Evaluando el ambiente cerrado donde Henry se encuentra en estos instantes descubre la entrada de una escotilla hacia un conducto, la cual también cuenta con una escalera plegable.
El problema radica en que su potencial ruta de escape está ubicado en el techo y por sí solo no logrará subir. Henry necesitará apoyo.
Mirando a su compañera de 'celda', Stickmin logra sacarla de sus pensamientos mediante sonidos en voz baja para no alertar al carcelero, pero con suficientemente tono para que ella lo escuche.
La mujer intercambia miradas entre Henry Stickmin y el techo, comprende el plan de Henry. Asiente su cabeza en afirmación.
Con mucha cautela y precisión la pelirroja alza al aire a Henry, quien se sostiene de un tubo averiado con los grilletes. Impulsando su cuerpo hacia adelante, Henry logra ingresar dentro del conducto donde rompe los grilletes para liberar sus manos.
Un obstáculo menos en su ruta hacia la libertad.
Por otro lado, la adulta joven mantiene la mirada fija en el techo esperando que el sujeto a quien ayudó hace unos instantes vuelva por ella y la rescate. Sin embargo Henry no brinda señal alguna de su presencia.
La dama empieza a sospechar sobre las intenciones de Henry. ¿Será que sólo la utilizó para salvar su pellejo y dejarla atrás? ¿Acaso tuvo el atrevimiento de utilizar un método de tal bajeza?
La traición nunca se olvida, y si ese es el caso entonces hará que Henry pague caro-
"¿Eh?" La pelirroja de pronto escucha algo proveniente desde el techo. ¡Es Henry!
Poniéndose boca abajo de la escalera, extiende los brazos para recoger a la joven mujer y subirla con él en un movimiento de vuelta al interior del conducto. Todo esto ocurriendo sin que Grigori Olyat lo note.
"Gracias." Dice la mujer luego de romper sus grilletes. "Por cierto, me llamo Ellie. Ellie Rose."
Así Henry y Ellie recorren el tramo del ducto que los conducirá hacia la siguiente entrada.
Los convictos emergen en otro ambiente lleno de cajas selladas de todo tamaño. Al parecer se trata de una bodega cuya única entrada se encuentra vigilada por un par de guardias, uno que porta un arma similar a una lanza y otro con sombrero.
Rápidamente Henry y Ellie se esconden entre los objetos antes de que los trabajadores del complejo se enteren de sus presencias. Afortunadamente los guardias están muy ocupados conversando entre ellos.
"No podemos permanecer en este sitio por mucho tiempo. Seremos blanco fácil si nos ven." Ellie susurra mientras su mente piensa en cómo esquivar a los vigilantes.
Henry parece encontrar una solución.
"… Y entonces yo estaba como 'Mira cuánto me importa'. Je, no me importó. Me lo cargué con toda mi gente y le causé setenta por ciento de daño." Heath Stone va narrando sobre la última partida del juego móvil en línea que a él y a su amigo, Isaac Binderson, adoran.
Isaac ríe con gracia mientras va escuchando. "Eso es divertido. Anoche me enfrenté a un tipo con un mazo parecido-"
El guardia de la lanza no termina su plática ya que algo es arrojado a su lado izquierdo. Él y Stone dan una rápida mirada a lo que tienen enfrente.
"Oye, acaso eso es… ¿una rana?" Pregunta el del gorro.
"Hmm… yo más bien diría que es un sapo. Sí, definitivamente es un sapo."
Antes de que los guardias comiencen a preguntarse de dónde vino, el animal les manda una mirada fija. A continuación, el sapo va generando una especie de cacofonía similar al ruido de un motor desde su propia mente. En cuestión de segundos Heath Stone y Isaac quedan atrapados en la hipnosis del anfibio, situación que Henry y Ellie aprovechan para abandonar el almacén.
"Ni idea de lo que hiciste, pero funcionó. Excelente trabajo." La pelirroja felicita a su aliado. Henry responde alzando su pulgar arriba en señal de aprobación.
Avanzando a paso rápido y en silencio el amplio pasillo de bloques de celdas del Muro, los convictos llegan a las afueras de otra habitación. A través de la ventana blindada, Ellie halla tres puertas de las cuales dos de ellos son entradas a ascensores.
Echando una mirada arriba, al segundo nivel del bloque de celdas, la pelirroja divisa otro guardia en alerta por si se presenta un escenario poco eventual.
"Si pudiéramos subir al techo sin que ese sujeto lo note, llegaríamos al otro lado de ese ambiente y ya adentro saldríamos por un ascensor."
