El Hospital General de Black City era conocido por su excelente reputación en tratamientos médicos especializados en humanos. En un mundo competitivo que se formó alrededor de las batallas Pokemón, era de esperarse que la mayoría de centros médicos fuesen especializados para dichas criaturas. Sin embargo, también hablamos de un mundo habitado por criaturas con el poder de disparar rayos, criaturas salvajes territoriales que atacaban a cualquier aventurero que pisara el pedazo de tierra equivocado, sobretodo criaturas expuestas a personas malignas.

Quién sabe con qué entrenador te podrías cruzar en el lugar equivocado.

Las malas lenguas dicen que este hospital era conocido por llevar a esas personas desafortunadas que se cruzaban con las personas equivocadas, por eso cuando Mohn recibió una llamada solicitando su presencia ahí, casi entró en pánico.

Pero Mohn era emocionalmente funcional, capaz de trabajar bajo presión aunque sus ojos estuviesen ahogados en lágrimas y su corazón le estuviera a punto de explotar del pecho. No llegabas a ser presidente de una compañía sin lograr hacer el trabajo necesario. Para la mala suerte de Lusamine y Wicke, Mohn también mostraba sus emociones cuando manejaba, llevándolas a toda velocidad en su auto lujoso yendo al Hospital General de Black City ignorando generosamente los límites de velocidad.

Tan pronto pararon frente al hospital, Mohn bajó con Lusamine siguiéndolo de cerca, a diferencia de Wicke, ella no se mareaba fácil. La pobre asistente trató de seguirlos, tambaleando entere mareos y muchos deseos de saber cómo se encontraba su compañero internado.

La recepcionista se encontraba trabajando con un Audino, recibiendo algunos pacientes que le pasaban datos para registrar en su computadora. Mohn ignoró la fila y encontrando el escritorio con sus manos temblando y preguntó:

—¿En dónde están? —su tono era desafinado y sin aliento, como si el pánico le hubiese robado su voz—. ¿Dónde están todos?

La enfermera le respondió con una cara indignada, claramente no apreciaba que se saltara la fila y la poca de información que le dio tampoco ayudaba. El Audino a su lado solamente torció su cabeza, claramente confundida también. Lusamine tomó el hombro de su esposo y preguntó con una voz firme pero totalmente profesional:

—Disculpe, somos los presidentes de la fundación Aether, nos indicaron que trajeron a nuestro equipo a esta instalación y están siendo atendidos.

—Ah, claro, Aether, —la recepcionista apreciando tener más contexto, tomó un tablero porta hojas y apuntó algo rápidamente para luego mirar a su compañera Pokemón—. ¿Podrías llevarlos?

Audino respondió feliz y tomó a Mohn de la mano para empezarlo a guiar por el hospital. Lusamine y Wicke le agradecieron a la recepcionista con un gesto y fueron guiados hasta unos elevadores.

Esperar que el elevador llegara se sintió como una eternidad, los tres miembros de Aether plagados por la enorme preocupación de su última comunicación con su equipo. Al parecer, algo salió mal durante su experimento y alguien los atacó, algunos miembros habían salido con lesiones menores (raspones), pero al parecer, Faba se encontraba en estado crítico.

Desde que recibieron la llamada, Mohn no podía parar de sentir culpa: fue él quien los envió a las afueras del Abundant Shrine a recolectar datos y ni siquiera los acompañó para protegerlos.

Un ligero "ding" lo trajo de regreso a la realidad, dejando atrás el peligroso peso de culpabilidad que lo atormentaban. Una doctora apareció en la sala y Audino se le acercó para mostrarle el tablero porta hojas que le dio la enfermera de la recepción.

—Ah, ustedes deben de ser los representantes de Aether, ¿cierto? —preguntó la doctora.

—Somos los presidentes de la fundación, —aclaró Lusamine, Mohn la dejó hablar porque era la única de los dos que podía formar oraciones coherentes en este momento—. ¿Cómo está nuestro equipo?

—Vaya, no esperaba que los mismísimos presidentes vinieran a ver a su empleado, —dijo asombrada la doctora con un tono sarcástico—. Lo lamento, fue una noche larga. Están bien, la mayoría solo necesitaron atención básica y fueron atendidos en una estación a la entrada de la Ruta 14. Fue uno de sus gerentes que tuvo que ser trasladado aquí para una operación de emergencias.

