Ladies and Gentlemen!
Realmente me disculpo con todos ustedes por este gran hiatus que tuve pero en este tiempo no me sentía bien, mentalmente me encontraba agotada, sin ganas de levantarme de mi cama y soportando las miradas de todos, esta vez me afecto más que antes. Siempre he dicho que escribir fics es mi propia terapia pero esta vez, el sufrimiento me ganó y desapareci un buen rato. Me disculpo por tardar mucho pero quiero informarles que ya me encuentro mucho mejor, ya estoy saliendo aunque sea de poco a poco pero esto es importante para mi. Así que espero que disfruten este capítulo.
It's time to read!
It's showtime!
Aclaración: Shadowverse (TV) no me pertenece. Yo solamente pido prestado sus personajes para poder escribir mis historias que se podrán leer a continuación.
Aclaración: Con estas historias no estoy cobrando por ninguna ganancia o regalía. Solo escribo para el entretenimiento de todo público pidiendo permisos al autor. Cualquier aclaración, pueden escribir en los comentarios su opinión al respecto.
-¿De qué tenemos que hablar cuando ya se dijo todo allá?
Pregunto con bastante rudeza Lucia que Hiro no pudo evitar encogerse un poco al ser el causante de aquel mal sentir. A pasos cortos y lentos, es que se acercaba al columpio desocupado que se encontraba a su lado. Para el usuario de deck Dragonico, era doloroso que Lucia le hablara de esa manera, de manera tan seca e hiriente que el aire mismo se podía cortar con el ambiente que se formo entre ellos dos.
Lucia nunca le hablo con rudeza a Hiro, cuando se conocieron, solo existía la verdad y el dolor, nunca le hablo como a las demás personas que solo intentaban burlarse de él, nunca existió aquella rudeza entre ellos dos. Poco a poco es que fueron rompiendo todas aquellas barreras y al final, la suavidad con la que hablaba el del deck Vampirico, era lo que más le gustaba al otro, saber que fue gracias a él que Lucia pudo tomar un poco de valor y hacer el esfuerzo por ser mejor, mejorar su vida y la de su pequeña hermana. Por qué fue gracias a que Ryugasaki Hiro nunca dejó solo a Lucia y le apoyo en todo momento cuando decidió denunciar a sus supuestos cuidadores. Aún cuando el de cabellos blancos podía llegar a tener miedo de las posibles amenazas que pudiera recibir, fue él quien le dio el valor suficiente para dejar de tener miedo y por fin, vivir la vida que sus padres estarían orgullosos de que viviera.
Saber que lo había herido por culpa de su estupidez, era algo de lo que no se podía perdonar. Se supone que era su mejor amigo pero lo había lastimado, lo había echado todo a perder que pensar en que podía perder la amistad de Lucia, era muy doloroso. Su corazón le pedía a gritos que hablara y arreglara las cosas con él antes de querer soltar su mano y dejarlo ir. No lo permitiría nunca.
A Hiro le dolía no poder ver aquellos ojos rubíes que brillaban a la luz de la luna, le dolía que ni siquiera lo mirara. Lucia solo se encargaba de mirar el piso.
-No todo, en realidad -Hablo Hiro con calma, quería evitar que saliera huyendo de él.- Lo que viste con Mimori -Dejo de hablar en el momento que las manos de Lucia apretaron con fuerza la cadena del columpio.- Fue algo que me tomó con sorpresa, ella solo es mi mejor amiga
-Igual que yo ¿Para eso me dijiste que fuera? -Aquella voz se iba rompiendo más.- ¿Para ver como alguien más te declaraba su amor?
-No, no quería que vieras eso -Suspiro Hiro. Cuando al fin llegó al asiento del columpio, se sentó.- Te mande aquel mensaje porque necesitaba tu ayuda, no sabía que era el asunto urgente del que ella me habló hasta que termino nuestro duelo y... -Se quedó en silencio al momento de recordar aquel beso, aunque en ese momento, se asusto más ver a Lucia con aquel dolor marcado en su rostro que la impresión de que ella le había robado su primer beso.- Te puedo asegurar que no sabía lo que ella tramaba
-Tu nunca sabes nada -Escupió Lucia con bastante enojo. Hiro soltó una pequeña risita.- ¿Crees que esto es divertido?
