UN HERMOSO INFIERNO

Capítulo 7: "Convivencia Hostil"

—Bueno, continuemos con el recorrido. — Negan dijo con una sonrisa, levantándose de la cama improvisada y tomando a Lucille nuevamente en sus manos.

—Claro. — Respondió Carl con un tono seco, saliendo de su cuarto. Los esperó fuera de la puerta con los brazos cruzados y su pie golpeando ligeramente el suelo. Su único ojo se movía entre ellos, manteniendo su mirada en las expresiones de ambos.

Negan comenzó a caminar por el pasillo del segundo piso, notando una puerta cerrada al lado de la habitación de Carl. — ¿Qué hay en este? —

—Ahí sólo está la caldera. — Respondió Carl, con un ligero tono diferente en su voz.

—¿En serio, chico? Por favor. — Dijo Negan, claramente sin creer sus palabras. Abrió la puerta del cuarto, soltando una pequeña risa cuando vio el interior. — ¡Vaya! — Exclamó, entregándole Lucille a Carl, entrando en la habitación. Elize los siguió desde atrás, sorprendiéndose al ver a una pequeña bebé para dentro de una cuna con un peluche de elefante en sus manos.

"Es el bebé que escuché el otro día…" pensó, girándose a ver a Carl, quien le devolvió la mirada por unos segundos antes de regresar su vista hacia la pequeña niña.

—Mira este lindo angelito. — Dijo Negan con una sonrisa, acercándose a la bebé para cargarla en sus brazos. — Siempre quise hacer esto. — Murmuró sonriente, observando fijamente a la pequeña. — ¿Es tu hija? —

Carl lo miró fijamente, claramente preocupado por la bebé. — Es mi hermana, se llama Judith. — Carl respondió con calma, su tono no era molesto, solo afirmaba un hecho simple. Se dio la vuelta para ver la reacción de Elize, recordando el día que la había encontrado husmeando en su cuarto y escuchó a Judith llorar. Ella había pensado que era hija de Enid y él, algo que ninguno de los dos se había molestado en negar. Elize solo lo miró, con una clara sorpresa en su rostro.

—Judith, ¿así te llamas, preciosa? — Preguntó Negan sonriente, moviendo a Judith en sus brazos. — Vayamos a ver si Olivia ya regresó con esa deliciosa limonada. — Dijo, pasando entre ambos chicos para caminar de regreso al primer piso con la niña rubia en brazos.

Elize se quedó parada unos minutos antes de dar media vuelta para comenzar a caminar, pero la voz de Carl la hizo detenerse en el pasillo.

—¿Creíste que Judith era hija mía y de Enid? — Preguntó con voz calmada, a pesar de que, en cierto modo, fue divertido ver su reacción.

Elize volvió a mirar a Carl, observando su expresión. — Sinceramente, sí... — Confesó, bajando la mirada. — Hasta hoy realmente creía que Judith era tu hija. — Agregó, sus mejillas se habían sonrosado por la vergüenza. Realmente había tenido la impresión de que Enid era la novia de Carl y que el bebé que había escuchado era producto de esa relación. — Me equivoqué, ¿supongo? — Dijo en voz baja, sin saber qué más decir en realidad.

—Sí. — Carl aseguró, volviendo a su expresión seria de siempre, aunque no era del todo indiferente. — Pero...nunca esperé eso. — Agregó, girándose a verla. — Es la primera vez que alguien piensa eso. —

—Bueno…lamento haber asumido cosas demasiado pronto. — Agregó Elize, soltando una risa nerviosa. — Probablemente no sea de mi incumbencia, pero...Enid es tu novia, ¿verdad? — Preguntó, mirándolo de reojo. Sabía que estaba metiéndose en terreno personal, pero poder hablar tan abiertamente con él era una experiencia nueva para ella, y no quería dejarlo ir tan fácilmente.

—¿Por qué eres tan entrometida? — Cuestionó Carl mientras la miraba, sin entender que una chica perteneciente al bando enemigo repentinamente se tomara tantas libertades con él. — ¿Por qué quieres conocerme tanto? No somos amigos. — Dijo con tono molesto, caminando en la misma dirección que Negan había tomado, no le gustaba la idea de dejarlo a solas mientras tuviera con él a Judith.

—Uy, pues, perdón… — Murmuró Elize al aire, soltando un bufido. — Tú preguntaste primero…Dios…hombres. — Dijo en voz baja antes de seguir el mismo camino que los otros.

Una vez que regresó a la cocina, notó que Olivia ya estaba ahí, dejando la jarra de limonada en la mesa de la cocina para preparar un biberón para Judith.

