Parte 17
Holley no podía creer lo que estaba pasando. Se preguntaba cómo las cosas habían llegado a ese punto.
-¿Cómo sucedió esto?. -Se preguntó en voz alta, su frustración era evidente.
-Bueno, si quieres, puedo explicártelo. -Respondió Mate.
Holley lo fulminó con la mirada.
-Me refiero a cómo pudo escaparse de mis manos esta situación. Se supone que debería estar en el pueblo, no en el maldito departamento de ese chico.
Mientras hablaban, Mate se apoyó en la mesa y un pequeño frasco se deslizó peligrosamente hacia el borde. Con un movimiento torpe, lo atrapó antes de que cayera. Instintivamente, lo abrió para ver qué era. Holley, al ver la escena, rápidamente le arrebató el frasco de las manos.
-¡Mate, ten más cuidado! Esto es evidencia importante. -Su tono era severo.
-Huele bien. ¿Qué es?.
Holley levantó una ceja.
-Cariño, es cloroformo y exponer a una persona a que huela esto, hace que quede inconsciente. Por eso no deberías olerlo.
-¿Eso usaron con Cruz?.
-Así es.
-Vaya, ¿por qué no habrá usado algo similar a lo del club nocturno?, ¿Y cómo sabía que ella estaría ahí?.
Holley se detuvo por un momento, procesando lo que acababa de escuchar. Sus ojos se iluminaron con una mezcla de admiración y sorpresa. Sin pensarlo dos veces, se inclinó hacia Mate, dándole un beso en la mejilla.
-Amor, eres brillante. -Murmuró con una sonrisa.
~§~
Storm se encontraba solo en una de las salas de investigación, estaba sumido en sus propios pensamientos. Con los puños apretados, su mente no dejaba de martillarle la misma frase: "¿Cómo pudo ser tan estúpido?". La culpa lo devoraba, sabiendo que Cruz ahora estaba en las manos de Samir, quien podía hacer lo que quisiera con ella. Sin poder contenerse, Storm golpeó la pared con furia, maldiciendo en voz alta su propia ineptitud.
De repente, alguien entró en la habitación, interrumpiendo sus pensamientos.
-¡Hey! La pared no se tiene la culpa. -Comentó McQueen.
-¿Qué quieres? No estoy de humor para que vengas a echarme en cara que soy un idiota. -Replicó Storm, aún con la rabia vibrando en su voz.
-Qué bueno que lo aceptas, pero esta vez tendrás que compartir el mérito. -Respondió McQueen con un suspiro. -También es mi culpa. Nunca le conté a Sally lo que está pasando. -Se pasó una mano por el cabello, reflejando su propio pesar. -Debí suponer que haría algo así. Debió ver abatida a Cruz, por eso planeó ver a sus amigos y llevarla consigo, para que pudiera ir a verte.
Storm esbozó una media sonrisa; Sally siempre encontraba la manera de ayudarlo, y por eso le debía tanto.
-¡Maldición! Debimos decirle a Cruz sobre la situación en vez de ocultárselo y tratarla como a una niña indefensa. -Mencionó McQueen, bajando la cabeza con un gesto de frustración.
-Quería protegerla, y al parecer mi método estuvo mal. ¡Diablos! El miedo a perderla me bloqueó, no razoné la situación.
-El miedo también nos impulsa a no quedarnos en el mismo lugar. -Agregó Holley al entrar a la habitación junto con Mate. -Así que sigamos adelante, vamos a encontrarla.
-¿Alguna novedad?. -Preguntó el rubio.
-Aún no, pero vine a contarles que tengo una buena teoría de lo que sucedió.
Ambos hombres prestaron atención a Holley.
-Samir te tenía como objetivo, Jackson. Es por eso que estaba cerca de tu departamento.
El chico esbozó una sonrisa arrogante y alzó la barbilla con un gesto seguro.
-No podría conmigo.
Holley lo miró con seriedad, ignorando la fanfarronería en su tono.
-No te subestimes ni lo subestimes a él. Samir es más inteligente de lo que piensas. Él no estaba solo; la situación sería la misma que en el callejón. Samir pudo haber usado cualquier droga para facilitar el rapto, pero eligió cloroformo. Por qué eso uso cuando te secuestraron, ¿No es así?. Quería que lo vieras, quería jugar contigo. Estoy segura de que no esperaba encontrarse con Cruz, pero al verla sola, su plan cambio.
-¡Maldito!. -Gruñó Storm, sintiendo la rabia.
De repente, el móvil de Storm comenzó a sonar. Se sorprendió al ver que era un número desconocido y lo mencionó al grupo. Holley lo miró con seriedad y le dio una instrucción firme.
