Capítulo 7


Lily Potter estaba enojada consigo misma. Cierto que era feliz, más feliz de lo que esperaba, pero de alguna forma retorcida, no era tan feliz como quería. Amaba a su familia más que nada. Sus padres habían muerto hace años y su hermana era una persona distante y que la odiaba por algo que no era su culpa.

Su familia era su todo y de alguna forma sentía que estaba desmoronándose. No tenía problemas con que Harry fuera un Omega. De hecho estaba enojada con James por esta cacería de sombras, buscando un hechizo, conjuro o ritual que cambiara su género secundario. Lo que no la molestaba era que si lograban su objetivo, su hijo sería libre del vínculo con Severus Snape.

Y es que Severus Snape era el quid de su situación actual. Severus Snape se suponía que era su "seguro". Lily no era tonta, sabía que Severus la había amado cuando eran niños y la siguió amando durante la escuela. Incluso ahora, antes de saber del vínculo, ella estaba segura de que Severus Snape la seguía amando y tenía fantasías donde Severus le rogaba por una oportunidad y ella le decía que no, que amaba a James y dejaba al hombre con el corazón sangrante de dolor.

Sin embargo, que el vínculo Alpha-Omega entre Severus Snape y su hijo mayor se realizará sin mayor problema, acababa de un plumazo con sus fantasías románticas. No amaba a Severus, no más de lo que se ama a un amigo, pero siempre pensó que si, por alguna razón, James y ella se alejaban por algo, o James hubiera muerto en la guerra, o aun lo hiciera por alguna razón como encontrar a su Omega destinado, ella siempre podría ir con Severus. Fingir que podían ser amigos y tener un esposo devoto en poco tiempo, alguien a quien ya no necesitaba conocer, porque lo conocía perfectamente.

Ahora esa posibilidad se había ido. Y Lily siempre fue una mujer terca. Severus no debería estar con su hijo, debería estar esperándola a ella. Y esa emoción la estaba asustando. Pensar así de alguien a quién ella misma alejo, alguien a quién le dijo que la olvidara y eso hizo exactamente, era simplemente egoísta, infantil y mezquino.

Cierto que Severus había cometido errores terribles, pero pago con creces dichos errores. Luego se fue de Inglaterra y regresó casi dos décadas después, convertido en un hombre al cual todas las madres de Inglaterra, estarían extasiadas de que sus hijos se convirtieran en su pareja, ya fuera mágica o muggle.

Lily había esperado un hombre pobre, amargado, que aún estuviera anhelando poder cambiar sus días de escuela y lo que regreso a Inglaterra fue un hombre con el que muchas mujeres apenas se atreverían a soñar… y su hijo iba a ser su pareja para el resto de sus vidas mortales. Incluso había un nieto en el camino.

Si James y ella se separaban, ella no tenía nada a que aferrarse. Y se sentía miserable por pensar y por sentirse así.

Ella amaba a James, y aunque a veces la convivencia era difícil, jamás había pensado en qué pasaría si se separaran, hasta que Severus volvió a Inglaterra y se encontró fantaseando con el escenario anterior.

No, ella definitivamente amaba a James. Era solo que se había acostumbrado a la idea de que otro hombre la había amado al grado de voltearse contra un señor oscuro solo por salvarla. James había sido capaz de enfrentarse a un señor oscuro, pero él ya estaba en el lado de la luz. ¿Qué tanto amor debió tenerle Severus para voltearse contra la persona que le ofrecía el mundo? Una mujer no podía ignorar algo como eso.

Lily decidió al final de todo su conflicto interno que ya no importaba. Deshacer un vínculo de destinados solo haría sufrir a su hijo y por mucho que anhelara el Status Quo donde Severus la amaba unilateralmente y sería siempre su seguro en caso de emergencia, el dolor que viviría su hijo no lo ameritaba.

Amaba más a sus hijos de lo que amaba a James e incluso, daría su vida por sus hijos. Sus deseos y anhelos no importaban cuando eran sus hijos los que sufrirían por ellos. No, tendría que hacer un esfuerzo por aceptar este nuevo desarrollo y convivir con su "yerno", dejar ir sus fantasías y conocer al hombre en que se había convertido Severus Snape. Ya que eso era otra cosa, Severus ya no era el niño adusto que ella solía conocer.

Severus Snape era una enorme interrogante ahora y Lily no sabía cómo tratar a este hombre adulto que era tan seguro de sí mismo y había hecho un camino brillante para sí.


James y Sirius finalmente habían encontrado su respuesta. Más que un ritual era una poción "ritualista". Se trataba de una poción que requería un ritual para activarse y definitivamente cambiaría el género secundario del bebedor. Sin embargo, el libro decía que habría consecuencias graves al hacerlo y que el bebedor debería estar absolutamente seguro de renunciar a su vínculo destinado, estuviera activo o no.

