¡Buenas! Señoras y señores, cómo algunas me recomendaron en los comentarios de mi primer Long fic (si llegaron a este pero no han leído el otro, péguenle una miradita) hice una publicidad de mi segundo fic y al parecer gustó, tuvo muchos comentarios y me gusta, eso me pone muy feliz y ansiosa.

Este nuevo invento de mi imaginación no tiene escenas tan crudas como el anterior, cómo por ejemplo, violación, no deja de ser uno de mis fic y como tal es dramático pero es mucho menos pesado, así que, estoy a la expectativa de que guste más. También quiero decirles que me he tomado varias licencias creativas que les iré contando a medida que vaya avanzando este asunto.

En mi Fic anterior alguien anónimo me dijo que era feo que pidiera comentarios para actualizar, linda, es normal que como autora quiera leerlas, no solo porque me dan ánimos, también me gusta tener en cuenta sus opiniones para desarrollar la historia, sin embargo, si se fijan, el final del fic pasado lo subí con intervalos de dos o tres días, y máximo tuve 3 cometarios por capítulo, entonces, generalmente no cumplo mis amenazas.

Este nuevo fic va a tener una temática totalmente diferente, nunca he leído algo así en fan fictión pero puede que exista, aunque, siendo sincera, me gustaría que lo encontraran innovador.

¿Cómo me inspiré? Verán, hace un año quizá año y medio fui con mi mamá a cine y vimos una película que se llama "intercambio de reinas", yo soy fan de las películas de época y esta en particular me gustó mucho, además es basada en hechos de la vida real, pero, pese a que fue mi fuente de inspiración, la historia da un par de vueltas y se distancia un poco de la película, como les dije solo me dio una idea, luego, NO es una adaptación.

Tengo 100 páginas escritas, pero, en algunas partes tengo que nutrir, la forma en la que he escrito este fic no es lineal, me he devuelto y luego escrito al final y así. Espero subir cada semana, tengan paciencia, recuerden que yo también hago muchas más cosas.

Y pues, siendo demasiada palabrería, el Fic:

Capitulo 1. "Larga vida al rey"

Inglaterra mágica, 10 de abril de 1837

El viento agitaba sus cabellos. Al dirigir su mirada al cielo este estaba negro, totalmente nublado surcado por rayos ocasionales, pensó que quizá era una muestra de los sentimientos desbordados en el castillo, dolor, alivio, incertidumbre y se atrevía a decir que algunos se sentían felices. De su túnica sacó su varita y la alzo a los cielos, allí el escudo del rey Lucios I apareció en el cielo.

-El rey ha muerto – en todo el país se escuchó aquella declaración, los rostros de los habitantes de la fría isla variaban de la angustia a la indiferencia, había sido un reinado tumultuoso y muchos súbditos de la Gran Bretaña mágica deseaban su deceso, incluso cuando no podían decirlo en voz alta – Larga vida al Rey Draco I – en todo el reino sus habitantes se hincaron y corearon aquella diatriba.

Se sentía un halo de esperanza, él podría hacerlo mejor o, al menos, eso querían creer.

El hombre de cabello negro bajó su varita y suspiró, era apenas un crío de trece años. Cerró sus ojos para luego tomar aliento y dirigirse hacia el interior del gran palacio. Era la una de la mañana, los criados iban y venían, vio de reojo al sanador real parado fuera de la puerta del difunto rey junta a la que ahora sería la reina madre. La mujer asintió con su cabeza y él siguió su marcha. Al llegar al final del pasillo tomó la perilla de la puerta de madera de exquisito tallado, inhalo profundamente y la abrió sin ceremonia. Al entrar un rayo surcó el cielo despertando al joven que hasta hace un momento estaba dormido quien al ver la sombra en su cuarto se sobresaltó.

- ¡Severus! – dijo mientras calmaba su respiración agitada - ¡Qué susto me has dado! – el joven se sentó a la orilla de la cama mientras miraba por la ventana, aún parecía estar oscuro, demasiado temprano o tarde para que el concejero de su padre estuviera allí. Se fregó los ojos con sus manos tratando de enfocar mejor la vista, abrió su boca para exteriorizar sus pensamientos pero las palabras no alcanzaron a salir de su garganta.

