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El día había llegado, detrás del telón, paradas sobre el escenario un grupo de bailarinas observaban nerviosas las butacas; lugares ocupados por sus familias, publico en general y organizadores de aquel acto de caridad. Entre esas jóvenes estaba Candy y Paty, la primera estaba emocionada, no tanto por la presentación que daría, sino por aquellas personas que estaban sentadas al frente esperando su participación.
-Está lleno – escuchó la voz de su amiga.
-Me alegra que así sea, esto ayudará a los niños de los orfanatos.
-Sí, me siento feliz de ser parte de esto. – Candy asintió incluyéndose en aquel sentimiento – Stear está con mis padres.
-Sí, ya lo vi. – sonrió al ver a su amigo – parece asustado.
-Le intimida mi padre. – rió junto con su amiga – a papá le gusta molestarlo, a él le agrada Stear; pero le divierte ponerlo nervioso.
-Qué malo! – dijo riendo más fuerte – mira al pobre en medio de tus padres.
Y tenía razón, el joven tenía un ramo de flores en su regazo, y estas se movían por el constante zapateo del moreno, el padre de su novia le hablaba sonriendo mientras rodeaba su cuello.
-Dónde está Terry? – dijo buscando al novio de su amiga.
-Allá – señaló el lugar – junto a mis padres y sus abuelos – dijo sonriendo.
-Ellos también están aquí?
Candy sonrió asintiendo, cuando Terry le había comentado que sus abuelos irían a verla bailar se puso nerviosa, aunque los mayores le habían caído bien y habían sido muy amables con ella al conocerle, se sentía cohibida al ser ellos como los padres de su novio.
En las últimas semanas Candy había pasado por mucho; conoció a los abuelos de Terry, habló con su padre y tuvo su primera pelea con su novio.
Flashback
-Estás nerviosa?
-Sí, gracias por estar conmigo. – tomó la mano de su novio.
-Siempre estaré contigo en los momentos más importantes princesa.
Candy le había pedido a Terry acompañarla a la cita que tenía con su padre, tenía miedo exaltarse y armar un alboroto en el restaurante donde habían acordado encontrarse; por qué no en su casa? Pues la rubia sabía que se dejaría llevar por sus emociones y sería capaz de huir y no resolver nada.
-Cómo estás mi amor. – William le dio un beso en la frente a su hija.
-Hola papá. – le sonrió levemente – él es Terry, mi novio. – lo presentó.
-Cómo estás Terry, Rose ya me había hablado de ti.
-Cómo está señor White.
-Agradecido contigo, pues sé que influiste para que mi hija accediera a hablar conmigo.
-No es así señor, Candy también lo ansiaba. – Candy sonrió ante la mentirita de su novio.
-Les parece si pedimos? – los jóvenes asintieron mientras el mayor oprimía un interruptor para llamar a un mesero, pues había reservado un privado para hablar más a gusto con su hija.
-Rose me dijo que estudias medicina.
-Estoy por graduarme. – respondió el castaño.
Pasaron los minutos en una charla agradable entre los tres, William pretendía conocer al novio de su hija y de paso aligerar la tensión entre él y su hija.
-Cariño… - tomó su mano – quiero disculparme por todo el sufrimiento que te causé al abandonar a nuestra familia.
-Tú… - Candy no pudo evitar que las lágrimas salieran – me hiciste mucha falta…
-Lo sé mi amor. – dijo sinceramente – siempre traté de estar junto a ti, mi intensión nunca fue hacerte a un lado.
-Pero lo hiciste! – se había exaltado, Terry la miró pasivamente – tú me dejaste por estar con tu nueva familia.
-No mi amor. – tomó nuevamente sus manos – me dejé consumir por el trabajo, sólo quería asegurar tu futuro.
-Mi futuro? – su voz se oyó amarga – y que hay de mi presente? Este, donde deberíamos pasar tiempo como padre e hija?
-Lo sé mi amor. – la entendía – se me presentó esta oportunidad y sólo pensé en que un día podría darte todo aquello que quisieras.