Ambos hombres eran tan obtusos que pensaban que Harry estaría feliz de beber la poción en cuanto se lo dijeran. Solo había que fabricarla pero como ambos eran pésimos en pociones, la mandarían a hacer con un pocionista en el extranjero. Estaban seguros de que esta poción especifica, seguro estaba prohibida en Inglaterra.

Mientras regresaban al exterior luego de haber estado en sus bóvedas, Sirius pensaba si quizás, solo quizás, podían estar haciendo las cosas mal, pero se sacudió ese pensamiento. Su ahijado no podía querer estar atado al malvado murciélago grasiento y seguro era su alto sentido del deber lo que impulsaba a querer conservar al bebé. Si Harry continuaba queriendo al bebé, siempre podía beber la poción luego del alumbramiento.

James pensaba diferente. Estaba convencido de que Harry bebería la poción en el mismo instante en que se la llevaran, ansioso por deshacerse del engendro que tenía en las entrañas y quitarse de encima al enemigo natural de su padre. Además, James seguía convencido de que para Snape, tener a Harry como vinculo era como tener a Lily como esposa y le daba asco pensar en ese tipo de fijación.

Además, ninguno de los dos hombre quería que Harry supiera sobre las leyes anti-omegas hasta que tuviera que tomar su lugar en el Wizengamot y como Omega, tampoco podría hacer eso.

Ambos sabían que esas leyes eran horribles pero no podían ir contra todo el Wizengamot para cambiarlas, así que habían aceptado estas leyes como "lo que debía ser" y no lo que debería ser justo.

Estaban seguros de que una vez Harry y uno de sus "primos" tomaran sus lugares en el Wizengamot, verían la verdad de las cosas y aceptarían, así como ellos lo hicieron, que esas leyes seguro tenían una razón de ser.


Regulus Black-Greyback estaba cocinando la cena para su esposo y sus cuatro hijos. Si alguien le hubiera dicho cuando tenía 11 años que encontraría a su Destinado y viviría una vida feliz, lejos de su familia e Inglaterra, diría que esa persona había tomado demasiadas pociones "experimentales".

Así como su "hermano" mayor Sirius, encontró en los Merodeadores (al menos en 2 de ellos) la familia que nunca tuvo, Regulus encontró en Severus Snape a su hermano en todo menos sangre. Snape había sido un gran apoyo cuando estuvieron juntos en Slytherin y aun con la ayuda de Lucius Malfoy, sin Snape, hubiera sido un paria en su propia Casa.

Snape era un paria en Slytherin pero se acercó a Regulus sin estar impresionado por su parentesco y Regulus temió que Severus pensara que él era igual que Sirius, pero no. Snape estaba consciente de que un bravucón como era Sirius, era alguien que empezó desde muy joven a ser cruel. Y la única víctima posible en esa casa debieron ser Regulus y los elfos domésticos. Regulus se pegó a Severus como un patito y se convirtieron en mejores amigos.

Su madre no evitó las bromas crueles de Sirius contra él, al contrario, pensaba que le serviría a Regulus como entrenamiento y Sirius nunca se contuvo con sus bromas, llegando a casi matar a un elfo… el elfo personal de Regulus. Esa fue la primera vez que Regulus lanzó un hechizo oscuro y Sirius nunca volvió a tocar a Kreacher, pero tampoco dejaba de insultarlo.

Regulus jamás regresó a Inglaterra, ni siquiera para el funeral de sus padres. Jamás le escribió a Sirius, más allá de una postal para Remus y sus sobrinos. Y eso lo hacía solo porque Kreacher le dijo que la idea de liberarlo para poder buscarlo a él, provino del hombre lobo que Sirius tenía como pareja.

Remus le caía relativamente bien y no era por que fuera un hombre lobo. Eso lo convertiría en un hipócrita cuando su marido era "El hombre lobo". Fenrir era la otra razón por la cual Severus era el padrino de sus cuatro hijos. Si no fuera por la ayuda de Severus, toda Inglaterra se hubiera enterado del Omega de los Black. Su madre lo hubiera vendido al mejor postor y no hubiera podido huir con su verdadero Destinado: su hombre lobo Fenrir.

Fenrir dejó su manada a su mejor segundo al mando y escapo con Regulus. Su manada estaba consciente de que la razón de huir no era porque su líder no fuera fuerte, sino porque su Destinado siempre estaría bajo escrutinio público y lo obligarían a vivir siempre con los hombres lobo en las reservas. Verían a Regulus como la "debilidad" de Fenrir y una correa con la que controlarlo.