-Larga vida al rey Draco I - el aire momentáneamente se quedó atrapado en sus pulmones sus ojos se abrieron de par en par y luego de un minuto – que había parecido bien una hora – se obligó a levantarse de su cama y extender su mano derecha hacia el hombre hincado frente a él, este la tomó y la besó para luego colocar un anillo con una gran esmeralda en el centro. Él solo actuó como un autómata e hizo aquello que sus maestros le habían inculcado "su rostro siempre debe estar carente de sentimientos, será el rey, sus súbditos esperan una figura fuerte, usted no tiene derecho a la debilidad".

Súbitamente desvió la mirada hacía la puerta, allí la figura imponente de su madre ataviada en una elegante túnica negra le dedico un pequeño y casi imperceptible asentimiento de cabeza para luego hincarse hacía él.

Su vida había cambiado, su vida ya no le pertenecía.

Inglaterra mágica, 10 de junio de 1837

El palacio de Burbone, escondido entre el espeso bosque de Dean se alzaba imponente a los ojos de quienes llagaban. Sus torres de centinela parecían tocar el cielo, mientras el viento mecía las banderas atadas en sus puntas. Desde la fortaleza hasta la entrada del castillo había banderas flotando, los guardias se apostaban a lo largo de sus jardines vistiendo una túnica de gala con su varita sobre el corazón, sin moverse, cual estatuas vivientes.

Las trompetas resonaron desde lo alto de los balcones de la construcción mientras los invitados seguían llegando. Los carruajes empujados por Thestrals arribaban uno tras de otro, de ellos descendían nobles y reyes quienes entraban elegantemente al interior del salón de Merlin. De un carruaje con el emblema de un león descendió la familia real francesa, el hombre de mirada dura y altiva bufó mientras una sonrisa macabra se asomaba en su rostro "pronto gran bretaña caerá", la niña tras de él de sendos ojos chocolate lo miraba fijamente, su padre siempre le había dado miedo, así que, sus palabras parecían muy serías.

Un carruaje tirado por caballos llamó la atención de todos los invitados que aún no se adentraban en el salón, el rey James los miró con desdén "Muggles, aún no sabía para qué mantener aquellas figurillas inservibles" pensó.

Del coche descendió un hombre rechoncho, ataviado con un traje negro con múltiples adornos en su pecho, era simplemente desagradable, pensaban los presentes, con una joven de belleza extraordinaria vestida con ropa extraña pero de tejidos exquisitos y joyas valiosas. La chica tembló, mientras miraba alrededor a todos los magos allí. Los murmullos se hicieron audibles y las miradas despectivas se instalaron en los presentes.

La curiosidad se plantó en el rostro de la castaña detallando los carruajes moverse sin caballos.

"El rey Muggle"

Los murmullos iban creciendo mientras el hombre impasible apretaba la mano de su sobrina que iba colgada de su brazo – Tranquilízate Victoria, ellos no deben verte débil – la mujer tomó aire y se acomodó poniendo su barbilla en alto mientras tomaba su vestido delicadamente y recorría con su tío el camino al interior del salón.

-¿A qué se refieren con Muggles, tío?

-Llaman así a los seres sin magia – ella seguía con su mirada clavada en los carruajes "¿Cómo lograban que se movieran?"

-No quieres ver a esas criaturas abominables querida Victoria – ella lo miró interrogante ante aquel comentario – son caballos negros con alas, parecen zombies, al parecer solo pueden ser vistos por quien ha presenciado la muerte – ella tembló, sí, estaba segura de que su tío había visto morir a muchos – Victoria, jamás deben verte débil, pero, siempre deberás mostrar respeto, si haces eso todo estará bien.

Una vez dentro se maravilló. Las velas flotaban en todo el recinto y el techo de este era de un azul despejado con estrellas brillando en lo alto y un dragón de un verde esmeralda paseandose cómo si volara en el cielo.

Jamás había escuchado de aquello y cuando su tío le habló del rey de la Inglaterra mágica, aquel del que eran súbditos ella no podía creerlo, incluso buscó en el rostro de él un rastro de burla, pero no lo encontró, por el contrario, estuvo sentada largas horas escuchando acerca de la Inglaterra mágica, donde vivían magos y brujas que usando un trozo de madera podían acabar con ejércitos enteros "la seguridad de nuestra gente depende de nuestra relación con ese hombre" había dicho "el rey Lucios I falleció hace un mes, su hijo será coronado en una semana. Victoria, debes saber que solo ante él se hinca el rey de Gran Bretaña, él es nuestro máximo soberano".