-Te quería a ti, como cuando vivías con nosotras, a mi lado. – bajó nuevamente la mirada – Susana siempre me presumía los momentos familiares que tuvieron.
-Qué? – la miró sin entender.
-Cuando la llevabas al colegio, cuando salían en familia mientras yo me quedaba sola en casa porque mamá debía trabajar.
-Princesa, espera – la detuvo – yo nunca tuve momentos en familia. Si bien Susana es hija de Sara, yo no tengo una relación estrecha con ella.
-Ella dijo eso, cuando me presumió el celular que le compraste.
-Qué!? – nuevamente se sorprendió, Terry se dio cuenta que era sincero – yo nunca le compré cosas, para eso está su madre, ella debe encargarse de los gastos de su hija.
-Y qué me dices del viaje que realizaran en familia?
-Ahj – dejó salir un suspiro cansado – no sé cómo se enteró del viaje – escuchar eso estrujó el corazón de Candy, quien quería ponerse de pie y salir; pero adivinando sus intenciones, Terry tomó su mano – recuerdas que te dije que un día te llevaría a Italia? – ella asintió – pues quería darte una sorpresa el día de tu cumpleaños, el viaje está planeado para ti y para mí, no pretendo llevar a Sara y mucho menos a Susana.
La rubia vio en los ojos de su padre que no le mentía, entonces entendió el objetivo de Susana, al decirle aquello, cuando su padre la invitara, ella furiosa rechazaría acompañarlo y ni siquiera lo dejaría hablar.
-Esa mujer – se feria a la madre de Susana – un día… ella me dijo que llevaste a tu hija de compras, que le darías un regalo por ser la mejor de su clase y… luego ella apareció con ese teléfono…
-Mi amor, nadie es más importante para mí que tú.
-Papá…
-No sabía lo que te estaban diciendo… - dijo furioso – pero no dejaré que te lastimen y mucho menos que te alejen de mí.
-Yo no quería alejarme de ti… pero… me sentí desplazada y eso me lastimó mucho…
Terry miraba a padre e hija, ambos bañados en lágrimas, exponiendo sus razones, sus miedos. William abrazó con fuerza a su hija, pidiéndole disculpas nuevamente. Candy también se disculpó, por no haberlo escuchado ni haberle contado lo que le sucedía.
-Arreglaré esto cariño. – dijo el mayor mientras limpiaba las lágrimas del rostro de su hija – no permitiré que te lastimen ni te acosen.
-Papá! – Candy se lanzó a los brazos de su padre para llorar nuevamente, era eso lo que ella quería, sentirse protegida por su padre, que le mostrara que era importante para él.
Aquel encuentro había sido lo que Candy necesitaba, finalmente estaba bien con su padre, no le contó lo sucedido en la estación del metro, no quería recordar aquel desagradable momento ni tampoco quería que su progenitor se sintiera culpable de algo que no pasó a mayor.
-Gracias por obligarme a hablar con él. – dijo una vez que su padre los dejara en casa de la rubia.
-No tienes nada que agradecer mi amor. – besó su frente – nadie puede obligarte a hacer algo que no quieras, esto lo deseabas también, cierto?
La rubia no dijo nada, solo sonrió y echó sus brazos al cuello de su novio para besarlo, gustoso el castaño le dio lo que ella quería, estuvieron acaramelados viendo una película hasta que llegó la madre de Candy, el castaño tuvo que despedirse para que madre e hija conversaran el encuentro que tuvo la menor ese día.
Fin de flashback
El sonido del primer llamado la sacó de aquel recuerdo, antes de reunirse con su grupo miró nuevamente a su familia, ahí estaba el abuelo de Terry hablando con su padre, su madre conversando amenamente con la abuela de su novio, y él, sentado con una sonrisa mientras veía el escenario, esperando verla bailar.
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-Muy bien jóvenes – la voz de Robert era serena – durante estos meses se prepararon para este día – miró en especial a las jóvenes, quienes debían estar más nerviosas ya que después de ese día se decidiría quienes permanecerían en la academia – todas lo hicieron bien en los ensayos, así que no deben sentirse nerviosas.