—Eli, tráenos eso cuando Olivia termine. — Ordenó Negan, saliendo a la terraza de la casa con la bebé en brazos, siendo seguido por Carl.

Elizette asintió en silencio y permaneció parada ahí, esperando a que Olivia terminara lo que estaba haciendo. La mujer colocó la jarra, el biberón y tres vasos de vidrio en una charola de metal, entregándosela a la niña con una mirada de disgusto, la molestia en su rostro seguía visible.

—Gracias… — Murmuró Elize tomando la charola en sus manos, se giró con lentitud y comenzó a caminar hacia la puerta por donde el resto se habían ido, pero se detuvo a medio camino. — Olivia. — La llamó, ganando la atención de la mujer. — Lamento lo que mi papá te dijo… — Se disculpó, girándose a ver a Olivia, quien lucía sorprendida por su disculpa.

—No eres tú quien debería disculparse. — Respondió la mujer, sin saber cómo sentirse al respecto ante la situación.

—Lo sé, pero tenía que hacerlo. — Agregó la castaña con una sonrisa suave, caminando nuevamente hacia su destino, pero deteniéndose antes de abrir la puerta. — ¿Sabes? Yo creo que eres muy hermosa. — Dijo con sinceridad, mirando por unos segundos a Olivia con una sonrisa antes de abrir la puerta, saliendo hacia la terraza.

Negan estaba sentado en una mecedora de madera con Judith recargada en su pecho, Carl estaba sentado al lado izquierdo mirando a su hermana, una pequeña mesita de madera se encontraba entre ambos, con Lucille apoyada al frente en ella.

Elizette dejó las cosas sobre la mesa de madera y volvió adentro para dejar la charola en la cocina, se dio media vuelta para volver a salir, pero la cálida mano de Olivia la detuvo.

—Gracias por decir eso. — Dijo la mujer pelinegra con una sonrisa, tocando suavemente la mejilla de Elize con su mano. — No te pareces en nada al hombre que tienes como padre. —

Elizette guardó silencio unos momentos, bajando la mirada. — Carl me dijo lo mismo… — Murmuró con voz muy baja, pero Olivia alcanzó a escucharla. — Sé que decírtelo a ti no sirve de nada, pero…mi papá puede ser pesado y aterrador, pero no es una mala persona. — Explicó, sonriéndole genuinamente. — Nos cuida a su manera, así como probablemente Rick los está cuidando a ustedes ahora. — Agregó, dando unos pasos hacia atrás, alejándose del agarre de Olivia. — No hay luz sin oscuridad, después de todo. — Dijo mirando a los ojos de la mujer, sin borrar su sonrisa.

—Él nunca será una buena persona. — Respondió Olivia, negando con la cabeza. — No después de todo lo que ha hecho. —

—Lo sé. — Murmuró Elize, desviando la mirada. — Pero hizo lo que tenía que hacer para protegernos…y te aseguro que Rick carga el mismo pecado por ustedes. — Dijo dándose la vuelta, saliendo hacia la terraza nuevamente, cerrando la puerta.

—Eli, siéntate. — Dijo Negan con una sonrisa, observando a su hija.

La castaña asintió y tomó una de las mecedoras vacías, acomodándola del otro lado de su padre, sentándose mientras veía a Judith, quien parecía estar dormida en brazos de su padre.

—Esta niña es preciosa. — Dijo Negan con una sonrisa, mirando de reojo a Judith. Su chaqueta de cuero estaba colgada en el respaldo de la mecedora, por lo que solamente estaba usando su playera de manga corta blanca que usaba debajo. Una venda en su muñeca izquierda estaba visible. — Hola, vecino. — Saludó levantando la mano sonriente, observando a la persona que pasaba por la calle frente a la casa. — ¿Por qué no pasas luego? Haré una barbacoa. — Agregó con una pequeña carcajada, observándolo mientras se iba. — Como me gusta este lugar, hmm…creo que tendré que quedarme. — Murmuró, acariciando el cabello de la niña dormida. — Estaba pensando en lo que dijiste antes, Carl. — Continuó, notando que Judith despertaba, tomándola con sus manos para sentarla en sus piernas y verla fijamente al rostro, meciéndola suavemente con el movimiento de sus piernas. — Tal vez sí es una estupidez no matarte a ti ni a tu padre, ¿por qué me esfuerzo tanto? Tal vez debería sepultarlos a ambos en uno de esos hermosos parques, ¿eh? — Prosiguió, sonriéndole a Judith. — Y luego me mudaré a los suburbios, ¿a ti qué te parece? — Preguntó a la bebé, dándole un beso en la nariz mientras sonreía de una manera que a Carl y Elize no pareció agradarles. — ¿Sabes qué? Llévame a la habitación de Rick ahora, quiero ver la habitación más grande. — Agregó, girándose a ver al chico.

