Una revelación que golpeó a cierto chico, sintiéndolo como un cubetazo de agua fría, Tora solo pudo escuchar esa explicación hasta que todo el mundo se volvió sordo para él, después de todo aprendió que no era alguien real, solo un cuerpo creado para ser un reemplazo.

- Un reemplazo…

- ¡Tora-san, despierta! – Miko fue hacia el peligris para agitarlo de forma desesperada. - ¡Reacciona!

- ¡Que hiciste Odín! – Gritó Claudia con enojo, el niño en cuestión simplemente se hundió de hombros.

- Claudia, querida hija ¿Qué más podría decir que la verdad? Es cierto todo que creé ese cuerpo únicamente como un reemplazo en caso de que mi cuerpo original pereciera, algo que terminó sucediendo.

- ¿Cómo es que puedes hacer algo tan horrible? Crear una vida desde cero no es cosa simple. – Reclamó Azuzu.

- Es lo que debieron pensar ustedes antes de que acabaran con mi cuerpo, en este estado incorpóreo solo poseo una cuarta parte de mi poder total, una vez ya complete la fusión con el cuerpo de mi hijo, mis poderes regresarán a la normalidad y finalmente empezará la verdadera batalla contra los pilares.

- No permitiremos eso. – Miko sujetó a Tora. – Tora-san se vendrá con nosotras de regreso a la base y seguiremos divirtiéndonos como siempre.

- Miyako, eres realmente tonta si crees que podrán escapar de mí, Tora y yo estamos unidos por un lazo especial, es mi destino unirme a él y volver a esta vida, mientras siga existiendo, su batalla nunca terminará.

- No a menos que acabemos con esto de una vez. – La rubia sacó su espada en ese momento. – Podíamos detenerte en este instante y acabar con todo esto de una vez por todas. – En ese momento Odín sonrió.

- No pensé que mis hijas se rebelarían tan fuertemente contra mí, supongo que he cometido un error como su padre.

- Ya deberías dejar de hablar esas estupideces de una vez por todas. – Azuzu se cruzó de brazos. – Renegamos todo acerca de ti.

- Así es, vamos a vivir de forma normal. – Moe le sacó la lengua al dios nórdico, este no cambió su expresión para nada.

- Son todas unas niñas malcriadas, como su padre, tengo que corregirlas ahora mismo. – Odín ya tenía pensado adentrarse en el cuerpo de Tora, en ese momento Claudia saltó con su espada para atacarlo. - ¡Es inútil!

Con su mano lanzó unos rayos que golpearon a cada una de las chicas, impactándolas contra el muro de la habitación.

- Tsk… eso dolió… - La rubia apenas abrió un ojo, su cuerpo estaba entumecido, Odín sonrió de forma victoriosa.

- Se los dije, puede que haya perdido bastante de mi poder pero sigo siendo superior a ustedes, ahora que ya no tengo más distracciones, hora de recuperar mi poder. – Y se fue acercando a Tora para hacerse uno con él.

- ¡Tora-san, despierta, por favor! – Miko empezó a gritarle pero el peligris continuaba ausente, la verdad le había golpeado más duro de lo que creía. - ¡Tora-san!

- Jeje, entonces hijo, es hora de reclamar este mundo que nos pertenece… - Y en el momento que Odín entró a su cuerpo… fue expulsado. - ¿Qué?

- ¿Qué pasó? – Preguntó Sonoka, en ese momento Tora empezó a moverse, a la par que una luz azul empezó a rodearlo, fue entonces que estiró sus brazos.

- Ah… que sueño más largo tuve… - En ese momento el peligris vio a Odín. – Oh, pero sí es Odín-kun ¿Cómo estás? – El dios tenía un rostro de enfado puro.

- Como puede ser… ¡¿Cómo diablos es que ya hay un alma ocupando el cuerpo!? – Gritó con furia, "Tora" miró a ver a todos lados.

- Parece que mucho ha sucedido desde entonces… - Se fijó en las chicas. – Pero sí son ustedes, Claudia-chan, Azu-chan, Miko-chan, Sonoka.

- Un momento… ese tono de voz… esa expresión… - La pelirrosa no quería creerlo pero las señales estaban ahí, fue entonces que las lágrimas empezaron a asomarse por los costados de sus ojos. – Yayoi-neechan…

- ¿Qué dijiste? – Azuzu miró con incredulidad a Sonoka, entonces devolviendo la mirada a Tora. – No puede ser, Yayoi murió, vimos como regresó su avioneta sin cuerpo.