Ella no entendía porque se le era revelado todo ello, finalmente solo el concejero de asuntos del estado sabia de la existencia de aquel hombre, sin embargo, allí estaba, entrando a aquel lugar donde sería coronado el hombre del que había escuchado tan solo la semana anterior.

El sonido de unas trompetas la sacaron sus pensamientos haciendo que enfocara su mirada en el pasillo del centro de salón, allí vio como caminaban dos filas de hombres y mujeres ataviados con largas túnicas negras con bordados verdes y plateados de exquisito gusto. Trozos de madera en forma de rama eran cargados en alto y de estos se desprendían halos de luces de color verde. Detrás un chico rubio de piel extremadamente blanca caminaba vestido con una túnica blanca sosteniendo sobre su corazón un trozo de madera como el de los demás, e inmediatamente detrás una mujer elegante y hermosa en un vestido negro llevaba sus manos sujetas al frente mientras su cabeza permanecía en alto.

Era tan solo un niño, el hombre ante quien tenía que hincarse su tío no era más que un niño.

Un niño que parecía carente de sentimientos, cuyos ojos despedían frialdad. A pesar de su juventud era bastante intimidante.

Cuando el chico llegó hasta la gran plataforma flotante un hombre vestido con una túnica gris comenzó con la ceremonia de coronación. Pudo apreciar que era bastante diferente a la propia. Ellos parecían adeptos a Merlín, siempre creyó que aquel hombre era tan solo una leyend.a pero, al parecer, era como el Dios de los magos. Durante la ceremonia del cuerpo del chico se desprendía un aura plateada, casi parecía un ángel. Luego él levantó su varita y todos a su alrededor se levantaron y alzaron la propia, de ellas salieron rayos de color dorado que al llegar a la de él se volvían una gran bola surcada por una barrera plateada que luego se disipó materializando una exquisita corona que flotó hasta ponerse en la cabeza del rubio.

Estaba extasiada, todo aquello parecía irreal.

El hombre de túnica gris se posó frente al que sería su rey y levantó su trozo de madera uniéndola con la del chico y de la nada su voz sonó fuerte y claro "jurarás servir a tu pueblo, incluso cuando tu voluntad quiera otra cosa. juraras servir a tu pueblo so pena de ser asesinado por tu propia varita". Nadie pudo verlo, pero, ante aquellas palabras, el rubio tembló y su boca se secó.

Varita, las ramas se llamaban varita, pensó mientras miraba con curiosidad todo lo que allí sucedía, giró su vista a su tío y notó que él también parecía sorprendido, él jamás había acudido a una coronación mágica.

"lo juro" luego fue cegada por una luz plateada que terminó adentrándose en el cuerpo del muchacho.

"Larga vida al rey Draco I"

El coro sonó por todo el salón mientras los allí presentes hicieron una reverencia, luego la túnica de él cambio de color tornándose verde esmeralda con grabados en forma de dragón bordeados en hilo de oro blanco. Era imponente. Uno de los hombres de capa negra se acercó a su tío y este ante ello se apartó y camino por el gran pasillo, al estar frente a la plataforma flotante, agachó su cabeza y el chico rubio le dedico una mirada fría. Con un movimiento del objeto que llamaban varita hizo aparecer una escaleras color marfil por la que su tío empezó a subir, al llegar al final se inclinó y besó la mano que le era extendida por el ahora rey de la Gran Bretaña mágica.

Su tío había jurado lealtad.

Comprendió que aquellas personas eran superiores o, al menos, así lo parecía.

En otro lugar del gran salón una pequeña de ojos chocolate miraba todo extasiada, se movía con curiosidad mientras sus ojos brillaban.

-Mira Harry, que bonitas luces – entes de que su hermano pudiera contestar algo, sintió un agarre fuerte en su brazo que la conmino a tomar asiento de nuevo.

-Compórtate como la Princesa que eres, ese tipo de demostraciones son impropias a tu posición – la pequeña lo miró con ojos confundidos sin embargo, su padre le inspiraba respeto y miedo, así que se enderezo en su postura y calló, debía hacer lo que se esperaba de ella.