Carl movió ligeramente su cabeza en una especie de negación, soltando un suspiro de resignación.

—Sígueme. — Respondió Grimes, poniéndose de pie.

Negan se tomó la limonada en su vaso de un gran trago antes de levantarse y caminar hacia adentro con la niña en brazos, siendo seguido por Elizette.

—Oliva, querida, ¿te importaría cargar a Judith? Creo que quiere tomar una siesta. — Dijo Negan con una sonrisa, entregándole la bebé a Olivia, dándole un beso en la frente a la pequeña. — Vamos chico, te seguimos. — Agregó, girándose a ver nuevamente a Carl.

El joven caminó escaleras arriba a la segunda planta, Negan y Elizette lo siguieron hasta la habitación de Rick en silencio, sorprendidos de la vista. Si bien el líder de los Salvadores pareció tomarse un momento para apreciar la habitación y los elementos que contenía, quitándose las botas y los calcetines para sentir la cómoda alfombra entre sus dedos con satisfacción, la castaña no pudo evitar mirar a Carl, su corazón latía más rápido, como siempre lo hacía cuando estaba cerca de él. El castaño permaneció junto a la puerta, apoyando la espalda contra la pared con los brazos cruzados mientras Elize estaba en el otro extremo de la habitación, mirando hacia la ventana.

—Bueno, creo me voy a dar una ducha caliente y larga, no puedo dejar pasar esta oportunidad. — Agregó Negan con una sonrisa, girándose a ver a los chicos. — Ustedes dos esperen aquí y pórtense bien. — Dijo con voz burlona, entrando al baño de Rick y cerrando la puerta con seguro, dejándolos solos en la habitación.

Carl pareció ignorar la partida de Negan, sin siquiera voltearlo a ver. Un silencio pesado se formó en la habitación, donde el único ruido sonoro era el ligero canto de los pájaros del otro lado de la ventana a pesar de estar cerrada. El chico dirigió su mirada hacia la castaña que se mantenía dándole la espalda, por su mente pasaron miles de preguntas, intentando encontrar una explicación para lo que había sucedido entre ellos en el Santuario. En ese momento Elize había parecido sincera y amable con él, pero ahora simplemente lo ignoraba por completo.

—¿Qué sucede contigo? — Preguntó Carl finalmente, rompiendo el silencio. El tono de su voz ya no era tan hostil, sino más bien desconcertado. Miró hacia el lado donde se había ido Negan antes de volver a mirarla, esperando que ella hablara.

Elize pareció un poco sorprendida por el tono y la mirada de Carl, no sabía cómo responder a esa pregunta. Mordió su labio inferior, mirando hacia abajo tratando de encontrar las palabras correctas para decir. — No sé a qué te refieres. — Dijo en voz baja, estaba claro que no sabía cómo responder a la pregunta de Carl.

—Siempre me estás mirando por alguna razón. — Carl explicó, sin enojo, pero tampoco del todo amable. La miró mientras se mordía el labio inferior, un poco intrigado por su acción, acercándose unos pasos hacia ella.

Elize permaneció inmóvil cuando Carl dio un paso más cerca. Levantó una ceja, notando la mirada que Carl le estaba dando. — No lo hago. — Respondió, mirando a la pared con los brazos cruzados.

Grimes se quedó en silencio unos momentos, sin apartar la vista de ella. — Estás mintiendo. — Dijo buscando sus rasgos faciales, cada vez más molesto por la forma en que ella lo negaba. — Tampoco puedo entender por qué te disculpaste conmigo, incluso me contaste sobre tu cicatriz. — Cuestionó, mirándola de una forma que parecía como si la estuviera juzgando o buscando algo. — Somos enemigos, entonces, ¿por qué? — Era estúpido dejar que esa duda lo dominara, lo sabía, pero el pensamiento aún persistía en él.

Elize siguió mirando a la pared, no sabía cómo responder a su pregunta. No tenía idea de por qué había decidido disculparse, era la primera vez que sucedía algo así.

—Tal vez tuve lástima de ti… — Dijo en voz baja, no era una buena respuesta, pero fue la única que encontró en ese momento. Su corazón latía rápidamente, no podía creer que había dicho algo así, pero no podía retractarse ahora.