- ¡Amatsuka Yayoi! – Odín sujetó al peligris del cuello de su playera. - ¡Que haces dentro del cuerpo de mi reemplazo!

- Jeje, así que eso era lo que tenías planeado Odín-kun, ciertamente no estaba en mis planes morir, pero si eso arruinó tus planes, pues me alegra haberlo hecho.

- ¡Sal de ahí ahora mismo! – Ordenó, pero Yayoi negó con la cabeza.

- No lo haré… por el bien de este chico, protegeré su cuerpo con mi alma dentro de él, para evitar que le hagas daño. – Odín no pudo hacer más que gruñir.

- No piensas que esto se terminará así, reclamaré mi cuerpo. – Y entonces el dios desapareció, Yayoi soltó un suspiro.

- Realmente es alguien exasperante… - En ese momento sintió que la abrazaban por atrás. – Woah.

- ¡Nee-chan, pensé que estabas muerta! – Sonoka sollozaba abrazada del peligris, Yayoi estaba asombrada pero luego sonrió, acariciando el cabello de la pelirrosa.

- Eres toda una niña Sonoka… seguro extrañaste a tu nee-chan.

- ¿Puedes explicar qué pasa aquí? ¿Por qué estás viva? O al menos eso parece ser ya que estás dentro del cuerpo de Tora. – Preguntó Azuzu.

- Todo a su tiempo Azu-chan, por ahora ¿qué tal si salimos de aquí? Seguro que esos guardias no tardarán en venir.

- Es cierto, tenemos que escapar. – Exclamó Claudia, ya se pusieron en movimiento para Salir de la base de la ONU, había mucho misterio respecto a Tora y la razón por la cual Yayoi habita dentro de su cuerpo, es algo que averiguarían a su respectivo tiempo.


Una vez lograron escapar del edificio, se regresaron al hotel donde se estaban hospedando, las chicas tenían muchas preguntas al respecto con lo sucedido, mientras que Yayoi simplemente estaba ahí, usando el cuerpo de Tora mientras bebía algo.

- Ah… eso dio justo en el clavo.

- ¿No es momento de que nos expliques de una vez acerca de todo esto? – Preguntó Azuzu con algo de impaciencia.

- Vamos Azu-chan, no tienes que apurar nada, déjame disfrutar un poco de bebida que siento que han sido años desde la última vez que tomé algo.

- Lo cierto es que no tenemos mucho tiempo, no sabemos en qué momento Odín volverá para querer apoderarse del cuerpo de Tora. – Expresó Claudia. – Así que Yayoi-san… sí pudieras decirnos todo.

- … Muy bien. – En ese momento esta puso una mirada seria. – Seguro recuerdan sobre la operación que mis chicos y yo realizamos sobre explorar los alrededores al pilar de Kioto. – Las chicas asintieron. – Justo ahí es donde empieza todo… en el momento en el que sobrevolamos a unos trescientos metros del pilar…

"Flashback"

Después de que Yayoi y su grupo se fuera de la base para hacer el reconocimiento del pilar de Kioto, los cuatro aviones se encontraban volando muy cerca de ella, la peliazul revisaba su radar.

- Realmente es un sitio muy peligroso… se siente una concentración de fuerza oscura muy venenosa…

- Yayoi-san ¿qué hacemos? – Preguntó uno de sus hombres.

- Debemos de tomar más notas, acerquémonos un poco más. – Respondió ella. Los aviones fueron tomando una distancia un poco más cerca al pilar, ya se notaba como es que podrían ser atacados en cualquier momento. – (A esta distancia es posible que seamos detectados, pero necesitamos tomar cualquier información posible…)

- Yayoi-san, hay una protuberancia un poco extraña en el pie del pilar. – Ante esa información, la peliazul revisó a través del radar, fue así que pudo detectar una energía justo a ras de suelo, le parecía muy extraño.

- Voy a descender para ver de qué se trata, ustedes sigan haciendo guardia.

- ¡Entendido! – Exclamaron los tres hombres. Yayoi empezó a descender con su avioneta y realizó un aterrizaje en una zona plana la cual encontró, una vez pudo frenar del todo, se bajó de su avioneta, observando de frente el pilar que tenía, de esa forma se observaba realmente inmenso, ella sujetó un arma que tenía en la mano mientras se fue acercando.