-Perdón, ya muchas personas me lo dijeron hoy que creo que ya estoy acostumbrado -Volvió a reír.- Es que verte celoso, es algo nuevo para mi
Fue en ese momento que Lucia al fin alzo el rostro y le miro. Aquellos ojos rojos de los que salían lágrimas, su pelo ligeramente largo que bailaba con el aire mismo y el fuerte sonrojo que coloreaba parte de sus mejillas como de sus orejas. Antes de querer decir algo más, es que Hiro al fin tomo su mano y sonrió como solo él podía hacer. Tomar aquella mano con fuerza y evitar que se marchara de ahí hasta terminar de hablar, subir su otra mano y acariciar con suavidad aquellas mejillas calientes como quitar aquellas dolorosas lágrimas que caían de sus ojos. El de cabellos blancos se quedó quieto, sintiendo aquella suavidad, sintiendo como su rostro se calentaba aún más de lo que ya estaba.
Por más que quisiera alejarse de aquellas tímidas atenciones, sentía como había caído otra vez ante Hiro. Sus piernas no respondían, su cuerpo entero temblaba, su corazón se derretía y las lágrimas no dejaban de bajar de sus ojos para inmediatamente, ser limpiadas por el otro. Se sentía tan débil que lo odiaba pero aquellas dulces y tiernas caricias, le decía que no importaba. Se maldecía por ser tan débil frente a él pero nunca admitiría de frente que se sentía tan bien que solo viniera de él.
Por el otro lado.
A Hiro nunca le gustó verlo llorar, nunca le gustó verlo caer y sentirse derrotado. Conocía a la perfección al Lucia que era fuerte, amable y valiente, era ese Lucia que a Hiro le encantaba ver. Pero ver aquel tímido y celoso chico de cabellos blancos, era algo nuevo para él. Su corazón le pedía a gritos que se levantará de aquel lugar y lo abrazara con fuerza.
Le pedía algo más que no estaba seguro de poder hacer realidad. Algo de lo que tenía miedo por lo desconocido que era, estaba en un gran dilema que solo dejaría que sus acciones hablaran por él.
-Al fin me ves -Soltó una pequeña risita Hiro. Hablando con suavidad, con ternura. Lucia le había abierto el corazón y era su deber el cuidar el mismo.- Lo sé, soy un idiota que nunca se da cuenta de nada, incluso nunca se da cuenta de los problemas por los que pasa mi mejor amigo y mi mejor amiga de la infancia, perdóname por eso -Siguió quitando aquellas finas lágrimas.- Mimori es mi amiga de la infancia, junto con Kazuki, han estado a mi lado desde que mis padres desaparecieron -Lucia aprecio como su sonrisa se cambiaba por tristeza.- Fue gracias a ellos que yo me pude mantener bien hasta después de años después porque no comprendía porque mis padres se fueron
-Hiro -Hablo con suavidad Lucia.-Sabes que no es tu culpa, no es culpa de nadie -Con timidez, subió su mano a esos cabellos rojos, los acarició con suavidad.- Tampoco es culpa de tus padres, fue lo que ellos decidieron hacer, tomaron su propio camino
-Lo sé, no los culpo y nunca los culpe -Volvió a sonreír.- Ellos estuvieron a mi lado desde entonces, aguante no pensar en mis padres pero era inútil porque mi corazón no los quería dejar ir, los buscaba siempre, no podía entender -Tomo un poco de aire para seguir, al igual que Lucia le había abierto su corazón, era momento de sacar aquello que tanto le perforada el alma.- Por más que sonreía al lado de ellos, siempre regresaba a este lugar solo y llorar porque me dejaron atras, yo me estaba dejando caer poco a poco que estaba llegando a mi limite hasta que...
-¿Hasta que?
Hiro alzo la mirada, aquellos ojos que le miraban con cierto brillo, un brillo del que Lucia no pudo evitar reflejarse en los mismos y sentirse como una pequeña presa. Pero no tenía miedo de aquellos ojos, se sentía seguro, se sentía querido y amado por los mismos que simplemente, no quiso desviar la mirada, quería verse reflejado en aquellos ojos y verse como Hiro lo ve.
Los ojos de un dragón que brillan por el tesoro más grande que en su vida conoció. Un tesoro que protegería con su vida.