Carl frunció el ceño ligeramente, mirándola mientras hablaba. Su negación hizo que una risita sarcástica saliera de sus labios. — Ajá, claro. — Murmuró, todavía no contento con la situación. — ¿De verdad esperas que me crea eso? — Preguntó, su tono sugería claramente que era poco probable.

Elize levantó una ceja, girándose a verlo. — ¿Crees que hay otra explicación? — Cuestionó, su rostro estaba serio, aunque por dentro sentía mucha curiosidad ante su afirmación.

—Creo que estás mintiendo. — Contestó Carl, sin apartar la vista de ella. — No entiendo el por qué, pero definitivamente no es eso. — Afirmó, claramente un poco sarcástico, recargándose en la pared junto a ella, pero manteniendo la vista al frente, hacia la puerta. — ¿Y bien? — Preguntó con tono desafiante, quería que ella dijera la verdad, por alguna razón sentía que Elize estaba mintiendo sobre sus motivos.

—Sentí pena por ti, eso es todo. — Elize respondió, tratando de mantener la calma.

—¿Sentiste pena por mí? — Repitió, rodando los ojos ligeramente antes de girar su rostro hacia ella. — Entonces dime algo, si estuvieras diciendo la verdad, ¿por qué sentirías lástima por alguien? Especialmente por mí, alguien a quien apenas conoces y que ni siquiera le agradas. — Preguntó, su tono ahora la desafiaba abiertamente, como si la estuviera evaluando.

—Si tú tampoco me conoces, ¿por qué dices que estoy mintiendo? — Cuestionó Elize, mirando hacia abajo por un momento. Estaba claro para ella que Carl estaba decidido a hacer que la situación fuera incómoda.

—Porque estás evitando mi pregunta. — Respondió con voz arrogante, sin apartar la vista de ella.

Elize se giró hacia él con una mirada molesta, no era fácil aceptar que él no le creía. — Bueno, entonces dime la verdadera razón por la que me disculpé, si estás tan seguro de que estoy mintiendo. — Replicó en un tono determinado, esperando pacientemente por su respuesta.

Carl se quedó en silencio un momento, tratando de pensar en cómo decir lo que creía sin que sonara mal, pero no pudo resistirse a burlarse de ella un poco. — Creo que te la pasas mirándome, te disculpaste y me contaste eso porque te gusto. — Respondió, su voz era un poco más engreída ahora y se inclinó un poco hacia adelante, tratando de igualar su altura. — Estás interesada en mí, Eli. — Afirmó Carl con tono burlón, inclinando un poco la cabeza hacia un lado.

Elize lo miró con una mirada de sorpresa, no podía creer que acababa de decir eso. — ¿De verdad crees que me gustas? — Cuestionó, observando cómo Carl simplemente asentía. — Está bien, seré honesta contigo. Primero que nada, me llamo Elizette, pero dime Elize si no eres capaz de pronunciarlo. — Agregó, sonaba un poco molesta a pesar de tener una sonrisa en su rostro. — Segundo, desde que te conocí me interesé por ti, pero no de manera romántica, sino porque parecías alguien que tenía mucho potencial. — Explicó, bajando la mirada, ligeramente avergonzada. — No eres como las demás personas que conocí en mi pasado…esa gente que sólo sabía cómo hacer las mismas cosas…como herir a los demás. —

Carl estaba un poco sorprendido y se quedó en silencio por un momento, había esperado una respuesta diferente. — ¿Por qué te importa mi potencial? — Preguntó, observando a Elize con una mirada seria.

La castaña pensó por un momento, no era una pregunta fácil. — Bueno, creo que tu potencial importa porque eres diferente…cuando hablo contigo me doy cuenta de que no eres igual a las demás personas, aun en momentos hostiles eres amable, te destacas. — Explicó, soltando un suspiro. — Esa noche me salvaste la vida, quizá porque pensaste que solo era una chica asustada en el lugar equivocado, pero eso no te importó…puede que me hayas quitado mi arma, pero me diste tu cuchillo y me ayudaste a escapar. —

—No sabía en ese momento que eras la hija de Negan, tal vez las cosas podrían haber sido diferentes. — Carl respondió, mirando hacia otro lado con un tono serio en su voz. Ella tenía razón, él la salvó únicamente por el hecho de que creyó que era solo una niña perdida en el lugar equivocado esa noche, pero ahora sabía que Elize era la hija de Negan, la persona que mató a Glenn y Abraham sin piedad. No sabía qué podría haber pasado ese día si lo hubiera sabido, aunque se hacía una idea en su mente. "Posiblemente ella podría estar muerta en este momento...probablemente le habría disparado sin dudarlo." pensó Carl, sin mirar a Elize.