Sin ningún ápice de duda, caminó hacia la extraña cueva que se encontraba en el pilar, al asomarse vio que no había ningún guardia o criatura en la entrada, lo cual la tranquilizó, a pesar de todo no podía bajar la guardia mientras se adentraba a esta; caminaba lentamente y atenta a todos lados para evitar un ataque sorpresivo, algo que la sorprendió es que había iluminación en la entrada de la cueva.

- (Aquí sucede algo… no puede ser que sea una cueva natural si posee una iluminación como esta.) – Para querer despejar sus sospechas, se fue adentrando más en la cueva para averiguar lo que hay adentro; en cierto momento los alrededores cambiaron, ahora formando un pasillo construido, así como puertas metálicas. – Parece que aquí realizan algo… no tengo idea…

Decidió probar a abrir una de las puertas pero no pudo, estaba cerrada, decidió intentar con otra solo para recibir el mismo resultado.

- ¿Acaso una de estas se encontrará abierta? – Ella probó con un par más sin éxito alguno, parecía que no iba a poder averiguar lo que se encontraba dentro cuando de repente, en una… - Oh, esta pude abrirla, veamos que hay dentro.

La peliazul se adentró a aquella sala abierta, solamente encontrando lo que era como una capsula que estaba en el medio, Yayoi se fue acercando ver lo que había dentro, ya una vez estuvo cerca, quedó asombrada.

- ¿Qué es esto? – Se encontraba un joven encerrado dentro, como flotando en un líquido mientras tenía cosas conectadas por todo el cuerpo. – No es algo humano… sí esto es obra de Odín…

En ese momento comenzó a sonar una alarma por todo el sitio, habían descubierto a Yayoi, esta chasqueó la lengua mientras buscó una forma de poder sacar al joven que estaba dentro, no había nada que pudiera abrirla.

- Al demonio. – Con la culata de su arma empezó a golpear el cristal de la cápsula hasta que empezó a generar grietas, finalmente rompiéndolo y de ese modo toda el agua se salió, ella apenas y logró sujetar al chico que estaba dentro el cual estaba completamente dormido. – Listo… todo estará bien, saldremos de aquí.

Cuando se dirigía a la salida, de repente se aparecieron pequeñas criaturas con tentáculos, Yayoi chasqueó la lengua, teniendo que sujetar al chico con un brazo mientras con el otro tenía su pistola, empezando a disparar contra aquellas criaturas, estas se alejaban al sonido de los disparos.

- Parece que le deben de tener miedo a las balas… - Aprovechando la confusión, se alejó de ellos mientras más se iba apresurando a llegar a la entrada y salir, cuando pudo llegar, encontró algo que la dejó sorprendida. - ¿Qué?

Múltiples familiares del pilar se encontraban volando por encima, observaba a sus chicos pelear contra ellos, eso la hizo gruñir.

- Necesito regresar a mi avión y asistirlos. – A pesar de que se movió lo más rápido que pudo, llegó a escuchar una explosión, uno de los aviones de caza había sido derribado, la peliazul bajó la mirada, uno de sus hombres había muerto. – Son demasiados… yo sola no podré hacer nada y menos sí llevo a este chico sobre mis hombros…

En ese momento ella tuvo una idea, quizás no podía escapar pero si puede enviar de regreso su avioneta a la base al menos, si no está el piloto dentro, puede que sea ignorado; en ese momento ella inició el motor y lo posicionó en dirección a la base, logró colocar una piedra para mantener el manubrio estable para que vuele, así entonces dejó que avanzara hasta que voló, la peliazul se despidió silenciosamente de su compañero.

- Ahora… qué puedo hacer. – Se encontraba atrapada, sus compañeros habían caído y necesitaba proteger al chico, solo pudo suspirar. – Realmente no podría encontrarme en una posición ahora mismo… mi muerte se ve segura… Sonoka… lo siento mucho, pero tu nee-chan no podrá regresar… - Se había resignado a que era todo para ella. – Pero no dejaré que este chico muera.

Sí al menos podía salvarlo a él, era más que suficiente para ella, de ese modo regresó a la cueva, era el sitio más seguro de momento, se adentraron solo que, ahora yendo a un sector diferente, tuvo que acechar por los costados para no encontrarse con algún familiar, una vez lo hizo, continuó hasta llegar a una sección que era como un estanque subterráneo, se detuvo ahí para descansar.

Se recostó sobre una piedra mientras dejó al chico, observándolo fijamente, tenía rasgos comunes como cualquier otra persona, poseía un cabello grisáceo, su rostro denotaba paz, ella sonrió por debajo.

