Pasaron un par de días, Charlie podía sentirse tranquila una vez más.
Las cosas en el hotel estaban marchando bien, las burlas hacia el proyecto en televisión y en redes no eran tan habituales como en semanas anteriores y finalmente se respiraba algo de paz. Sus huéspedes seguían adelante con las actividades diarias y ahora veía a Husk más calmado, notó que aún tenía problemas para controlar su manera de beber, pero confiaba en que las terapias servirían mucho para su rehabilitación, así que no vio necesario sermonearlo con cosas que asumía él ya tenía claras, sabía que era un proceso que haría a su ritmo y presionarlo no traería nada positivo.
Sin embargo, una angustia latente aún permanecía en la mente de la Princesa y ese día por fin tendría que hacerle frente.
Su madre la había citado para hablar en el palacio de la familia real, su padre tendría una reunión con los príncipes del pecado, así que estarían ellas dos solas para conversar y eso la tenía un poco nerviosa, después de la última vez, realmente no sabía qué esperarse.
Al atardecer y habiendo concluido su trabajo con los huéspedes, se despidió amablemente de ellos y después se dirigió a Vaggie para dejarla a cargo de todo en su ausencia. La joven ángel le deseó buena suerte y se despidió de ella con un beso, ante lo cual la rubia le sonrió y le dio un fuerte abrazo.
—Estaré de vuelta en la noche —Le informó a su pareja después de apartarse, mientras se dirigía a la puerta principal del hotel—, trataré de esperar a que papá llegue, a ver si él ha descubierto alguna cosa sobre lo que Emily nos encargó.
—Está bien, amor, ve con cuidado, te estaré esperando —Replicó la joven de cabello grisáceo y Charlie le dio una nueva sonrisa antes de salir del lugar.
La demonio se dirigió hasta la limusina que se encontraba estacionada a las afueras de su propiedad y la abordó para ser llevada a donde su madre la esperaba.
Durante el camino, no pudo evitar pensar en aquella primera charla que tuvieron el día que Lilith acudió al hotel, se apoyó en una ventana mirando el panorama infernal al otro lado del cristal y recordó esas palabras que intercambiaron, que aún le hacían eco en la cabeza y no la dejaban en paz.
…
—Muñeca, ¿puedo preguntarte una cosa? —Cuestionó Lilith, mientras tomaba asiento y Charlie se sentaba frente a ella.
—Claro, dime, mamá —La joven miró a su madre con sus brillantes ojos rojos llenos de curiosidad.
—Supe que recibiste la visita de uno de los Serafines del Cielo, ¿a qué se debe eso, cariño? ¿Vino a amenazarte? —La mujer sonaba realmente seria, Charlie se sorprendió bastante por aquella pregunta.
—Oh, no, ¡para nada! Emily es mi amiga, vino a contarme algo maravilloso, mamá, ¡me dijo que mis amigos están vivos! ¡Angel y Pentious están bien y ahora viven en el Cielo!
— ¿En el Cielo…? —El rostro de Lilith cambió de la incredulidad a una expresión que Charlie no pudo distinguir si era de sorpresa o de disgusto— No lo entiendo… Se supone que las almas que son exterminadas… ¿Cómo es eso posible?
— ¡Aún no lo sabemos! Pero estamos averiguando al respecto, Emily me ayudará desde allá arriba y yo seguiré trabajando aquí, para poder enviar a más almas redimidas al Cielo —La Princesa miró a su madre con los ojos resplandeciendo de emoción—, ¿no te da gusto? ¡Podemos salvar a nuestra gente! ¡He podido empoderarlos para que tomen las riendas de su destino y hagan cambios positivos en sus vidas!
Lilith permaneció en silencio durante un instante que para Charlie se sintió como una eternidad, haciéndola sentir nerviosa.
—Cariño… Esto no era lo que esperaba con respecto a empoderar a los pecadores —Murmuró la mujer de mirada penetrante, haciendo que el rostro de Charlie se tornara confundido.
— ¿Qué…? ¿Qué quieres decir? —La joven estaba sumamente desconcertada, no entendía por qué su madre estaba diciendo eso, pensó que quizá y no estaba entendiendo de qué se trataba todo.