—¿C-cómo está Faba? —la voz del hombre vaciló y Lusamine lo sujetó de la mano preocupada.

—En cuidados intensivos, pero la operación fue exitosa y logramos salvar su ojo, —la doctora sonaba optimista, pero sus acompañantes la vieron horrorizados.

—¿Su ojo? ¿Pero qué fue lo que le pasó? —preguntó horrorizada Wicke—. Creí que solo fue un ataque Pokemón.

—No, las heridas muestran evidencia que no fue un Pokemón el autor del ataque, —dijo la doctora revisando su propio tablero porta hojas—. No les puedo dar todos los detalles debido a la privacidad del paciente, pero les aseguro que la policía ya tomó los testimonios de su equipo en la estación de seguridad de la Ruta 14. Tuvieron suerte que aparecieran tres entrenadores, al parecer alejaron al desconocido de las víctimas y pelearon con él.

Los instintos profesionales de Wicke se activaron haciendo una nota mental para preparar una canasta de agradecimiento a estos tres entrenadores. Tal vez una llena de accesorios de batallas Pokemón y viajes, bocadillos lujosos, también agregar a la mezcla una invitación a las instalaciones y una cena personal con los presidentes harían el truco.


La doctora los llevó a una sala de espera en el tercer piso y cuando el trío de Aether entró se encontraron con otro trío que Mohn no esperaba ver.

—¿Lucas? —dijo asombrado el hombre rubio al muchacho, quién se encontraba parado a lado de otra cara conocida—. ¿Dawn?

—¡Y Barry!

—Shh, te dije que no grites acá, —le susurró furiosa Dawn al rubio.

—¡No gri…! —el rubio se detuvo para aclarar su garganta y susurrar enojado de regreso—. No estoy gritando, solo me estoy presentando con mi voz natural.

—Eres naturalmente ruidoso, —agregó Lucas molesto.

Mohn los miró asombrado, ¿en qué clase de red de coincidencias se encontraba atrapado? Lucas, el entrenador Pokemón prodigio que viajaba a lado de la mejor campeona de Sinnoh en la historia. Dawn, la hija de mente privilegiada de dos profesores Pokemons famosos en el mundo científico y la pequeña que cuidó durante mucho tiempo en sus prácticas de la universidad. Y el rubio… juraría que Wicke le había dado un reporte del muchacho cuando fue a buscar a Lucas al hospital. ¿Amigo de la infancia de Lucas? ¿Algo acerca de un papá con mucha influencia en el mundo competitivo Pokemón?

Se estaba perdiendo en sus pensamientos, haciendo que los viera fijamente sin decir algo por un período incómodo de tiempo. Lusamine lo conocía y Wicke también, así que para disimular su sorpresa y desconexión con el presente, se acercaron con un sincero agradecimiento a los adolescentes.

—¿Dawn? —la chica adolescente se encontró con la presencia de una mujer ridículamente hermosa y elegante.

—Umm.. ¿sí? —la chica asumió que si venía con Mohn, seguro le había contado acerca de quién era.

—Mi nombre es Lusamine, esposa de Mohn y presidenta de la fundación Aether, —extendió su mano y la chica la sujetó, notando el profesionalismo en su gesto.

Lucas y Barry solo se preguntaban con asombro cómo alguien tan hermosa terminó con alguien tan… Mohn…

—En nombre de mi esposo y de toda la fundación y como compañera de los afectados, te agradezco mucho tu ayuda en salvar a mi compañero.

—¡Umm! ¡No! ¡No! —Dawn sintió sus mejillas sonrojarse y Lucas adoró cada segundo a su lado viéndola así—. ¡N-no hice mucho la verdad! ¡Lucas y Barry fueron los que pelearon principalmente contra el desconocido!

—Los tres estuvieron involucrados en el rescate de nuestros compañeros, —dijo Wicke introduciéndose a la conversación quien rápidamente dio una profunda reverencia asustando a los adolescentes por su excesiva formalidad—. ¡Gracias! ¡En serio gracias!

—¡Wow! ¡Qué formales! —Barry empuñó su mano determinado con una sonrisa confiada—. ¡Pero no necesitan agradecernos! ¡Cuándo vimos la bengala supimos que alguien necesitaba ayuda! ¡Staraptor y yo volaremos a dónde sea para salvar a alguien!