- Mírate, durmiendo tan tranquilamente sin enterarte de lo que pasa… aunque es mejor que sea así, no quisiera que te veas arrastrado a este combate… sí logramos escapar de aquí, espero que puedas ser bien recibido en la base de Tateyama, aunque seguro será así, todos son amables después de todo… igual podrás tener muchas amigas como Clau-chan, Azu-chan, Miko-chan y Sonoka… - Bajó la mirada, apretando su puño, no podía mostrar tristeza y desesperación, ese no era su estilo, además estaba dando su vida por alguien más, no podía existir otro acto más valeroso que ese.

En ese momento escuchó ruidos de disparos, los familiares terrestres estaban cerca, Yayoi chasqueó la lengua mientras fue nuevamente por el joven y lo cargó nuevamente, pero antes de que empezara a avanzar nuevamente, dos familiares aparecieron en la entrada, Yayoi se apresuró a sacar su arma pero uno de ellos disparó un rayo láser.

- ¡Aaagh! – Este atravesó limpiamente el pecho de Yayoi, le dolía demasiado, había atravesado uno de sus pulmones, escupió sangre en demasía. - ¡No voy a caer! – Usando toda su fuerza de voluntad pudo sujetar su arma y disparar contra ellos, las balas pasaban entre ambos pero continuaba disparando, logró darle a uno en su núcleo el cual se evaporó, eso la hizo sonreír, ya el otro nuevamente le disparó, ahora recibiendo daño en sus piernas y estómago, Yayoi sentía que su fuerza se estaba desvaneciendo, comenzó a tambalearse hasta llegar a la orilla del lago, cayendo directamente al agua con el chico.

Empezó a sentir que se estaba hundiendo, su consciencia se desvanecía y el cansancio la estaba invadiendo.

- (Yo… al final… no pude hacerlo, no lo pude proteger…) – Miró al chico que tenía al lado, hundiéndose junto a ella, ella empezó a sentir ganas de llorar. – (Lo siento… lo siento mucho, no pude protegerte… sí al menos pudiera hacer algo para estar a tu lado y ayudarte cuando estés en peligro…) – Ella lo abrazó, en ese momento un brillo la rodeó al igual que al chico, sintiendo algo. – (Mi alma… se está saliendo de mi cuerpo… yo… acaso voy a…) – No pudo pensar más cuando su cuerpo quedó totalmente inerte y carente de alma, Yayoi se hundió definitivamente mientras que con el chico, un tentáculo lo sujetó y fue sacado del agua.

El familiar fue quien rescató al joven, en ese momento se lo llevó de regreso para que siga desarrollándose y pueda convertirse en un buen cuerpo de reemplazo para Odín.

"Fin del flashback"

- Eso fue lo que pasó, puede que, en mi lecho de muerte, mi fuerte deseo de querer protegerlo hizo que pueda transferir mi alma a su cuerpo, señalando que en ese tiempo estaba vacío.

- Pasaste por demasiado… técnicamente estás muerta. – Señaló Claudia.

- Así es. – Asintió Yayoi. – El cuerpo de Amatsuka Yayoi desapareció completamente… solo estoy ocupando el cuerpo de Tora como protección y evitar que Odín se haga con él.

- ¿No puedes hacer que salga? – Preguntó Miko, Yayoi negó con la cabeza.

- Parece que se ha encerrado a sí mismo, lo cual me dificulta llegar a él… tomará tiempo para que se pueda abrir.

- Necesitamos que lo haga… quizás él sea clave en la lucha final contra Odín. – Señaló Azuzu, cruzándose de brazos. – Puede que sea el cuerpo de reemplazo de Odín pero ahora tiene un alma propia, mientras siga existiendo, nunca podrá ocupar su lugar.

- Necesitamos animarlo de algún modo. – Exclamó Moe con Kurumi apoyando la idea, Yayoi sonrió.

- Es verdad… ustedes han estado con él más tiempo que yo, seguro sus esfuerzos podrían conseguir sacarlo.

- Muy bien, regresemos a la base para ponernos en marcha con la operación para recuperar el alma de Tora-kun. – Exclamó Miko, ya se había realizado el rescate de Tora, pero no estaba completamente de regreso, una vez conocieron la verdad y saber la razón del por qué Yayoi está dentro de su cuerpo, ahora tenían otro trabajo, recuperarían a Tora completamente, sí o sí.


Sobrevolando el espacio aéreo de Japón, las chicas lograron hacer su regreso a la base de Tateyama, ya lograban ver la pista por la cual descendieron, Yayoi se encontraba en el avión de Claudia junto a ella, observaba por la ventana.