Elize miró a Carl con compasión, sabía muy bien a qué se refería. — ¿Me habrías disparado? — Cuestionó con voz amarga, no quería pensar en eso, pero necesitaba saber su opinión.

—Sí. Te habría disparado. — Carl contestó con una respuesta simple pero poderosa. Era cierto, y él lo sabía en el fondo. No tenía ninguna duda de que si hubiera sabido que Elize era la hija del hombre que acababa de matar brutalmente a sus amigos, le habría disparado sin pensarlo dos veces. Su mente trabajó sobre ello durante un rato, mientras miraba al suelo. Sabía cuál habría sido su instinto, que era simplemente dispararle a esta chica y continuar con el resto de su noche. "Pero...ahora mismo, si pudiera volver atrás…creo que la habría dejado ir". Dijo en sus adentros, siendo incapaz de decirlo en voz alta. Se quedó pensativo, tratando de entender su propio razonamiento. ¿Por qué dejaría ir a esta persona, cuyo padre había matado a uno de sus amigos más cercanos? ¿Por qué le perdonaría la vida a esta chica que había apuntado directamente a Enid, dispuesta a matarla si él no accedía a darle un estúpido beso?

Los ojos de Elize miraron a Carl con una sonrisa triste. "Es honesto, al menos." pensó, soltando un suspiro. — Bueno...respeto tu honestidad. — Dijo con una sonrisa a pesar de que su voz era un poco temblorosa. — ¿Sabes? Fácilmente podría odiarte, porque acabas de decir que me habrías matado, pero honestamente...no te odio. — Confesó, tratando de sonar sincera. No había pensado que él sería tan directo y aun así no sentía ningún rencor hacia él. — ¿Te arrepientes de haberme dejado vivir? — Cuestionó, tratando de averiguar la verdad.

—¿Crees que debería arrepentirme? — Preguntó sinceramente, su voz era tranquila, pero estaba claro que estaba tratando de entender el punto de vista de Elize sobre todo esto.

—No lo sé. — Respondió, negando con la cabeza. — Supongo que solamente tú puedes responder esa pregunta. —

Carl se quedó en silencio por unos momentos, desviando la mirada. — Eres una de esas raras personas que ven lo bueno en todo, ¿no? —

Elize pensó por unos segundos antes de responder. — Honestamente, depende de la situación. A veces es bastante divertido ver lo bueno en las cosas o en las personas. — Dijo con una sonrisa amable. — Se trata de perspectiva, para algo malo, también hay algo bueno. —

Carl la miró en silencio. Parecía tener una visión extremadamente madura del mundo que había surgido de años de experiencias traumáticas y de posibles dificultades. Era como si Elize ya hubiera llegado a un acuerdo con su mundo y simplemente estuviera contenta como estaba. No anhelaba ser normal o vivir como una niña normal...por un momento se sintió reflejado en ella, y entendió que quizá eso era lo que había visto la chica en él cuando estuvieron a solas en el Santuario.

Antes de que alguien más pudiera decir algo, la puerta del baño se abrió. Una nube de vapor se emitió del interior, y Negan salió, mirándolos con una ligera risa burlona.

—¿Por qué será que siempre los encuentro llevándose así de bien cuando me voy? — Cuestionó el mayor, riendo burlonamente mientras los miraba estar tan juntos en silencio. Fue una vista que disfrutó muchísimo, ver cómo se incomodaban con sus palabras. — ¡Ustedes dos son perfectos el uno para el otro! — Se burló, divertido por sus propias palabras mientras continuaba observando la mirada compartida de Elize y Carl.

Carl y Elize se miraron por unos segundos, tomando un poco de distancia entre ellos en silencio, claramente incómodos por las insinuaciones de Negan.

—Siempre tienes algo que decir, ¿no? — Preguntó Carl, irritado por la constante necesidad de Negan de hacer siempre algún tipo de comentario.

—Por supuesto. — Respondió con una sonrisa mientras se acercaba y pasaba un brazo alrededor de los hombros Carl, riendo levemente ante la pregunta. Su mirada se desvió hacia su hija, que permanecía en silencio observándolos. — Hola, Eli. — Saludó con la mano que todavía descansaba cómodamente sobre el hombro de Grimes, guiñándole el ojo a la menor. — Vengan conmigo, tengo algo que mostrarle a Carl. — Agregó, caminando de regreso al baño sin soltar al chico, siendo seguidos por Elize. — Te voy a enseñar cómo hacer un buen rasurado, quédate ahí y observa. — Ordenó, apuntando a ambos que se pararan detrás de él, cerca de la tina.