—Barry… —dijo Lucas enojado, ya podía sentir la mirada de la doctora asomándose peligrosamente sobre ellos (ya les había dado una advertencia)—. Volumen.

—¡Ugh! ¡Está bien! —dijo frustrado el rubio, quien parecía físicamente incapaz de mantener una voz baja—. Si vuelvo a hablar muy alto, me multan, ¿les parece?

Lucas negó su cabeza agotado. Habían pasado varias horas desde que tuvieron su pequeña gran aventura en la Ruta 14. Después de haber peleado con el desconocido, apagaron el incendio que había iniciado para encubrir su escape y luego siguieron la señal de la bengala para encontrarse con un grupo de científicos aterrados.

Uno de ellos estaba gravemente herido, lo suficientemente mal como para que Barry se ofreciera llevarlo con su Staraptor al hospital más cercano (como era alguien tan delgado, el Pokemón ave podía aguantar su peso).

Lucas y Dawn se encargaron de llevar a los demás científicos a una estación de seguridad en la entrada de la Ruta para que fuesen atendidos. Esperaban encontrarse con Barry en ese lugar, pero el muchacho los llamó unas horas después contándoles que estaba atascado en el hospital de Black City ya que no podía irse y dejar solo al paciente.

No estaban seguros el cómo llegó hasta ahí, pues jurarían haber visto a Barry volar hacia Undella Town, no fue hasta que se encontraron con el rubio gritón en la sala de este hospital que les explicó que lo trasladaron en helicóptero del pequeño establecimiento de salud de Undella hasta Black City debido a la gravedad de sus heridas. Barry acompañó al flacucho desconocido porque le daba lástima dejarlo solo y al parecer le dieron permiso creyendo que era un familiar del afectado.

—Vaya, Cynthia me había dicho que eras alguien especial… —Mohn se acercó a Lucas y le extendió su mano—. Sin duda alguna tiene mucha razón, gracias Lucas. El hombre que salvaron es uno de mis mejores amigos, te lo agradezco de todo corazón.

—De nada, —Lucas le agitó la mano de regreso, no esperaba encontrarse con él otra vez y se preguntó si podía aprovechar este encuentro de alguna manera.

—¿Tienen alguna idea de quién fue que los atacó? —preguntó seriamente Lusamine, Lucas admitió sorprenderse al sentir una presencia tan fuerte de la mujer frente a él—. ¿Vieron algo específico como su rostro o su cabello?

Los adolescentes intercambiaron miradas muy incómodos, no sabían si deberían compartirle esa clase de información a personas que Cynthia les advirtió que tuviesen cuidado. Dawn rápidamente llegó a la conclusión que valía más la pena ganarse su confianza que descartarla.

—Honestamente solo vimos su silueta, pero sus Pokemons eran Hydreigon, Cofagrigus y Bisharp, —Dawn trató de recopilar hasta el último detalle que pudiese convencer a los adultos frente a ella que podían darle su confianza—. Honestamente lo único que pude distinguir es que era un hombre alto con una postura rara…

—¿Postura rara? —preguntó Lusamine cruzando sus brazos, Barry se incomodó al sentir algo con esta mujer, como encontrarse con una entrenadora muy fuerte.

—Sí… —Dawn recordaba haber distinguido algo extraño al ver la silueta a lo lejos—. Era como si tuviera agarrado algo que no podía soltar con su mano derecha, lo vi regresando a dos de sus Pokemons al mismo tiempo con solo la mano izquierda.

—Mmm… entonces infieres que sujetaba algo en su mano derecha lo suficientemente importante para no soltarlo, ya que regresar dos Pokebolas con una sola mano es demasiado trabajo para alguien que se encontraba en una pelea, —continuó Lusamine.

—Exacto, —Dawn sintió una rara conexión con la mujer rubia, impresionada que sí lograra seguir su línea de pensamiento que recién recordaba para distraerla. No quería contarles de cómo pararon ahí, no les quería contar acerca de Gotter—. ¿Tal vez un bastón?

—Mmm… —Lusamine analizó el rostro de la chica con una mirada inquisidora—. Interesante.

—Así que un hombre alto con bastón atacó a nuestros compañeros… —dijo Wicke pensativa sujetando su barbilla—. ¿Pero por qué?

Su discusión fue interrumpida cuando la doctora aclaró su garganta.