- Estoy de regreso… como que se siente algo lejano para mí. – Exclamó esta. Ya en el momento que descendieron y detuvieron las avionetas, las chicas se bajaron.

- Bienvenidas nuevamente. – Satomi estaba ahí para recibirlas, viendo al peligris. – Y Tora-kun, es bueno tener de regreso.

- Ey Satomi. – Saludó de una forma muy animada, lo cual dejó sorprendido al comandante de la base.

- ¿Eh? ¿Desde cuando Tora-kun es extrovertido? – Preguntó, las chicas simplemente sonrieron de forma nerviosa.

- Satomi, soy Yayoi. – Respondió con la verdad, dejando al comandante con una mueva de asombro y que su cigarrillo casi se le cae de la boca. Un tiempo más tarde, estaban reunidos en su oficina, donde se explicó lo ocurrido.

- Ya veo… - Soltó un suspiro, no esperaba que algo así sucediera. – Al fin y al cabo, no dejan de surgir más problemas.

- No sabemos en qué momento podría contraatacar Odín, pero hay que estar alertas por si acaso. – Informó Claudia, el pelinegro asintió.

- Lo importante ahora es que Tora-san pueda salir. – Exclamó Miko, vieron al cuerpo del peligris, Yayoi negó con la cabeza.

- No puedo, por más que intento establecer una conexión con él, no me lo permite, es como si tuviera una barrera gruesa que intenta aislarlo del mundo.

- Necesitamos lidiar de algún modo con esto, no podemos dejar que se mantenga encerrado por un trauma. – Expresó Azuzu, mientras todas pensaban en alguna forma, el foco se le encendió a Miko.

- Ya sé, quizás si realizamos actividades que han sido del agrado de Tora-san, podría ayudarlo a salir.

- Eso no parece ser mala idea, hay que intentarlo. – Sonoka apoyó la idea de su amiga pelinegra. - ¿Qué me dices nee-chan?

- Bueno… puede que sirva, después de todo debe de tener algo que le guste demasiado, sí con eso podemos hacerlo salir, cuenten conmigo. – Sonrió de forma confiada.

- ¡Muy bien, hagamos esto! – Exclamó Miko con seguridad, Satomi vio desde atrás con una sonrisa.

- Tora-kun realmente ya tiene muy buenas amigas…

Decidieron poner en marcha su plan, dando inicio con un clásico que han identificado en Sora desde que llegó a la base.

- Entrenemos, démoslo todo en nuestro ejercicio y con pasión.

- ¡Sí! – Fue a entrenar con el resto de soldados de la base, las chicas lo vieron correr con estos, aunque iba muy por detrás, al terminar, Yayoi regresó muy agotada.

- ¿Qué le pasa a este cuerpo? Se cansa rápido… - Apenas y podía hablar.

- Y bien ¿alguna señal de Tora-san? – Preguntó Miko, a pesar de ello, Yayoi negó con la cabeza. – Supongo que no es suficiente…

- Quizás la comida pueda despertarlo. – Sugirió Sonoka. Con aquello en mente, se trasladaron ahora al comedor, en la mesa se encontraban varios platos los cuales identificaron como las comidas preferidas del peligris. – Muy bien nee-chan, empieza a comer.

- Esto… puede que sea demasiado, no sé si pueda gastarlo yo sola.

- Solo empieza a comer y ya. – Aceleró Azuzu, no tuvo de otra que empezar a comer, Yayoi fue metiendo comida y más comida en su cuerpo hasta el punto de casi reventar, tuvo que recostarse en la silla.

- Es demasiado… - Y soltó un eructo. – Ups, lo siento.

- Tora-san ¿estás ahí? – Preguntó Sonoka, sigue sin haber respuesta. – Tampoco ha funcionado…

- Sí el entrenamiento y la comida no han funcionado, solo queda algo más para probar… - Y en ese momento se trasladaron al dojo de Kendo, Miko tenía puesta su armadura igual que Yayoi. – Un estímulo fuerte donde posiblemente estés en peligro podría convencerlo.

- Miko-chan, yo no sé kendo. – Exclamó Yayoi pero la pelinegra fue la primera en atacar, casi buscando el golpe a la cabeza, sino fuera porque ella lo esquivó por un corto margen de tiempo. - ¡Oye, no ataques sin avisar!

- Lo siento Yayoi-san, pero necesitas estar en peligro para que Tora-san despierte. – Y continuó atacando de forma indiscriminada a su oponente, lo único que podía hacer era continuar esquivando cada ataque de ella. – Vamos, ataca.