-Te conocí -Un tanto sorpresivo, es que se levantó del columpio y se paro frente a Lucia. Se acercó un poco a su rostro, junto sus manos para tomar la cadena del columpio.- Mi vida mejoro en el momento que tuve la fortuna de conocerte -Una voz ronca de la que nunca se había escuchado, el de cabellos blancos no pudo evitar sentirse más nervioso ante aquel acercamiento que le dejó sin habla.- Conocerte, le dio un nuevo propósito a mi vida, un nuevo sentido que no quería abandonar, tal vez sea egoísta pero no te quería dejar ir -Sonrió con timidez.- Conocer a mi mayor rival pero al mismo tiempo a mi mejor amigo, fue un nuevo sentimiento, algo desconocido que por primera vez, no quería dejar ir, seguir luchando para evitar ello
-Nunca he tenido la intención de alejarme de ti -Murmuro con cierta vergüenza Lucia, admitir palabras que nunca creyó que saliera de él, era lo que provocaba Ryugasaki Hiro.- No es como si pudiera, aún cuando en el pasado te pedía que no te metieras en mis asuntos, ahí estabas tú para ayudarme -Abrió los ojos sorprendido al sentir como sus frentes se habían pegado. Trago un poco de saliva. Poco a poco, su voz se suavizaba y tenia aquel presentimiento de que se le había olvidado un asunto importante.- Incluso ahora, no has dejado de ayudarme para al fin ser libre y que Shiori pueda tener una vida normal
-Pero -Se separo un poco de Lucia para apreciarlo. Le encantaba verlo a la luz de la luna, como el brillo de la misma provocaba que su cabello blanco brillará y sus ojos rubíes, le encantaba ese color desde el momento que lo conoció.- Saber que te he lastimado, es algo que no me puedo perdonar, saber que alguien más me confeso sus sentimientos, alguien que no fue Lucia, ¿Cómo crees que esto me hace sentir?
-¿Cómo?
La suavidad con la que Hiro tomó su barbilla y lo alzo para que sus ojos no dejen de mirarse.
No había ruido a su alrededor, solo el sonido de su corazón golpeando con fuerza su pecho, era tan sordo pero a la vez, tan único. El viento se había calmado y poco importaba el frío que empezaba a sentirse, había calidez en ese momento. Tenía calor, sus manos empezaban a sudar. Pero, era tan hipnotizante aquellos ojos ámbar y la manera tan lenta en la que empezaba acercarse a él que era capaz de sentir sus respiraciones. Poco a poco, es que sus ojos empezaban a cerrarse, es que aquellos impulsos iban ganando.
Aquel momento lo estaba cegando. Estaba cayendo, iba a caer y no le importaba hacerlo. Ser devorado por un dragón no sonaba nada mal, al contrario, a Lucia le parecía correcto.
-¡Aquí estás Lucia-chan!
.o.
Maura Aberaldo caminaba libremente por las calles que pareciera que danzase en las mismas, aunque el pequeño tarareo que salia de él no ayudaba mucho que muchos lo miraban con extrañeza aunque había algunos más que se acostumbraron a ver al joven de cabellos verdes dando uno de sus usuales paseos. Respiraba aquel aire frío y miraba por los aparadores de las tiendas, de vez en cuando, se topaba con algunas chicas lindas de las cuales, no podían evitar soltar una pequeña risita y saludarlo a lo lejos mientras el evidente gritito de un chico apuesto se escuchaba. Maura devolvía aquel saludo con aquella sonrisa tan enigmática y daba vuelta para seguir con su camino nocturno.
¿Qué haría esa noche que se sentía tan especial?
Siempre disfruto de su libertad, anteriormente con Leon, nunca tuvo prohibiciones, al contrario, le permitía vivir como el quisiese, estar en los lugares que le gustaría visitar, nada le impedía aunque cuando recibía una orden de él, no tenia de otra, tenia que hacer caso. Claro que veía al anterior y desaparecido dueño de Genesis Company más como su amo que como un amigo o un padre. Un amo orgulloso de haber sacado de las calles a un niño que encontró de pura casualidad. Que él se fuera, le hacía ver la vida de una manera diferente, una manera que sólo conoció estando al lado de aquellos escandalosos chicos que lo aceptaron, que tomaron su mano y le ayudaron a vivir su vida como merece.
Aprendió muchas cosas en este tiempo que las cosas que le enseñaron, ahora le parecía muy absurdas. Era un niño que tuvo que madurar muy rápido que nunca disfruto a su tiempo.