Tomó espuma para afeitar en su mano y comenzó a esparcirla por su barba, luego agarró la navaja para empezar a rasurarse, sin borrar la sonrisa de su rostro.

—A contrapelo, chico…siempre a contrapelo. — Explicó, mirando a Carl por el reflejo del espejo.

Carl observó cómo Negan comenzaba a afeitarse la cara. — ¿Eso no te cortará? — Carl cuestionó, su cabeza se inclinó un poco hacia un lado. — Quiero decir, si el objetivo es quitarte la barba, ¿por qué hacer algo que haga que sea más fácil cortarte? — Preguntó después de unos segundos, sin estar muy seguro de cuál era la estrategia de Negan al llevarlos ahí y mostrarle eso.

Negan asintió con la cabeza mientras Carl hablaba. A primera vista, pareció sorprendido por la curiosidad de Carl. Siempre había sido capaz de intimidar a otros para que hicieran lo que él quería. No era frecuente que alguien hablara para hacer preguntas a pesar de su claro tono sarcástico o burlón. — El objetivo es hacerlo rápido. — Explicó, girando su navaja de lado mientras comenzaba a pasar el metal por una de sus mejillas. Hizo una breve pausa para ver cómo reaccionaba Carl por el espejo, pero él no parecía tener una expresión notoria.

El rugido de un estómago llamó la atención de ambos, quienes voltearon a mirar a Elizette. El rostro de la chica estaba rojo de vergüenza, había aguantado el hambre desde la mañana, pero nunca esperó que su estómago le jugara una mala pasada y la delatara tan ruidosamente.

Negan sonrió divertido mientras lavaba la navaja y se enjuagaba la cara antes de hablar. — Es cierto, olvidé que cierta jovencita me dejó plantado ayer en la cena y se despertó tarde para ir a trabajar esta mañana, así que también se saltó el desayuno. —

—Bueno...ser guía turística en el Santuario y venir a Alexandria no estaban marcados en mi itinerario de trabajo. — Replicó la castaña cruzando los brazos sobre su estómago, tratando de disminuir el ruido que estaba haciendo.

Una sonrisa de sorpresa falsa se dibujó en el rostro del mayor, quien se giró a ver a su hija. — ¡No! ¿De verdad? Creo que olvidé anotarlos. — Se burló, secando el agua que escurría por su cuello y barbilla con una toalla que aventó sobre el lavabo. — Bueno, supongo que debería preparar algo de comer. — Dijo con una sonrisa burlona. Extendió la mano detrás de su cabeza para tronar su cuello, los huesos hicieron un crujido audible. — ¿Qué les parece si preparamos unos deliciosos espaguetis? Ha pasado un tiempo desde la última vez que cociné unos. — Agregó, mirando fijamente a su hija.

—Suena bien… — Murmuró Elize avergonzada de la situación, pero aceptando la oferta. No quería castigar por más tiempo a su estómago, y tampoco veía un fin rápido a su visita en Alexandria.

—Carl, ¿te gustan los espaguetis? — Preguntó Negan, inclinando la cabeza hacia el chico. — Porque sé hacerlos bastante bien. — Agregó con un guiño. Carl se quedó en silencio, todavía tratando de descubrir qué estaba pensando exactamente Negan. Tenía la sensación de que estaba tratando de llegar a un punto, pero no estaba seguro de cuál podría ser. — Andando. — Ordenó Negan, caminando de regreso a la cocina, siendo seguido por ambos chicos. Olivia seguía en el piso de abajo con Judith en brazos, sirviendo un pequeño plato de comida para la bebé. — Olivia, querida, ¿por qué no vas a conseguir un poco más de esa limonada? Creo que hará falta. — Dijo con una sonrisa burlona, sirviéndose un vaso de limonada que la mujer ya había traído de la terraza y que ahora estaba sobre la mesa. — No te preocupes por Judith, dásela a Eli, es buena con los niños. —

Olivia miró a Elize con duda por unos momentos, pero obedeció la orden de Negan. La castaña tomó a la bebé con cuidado, nerviosa porque era la primera vez que cargaba a una niña tan pequeña, pero cuando Judith le sonrió sus nervios se calmaron un poco.

—De acuerdo. — Respondió Olivia, caminando fuera de la casa.

—¿Hay mandiles? — Cuestionó Negan, girándose a ver a Carl.