Inglaterra muggle, 26 de junio de 1837

se encontraba junto a su madre y su concejero en aquel gran edificio. Severus le había dicho que le llamaban "Abadía, los muggles adoran a alguien llamado Dios, intangible, nadie lo ha visto, es como un mito. Un ser que quizá no existía es quien enviste de poder al rey, es absurdo" había expresado y él le hallaba la razón, solo seres inferiores se dejarían gobernar por alguien que se proclamaba rey por la gracia del tal "Dios" que nadie había visto.

Tenía que concederles que el lugar era bastante hermoso e imponente, las bóvedas del techo estaban decoradas con oro, eran un derroche de riqueza. Frente a ellos la joven un poco mayor que él situaba su mano sobre un grueso libro "la biblia" le había acabado de susurrar su madre, quien ya había asistido a tres coronaciones antes de esa, luego le pusieron una corona que parecía bastante pesada, repleta de joyas y una bola en las manos, en ese momento la mujer se levantó y todos a su alrededor se hincaron "LARGA VIDA A LA REINA". Una cosa en común con la ceremonia mágica pensó.

Las personas más próximas a ellos los vieron con cierto desprecio, ninguno se había levantado siquiera, era impensable para él hincarse o levantarse u ofrecer cualquier muestra de respeto ante un súbdito pero eso, no era de público conocimiento, le dedicó a un hombre una mirada gélida que asustaría a cualquiera, haciendo que este desviara la suya agazapando su cabeza, una pequeña sonrisa ladeada se asomó en sus labios. Eran tan inferiores.

Al terminar aquella ceremonia su madre le indicó que debían aparecerse en el palacio de "Buckingham" – nombre bastante curioso - y así lo hicieron, unos minutos después, Severus aparecío con una confundida ahora Reina Victoria y otros dos hombres, estaba seguro era que uno de ellos era su concejero.

La mujer, una vez recuperada del mareo que provocó la aparición miró a los ojos al chico y él le devolvió una mirada fija y fría desde su asiento.

-¿Quiénes son sus acompañantes? – uno de los hombres parecía asustado y desorientado mientras el otro estaba tranquilo, ese último debía ser su concejero.

-Majestad – dijo mientras se hincaba y hacía una reverencia, el hombre a su derecha hizo lo mismo y jaló la mano del otro quien cayó de rodillas desconcertado – este – dijo mientras dirigía su mirada al hombre de la izquierda – es mi prometido Albert de Saxe – Caburg y este – dijo mientras enfocaba su vista a su lado derecho – es mi concejero Lord Willian Wargbet –

El hombre que había presentado como su prometido seguía desconcertado, ante aquello se adentró en su mente y descubrió el mar de preguntas que tenía.

-Soy tu soberano, el rey Draco I de la Inglaterra mágica, soy la única persona ante la cual tu prometida debe hincarse pues yo soy su superior – el hombre pareció aún más desconcertado – le llamamos Legeremancia, estoy muy consciente de todos sus pensamientos.

Después de ello quitó la vista del confundido hombre y la posó en la mujer que seguía hincada ante él, en ese momento extendió su mano hacía ella recibiendo un beso en el anillo con la enorme esmeralda como respuesta "yo, Victoria I de Inglaterra, juro absoluta obediencia al gran rey Draco I de la Inglaterra mágica. Larga vida al rey".

Puedes levantarte – la mujer asintió y se levantó para luego ordenar a sus súbditos hacerlo – ¿debería desmemoriar al joven Albert, Severus? – el hombre de pelo negro y ojos penetrantes respondió con un dejo despectivo "es su decisión alteza" - ¿cómo se ha hecho antes? – volvió a preguntar sin dejar de tener su vista en el hombre que lo miraba con ira "es la primera vez que sucede, la monarca siempre ha venido sola".

La mujer tenía una mirada asustada, recordó cómo llegaron allí, cuando todos habían salido de la iglesia el hombre de cabellera negra había levantado su varita y luego se había dirigido a ella a paso decidido, Albert había reaccionado por instinto cuando fue tomada del brazo por el hombre, arrojándose hacía ellos y tomando su mano antes de que desaparecieron.

-¿Qué ha motivado tal rebeldía estimada Victoria? – "¿quién se cree para llamarse superior? Reina victoria, llámala de la manera correcta infeliz" – creí que había quedado claro que puedo escuchar todo lo que piensa - saco su varita de su túnica y la dirigió contra el hombre – en esta sala el único rey soy yo, ustedes son distracciones muggles que yo decido permitir, ahora, aprenderás a respetar a tu monarca ¡CRUCCIO! – un chillido salió de la garganta del hombre mientras caía al suelo retorciéndose bajo la fría mirada de Draco, la actual reina se arrodillo temblando mientras lo miraba suplicante con lágrimas en sus ojos "por favor majestad, ha sido un choque intempestivo, solo deseaba protegerme, se lo suplico".