Al escaparse juntos a Estados Unidos, habían cortado cualquier vínculo que pudiera hacerlos regresar a Inglaterra, llegando al extremo de pedir ciudadanía estadounidense, de forma que si por alguna razón debían pisar Inglaterra de nuevo, no pudieran obligarlos con sus leyes arcaicas de ninguna forma.

Regulus odiaba al Wizengamot con pasión. No solo por sus leyes anti-criaturas, sino por sus leyes anti-Omegas. No entendía como su hermano podía no intentar cambiarlas cuando afectaban directamente a su propia pareja. Sirius era un "rebelde" pero solo en tonterías. Cuando de verdad debía sacar esa personalidad anti-sistema, se convertía en un timorato.

Regulus checo su alarma para el horno y estaba en tiempo de hacer la ensalada. Kreacher se estaba encargando del postre y como era un elfo viejo, Regulus no quería que se cansara mucho. Kreacher fue una gran ayuda cuando empezaron a llegar los bebés y sus hijos consideraban a Kreacher un miembro más de la familia y lo llamaban Abue. Para sus hijos, Kreacher era quién había sido el verdadero padre de Regulus al criarlo, protegerlo y amarlo.

Sus cuatro hijos estaban poniendo la mesa mientras Regulus daba los toques finales y empezaba a hacer levitar los guisados a la mesa. Su esposo entro justo en ese momento con el correo de ese día en la mano.

—Algo huele bien—Fenrir Greyback-Black, cualquiera que lo conocía la primera vez, pensaba que era un hombre lobo peligroso. Cualquiera que lo viera con sus hijos pensaba que era un lobo domesticado. Cualquier ex-novio de sus hijos SABÍA que Greyback era un hombre lobo MUY PELIGROSO. Y cualquiera que mirara con lujuria a su hermoso esposo, sería golpeado a una pulgada de su vida.

Como fuera, Fenrir besó suavemente los labios de su esposo y cada día agradecía que estuvieran casados y lejos de Inglaterra. Con esas leyes arcaicas, ninguno de ellos tendrían esta maravillosa vida.

Reg hacía maravillas como Editor de Severus y otros escritores, ya que aunque en Estados Unidos podía trabajar en cualquier lugar, Reg quería estar presente en la vida de sus hijos, pero que de todos modos vieran que tenía una profesión. Ser Editor le permitía ambas cosas. Fenrir trabajo de muchas cosas cuando recién llegaron al país, sobre todo de trabajos donde su musculatura era apreciada, como constructor, cadenero de bares y esas cosas.

Fenrir trabajo incansablemente para que Reg pudiera tener una vida decente y Reg hacía todo lo posible para que Fenrir tuviera esa vida hogareña que tanto ansiaba. No es que nunca discutieran, sino que se entendían demasiado bien. Ambos ansiaban un hogar, un hogar de verdad, donde sus miembros se quisieran, respetaran y protegieran.

Ambos tomaron precauciones para que Reg no quedara encinta hasta que estuvieran más asentados y cuando Voldemort fue derrotado, meses después llegó Severus a vivir con ellos. Con Severus al lado de la pareja, se sintieron más confiados de poder moverse a otra ciudad, ya que Nueva York era demasiado bulliciosa para ellos y la comunidad mágica no terminaba de convencerlos.

Fueron saltando por meses entre varios estados y Severus era hábil en conseguir la información correcta, hasta que finalmente dieron con la ciudad que tenía una concentración alta de magos oscuros y una actitud tolerante a ese tipo de magia.

Apenas entraron a Luisiana, los 3 magos sintieron que estaban en buen camino y una vez llegaron a Nueva Orleans, lo supieron. Ese era su hogar.

Los 3 vivieron en una caja de zapatos pero en poco tiempo consiguieron sus trabajos soñados, al menos Regulus y Fenrir, Severus tardó un poco más en encontrar que hacer pero finalmente lo hizo.

Los bebés empezaron a llegar tan pronto compraron su casa estilo Regencia y Severus su pequeña casa cerca de la de ellos. Severus se convirtió en el "Tío Sev" e iba regularmente a comer a casa de los Black-Greyback. Fenrir sabía que Severus era la persona a la que podía confiarle su familia si algo le sucedía y por eso y muchas cosas, le quería y respetaba.

Ahora, mientras la familia comía, y aunque todos sabían que el "tío" Sev había encontrado a su Destinado, estaban más interesados en la invitación que llegó por Correo Mágico Express: una invitación a una fiesta de navidad.

Reg miró a Fenrir y este asintió. Si, Inglaterra era una tierra que no querían volver a pisar, pero lo harían por Severus. Atravesarían el infierno por ese hombre, ya que él haría lo mismo por ellos. Además, por la carta adjunta de Severus, incluso había invitado a los Merodeadores en un intento de "gesto de buena voluntad". Reg sabía que hermano iba a arruinarlo de alguna manera y Sev necesitaría todo el apoyo que pudiera obtener.