Ahora que tiene una nueva oportunidad, podía vivir. Podía aprender, podía disfrutar lo que le arrebataron.
Tomó una gran bocanada de aire que poco a poco soltaba ese aire frío que se había quedado en sus pulmones. Una pequeña sonrisa apareció en él al alzar el rostro y ver aquel cielo lleno de pequeñas estrellas.
Gracias a esos chicos, es que puede disfrutar de todo.
Nunca les daría las gracias de frente, aún le daba un poco de vergüenza poder demostrar que tiene emociones pero sin duda, volvería a enfrentarse en una dura pelea a su lado para demostrar que pueden contar con él.
Y como si algo le hubiera llamado en ese momento. Observo a un apurado Ryugasaki Hiro mirando a todos lados, se notaba el sudor en su frente como aquellos ojos que no dejaban de moverse. Un tanto intrigado lo miro a lo lejos, corría por todos lados tratando de evitar chocar contra todo el que se posara frente a él. Era curioso pues hasta hace algunas horas, había visto correr a Lucia.
Acaso...
¿Algo les había pasado a ellos dos?
No pudo evitar subir su mano a su mentón y ponerse a pensar.
Desde que se unió al grupo de héroes de Shadowverse, siempre ha sido el que observa sigilosamente y era gracias a ello que las acciones de Lucia y Hiro, nunca pasaban por desapercibido a sus ojos. Maura no era un tonto como para saber de aquellas sonrisas que solo el otro entiende, como es que con sus ojos, eran capaces de comunicarse muchas cosas como que aquellas tímidas manos siempre ansiaban tocarse de manera inconsciente. Sabía muchas cosas que al final fingía no hacerlo, no le interesaba pero alguien tenía que ser muy ciego como para que no se dieran cuenta.
Una vez más, vio a Hiro detenerse y saber hacia donde tenía que ir así que se fue rápido.
Maura un poco curioso, es que lo siguió a la distancia, cuidando de no alertar al del deck Dragonico.
Y así fue como llegamos a ese momento.
Había escuchado todo lo que Hiro y Lucia se quisieron decir en ese momento de furia y nerviosismo. Si cerraba sus ojos, podía escuchar aquellos corazones golpear con fuerza sus pechos, pues, estos eran los que estaban hablando en ese momento.
Soltó un pequeño suspiro mientras se cruzaba de brazos.
-Hay que ser muy tontos como para no darse cuenta de sus sentimientos -Susurró. Ladeo un poco su cabeza.- ¿Acaso Mimori no se dio cuenta o no quiere darse por vencida?
Los miraba de reojo, viendo aquel cariño que invadía la burbuja de aquellos dos. Aquella fría noche se hizo más calida y un tanto empalagosa a su gusto.
¿Qué era el cariño para él?
No lo sabía muy bien. Desconocía aquellos sentimientos que no tenía pero que podía observar de las personas como algunos vivían pero otros morían a causa de la misma. Comprendía el dolor y sufrimiento pero no comprendía porque un sentimiento podía causar tal dolor.
Era el amor lo que lo causaba.
Una extraña enfermedad incurable.
Un sentimiento de vacío.
Algo que Maura no tenía.
No sentía celos por algo que no tiene, al contrario, era capaz de causarle curiosidad. Así como esa misma curiosidad con la que Hiro y Lucia se miraban. No era aquella misma mirada con la que podían hablar con todos los demás, no era ese mismo brillo, era algo más especial.
Si eso no era amor, entonces no sabía que más era.
-Saber que te he lastimado, es algo que no me puedo perdonar, saber que alguien más me confeso sus sentimientos, alguien que no fue Lucia, ¿Cómo crees que esto me hace sentir?
Escuchar a Hiro mencionar aquellas palabras, provoco que los mirara. ¿Acaso el chico más tonto y descuidado del mundo, sabia lo que sentía por el otro? Abrió los ojos un tanto sorprendido como ver a Lucia completamente hipnotizado a él. No, no era un tonto. Hiro sabía lo que hacía, siempre lo supo.
-¿Cómo?
Ver aquel acercamiento, le hizo creer por un momento que el dragón se iba a encargar de comerse al general vampiro. Sentía que tenía que hacer algo para detenerlo. Tenía que rescatar al vampiro antes de que aquella fuerte quijada acabe con su vida. Sin pensarlo una segunda vez, es que tomó mucho aire y tomó mucho valor para hacer aquello.