—Perdón por la interrupción, pero recién me comunicaron que decidieron sacar a su compañero de cuidados intensivos, al parecer su recuperación será rápida. Necesitará quedarse en el hospital pero por ahora, está fuera de peligro.

Mohn suspiró aliviado. Le habían contado los trabajadores afectados la manera que Faba puso su vida en riesgo para proteger a una de sus trabajadoras. Una de las chicas nuevas, de las candidatas más jóvenes según le contó Wicke.

Estaba agradecido que estuviera a salvo…

—¿En dónde está Cynthia? —la pregunta de Lusamine sorprendió a los adolescentes, la mujer estaba al tanto debido lo que le había contado su esposo—. Me parece raro que estuvieran solos en un lugar cerrado para el público.

Mohn sentía curiosidad también, pero no pudo evitar mirar enojado a su esposa al notar lo incómodos que se pusieron los adolescentes. Apreciaba que su mujer buscara llegar al fondo del misterioso desconocido, pero tampoco le gustaba que interrogara a los salvadores de su amigo.

—Querida, lo importante ahora es que Faba está a salvo y que ustedes lo salvaron de algo muy serio, —Mohn la tomó del hombro y miró a los adolescentes—. Aether está endeudados con ustedes, si necesitan algo, pueden llamarme.

Barry y Lucas dieron una sonrisa incómoda. Todavía no habían pensado cómo, en el nombre de los dioses creadores, le explicarían a la campeona su pequeña aventura sin enojarla. La simple idea de admitirle a Cynthia que habían roto su promesa…. era más aterrador que enfrentarse al mismo Darkrai.

—Para responder su duda, Lusamine, —agregó Dawn con un tono serio, desafiante pero para nada irrespetuoso—. Antes del incidente estábamos en la playa cerca de la entrada de la Ruta 14 entrenando nuestros Pokemons, cuando vimos una explosión en la ruta decidimos entrar con el pase que me dio Mohn ya que sentíamos que algo estaba mal.

La actitud de Dawn los sorprendió al encontrarla tan… ¿retadora? Parecía estar en medio de un debate académico por el tono y la postura que adoptó. Era raro verla así cuando solía ser alguien tímida que evitaba cualquier conflicto o confrontación fuera de los regaños matutinos a Barry. Dawn solo buscaba justificar una mentira para alejar a Gotter de toda la ecuación.

—Seguro Mohn le contó, pero nuestro amigo Lucas fue atacado en la misma Ruta hace un tiempo… —Dawn miró al muchacho que la veía asombrado por su pensamiento rápido—. Creímos que esa explosión había sido el mismo Pokemón que lo atacó y todavía estamos tratando de averiguar quién fue el responsable.

—Mmm… tiene sentido, —Lusamine la miró de nuevo pero con una sonrisa más amistosa—. Perdón si los incomodé un poco, pero no pude evitar preocuparme por ustedes. Es una situación seria y no creo que sea lugar para tres jovencitos como ustedes.

El esfuerzo mental de Lucas para no reírse en su cara fue enorme.

Oh... oh si tan solo supiese Lusamine a dónde se habían metido estos tres jovencitos hace unos años en Sinnoh en la cima de Mt. Cornet.

Mohn soltó una pequeña carcajada conmovida, acariciando el hombro de su esposa.

—Oh querida, siempre mostrando tu lado materno.

—Por supuesto, querido.

Lucas miró atentamente la interacción de los dos adultos, claramente se adoraban y aunque parte de él se sentía incómodo y fuera de lugar, también sintió el amor genuino que imanaba de ellos dos.

Intercambiaron números y el trío de adolescentes decidieron retirarse de la sala para darles privacidad a los adultos. Claramente los seres queridos de la víctima pertenecían ahí y ellos necesitaban regresar a casa.


Les esperaba un viaje largo para regresar a Undella Town, ya que Lucas y Dawn no tenían Pokemón volador como Barry, tendrían que tomarse un taxi y tardarían un par de horas. Con eso en mente, decidieron comprar un par de bocadillos para compartir en el pequeño comedor del hospital y picar algo antes de buscar un taxi.

Lucas ya conocía el hospital por su última estadía, así que guió a sus amigos al mejor lugar de todos: la cafetería.

—Estuviste en este lugar menos de 48 horas, ¿y ya sabes en dónde está la cafetería? —preguntó Barry con una mezcla de asombro e indignación.