Grimes lo miró por unos momentos antes de caminar hacia una de las gavetas de la cocina. — Aquí. —

—¡Genial! Porque no me gusta ensuciarme. — Dijo con su tono divertido de siempre, caminando hacia la gaveta y tomando uno de los mandiles para colocárselo. — Deberías ponerte uno tú también, no querrás ensuciar tu ropa. —

—¿De qué hablas? — Preguntó Carl, mirando a Negan.

—Serás mi ayudante, por supuesto. — Respondió Smith, palmeándole el hombro. — Así que te sugiero que te vayas poniendo tu mandil porque tenemos mucho qué hacer. — Agregó, comenzando a abrir las alacenas y el refrigerador, tomando todo lo necesario.

Carl dejó salir un pequeño resoplido, pero obedeció las órdenes de Negan. Se colocó uno de los mandiles y espero a que le mayor terminara de colocar varias cosas en la mesa de trabajo, dándole instrucciones para hacer una especie de masa. Elizette permaneció caminando con Judith en brazos, viendo lo que hacían llena de curiosidad, a pesar de que el chico parecía irritado con la situación, se mantenía calmado y obediente.

Un rato pasó y el olor de la salsa boloñesa que Negan mantenía en la estufa comenzó a esparcirse por el lugar, provocando otro gruñido proveniente del estómago hambriento de Elize.

—¡Diablos! Que bien huele. — Dijo Negan con una sonrisa, probando un poco del guiso en la estufa, soltando un gruñido de victoria. — ¿Quieres? — Preguntó con una sonrisa, girándose hacia Carl con un poco de salsa en la cuchara.

Carl dejó de estirar la masa en la mesa con el rodillo por unos momentos, mirando fijamente a Negan con hostilidad, pero sin decir nada.

El mayor dejó salir una risita antes de comerse lo que había en la cuchara. — Okay. — Dijo con simpleza, girándose a ver a Elize. — ¿Todo bien por allá? —

—Con Judith, sí. — Respondió la castaña, mirando a la bebé calmada en sus brazos antes de mirar de nuevo a su padre. — Con mi estómago, no…si sigues tardando, cargarás en tu conciencia la muerte por inanición de tu hija. —

—Si mi hija muere por inanición será por su propia culpa. — Replicó Negan, removiendo la salsa mientras apuntaba a Elize con su mano libre. — Te recuerdo que fuiste tú la quiso irse de excursión y regresar de madrugada, para colmo no solo arruinaste mi diversión con Amber, sino que también me dejaste botado en la cena y el desayuno por quedarte dormida. —

—¿Alguna vez te he dicho que te odio? — Agregó Elize soltando un bufido, arqueando una ceja sin dejar de ver a su padre, quien esbozó una sonrisa victoriosa.

Olivia entró a la casa en ese momento, caminando hacia Elizette para tomar a Judith nuevamente en sus brazos, quien parecía estar al borde de quedarse dormida.

—Bueno, ya que odias tanto a tu padre, ven acá y ayuda a Carl a preparar los bollos, el horno está listo. — Dijo Negan con tono burlón, escurriendo los espaguetis del agua de cocción.

—Sí… — Murmuró Elize con un suspiro, acercándose a donde estaba Carl extendiendo la masa para poderla cortar y formar pequeños bollos que iba colocando en una charola. — ¿En qué te ayudo? — Preguntó, mirando de reojo al castaño. Grimes la miró por unos segundos y volvió a lo que hacía, ignorándola por unos momentos hasta que comenzó a cortar pequeñas partes de la masa, colocándolos frente a la chica mientras tomaba el último bulto de masa para extenderla. — Bien… — Dijo en voz baja, comenzando a formar los bollos con los trozos que Carl había dejado frente a ella, colocándolos en la charola.

El momento fue incómodo, pero no desagradable. Una vez que la comida estuvo lista y faltaba menos de un minuto para que los bollos salieran de horno, Negan se sentó en el comedor mientras Carl acomodaba la mesa, Olivia preparaba más limonada con Judith dormida en sus brazos y Elizette esperaba frente al horno a que sonara.

—Vamos a ser cinco. — Dijo Negan con una sonrisa mirando a Carl, quien acababa de acomodar la mesa para cuatro.

Miró fijamente a Negan por unos segundos, antes de ir a la cocina por los faltantes para colocar un quinto lugar, claramente se veía fastidiado de toda la situación. Elize, quien se encontraba sacando los bollos del horno, retrocedió un paso cuando Carl pasó frente a ella sin previo aviso para tomar otro plato de la cocineta, provocando que chocara contra el horno.