—Charlie, no cabe duda de que eres igual a tu padre —La Reina soltó un suspiro, pensando en que no quería ser cruel con su hija y considerando la posibilidad de que Lucifer tuviera algo que ver en toda esta situación—. Mira, supe que cuando se aproximaba el último exterminio dirigido por Adán, tú inspiraste a un gran grupo de demonios para revelarse contra él y su ejército, lucharon y vencieron, desde ese entonces el Cielo se sintió intimidado y se mantuvieron fuera de nuestro reino, permitiendo que siga prosperando como en los viejos tiempos. Ese es el tipo de empoderamiento que debes dar a los pecadores, inspirarlos a luchar.
— Entonces… ¿No estás orgullosa de lo que he logrado con mi hotel…? Pensé que querías que hiciera la diferencia, un lugar mejor para nuestra gente… —La voz de Charlie se podía percibir algo triste.
—Cariño, has hecho mucho más para que me sienta orgullosa y satisfecha, todo está marchando a la perfección, es sólo que… Debes parar esto de enviar demonios al Cielo, los necesitamos aquí —Explicó Lilith—, ahora estamos tú y yo juntas para guiarlos, sé que tu padre no tiene interés en estos pecadores y él no querría dirigirlos para luchar, pero tú eres perfecta para hacerlo, juntas vamos a lograr grandes cosas, Charlie, cosas que nos garantizarán un futuro más brillante.
…
¿A qué clase de futuro brillante se refería su madre? Charlie no tenía idea y esa duda le inquietaba.
Aun así no había desistido de su plan de redimir pecadores, en su corazón sentía que era lo correcto, después de todo tenía una promesa consigo misma, tenía que garantizar un mejor destino a su pueblo y ahora estaba comprometida en mandar a Husk con Angel allá arriba, esa era su principal urgencia y no podía desistir, la felicidad de sus estimados amigos era su mayor interés justo ahora e incluso recibir ese golpe de decepción al saber que sus logros con el hotel no eran lo que su madre esperaba de ella, no le iba a hacer quitar el dedo del renglón.
Después de un rato de recorrido, finalmente llegó a la morada de la familia Morningstar, tenía mucho tiempo sin ver ese palacio que alguna vez fue su hogar, así que sintió algo de nostalgia y comenzó a recordar vagamente algunos momentos de su niñez a medida que se adentraba por los corredores del lugar, le sorprendía un poco que, en el tiempo que su padre estuvo viviendo ahí solo, no realizó ningún cambio y mantuvo todo tal y como en aquellos viejos tiempos.
Charlie siguió su camino inmersa en sus pensamientos hasta que la voz de su madre la llevó de vuelta a la realidad.
—Bienvenida a casa, muñeca.
—Hola, mamá… Eh… Me alegra verte —Respondió Charlie con una leve sonrisa.
—También me alegra verte. Ven, vayamos a un lugar cómodo para tomar el té y conversar sobre las cosas que tenemos pendientes —Le indicó a la vez que continuaba su camino por el pasillo, así que la princesa la siguió a paso apresurado, intentando caminar a su lado.
Ambas se mantuvieron en silencio durante los minutos que les tomó llegar a un elegante salón con decoraciones que indudablemente habían sido elegidas por Lucifer. Madre e hija tomaron asiento frente a una mesa donde ya había un juego de té preparado en previsión de la visita de la Princesa.
Charlie decidió tomar la iniciativa y servir el té, mientras tanto, Lilith comenzó la conversación.
— ¿Puedes creer que tu padre me sugirió la idea de mudarnos a tu hotel? —Murmuró— Dijo que lo mejor era mantenernos cerca de ti para ayudarte en lo que fuera necesario y fue bastante insistente con eso, no pensé que le agradara tanto la idea de vivir entre pecadores…
—Es que papá está feliz viendo que los huéspedes se esfuerzan por cambiar por decisión propia, no sé, creo que le gusta saber que puede esperar más que cosas malas de ellos —Explicó la Princesa—, entonces… ¿Irás con él a quedarte en el hotel?