Además, Reg se preguntaba qué cara pondría su hermanito cuando viera la familia que había construido y sin dinero de los Black. Todo lo que había en esa casa, todo lo que tenían como familia, era fruto del esfuerzo y sufrimiento que pasaron juntos y al lado de Severus. Sirius no podía decir lo mismo de su familia, aunque parece que tampoco le había ido mal a su hermano.

Bueno, Reg esperaba que Sirius siguiera siendo ese idiota inmaduro para poder probar algunos hechizos de castigo que había usado en los niños cuando eran muy traviesos.


Remus Lupin-Black estaba cocinando la cena para su esposo y suspiraba mientras tanto. Todos los preparativos con Corina iban viento en popa y una vez terminados, empezarían a contactar a todos los Omegas que quedaban en el Reino Unido.

Remus sabía que Corina tenía razón. Los magos de aquí necesitaban una buena sacudida que los despegara de la época victoriana. Nada menos que algo radical haría eso. Pero eso no hacía más fácil aceptar su propia decisión.

Sirius seguía durmiendo en el sofá y Remus sabía que esta navidad iba a ser muy incómoda. Remus no era "ciego" a lo que habían hecho sus hijos y de cierta forma lo entendía. Sabía que había más en el sesgo contra los Omegas.

Por lo que le había dicho Corina, no eran solo "tradiciones" de no contratar a los Omegas para equipos profesionales o en puestos importantes, sino que eran leyes seguidas a rajatabla por toda la comunidad mágica inglesa. Corina había investigado y fuera de un país africano de nombre impronunciable, nadie más en el planeta parecía tener leyes tan estrictas alrededor de los Omegas y nadie sabía por qué o desde cuando estaban en activo estas leyes.

Muchos de sus contactos en otros países les habían dado el visto bueno a sus planes y ofrecían destinos seguros para cuando los ejecutaran, incluyendo la protección diplomática. Corina no descartaba que el Wizengamot quisiera hacer una ley para hacer evitar sus planes una vez que vieran el verdadero alcance de su propia estupidez.

El gobierno no iba a aceptar sus errores, en cambio preferirían hacer el cerco aún más apretado alrededor de los Omegas.

Remus sacudió su cabeza, quitándose sus telarañas mentales. No debía empezar a pensar en pensamientos derrotistas. Tenía que confiar en que todo saldría bien, en que sus hijos vivirían una vida donde no tendrían que ocultar su propio género, ni fueran discriminados solo por eso. Actualmente los gemelos Weasley eran los discriminados, ya que tomaron el "rol" que debía ser de sus hijos. Esos dos se habían ganado con creces el derecho a ser sus yernos.

El hombre dejó el plato de cena para su esposo bajo un hechizo de estasis y dejó limpia la cocina en dos pases de varita. El castigo de Sirius no era solo dormir en el sofá sino estar lejos de él. Desde aquella pelea luego de su reunión en Hogwarts con Harry, Remus no quería estar en el mismo espacio que Sirius.

Lo amaba mucho, muchísimo, y le dolía a su corazón el estar lejos de su pareja, pero no podía soportar que ese hombre que era tan dulce con él y sus hijos, tuviera estas ideas retrogradas y le hacían dudar de si su amor por sus hijos solo existía porque creía que eran Alphas.

Remus odiaba pensar así, pero esas dudas lo carcomían y no le dejaban disfrutar el contacto con su pareja. Sirius había intentado hablar con Remus pero sus discusiones siempre llegaban a un punto muerto donde Sirius no quería admitir su verdadera postura sobre el género Omega y Remus no podía aceptar las ideas de Sirius sobre que "así son las cosas".

Si "así son las cosas" fuera un argumento "válido", los magos y brujas habrían sido quemados hace siglos en una bonita hoguera en la plaza de algún pueblo en la antigüedad. O sumergidos en un río helado hasta ahogarse, atados de pies y manos en una silla.

No, Remus no podía tolerar ese argumento como válido y su marido no buscaba otros argumentos, sino solo variaciones del mismo. Era como si no le importara el Status Quo porque él no era directamente afectado y pues Remus se dedicaba al hogar por decisión propia, mucho antes de saber sobre aquellas posibles leyes.

Pero ¿Y sus hijos? Si sus hijos hubieran sido honestos con su género, ¿Sirius seguiría diciendo "así son las cosas"? ¿O habría hecho más para acabar con ese sesgo hacía los Omegas?

No importaba ahora, Remus había tomado una decisión y ahora solo le quedaba esperar a que todas las piezas estuvieran en su lugar antes de que se ejecutara el plan de Corina y su grupo, del que él ahora formaba parte.

