N/A: Todos los personajes, así como lo que podáis reconocer pertenece a J.K. Rowling.

Flashback 11

Draco se apareció en los jardines de la Mansión Lestrange. Un escalofrió le recorrió el cuerpo mientras avanzaba hacia la entrada. Volver a encontrarse con su tía y Voldemort le producía unas ganas inmensas de vomitar, pero hubiera sido sospechoso que no acudiese a la llamada del Señor Tenebroso y, además, el dolor indescriptible que sentía en la marca no iba a cesar hasta que llegase al lugar de reunión.

El salón principal de la mansión parecía un salón digno de una corte medieval. En el centro del salón, sobre una tarima se alzaba un sillón orejero digno de un Rey. Voldemort estaba sentado en él como un rey esperando la llegada de sus vasallos.

Los mortifagos que iban llegando se iban colocando delante de él, postrados ante su amo.

Draco pudo ver a lo lejos a Snape que se encontraba al lado derecho de Voldemort y su tía Bellatrix al lado izquierdo. Camino hacia ellos, dejando atrás a los mortifagos.

Snape le miró fijamente asintiendo con la cabeza intentando transmitirle confianza.

-Mi Señor- Draco se inclinó hacia delante haciendo una reverencia hacia Voldemort-.

-Draco, el pequeño de los Malfoy, que alegría de verte- Voldemort se levantó y caminó hacia él- Severus me contaba que lo bien que esta resultando tu entrenamiento, tengo una tarea de vital importancia para ti y esta vez…-miró de reojo a Nagini- espero que no falles.

Draco intentó mantenerse sereno y calmado. No podía mostrar signos de flaqueza ya que sabia por Snape que Voldemort tenía a sus padres prisioneros y esta vez tenia que hacer las cosas bien para poder salvarlos y alejarse de la guerra.

Recordó las palabras que Snape le dijo cuando lo sacó de la cabaña del bosque…

Draco, a partir de ahora tienes que entrenar tu oclumancia con mas fuerza. Bellatrix hizo un buen trabajo, pero necesito que llegues a otro nivel. La vida de tus padres depende de eso, y la tuya también. El Señor Tenebroso cree haber encontrado un arma nueva, poderosa, que lo elevará a la gloria…pero para acceder a eso necesita destruir tu linaje.

- ¿Me estás diciendo que mi familia y yo tenemos que morir para que el Señor Tenebroso triunfe? Creía que ese era el trabajo de Potter, la profecía…- Snape lo interrumpió-

- el Señor Tenebroso ha encontrado una nueva profecía. No estoy informado del todo, pero te concierne a ti y tu linaje. Escúchame con atención, va a llegar un momento en el que El Señor te encargue una nueva misión. La aceptarás sin rechistar, llegado ese momento quizás estemos escondiendo a alguien con nosotros. No puedes revelar nada de nuestro entrenamiento ni de la identidad de esa persona. -Snape miró a Draco con recelo- Necesito que esta parte quede grabada a fuego en tu mente. No debes revelar nada de lo que pasa en La Hilandera…

-o-

Hermione bajó a la cocina a prepararse un té. No había dormido en toda la noche, el reloj marcaba las 7 de la mañana y no había noticias de Malfoy o Snape.

Kingsley tampoco había vuelto a pronunciarse. Se descubrió a si misma recordando las ultimas palabras que le había dicho a Malfoy¡Fuera de mi habitación! ¡No me interesa donde tengas que ir! ¡Nada que venga de ti me interesa! ¡Por mí, como si no vuelves! Pero se descubrió a si misma pensando que si quería que volviese…No es que fuese su amigo o algo por el estilo, pero tampoco deseaba que le ocurriese algo. Ella estaba en esa casa con Snape y Malfoy por algún motivo… y si Kingsley, el líder de la Orden del Fénix confiaba en Snape ella también lo hacía.

Comenzó a subir las escaleras cuando escuchó un Plop y dio un respingo que la hizo tropezar y caer en los brazos de Malfoy que acababa de aparecerse al final de las escaleras.

-Granger…ya se que tenias ganas de que volviese…pero vas muy rápido ¿no crees?

Draco se mordió el labio superior soltando una risa burlona. Hermione no podía articular palabra, había sentido como la fuerza de sus brazos la agarraban para que no cayese, había inspirado un olor a menta al aproximarse a su cuello y esos labios la habían cautivado de una manera incomprensible para su juicio.

Carraspeó y se retiró de Malfoy, dándose la vuelta para que el rubio no se percatase de sus mejillas sonrojadas. - Me alegro que hayas vuelto Malfoy- las palabras salieron atropelladamente de su boca y corrió escaleras arriba a refugiarse en su habitación.

¡Pr las barbas de Merlín! Hermione Jane Granger, ¿qué ha sido eso? Comenzó a rebuscar entre sus libros para mantener la mente ocupada con alguna lectura que no le hiciese pensar en ese olor, ni en esos brazos…pero sobre todo que no le hiciese pensar en esos labios.