La mayor negó con la cabeza, una ligera expresión de tristeza se dibujó en el rostro de Charlie, había sido demasiado optimista al pensar que su madre había cambiado de parecer con respecto a su proyecto.
—No creo que sea adecuado, tengo que trabajar en algunas cosas que tengo en mente, además… Sabes lo que opino de que sigas trabajando en lo del hotel.
—Lo sé, mamá, pero estaba pensando que quizá, si te dabas la oportunidad de ver el trabajo que estoy haciendo, si conoces a mis huéspedes, sus historias y la lucha que libran día con día por ser mejores… Podría cambiar tu forma de ver las cosas… —Respondió Charlie con cierta timidez en su voz— Papá tampoco estaba de acuerdo con lo que estoy haciendo, tenía miedo de que me metiera en problemas por ayudar a los pecadores, pero… Cuando vio que esas personas se preocupan por mí, así como yo por ellos y que realmente quieren ser mejores, se permitió ver las cosas desde otra perspectiva y ahora él está realmente contento con lo que hemos logrado.
Lilith se quedó algo pensativa por un momento, bebió un poco de té y luego miró a su hija con cierta seriedad.
—Cariño, no me molesta que quieras ayudarlos, está bien, sólo no quiero que los envíes al Cielo, allá arriba ellos ya no son de utilidad.
— ¿A qué te refieres…? ¿Ser de utilidad…? —La joven no comprendía a lo que su madre se refería, pero las implicaciones de aquellas palabras no le estaban gustando en lo absoluto.
La mujer de prominentes cuernos suspiró profundamente, sabía que en algún momento tendría que explicarle la verdad a Charlie, pero le estaba poniendo las cosas complicadas.
—Estas personas son la fuente de poder del Infierno… El odio, el rencor, la agonía y la capacidad de destruir que cada uno posee es lo que alimenta a nuestro reino, mientras más de ellos haya aquí, nos fortaleceremos más…
La Princesa abrió los ojos más de lo normal con cara de extrañeza, lo que oía no hacía más que volverse más y más inquietante… ¿Había descubierto la respuesta a la interrogante que Emily le encargó develar? Si las cosas eran como lo creía, significaba que el Cielo podía elegir seguir exterminando pecadores sin reparo alguno para debilitar ese poder maligno que tanto les preocupaba.
— ¡P-Pero si dejamos las cosas así, van a seguir mandando ángeles exterminadores a acabar con ellos! ¡Mamá, ellos son nuestro pueblo, no podemos sólo usarlos para obtener poder, mucho menos ahora sabiendo que se pueden redimir! —La joven miró a la mayor, desesperada— ¡Si no fuera por lo que hemos estado haciendo en mi hotel, mis amigos habrían sido asesinados y sus almas habrían desaparecido para siempre!
—Te equivocas, mi muñequita, los pecadores asesinados no desaparecen de la existencia —Ante aquella declaración, Charlie se quedó pasmada, así que Lilith decidió explicarse—. Durante mi ausencia, fui convocada varias veces a la Tierra, en mi paso por ahí me di cuenta de que la maldad ha incrementado considerablemente… Y luego de hacer algunas averiguaciones, descubrí algo impresionante: Esas almas retornan a la Tierra, están inevitablemente marcadas, son como pequeñas semillas y dan sus frutos, esparcen la maldad y contagian de oscuridad a otros, así que el Cielo no hace más que asegurar un destino funesto, pues no importa cuántas purgas hagan, cada día llegan más almas a nuestro reino y mientras más se empeñan en eliminarlas, sólo contribuyen a que la maldad suba a la Tierra e infecte los corazones de esos seres humanos, creando más demonios… Los ángeles están destruyendo su propia creación sin darse cuenta.
Charlie se quedó completamente impactada ante esa revelación, se llevó una mano a la cabeza, angustiada. Jamás imaginó que todos esos pecadores que habían sido asesinados a lo largo de años y años de exterminaciones no hubieran sido borrados para siempre, sino que renacían en la Tierra. Eso no hizo más que despertar más dudas en su mente.