Sirius entró en ese momento y observó a su esposo subiendo las escaleras y un plato en la mesa. Otra noche de cenar solo. Remus solo hizo un gesto de reconocimiento hacía él y Sirius se sintió dolido. Si no fuera por el regreso del murciélago grasiento, todo estaría bien. Su esposo seguiría siendo cariñoso, sus hijos no estarían enojados con él y Harry quizás nunca hubiera revelado su género o podría haberlo hecho y él y James cambiarlo en el papel al menos.

Sin la pareja destinada y sin haber completado un vínculo, James y él habrían tenido más tiempo para buscar algo y hacer las pruebas pertinentes para el cambio de género secundario. Ahora solo podían confiar en que la poción estaría a tiempo para navidad y podrían dársela a Harry, quién estaría feliz de poderse sacudir al murciélago. Una vez eliminado el vínculo, todo volvería a la normalidad y podrían pagar a alguien que dijera que su género secundario fue "confundido" con Omega pero era un Alpha.

Si, una vez eliminado el vínculo, todo regresaría a la normalidad.

Mientras Sirius deliraba sobre sus planes a futuro, una lechuza postal express llevaba una invitación a una fiesta de navidad para "Remus y familia". Sería en la casa de Severus y al parecer, por la carta adjunta, también estaba invitando a… ¡Oh, Merlín! Remus sabía que Sirius no querría ir, pero tampoco querría huir de esto.

A pesar de la mala relación familiar, Sirius siempre estuvo pendiente de su hermano y sabía que había formado una familia con el hombre lobo que convirtió a Remus. Si bien Remus le guardaba mucho rencor a Greyback, una vez que supo que era la pareja de Regulus y al parecer lo trataba bien, podía ser "civil" con el hombre.

Sirius estaba sinceramente feliz por su hermano, pero no sabía que al parecer Severus era amigo de Regulus, aunque debió sospecharlo en algún punto.

Fuera de algunas postales, La familia Black-Lupin, nunca recibió nada de los Black-Greyback. Si iban a esta fiesta de navidad, sería la primera vez que Sirius y su hermano se verían las caras.

Pensando en esto, Remus alcanzó a su esposo que seguía cenando en la cocina y le deslizo la invitación. No dijo nada, solo le dio su mirada patentada a Sirius y este asintió. Remus entonces regresó sobre sus pasos y dejó a su esposo a solas con lo que quedaba de su comida.

Sirius se repetía a si mismo que todo podría acabar por navidad y que solo tenía que aguantar el mal humor de su esposo hasta esa fecha.


Mientras todas las invitaciones que Severus había enviado eran recibidas, él y Harry estaban en una cita en Londres. Severus había decidido llevar a Harry a un restaurante que encontró en sus vagabundeos por la ciudad.

Harry amaba Londres para pasear pero no para vivir. Le gustaba la idea de una ciudad bulliciosa pero vivir en lo que podría considerarse "los suburbios". Severus le había hablado mucho de Nueva Orleans y como era una ciudad muy animada pero que tenía zonas suburbanas donde se respiraba tranquilidad.

Aún no habían hablado de los arreglos de vivienda pero Harry estaba más inclinado a vivir en Estados Unidos que en Inglaterra o siquiera Escocia o Irlanda.

Simplemente se debía a todo ese sesgo. No era ajeno a todos esos artículos donde se restaba su participación en la derrota de Voldemort. Ahora por fin estaban especulando que quizás tenía algún tipo de encantamiento o amuleto y que ese fue el verdadero "poder que el señor oscuro no conoce".

Harry hubiera dado lo que fuera para que esos artículos salieran cuando era un niño asediado por los medios, pero ahora era simplemente mezquino. Sabía que eran artículos del Wizengamot para restarle importancia al hecho de que era un Omega poderoso. Su revelación ocurrió meses después de su cumpleaños 17, lo que indicaba un núcleo anormalmente poderoso. Su esposo le seguía en fuerza mágica pero le superaba en destreza al usarla.

Simplemente eran por el momento, la pareja de magos más poderosa del Reino Unido y trataban de restarle importancia al papel de Harry en esta dinámica, como si su único papel fuera traerles al siguiente mago más poderoso y que seguro si sería un Alpha o Beta.

Severus había dejado sus correcciones a esos artículos en manos de un grupo de abogados y básicamente se había establecido una rutina donde El Profeta lanzaba un artículo contra Harry y luego tenía que "retractarse" pero haciendo hincapié en que lo hacían por orden judicial.

Las leyes mágicas sobre difamación siempre fueron difusas pero ahora usaban eso en perjuicio de Harry y más de una vez, los abogados habían insinuado que de seguir el hostigamiento, sus clientes podrían decidir abandonar el Reino Unido. Era entonces cuando retrocedían pero no por mucho tiempo.