-Robert tiene razón – habló Juliette – están preparadas para este momento, solo bailen con el corazón.
Todas las bailarinas sonrieron ante aquella frase, todos los maestros de danza solían usar aquella frase antes de alguna presentación; pero eso no quería decir que en ese momento no significara mucho, era lo contrario, su significado se magnificaba, pues estaba en juego su paso a sus sueños.
-Empezaremos con la primavera, las demás esperen sus turnos tras bastidores.
Las jóvenes asintieron mientras se acomodaban y otras se alejaban para ubicarse tras el escenario.
-Suerte. – Candy abrazó a su amiga, pues su momento de brillar había llegado.
-Estoy nerviosa.
-No tienes por qué. – dijo sonriendo – lo haces genial Paty, no pienses en nada más que en bailar.
-Candy tiene razón – Anthony y Archie se acercaron a ellas – hemos practicado mucho y el resultado final fue perfecto.
-Sí Paty, no te pongas nerviosa, sólo disfruta de este momento.
-Es fácil decirlo, ustedes lo hacen con frecuencia. – todos rieron ante la queja infantil de la castaña.
-Hazlo por la celebración que tendrás después con Stear. – susurró Candy al oído de su amiga, causando un gran sonrojo en ella, por suerte los jóvenes no habían escuchado nada.
-Qué dices Candy! – eso llamó la atención de los bailarines.
-Qué pasó? – cuestionó Archie.
-Sólo le dije que se rompiera una pierna – dijo la rubia con simpleza – acaso no es eso lo que se debe decir?
-Eso es en el teatro gatita.
-Bueno, estamos en uno, o no?
Anthony se dio cuenta que aquello era solo para distraerlos, pues algo así no causaría aquel profundo sonrojo en Paty, y conociendo a Candy, ya se imaginaba que le habría dicho.
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La entrada de Paty al escenario fue pulcra, su tutú en varios tonos rosa, que simulaban una flor, le quedaba perfecto, en su cabeza una corona de flores, en sus muñecas dos lazos de seda del mismo color que su atuendo se movían dando el efecto de una brisa fresca.
Candy miraba con una enorme sonrisa la presentación de sus amigos, pues Anthony no se quedaba atrás, él lo hacía magníficamente, levantaba a la morena como si no pesara nada, ayudaba a que Paty brillara en el escenario.
-Te sientes una triunfadora, cierto? – Candy escuchó la voz de Susana detrás de ella – estás feliz de haber roto un gran matrimonio?
-Un matrimonio? – dijo con inocencia – que yo sepa, mi papá nunca se volvió a casar.
-Por tu culpa mi madre está sufriendo. – reclamó.
-Yo no tengo la culpa de que tú y tu madre hayan tratado de usar tácticas sucias para separarme de mi padre.
-Tú inventaste cosas para separarlos! – levantó la voz – y voy a…
-Basta! – escuchó la voz de Trevor que se acercó más a ellas – en este momento se están presentando sus compañeras, cállense las dos. – ordenó mirando a Susana.
-Lo lamento – se disculpó Candy al igual que Susana.
Después de aquella conversación con su padre, William regresó a su casa para enfrentar a su mujer y Susana. Como era de esperar, ambas trataron de dar la vuelta a las cosas y hacer ver que era un invento de Candy sólo por los celos que sentía porque él estaba con Sara y no con su madre. Por supuesto, el hombre no les creyó y durante la discusión comenzaron a contradecirse y finalmente se vieron descubiertas, confesando después sus motivos.
La decisión que tomó William desconcertó a Sara y su hija, pues ellas creyeron que solo las reprendería y tal vez estaría molesto por unos días; sin embargo, el hombre hizo sus maletas indicándoles que en una semana regresaría a su casa y quería verla vacía, sin ellas ni sus pertenecías.
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Los aplausos se escucharon en todo el recinto, la presentación había sido todo un éxito, Paty estaba contenta había salido triunfante, no se había equivocado ni caído, como ella creyó que pasaría a causa de los nervios que sentía.
-Lo hiciste bien! – Candy la abrazaba con alegría.
