.
—Quizás llegue el día en que te cuente mi historia, ¿Pero ahora estás en un apuro verdad? El tiempo corre y mientras menos duermas más difícil será la siguiente parte de su entrenamiento.— trató de replicar, pero repentinamente su ojo se sintió muy pesado, y antes de que se diera cuenta, cayó dormido.
El día siguiente fue sorprendentemente más tranquilo que los últimos dos, en lugar de ser destrozado físicamente, se encontraba sentado con sus piernas cruzadas frente a Madara, el hombre imitando su pose con facilidad. Issei estaba desnudo aparte de sus pantalones, permitiendo que su cuerpo, ligeramente tonificado gracias a los entrenamientos que había estado soportando durante las últimas semanas, fuera visible. Estaban en medio de una zona sin árboles al azar en el parque donde había sido arrastrado inicialmente, casualmente el mismo parque donde fue asesinado semanas atrás.
—Ahora, muéstrame ese llamado Sacred Gear tuyo.— el ciego extendió su mano, y sin vacilar, Issei extendió su mano izquierda, que a medio camino fue envuelta por el guantelete carmesí en su forma evolucionada.— Ya veo...— los dedos del hombre recorrieron el material, deteniéndose momentáneamente en las orbes esmeraldas.— Utiliza tu habilidad.—
Sin pensarlo mucho, hizo que su voluntad se hiciera realidad, un poderoso [BOOST] resonando en el bosque una vez silencioso. El familiar aumento de poder corrió por sus venas, y esta vez le resultó más fácil que nunca controlar la energía, creando un flujo uniforme por todo su cuerpo. Ya fuera por su entrenamiento infernal con Madara o la evolución del Boosted Gear, fuera la razón, su control había mejorado enormemente.
—Ya veo... tu habilidad te permite duplicar únicamente la energía que corre por tu cuerpo en el momento...— para no tener ningún contexto sobre su habilidad, esa fue una gran deducción.— Además de ese ser que habita tu brazo activando la habilidad.— el cuerpo de Issei se tenso instintivamente ante esa observación, no sabia como lo había descubierto, pero esto parecía un poco demasiado para alguien que simplemente había tocado su guantelete.
—Deja de preocuparte, no es la primera vez que veo un ser sellado en algo.— Madara no le tomó importancia al tensar de su cuerpo, en su lugar tocó la gema superior del Boosted Gear, una energía azul fluyendo de su dedo dentro del orbe, permitiendo que una cresta de dragón azul oscuro se formará en el orbe.— ¿Me escuchas?— por un momento el castaño estaba confundido, y cuando estaba por abrir la boca una voz diferente habló en su lugar.
—[Nunca había sentido este tipo de energía... eres un ser extraño]— Ddraig, el dragón sellado dentro del Boosted Gear habló con algo de curiosidad.— [No era necesario que inyectaras tu energía, puedo comunicarme libremente pese a mi condición]— pese a sus palabras, Madara se mantuvo impasible.
—Eso no importa, parece que no se encuentran en una relación hostil, entonces eso facilitara las cosas— sin mas palabras, y con un movimiento de su mano, la consciencia de Issei se desvaneció del mundo de la vigilia.
Los ojos de Issei, ambos, se abrieron lentamente cuando se encontró en un espacio negro familiar, el cuerpo masivo de Ddraig tambien lo recibió, pero para su sorpresa otra persona tambien estaba presente ahi, era Madara, parado en algo invisible en lugar de flotar como lo hacia el castaño, sus ojos ahora abiertos, de color negro carbon, examinaban al dragon con abierta curiosidad.
—Es la primera vez que veo algo como tu, ¿Qué eres?— la brutal honestidad del hombre solo hizo que una pequeña carcajada escapara del dragón sin que este moviera su boca.
—[Muchos temerían al verme, pero tu eres curioso, bien, soy un el Dragón Celestial Ddraig, el Dragón Emperador Rojo de la Dominación que está sellado dentro de Boosted Gear, y compañero de Issei Hyoudou]— que su nombre fuera agregado al final de los títulos del dragón hizo que una sonrisa se abriera paso por el rostro del castaño.
—Como debes de saber soy Madara Uchiha, algo que no sabes, es que estoy aquí para romper el sello que te mantiene preso.— las palabras del hombre hicieron que tanto Ddraig como Issei lo miraran boquiabiertos, sus cerebros tratando de procesar la declaración imposible.
—[¿Estas loco?]— la pregunta con genuina consternación traía los sentimientos de tanto el adolescnete como el dragón detrás.