Procesando el comentario de la pelirroja, a la vez pensando en una alternativa, Henry mete la mano dentro de su bolsillo rebuscando hasta sacar un pequeño aparato.
GECK-ON WITH IT
"ATRÉVASE A DESAFIAR LA LEY DE LA GRAVEDAD Y TREPE SOBRE CUALQUIER SUPERFICIE CONVERTIDO EN UN GECKO. NO EMPLEAR EL DISPOSITIVO EN ÁREAS DONDE HABITEN DEPREDADORES NATURALES DEL GECKO. NO ME HAGO RESPONSABLE POR LAS POSIBLES DESAPARICIONES."
-GADGET GABE. 2017 –
Henry pone a Ellie a su lado y machuca el botón de inicio para el proceso de transición. Los convictos fugitivos son transformados en un par de geckos, albino y rosado respectivamente.
Sin tener contratiempos logran escalar con sus patas de gecko hasta alcanzar la parte superior de la estructura. Estando allá arriba un insecto pasa enfrente de Henry y éste lo engulle por completo con su boca.
Se puede sentir que el efecto de la transformación está por terminar en breve. Instantáneamente los convictos regresan a sus formas humanas originales; Ellie voltea cabeza encontrando a Henry masticando con los dientes al insecto que atrapó en antes para después tragarlo.
La de pelo rojo no puede evitar soltar una risita.
Por una abertura ingresan a la habitación. Ellie Rose desciende al suelo como lo haría un ladrón profesional; caso contrario con Henry quien se estrella de cara contra la loza.
Luego de ayudar al Stickmin a ponerse de pie, los dos se dirigen a la entrada de uno de los ascensores, el cual está abierto. Henry contempla el vacío con la mirada, podría bajar inflando un globo pero mucho teme que el artículo no sea capaz de soportar el peso combinado de ambos.
Está otra puerta que da hacia otro ambiente. Ellie intenta forzar con cuidado la cerradura, sin embargo no tiene éxito. La única opción para los fugitivos es utilizar el ascensor que está operativo.
Si hay una valiosa lección que Henry Stickmin aprendió en los últimos años – por las malas – es que la salida más obvia no siempre es la ideal. Aún así él y Ellie deciden arriesgarse.
"Bueno muchachos, el almuerzo va por mi cuenta." Ibrahm Jostlin habla animosamente mientras él y su grupo de amigos se disponen a entrar al ascensor y dirigirse a la cafetería.
Jostlin voltea el rostro encontrándose con una persona.
"Hola chicos," una mujer les saluda.
Se trata de Ellie, quien se disfrazó utilizando el gorro que le sustrajo a Heath Stone cuando ella y Henry abandonaron el almacén. Hablando de Henry, se encuentra oculto dentro de un enorme saco que Ellie va cargando.
La nueva estrategia del Stickmin consiste en que su amiga se haga pasar por una empleada más y fingir que se dirige hacia otro lugar para después llegar al exterior del complejo y huir.
La pelirroja no estaba muy convencida con el plan, pero confía en Henry y está dispuesta a colaborar con tal que el objetivo principal se logre. Si funciona o no, lo va a averiguar.
"Ah, qué tal señorita. Adelante."
"Gracias."
Ellie se abre paso entre los empleados del complejo con su bulto cargado en hombros. Todo va marchando a pedir de boca, para asombro de la pelirroja, y justo cuando va a doblar a la izquierda…
"Espera. Date la vuelta." Uno de los guardias, Travis Ump, le ordena a la disfrazada mujer.
Los pasos de Ellie se detienen en seco. Tanto ella como Henry sienten cómo una helada corriente recorre a lo largo de sus espaldas. Haciendo un esfuerzo sobrehumano para mantener la compostura, ella voltea.
"¿A dónde vas?" Ump pregunta.
"Umm… a la lavandería."
"¿De veras?" Travis Ump vuelve a preguntar con una expresión llena de sospecha formándose en su rostro.
"Eh… ¿sí?" Es la respuesta que puede brindar Ellie, quien empieza a ceder ante los nervios. Qué decir de Henry Stickmin dentro del saco, el pobre está sudando como cerdo.
"Menos mal." El guardia del complejo dice ahora relajando el rostro. Luego le entrega a Ellie una bolsa negra de plástico. "Necesito que te lleves esto también, es el uniforme de Sal Mann. El muy vago olvidó ponérselo la semana pasada y para colmo ni se molestó en lavarlo. Eso es todo, no te quito más tiempo, esa ropa no se lava por sí sola. Que tengas un buen turno."