-¡Aquí estás Lucia-chan!
Animado es que se acercaba a ese par que al momento de escuchar su voz, no dudaron en alejarse con los rostros rojos. Maura se encargaría de fingir que no los había estado observando, era divertido ver lo bastante incómodos que ya se encontraban, jugar un poco a ser el malo en ese momento, sería divertido. Aunque sabía que la reprimienda vendría después.
-¿Maura? -Pregunto Hiro sorprendido.- ¿Cuándo fue que regresaste?
-Hace algunos días -Mencionó desinteresado.- Vine a traerle algo a Lucia-chan de mi viaje cuando los encontré a los dos -Miró a ambos. Como si aquel escenario de antes no lo hubiera visto.- ¿Interrumpo algo?
Ver como los dos se miraban y se ponían más nerviosos. Como desviaban sus miradas e intentaban decir algo entre tanto tartamudeo, Maura no pudo evitar sonreír. Era divertida la situación en la que se encontraban. Hacerlos sufrir un poco, no era tan malo como podía verse.
-Si no les molesta -Maura se acercó y tomó a Lucia del brazo para poder levantarlo.- Me llevó a Lucia-chan, hay muchas cosas de las que quiero hablar
-Claro -Murmuro un tanto triste Hiro.- Adelante
Los ojos de Lucia y Hiro se posaron en el otro con suavidad que el del deck Vampirico detuvo su andar para voltear a sus espaldas y mirar al de cabellos rojos.
-¡Hiro! -Grito Lucia. El nombrado volteo a verlo.- Mañana nos veremos, en el lugar de siempre -Tomo un poco de aire e impedía a jalones que Maura se lo llevara de ahí.- ¡No llegues tarde!
Ante aquellas palabras. El del deck Dragonico abrió los ojos, sus mejillas se pintaron de un suave rosa y alzo la mano para despedirse de él.
-¡Nos vemos mañana Lucia! -Grito con fuerza Hiro.- Saluda a Shiori de mi parte
Lucia sonrío una última vez antes de dejarse llevar por Maura que no dejaba de hablar sobre aquel largo viaje que había hecho.
Hiro por el contrario, soltó un pequeño bufido molesto mientras se dejaba caer en el asiento del columpio y trataba de ocultar su rostro con sus manos. Aún era capaz de sentir la calidez de Lucia en las mismas.
Sentir un pequeño calor que escalaba por su pecho a sus calientes mejillas. ¿Qué estaba haciendo? Solo puede recordar el rostro sonrojado de Lucia mientras sus rostros se acercaban al otro. Otro gritito frustrado soltó que no pudo evitar subir su mano a su pecho para tratar de calmar su muy acelerado corazón.
Hiro no era un tonto como todos pensaban.
Sabía la respuesta que le tenía que decir a Mimoria.
Sabía la respuesta que le tenía que decir a Lucia.
Pero sus acciones valían más que las palabras que solo se quedaba paralizado y se dejaba llevar.
Un suspiro mucho más pesado salió de él que al final, provoco que se tranquilizara.
Alzando la vista al cielo nocturno, soltó una pequeña risita.
-Mañana -Sonrió, alzando su mano al cielo como si tratase de alcanzar aquellas estrellas.- Mañana será cuando aclare este mal entendido
De un brinco, salto de aquel asiento y dio media vuelta en dirección a su casa. Era imposible calmar toda aquella energía que consumía su ser que realmente dudaba si iba a lograr dormir esa noche.
.o.
Lucia se dejo caer en su cama al momento de llegar a su casa. Estaba cansado y lo único que quería hacer, era dormir. Las clases habían sido un tanto pesadas al igual que algunos enfrentamientos de esa tarde, subir de categoría en el Shadowverse, era cada vez más complicado porque no dejaban de atravesarse nuevos duelistas que se querían enfrentar a él. Había sido un mar de emociones ese día que estaba completamente agotado. Quería dormir en ese momento y despertarse hasta dentro de cinco días.
Pero.
¿En serio iba a dormir cuando su corazón no podía calmarse?