—Entonces… ¿Tú estás de acuerdo con que el Cielo siga con los exterminios…? —Fue la única pregunta que pudo formular, sus ojos parecían llorosos, realmente añoraba que la respuesta de su madre no fuera la que estaba pensando.
—Al principio no, pensaba que, con cada pecador eliminado, perdíamos mucho de nuestro poder y que era la forma en que el Cielo nos oprimía, pero ahora… Si lo piensas, suena bastante conveniente, nuestro reino seguirá creciendo al igual que nuestros poderes, la maldad reinará en el mundo mortal y cuando eso suceda, el Cielo quedará a merced del Infierno, pues la maldad será mucho más poderosa que cualquier fuerza divina con la que ellos quieran volver a someternos —Explicó Lilith ante una horrorizada Charlie, quien rápidamente negó con la cabeza.
—E-Esto no es correcto, n-no, no… Mamá… Mamá, no podemos utilizar así a los pecadores, todos ellos son personas con una historia, con conflictos internos que enfrentan día tras día sin saber que pueden tomar un camino diferente… ¡Son nuestra gente y deberíamos ver por ellos! ¿Acaso no te importa someterlos a esa angustia y el sufrimiento de ser asesinados de nuevo sólo por poder…?
—Las únicas personas que me importan son tu padre y tú, Charlie —Lilith la miró bastante seria con esos sombríos ojos de color violeta—, ¿por qué deberían importarme esos descendientes de Adán y Eva? No, mis únicos intereses son ustedes dos y nadie más. Quiero el Cielo para Lucifer y para ti, y si no pude tenerlo por las buenas entonces lo tomaré por las malas.
—P-Pero… Afectaríamos a muchísimas personas… Y mis amigos que están aquí y los que subieron al Cielo… —Esta vez no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas—, para mí no vale la pena sacrificar todo eso, yo estoy feliz así porque aquí puedo ayudar a quienes quieren ser ayudados, papá es feliz en cualquier lugar donde estemos nosotras dos y ahora que sabe que los pecadores pueden mejorar, está bastante complacido… No vale la pena tomar ese camino de destrucción guiados por la venganza, mamá…
La mujer de larga cabellera rubia se mantuvo en silencio escuchando las palabras de su hija, frunció ligeramente el ceño al momento en que ella concluyó.
—Charlotte, muñequita, tú no comprendes que eso es lo justo —Replicó sin apartar la vista de la contraria—. El maldito de Adán estaba en el Cielo únicamente por ser el primer hombre creado por los ángeles, siempre tuvieron un favoritismo por él, lo supe desde el momento en que en vez de hacerle ver que ambos éramos iguales, decidieron crear a Eva para tenerlo contento… Si lo piensas, la verdadera primera mujer soy yo, merecía mi lugar en el Cielo, así como ese imbécil; pero ellos decidieron culparnos a mí y a tu padre por todo lo que pasó con el fruto del conocimiento, cuando fue Eva quien utilizó el regalo para dar origen a la maldad, nosotros no la hicimos malvada, simplemente le dimos la libertad de pensar por sí misma y tomar sus decisiones y eso fue lo que ella decidió…
Charlie notó a su madre genuinamente molesta, lo veía en sus manos empuñadas sobre la mesa y en sus hombros tensos. A pesar de que conocía muy por encima esa historia, sabía que para Lilith no era nada agradable de recordar.
—Puede que para ti la venganza suene como algo excesivo, pero si hubieras visto lo que yo vi… Si hubieras presenciado el momento de nuestra caída… Tal vez comprenderías porque esto es justo —Prosiguió la mujer—, lo que más odio de todo esto, es que hayan tratado a tu padre de la forma en que lo hicieron… Él quiso arreglar las cosas, explicar su visión para la creación y defender sus ideales, pero ellos lo desecharon de la forma más cruel y, aun así, cuando llegamos al Infierno, lo único que él quería era ser escuchado una última vez para pedir que me sacaran de aquí… Y ahora, después de tanto tiempo, podré tomar lo que merecemos y ellos nos negaron, el Cielo será nuestro.