-Por un momento creí que vomitaría de los nervios.
-Paty! – dijo Candy con cara de asco. – que poco glamurosa.
-Pero es la verdad. – dijo riendo, ya estaba más relajada – vamos? Annie ya va a entrar. - Ambas se acercaron para ver la presentación de Annie y darle su apoyo.
-Se ve muy nerviosa. – dijo Paty.
Vieron a Annie ingresar, su rostro reflejaba los nervios y temer que sentía al estar ahí, frente a tantas personas; pero eso cambio pronto, pues su compañero le dijo algo que la tranquilizó.
La morena vestida con un tutú verde y una corona de hojas, con maestría y seguridad recorría el escenario dando giros y pequeños saltos a la par de su compañero. Candy y Paty la vieron sonreír triunfante después de un gran salto, su acompañante la sostenía y terminaban abrazados. Annie hizo su presentación perfectamente, si al inició se vio nerviosa, al finalizar se veía más segura y feliz.
-Lo hiciste muy bien Annie! – Paty y Candy la abrazaron.
-Estaba muy nerviosa; pero no cambiaría este momento por nada! – dijo emocionada.
-Se notó que lo disfrutabas – dijo Paty. – estamos cada vez más cerca de cumplir nuestros sueños.
-Sí! – la sonrisa de Annie era radiante. Esa presentación confirmó cuál era su sueño, ella quería más presentaciones, deseaba ser reconocida como la mejor bailarina de su tiempo y lucharía para conseguirlo.
-Darán 15 minutos de receso antes de las últimas dos presentaciones.
-Estás nerviosa? – miraron a la rubia.
-Algo. – fue honesta, pero ellas no sabían que se debía a que Terry y sus abuelos la verían bailar por primera vez.
Entonces recordó cuando conoció a las personas más importantes en la vida de su novio.
Flashback
Nerviosa, la rubia entraba al edificio donde vivía Terry, él la había ido a recoger para llevarla a su casa y presentarle a sus abuelos, quienes habían llegado la noche anterior.
-No tienes por qué estar nerviosa mi amor.
-No eres tú quien conocerá a los abuelos de su novio.
-Ya conocí a tus padres, acaso me viste así? – era verdad, Terry no se había puesto nervioso cuando conoció a sus padres, en las dos oportunidades, se vio seguro de sí mismo.
-Ya quisiera ser como tú y tener tu temple y carisma. – se quejó- y si no les agrado?
-Por qué no lo haría? – cuestionó con simpleza – Candy… - se detuvieron – son solo mis abuelos, no van a juzgarte ni condenarte por un crimen. Ellos están deseosos de conocerte.
-En serio?
-Así es – dijo sonriendo – ya les hablé de ti y es mi abuela quien más que emocionada por conocerte.
-Gracias. – le sonrió antes de darle un casto beso – pero sigo nerviosa.
-Vamos. – dijo riendo, tomó nuevamente su mano para recorrer el pasillo a su departamento.
Al ingresar al departamento, Candy vio a dos personas elegantes sentadas en la sala del castaño, no parecían muy mayores, se veían muy bien para ser abuelos.
-Terry! – su abuela se acercó a ellos – acaso esta bella señorita es tu novia? – tomó las manos de Candy y la llevó a la sala.
-Así es abuela- te presento a Candice White – dijo sonriendo ante la actitud de la mayor – Candy, ella es mi abuela, Alexandra Graham y él es mi abuelo – señaló al hombre que se acercaba a ella – Thomas Graham.
-Mucho gusto. – dijo tímida.
-El gusto es nuestro linda – dijo la mayor – eres la primera novia que Terry nos presenta formalmente, verdad Thomas?
-Así es, incluso creí que mi nieto moriría solo.
-Thomas! – lo reprendió su esposa – ya te dije que no hagas esos comentarios con mi Terry.
-Es solo una broma. – dijo riendo ante la actitud de su esposa – ahora dinos Candice, como caíste en las garras de este rebelde.