—Oye. — Quiso replicar la castaña, pero Carl simplemente la ignoró cuando terminó de tomar todo lo que necesitaba para regresar a la mesa. — Idiota… — Murmuró por lo bajo, dejando la charola en la mesa de trabajo de la cocina para pasar los bollos a una canasta, llevándonos al comedor para dejarlos sobre la mesa. Regresó a la cocina para tomar el recipiente con el espagueti preparado, llevándolo también para colocarlo en su lugar.

Negan estaba sentado a la cabeza de la mesa, a su lado derecho estaba sentado Carl y al izquierdo Elize, cuando Olivia terminó de servir la limonada en los vasos de todos, sentándose al lado de la castaña junto a Judith, quien seguía dormida en sus brazos. El lugar estaba lleno de un silencio incómodo, donde nadie deseaba hablar hasta que ocurriera algo que lo ameritara. Carl miraba al frente con claro fastidio, aunque su mirada pasaba por Elize, no parecía estarla viendo a ella en realidad. Olivia observaba por la ventana, aunque todas las persianas de la casa estaban cerradas por órdenes de Negan, quien daba pequeños golpecitos con sus dedos contra la mesa, en clara señal de espera. Elizette miraba su plato vacío, sintiendo sus tripas retorcerse en su estómago por el hambre, suplicando internamente porque Rick apareciera en ese instante para poder comer al fin.

Pasaron varios minutos hasta que la mirada de Negan se llenó de fastidio, mirando a los tres restantes en la mesa.

—Ya me harté de esperar a tu papá. — Dijo el mayor, mirando a Carl. — No sé dónde cuernos está… — Agregó, tomando a Lucille del piso, donde estaba recargada en el costado de su silla. — Pero Lucille tiene hambre. — Continuó, girándose a ver a Elize. — Eli, ¿podrías moverte a un lado de Carl? Deja que Lucille se siente a mi lado. —

Elize lo miró por unos segundos incrédula, pero cuando Negan levantó las cejas hacia ella indicando con un gesto que se moviera, tomó su vaso de limonada y se levantó, dejando que su padre pusiera a Lucille sobre la silla. Movió la periquera de Judith que estaba ubicada al lado de Carl, cambiándola por la silla vacía para sentarse junto a él, siguiendo las órdenes de su padre. Tomó el vaso vacío para colocarlo donde estaba el plato de "Lucille", dándole un sorbo a su bebida antes de dejarla junto a su plato.

Negan se colocó la servilleta en el cuello de la playera, descansando sus brazos sobre la mesa.

—Carl, pasa los bollos. — Dijo tranquilamente, girándose a ver al chico cuando este no se movió ni respondió. — Por favor. — Pidió viéndolo fijamente, esbozando una sonrisa. Grimes lo miró con la misma expresión fastidiada, pero tomó el recipiente con los bollos y se lo pasó a Negan, sin cambiar en ningún momento su estado de ánimo. — Gracias. — Respondió con una pequeña risa, tomando un par de bollos antes de regresarlos al castaño para que los colocara de vuelta en su lugar. — Eli, ¿por qué no sirves la comida? Olivia tiene las manos ocupadas. —

Elizette soltó un resoplido antes de ponerse de pie, tomando las tenazas para comenzar a servir la comida empezando por el plato de Negan, siguiendo por Olivia, luego por Carl y finalmente el de ella, sentándose nuevamente luego de tomar un bollo para comerlo casi desesperada, sintiendo que su estómago ardía por soportar el hambre

La comida continuó en silencio, aunque Olivia y Carl no parecían cómodos con la situación, habían decidido comer lo que había preparado Negan, queriendo evitar cualquier cosa que pudiera volverlo más incómodo de lo que ya era.


¡YAHALLO! xHimemikoYukix aquí~

¡Y finalmente llega un nuevo capítulo! Perdonen la demora, la verdad es que estaba esperando que se terminara el hermoso comic que me hizo Raven Anikiri de este capítulo para ilustrar el increíble audio que Pato Lago (el actor de doblaje oficial de Carl) hizo para mí como comisión de voz para este pequeño video, ¡espero que les guste tanto como a mí! La verdad fue un trabajo que sin duda valió la pena cada segundo de espera y cada peso invertido, en la descripción del video encontrarán las redes tanto de Raven como de Voz de la Fama, quienes me ayudaron a concretar esta comisión de voz con Pato Lago! Pueden encontrar el video en youtube bajo el nombre de "Convivencia Hostil - Carl & Elize Comic [[Fanmade]]"

Dudas, aclaraciones, sugerencias y opiniones son bien recibidas, ¡los estaré leyendo!

¡NOS LEEMOS!