- Ya dije que no es mi fuerte. – Respondió Yayoi, ya que Miko buscaba un fuerte golpe al hombro, de repente el oponente reaccionó y con su espada, lo bloqueó.

- Es él, así es como se mueve. – Comentó Claudia, del otro lado Miko estaba sorprendida que su golpe haya sido bloqueado.

- … Tora-san, despierta.

- … Lo siento Miko-chan. – Era Yayoi quien seguía en control del cuerpo de Tora. – Fue un acto reflejo, no él.

- … Entiendo. – Se quitó el casco, hasta el momento cada una de las ideas que tenían para despertar a Tora, habían fracasado, no sabían qué más hacer al respecto.

- ¿No podremos recuperarlo? – Preguntó Sonoka con tristeza, ninguna de ellas sabía que responder al respecto.

- ¿Por qué tiene que ser tan complicado esto? – Azuzu apretó su puño con fuerza. – Sí, es un cuerpo artificial ¿y qué? Él ha sido nuestro amigo desde ya hace un tiempo y es lo que importa.

- Así que ya lo ves como amigo ¿no? – Preguntó Claudia, lo que causó que la peligris se sonrojara. – Eso es verdad, los orígenes de Tora no importan, su pasado no define para nada lo que es en el presente y es lo que tenemos en cuenta.

- Sí pudiera escucharlos, seguro se alegraría… - Comentó Yayoi por debajo, en ese momento empezó a sonar la alarma, era señal de un pilar cerca.

- Hay que irnos. – Informó Claudia a lo que asintieron, comenzaron a correr, observando que Yayoi también iba.

- ¿Vas a venir nee-chan? – Preguntó Sonoka, esta asintió.

- Claro, sí puedo combatir, lo haré. – Aseguró de forma segura, ninguna se negó por lo que fueron al hangar para buscar sus avionetas, así fue que empezaron a subirse.

- Yayoi-san… tu pelo. – Miko se fijó en algo al ver la parte trasera de la cabeza de esta.

- ¿Qué sucede?

- Está empezando a tener coloración azul. – Las demás se fijaron, el cabello que una vez perteneció a Tora, estaba empezando a pasar de gris a un color azul, parecido al que tenía Yayoi, esta chasqueó la lengua.

- Mierda, debido a que ahora mismo estoy controlando su cuerpo, mi alma comienza a tomar cada vez más control… sí sigue así, puede que su conciencia desaparezca. – Eso alertó a las demás chicas.

- ¿No se puede hacer nada? Lo que sea. – Miko no quería que el chico desapareciera.

- Todo depende de él, si pudiera entender que ustedes se preocupan por su bienestar.

- Ahora mismo tenemos otra misión, luego pensaremos en qué hacer.

- Azuzu tiene razón, hay que pelear. – Con las palabras de Claudia, las chicas se subieron a sus avionetas para empezar a volar, igual que Yayoi la cual sentía la familiaridad de ir en su propia avioneta. Ya entonces las chicas volaron, observando justamente el pilar en la sección oeste de la ciudad.

- Ahí está, vamos a disparar. – Con las órdenes de Claudia, empezaron a disparar contra estos, pero los familiares intervenían en sus caminos para protegerlo.

- Siempre sucede esto, no dejan de meterse en nuestro camino. – Azuzu disparó contra unos cuantos familiares mientras Sonoka hacía maniobras.

- Yo te cubro Sonoka. – Yayoi voló detrás de ella, de ese modo protegía sus espaldas mientras disparaba, haciendo un giro mientras caía en picada, disparando a familiares que estaban a sus espaldas.

- Gracias nee-chan. – La pelirrosa aprovechó para acabar con los familiares que tenía al frente. – Bien. – Justo cuando quería dar la vuelta, recibió un ataque. – ¡Kyaah!

- ¡Sono-chan! – Miko fue al auxilio de su amiga, disparando contra un par de tentáculos que salieron del pilar, evitando que Sonoka sufriera daños más graves. - ¿Estás bien?

- Sí… solo sufrí pequeños daños en la sección lateral, pero nada grave.

- Menos mal… - Cuando Miko se había relajado un poco, pudo ver como familiares aparecieron frente a ella, de repente se vio rodeada. – No puede ser…

- ¡Miko! – Claudia quiso ir al auxilio de ella pero rayos provenientes del pilar la detuvieron.