—Obviamente no podré eliminar el sello por completo, no soy un maestro, y la complejidad con la que fuiste encerrado sobrepasa mi entendimiento.— con un movimiento de su mano, miles de cadenas se volvieron visibles alrededor del cuerpo del dragon, no restringian sus movimientos, pero estaban atadas firmemente por las apariencias.— Tenías otro sello mucho más débil en ti, pero cuando entramos aquí se rompió por mi intrusión, deberías sentir los efectos pronto, estaba alrededor de ocho artefactos.— los ojos de Issei se abrieron ante la nueva información, si por ocho piezas se refería a los peones que tenía dentro suyo, entonces tendría que preguntarle a Rias sobre eso cuando regresara.
—[¿Piensas que tienes la capacidad para deshacer incluso una capa del sello que Dios puso sobre mi?]— la incredulidad aún era palpable en la voz de Ddraig, sin creer lo que el hombre había dicho con anterioridad.
—No sera facil, esperaba un trabajo decente para retener a un ser poderoso, pero esto va más allá de mis espectativas, durante los dos días que estaremos aquí, en el mejor de los casos, creare una pequeña brecha por la cual puedas filtrar lentamente tu poder en el chico...— la explicación no era muy alentadora, pero tampoco tenían nada que perder, e Issei se sentía confiado.— Siempre y cuando no haya un sistema de seguridad que nos asesine al instante.—
—Espera que dijis- —
Antes de que pudiera terminar su frase, manos espectrales hechas de huesos que brillas de un azul oscuro se materializaron en el aire y comenzaron a manipular las cadenas con aparente poco cuidado.
Ese hombre era un bastardo loco como había pensado inicialmente.
El ojo restante de Issei se abrió de golpe, una respiración que había contenido por quien sabe cuanto tiempo escapando de sus pulmones, una tos seca siguiendo cuando escucho la voz de su compañero realizar los mismos ejercicios de respiración para recuperar el aliento pese a su falta de cuerpo físico, Durante dos días seguidos, estuvieron conteniendo la respiración, figurativamente hablando, esperando ser golpeados por alguna clase de ira divina, pero para su fortuna, ese castigo nunca llegó, y ahora el castaño se encontraba nuevamente en el mundo real, sus alas de demonio desplegadas, aunque ligeramente cambiadas.
Pequeñas escamas carmesi eran apenas visibles alrededor de sus alas, la membrana cambiando ligeramente de tono de negro a gris claro y su embergadura aumentando ligeramente. Se estaban dejando de parecer a las alas de un murciélago para reflejar en su lugar una apariencia dracónica similar a las alas del propio Ddraig, esquema de colores y todo, aunque le faltaba un poco para que la similitud fuera completa.
—La energía de ese dragón se filtrara en tu cuerpo lentamente, logré agrietar una cadena así que es lo mejor que tendrás.— la voz de Madara regresó a Issei a la realidad, notando una pequeña capa de sudor cubriendo la frente del hombre ciego.— La siguiente parte de tu entrenamiento empieza mañana, y no será tan agradable como estos últimos días.— se habria quejado sobre el estres que habia sufrido durante esos días, esperando un dolor que nunca llegó, pero nuevamente sintió la somnolencia apoderándose de su cuerpo, pero esta vez logró captar el movimiento de uno de los dedos del hombre ciego, una cantidad pequeña de energía siendo emitida de este, luego se quedó dormido.
—Para tu prueba final...— la voz de Madara resonó por el bosque, oculto entre el follaje como una sombra que pasaba de vez en cuando por el rabillo de su ojo.— Deberás sobrevivir a mi asalto con intenciones de matar.— no había terminado de hablar cuando Issei sintió un instinto asesino acercándose rápidamente a él, y por primera vez en los últimos días, se sintió completamente preparado para este enfrentamiento.
Con el tiempo en contra, una lucha de vida o muerte era la única forma en que podría mejorar sus habilidades a tiempo para salvar a sus amigos, a su familia, a Rias.
Sin vacilar, se movió fuera del alcance de una rama puntiaguda que le habría arrancado la cabeza, luego saltó sobre varios shurikens y kunai de madera que lo habrían empalado, para luego bloquear una patada con su antebrazo con suficiente fuerza para mandarlo a rodar por el suelo, pero rápidamente se recompuso y esquivó otro ataque.
Su ojo esmeralda brillaba con determinación, no perdería, no contra madara, mucho menos contra Rizer, era hora de que demostrara porque portaba el título de Sekiryuutei.
Fin del capítulo.