-Bueno… - seguía nerviosa, pero ya no tanto – Terrence es una persona responsable, que le gusta ayudar a quien lo necesita, aunque no la conozca – recordó cuando lo vio por primera vez – es alguien en quien se puede confiar ciegamente porque nunca te dejara solo.
Los mayores, al igual que Terry la miraron con una sonrisa mientras la escuchaban decir todo aquello, fue claro para ellos que Candy estaba realmente enamorada del castaño.
-Me alegra que pienses así de nuestro nieto.
-Terry me dijo que él es el resultado de lo que ustedes le enseñaron y educaron.
-Oh Terry, dónde encontraste a este ángel! – dijo Alexandra abrazando a Candy.
-Tal vez ella me encontró a mí. – dijo mirándola con ojos de enamorado.
-Ale – habló el mayor – creo que cupido flechó a nuestro nieto y en lugar de usar una flecha usó una viga. – todos rieron ante el comentario de Thomas.
-Dinos Candy – se sentaron en el sofá doble – cuántos años tienes? Te ves muy joven, estás estudiando?
-Candy es bailarina. – dijo Terry sentándose frente a ellas.
-Bailarina!? – dijo sorprendida – de que género?
-Ballet clásico.
-Oh qué hermoso! – dijo dando aplausos. – debes ser muy buena, ahora que te veo, tienes el cuerpo perfecto para ser una bailarina.
-Gracias; pero no creo ser tan buena.
-Es la mejor – interrumpió Terry nuevamente – la vi bailar y lo hace magníficamente.
-Ay! Ya quiero verte en una de tus presentaciones.
-Alexandra, la estás asustando. – intervino el mayor.
-Claro que no. – se quejó – sabes Candy? Puedo llamarte así, verdad?
-Sí – Candy sonreía de la animosidad de la mayor.
-Sabes… yo siempre soñé con ser bailarina de ballet, pero me casé y no pude cumplir mi sueño.
-Entonces me echas la culpa a mí? – se quejó su esposo.
-Así es. – afirmó seriamente – me embarazaste y ya no pude seguir mi sueño porque buscabas llenar la casa de niños.
-Abuela! – se quejó Terry.
-Qué pasa cariño? – lo miró – eres doctor, esto no debería escandalizarte.
-Cuando viene de ti sí. – su abuelo se sentó junto a él riendo por lo bajo – no sé cómo te casaste con ella?
-Acaso no escuchaste? La embaracé. – continuó con el juego.
-Tú también?
Candy sonreía al ver la relación de Terry con sus abuelos, le gustaba ver esa parte que no conocía de su novio. Ellos eran tan diferentes a lo que se imaginó que serían.
Cuando Terry le dijo que su abuelo era embajador, cuando los vio sentados, ambos tan elegantes; creyó que eran personas serias, que su encuentro sería bastante formal; pero se equivocó, sus abuelos eran muy amenos, graciosos y se dio cuenta que les gustaba molestar a su nieto.
Pasaron toda la tarde conociéndose, hablaron sobre la defensa que Terry tendría en dos días más, Alexandra le contó como era Terry de niño, las cosa que hacía, los juguetes que le gustaban, las peleas en las que se había metido, bueno, le contó todo sobre él.
El día de la defensa de Terry, Alexandra le dijo a Candy que la irían a ver en su próxima presentación, y como habían llegado una semana antes de esta, ella les presentó a sus padres, cuando los invitó a su casa a cenar.
Fin del flashback
-Todos a sus posiciones! – escuchó la voz de Travis – faltan cinco minutos para empezar!
El corazón de Candy comenzó a latir con fuerza, pronto daría su presentación y las personas más importantes para ella la verían.
La rubia se acercó a su grupo, Paty y Annie la acompañaron, ambas jóvenes la abrazaban para darle apoyo, así como ella había hecho con ellas.
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Cómo están queridas lectoras? Estoy de regreso, siento como si me hubiera ido por meses, jajaja, estoy algo apenada con ustedes por hacerles esperar por el capítulo, espero que les haya gustado y haya valido la pena la espera.
Saluditos y un fuerte abrazo. Tengan un buen fin de semana!