—P-Pero… La cantidad de personas que se verían perjudicadas… ¡Los pecadores y los habitantes del Cielo serán quienes más sufrirán! Esas personas nunca nos hicieron nada, sacrificarlos para cumplir una venganza… Es una crueldad… ¡Es una crueldad, mamá! —Inconscientemente, la forma demoníaca de Charlie comenzó a salir, su angustia pasó a transformarse en un auténtico enojo. No podía creer que su madre estuviera diciendo eso, no sonaba como ella misma… ¿O tal vez siempre había sido así y nunca lo había notado debido a lo cegada que estaba por el amor y devoción que le tenía?
Lilith la miró con autoridad, sus ojos también se tornaron de color rojo y sus cuernos comenzaron a crecer, la atmósfera en el lugar se volvió sumamente densa y cargada de una fuerte energía maligna.
—Parece ser que la Serafín te ha llenado la cabeza de ideas absurdas —Respondió con una fría y tenebrosa voz—, ¿preocuparte por almas que no tienen que ver contigo…? Cuando tu padre y yo nos preocupamos por Eva, ¿qué fue lo que obtuvimos? ¿Qué obtendrás tú preocupándote por su descendencia?
Charlie se quedó en silencio un momento, sus ojos poco a poco volvieron a la normalidad y desvió la mirada. Aunque tenía la satisfacción de estar haciendo el bien a otras personas, sabía que para su madre eso no sería suficiente, para alguien que estaba tan sedienta de venganza, aquello no resultaría convincente.
—Sólo quiero ayudar a las personas, no espero obtener ninguna clase de beneficio propio haciendo lo que hago —Expresó con voz queda—, cuando los guie para luchar, fue sólo para defendernos de Adán y sus exorcistas, es totalmente diferente a hacerlos rebelarse contra el Cielo e iniciar una guerra en la cual muchos de ellos van a morir, solamente por cumplir un objetivo personal…
—Sé que en algún momento te darás cuenta de que no vale la pena que te preocupes por esas personas, por dos de ellos que lograron llegar al Cielo, no significa que dentro de los demás exista algo más que maldad, esos dos son la excepción, no la regla —Sentenció la Reina, volviendo a su forma normal—. Está en tus manos el elegir si quieres que usen esa maldad en tu contra, decepcionándote, traicionándote y engañándote o si usas esa maldad a tu favor para hacerte más poderosa.
—Elijo creer en mi gente, porque aparentemente soy la única que ha creído en ellos desde el principio —Respondió Charlie, a la vez que se ponía de pie.
—Es tu decisión, muñeca. De todas maneras, cuando te desencantes con esos pecadores y cambies de parecer, tu madre estará aquí para ti.
—Cuando dejes de actuar guiada por el rencor, puedes visitarme en mi hotel, donde vivo con mi familia —Murmuró la joven y se apartó de la mesa—. Adiós, mamá…
—Hasta luego, Charlie, sé que volverás. Tu madre te estará esperando, siempre estará esperándote —Concluyó Lilith con una ligera sonrisa.
Charlie salió del salón y se dirigió al exterior del palacio, bastante consternada por lo que había ocurrido. Cada que hablaba con su madre, las dudas y las inquietudes no hacían más que crecer, siempre se quedaba tan impactada que se olvidaba de hacer las preguntas que tanto quería hacerle.
¿En dónde había estado durante todos esos años? ¿Por qué se había separado de su padre y la había alejado de él si supuestamente era por ellos que tenía tan siniestros planes? ¿Por qué jamás respondió sus llamadas? Y… ¿Por qué aparecía ahora que su proyecto estaba funcionando, para decirle todo eso?
Tantas dudas y no era capaz de externalizarlas, sólo permanecían ahí confundiendo su cabeza, haciéndole cuestionarse todo lo que creía saber sobre su madre.
También se preguntaba si su padre sabía sobre los planes de su madre, si todo este tiempo supo el papel que fungían los pecadores para el Infierno… No le agradaba pensar en la posibilidad de que Lucifer fuera cómplice de Lilith y que le hubiera ocultado información que sabía que ella necesitaba. Quería aclarar eso con él, pero ahora mismo sería imposible, si aquello resultaba ser cierto, no podría con la decepción.