- No nos dejará acercarnos a ella… - Tanto Azuzu como Sonoka tenían el mismo problema, la pelinegra estaba en una posición peligrosa, Yayoi apretó los dientes.

- No puedo dejar que esto siga así… - En ese momento cerró los ojos, su alma se sumergió en un mar dentro de su mente, ella empezó a nadar hacia el fondo, cuando llegó a ver una luz, ahí estaba alguien completamente recostado, cubriendo su rostro con ambas rodillas, la peliazul pudo llegar a su lado.

- Tora, no puedes seguir así, tienes que regresar. – Aunque le habló, este le ignoraba, eso la hizo enojar. - ¡No continúes lamentándote! Sé que es impactante que seas un cuerpo artificial, pero eso no cambia para nada lo que eres, alguien importante para ellas.

- … - Por más que esas palabras llegaran a su corazón, no lo hacían reaccionar, Yayoi estaba empezando a perder la paciencia.

- ¡Reacciona de una vez, Miko está en peligro, va a morir si no haces algo! – Finalmente el peligris reaccionó de cierta manera, levantando su mirada.

- Miko… - En ese momento se manifestó una pantalla, se veía la avioneta de la pelinegra siendo atacada por decenas de familiares. – No…

- Sí quieres ayudarla, levántate, enfrenta tus miedos y acepta lo que eres, no tienes por qué cambiar o abandonarlo todo… - Yayoi lo abrazó en ese momento. – Yo… no hice nada malo al querer sacarte del pilar, aunque morí como resultado de ello, también te permitió conocer a las demás, que puedas tener una vida propia, no eres solo un sustituto… eres un amigo especial para ellas.

- Un amigo… - En aquel momento Tora finalmente se levantó. – Yo… quiero salvarlas… estar a su lado, es lo que quiero. – Yayoi sonrió al verlo.

- Por supuesto… ya te protegí demasiado, ahora es el momento de que te muevas por tu cuenta.

- Sí. – En aquel momento Tora empezó a brillar. – Gracias… por todo.

- No es nada, ese fue el papel que quise hacer en todo esto… ahora finalmente puedo dejártelo todo a ti, mi avioneta ahora te pertenece, así que pelea con ella.

- Claro. – Y en ese momento Tora empezó a nadar hacia la superficie, con Yayoi viéndolo desde atrás, muy orgullosa de que haya decidido levantarse.

- Tú puedes hacerlo…

- Me quedaré sin munición. – Miko no podía hacer más, los familiares ya estaban causando demasiados daños a su avioneta, ella solo pudo cerrar los ojos. – (Tora-san…)

- ¡Mikooooooo! – Escuchó un grito, en ese momento varias balas empezaron a impactar contra los familiares, derribándolos totalmente, el avión azul estaba ahí.

- ¿Tora-san? – Ella vio con asombro lo ocurrido, por el comunicador logró escuchar su voz.

- … Lo siento… ya volví. – una gran sonrisa acompañada por lagrimas cruzaron el rostro de la pelinegra.

- Tardaste… bienvenido de vuelta.

Tora miró al frente, necesitaba acabar con ese pilar de una vez, maniobró en el aire mientras unos familiares le perseguían, logrando dar una vuelta en U mientras disparaba contra estos.

- Sonoka. – La pelirrosa asintió a las palabras de Tora, ella se posicionó mientras salían tentáculos del pilar, en ese momento ambos aviones pasaron muy de cerca, rozando y al pasar del otro, dispararon, así el peligris pudo acabar con los tentáculos y ella con familiares.

- No dejaremos que se sigan propagando. – Claudia usó su habilidad, en ese momento disparó con velocidad al pilar, causándole bastante daño, Azuzu igual voló por encima y pudo acabar con tres tentáculos.

- Yo igual. – Tora hizo brillar su avión, en ese momento él alcanzó una gran velocidad, pasando justo cerca del pilar y disparando con fuerza, causando un gran agujero donde se podía ver el núcleo. – Miko.

- Claro, ahí voy. – La pelinegra voló justo en dirección al núcleo, ya estando cerca, abrió la ventanilla donde se paró. - ¡Esto se acaba ahora! – Saltó y con su katana, atravesó el núcleo, el pilar soltó un fuerte rugido mientras empezó a derretirse debido a la destrucción del núcleo, había dejado de moverse, la pelinegra pudo regresar a su avioneta.

- Buen trabajo todas. – Felicitó Claudia, ya todo había terminado, Tora igual miró al frente, sonriendo.