De esta manera los guardias se despiden y se alejan entrando al ascensor. Henry y Ellie pueden darse el lujo de respirar aliviados; eso estuvo bastante cerca, a la siguiente no serán afortunados.
Ahora con el camino despejado, los convictos no pierden más tiempo y se disponen a encontrar la puerta que da a la salida. Minutos más tarde Henry Stickmin y Ellie Rose arriban al area inferior del complejo donde se adaptó un muelle para albergar un elegante buque de carga, además de un pequeño bote inflable y un cohete estacionado.
"Lo hicimos Henry, ya estamos afuera. Sólo nos queda escoger uno de esos y seremos libres."
Tres potenciales rutas de escape, sólo una a elegir. Stickmin se frota el mentón con los dedos de su mano derecha. Luego de meditarlo apunta con el índice al barco.
"Muy bien, el S.S. Annie será entonces." Dice Ellie. "¿Y cómo llegamos hasta ahí?"
Otra buena interrogante, Henry parece tener otra idea.
"… ¿sabes algo de computación?" Le pregunta a su compañera.
Sentado frente al escrito de su oficina, mirando los papeles que tiene enfrente, Dimitri se dispone a llenar todo formulario o documento que le compete a su persona o al personal del Muro. Nada nuevo cuando uno se acostumbra a la rutina durante cinco décadas.
De repente se escucha un corto sonido de timbre que viene del ordenador. El director del complejo revisa su computadora donde encuentra un mensaje en línea, se trata de un moderno aparato que recién sale al mercado: una máquina para hacer café expreso con cubierta de oro y mango de portafiltro fabricado a partir de madera africana que permite mantener el café cálido si no se va a consumir en el acto.
El aspecto del producto y la descripción fascinan de tal forma a Dimitri que le nace el deseo de querer comprar la máquina. Indagando un poco más al respecto, el director Johannes Petrov lee la cantidad de $75 000. 00, precio total a pagar.
Está información incomoda a Dimitri y lo piense a fondo para sí. ¿De verdad gastará una considerable porción de los salarios de sus trabajadores por un aparato dispensador de café del cuál únicamente él, Grigori y la cúpula de los altos mandos tendrán acceso y que más adelante no lo utilizará más?
"… Eh. No todos tienen el privilegio de tomar café expreso por las mañanas. Tendrán que conformarse con ello."
Terminando de dar unos cuantos clics, Dimitri enciende el intercomunicador.
"Да?"
"Capitán Ugovitch, le tengo una misión… "
Los altoparlantes del S.S. Annie cobran vida con la voz del capitán ordenando a su tripulación que aborden inmediatamente.
Desde el sitio donde se ocultan Henry y Ellie observan cómo el barco arranca motores, listo para zarpar.
"¡Funcionó! ¡No puedo creer que el viejo decrépito lo haya hecho de verdad!" Exclama Ellie Rose llena de júbilo. "¡Rápido! ¡Tenemos que subir antes de que nos dejen atrás!"
Ni corto ni perezoso, Henry Stickmin invoca un pingüino azul que – desafiando a la naturaleza – alza vuelo. Los convictos se agarran cada uno de las patas palmeadas mientras el ave se eleva.
Poniéndose a la altura del buque Henry y Ellie se sueltan del pingüino, que termina por desaparecer, cayendo en picada. Ellie aterriza sin ningún problema, en tanto Henry cae sobre unas cajas de madera.
Ambos logran infiltrarse exitosamente en el barco y procuran mantenerse a buen resguardo durante la travesía.
A la mañana siguiente dos personas, representantes de la empresa Espresso Slayers, entregan el paquete a un miembro de la tripulación del S.S. Annie que por el momento está estacionado y pronto a zarpar nuevamente.
Agradeciendo la adquisición del producto, los representantes se despiden y se dirigen a su medio de transporte. Se dan con la sorpresa de que la camioneta de la empresa desapareció.
En otro lado, lejos del muelle, Ellie va conduciendo la camioneta con Henry como copiloto. Ambos ex-convictos con sonrisas triunfales, y café en mano, andan transitando hacia su siguiente parada.
RANGO: CONVICTOS FANTASMAS
Y así se da inicio a esta aventura. Como podrán notar no he colocado algún Fail que caracterizan a los juegos de Henry Stickmin, no soy tan creativo en ese aspecto pero estoy abierto a sugerencias.
Con esto un final está terminado, descartando el final de "Aliados Convictos", quedan tres por hacer.