Severus sabía que todo eso estaba desgastando a su pareja, así que quería mimarlo un poco y lo llevó a este restaurant pequeño y discreto pero que era encantador a su manera. La comida era buena y bastante saludable para sorpresa de Harry, incluso tenían jugo de manzana que imitaba a la perfección una sidra pero sin el alcohol. Así que Harry bebió un par de copas de eso junto con su pasta con pollo.

Ambos compartieron una copa de helado, con Harry comiéndose la mayor parte de la enorme copa y Severus se encontró disfrutando de estas cosas que cuando era un adolescente, le parecían de mal gusto y demasiado cursis.

Decidiendo hacer un salto de fe, Severus planteó el tema del matrimonio antes de que naciera su hijo y Harry no lo tomó a mal. Todo lo contrario, estaba seguro de que quería casarse con Severus y que lo vieran con pancita o no era una cosa intrascendente. Lo que verdaderamente le preocupaba a Harry era como tomarían la noticia sus padres y Sirius, ya que Remus parecía más cómodo con la situación.

Severus le dijo a Harry que él estaba dispuesto a "enterrar el hacha" y llegar a un entendimiento con su familia. Si era posible, Harry estaba aún más convencido ahora de que Severus era su hombre ideal y le dijo a Severus que lo pensaría, ya que era uno de sus sueños casarse con su familia reunida.

Cuando iban saliendo del restaurante, se tropezaron con alguien que ambos nunca esperaron encontrar. Petunia Dursley, la tía de Harry, los estaba viendo a ambos, tomados de la mano, como si hubiera visto un fantasma.


Petunia Dursley estaba francamente asombrada de ver a estos dos hombres en particular y más cuando era muy claro que estaban en una relación amorosa. No imaginaba como su siempre perfecta hermana había aceptado una relación entre el hombre que rechazo y su primogénito, pero quizás ellos estaban saliendo en secreto.

Severus estaba asombrado de ver a Petunia. Algo le había pasado a la mujer, ya que esa arrogancia, esa mirada de suficiencia, diciendo que ella era superior en cualquier aspecto (aunque solo fuera en su mente), había desaparecido de ella. ¿Lily sabría cómo estaba su hermana? Dudaba que Lily, por mucho rencor que le tuviera a Petunia, la hubiera dejado a su suerte.

Harry por su lado, estaba pensando que Petunia Dursley no se parecía a como la había descrito su madre. Recordaba vagamente haber conocido a la mujer cuando tenía como 4 años y recordaba que se la habían encontrado en un viaje familiar a la playa. Ella se veía nerviosa y luego de unas breves palabras a su madre, la mujer se fue de ahí y parecía estar huyendo de su madre.

Luego de ese encuentro, a veces su madre insistía en visitarla pero su tía siempre insistía en verla en algún lugar específico y solían ser cafés, restaurante o centros comerciales. Ninguno cerca de la casa de Petunia.

La mujer que él recordaba no era parecida a esta. En su tía siempre había esta "incomodidad" de sentirse mejor que otros y que nadie podía ser tan perfecta como ella. Esta mujer parecía derrotada y como si hubiera travesado el infierno.

Solo basto una mirada de Harry a Severus para que este entendiera lo que quería Harry.

—Petunia, es una sorpresa encontrarte por aquí. ¿Cómo has estado? —La voz de Severus tenía ese tinte de barítono que Harry adoraba y era tan atractivo para muchas mujeres. Hermione sostenía que esa era un arma muy poderosa de convencimiento.

—Más o menos. Te ves bien Snape—Petunia contestó en un tono un tanto apático y neutral, desprovisto de la ferocidad con que solía comportarse.

Harry, viendo que había historia inconclusa entre ellos pero aparentemente no había una animosidad mortal como con su padre y Sirius, se sintió lo suficientemente valiente para empezar a construir un puente con la esquiva figura de su tía muggle.

—Íbamos por una taza de té y un postre, ¿Te gustaría acompañarnos, tía? —Severus volteó a ver a su prometido y observo una muda suplica en sus ojos.

Petunia, viendo la rama de olivo que le extendía su sobrino, decidió que no podía caer más bajo y que al final, necesitaba arreglar algunas cosas con Snape y con su sobrino.

—Suena agradable, ¿Qué lugar les gustaría? —.

Severus, viendo la alegría en los ojos de Harry, decidió que podía endulzar el camino de esta conversación—¿Qué opinan del Ritz? —.


A Harry le gusto el Ritz. Había ido a otros salones de té, pero siempre se había sentido curioso sobre porque era famosa la hora del té en el Ritz. Ahora lo sabía. Era como haber caído en un drama de la nobleza y él era el joven amo de una mansión.