No pudo evitar subir su mano a su pecho. Golpeaba con fuerza aquel lugar que con sólo recordar, sus mejillas empezaron a calentarse, sentía que su temperatura se había elevado. Sabía que tenía que pensar en otra cosa que no fuera lo que acaba de suceder.
-Mi vida mejoro en el momento que tuve la fortuna de conocerte...
Una vez más, su corazón dio un gran brinco que solo quiso esconder su rostro entre su cama. Con un poco de nerviosismo y el temblor de su mano, empezaba a desabrochar su chaqueta, botón por botón, sentía mucho calor.
-Conocerte, le dio un nuevo propósito a mi vida, un nuevo sentido que no quería abandonar, tal vez sea egoísta pero no te quería dejar ir...
Agarro con fuerza su almohada y la golpeo varias veces, saco dentro de si alguno que otro grito que ahogó con la misma para evitar molestar a su hermana. Había tanta emoción en él que no sabía como contenerla, era la primera vez que no sabía que hacer con tantos nuevos sentimientos. Otro grito frustrado salió de él para al fin, dejarse caer mientras admira la oscuridad de su cuarto.
Aunque había otro pequeño problema. La vergüenza lo invadió en ese momento que solo cerró sus ojos con fuerza, como si quisiera olvidar aquel bochornoso momento.
Saber que Maura los escucho, le daba aún más pena que saber que actuó como un celoso y lo peor de todo, es que hasta él se dio cuenta.
-Deberían tener cuidado a su alrededor -Comentaba Maura con una sonrisa en su rostro.- Sería peligroso si alguien más los encontrara así
-¿Acaso esta mal? -Pregunto tímido Lucia a su amigo, no podía con la vergüenza que ni siquiera fue capaz de mirarlo a los ojos.- ¿Esta mal ser visto así?
-Yo no digo que este mal, no les debería de importar lo que las personas piensen de ustedes cuando es muy claro lo que sienten por el otro -Maura se detuvo y lo miró.- Desconozco completamente que son los sentimientos, desconozco todo lo relacionado con el amor -Lucia agacho la cabeza aún más apenado.- Pero de algo estoy seguro -Se acercó al usuario de deck Vampirico y poso su mano en su hombro.- Si eso no es amor, entonces no se que sea, no podría encontrar otra forma de interpretarlo
-¿A qué te refieres?
Maura soltó una pequeña risita.
-Ryugasaki te miraba de una forma especial, como si de un dragón se tratase, un dragón que miraba con mucho cariño a su tesoro más grande -Maura se separo de él. Alzo los hombros divertido y se alejaba poco a poco de él.- Todos sabemos lo que sientes por él pero Hiro -Se quedó en silencio ante aquella declaración.- Es algo que solo él debe decidir, tiene que pensar y actuar pero de algo estoy seguro -Volteó a verlo.- No tiene intención de dejarte ir -Alzo su mano y empezó a mover la de un lado a otro, con una sonrisa en su rostro, empezó a despedirse de él.- ¡Espero que mañana me cuentes que paso!
Y a paso rápido, Maura se alejo a tes de querer decir algo más. Lucia se quedó paralizado, con las mejillas calientes y la mirada perdida, podía sentir el aire frío remover su cabello pero nada de eso importaba cuando no era capaz de borrar aquellas palabras, ni aquellas acciones por parte de Hiro.
Ni siquiera es capaz de recordar como fue que llegó a su casa esa noche.
Al momento de abrir sus ojos, brinco asustado al encontrarse con su pequeña hermana acostada a su lado. Aquel corto cabello blanco y esos curiosos ojos rojos que le miraban con ánimo, la menor no pudo evitar soltar una pequeña carcajada antes de sentarse en la cama de su hermano.
-¿Problemas de amor por culpa de Hiro-san?
Las mejillas de Lucia volvieron a pintarse de rojo. ¿Acaso era tan obvio lo que sentía por él?
¡Muchas gracias por leer!
Estoy narrando lo que me imagino, han sido la vida de los personajes después de que terminara esta primera serie de Shadowverse, recuerden que este fanfic se escribió antes de saber que harían una nueva serie y los personajes de la primera serie aparecerían en esta segunda. Así que puede que no sea lo mismo, al final en cuenta, esta es mi propia historia. ¡Espero ya no tardar más en actualizar!
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¡Nos vemos a la próxima!
Atte.: AnZuZu Dragneel
Fecha: Miércoles 5 de Abril de 2023