Lucas encogió sus hombros.

Todos los hospitales tenían más de algún —o incluso varios— comedores, muchas veces ubicados en diferentes partes para separar visitantes y trabajadores. El comedor de trabajadores siempre servía la mejor comida al mejor precio, Lucas lo sabía de experiencia.

Llegaron y después de su compra rápida, Dawn sugirió buscar otro lugar para comer y no ocupar mesas de la cafetería del personal médico. Lucas los guió y después de un par de vueltas, se encontraron en el mismo jardín donde el muchacho había conocido el hombre deprimente con problemas de adicción.

Mientras comían silenciosamente sus sandwiches, Lucas no pudo evitar preguntarse qué había sido de él.

Esperaba que se encontrara en un lugar mejor.

—Ese hombre que nos atacó… —dijo Dawn sin poder dar un mordisco más—. En serio tenía intenciones de matar a Gotter…

—Si somos realistas, seguro también nos quería matar a nosotros, —agregó Lucas molesto con la boca llena.

—Sí… me refiero… estaba pensando… —Dawn se sonrojó un poco—. Olvídenlo, seguro estaré mal.

—Dawn, ya estás mal con decir algo y no terminar lo que querías decir, —Barry fue el primero en terminarse su sandwich y ya se había guardado la basura en el bolsillo—. Dejarnos al aire equivale a otro súper-sandwich triple de cuatro quesos de multa.

—Ugh, solo digo que la manera que Gotter atacó directamente a este hombre, obviamente era su objetivo.

—¿A qué te refieres? —preguntó Lucas curioso.

—Creíamos que Gotter no era un Pokemón peligroso, me refiero, hace unas horas solo era un gusanito de gelatina andante… pero pudimos ver cómo en realidad elegía no ser un Pokemón peligroso con nosotros, —Dawn se tomó la barbilla pensativa—. Me refiero, cuando nos conocimos no vio la necesidad de transformarse en la forma que vimos, simplemente se quedó en su forma pequeña y débil porque quiso.

—¡Oh! ¡Oh! ¡Se me olvidó comentarles! —interrumpió Barry enojando a Dawn—. Cuando todo se puso brillante y raro, vi un mini-Gotter volar de la mesa al balcón.

—… —ambos adolescentes lo vieron confundidos—. ¿Mini-qué?

—¡Mini-Gotter! Lo encontré la otra vez cuando entrenaba con Infernape en la playa. Parecía un Caterpie aplastado y…

—Barry, déjame terminar y luego nos explicas, —Dawn sonaba seria y Barry se pasó los dedos por los labios al sentirse amenazado—. A lo que quiero llegar es… ¿qué tan peligroso era este hombre para despertar un instinto tan fuerte en Gotter? ¿Y a tan larga distancia? Estábamos a millas de ahí.

Lucas la entendió.

—Estás diciendo que quien sea que fuese este tipo, va más allá de un idiota que ataca a los demás con sus Pokemons… —Lucas no pudo comer más al pensar más y más en la manera de pelear que tenía el tipo—. Su forma de pelea era violenta…

—Y tramposa, —agregó Barry—. Recuerda cómo trató de tirarnos otro Pokemón a media pelea sin avisar.

Los tres se quedaron pensativos, dejando que el silencio del jardín hospitalario se hiciera presente. La cara de Barry se puso pálida muy de repente preocupando a sus dos compañeros.

—La verdadera pregunta es…. —dijo Barry con gotas de sudor cayendo en su frente—. ¿Cómo se lo explicamos todo esto a la Srta. Cynthia?

Tal pregunta aterrorizó a los otros dos. Mentir no era una opción, Arceus sabía que terminarían peor si elegían esa ruta tan estúpida en un momento tan crítico. Le habían prometido que no saldrían de la casa de Undella Town para evitar cualquier otro ataque de la Ruta 14. Pero ahí estaban en el hospital, después de salir de la casa e ir directamente al lugar donde habían prometido evitar a toda costa.

Sí, esto no sería fácil de salir sin problemas.

—Háblale tú, —dijo Barry mirando a Lucas.

—¿En serio? —preguntó enojado Lucas—. Creí que solo los cobardes escapaban de los retos difíciles.

—¡N-no es cuestión de cobardía! ¡Es cuestión de estrategia ! ¡Eres el favorito de Cynthia!