- Este soy yo… mi yo real… - Y entonces volaron de regreso a la base.


Una vez aterrizaron las avionetas, podían relajarse, Tora fue el último en aterrizar, saliendo de la cabina.

- ¡Tora-san! – Miko no perdió el tiempo, corriendo a abrazarlo mientras lloraba. – Menos mal… estás de regreso…

- Sí… estoy de vuelta Miko… - Las demás sonrieron al ver aquella escena.

- Por cierto ¿Qué pasó con Yayoi-san? – Preguntó Azuzu, en ese momento un aura azul rodeó a Tora.

- Aquí estoy. – Ella habló a través de su cuerpo. – Finalmente cumplí con mi tarea de traer de vuelta a Tora…ya él posee un alma propia por lo que no es necesario que siga aquí.

- Espera… ¿ya te vas? – Preguntó Claudia, ella asintió.

- Estoy muerta después de todo, no puedo seguir abusando de poseer el cuerpo de Tora, ya es momento de que vaya a descansar definitivamente.

- Nee-chan… - Sonoka estaba triste porque ahora sí, su hermana iba a irse completamente. – Voy a extrañarte…

- Yo igual Sonoka… - Ella sonrió suavemente. – Al menos me alegra haber pasado un poco más de tiempo contigo, ya con eso podré irme en paz al otro mundo.

- Nee-chan… - La pelirrosa sentía ganas de llorar, no deseaba separarse de Yayoi pero entendía que era lo mejor, en ese momento sonrió. – Me despediré con una sonrisa, que tengas un buen viaje Yayoi-neechan.

- Cuídate Sonoka, estaré velando por ti, igualmente a todas, sigan cuidando de Tora. – En ese momento el aura azul desapareció y el peligris abrió los ojos.

- Yayoi ya se fue… - Informó, bajando la cabeza. – Lo siento…

- No hay necesidad de disculparte Tora-san. – Sonoka negó con la cabeza. – Esa fue la decisión de Nee-chan, sé que se fue feliz y satisfecha y es todo lo que importa.

- Así es, no te sientas triste al respecto, en cambio, vive, por ella y por nosotras. – Respondió Miko, el peligris sabía que es lo que la peliazul deseaba, así que lo llevaría a cabo.

- Claro…

- Me alegra… porque no volveré a dejar que te vayas nunca más, ahora estarás conmigo para siempre… y es una promesa que llevaré a cabo. – Miko sujetó las mejillas de Tora y en ese momento lo besó, el peligris se mostró sorprendido pero no se negó, abrazó a Miko.

- Wuah, no hagan eso aquí. – Azuzu se sonrojó mientras desvió la mirada en vergüenza, mientras que Claudia le tapó los ojos a Sonoka.

- O-Oye, no puedo ver nada.

- Es un momento privado, no es necesario que los veas.

Unos segundos después, los dos separaron sus labios, la pelinegra tenía las mejillas rojas pero estaba muy feliz.

- Tora-san… yo te amo, así que no dejaré que te vayas, nunca más, así te quedarás a mi lado hasta que seamos ancianos.

- … Igual quiero eso, Miko… quiero estar contigo.

- Tora-san… - Los dos se abrazaron con fuerza. Ese día Tora aprendió verdades dolorosas pero igual que tiene personas a su lado que son importantes en su vida, que sea un cuerpo creado artificialmente no lo cambia como individuo ni tampoco la visión que tienen sobre él, sabiendo que tiene valiosas amigas a su lado, puede vivir sin mayores preocupaciones, no dejaría que Odín gane, así que se prepararía para confrontarlo la próxima vez que se vean.

- Bueno, todo esto me ha dejado agotada ¿vamos a cenar? – Sugirió Azuzu, todos asintieron, entrando a la base para tener una buena cena, Tora estaba muy feliz de esos pequeños momentos, serán sus nuevos recuerdos a partir de ahora, unos que atesorará completamente.


Este capítulo es uno de los más importantes que he escrito para este fic, ya vimos entonces parte del pasado de Tora, y la revelación de que el alma de Yayoi estaba dentro de él, protegiéndolo, aunque eso ya no es necesario, ya ahora se irá fortaleciendo para enfrentarse a Odín cuando llegue el momento, así igual ya se confirmó su relación con Miko, algo recíproco entre ambos, ya con esto digo que vamos un poco más de la mitad con el fic, no tengo pensado que sea largo, pero tampoco muy corto, ya en el siguiente cap se viene algo relajado, ya verán qué será, hasta el próximo cap. Saludos.