Ciertamente Severus tenía ese aire patricio de un conde o duque y sorprendentemente su tía se comportaba a la altura del lugar. No es que Harry fuera un safio sin modales, pero era evidente que Severus había adquirido conocimientos en comportamiento de las clases altas y su tía tenía el aire de quién ha sido entrenado en esas cosas.

Aun así, Harry no se intimido y pensaba que estaba haciendo un buen trabajo en pretender un noble de clase alta muggle. ¡De algo tenía que servir su noviazgo con Finch-Fletchley!

Entre la conversación aderezada con té de alta calidad y unos bocadillos para morirse, Harry se encontró escuchando una historia algo diferente a la que le había contado su madre sobre el distanciamiento de su madre con su tía.

Su tía Petunia admitió abiertamente odiaba Hogwarts, pero no la magia. Eso aunque en esencia parecía lo mismo, no lo era. Petunia habló de como la profesora McGonagall le había dado varias opciones a Lily sobre estudiar magia. Desde ir a Hogwarts a tiempo completo, tomar un tutor, tomar clases de verano en el Ministerio de Magia o bien, inscribirse en una de las pequeñas escuelas de magia.

Harry sabía que había pequeñas escuelas de magia de no más de 30 alumnos. Eran como pequeños clubes de oficios pero permitían que los alumnos pudieran presentar sus TIMOS y EXTASIS que en realidad, eran lo único requerido para ser considerado un mago "legal". Esas opciones solo estaban disponibles para los nacidos muggles, ya que los mágicos ni siquiera consideraban a las escuelas de oficios y directamente solo consideraban dos opciones, Hogwarts o tutores.

Si Severus hubiera tenido la opción de ir a una escuela de oficios, la habría tomado, pero su madre, siendo criada como sangrepura, ni siquiera las considero y solo trazó un camino para Severus: Hogwarts.

Petunia habló de como en las primeras vacaciones de Lily, algo había cambiado y aunque parecía seguir siendo su "perfecta" hermana menor y seguía teniendo ese carácter dulce, había algo en sus ojos que antes no estaba ahí: arrogancia.

Año con año, Petunia insistía con sus padres que mejor buscaran tutores porque Hogwarts le estaba haciendo daño a Lily, pero dado su comportamiento celoso y envidioso cuando era una niña, sus padres interpretaron estas suplicas como más de ello.

Sus padres estaba cegados y no vieron los cambios malos que se suscitaron en Lily. Su hermana antes dulce y cariñosa, empezó a ser un poco fría y distante con sus padres. No era grosera o abiertamente desdeñosa. Era más bien como si los viera hacia abajo. Lily directamente había dejado de decirle Tunie y la llamaba Petunia.

Sus padres entendieron este "ligero" distanciamiento como los berrinches adolescentes típicos, pero Petunia no lo vio así.

Luego, cuando Lily anuncio que había terminado su amistad con Snape, Petunia sabía que algo muy malo estaba pasando con su hermana, ya que luego de anunciar esto, iba murmurando sobre bichos mortífagos y murciélagos grasientos.

La letanía de insultos era anormal en alguien como Lily, así que Petunia se rindió y decidió alejarse de su hermana. Petunia era muy diferente en carácter a Lily y siempre fue muy viciosa. Eso sucedía cuando en tu entorno tú eras "el patito feo" pero era peor si tu hermana era un cisne. Lily era afable y dulce porque todos amaban al ser bonito que era, mientras Petunia, con su cara caballuna y su cuello algo largo, era vista como menos comparada con su brillante y hermosa hermana.

Severus empezó a entender a Petunia y comprendió que a pesar de siempre estar a la sombra de Lily, Petunia había amado a su hermana que siempre se le pegaba como un patito. Luego Hogwarts hizo que Lily perdiera el piso y empezó a tener los prejuicios de los magos contra los muggles. Quizás no abiertamente pero si "discretamente".

Petunia notó estos cambios pero su comportamiento anterior hizo que los señores Evans no vieran las señales de alerta que señalaba su hija mayor. Al final, Petunia se rindió y se ocupó en formar su propia familia.

La historia no acababa ahí. Harry no sabía esto, pero sus abuelos maternos habían fallecido durante la guerra y no un par de años después como le había dicho su madre. No por los magos, simplemente fue un accidente de auto y Lily no asistió al funeral, alegando esconderse de Voldemort.

Harry recordaba vagamente que cuando tenía 3 años y meses, le preguntó a su mamá si podían visitar a sus abuelos maternos, ya que no los conocía. Los abuelos Potter habían fallecido casi al final de la guerra y sabía que sus amigos decían sobre abuelos de mamá y abuelos de papá. Su papá le dijo que sus abuelos de su lado habían fallecido, pero mamá dijo que acababan de fallecer.