Ya lo cuestionaría a él en otro momento.
No dejó de pensar en eso durante el viaje de vuelta al hotel. La noche empezaba a caer y el ambiente oscuro y lúgubre la hizo sentirse aún más angustiada.
Esta vez no se sentía incapaz de ignorar lo ocurrido, además de que no sabía qué era lo que le iba a decir a Emily, no quería que los pecadores corrieran peligro de nuevo y, por mucho que estuviera en desacuerdo con ella, Lilith era su madre y tampoco quería exponerla a que el Cielo la capturara… O algo mucho peor.
Quería hablar con Vaggie sobre eso, ya que ella representaba uno de los pilares más importantes para su vida, además de que había sido la única capaz de tranquilizarla un poco con el tema de Angel y la situación con el Cielo, en estos momentos su novia era prácticamente su polo a tierra y deseaba más que nada recibir su apoyo y algún consejo.
Al estar de vuelta en el hotel, Charlie se percató de que todo mundo se había ido a su respectiva habitación, así que se dirigió hacia la alcoba que compartía con su amada, que ya la esperaba ahí para descansar.
La rubia se tumbó en la cama y recostó su cabeza sobre las piernas de Vaggie, quien se sorprendió un poco por la repentina acción, aunque respondió acariciando con dulzura los cabellos de la contraria.
—Bienvenida, amor, ¿lista para descansar? —Murmuró mientras seguía pasando sus dedos entre las hebras rubias de Charlie, quien asintió para luego soltar un suspiro—, ¿todo bien con tus padres? ¿Quieres hablar sobre eso?
La Princesa vaciló un poco mientras buscaba la forma correcta de expresarse, aunque respondió a la pregunta de su novia asintiendo una vez más.
—No vi a papá, sólo hablé con mamá sobre… Cosas… No sé cómo explicarlo, tampoco sé qué pensar… —Su voz se quebró y sus ojos se llenaron de lágrimas, cosa que alarmó bastante a Vaggie.
—Nena, ¿qué pasó? ¿Qué fue lo que hablaste con ella?
Charlie trató de secarse las lágrimas y de tranquilizarse para poder hablar, buscó con una de sus manos la mano con la que Vaggie acariciaba su cabello para poder tomarla.
—Creo que ya encontré la fuente de ese poder maligno del que Emily nos habló, Vaggie…
✧༺ ༻∞ MISTERIOS DE LA TIERRA, EL CIELO Y EL INFIERNO∞༺ ༻✧
El lado de Lilith.
Lilith sintió un profundo amor por Lucifer desde el momento en que se conocieron. Fue por eso que, al ver el trato tan despiadado que se le dio al ángel caído tras ser expulsado del Cielo, angustiada por no saber si lograría sobrevivir al gran daño físico que recibió por parte de los ángeles mayores, juró que se vengaría tanto de Adán y Eva como de esos ángeles que aplastaron los sueños de su amado.
Tras hacer descubrimientos sobre cómo la maldad en la Tierra estaba incrementando debido al retorno de las almas de los pecadores, utilizó a Adán para acceder al Cielo y desde ahí mover los hilos para ejecutar sus planes cuando llegara el momento adecuado.
Su argumento para desaparecer por tantos años era permitir que Charlie desarrollara su potencial de líder, para eso se valió de la ayuda de un importante aliado que, a lo largo de estos dos años transcurridos, se ha encargado de alentar a su hija y llevarla por el camino que ella deseaba.
Una vez que el primer hombre murió y después de ser amenazada por Lute para poner freno a los planes de Charlie, Lilith decidió que su hija estaba lista y que era el momento de dar inicio a ese plan que llevaba preparando desde el surgimiento del Infierno: Esparcir la maldad para destruir la creación de los ángeles, utilizar a los descendientes de Adán y Eva para rebelarse contra el Cielo y, finalmente, reclamar lo que ella considera que por derecho le pertenece tanto a ella como a su esposo e hija.
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