-Contesta. Rastrearé y grabaré la llamada por lo que pueda pasar.
-¡Hola!.
-Hola, Stormy. Extrañé tu voz sexy.
Storm reconoció de inmediato quién estaba al otro lado de la línea, y su tono cambió a uno lleno de irritación.
-¡MALNACIDO! ¡DEVUÉLVEME A CRUZ!.
-¿Para qué?, ¿Para hacerla llorar?.
-¡Eres un maldito!.
-Eso es lo que eres, un maldito. No sé qué le hiciste, pero estaba hecha un mar de lágrimas. Si no la quieres, con mucho gusto puedo quedármela. Me sería muy útil; es excelente dialogando y tiene un carácter encantador.
-Dime, ¿qué quieres? Si me llamas, es para pedirme algo a cambio por ella.
-Qué bien me conoces. Necesito que participes en una pequeña carrera este fin de año y que traigas a uno de tus amiguitos de la pista. ¿Qué te parece Tim Treadles? Podríamos recordar viejos tiempos. -Dijo Samir, soltando una carcajada. -Por cierto, te mandaré algo para motivarte a participar; estoy seguro de que te encantará. Espera mis instrucciones y, Stormy, no intentes nada estúpido o ella lo pagará. ¡Adiós, cariño!.
Samir colgó, y apenas unos segundos después, el móvil de Storm vibró, indicando la llegada de un mensaje. Con el ceño fruncido y el corazón acelerado, Storm desbloqueó el teléfono y abrió el mensaje. Al ver el contenido, sintió un nudo en el estómago mientras sus ojos se clavaban en las imágenes. Eran fotos de Cruz en lencería; aunque no eran explícitas, la vulnerabilidad de su amada en ellas lo desgarró por dentro. Lo peor era que ella no llevaba esa ropa interior en su departamento, lo que lo llevó a pensar que Samir la había vestido así, o peor, que había abusado de ella. La idea lo llenó de una ira incontrolable. Sin pensarlo dos veces, bajó el móvil con un movimiento brusco y lo apretó en su mano, como si quisiera destruirlo.
-¡Maldito bastardo! ¡Lo voy a matar!. -Murmuró entre dientes, con la voz temblando de furia.
-¿Qué te envió?. -Preguntó McQueen al notar lo molesto que estaba el pelinegro por el mensaje, Intentó acercarse para tomar el móvil. Pero Storm lo empujó y su voz tomó un tono amenazador.
-Ni se te ocurra.
El joven no soportaba la idea de que alguien más la viera en lencería. Esa era una intimidad que solo él debería conocer.
~§~
Cruz se removió de la cama y se incorporó, sintiendo un mareo ligero y una inquietud en el pecho. Al bajar la mirada, se percató de que vestía solo lencería, una prenda que no recordaba haberse puesto.
-Ya era hora de que despertaras. -Una voz masculina rompió el silencio, haciendo que Cruz se sobresaltara.
Desesperada, volteó hacia la fuente de la voz y, al reconocerlo, intentó cubrirse con las manos. Samir, la miraba con una sonrisa burlona en el rostro.
-¿Por qué estoy así?. -Logró preguntar Cruz, con confusión en la voz.
-¿Así cómo?. -Respondió Samir con una risa cínica que resonó en la habitación.
-En lencería... ¿Tú... tú me...?. -Sus palabras se ahogaron en su garganta.
-Si no te gusta, puedo quitártela de forma lenta. -Replicó él comenzando a desabotonarse la camisa. El pánico creció en los ojos de Cruz cuando él se acercó, pero en lugar de avanzar, Samir simplemente le tiró la camisa.
-Cúbrete. -Le ordenó, antes de girarse y comenzar a caminar hacia la puerta.
Ella se colocó la camisa y se abrochó algunos botones, pero un impulso la llevó a preguntar sobre la situación.
-¿Por qué haces esto?.
Samir la observó detenidamente, con una mezcla de diversión y calculada frialdad en sus ojos.
-Eres muy curiosa. Pero te lo diré, ya que estás involucrada en esto. Tú, tu amado y alguien más van a participar en una carrera muy especial que se realiza en Año Nuevo.
Cruz parpadeó mientras su mente trataba de asimilar lo que acababa de oír.
-Es... mañana. -Susurró, más para sí misma que para él.
Samir soltó una carcajada seca que resonó en la habitación como un eco siniestro.
-Dormiste mucho, princesa. Hoy, después de la medianoche, será Año Nuevo.
-¿Con qué objetivo es esta carrera?.
La sonrisa de Samir se ensanchó, mostrando una hilera de dientes blancos.
-Solo es... por diversión. La gente con dinero disfruta estas cosas. Entretenimiento puro a cambio de su dinero. Es un éxito. Lleva unos cuantos años realizándose, pero nunca usamos pilotos con renombre.