—¡No seas mentiroso! —Lucas miró a Dawn buscando su apoyo, pero ella rápidamente evitó cualquier contacto visual con él y se aterró—. ¿Yo? ¿El favorito de Cynthia? ¿En serio?

—Me refiero… —Dawn empacó lo que le sobró del sandwich en su bolso—. Tiene sentido… ya sabes, los dos son muy fanáticos de las peleas Pokemon y pasan mucho tiempo juntos… Cynthia es amable con todos pero contigo es especial.

Lucas se sonrojó mucho ante esta declaración. Por alguna razón sentía que lo estaban ridiculizando como el favorito de la maestra en el colegio.

—B-bueno, —dijo Lucas molesto mirando a Dawn—. Tú también eres la favorita de otro campeón.

—Querrás decir ex-campeón, —corrigió Barry feliz de echarle más leña al fuego—. ¡Sin duda Dawn es la favorita del Sr. Alder!

Dawn se sonrojó y pareció ofenderse también.

—¿Q-qué tiene que ver él con todo esto? ¡Están evadiendo el tema!

—Solo digo, —agregó Lucas molesto—. Si dicen que debería de hablar yo por ser el favorito de una campeona, también deberías hacerlo tú Dawn por ser la favorita del otro campeón… err… ex-campeón.

—¡Eso es ridículo!

—¿Exigirme a mí hablar solo con Cynthia no lo es?

—¡Barry! —dijo Dawn sin ganas de pelear con Lucas—. ¿Por qué no lo haces tú?

—Está bien, entiendo que no sea el favorito de ninguno de los dos entrenadores élites, —Barry movió desinteresado su mano—. Me refiero, ni siquiera soy el favorito de mi propio papá.

Esa declaración detuvo toda la hostilidad en el aire sustituyéndolo con pura preocupación. Fue algo fuerte y repentino, sobretodo viniendo de alguien como Barry.

—Emm… —Lucas lo tomó del hombro preocupado—. ¿Todo bien con tu papá, rubio gritón?

—¿Por qué preguntas algo tan fuera de lugar, gordo dormilón?

—¡Fuiste tú el que empezó cambiando el tema diciendo algo tan intenso como… eso!

Barry cruzó sus brazos y sus dos amigos empezaron a ver un extraño cambio en su expresión. Parecía enojado, pero sus mejillas sonrojadas mostraban también había una vergüenza escondida, Lucas se imaginó que el comentario de su amigo seguro fue algo que se le salió sin pensarlo y ahora estaba tratando de ver cómo salir de esto sin explicarlo. Lucas repensó las cosas y trató de cambiar de estrategia:

—Dejarnos al aire equivale a otro súper-sandwich triple queso de multa, —eso seguro traería una reacción más positiva del rubio—. Y si es para mi, siendo el gordo dormilón que soy, te multaría con un súper-sandwich doble de jamón alpha y queso omega.

—Ugh, ¿por qué usas mis multas en mi contra? —Barry se rascó la cabeza frustrado y sus dos amigos empezaron a reconocer su patrón de comportamiento, ahora después de su rabieta se calmaría más—. Es solo que le hice una promesa a la Srta. Shauntal y eso me hizo… ¿pensar? ¿Ver mis pensamientos de mi yo de ayer? Ugh, no sé qué estoy pensando…

—Una retrospectiva de tu propia vida, —Dawn cruzó sus brazos viendo a su amigo preocupada, nunca había visto a Barry tan vulnerable.

—¡Eso! ¡Retrospectiva! —la energía que hubo por un segundo se esfumó rápidamente—. En fin… quiero saber una cosa y eso me hizo pensar en mi papá y… creo que no soy su favorito.

—Eres su único hijo, —dijo Dawn apuntando a lo obvio, no conocía mucho al señor pero la lógica le decía que un hijo único tenía mejores chances de ser el favorito.

—Palmer te adora, Barry, ¿recuerdas cómo se rompió el tobillo esa Navidad buscando la figura de acción de Proteam Omega en Jubilife City?

Dawn miró horrorizada a Lucas preguntándose cómo pasaría alguien de buscar un juguete a romperse un tobillo, sentía que le faltaban muchos detalles para entender la historia.