Sus padres siempre fueron vagos sobre cómo habían muerto y dijeron que no pudieron ir al funeral por algunos motivos que incluso a su corta edad sonaban extraños y muy vagos. Mamá nunca quiso verlo a los ojos cuando le explicaba todo esto. Harry ahora sabía por qué.

Petunia sostenía que dado que eran magos, debería haber habido una forma de que asistieran fingiendo ser otras personas. Los Evans habían sido muy amados en su comunidad y podía pasar fácilmente como muggles cualquiera.

En ese punto, Harry sabía que Petunia estaba en lo cierto. Había múltiples formas de haber pasado desapercibidos pero sus padres no lo hicieron. Además, si era por temor a morir ambos, podía ir solo su mamá, ya que eran sus padres, pero empezaba a ver por qué su tía Petunia estaba tan resentida con su mamá y ahora entendía mejor por qué su madre se dedicó al hogar y ya no busco una carrera.

Alguna vez le pregunto a la señora Weasley sus razones para solo dedicarse al hogar y él esperaba la respuesta estándar de "es lo que se espera de una mujer" pero lo que le dijo la Señora Weasley era lo más alejado a ese discurso machista y arcaico.

Nunca le dijo a Ron la razón de que su mamá se dedicara al hogar, eso debía averiguarlo él o al menos, escucharlo de su madre.

La compleja relación entre las hermanas finalmente tuvo su punto de ruptura más alto cuando Petunia, viendo que de su familia ya solo quedaba Lily, intentó tender una rama de olivo que fue rechazada por su hermana.

Petunia le sugirió a Lily que se convirtiera en "tutor" de su hijo en caso de que su madrina (la hermana de Vernon) no pudiera hacerse cargo de él. La respuesta de Lily es que no sabía si podría criar a un niño completamente muggle y rechazaba la idea.

Esa ocasión Petunia ni siquiera ofendió a su hermana. Simplemente agradeció que le hubiera tomado la llamada y Petunia decidió que su hermana había muerto para ella.

Eso explicaba aún más porque su madre se veía tan tensa cuando se llegaron a encontrar a su tía. Su madre había sido una perra y sabía perfectamente que lo que hizo estaba mal. Así que actuaba tensa y nerviosa cada vez que veía a su hermana porque era un recordatorio de esa época donde la "cultura sangrepura" se le pegó densamente.

Lo peor es que Petunia se concentró tanto en ser normal y tener una vida exitosa, que también paso por alto sus propias señales de alerta y Vernon, su esposo, la maltrataba psicológicamente y luego físicamente. Crio a su único hijo como un matón brutal y un día, hace un par de años, Petunia decidió que había sido suficiente y busco ayuda.

La institución a la que le dirigieron le ayudo a conseguir el divorcio, la investigación condujo al arrestó de Vernon y el golpe que le dio su propio hijo a Petunia luego del fallo, derivo en que Dudley fue ingresado al sistema para ser investigado.

Vernon obtuvo tan solo 5 años de cárcel por violencia doméstica, hasta que el ex-jefe de Vernon presentó un montón de documentos de irregularidades fiscales y su pequeña condena se elevó a 25 años de cárcel. El señor Grunnings simplemente le guiño el ojo a Petunia y supo que era su forma de ayudarle.

Dudley también fue investigado gracias a una denuncia anónima, diciendo que le vendía drogas a los niños. Para desgracia de Petunia, esto era cierto, así como otros cargos como vandalismo. Su Dudley termino en una correccional y en cuanto saliera, le esperaban cargos por venta de drogas. Petunia no esperaba que su familia terminara así.

Incluso había llegado a pensar en pedirle ayuda a su hermana, pero Petunia al final dejó ir esa idea. Ella y su hermana habían quemado esos puentes y tenían que vivir con sus propias consecuencias. Petunia simplemente tenía a su hermana y sobrino en sus oraciones y hasta ahí llegaba la "interacción" que pudieran tener.

Nadie dijo nada al final de la historia y pasaron un buen rato solo bebiendo el delicioso té que ahora sabía un poco amargo, pero Severus sabía que tenía que ayudar a Harry a reparar este lazo. Quizás Lily había quemado este puente pero Petunia, a pesar de todo, no guardaba rencores contra Harry.

Así que Severus sacó un sobre de su saco (de un bolsillo con hechizo extensor) y le dio una de las invitaciones a su fiesta de navidad. Petunia simplemente parecía al borde de las lágrimas y agradeció la invitación.

Cierto que había quemado los puentes con Lily, pero Harry, a través de su pareja, le estaba extendiendo una mano para que pudieran conocerse adecuadamente. Petunia agradeció la invitación y escucho como debía usar el traslador que era la invitación.

Harry sonrió y le apretó la mano a su prometido en señal de agradecimiento. Cuando llegaran a casa, le agradecería de forma más "personal".