-¿Por qué esta vez es diferente?.
Samir la miró con superioridad, disfrutando del control que tenía sobre la situación.
-Porque esta vez, tres pilotos decidieron participar amablemente. -Respondió con una sonrisa fría, llena de malicia.
-¿Me secuestraste solo para que Jackson acepte participar en la carrera?.
-En realidad, mi objetivo principal era él, pero tú también me eres útil. -Respondió Samir, con una sonrisa ladeada.
-¿Por qué sigues tras Jackson? ¿Qué te hizo?.
Él la miró con los ojos entrecerrados, su expresión se volvió más oscura mientras avanzaba hacia ella.
-Porque para él todo fue fácil. -Respondió, con la voz cargada de resentimiento. -Ni siquiera deseaba estar en el complejo de carreras; fue el señor Biggs quien lo convenció. ¡Debió haberse hecho a un lado y dejar que aquellos que realmente deseaban esto tuvieran su oportunidad! Pero no, su maldito ego lo mantuvo allí porque le encantaba la atención y sentirse el mejor. Nadie lo soportaba. Cuando se fue, todos me compararon con él, pero no de la manera en que esperaba. Me dejaron a un lado, pensaron que era un idiota al igual que Jackson. Al final, el señor Biggs me echó, sin ninguna consideración.
Cruz lo observó, notando en su rostro no solo el odio, sino también el dolor profundo de alguien que había sido menospreciado. Una chispa de lástima comenzó a crecer dentro de ella, pero no se atrevió a mostrarla.
-Luego, al maldito de Jackson le dieron una oportunidad, ¡a pesar de ser un cretino! ¡NO ERA JUSTO!. -Samir alzó la voz, sintiendo el peso de la injusticia. -¡ERA MI SUEÑO!, ¡YO MERECÍA ESTAR EN LA PISTA!.
Samir apretó la mandíbula, su rabia era evidente, pero tras un momento de silencio, se aclaró la garganta y recuperó la compostura.
-Pero algo bueno salió de todo esto. Ellos me voltearon a ver, creyeron en mí, y ahora tengo mucho más de lo que jamás pensé.
-Estás desperdiciando tu talento de esta manera.
-¿Desperdiciar?. -Samir se burló. -Cariño, le estoy sacando provecho. Ellos me aman, genero ganancias a montón.
-Pero todo esto es turbio. -Replicó ella, con un tono de advertencia. -En algún momento, todo terminará mal.
-No puede terminar si todo el maldito sistema está podrido. No te imaginas cuánta gente influyente tenemos de nuestro lado.
Cruz comenzó a sentirse cada vez más preocupada por las palabras de Samir. De repente, un pensamiento cruzó por su mente. "¿Por qué Holley estaba tan cerca del grupo últimamente?, ¿Acaso ella y sus amigos ya lo sabían?".
Samir notó la expresión preocupada en el rostro de Cruz y comenzó a reír. La tomó del mentón, levantando su rostro para verla mejor.
-¿Qué pasa, princesa?, ¿Descubriste que te han estado ocultando cosas?.
La sonrisa de Samir se amplió mientras una idea maliciosa se formaba en su mente. Estaba decidido a llenarle los oídos de veneno.
-Le pedí a Jackson que se alejara de ti, y mira qué obediente fue. Yo, en su lugar, me habría quedado a tu lado para cuidarte y protegerte sin importar nada. Al final, él te quiso alejar y te ocultó la verdad. Y pensar que en verdad creíste que te amaba.
-¿Él te gusta, no es así?.
-¿Qué?. -Samir se sobresaltó. ¿Por qué le hizo esa pregunta? Ella debió caer en sus palabras, ¿por qué no estaba destrozada y llorando?.
-Tal vez no me ama, pero sí le importo. -Cruz lo miró con seriedad. -Dime Samir si no te gusta, ¿por qué le pediste que se alejara de mí?.
-¡Porque tal vez me gustas tú!.
-Yo solo soy una pieza más en tu juego de ajedrez.
Samir apretó la quijada, visiblemente disgustado.
-¿Te crees muy astuta, no?.
Con un movimiento brusco, la tomó del brazo, la arrojó sobre la cama, y se colocó sobre ella, sujetándole las muñecas con fuerza.
-Me descubriste, él me gusta, y ¿sabes qué más me gusta?. -Sus ojos la recorrieron de arriba abajo, como si saboreara cada segundo de su incomodidad. -Me gusta el placer, y no me importa si me lo genera un hombre o una mujer.
El rostro de Cruz se llenó de horror; ahora necesitaba sacarse urgentemente a ese chico de encima.