Luego de un minuto bajo su varita mientras veía al hombre respirar trabajosamente para luego fijarla en una llorosa Victoria.

-No le quitaré sus memorias, parece un buen precedente para que nadie tenga pensamientos como los suyos – expresó girando sus pasos y sentándose de nuevo en el único asiento con el que contaba el salón – te daré un concejo querida Victoria, un rey no puede ser débil, un rey debe carecer de sentimientos mundanos – luego miró a su alrededor y se volvió hacía el hombre de pelo negro para luego desaparecer con un simple pop.

En cuanto aquello sucedió la ahora reina se lanzó hacía su prometido, aquello había sido realmente abrumador. Aquello le había enseñado porqué juraban lealtad a aquel hombre. Un solo movimiento de aquella rama y su amado estaba medio muerto, una lágrima se deslizó por su mejilla.

Inglaterra mágica. 5 de agosto de 1840

-¿Un levantamiento Muggle? – los ojos de Severus permanecían inalterables.

-Si magestad, algunos magos están ayudado –

-¿Magos? ¿Es una broma? – la seriedad en el rostro de su consejero le dio su respuesta - ¿Cómo diablos sucedió esto?

-El rey de Francia ha estado atacando a sus súbditos muggles y algunos súbditos de la Inglaterra mágica están ayudado, al parecer, el rey James prometió riquezas a quien ayudara a deslegitimar su reinado.

¿Deslegitimar? ¿Quién diablos se creía? Se levantó de su escritorio mientras masajeaba su cien, tres malditos años llevaba aquella lucha con el Maldito James de Francia, innumerables bajas de lado y lado y ahora no solo usaba su ejército si no su propia gente contra él. Odiaba admitirlo pero en aquel momento Francia tenía mucho más poder, podía llegar a perder su trono, podía dejar a su gente a merced de aquellos malditos, podían acabar con la casa Malfoy.

-Aún está aquella propuesta en firme majestad – dirigió su mirada gris a la negra del hombre frente a él, su puño Salió disparado hacía la pared, escuchó el crack de sus nudillos rompiéndose. No le quedaba otra salida.

-Aceptaré – expresó con asco.

-Han agregado otra condición majestad – dirigió su mirada de hielo mientras una sonrisa sínica se dibujaba en su rostro.

-¿Qué se le ofrece al gran James ahora?

-Quiere que despose a su hija – la mirada de sorpresa se apoderó de su rostro mientras una risotada salía de su boca.

-No solo quiere casar a mi prima con su desgracia de hijo ¡También quiere casarme a mí! ¿Acaso ahora es casamentera? ¿Está aburrido de su trabajo como rey? – la expresión de burla dio lugar a una gran ira.

-Majestad, como su concejero, creo que es pertinente que acepte su petición – él lo sabía, sabía que no tenía opción, estaba a una jugada del jaque mate.

-Lo haré – dio vuelta y vio por los grandes ventanales, su prima caminaba bajo el fresco cielo de primavera con una hermosa rubia mientras reían – Dobby – gritó

-Majestad, cómo puede servirle Dobby – el elfo se había doblado hasta que su nariz tocó el piso – dile a su alteza Pansy que quiero verla – sin decir nada el elfo desapareció con un plop y apareció inmediatamente frente a su prima quien giró su rostro dirigiéndole una mirada desconcertada.

-Haré los arreglos – se apresuró a la puerta para detenerse en seco antes de salir de la habitación, giro su vista y enfocó el punto en el que su rey mantenía fija su vista, la hermosa joven rubia que ahora se encontraba sola sentada en el pasto – tiene 10 años – Draco se giró de inmediato hacía él – aún podrá evitarlo un par de años – luego sin decir más salió de la habitación y en el rostro del rubio se formó una sonrisa melancólica mientras seguía viendo a la joven sentada quien de repente se había volteado y ahora le dedicaba una gran sonrisa.

Desearía jamás haberme convertido en rey, pensó.

¿Qué tal? ¿Promete?

Bueno estaré atenta a leerlas, si todo va cómo debe en una semana subiré nuevo capítulo. Mientras tanto me despido.