—Yo sé, —dijo Barry cruzando más fuerte sus brazos—. Pero… me compró la figura de Poliwrath, el cual ya tenía porque él mismo me lo había comprando unos meses antes para mi cumpleaños, el que le había pedido era el de Pikachu…

Lucas pensó mejor en retrospectiva en su vida y… bueno… Palmer no era la persona con la mejor memoria del mundo…

—¡No es que no estuviera agradecido! —aclaró Barry asustado de sonar como un mocoso ingrato—. P-pero esa navidad fue la figura de Poliwrath, el año que empezamos a viajar me dio un Miracle Seed pensando que había escogido a Turtwig y hace unos meses fue que me dejó plantado en el Battle Zone porque se le olvidó que íbamos a entrenar… ¿ves a lo que me refiero?

—Creo que sí…

—P-perdón, pero me siento perdida, ¿estás diciendo que tu papá no te quiere?

—No, yo sé que me adora, soy su único hijo y no tiene opción, —algo pareció romperse dentro de Barry y por un momento lo vieron vulnerable—. Es solo… he estado pensando en mi camino y mis sueños… no sé por qué no puedo dejar de pensar en mi papá cuando mi cabeza toca esos temas…

El papá de Barry, Palmer, era el líder del Battle Frontier de Sinnoh y cada año lograba atraer a más retadores. Lucas era entrenador y tanto él como Barry se dieron cuenta que había mucho espectáculo y entretenimiento atrás de las batallas Pokemón… era una vida ocupada…

—P-perdón por cambiar tanto el tema, —Barry se pasó la mano por la cara rápido—. Pero en serio no te quería comprar ese súper-sandwich doble de jamón alpha y queso omega.

—Te salvaste de esta multa, —Lucas le dio una sonrisa al mismo tiempo que le daba un empujón amistoso—. Por ahora.

Barry le dio una sonrisa rápida y se pegó un par de veces en la cara con sus dos manos para quitarse las malas vibras. Dawn quería presionar más el tema pero Lucas le hizo un gesto con la mano pidiéndole que parara, conocía a su amigo de la infancia y que ya mostrara un momento de vulnerabilidad era un gran avance. Forzarlo no lo ayudaría en nada.

Aunque Lucas le preocupaba que sacara el tema así de la nada, seguro fue el subconsciente de su amigo creando un grito desesperado de ayuda.

—¡Muy bien! ¡Merecemos multa los tres! —dijo Barry regresando a su personalidad gritona de siempre—. ¡Por cobardes! ¡Deberíamos de hablarles al mismo tiempo!

—Ugh… si tenemos que hacerlo, supongo que es mejor si…


RING

El timbre del Pokétch de Lucas los hizo gritar y aterrados se dieron cuenta que tenían una llamada entrante. Era Cynthia.

Los dioses creadores seguro se estaban burlando de ellos.

—Ok… ahora o nunca, —dijo Lucas mirando a sus amigos que se sentaron alrededor de él—. ¿Listos?

—¡Nop! ¡Hagámoslo! —gritó Barry con energías.

Dawn solo asintió aterrada, si iban a sufrir más valía hacerlo juntos.

Atendieron la llamada y Lucas rezó que fuese cierto que él era el favorito de la campeona, tal vez eso los ayudaría.

—Hola Cyn…

—¿¡ME PUEDEN EXPLICAR QUÉ ESTÁN HACIENDO EN BLACK CITY?! —el grito repentino de Cynthia los aterró.

Decir que se le veía enojada no terminaba de explicar lo furiosa que estaba la campeona al otro lado de la pantalla. Alder estaba parado a su lado y se le veía tan enojado como ella, pero él sujetaba un celular en su oreja al mismo tiempo que los miraba.

—¿Cómo…?

—¿Y bien? ¿Me pueden dar una explicación de por qué rompieron su promesa?

Muchas preguntas se formaron en sus cabezas. ¿Cómo supo que no estaban en Undella? ¿Cómo supo su ubicación? ¿Acaso le avisaron el personal? ¿O alguien de Aether? Tantas preguntas repentinas hicieron que Dawn entrara en pánico y gritó asustada:

—¡Fue para salvar a Gotter!

—¿Gotter? ¿Qué es eso?

—¿Qué tiene que ver el postre Götterspeise a base de gelatina con todo esto? —preguntó confundido Alder a lado de la campeona, todavía con el celular puesto en su oreja.

Dawn sacó su Pokebola y liberó dicho Pokemón frente a la cámara. Los dos adultos se asombraron al no reconocer lo que tenían frente a ellos. Era una clase de insecto gelatinoso, no más grande que un Caterpie, que se le veía con sueño entre las manos de Dawn.

—¿Qué es…? —preguntó Cynthia aterrada.

Genuinamente no tenían idea de lo que estaban viendo.

—Estábamos en la casa como habíamos prometido, pero este Pokemón apareció y Dawn lo atrapó, —explicó Lucas—. C-creo que yo lo atraje, al igual que atraje por primera vez a Marshadow.

—Lucas… —Cynthia sintió un momento de pánico, sabía la explicación pero no era el momento para hablar de eso—. ¿De qué están hablando?

El muchacho quiso continuar, pero Barry saltó a la conversación con tono asustado hablando a mil por hora diciendo:

—Estábamos tranquilos y felices a punto de tomar un delicioso jugo de Pecha que yo mismo preparé cuando de la nada…. ¡BAM! ¡Luces brillantes! Y luego estábamos como que "¡Ahh!" y Lucas dijo "tenemos que seguirlo" y Dawn estaba como que "ellos son mis guardaespaldas" y luego….

—Lo que Barry está trantando de decir, —interrumpió Dawn—. Es que estábamos en la casa cuando Gotter presintió que algo estaba mal.

—Luego, —interrumpió Lucas también—. Gotter se transformó en otra forma Pokemón y escapó hacia la Ruta 14 y lo seguimos.

—¡¿Fuiste a la Ruta 14?! —el grito de Cynthia vino más en forma de susto que de regaño, pero escucharla con un tono así no dejaba de sorprenderlos.

Era Cynthia… la Cynthia Shirona de Sinooh… Lucas sentía que algo estaba pasando con ella que todavía no le había contado.

—Fuimos, —corrigió Lucas—. Fuimos juntos. ¡Pero estoy bien! ¡No nos atacó ningún…!

—Lucas, —Cynthia lo interrumpió cubriéndose el rostro con una mano temblando, claramente estaba aguantándose algo que no quería dejar salir frente a ellos y los tres adolescentes se detuvieron preocupados—. Barry, Dawn… no más rodeos por favor, cuéntenos todo.

Así fue como dejaron de interrumpirse mutuamente para darle una explicación más seria a la campeona. Había algo incómodo en escuchar a un adulto que claramente no estaba bien y los adolescentes no querían empeorarlo con sus actitudes.

Cuando terminaron la historia con Aether en el hospital y encontrándose con Mohn y su esposa, los adolescentes esperaron una respuesta de los adultos.

Pero esta no vino.

Alder y Cynthia parecían petrificados ante sus explicaciones. El ex-campeón sujetaba un teléfono que dejó en la mesa cuando llegaron a la parte del desconocido en las tinieblas peleando contra ellos, parecía muy enfocado en sus Pokemons y estrategias. Pero después de eso, los dos adultos se quedaron callados tratando de procesar lo que recién habían escuchado.

—Niños, —Alder fue el primero en decir algo—. Necesitamos hablar de algo serio y necesitamos que regresen a Undella.

—¿Pero ir a Undella no involucraría viajar por la Ruta 14? Pensé que querían mantener a mi querido compa del hospital lejos de ahí, —dijo una nueva voz introduciéndose a la conversación, un tipo se paró frente a los niños en el jardín del hospital y Lucas lo reconoció rápidamente, ¡era el tipo deprimente con problemas de adicción!

Se miraba tan desgastado y delgado como la última vez, pero por lo menos ahora tenía su cabello canoso peinado y también traía una moneda que no paraba de jugar con ella entre sus dedos. Ya no llevaba ropa de hospital, vestía de un traje azul con mangas rojas, su bufanda negra se miraba fuera de lugar pero hacían juego con sus pesadas ojeras.

–Ah, –el tipo deprimente se acercó más al grupo y se asomó para ver la pantalla del Poketch del muchacho–. Si estabas tratando de llamarme Alder, quiero que sepas que no tengo mi celular. Al parecer te lo quitan cuando entras a este tipo de programa de rehabilitación.

La cara de Alder sorprendió a todos, parecía que estaba a punto de llorar.

–¿Grimsley…?

–Lo sé, lo sé…. –interrumpió el miembro de la Elite Four tratando de bromear para aligerar el ambiente–. La bufanda es nueva.